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jueves, 13 de marzo de 2025

RAIN DOGS - creada por Cash Carraway


Esta es la serie más sórdida y promiscua que he visto en años... pero también la más llena de vitalidad. Sus personajes se arrastran por el arrabal de Londres pero su fuerza vital es inquebrantable.

Una mujer, su hija de diez años y un amigo intentan sobrevivir a las  enormes dificultades personales y económicas que les plantea un Londres tan contemporáneo como inclemente. Desde el minuto uno sabemos que no les va nada bien. La serie se abre con ellas dos empacando sus escasas pertenencias mientras la policía aporrea la puerta para desahuciarlas de esos minipisos en colmena donde viven los peones. Se van con la cabeza alta, al fin y al cabo llevan años buscándose la vida en condiciones muy precarias. La madre tranquiliza a la niña mientras la deja en la puerta del colegio, "no te preocupes cariño ya sabes que tengo mano con los espíritus y antes de las cinco de la tarde habrán dispuesto un techo para nosotras". Pero no es así. La primera noche tienen que romper el cristal de un coche para dormir a cubierto de la lluvia. La segunda tienen que aceptar la caridad de un tipo para dormir en un cuartucho....hasta que el pervertido exige el pago del favor. 



Están al borde de la indigencia, pero nadie se recrea en ello, la vida sigue. Lo que te engancha es el carácter inexpugnable de la madre, Costello Jones (Daisy May Cooper). No tiene nada, ni dinero, ni techo, pero nunca la ves desesperada. Está muy bregada por la vida y además es de armas tomar. Tuvo que huir de casa muy joven por abusos de su madre y trabaja por horas haciendo cabina en un sex shop. Su hija Iris (Fleur Tashjian) es su motor, también su sueño de convertirse en escritora. Quiere escribir sobre esta vida perra que le ha tocado vivir.



La otra parte de la historia es Shelby (Jack Farthing) el colega que Costello conoció en la Universidad, un niño rico gay tan cínico como ingenioso que acaba de pasar un año en la cárcel. Cuando Costello ya no tiene donde agarrarse él provee el dinero suficiente para que no se despeñe. Aunque él no está mejor. Su padre se suicidó. Su madre no quiere saber nada de él, le pasa una simple paga que él dilapida en el juego y las apuestas. Ya fuera de la trena sigue sin saber qué hacer con su vida. Sólo tiene claro que siempre cuidará de Iris, pero tiende a desaparecer, a la melancolía y a la depresión. 

Los tres forman un trío calavera que avanza por la vida dando tumbos. Su ecosistema es el lumpen, la prostitución, el alcoholismo, la precariedad y unos servicios sociales de derribo. La serie aporta una mirada crítica a un sistema que es muy eficiente redistribuyendo la pobreza; pero aquí no hay militancia política como ocurre en las películas de Ken Loach, por ejemplo. La sociedad que retrata sin tapujos es áspera y descarnada, pero las malas condiciones económicas y sociales parecen asumidas, tras la Thatcher y el Brexit se dan por amortizadas. La cuestión está en cómo lo afrontan -con un inocente empeño- este trío de desubicados. 




No están solas estas almas en pena. Sus vigilias se aderezan con todo tipo de personajes extravagantes, pervertidos y tramposos. Una periodista engaña a Costello para sacar adelante un escandaloso reportaje que acaba perjudicándole. Las compañeras de cole de Iris son unas pijas que la alienan todavía más. Gloria (Ronkẹ Adékoluẹjo) es la mejor amiga de Costello, trabaja en la funeraria de su padre, pero su vida no es menos caótica. Los ratos más relajados de Costello son los que pasa con Lenny (Adrian Edmonson), un anciano y pervertido artista especializado en pintar coños y desnudos. Lenny está de vuelta de todo y vive pegado a su bomba de oxígeno. Costello le ayuda limpiándole la casa y posando para él abierta de piernas mientras él se masturba. 

Hay un capítulo en el que la ricachona madre de Shelby los envía a vivir a su casa de campo con los gastos pagados. Por lo menos allí los tendrá controlados. Ni aún así. Después de unas pocas semanas ya se están haciendo la vida imposible. La bronca es constante. Shelby llega a robar los ahorros de Costello para jugárselos. Luego se desespera y llega a decir que nunca se ha odiado más a sí mismo. Costello quiere irse pero no puede hacerle esa putada a Shelby, dejarle sin Iris. La ricachona madre no es tan misericordiosa. Llama a un psiquiátrico y vienen a recogerlo para ingresarlo.

