viernes, 24 de febrero de 2023

El ÚNICO INDIO BUENO - de Graham Jones




Ponokaotokaanaakii (Mujer con cabeza de Ciervo).-
Esta pujante novela nos arrastra a un territorio poco explorado dentro del género del terror, el de los mitos y leyendas de los indios americanos. Pero su originalidad no viene por reproducir el tropo de la "maldición india", sino por contarla desde dentro y en un doble sentido. Desde dentro porque tanto los protagonistas de la novela como el autor Graham Jones son auténticos indios Pies Negros (Blackfeet Nation) y, sobre todo, porque la trama se centra en el conflicto que viven estos jóvenes con respecto a su raza y a las tradiciones ancestrales de las que se sienten prisioneros. En general la novela refiere la venganza de una entidad sobre quienes la agraviaron. En un sentido más profundo podemos ver una lucha entre lo moderno y lo atávico.

Ricky, Lewis, Gabe y Cassidy son cuatro indios Pies Negros amigos desde la infancia. Sufren un profundo desarraigo y viven en tierra de nadie, a caballo entre la tribu y la modernidad. Hace diez años cometieron un acto sacrílego, penetraron en un territorio de caza sagrado y vivieron un frenesí sangriento matando a multitud de ciervos. Lo más dramático fue la muerte de una cierva embazada que resistió arduamente varios disparos antes de morir. Ahora han pasado diez años y de aquella masacre ha emergido una entidad aniquiladora que viene a vengarse.
"¿Qué proceso había perturbado Lewis al abatir a esa cierva en un territorio ilegal?
...
Los ciervos son ciervos, ni más ni menos. Si los animales regresaran del más allá para acosar a las personas que les dispararon, los campamentos de los antiguos Pies Negros habrían estado tan llenos de bisontes fantasma que no podría darse ni un paso.
La diferencia es que ellos los mataban de forma honorable". pág. 121
La novela se abre con una secuencia escalofriante y muy cinematográfica. Ricky ha huido de la reserva y trabaja para una compañía petrolera. Cuando sale del supermercado un grupo de blancos racistas se aprestan a acosarlo en el aparcamiento. No sospechan el avispero en el que se están metiendo. Primero uno y luego una horda espectral de ciervos perseguirá a Ricky entre los vehículos pateándolo hasta la muerte, sin que los acosadores entiendan lo que está pasando. La escena es formidable no sólo por la plasticidad con que está narrada, sino porque nos muestra de golpe la situación de Ricky: huido de la reserva que lo asfixia, sufre la violencia y discriminación de la sociedad en la que quiere integrarse. En esta encrucijada es atropellado por sus pecados contra su propia cultura.
La estructura posterior del relato se articula en torno a la venganza que destroza a cada uno de los amigos y, la verdad, cada historia tiene entidad propia: la de Lewis es un intenso viaje a la paranoia en la que la visión recurrente de la cierva ensangrentada acaba hundiéndolo en un pozo neurótico. Mientras que Gabe y Cassidy, por su parte, sufren un sangriento episodio de aniquilación mientras ejecutan un rito ancestral, purificarse en la Tienda del Sudor. Cada uno de ellos es arrasado por esta venganza quimérica, lo que convierte al libro en un slasher de lo más cruento.

En estos diez años cada uno ha seguido su camino. Se han arrancado las raíces pero no han encontrado dónde arraigar. La discriminación y el alcoholismo endémico los persiguen. No sólo son perseguidos por una cierva asesina (Elk Head Woman), sino también por una conciencia culpable. Por eso nuestra posición como lectores resulta paradójica. En todo momento nos encontramos apoyando tanto a la vengadora como a las víctimas. Ambos son damnificados.

