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miércoles, 4 de junio de 2025

OCCUPIED - creada por E. Skjoldbjaerg y Karianne Lund



Estamos en un futuro sólo dos casillas más allá y el mundo se encuentra en medio de una crisis energética. Europa se ha vuelto dependiente del petróleo y el gas de Noruega, pero las elecciones en este país acaban de proclamar vencedor a Jesper Berg (Henrik Mestad), cuya promesa estrella era cerrar el grifo de los combustibles fósiles. Una serie de tragedias climáticas han forjado su postura e inmediatamente cumple su palabra a la vez que presenta una tecnología alternativa basada en un mineral nuevo, el torio. Pero la Unión Europea no se conforma; se aboca a una situación de emergencia energética por lo que solicita la colaboración de Rusia para que invada Noruega y reinicie la extracción de petróleo. Con la economía no se juega y la droga barata del combustible fósil ha de seguir fluyendo.

Se trata simplemente de una ocupación operativa que afecta a las plataformas de petróleo y sin embargo, aunque el presidente, el gobierno y el parlamento siguen vigentes... ya nada es lo mismo. La bandera tricolor rusa ondea sobre la capital noruega y poco a poco la autoridad rusa acaba decidiendo cada vez más asuntos de estado. A pesar de que la vida discurre con aparente normalidad el equilibrio es muy precario y los ciudadanos empiezan a dividirse entre los que ven la invasión como algo inocuo y los que inician una resistencia. 


Cuando Jo Nesbø (el exitoso creador del inspector Harry Hole) presentó esta idea en 2010 parecía una coyuntura demasiado improbable; pero la anexión de Crimea primero y la invasión de Ucrania después por parte de Rusia, han hecho que el asunto no parezca hoy tan disparatado. 

Las ansias imperialistas de Putin han alarmado a los países escandinavos hasta el extremo de solicitar su ingreso en la OTAN para defenderse mejor del oso ruso. Los gobiernos europeos están incrementando su gasto militar y los países nórdicos están convocando a miles de reservistas para un entrenamiento de actualización. Tampoco Moscú ha permanecido indiferente ante este thriller sociopolítico. Alguna fibra sensible habrá tocado cuando ha reaccionado condenándolo por volver -dicen- a los supuestos de la guerra fría. Además la trama nos revela otro detalle sorprendentemente anticipatorio: en la presentación de esa época no tan distópica se nos informa de que EEUU ha logrado la plena autonomía energética y ha abandonado la OTAN, dejando a Europa sola. Así es como este caldo empieza a hervir. 



Salvando alguna inconsistencia me gusta el desarrollo dramático de los hechos en base a pequeños detalles, pequeñas decisiones, pequeños cambios de actitud que nos revelan la facilidad con que una sociedad plenamente democrática va deslizándose hacia una sociedad autoritaria perdiendo por el camino sus derechos y libertades. Muchos ciudadanos se muestran contemplativos ante la invasión ya que no ven sus vidas demasiado alteradas. Esto me ha recordado el hecho de que muchos jóvenes europeos votan a la extrema derecha e incluso se muestran dispuestos a renunciar a libertades si alguien les promete una cierta estabilidad. También recordé el excelente libro Sonámbulos, del gran historiador Christopher Clark, centrado no sólo en las batallas y atrocidades que ocurrieron en la Primera Guerra Mundial, sino en la complejidad de los acontecimientos, los malentendidos mutuos y las manipulaciones que llevaron a un grupo de líderes bien intencionados a un conflicto brutal.

Vemos venir a los lobos, pero seguimos tomando el té. En la serie, una conversación entre una jueza y una estudiante de derecho delata la sutileza del cambio de rumbo en los acontecimientos. 
-Es como si a nadie le importara lo que pasa. Los rusos se están haciendo con el control del país.
-No creo que eso sea verdad. No ha pasado nada.
-¡Nos han obligado a infringir nuestros derechos democráticos!. Es inconstitucional.
-No es inconstitucional. Lo aprobó el parlamento.
-Eh... porque les obligaron a hacerlo.
Efectivamente se trata de una "invasión blanda" por parte de Rusia, sin tanques ni bombas, lo que me hizo pensar en la invasión de bulos y desinformación con que los rusos intentan socavar los cimientos democráticos de la Unión Europea. 



Hay dos líneas argumentales muy interesantes. Por un lado la que muestra el modo en que Rusia se va haciendo con la última palabra sobre cualquier asunto de estado. La otra es todavía más sibilina y perturbadora. Nos muestra cómo varios personajes van dejándose impregnar por esos nuevos valores cada vez más autoritarios: en aras de la seguridad tenemos que restringir la libertad de opinión y de prensa, tenemos que vigilar y detener a los disidentes, hemos de extremar las vigilancias obviando cualquier derecho constitucional, etc.

Las tres temporadas de que consta la serie (de diez, ocho y seis episodios respectivamente) nos irán mostrando cómo les afecta la  ocupación a un variado grupo de personajes. Principalmente el presidente Berg y dos parejas cuyos valores veremos ir evolucionando. El presidente pasará de líder mundial verde a convertirse en títere de los rusos por seguir una política de contemporización. Finalmente los acontecimientos achicharran su gestión y, tras decidir autoexiliarse, logra retomar la iniciativa y maniobrar para implicar a EEUU y Europa en su favor. 

La historia de su guardaespaldas Djupvik (Eldar Skar) es todavía más inquietante y sintomática. En principio frustra un atentado contra la autoridad rusa Sidorova lo que le granjea la amistad de los invasores. Esto le llevará a convertirse en un enlace fiable entre su gobierno y los ocupantes, aupándole hasta la Unidad Antiterrorista. Una verdadera trampa para su juicio ético. Él trabaja honestamente para evitar atentados contra los rusos. Al igual que su gobierno quiere evitar que utilicen cualquier provocación como excusa para invadir militarmente el país y tomar el pleno control. Pero su celo le hará acercarse demasiado a las posiciones rusas que le facilitan todo tipo de vigilancias y detenciones indiscriminadas. Su esposa Hilde (Selome Emnetu), como jueza, tendrá que afrontar sus propios desafíos cuando tenga que decidir sobre los derechos de los nativos y de los ocupantes.