Así transcurren estos ocho episodios que destilan frescura y autenticidad. Una montaña rusa de amarguras y emociones. Todo es difícil e inarmónico en sus vidas, pero ni Costello ni Shelby buscan lástima. Son capaces de tomar las peores decisiones posibles, las más egoístas e incluso las más autodestructivas, pero también las más humanas. “Es normal odiar a las personas que amas”, le dice lúcidamente Shelby a Costello en algún momento de su historia de encuentros y desencuentros. 


Tom Waits fue quien acuñó el término “rain dog”, en referencia a los perros callejeros que pierden su camino de regreso a casa porque los rastros y las huellas han desaparecido con las tormentas. Aquí la metáfora se extiende a los seres humanos que se sienten perdidos y desorientados en la vida. La serie no sólo adopta el título de la canción de Waits sino también su poso romántico y melancólico. El amor puro e incondicional está siempre presente en el tortuoso camino que Costello, Iris y Shelby recorren. Su viaje constituye toda una meditación poética sobre la alienación, la camaradería y la búsqueda de un sentido a este mundo desolado.

lunes, 3 de marzo de 2025

LA HORA del DIABLO - creada por Peter Moran


Lucy Chambers se despierta aterrada todas las noches a las 3:33 de la madrugada. Ni un minuto más ni uno menos. A lo largo del día también le asaltan visiones, flashes de escenas y situaciones que no sabe de dónde vienen. ¿Son pesadillas provocadas por el estrés o el resultado de un trauma enterrado? Lo más desconcertante es que ella percibe esos fogonazos como un déjà vu, recuerdos de cosas que le sucederán en el futuro. Entre las imágenes la más terrible es el fiero rostro de un hombre que le grita desde la mesa de una sala de interrogatorio a la que está amarrado. ¿Qué significa todo esto?

Además Lucy tiene que bregar con un hijo de ocho años que arrastra serios problemas: Isaac es obediente y silencioso pero incapaz de mostrar emociones. Muchas veces se sienta y mira al vacío sin pestañear provocando una situación espeluznante. A veces su madre lo abraza y el niño le pregunta: "Mamá, ¿quién es ese hombre?", cuando no hay nadie más en la habitación. En el colegio se queda de pie en medio del patio mirando fijamente algo que nadie más ve. Hasta los profesores le tienen miedo.


Lucy trabaja como asistente social y mientras está lidiando con estos trastornos su nombre surge inexplicablemente en la investigación de una serie de brutales asesinatos que están ocurriendo. Los homicidios son terribles y se suceden sin conexión alguna; por lo que los dos policías investigadores se aferran a Lucy. ¡Algo tiene que saber! 

Creo que esta serie ha pasado más desapercibida de lo que debería. Se trata de un drama criminal con un toque sobrenatural muy siniestro. La intriga que plantea es muy potente y la resolución -que debe ser fantástica- es plenamente satisfactoria. Se trata de un thriller criminal creado por Tom Moran (The Feed), producido por Steven Moffat (Doctor Who, Sherlock), y protagonizado por Jessica Raine (Informer) y Peter Capaldi (Doctor Who, In the loop), quien da vida a un enigmático asesino en serie conocido como Gideon.





La serie plantea múltiples indicios que te obligan a estar alerta, lo cual acrecienta la intriga. Como esa familia que también vive en la casa de Lucy... pero que sólo su hijo Isaac ve. Lucy también está buscando a un adolescente que ha desaparecido de su casa. Teme lo peor. En otra línea temporal vemos a Gideon, un loco asesino con los ojos de Peter Capaldi amarrado a la mesa de una sala de interrogatorios. Lucy se dejará llevar por sus déjà vu para encontrarlo y detenerlo junto a dos policías muy peculiares, Dhillon (Nikesh Patel) un joven y compasivo investigador que todavía vomita cuando ve un cadáver y Holness (Alex Ferns), un veterano policía bregado en lo más evidente pero menos ducho en lo sutil. 