El terror que propone Graham Jones está dentro de los personajes. Parece que es su sentimiento de culpa y traición a la propia cultura el que hubiese creado al monstruo que los conduce a la autodestrucción. Además, este monstruo está muy determinado por el contexto social y político de los protagonistas, lo cual proporciona al relato una capa novedosa y seductora.
“Eso es justo lo que se suponía que debía pensar, eso es lo que quiere la mujer cabeza de alce, que destruya su propia vida. De esa manera, ella ni siquiera tiene que hacer nada, puede simplemente sentarse y mirar”.

El antagonista permanece oculto la mayor parte del tiempo hasta que los propios chicos se dan cuenta del origen de todo, qué forma tiene y por qué han transcurrido justo diez años antes de comenzar su venganza. Entonces Ponokaotokaanaakii (Mujer con Cabeza de Ciervo) no solo cobra forma, sino que hay unas páginas preciosas en las que el relato adopta su punto de vista. Éste es uno de los aspectos más gozosos de la lectura. Graham Jones es capaz de introducirnos en la psicología de cada uno de los personajes, y eso hace que vivamos todo en primera persona, dejándonos sin respiración.

Otro acierto de la novela es la diversidad de enfoques con que se presenta la venganza. Aunque cada embestida es brutal, la que sufre Lewis se convierte en central por tener un desarrollo más amplio, sutil y complejo. Vemos cómo su inquietud se convierte en una auténtica paranoia. Lewis parece plenamente integrado en la cultura occidental, se trasladó a Great Falls donde está casado con una mujer blanca y trabaja como empleado postal; pero la llegada de una joven de la tribu Cuervo, con la que empieza a coquetear, abrirá la puerta a situaciones siniestras. Con ella empieza un juego de espejismos en el que la bestia cambia de forma atrapando a Lewis en un tortuoso juego mental.

El acoso a Lewis tiene casi el tratamiento de una novela corta de suspense psicológico. Él reúne los indicios que le sirven para identificar al asesino y sus motivos, desentrañando por qué ha esperado una década. Pero cuando su mente calenturienta logra encajar las piezas ha de afrontar un final espantoso. Esta parte contrasta con la siguiente, más física y brutal, cuando Gabe y Cassidy son embestidos en la Tienda del Sudor. Este enfrentamiento físico tiene su continuidad en el desenlace con Denorah, hija a la que Gabe ha dedicado toda su vida. Ella será la sangre fresca y renovada que se enfrentará a Elk Head Woman, llevándola hasta el límite y encontrando una puerta de salida al círculo vicioso de muerte y destrucción...en el mismo lugar donde diez años antes ocurrió la masacre.


Es una novela que ensancha el género, merced a una gran caracterización de los personajes y a un contexto sociocultural muy determinante, la realidad crítica de los nativos norteamericanos. Y Graham Jones no es nada complaciente. Por supuesto critica la discriminación de los indios en la sociedad occidental; pero también afronta con irreverencia y sarcasmo el modo en que estos jóvenes indígenas viven su raza: por ejemplo, los cuatro amigos hacen burlas constantes sobre lo que significa ser “un buen indio”: así cuando Gabe se pregunta si es obligatorio hacer de noche la ceremonia del sudor, Cassidy le responde con ironía, “déjame revisar el gran libro de reglas de los indios”. O cuando Lewis piensa que se merece un gran premio indio por haber llegado a los treinta y seis años alejado de la comida basura, la diabetes, el alcoholismo o la cárcel a la que, como indio, parecía predestinado.

El título se apropia con mordacidad de una cita racista erróneamente atribuida al famoso General Custer que murió con las botas puestas en Little Big Horn, “el único indio bueno es el indio muerto”.  En realidad quien la pronunció por primera vez fue su subalterno, el sanguinario mayor general Philip O. Sheridan. Los protagonistas de la novela parecen asumir su fracaso apropiándose amargamente de la frase. 

