sábado, 17 de junio de 2023

THE SPLIT - creada por Abi Morgan


HANNAH y SUS HERMANAS.-
The Split es una serie de abogados cuyos protagonistas sólo visitan los juzgados una vez por temporada. Y parece más que suficiente; porque aquí lo que interesa es el drama familiar y amoroso de las hermanas Defoe, dos de ellas abogadas de referencia para causas de divorcio.

El drama está ambientado en el complejo y vertiginoso mundo de los divorcios de alto standing en Londres. El ritmo y las tramas legales que se desarrollan en el bufete nos entretienen por su actualidad (VIPs, maternidad subrogada, acuerdos prematrimoniales, etc.); pero las tramas que dan continuidad y viveza a la serie las proporciona la propia familia Defoe con sus vidas y aflicciones. Son tres hermanas, Hannah (Nicola Walker), Nina (Annabel Scholey) y Rose (Fiona Button), a las que se une su formidable madre Ruth (Deborah Findlay) creadora de la saga Defoe y del bufete del mismo nombre que brilla en el olimpo de Londres para casos de divorcio. 

Ruth es una madre soltera, fuerte y controladora. Se sobrepuso al abandono de su marido hace ya treinta años y creó el bufete con sus hijas bajo el lema "nosotras cuatro contra el mundo". Pero su personalidad es tan absorbente que Hannah acaba de huir a una firma de mayor tamaño buscando su propio espacio... y ¡qué casualidad! allí trabaja Chistie (Barry Atsma), un antiguo amante al que abandonó justo antes de casarse con Nathan y formar una familia ejemplar. Para completar el cuadro el padre de las Defoe ha vuelto de Nueva York e intenta contactar con ellas; aunque tras el fiasco de su abandono ninguna acepta verlo.



La serie es brillante sin ninguna duda y lo mejor del espectáculo es ver cómo la escritora Abi Morgan (creadora de series tan maravillosas como River o The Hour y guionista de películas como Shame, Sufragistas o la Dama de Hierro) nos sumerge con dinamismo y encanto en las complicadas relaciones personales y laborales de sus protagonistas. Las Defoe nos enamoran con su éxito profesional y sus vidas bulliciosas e imperfectas. Ellas nos regalan una inmensa gama de sentimientos en conflicto y cambios de humor. 

Me gusta mucho apreciar los trazos que sigue el guión, ver cómo surge una idea que va afectando a un personaje y luego a otro hasta que explota: Nina es una cabeza loca que se ha quedado embarazada sin desearlo y duda si abortar. Habla con Hannah para que le asesore. Ésta le cuenta su experiencia, cuando tuvo que hacerlo a los pocos meses de casarse. Hasta aquí todo normal. Pero luego Nina se cruza con Christie, habla de su embarazo y del aborto que afrontó Hannah casi recién casada. Entonces él recuerda la noche que estuvieron juntos antes de la boda y sospecha si aquel hijo era suyo. ¿Abortó Hannah por su cuenta sin decirle nada? 
¡Oh, cómo se complica todo y qué gozoso es!

La serie aporta una visión dolorosa, contemporánea y realista de las relaciones afectivas, desarrollando una abundante variedad de registros. Las abogadas desprenden elegancia y magnetismo y en cada caso de divorcio que afrontan asistimos a un retrato adulto de toda una gama de emociones: amor, miedo, egoísmo, venganza, deseo y siempre la amenaza de un corazón roto en busca de la felicidad. Los diálogos son muy vívidos y no falta el humor. Juega a su favor la sólida construcción de las tramas y unos personajes adultos, modernos y creíbles que exploran las múltiples capas que hoy en día albergan las relaciones personales.



Hannah es la mayor y “siempre hará lo correcto”, como no se cansa de repetir su madre. Siempre ponderada y muy responsable, este equilibrio a veces la consume haciéndole acariciar la idea de rebelarse. Desearía ser más impetuosa y menos juiciosa, vivir la vida con mayor intensidad. El hecho de que conviva con Christie todos los días, será una tentación permanente. Ha construido una familia ideal con Nathan (Stephen Mangan), un tipo atractivo y también de exitosa carrera. Pero la vida moderna está llena de celadas. Un día, un tabloide hace explotar un escándalo: una web de citas es hackeada y los nombres de los más de 100.000 usuarios, entre los que se cuentan empresarios y políticos, son publicados. Oh ¡entre ellos está el nombre de Nathan! Esta es otra característica que abunda en la serie, la actualidad de su temática y el impacto de las nuevas tecnologías.

Este engaño hace que el equilibrio permanente de que hace gala Hannah esté a punto de romperse. De pronto las crisis, ruindades y traiciones con que lidian sus clientes penetran en su propia vida. Sin embargo, esta situación de vulnerabilidad que afecta a Hannah hace que nos atraiga más y que nos sintamos más cerca de ella. Además, Nicola Walker* le aporta al personaje una enorme pausa y profundidad que la convierten en la reina de la función. Recordemos que Walker es una excelente actriz de teatro y su estilo contenido y luminosa mirada son de los que atrapan.