La sorpresa surge cuando Gideon le revela a Lucy que no es la primera vez que han estado juntos en esa sala de interrogatorios. Tendremos que esperar al capitulo final para saber que Gideon no es un simple asesino al uso, sino que utiliza los mismos atisbos que tiene Lucy para llevar a cabo una espantosa misión. 

Las actuaciones de Raine y Capaldi son muy convincentes. Ella nos traslada esa confusión propia de una madre atrapada en los problemas de los demás mientras lidia con los suyos propios. Y Capaldi resulta totalmente siniestro.
 



La temporada 1 es sin duda mejor y su intriga más absorbente por desafiar toda lógica; pero la segunda temporada no desmerece. Su misterio o amenaza no es personal sino potencialmente cósmica, aunque su narrativa esta más simplificada. En ella Lucy y Gideon han de unir sus fuerzas para intentar detener un evento monstruoso vinculado con las vidas pasadas de Lucy. Eso sí ofrece una mayor cercanía a los personajes lo que permite que nos involucremos más en sus viajes emocionales.  

Lo dicho, una serie muy críptica -en su T1- que desafía al espectador empezando como una investigación criminal que va derivando hacia el horror sobrenatural y los misterios del multiverso. 

lunes, 14 de octubre de 2024

TOP BOY - creador RONAN BENNETT






"Top Boy" es una joya.
El retrato que hace de un suburbio de Londres es brutal y sórdido, pero es que -además- su seña de identidad son los personajes, intensamente cotidianos, de carne y hueso.

La acción transcurre en el suburbio ficticio de Summerhouse, en el extrarradio de Londres, un barrio de aluvión donde se hacinan todo tipo de inmigrantes (caribeños, chinos, africanos, árabes,...) en medio de la pobreza y la falta de oportunidades.

Dushane (Ashley Anthony Walters) y Sully (Kane Robinson) son dos jóvenes de ascendencia jamaicana que fueron amigos íntimos en la infancia, pero sus derroteros los han llevado a enfrentarse para ver quien es el Número Uno, el Top Boy de su deprimido barrio. Sólo uno puede ascender hasta la cima y reinar sobre Summerhouse... aunque solo queden cenizas sobre las que gobernar. 

Top Boy se compone de 5 temporadas que han tenido un camino bastante accidentado. Las dos primeras se emitieron en Channel 4 en 2011 y 2013 respectivamente. Tuvo buena crítica y público fiel, pero fue cancelada. Sin embargo el rapero canadiense Drake era tan fan de la serie que movió todos los hilos posibles hasta que Netflix la retomó, con él como productor ejecutivo. Esas dos primeras temporadas son conocidas como Top Boy: Summerhouse, mientras que Netflix presenta su continuación como T1, T2 y T3. Hay que reconocer que con Netflix subió el nivel, la representación del "gueto" resulta menos estereotipada, aumenta el papel de las mujeres y hay una humanidad más palpable en el drama. 



Así que la T1 de Netflix comienza con los cabecillas fuera de Summerhouse. El tiempo en que manejaban el cotarro a su antojo ya es pasado. Ahora Dushane está huido malviviendo en Jamaica mientras que Sully está en prisión, tratando de mantenerse íntegro ante su inminente liberación. Cuando ambos vuelven a las calles de su barrio con sed de poder y dinero, se encuentran con competencia. El hueco dejado por la vieja guardia lo está aprovechando Jamie, un joven e implacable traficante que está dando forma a una nueva banda.

Top Boy ha sido comparada con el clásico The Wire, de David Simon, por el retrato seco y a pie de calle de todo un ecosistema de drogas, corrupción y crimen. En el clásico de Simon el centro de atención eran las escuchas de la policía y una corrupción que afectaba a barrios enteros, políticos y policías de la ciudad de Baltimore. En el caso de Top Boy también se dibujan los trapicheos y los problemas de las líneas de abastecimiento (hasta hay una ramificación con España donde aparece Hugo Silva). La diferencia es que en Top Boy apenas hay policía, el drama se concentra en las bandas y las gentes del barrio.



El relato es de un realismo doloroso, sin un ápice de artificio. La cámara sale desnuda a la calle para atrapar la feroz realidad de este barrio deprimido y en manos de las bandas. Aunque no esperes encontrar allí glamurosas mafias, cochazos y trajeados matones. En Summerhouse todo se orienta a la urgencia de sobrevivir y salir de la pobreza. Su creador, Ronan Bennett no hace concesiones; no importa que sean niños, mujeres embarazadas o jovencitos de color con grandes notas en el colegio. Si todo tiene que salir mal, saldrá mal, y ver la serie puede suponer salir herido por lo verosímil y convincente del relato.