Por su parte la pareja que hacen el periodista Thomas Eriksen (Vegar Hoel) y su esposa representan posiciones antagónicas. Él será testigo de las manipulaciones que urden los ocupantes para forzar un mayor control, mientras que su esposa ve florecer el restaurante que estaba a punto de cerrar al convertirse en el favorito de los rusos adinerados.

Lo que más me gusta de la serie es que avanza sin miedo a situaciones cada vez más complejas tanto en lo personal como en lo político. Pronto aparece una organización autodenominada "Noruega Libre" cuyas audaces operaciones, junto a las maniobras del presidente, van provocando distintas crisis que los actores (Noruega, EEUU, Europa) habrán de negociar. 

Rusia tampoco se queda a la zaga. En la primera temporada llega a organizar atentados en la sombra para forzar una situación insostenible. En la segunda y con el Presidente Berg ya fuera de Noruega, logra manejar a la nueva presidenta como un títere. 

Los giros son continuos y las crisis constantes. Yo por mi parte, sigo expectante el hilo narrativo de la negativa de EEUU a implicarse por más que lo intente el presidente Berg. También el inaudito proceder de la Unión Europea. Negociando concesiones de Noruega a cara de perro a la vez que mira para otro lado ante las actuaciones de Rusia.

jueves, 13 de marzo de 2025

RAIN DOGS - creada por Cash Carraway


Esta es la serie más sórdida y promiscua que he visto en años... pero también la más llena de vitalidad. Sus personajes se arrastran por el arrabal de Londres pero su fuerza vital es inquebrantable.

Una mujer, su hija de diez años y un amigo intentan sobrevivir a las  enormes dificultades personales y económicas que les plantea un Londres tan contemporáneo como inclemente. Desde el minuto uno sabemos que no les va nada bien. La serie se abre con ellas dos empacando sus escasas pertenencias mientras la policía aporrea la puerta para desahuciarlas de esos minipisos en colmena donde viven los peones. Se van con la cabeza alta, al fin y al cabo llevan años buscándose la vida en condiciones muy precarias. La madre tranquiliza a la niña mientras la deja en la puerta del colegio, "no te preocupes cariño ya sabes que tengo mano con los espíritus y antes de las cinco de la tarde habrán dispuesto un techo para nosotras". Pero no es así. La primera noche tienen que romper el cristal de un coche para dormir a cubierto de la lluvia. La segunda tienen que aceptar la caridad de un tipo para dormir en un cuartucho....hasta que el pervertido exige el pago del favor. 



Están al borde de la indigencia, pero nadie se recrea en ello, la vida sigue. Lo que te engancha es el carácter inexpugnable de la madre, Costello Jones (Daisy May Cooper). No tiene nada, ni dinero, ni techo, pero nunca la ves desesperada. Está muy bregada por la vida y además es de armas tomar. Tuvo que huir de casa muy joven por abusos de su madre y trabaja por horas haciendo cabina en un sex shop. Su hija Iris (Fleur Tashjian) es su motor, también su sueño de convertirse en escritora. Quiere escribir sobre esta vida perra que le ha tocado vivir.



La otra parte de la historia es Shelby (Jack Farthing) el colega que Costello conoció en la Universidad, un niño rico gay tan cínico como ingenioso que acaba de pasar un año en la cárcel. Cuando Costello ya no tiene donde agarrarse él provee el dinero suficiente para que no se despeñe. Aunque él no está mejor. Su padre se suicidó. Su madre no quiere saber nada de él, le pasa una simple paga que él dilapida en el juego y las apuestas. Ya fuera de la trena sigue sin saber qué hacer con su vida. Sólo tiene claro que siempre cuidará de Iris, pero tiende a desaparecer, a la melancolía y a la depresión. 

Los tres forman un trío calavera que avanza por la vida dando tumbos. Su ecosistema es el lumpen, la prostitución, el alcoholismo, la precariedad y unos servicios sociales de derribo. La serie aporta una mirada crítica a un sistema que es muy eficiente redistribuyendo la pobreza; pero aquí no hay militancia política como ocurre en las películas de Ken Loach, por ejemplo. La sociedad que retrata sin tapujos es áspera y descarnada, pero las malas condiciones económicas y sociales parecen asumidas, tras la Thatcher y el Brexit se dan por amortizadas. La cuestión está en cómo lo afrontan -con un inocente empeño- este trío de desubicados. 




No están solas estas almas en pena. Sus vigilias se aderezan con todo tipo de personajes extravagantes, pervertidos y tramposos. Una periodista engaña a Costello para sacar adelante un escandaloso reportaje que acaba perjudicándole. Las compañeras de cole de Iris son unas pijas que la alienan todavía más. Gloria (Ronkẹ Adékoluẹjo) es la mejor amiga de Costello, trabaja en la funeraria de su padre, pero su vida no es menos caótica. Los ratos más relajados de Costello son los que pasa con Lenny (Adrian Edmonson), un anciano y pervertido artista especializado en pintar coños y desnudos. Lenny está de vuelta de todo y vive pegado a su bomba de oxígeno. Costello le ayuda limpiándole la casa y posando para él abierta de piernas mientras él se masturba. 

Hay un capítulo en el que la ricachona madre de Shelby los envía a vivir a su casa de campo con los gastos pagados. Por lo menos allí los tendrá controlados. Ni aún así. Después de unas pocas semanas ya se están haciendo la vida imposible. La bronca es constante. Shelby llega a robar los ahorros de Costello para jugárselos. Luego se desespera y llega a decir que nunca se ha odiado más a sí mismo. Costello quiere irse pero no puede hacerle esa putada a Shelby, dejarle sin Iris. La ricachona madre no es tan misericordiosa. Llama a un psiquiátrico y vienen a recogerlo para ingresarlo.

Así transcurren estos ocho episodios que destilan frescura y autenticidad. Una montaña rusa de amarguras y emociones. Todo es difícil e inarmónico en sus vidas, pero ni Costello ni Shelby buscan lástima. Son capaces de tomar las peores decisiones posibles, las más egoístas e incluso las más autodestructivas, pero también las más humanas. “Es normal odiar a las personas que amas”, le dice lúcidamente Shelby a Costello en algún momento de su historia de encuentros y desencuentros. 