La siguiente en el escalafón es Nina (Annabel Scholey), también abogada, pero de espíritu más libre que su hermana mayor y con una vida íntima que roza lo caótico. Es una voraz consumidora de hombres. Ella misma llega a decir que “no sabe con quién se va a acostar la semana que viene”; pero que acostarse se va a acostar. Muchas veces le recrimina a Hannah lo seria que es; aunque siempre están muy unidas. Ambas cuidan de la hermana menor, Rose (Fiona Button), una inocente joven que acaba de prometerse con un tipo tan agradable como simple (Rudi Dharmalingam) ante quien no deja de tener dudas. Rose es la indefinida de la familia, no sabe qué quiere hacer con su vida ni con su matrimonio por lo que sus crisis son periódicas.

Paradójicamente The Split (La separación) de lo que más y mejor habla es del amor; de ese fulgor que orienta nuestras vidas mientras sufre constantes marejadas de miedos, malentendidos y mentiras. Para desarrollar este tema tan universal nada mejor que contar con personajes carismáticos, complejos y creíbles que nos muestran sus deseos, secretos y vulnerabilidades. Todo ello aderezado con las argucias y recursos legales más sofisticados. Al fin y al cabo, las Defoe son unas fieras defendiendo a sus clientes y son de las que opinan que la familia es una carga de la que sólo puedes decidir cómo llevarla. Lo cual me hace recordar a Groucho Marx cuando razonaba que la primera causa del divorcio es el matrimonio.



En este sentido cabría decir que la serie tiende a lo sentimental, lo cual es cierto, pero en ningún caso cae en la ñoñería. Su complejidad emocional es su mejor pasaporte. También podríamos discutir si lo que vemos en pantalla no es más que una telenovela sobre gente privilegiada que viste unos outfits fastuosos y tiene unas casas y oficinas envidiablemente lujosas. Pero creo que eso forma parte del espectáculo y que Hannah y sus hermanas aportan una experiencia muy vital y emocionante.

Como contrapunto a la vida sentimental de estas hermanas, los casos que afrontan en el bufete ilustran problemas clásicos de pareja, pero bajo el prisma de hoy en día y el impacto de las nuevas tecnologías. En la T1 cada episodio refleja un caso y sus asuntos son tan controvertidos y actuales como la eutanasia, la maternidad subrogada, la custodia de los hijos de un famoso comediante, las negociaciones prenupciales entre una estrella de fútbol y su prometida o un VIP que pelea con su ex por los embriones congelados.

En cambio, la T2 opta por un solo caso que se prorratea a lo largo de sus 6 episodios, el del control coercitivo y maltrato psicológico al que somete un marido y productor televisivo a su mujer y presentadora de TV, Fi Hanson (Donna Air). Ahí se apunta la enorme dificultad psicológica que sufre una mujer para romper con su maltratador, incluso siendo famosa e independiente económicamente.









Vuelvo al seguimiento de los trazos del guión. La segunda temporada tiene la curiosa característica de que, dado que Hannah está separada –aunque no divorciada- e inicia una aventura con Christie, todas las conversaciones que tiene en el bufete sobre sus casos, entrañan una doble lectura en la que ella misma se ve reflejada. Delicioso. El hecho de que te cruces constantemente con tu previsible amante en el bufete provoca una tensión sexual indisimulada que hace sentirse a Hannah tan feliz como culpable.

Como curiosidad señalar que en esta temporada 2 el equipo de abogados del bufete acude a la Facultad de Derecho para desarrollar un juicio simulado ante los alumnos. El caso que exponen es semejante al del Coronel Chabert, la obra de Balzac, sobre las dificultades que afronta un hombre dado por muerto cuando intenta volver a su vida... Humm. También resulta muy curiosa la presencia un tanto cómica de un obispo cuya lista de deseos nos hace reflexionar sobre el cruce entre la fe y el amor.


























Con la Temporada 3 concluye este festival y la noción de final impregna los episodios ya que varios de los casos tienen que ver con la muerte. Asimismo, el matrimonio de Hannah y Nathan está a punto de concluir, intentando ellos mismos demostrar si es posible acordar un buen divorcio. La serie se sitúa diez meses después de la separación, justo cuando están a punto de firmar los papeles... aunque ellos siguen acosados por las dudas y aferrados a todo lo que aún tienen en común. Sin embargo, la revelación de un secreto situará a la pareja en un nuevo punto que les ayudará a tomar decisiones.

Una serie muy notable para navegar por los laberintos de la pareja. 






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Nicola Walker también aparece en series tan excelentes como River y Unforgotten.
** The Split consta de 3 temporadas de 6 episodios cada una. Las dos primeras están disponibles de forma gratuita en RTVE Play; mientras que en Filmin está la serie completa.

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