La escritura de Graham Jones es directa y muy vívida. Las descripciones de la violencia son muy gores e inquietantes, aunque aliviadas por golpes de humor irreverente. Es capaz de imaginar escenas muy poderosas como la inicial con Ricky en el parking o la de Lewis en el salón de su cabaña, sin olvidar el enfrentamiento de Denorah primero en la pista de baloncesto y luego en los vagones del tren. La escena con Gabe y Cass en la Tienda del Sudor tiene la tensión añadida de que ambos ignoran lo que está sucediendo, cosa que el lector no. Aquí vemos otra vez la ironía espantosa sobre las costumbres de la tribu: Gabe y Cass comentan que las cabañas de sudor son sagradas y por lo tanto el lugar más seguro en la reserva.

Sangrienta, brutal e irreverente. Muy buena.





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S. Graham Jones es profesor de inglés en la Universidad de Colorado Boulder y tiene ya publicados 22 novelas y cientos de cuentos que le han proporcionado multitud de premios, como el Bram Stoker o el Shirley Jackson. Reconoció en una entrevista que le gusta pasearse por su casa con una hacha en las manos.
También en la editorial La Biblioteca de Carfax podemos encontrar Mestizoscon un tratamiento muy original de los licántropos, mezclando su vivencia desde dentro con humor y crítica social. Y también La noche de los maniquís, otro slasher que homenajea al cine de serie B de forma sangrienta y gozosa. 

miércoles, 22 de febrero de 2023

RTVE Play - plataforma de streaming




Lo gratuito se suele despreciar y si además sumamos que el ente Radio Televisión Española siempre está en el disparadero de los partidos políticos que ansían su manipulación; todo parece jugar en contra del prestigio de este servicio. Pero hay que poner en valor a los grandes profesionales con que cuenta y que, a pesar del torpedeo a que es sometida habitualmente por parte de politicuchos de todo pelaje, ha logrado poner en pie una plataforma de contenidos audiovisuales que no tiene nada que envidiar a las poderosas Netflix, HBO o Amazon.

RTVE Play es una plataforma activa desde hace más de un año donde se pueden ver todos los canales del grupo en directo, pero que además cuenta con un amplio catálogo de series, películas y documentales de contrastada calidad....y todo de forma gratuita.

Para acceder a la plataforma sólo hay que descargarse la app gratuita  de RTVE Play, existente tanto para TV como para móviles y tablets. A partir de ahí la navegación es semejante a cualquier plataforma de contenidos. Puedes ver los canales en directo, lo último añadido o buscar por secciones el tema que más te guste: cine, series, documentales, entretenimiento, deportes, informativos, cocina, divulgativos o archivo.

Si además te registras (gratuitamente por supuesto) en RTVE Play, podrás disfrutar de todas las ventajas que ofrece una experiencia personalizada, como seguir viendo tus contenidos donde los dejaste o crear una lista de favoritos para acceder fácilmente a lo que más te gusta. 

Entre sus funcionalidades está la de ver los directos desde el principio, hacer retroceder o avanzar los vídeos y reducir tu pantalla para seguir viendo tu programa preferido mientras sigues navegando por Internet. Por supuesto también te da la opción de elegir idioma y subtítulos. 

Toda una completa plataforma puesta a nuestro alcance de forma gratuita y que lejos de ofrecer productos viejunos o sin interés nos ofrece series tan maravillosas como The Split (de la que hablaré próximamente), Call my agent o Malaka, una serie criminal compleja y adulta, de 8 episodios, que se desarrolla en un corrupto universo malagueño que le da sopas con onda al reciente éxito de Netflix, La chica de nieve; también ambientada en Málaga.

En películas no faltan clásicos como Psicosis de Hitchcock o thrillers tan actuales como Salt, en el que Angelina Jolie forma parte de una sociedad secreta de asesinos capaces de disparar balas curvas. También podemos ver al justiciero The Equalizer 2 con Denzel Washington en plan quijotesco contra todo tipo de mafias,  o Solo las bestias (2019) un estupendo thriller francés dirigido por Dominik Moll que juega con cinco personajes muy distantes entre sí pero que acaban reunidos en uno de los parajes más inhóspitos de Francia. 
Todo ello sin olvidar películas recientes tan exitosas como El mundo perdido: Jurassic Park, de Steven Spielberg; la amarga y maravillosa Million Dollar Baby de Clint Eastwood, o el boom que arrasó en los Oscars de 2019, Parásitos, de Bong Joon-ho: una historia entre cómica y política sobre una familia pobre que se instala en los sótanos de una mansión de ricos para sacar a la luz todas las contradicciones de nuestro tiempo. 