Tom Waits fue quien acuñó el término “rain dog”, en referencia a los perros callejeros que pierden su camino de regreso a casa porque los rastros y las huellas han desaparecido con las tormentas. Aquí la metáfora se extiende a los seres humanos que se sienten perdidos y desorientados en la vida. La serie no sólo adopta el título de la canción de Waits sino también su poso romántico y melancólico. El amor puro e incondicional está siempre presente en el tortuoso camino que Costello, Iris y Shelby recorren. Su viaje constituye toda una meditación poética sobre la alienación, la camaradería y la búsqueda de un sentido a este mundo desolado.

lunes, 3 de marzo de 2025

LA HORA del DIABLO - creada por Peter Moran


Lucy Chambers se despierta aterrada todas las noches a las 3:33 de la madrugada. Ni un minuto más ni uno menos. A lo largo del día también le asaltan visiones, flashes de escenas y situaciones que no sabe de dónde vienen. ¿Son pesadillas provocadas por el estrés o el resultado de un trauma enterrado? Lo más desconcertante es que ella percibe esos fogonazos como un déjà vu, recuerdos de cosas que le sucederán en el futuro. Entre las imágenes la más terrible es el fiero rostro de un hombre que le grita desde la mesa de una sala de interrogatorio a la que está amarrado. ¿Qué significa todo esto?

Además Lucy tiene que bregar con un hijo de ocho años que arrastra serios problemas: Isaac es obediente y silencioso pero incapaz de mostrar emociones. Muchas veces se sienta y mira al vacío sin pestañear provocando una situación espeluznante. A veces su madre lo abraza y el niño le pregunta: "Mamá, ¿quién es ese hombre?", cuando no hay nadie más en la habitación. En el colegio se queda de pie en medio del patio mirando fijamente algo que nadie más ve. Hasta los profesores le tienen miedo.


Lucy trabaja como asistente social y mientras está lidiando con estos trastornos su nombre surge inexplicablemente en la investigación de una serie de brutales asesinatos que están ocurriendo. Los homicidios son terribles y se suceden sin conexión alguna; por lo que los dos policías investigadores se aferran a Lucy. ¡Algo tiene que saber! 

Creo que esta serie ha pasado más desapercibida de lo que debería. Se trata de un drama criminal con un toque sobrenatural muy siniestro. La intriga que plantea es muy potente y la resolución -que debe ser fantástica- es plenamente satisfactoria. Se trata de un thriller criminal creado por Tom Moran (The Feed), producido por Steven Moffat (Doctor Who, Sherlock), y protagonizado por Jessica Raine (Informer) y Peter Capaldi (Doctor Who, In the loop), quien da vida a un enigmático asesino en serie conocido como Gideon.





La serie plantea múltiples indicios que te obligan a estar alerta, lo cual acrecienta la intriga. Como esa familia que también vive en la casa de Lucy... pero que sólo su hijo Isaac ve. Lucy también está buscando a un adolescente que ha desaparecido de su casa. Teme lo peor. En otra línea temporal vemos a Gideon, un loco asesino con los ojos de Peter Capaldi amarrado a la mesa de una sala de interrogatorios. Lucy se dejará llevar por sus déjà vu para encontrarlo y detenerlo junto a dos policías muy peculiares, Dhillon (Nikesh Patel) un joven y compasivo investigador que todavía vomita cuando ve un cadáver y Holness (Alex Ferns), un veterano policía bregado en lo más evidente pero menos ducho en lo sutil. 

La sorpresa surge cuando Gideon le revela a Lucy que no es la primera vez que han estado juntos en esa sala de interrogatorios. Tendremos que esperar al capitulo final para saber que Gideon no es un simple asesino al uso, sino que utiliza los mismos atisbos que tiene Lucy para llevar a cabo una espantosa misión. 

Las actuaciones de Raine y Capaldi son muy convincentes. Ella nos traslada esa confusión propia de una madre atrapada en los problemas de los demás mientras lidia con los suyos propios. Y Capaldi resulta totalmente siniestro.
 



La temporada 1 es sin duda mejor y su intriga más absorbente por desafiar toda lógica; pero la segunda temporada no desmerece. Su misterio o amenaza no es personal sino potencialmente cósmica, aunque su narrativa esta más simplificada. En ella Lucy y Gideon han de unir sus fuerzas para intentar detener un evento monstruoso vinculado con las vidas pasadas de Lucy. Eso sí ofrece una mayor cercanía a los personajes lo que permite que nos involucremos más en sus viajes emocionales.  

Lo dicho, una serie muy críptica -en su T1- que desafía al espectador empezando como una investigación criminal que va derivando hacia el horror sobrenatural y los misterios del multiverso. 

lunes, 13 de enero de 2025

NO DIGAS NADA - creada por Joshu Zetumer


Esta serie nos relata en toda su crudeza los años conocidos como The Troubles, los 20 años -desde finales de los 60 hasta los 90- que el Ejército Republicano de Irlanda (IRA) sembró de bombas, atentados y desapariciones. Compuesta por 9 episodios el hilo conductor es la peripecia vital de las hermanas Price, Dolores y Marian; dos jóvenes católicas que ante las humillaciones y segregación a la que les sometían los protestantes probritánicos decidieron enrolarse en la banda terrorista. Inicialmente Dolores rechazaba la violencia como solución al conflicto irlandés; pero tras ser agredida con furia al participar en una manifestación pacífica en defensa de los derechos civiles, cambió de opinión y se sumó a la lucha armada por una Irlanda unida. 

No digas nada se centra en la vida y hechos de estas dos hermanas en el IRA (El momento cumbre de su carrera es el atentado con bomba en Old Bailey en marzo de 1973, en el que más de 200 personas resultaron heridas); pero tiene dos subtramas que la recorren por debajo hasta convertirse en el centro de la historia durante los dos últimos capítulos, el secuestro y asesinato de Jean McConville y la figura de Gerry Adams, líder del Sinn Feinn, cuya figura sale malparada. McConville era una viuda de 38 años, católica y madre de diez hijos, que no se quiso involucrar con los terroristas pero que, por humanidad, asistió a un soldado británico herido en su portal. Pocos indicios más bastaron para que los republicanos la raptasen y ejecutasen bajo la acusación de ser una traidora informante. Su secuestro marca el punto de partida de la serie y la investigación sobre su desaparición y hallazgo del cadáver supone el punto final. Entremedias se desarrolla una exploración compleja y altamente dramática de esa época terrible. 