Hay madres honradas que se matan a trabajar para poder ofrecer un futuro a sus hijos. Hay jóvenes buscándose la vida y personas sin papeles que hacen cualquier cosa para sobrevivir. De todo eso se aprovechan las bandas para mantener activa su guerra por el "territorio" y su máquina de triturar personas. Lo cual no es mucho peor que el "sistema" que los obliga a vivir bajo la amenaza de la policía de inmigración. Ronan Bennett también cuenta con pasión estas pequeñas subtramas, como por ejemplo cuando la policía saca a rastras a una mujer de su casa por no tener pasaporte. Nadie tiene en cuenta que cuando la trajeron a Inglaterra era un bebé y entonces no lo exigía el gobierno. De ahí que en el apoteósico final se entrelacen el ajuste definitivo de cuentas entre los dos cabecillas y la explosión social de las gentes del barrio incendiando coches de policía y destruyendo propiedades. 

Little Simz en el papel de Shelley


La rapera Little Simz interpreta a una esteticista del barrio y ella misma creció no muy lejos de Hackney, lugar donde se supone que se desarrolla la trama. En una entrevista en The Guardian avalaba el naturalismo de la serie: "He presenciado de primera mano cada historia que se cuenta en la serie. Incluso conozco en la vida real al personaje que interpreto. Es algo muy cercano a mi hogar".

La serie es apasionante. Desde el minuto uno sabe lo que quiere, retratar visceralmente a las pandillas y su caldo de cultivo sin olvidar las relaciones familiares que las atraviesan. El deseo de poder y estatus son temas centrales, pero ni más ni menos que el interés que muestra por la situación social y familiar de estos barrios abandonados a su suerte. Aquí se palpan problemas tan acuciantes como la alienación por estar sin papeles o sin trabajo, la pobreza persistente, la adicción a las drogas, la salud mental o el ser madre soltera.




Las líneas narrativas abarcan múltiples personajes, todos complejos y cotidianos, que sobreviven como pueden en medio de la violencia y el drama familiar. Niños, limpiadoras, peluqueras, asistentes sociales y ricachonas forrándose con la miseria de los desfavorecidos. La serie les dedica tiempo todos. Tiempo para revelar los lazos emocionales y psicológicos que los mantiene conectados. Sorprende ver al violento Sully actuar con suma ternura con su exmujer mientras intenta retomar la relación con su hija. También hay tiempo para recorrer las circunstancias del bondadoso niño Ats, que lo llevan a convertirse en camello y verse en el centro de un enredo mortal. Y por supuesto hay tiempo para profundizar en la relación entre Dushane y Sully o para mostrar cómo el líder emergente, Jamie, protege a sus dos hermanos pequeños, manteniéndolos lejos de la mierda y centrados en sus estudios. ¡Si hasta asiste a las reuniones del colegio con el tutor de su hermano Stefan!




La serie cuenta el día a día de unos personajes por los que se llega a sentir empatía merced a su voluntad de abrirse paso en la vida mientras potencian sus lazos familiares. Dushane, Sully, Jamie o Jaq son unos bastardos despiadados y reprobables, pero en tu corazoncito esperas que consigan una vida mejor. Hacia el final Sully le confiesa a su compañero y enemigo: "Si no somos monstruos, somos comida. Y yo nunca podría ser comida".






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Los dos protagonistas ya eran unos reconocidos raperos: a Dushane lo interpreta Ashley  Walters conocido como "Asher D" y a Sully le pone el careto Kane Robinson, más conocido como "Kano". 
T1  4  episodios  2011
T2  4  episodios  2013
T3 10 episodios  2019
T4  8  episodios  2022
T5  6  episodios  2023

domingo, 21 de julio de 2024

MI RENO de PELUCHE - creador Richard Gadd








Esta serie tiene guasa. Trata del acoso que sufre un pringao por parte de una mujer desequilibrada mentalmente. Pero no es lo típico...aunque sí resulta agobiante. Lo que cuenta es una experiencia auténtica de acoso y obsesión que vivió el protagonista y creador de la serie, Richard Gadd, quien no tiene problema en desnudar su alma y mostrar ante la cámara esta inquietante historia. 