Por supuesto uno de los fuertes de la plataforma es la oferta de cine español en la que no puede faltar un clásico como Amanece que no es poco, del maestro Jose Luis Cuerda o Volver y Mujeres al borde de un ataque de nervios, de Pedro Almodóvar. Del recientemente fallecido Carlos Saura podemos ver Cría cuervos... y Elisa, vida mía  o el documental Jota, sobre la música de su tierra, Aragón. Hasta podemos encontrar rarezas tan intrigantes como La torre de los siete jorobados (1944) de Edgar Neville, adaptación de la extraordinaria novela homónima de Emilio Carrere.

La lista de películas disfrutables es bastante larga e incluye esa historia totalmente inglesa (por su ambiente y sus personajes) titulada La librería (2017), pero que dirigió con pulso clásico mi admirada Isabel Coixet, adaptando la muy notable novela de Penelope Fitzgerald. De Coixet también tenemos a nuestro alcance otra película de incuestionable belleza, Nadie quiere la noche (2015), en la que una gran Juliette Binoche tendrá que sobrevivir en el Ártico.  Y para no abandonar a Isabel Coixet, la plataforma también nos ofrece el documental El techo amarillo (2022) que se acerca de frente al escándalo de los abusos sexuales a través del testimonio de las víctimas. Kike Maíllo por su parte también eligió una novela extranjera (en este caso de la francesa Amelie Nothomb) para dirigir Cosmética del enemigo (2020), un sofisticado thriller psicológico que deriva hacia lo siniestro y criminal.
 
También podemos ver Intemperie (2019), el estupendo western de Benito Zambrano trasladado al campo andaluz en plena postguerra española; o una película del triunfador de los últimos premios Goya, Rodrigo Sorogoyen (As bestas), de quien podemos ver Madre (2019) una perturbadora historia en la que Marta Nieto está magistral mostrándonos un inquietante viaje emocional. 

Los cineastas europeos más reconocibles también están presentes en la plataforma. Como el autor de Gomorra, el italiano Matteo Garrone, de quien podemos ver Dogman (2018), película inspirada en el crimen del Canaro della Magliana, un asesinato ocurrido en Italia en 1988 y que plantea algunos dilemas morales. También Thomas Vinterberg plantea un experimento contra la mediocridad en Otra ronda (2020), donde Mads Mikkelsen y unos profesores compañeros quieren probar si manteniendo una cierta tasa de alcohol en sangre pueden mejorar en ciertos aspectos de su vida. 

También está accesible en la plataforma una delicada película de época que plantea una pasión amorosa con una veracidad inusitada y gran ambición estética, Retrato de una mujer en llamas (2019) de Céline Sciamma y La (des)educación de Cameron Post (2018), película independiente de Desirée Akhavan que ganó el festival de Sundance y que, con el protagonismo de Chloë Grace Moretz, nos cuenta la historia de una joven que es obligada por su familia a asistir a un centro de terapia para reorientar su sexualidad "desviada". 

Sin ánimo de agotar un menú que tiene profundidad no podemos perdernos la película de David P. Sañudo titulada Ane (2020), que cuenta con una madre coraje memorable como Patricia López Arnaiz a través de la que reflexionamos sobre la escasa comunicación que hay entre padres e hijos en el contexto de la sociedad vasca y el terrorismo de ETA. 