La ejecución de McConville por el IRA fue una de las más controvertidas de entre los más de 3.000 asesinatos que la violencia sectaria produjo durante tres décadas en Irlanda de Norte. De hecho el IRA ejecutó a varios de sus miembros y a civiles por meras sospechas de traición o colaboracionismo, con la intención de mantener el control interno en su territorio. La serie refleja notoriamente ese miedo a represalias por hablar o actuar, revelando la atmósfera asfixiante que se vivía a diario y los dilemas morales que afrontaban quienes se encontraron atrapados en ese fuego cruzado. 

El otro asunto que permea todos los capítulos es el papel que jugó Gerry Adams, tanto en los atentados terroristas como en el proceso de paz que le llevó a la Casa Blanca en 1994. Él nunca admitió haber pertenecido al IRA y mucho menos haber ordenado secuestro a atentado alguno -así reza a la conclusión de cada capítulo de esta serie que narra con verosimilitud sucesos históricos-; pero los hechos narrados por Dolores Price lo desmienten y le retratan como un personaje melifluo y escurridizo; siempre atento a flotar sobre la mierda que imponía a los demás y pendiente solo de pulir su figura pública. De ahí que la serie conjugue no sólo el interés dramático (alto) de personas concretas como las hermanas Price o los hijos de McConville, sino también el interés histórico de lo que supusieron aquellos años de plomo, la intrahistoria del conflicto y cómo al final los republicanos se sintieron estafados por su líder.

Esto lo expresa muy gráficamente su lugarteniente, Brendan ´Dark´ Hughes (Anthony Boyle), cuando ya fuera de la cárcel ve triunfar al diputado Gerry Adams tras renegar de su pasado, mientras él tiene que bregar con sus traumas, su conciencia y una precaria situación económica. Al encontrarse con Dolores y ser preguntado por ésta le responde: "Lo veo como el tipo que convence a cien personas para que empujen un barco que está encallado y finalmente cuando el barco surca el mar él se sube y deja a los demás en tierra. Así me siento".














El título de la serie esconde una ironía amarga. Primero representa el silencio que el IRA imponía en sus barrios y reductos a todo aquel que allí vivía; pero luego ese silencio también lo impuso Gerry Adams a los propios miembros del IRA, cuando el proceso de paz estaba en marcha y temía que le torpedearan su carrera política. El autor del libro en que se basa la serie ha reflexionado: "Muchos en Irlanda del Norte creen que el precio de la paz es el silencio".

La miniserie es un ejemplo de periodismo objetivo mostrando la barbarie de ambos bandos. Queda patente la deshumanización de los protagonistas de aquellos hechos y el fanatismo con que se siegan vidas cuando está en juego una causa. Llama la atención el interés del comandante británico en que no se denomine "guerra" al conflicto, cuando la ocupación militar, las detenciones y la tortura hacia los católicos eran tan patentes como las tanquetas y los controles en las calles. Los británicos impusieron una sociedad segregada en Belfast, donde los católicos estaban arrinconados y sin posibilidades de promoción económica y social. 
 


Pero lo que queda finalmente en la retina es el coste psicológico de la violencia política. Ya adulta, y tras pasar por la cárcel, Dolores se confiesa a su hermana Marian (Hazel Dope): "Últimamente me estoy haciendo preguntas importantes". Ella tiene pesadillas con los compañeros católicos a los que condujo a la ejecución y solo puede dormir a base de pastillas y alcohol. Tanto los lugartenientes de Adams como las hermanas Price entregaron su vida a la causa y cuando acabó aquel período se encontraron vacíos, atormentados y en territorio de nadie. La narración no los presenta ni como héroes ni como villanos; sino como personas comunes que defienden románticamente su ideal de patria y comunidad; sin dejar de pensar en todo momento que están haciendo lo correcto. 

La serie es la adaptación del libro homónimo de Patrick Radden Keefe, bostoniano de ascendencia irlandesa que en 2013 quedó fascinado por la figura de Dolores Price tras leer una noticia sobre ella. Tras cuatro años de investigación y recogida de testimonios publicó su libro en 2018. La serie se beneficia de este texto ambicioso, pormenorizado y muy bien documentado que se lee como un thriller. Logra poner en contexto tanto a los hechos históricos como a los personajes. Representar hechos históricos no impide que la serie sea dinámica a la vez que profundamente emotiva. Hay que tener en cuenta que la herida irlandesa está todavía abierta y que el libro de Radden Keefe informa sobre desaparecidos que aún son llorados por sus familiares, así como sobre actos de figuras públicas que aún están vivas. Sin ir más lejos uno de los hijos de Jean McConville, Michael, declaró al Belfast Telegraph que "Utilizar lo que le pasó a nuestra madre para entretener es repugnante". Asimismo la exmiembro del IRA Marian Price ha demandado a Disney tras ser representada como la ejecutora de un crimen central en la trama.

Hay que reconocer que el relato es éticamente inapelable y la foto que nos ofrece de esa época sangrienta es creíble. Impresionan esas "desapariciones" de ciudadanos en las que Dolores participó como chófer, del mismo modo que nos sobrecoge la fuerza moral con que las hermanas Price afrontan una larguísima huelga de hambre en la cárcel.





El testimonio de Dolores Price (interpretada por Lola Pettigrew de joven y Maxine Peake de adulta) es la base de la crónica. Su testimonio, registrado antes de su muerte, nos ofrece una visión íntima de la lucha armada y de los dilemas morales que afrontaron quienes se involucraron en ella. Sus remordimientos le llevaron al alcohol y posteriormente al reconocimiento de los hechos ante un investigador universitario que se dedicó a recoger la historia oral de aquellos años por testigos de la época. 

Por supuesto la serie me recuerda a la desgarradora Patria, sobre el terrorismo de ETA; aunque yo creo que el espectro de esta es más amplio. Patria se centra en el drama de dos familias y unos retazos de la vivencia de la sociedad (como aquella perturbadora secuencia en que la "cuadrilla" ciclista del Tato le hace el vacío cuando es señalado por ETA). En No digas nada al drama personal se añade la visión política de aquellos hechos que culminaron en los acuerdos de Viernes Santo

viernes, 17 de mayo de 2024

HERMANAS HASTA LA MUERTE - creada por Sharon Horgan



Escribo esta reseña sin saber el resultado final. Ya es de madrugada y he cubierto mi ración de dos capítulos por noche, así que hasta mañana no veré si el cuñado más cabrón, misógino y racista visto en los últimos tiempos muere definitivamente a manos de las hermanas Garvey... sin que éstas resulten imputadas.