Por fin, y en cuanto a series, aparte de las señaladas The Split o Malaka, podemos encontrar una aguda comedia en Call my agent, centrada en el día a día de una prestigiosa agencia artística tras la repentina muerte de su fundador. Este retrato del salvaje mundo de las celebrities tiene la curiosidad añadida de que, en cada uno de los episodios, una estrella del cine francés se interpreta a sí misma. Y eso sin olvidar la nueva versión de Los miserables producida por la BBC en 6 episodios o Top of the Lake con la conocida Elizabeth Moss (El cuento de la criada) haciendo de detective en un salvaje territorio de Nueva Zelanda....y Los Durrell, una joya de serie inglesa creada por Simon Nye, con un guión irreverente e ingenioso para retratar a la familia del naturalista y zoólogo Gerald Durrell en la isla de Corfú... 

...y La infamia (Three Girls en el original), un drama sobre violación con una carga emocional difícil de soportar...y El ministerio del tiempo, la juguetona serie de los hermanos Pablo y Javier Olivares... y la sorprendente Yrreal (2021), la webserie de Alberto Utrera que cuenta una venganza saltando de la realidad al cómic... y etc, etc.
¡A disfrutar!

viernes, 17 de febrero de 2023

LOS ENAMORAMIENTOS - de Javier Marías



Marías es un autor que cuenta con fieles y detractores merced a un estilo absolutamente personal. Es famosa su prosa serpenteante llena de caminos que se bifurcan; pero también merece resaltarse que el objeto de su escritura no son tanto los hechos, como la vivencia íntima que los personajes tienen de ellos.

Y es que el estilo de Marías viene determinado por lo inescrutable que puede llegar a ser la verdad. En la página 193 leemos: "uno nunca sabe si lo que se dice es verdad, nunca hay certeza de nada que no venga de nosotros mismos, y aún así". Mientras que en la 380: "La verdad no es nunca nítida, sino que siempre es maraña. Hasta la desentrañada". Así que el novelista se lanza a la búsqueda de esa nitidez imposible percutiendo en la ambigüedad de cada personaje y situación, revelando pensamientos y contradicciones, especulaciones y dudas, miedos y deseos. Esto es lo que nos ofrece Marías de forma única. El vuelo mental y sentimental de sus personajes. Y además con un punto de ironía, porque la cita completa dice así; "La verdad no es nunca nítida, sino que siempre es maraña. Hasta la desentrañada. Pero en la vida real casi nadie necesita averiguarla ni se dedica a investigar nada, eso sólo pasa en las novelas pueriles"...ja, ja, ja, como las de este maestro.

La trama no puede ser más sencilla. María trabaja en una editorial y desayuna todos los días en la misma cafetería. Allí observa a un matrimonio, Luisa y Miguel Desvern, pareja sobre la que elucubra cómo vive y se relaciona, mientras reflexiona sobre sí misma. Inesperadamente Miguel es asesinado fortuitamente en un aparcamiento. Este hecho provoca que María se acerque a Luisa para darle el pésame y, a través de ella, acabe conociendo al mejor amigo de Miguel, Javier Díaz-Dávila, con el que María acabará teniendo una relación. Esta pequeña red de circunstancias situará a María en una encrucijada turbadora ya que primero conocerá el crimen y sus efectos desde fuera para verse luego inmiscuida en él de forma inesperada.


Como se ve se trata de una novela sin acción que apenas cuenta con tres personajes que habitan dos escuetos escenarios: la cafetería donde coinciden todos los días la narradora y el matrimonio, y posteriormente el piso de Díaz-Dávila donde se ven los dos amantes. Ahí ocurre todo y no se necesita más, porque prima la introspección que es la que da vuelo a la obra, revelando que la circunstancia más doméstica puede manifestarse preñada de expectativa y secreto.

Pero entonces ¿se lee con gusto una novela tan introspectiva?
Por supuesto.
Javier Marías tiene una prosa brillante y envolvente que utiliza para fascinarnos con sus abismos psicológicos. Es densa y frondosa, pero palpitante, nunca estéril. Casi más que escribir, nos hace escuchar los engranajes mentales de sus personajes, cuyas dudas y temores acabamos compartiendo. 

Se puede decir que Los enamoramientos es una novela literaria, por la preeminencia de la escritura, la frondosidad de la prosa, las citas literarias que soportan su trama y las reflexiones y divagaciones sobre mil aspectos de la vida que la nutren. Pero todo sería demasiado abstracto si el autor no hubiese tenido la habilidad de introducir dos lances muy reales y dramáticos que anclan el devenir de la novela y la someten a una renovada tensión: un asesinato insospechado y la revelación que provoca una escucha secreta. Además la novela se sitúa bajo la advocación de dos de los maestros de Marías, Shakespeare y Balzac, el uno con el tormentoso Macbeth (al hilo del verso que refiere que la muerte llega siempre demasiado pronto: ‘She should have died hereafter’) y el otro con su fantasmal coronel Chabert, glosando la persistencia de los muertos en los asuntos de los vivos. 

















El tema de la novela es, como casi siempre, el amor y la muerte infectados por los virus de la mentira y la incertidumbre, que Marías hace pivotar hacia preocupaciones esenciales en su novelística, como la dificultad de conocer cabalmente la verdad, las relaciones de pareja y sus secretos, el peligro que puede suponer escuchar y los escrúpulos morales de quien sabe algo que podría perturbar vidas ajenas. Acompañadas en este caso por una profunda reflexión sobre la impunidad. En este sentido entronca con otras obras muy reconocidas de Marías como "Mañana en la batalla piensa en mí" y "Corazón tan blanco".

Especulaciones y digresiones constantes a partir de los hechos, además del flujo de pensamientos y recuerdos fijan el estilo de Marías para conseguir abismarnos en el alma de sus personajes. Tengo que reconocer que siempre me cuesta un poco adecuarme a él y suspender la incredulidad. Olvidarme de las prisas de la acción y dejarme mecer por el oleaje del pensamiento. Pero una vez acompasado nuestro espíritu, la lectura fluye con facilidad. Aunque cabe apuntar alguna repetición molesta y alguna digresión artificiosa (como cuando en la pág. 99 se cita todo un catálogo de objetos que quedan inútiles cuando alguien muere).

También hay que reconocer que el velo de la narradora femenina se rompe cuando aparecen ciertas bromas y puyas muy personales de Javier Marías; como las escenas en que María sufre en el fatuo envanecimiento de los escritores, o cuando aparece el académico Francisco Rico como personaje o la crítica contra prensa amarillista.

Uno de los aspectos más jugoso del libro es la serie de ideas que se exponen sobre la novela. Por ejemplo Díaz-Varela asigna a la ficción "la facultad de enseñarnos lo que no conocemos y lo que se da", cuando habla del regreso del finado coronel Chabert.
"Es una novela, y lo que ocurre en ellas da lo mismo y se olvida, una vez terminadas. Lo interesante son las posibilidades e ideas que nos inoculan y traen a través de sus casos imaginarios, se nos quedan con mayor nitidez que los sucesos reales y los tenemos más en cuenta". pág. 166
Es evidente que Javier Marías entendía la ficción como un laboratorio de exploración de la conducta humana, en el que la novela podría erigirse en una forma específica de entender la realidad. Su apuesta fue escribir sobre ella con ánimo de agotarla ofreciendo perspectivas múltiples y hasta contradictorias. De ahí la cantidad de alternativas y suposiciones que la narradora elucubra sin parar, en torno a las personas y los hechos.