Como estas cinco hermanas deseo que "El Capullo", así es como lo llaman, desaparezca de la faz de la tierra. Está casado con Grace, una de ellas, a la que humilla constantemente cercenando sus relaciones y socavando su confianza en sí misma. Se trata de un tipo tóxico hasta la extenuación, mendaz y manipulador. Sus maquinaciones y trapacerías no tienen fin... y está acostumbrado a salirse con la suya.


Las Garvey siempre han estado muy unidas debido a la muerte prematura de sus padres. Esto hizo que la hermana mayor -Eve (Sharon Horgan)- tomara las riendas de la familia, consiguiendo trenzar unos potentes vínculos fraternales; pero el controlador y misógino J. P. mantiene secuestrada psicológicamente a la dulce Grace (Anne-Marie Duff) con argucias machistas (eres débil, no serás capaz, yo te protejo, te debes a tu casa). 

No sólo eso. 
También jodió en el pasado a otra de las hermanas, Becka (Eve Hewson),  prometiéndole invertir en su negocio para dejarla en la estacada en el momento clave. Además amenaza a otra, Úrsula, con hacer pública una aventura extramatrimonial de la que se ha enterado... Y todo ello porque el tipo es un fanático religioso aunque se pajea a escondidas ante el ordenador.

Pero su proyecto estrella es reventar la promoción laboral de Eve ya que ambos trabajan en la misma empresa. Las maliciosas insinuaciones que de macho a macho intercambia con el jefe amenazan con torpedear definitivamente la carrera de la mayor de las Garvey. 


Argg. Es un capullo integral y merece morir.
Si hasta denuncia falsamente a un vecino timorato acusándole anónimamente de pedófilo. Su pecado era ser amable con Grace e intentar consolarla cuando la veía llorando.

Así que lo que tenemos por delante es una deliciosa miniserie de diez episodios que se apoya en el intríngulis de cómo conseguirán las hermanas deshacerse de él. Cosa nada fácil; porque entre el miedo de estar cometiendo un crimen y la suerte que tiene el cabrón, todo se complica enormemente... lo cual es ideal para desarrollar todo tipo de situaciones dramáticas y cómicas en una serie rebosante de humor negro y sororidad.

La serie comienza precisamente con el entierro del malvado J.P. (Claes Bang). Las hermanas están eufóricas pero han de mantener la compostura. Nada sabemos de cómo se ha llegado hasta aquí, por eso el desarrollo se articula en dos líneas narrativas llenas de suspense. Por un lado iremos conociendo las andanzas pasadas de J.P. y los proyectos que inician las hermanas para deshacerse de él. Por otro, en el presente, las hermanas deberán afrontar un peligro inesperado, la investigación de la compañía de seguros que ha de pagar a la viuda por la muerte accidental de J.P.


Ambas líneas son de lo más sabroso y sus constantes giros logran ponerte de los nervios. Los planes de las Garvey se suceden y a veces son de los más estrafalario (una trampa en forma de congelador o durante un juego de paintball), pero aunque se acercan mucho a su objetivo, siempre acaban fracasando. 

Mientras que en el presente han de sujetar sus nervios cada vez que aparecen los hermanos Claffin. Efectivamente la batalla enfrentará a dos grupos de herman@s malheridos; ya que Thomas y Matthew acaban de heredar la empresa de seguros de su padre, quien se ha suicidado incapaz de hacer frente a todos los pufos y estafas que ha ido acumulando. Así que ambos tendrán que elegir entre declararse en bancarrota o investigar desesperadamente a las hermanas para buscar un resquicio con el que librarse del pago.



Como en toda comedia que se precie todo ha de estar bien trabado, así que Becka acabará enrollándose con Mathew para que la investigación y la relación caminen por el borde del precipicio; a la vez que, también ella, es la masajista de la madre de J.P., lo que le dará la oportunidad de descubrir un secreto familiar de lo más perturbador.

En cada capítulo no sólo se nos irá desgranando un nuevo plan de asesinato, sino también las circunstancias personales de cada hermana; a cual más peculiar. El trazo de los personajes y unas interpretaciones de altura (esas miradas cruzadas, esos silencios) consiguen que te involucres emocionalmente en el juego.
 
Pero no nos equivoquemos, la parte del maltrato a Grace es seria. 
J.P. es un personaje magníficamente dibujado, capaz de intuir una debilidad para extorsionarte o de hurgar maliciosamente en el teléfono de sus cuñadas. Un tipo perfectamente odioso, a la vez apuesto, sibilino y opresor.
 


Mañana sabré si las Garvey consiguen quitárselo de en medio... 
Pero qué digo.
Si la serie comienza precisamente con su entierro.
Pero entonces ¿Quién lo hizo? ¿Y cómo?
Lo dicho, una serie  mordaz y brillante con un tremendo suspense.


















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Dos notas:
1.- La serie está basada en una original belga titulada Clan que fue escrita por Malin-Sarah Gozin y Bert Van Dael en 2012. La actriz y guionista Sharon Horgan recibió el encargo de su adaptación internacional. 
Aparte de reservarse el papel de Eve, quiso potenciar las dinámicas familiares sobre el tono histriónico del original para lo cual trasladó la acción a su Irlanda natal. Ciertamente la interacción entre personajes y entorno ofrece una fresca veracidad. Incluso la página oficial de Irlanda dedica a la serie un artículo con las encantadoras rutas de su rodaje. 

2.- El paquete musical de la serie es excepcional. La canción de Leonard Cohen Who by fire reinterpretada por J.P. Harvey adorna la obertura y subrayando los momentos claves encontramos temas de Fiona Apple, The Pogues, Marlena Shaw o Billie Holiday. Un soundtrack lleno de exquisitez.


domingo, 25 de febrero de 2024

BRIGHT MINDS - de Laurent Burtin, Alexandre de Seguins y Denis Alamercery

 






















Serie TV
Policiaca
2019, Francia
4 Temp.