Es como si el novelista quisiera contemplar todas las posibilidades de la realidad en una especie de narración cuántica, donde Miguel Desvern está vivo y muerto a la vez y donde cada situación tiene varias realidades alternativas que la narradora imagina y expone.
"se depende siempre de quien nos cuenta algo, éste decide por dónde empieza y cuándo para, qué revela y qué insinúa y qué calla, cuándo dice verdad y cuándo mentira o si combina las dos y no permite reconocerlas, o si engaña con la primera como se me había ocurrido que quizá estaba él haciendo; no, no es tan difícil, basta con exponerla de manera que no se crea, o que cueste tanto creerla como para acabar desechándola. Las verdades inverosímiles se prestan a eso y la vida está llena de ellas, mucho más que la peor novela, ninguna se atrevería a dar cabida en su seno a todos los azares y coincidencias posibles, infinitos en una sola existencia, no digamos en la suma de las habidas y de las que aún discurren. Resulta bochornoso que la realidad no imponga límites." pág. 303
Quiero acabar subrayando el hecho curioso de que Marías, lo mismo que hizo en Berta Isla, logra identificar su novela con una circunstancia del proceso de lectura o escritura. En Berta Isla sucede cuando Tupra le ofrece a Nevison una explicación del papel de los espías en la sociedad, comparándolos con los narradores en tercera persona. En la que nos ocupa identifica el estado de enamoramiento con el estado necesario para leer una novela.
"Cuando alguien está enamorado, o más precisamente cuando lo está una mujer y además es al principio y el enamoramiento todavía posee el atractivo de la revelación, por lo general somos capaces de interesarnos por cualquier asunto que interese o del que nos hable el que amamos. No solamente de fingirlo para agradarle o para conquistarlo o para asentar nuestra frágil plaza, que también, sino de prestar verdadera atención y dejarnos contagiar de veras por lo que quiera que él sienta y transmita, entusiasmo, aversión, simpatía, temor, preocupación o hasta obsesión. No digamos de acompañarlo en sus reflexiones improvisadas, que son las que más atan y arrastran porque asistimos a su nacimiento y las empujamos, y las vemos desperezarse y vacilar y tropezar. De pronto nos apasionan cosas a las que jamás habíamos dedicado un pensamiento, cogemos insospechadas manías, nos fijamos en detalles que nos habían pasado inadvertidos y que nuestra percepción habría seguido omitiendo hasta el fin de nuestros días, centramos nuestras energías en cuestiones que no nos afectan más que vicariamente o por hechizo o contaminación, como si decidiéramos vivir en una pantalla o en un escenario o en el interior de una novela, en un mundo ajeno de ficción que nos absorbe y entretiene más que el nuestro real, el cual dejamos temporalmente en suspenso o en un segundo lugar, y de paso descansamos de él (nada tan tentador como entregarse a otro, aunque sólo sea con la imaginación, y hacer nuestros sus problemas y sumergirnos en su existencia, que al no ser la nuestra ya es más leve por eso)"

sábado, 11 de febrero de 2023

El VIGILANTE - creada por Ryan Murphy - Ian Brennan



La serie recoge la leyenda urbana que rodea a la famosa Casa Westfield, construida en 1905 y situada en el 657 Boulevard de la pequeña ciudad de Westfield, Nueva Jersey.

Se trata de una hermosa casa de estilo colonial holandés con seis habitaciones, un fabuloso jardín y piscina. Fue comprada por Derek y Maria Braddus en 2014 por casi 1,4 millones de dólares, pero vivir en un lugar de ensueño pronto se convirtió en pesadilla cuando empezaron a recibir cartas amenazantes como si hubiesen usurpado la propiedad. Las firmaba alguien que se autodenominaba "El Vigilante", un acosador anónimo obsesionado con la casa y su pretendida oscura historia.

Las cartas eran diabólicamente afables y anónimas, por lo que resultaban de lo más perturbadoras.
"Querido nuevo vecino en el 657 Boulevard, permítame darle la bienvenida al vecindario, ¿Cómo terminaste aquí? ¿Te llamó la fuerza de esta casa? El 657 Boulevard ha sido el tema de mi familia durante décadas y, a medida que se acerca su 110º cumpleaños, me han encargado que vigile y espere su segunda llegada. Mi abuelo vigiló la casa en los años veinte y mi padre en los sesenta. Ahora me toca a mí. ¿Conoces la historia de la casa? ¿Sabes lo que hay entre las paredes del 657 del Bulevar? ¿Por qué estás aquí? Lo averiguaré".
                                                                             -El vigilante-
Con los días llegaron dos misivas más. En la segunda constaban ya los nombres del matrimonio y además mencionaba detalles de sus hijos, a los que se refería como “sangre nueva”, lo que alarmó definitivamente a los Braddus. Incluso cuando decidieron abandonar la casa y volvieron a recoger los restos les llegó una última misiva que decía:“¿A dónde has ido? 657 Boulevard te está extrañando”.