Entre la nadería vocinglera de la televisión generalista, que suelo evitar, me he enganchado en A3Series a este policial verdaderamente disfrutable. Como en muchas obras desde Sherlock y Watson los detectives son una pareja, en este caso mujeres ambas y muy diferentes, tanto, que acaban siendo complementarias. La cabeza visible de esta insólita pareja es la comandante de la policía criminal Raphaëlle Coste (Lola Deweare), que encuentra a su inestimable colaboradora en los archivos criminales de la policía. Porque allí es donde trabaja como documentalista Astrid Nielsen (Sara Mortensen) una brillante y metódica joven de 30 años con síndrome de Asperger, trastorno que se incluye dentro del espectro autista.

Tanto ellas mismas como los casos que afrontan son de lo menos convencional. En principio no podríamos encontrar dos personas más dispares ya que Raphaëlle es impulsiva y caótica mientras que Astrid es metódica y ordenada hasta la compulsión. Pero ambas sabrán sacar partido de sus diferencias y combinando sus habilidades resolver casos de lo más extraño.

"Me gustan las adivinanzas, me gustan los acertijos", reconoce Astrid que es muy aficionada a los clásicos rompecabezas, tanto metálicos como de madera (es una delicia verla resolverlos), y de ahí extrae uno de los resortes mentales a los que recurre para afrontar los casos: "hay que analizar estas circunstancias desde otro punto de vista", suele repetir, buscando enfoques más creativos y originales. Pero éste no es más que uno de los atractivos de Astrid, auténtica protagonista de esta historia. Su trabajo de archivera de documentación criminal la convierte en una verdadera biblioteca andante con capacidad para relacionar casos y modus operandi que a cualquier otro se le escaparían. Y eso por no hablar de su capacidad analítica en la escena del crimen, en donde es capaz de captar detalles tan nimios (pero significativos) que acaban conduciéndola a una cómica competición con el forense de la brigada.  

La serie cautiva por la química evidente entre las dos actrices, la naturalidad de sus interpretaciones y un acertado toque de humor. Pero para mí son determinantes otros dos aspectos: la originalidad de los casos con que se topan y la profundización en el día a día de una persona con Asperguer.


Como se sabe un orden estricto, rígidos hábitos y mucha previsibilidad son los elementos imprescindibles para que estas personas puedan afrontar el caos de la vida diaria sin entrar en pánico. También han de vencer las enormes dificultades que tienen para las relaciones interpersonales y un alto grado de inflexibilidad en su comportamiento; pero el roce con la extrovertida Raphaëlle hará que Astrid pueda abrirse lo suficiente al mundo como para vivirlo con una nueva plenitud. Emociona ver cómo profundizan en su amistad así como apreciar los detalles que van evidenciando la influencia mutua que se ejercen. También es muy interesante el Taller de Habilidades Sociales al que acude periódicamente Astrid. Son un grupo de autistas que intercambian experiencias y quejas sobre sus relaciones con la gente normal, a los que ellos llaman "neurotípicos".

En realidad son las dos las que tienen dificultades para relacionarse con los demás; pero es porque son mujeres cabezotas y empoderadas: "estoy cualificada" le espeta Astrid a cualquiera que se extrañe de su presencia en una investigación. Lo bueno es apreciar cómo se van amaestrando la una a la otra. Astrid le enseña a Raphaëlle a ser menos caótica y Raphaëlle le enseña a Astrid a ser más flexible y aceptar la informalidad. Ni que decir tiene que las interpretaciones de Lola Deweare y Sara Mortensen destilan encanto y crisma por los cuatro costados.


El otro aspecto gozoso de la serie es la originalidad de sus enigmas criminales, que a menudo se presentan como inexplicables. Por ejemplo, una mujer es hallada muerta en la sala de Paleontología del Museo de Historia Natural. La causa de la muerte es ahogamiento (tiene los pulmones encharcados); pero no hay agua ni fugas por ningún lado. Otro. Un músico aparece muerto en un lugar casi inaccesible, entre los tubos de un órgano. Además no tiene ninguna herida ni golpe visible. El caso se complica cuando un profesor de piano muere en el Auditórium mientras alguien hace sonar un tema con el que está obsesionado, la Tocata y fuga en Re menor de Bach. Otro más. Un médico retira 8.000 euros del banco y se dirige a un parking donde introduce el dinero en una papelera y a continuación se baña en gasolina quemándose a lo bonzo.

Los crímenes siempre están relacionados con singulares motivos culturales como la Inteligencia Artificial, las brujas, los fenómenos paranormales, las teorías de la conspiración e incluso hay un asesinato relacionado con la Kábala (un judío parece haber sido asesinado por un golem). Aunque el ranking de curiosidades culturales es muy amplio y se nos presentan casos relacionados con la masonería y Hermes Trismegisto, la paleontología, y hasta la abducción extraterrestre; pasando por un asesinato relacionado con un maquiavélico juego de ajedrez o con el virtuosismo de Bach (al que Astrid es muy aficionada y cuyas explicaciones a Raphäelle posibilitan un intercambio de mensajes cifrados cuando una de ellas está secuestrada). 


Aviso: Lo que resulta cansino son los siete minutos de publicidad que la cadena mete cada veinte minutos. 

martes, 6 de junio de 2023

PUSTINA - de Štěpán Hulík



Pustina es un pueblo envenenado y al borde de la extinción.
Rodeado por una mina de carbón al aire libre y una central nuclear parece ubicado en un planeta extractivo donde no se vive, sino que sólo existe la necesidad. La panorámica de sus llanuras desolladas con las gigantescas máquinas roturadoras excavando le da un aspecto lunar. Este yermo desapacible amenaza con enfrentar y asfixiar a sus habitantes. Primero porque la Compañía minera les ha propuesto comprarles todas las casas para expandir la excavación. Y segundo porque mientras preparan el referéndum que decidirá su futuro, desaparece la hija de la alcaldesa, de catorce años; lo que hará saltar las costuras de este microcosmos.

La vida no ofrece muchas oportunidades en Pustina, Chequia, un nombre que podría traducirse como “páramo” o también como lugar yermo y baldío. El pueblo carece de expectativas. No hay futuro ni trabajo. Casi hay más jóvenes encerrados en el reformatorio que en el instituto. Las casas y los coches están desvencijados como en los restos de un naufragio. Tal y como uno de los personajes llega a decir, aquí “todo es una mierda”. Se intuyen los resabios de una aciaga época comunista. Nadie se fía de nadie. 

No sólo una gran parte de los jóvenes están encerrados en el reformatorio, todos viven como si estuviesen confinados en una trampa gélida y sucia. El lugar más animado es la gasolinera en la carretera, ya que está cerca de la frontera con Polonia. Allí no sólo abundan los camiones, el tráfico de drogas y la prostitución están al cabo de la calle. Esta atmósfera deprimente está muy conseguida y se convierte en un personaje más de la serie.
En este páramo hostil la desaparición de la niña hace aumentar las sospechas de unos contra otros. Todo se complica porque la alcaldesa Hanna Sikorová (Zuzana Stivínová) es de las pocas personas que está en contra de la venta del pueblo a la Compañía minera. También porque su ex marido Karel (Jaroslav Dusek) es el primer sospechoso. Fue profesor del Instituto, pero ahora está retirado tras diagnosticarle un trastorno bipolar que le lleva a vivir como un pordiosero en una cabaña aislada en el bosque. Su hija Míša desapareció una tarde cuando iba a visitarlo.

Estos son los mimbres de un drama en 8 episodios que se desarrolla en tres niveles: la investigación policial, el drama familiar y el trasfondo sociopolítico de una comunidad exhausta.

El ex marido de la alcaldesa, Karel Zikorova, se convertirá en un elemento central de la trama ya que, a la vista de la inoperancia policial, toma la iniciativa de investigar por su cuenta. Las sospechas sobre unos y otros acabarán sacando a la luz oscuros secretos, hijos bastardos y viejas reyertas en un ambiente crispado y violento.
La serie no es perfecta, ni mucho menos, pero está realizada de forma muy notable y cuenta con unos intérpretes que parecen nacidos para su papel. Uno de los aspectos más conseguidos es la atmósfera de degradación material y moral que impera en el pueblo. El escritor checo Štěpán Hulík era muy consciente del valor añadido que aportaba el paisaje, según ha reconocido en una entrevista:
 “Estábamos usando los bosques que rodean el pueblo de manera similar. Hicimos todo lo posible para crear la sensación de que la naturaleza es un testigo silencioso de todo. Al menos uno de nuestros personajes, Karel, puede sentir esto. Al final del episodio dos, mira los árboles en el bosque y parece estar hipnotizado por ellos. Sabe que esos árboles le están diciendo algo, pero no puede entender lo que intentan decirle, y el espectador también puede entenderlo”.

Siendo esto muy válido hay que decir, por el contrario, que la serie peca de ser un tanto morosa y contemplativa. Está claro que la investigación para encontrar a la niña está a la misma altura que el reflejo de las tensiones que sufre esa comunidad depauperada; pero hay pocas elipsis y demasiados minutos meramente descriptivos o con gente mirando absorta.



Tampoco aprovecha del todo las ambigüedades de los personajes, las cuales sólo quedan apuntadas: como la aviesa dueña de la tienda que acaba sucediendo a la alcaldesa en el cargo, o el taxista Abraham, también concejal, que cultiva una imagen de tipo íntegro pero que acaba traicionando a la alcaldesa votando en su contra. O el encargado del reformatorio, que conoce los trapicheos en que andan metidos muchos de los jóvenes, incluido su hermano. También está desaprovechado un inicio sumamente perturbador, la muerte del burro que era la mascota de la guardería. Aparece torturado y colgado con alambre de espino en el bosque; pero el asunto se pierde en el desarrollo sin mayor trascendencia y se resuelve de forma anodina.

Finalmente apuntar que el enfrentamiento entre los que están a favor y en contra de la venta del pueblo está desarrollado de forma sucinta. Se da por amortizado una vez que se aprueba llevar a cabo un referéndum sin profundizar en la historia de miseria que arrastran o si de verdad la venta supondrá una nueva oportunidad. En este sentido me acordé de la magnífica As bestas, cuando sitúa a los dos contenientes cara a cara, en el bar, para exponer sus prejuicios, amenazas y puntos de vista.



De todos modos tengo que decir que he disfrutado del visionado y creo que la serie merece la pena. Muy bien rodada y mejor interpretada, nos hará recordar a la citada As bestas, pero también a The Killing o Winter´s bones.

El escritor checo Štěpán Hulík ha sido el guionista de esta serie que cuenta con la dirección de Alice Nellis e Ivan Zachariás.
Hulik ya fue el guionista de Burning Bush, una miniserie de 3 episodios sobre la figura de Jan Palach, un estudiante que se suicidó a lo bonzo en la plaza de Wenceslao como protesta por la ocupación rusa en plena Primavera de Praga, en 1968. Jan Palach hoy en día es considerado un héroe nacional y la serie cuenta su historia a través de la figura de Dagmar Buresova, la abogada que defendió el legado de Palach tras su suicidio y que llegó a ser ministra de justicia de Checoslovaquia una vez alcanzada la democracia. La serie fue dirigida por la reconocida cineasta polaca Agnieszka Holland

miércoles, 22 de febrero de 2023

RTVE Play - plataforma de streaming




Lo gratuito se suele despreciar y si además sumamos que el ente Radio Televisión Española siempre está en el disparadero de los partidos políticos que ansían su manipulación; todo parece jugar en contra del prestigio de este servicio. Pero hay que poner en valor a los grandes profesionales con que cuenta y que, a pesar del torpedeo a que es sometida habitualmente por parte de politicuchos de todo pelaje, ha logrado poner en pie una plataforma de contenidos audiovisuales que no tiene nada que envidiar a las poderosas Netflix, HBO o Amazon.

RTVE Play es una plataforma activa desde hace más de un año donde se pueden ver todos los canales del grupo en directo, pero que además cuenta con un amplio catálogo de series, películas y documentales de contrastada calidad....y todo de forma gratuita.

Para acceder a la plataforma sólo hay que descargarse la app gratuita  de RTVE Play, existente tanto para TV como para móviles y tablets. A partir de ahí la navegación es semejante a cualquier plataforma de contenidos. Puedes ver los canales en directo, lo último añadido o buscar por secciones el tema que más te guste: cine, series, documentales, entretenimiento, deportes, informativos, cocina, divulgativos o archivo.

Si además te registras (gratuitamente por supuesto) en RTVE Play, podrás disfrutar de todas las ventajas que ofrece una experiencia personalizada, como seguir viendo tus contenidos donde los dejaste o crear una lista de favoritos para acceder fácilmente a lo que más te gusta. 