La realidad es que la amenaza nunca sobrepasó el límite de la recepción de esas misivas. La policía e investigadores privados contratados por el matrimonio indagaron sobre los vecinos, rastrearon a los antiguos dueños e incluso se investigó al mismísimo matrimonio, pero las pesquisas nunca llegaron a nada. 

Sobre esa base y con esas mismas cartas tan insidiosas el director y guionista Ryan Murphy ha elaborado una historia completa en 7 episodios, rellenando los huecos y ofreciendo un posible desenlace. El matrimonio que va a sufrir el acoso son Dean y Nora (Bobby Cannavale y Naomi Watts).

Lo primero que hace la serie es dotar a la casa de unos vecinos de lo más inquietante, dos matrimonios ya ancianos cuyas mujeres lucen de lo más siniestro. Mitch y Mo (interpretados por Richard Kind y Margo Martindale) son unos jubilados metomentodo que acostumbran estar tumbados en el jardín, frente a la casa, espiándola constantemente. Más amenazantes resultan Pearl y Jasper (interpretados por Mia Farrow y Terry Kinney). Jasper es un tipo raro y silencioso que puede aparecer de pronto en cualquier lugar de la casa, lo que hace sospechar a Dean que el anciano conoce alguna trampilla o túnel secreto por el que acceder. 













Los guionistas han vestido la serie con sospechas por doquier que unas veces se dirigen hacia un antiguo propietario que se volvió loco o a la posibilidad de un complot con fines inmobiliarios para asustarlos y obligarles a vender a la baja. En ese sentido la antigua amiga de Nora, que fue la agente inmobiliaria que le vendió la casa, guarda algunos secretos. 

Del mismo modo que en la realidad, la serie mantiene un desenlace abierto apuntando varias hipótesis como son la aparición de túneles secretos que conectan la casa con otras donde se reúnen miembros de una secta satánica e incluso desarrolla una hipótesis fantástica cuando aparece un antiguo propietario que se supone que murió hace años y que mató allí a sus hijas. 

El juego pirotécnico funciona y la serie es un buen entretenimiento; pero más que producir terror nos coloca en el lugar de los propietarios que van dando palos de ciego hasta acabar de los nervios.



En su momento se llegó a apuntar que alguien había estado viviendo detrás de las paredes o quizás en un espacio secreto en algún lugar de la casa; suponiendo que había habitaciones secretas que jamás se descubrieron.

"¿Necesitas llenar la casa con la sangre joven que pedí? Mejor para mí. ¿Vuestra antigua casa era demasiado pequeña para la creciente familia? ¿O era la codicia de traerme a tus hijos? Cuando sepa sus nombres los llamaré y los atraeré también hacia mí".

El cambio de casa es casi un lugar común para comenzar una novela o película de terror. Se supone que el hogar es nuestro espacio más seguro y por eso cuando nuestra nueva morada nos revela tener un pasado y una vida propia despierta en nosotros miedos atávicos. El tema es clásico y un buen puñado de grandes obras así lo atestiguan como La casa infernal de Richard Matheson, El ocupante de Sarah Waters, La puerta de Audrey de Sarah Langan, La maldición de Hill House, de Shiley Jackson (que cuenta con una extraordinaria adaptación televisiva), La casa de hojas de Mark Z. Danielewski o la clásica y hoy casi olvidada Malpertuis de Jean Ray.