Entre sus funcionalidades está la de ver los directos desde el principio, hacer retroceder o avanzar los vídeos y reducir tu pantalla para seguir viendo tu programa preferido mientras sigues navegando por Internet. Por supuesto también te da la opción de elegir idioma y subtítulos. 

Toda una completa plataforma puesta a nuestro alcance de forma gratuita y que lejos de ofrecer productos viejunos o sin interés nos ofrece series tan maravillosas como The Split (de la que hablaré próximamente), Call my agent o Malaka, una serie criminal compleja y adulta, de 8 episodios, que se desarrolla en un corrupto universo malagueño que le da sopas con onda al reciente éxito de Netflix, La chica de nieve; también ambientada en Málaga.

En películas no faltan clásicos como Psicosis de Hitchcock o thrillers tan actuales como Salt, en el que Angelina Jolie forma parte de una sociedad secreta de asesinos capaces de disparar balas curvas. También podemos ver al justiciero The Equalizer 2 con Denzel Washington en plan quijotesco contra todo tipo de mafias,  o Solo las bestias (2019) un estupendo thriller francés dirigido por Dominik Moll que juega con cinco personajes muy distantes entre sí pero que acaban reunidos en uno de los parajes más inhóspitos de Francia. 
Todo ello sin olvidar películas recientes tan exitosas como El mundo perdido: Jurassic Park, de Steven Spielberg; la amarga y maravillosa Million Dollar Baby de Clint Eastwood, o el boom que arrasó en los Oscars de 2019, Parásitos, de Bong Joon-ho: una historia entre cómica y política sobre una familia pobre que se instala en los sótanos de una mansión de ricos para sacar a la luz todas las contradicciones de nuestro tiempo. 

Por supuesto uno de los fuertes de la plataforma es la oferta de cine español en la que no puede faltar un clásico como Amanece que no es poco, del maestro Jose Luis Cuerda o Volver y Mujeres al borde de un ataque de nervios, de Pedro Almodóvar. Del recientemente fallecido Carlos Saura podemos ver Cría cuervos... y Elisa, vida mía  o el documental Jota, sobre la música de su tierra, Aragón. Hasta podemos encontrar rarezas tan intrigantes como La torre de los siete jorobados (1944) de Edgar Neville, adaptación de la extraordinaria novela homónima de Emilio Carrere.

La lista de películas disfrutables es bastante larga e incluye esa historia totalmente inglesa (por su ambiente y sus personajes) titulada La librería (2017), pero que dirigió con pulso clásico mi admirada Isabel Coixet, adaptando la muy notable novela de Penelope Fitzgerald. De Coixet también tenemos a nuestro alcance otra película de incuestionable belleza, Nadie quiere la noche (2015), en la que una gran Juliette Binoche tendrá que sobrevivir en el Ártico.  Y para no abandonar a Isabel Coixet, la plataforma también nos ofrece el documental El techo amarillo (2022) que se acerca de frente al escándalo de los abusos sexuales a través del testimonio de las víctimas. Kike Maíllo por su parte también eligió una novela extranjera (en este caso de la francesa Amelie Nothomb) para dirigir Cosmética del enemigo (2020), un sofisticado thriller psicológico que deriva hacia lo siniestro y criminal.
 
También podemos ver Intemperie (2019), el estupendo western de Benito Zambrano trasladado al campo andaluz en plena postguerra española; o una película del triunfador de los últimos premios Goya, Rodrigo Sorogoyen (As bestas), de quien podemos ver Madre (2019) una perturbadora historia en la que Marta Nieto está magistral mostrándonos un inquietante viaje emocional. 

Los cineastas europeos más reconocibles también están presentes en la plataforma. Como el autor de Gomorra, el italiano Matteo Garrone, de quien podemos ver Dogman (2018), película inspirada en el crimen del Canaro della Magliana, un asesinato ocurrido en Italia en 1988 y que plantea algunos dilemas morales. También Thomas Vinterberg plantea un experimento contra la mediocridad en Otra ronda (2020), donde Mads Mikkelsen y unos profesores compañeros quieren probar si manteniendo una cierta tasa de alcohol en sangre pueden mejorar en ciertos aspectos de su vida. 

También está accesible en la plataforma una delicada película de época que plantea una pasión amorosa con una veracidad inusitada y gran ambición estética, Retrato de una mujer en llamas (2019) de Céline Sciamma y La (des)educación de Cameron Post (2018), película independiente de Desirée Akhavan que ganó el festival de Sundance y que, con el protagonismo de Chloë Grace Moretz, nos cuenta la historia de una joven que es obligada por su familia a asistir a un centro de terapia para reorientar su sexualidad "desviada". 

Sin ánimo de agotar un menú que tiene profundidad no podemos perdernos la película de David P. Sañudo titulada Ane (2020), que cuenta con una madre coraje memorable como Patricia López Arnaiz a través de la que reflexionamos sobre la escasa comunicación que hay entre padres e hijos en el contexto de la sociedad vasca y el terrorismo de ETA. 

Por fin, y en cuanto a series, aparte de las señaladas The Split o Malaka, podemos encontrar una aguda comedia en Call my agent, centrada en el día a día de una prestigiosa agencia artística tras la repentina muerte de su fundador. Este retrato del salvaje mundo de las celebrities tiene la curiosidad añadida de que, en cada uno de los episodios, una estrella del cine francés se interpreta a sí misma. Y eso sin olvidar la nueva versión de Los miserables producida por la BBC en 6 episodios o Top of the Lake con la conocida Elizabeth Moss (El cuento de la criada) haciendo de detective en un salvaje territorio de Nueva Zelanda....y Los Durrell, una joya de serie inglesa creada por Simon Nye, con un guión irreverente e ingenioso para retratar a la familia del naturalista y zoólogo Gerald Durrell en la isla de Corfú... 

...y La infamia (Three Girls en el original), un drama sobre violación con una carga emocional difícil de soportar...y El ministerio del tiempo, la juguetona serie de los hermanos Pablo y Javier Olivares... y la sorprendente Yrreal (2021), la webserie de Alberto Utrera que cuenta una venganza saltando de la realidad al cómic... y etc, etc.
¡A disfrutar!