Donny Dunn (Richard Gadd) es un aspirante a cómico profesional que entre bolo y bolo se gana la vida sirviendo copas en un pub. Una tarde se planta en la barra Martha (excepcional Jessica Gunning), una mujer joven, obesa y con toda la pinta de estar anímicamente hundida. Él intenta consolarla con una broma y hasta le invita a un refresco cuando ella declara estar sin blanca. La atención del joven camarero hace mella. Ella abre bien los ojos y le observa. Algo se ilumina en su interior.




Desde entonces vuelve todas las tardes cada vez más animada. Tiene un amigo. Alguien la escucha. Pero la alegría pronto se convierte en frenesí y la vida de Donny en pesadilla. Martha desarrolla rápidamente una obsesión malsana por el humorista al que pretende cuidar y mimar (hasta casi asfixiarlo) como si fuese su “baby reindeer” (reno de peluche).  

Lo que sigue es un acoso en toda regla invadiendo la vida entera del humorista. En la vida real el acoso duró cuatro años y medio acumulando el tipo 41.071 correos electrónicos, 744 tweets, 106 páginas en cartas y 350 horas de mensajes de voz. Cuando pretendía alejarla no sólo recibía amenazas él, sino también sus padres y sus parejas. Todo ello obligó al cómico a cambiar de residencia. Finalmente un juez emitió una orden de alejamiento contra la acusada, lo que resulta menos drástico que el final escrito por Gadd para la serie; aquí Martha acaba en prisión.


Desde el minuto uno la relación es de lo más extraña. Enseguida nos damos cuenta de que algo no funciona en Martha, pero Donny sigue viéndola. Como espectadores tememos los arrebatos de Martha, pero también asistimos todavía más extrañados a la contemporización de Donny. Será porque ambos están rodeados de un gran vacío y, de algún modo, se necesitan el uno al otro...aunque sea de un modo enfermizo. 

En el momento en el que Gadd conoció a su acosadora en la vida real no estaba pasando por un buen momento personal ni profesional. En medio de una ristra de fracasos profesionales que amenazaban con asfixiarle, de pronto se siente valorado por ella. En una entrevista a The Guardian llegó a declarar: «Sería injusto decir que ella era una persona terrible y yo era una víctima». Así de compleja es la serie que cuenta con un episodio 4 traumático, cuando Donny sufre la agresión sexual de un compañero guionista con el que está trabajando. Uf.



Tal y como se muestra en este episodio el humorista se encontraba en una verdadera encrucijada vital. Violado por un "amigo", acosado hasta la extenuación (la mujer se sienta durante horas en la parada de autobús delante de su piso o aparece en sus actuaciones boicoteándolas) e iniciando una relación inesperada con una mujer trans (maravillosamente interpretada por Nava Mau); el cómico vuelca su ansiedad y pesares en un libreto que inesperadamente, gracias a las redes y el boca oreja, acaba siendo un éxito. 

Lo mismo que hizo el propio Richard Gadd en 2019, cuando se presentó en el Festival Fringe de Edimburgo con su espectáculo "Baby Reindeer". Aunque de hecho la serie recoge trazas de este espectáculo y del anterior "Monkey see, monkey do", presentado en 2016.


Para cualquiera que vea la serie, tanto el humor como la personalidad de Gadd le dejarán estupefacto. Porque no nos engañemos, el estilo de humor que practica es el de la anticomedia, la astracanada y las situaciones incómodas. Un poco al estilo de nuestro insigne Ignatius Farray, vamos. Las actuaciones en las que vemos rular a Donny por esos antros y trastiendas de pub donde el único estipendio son las propinas, son de las que provocan el silencio incómodo, cuando no la vergüenza ajena. Lo mismo que vivió en carne propia Richard Gadd.

Pero el tipo (tanto Gadd en la realidad como Dunn en la serie) supo hacer de la necesidad virtud. Con dudas sobre su propio oficio e incluso sobre su sexualidad, tuvo el arrojo (o la desesperación) de desnudar su alma en un escenario cutre sin importarle cuán vulnerable llegara a mostrase. 
Pura catarsis. Admirable.




A pesar de centrarse en narrar un acoso, la serie entreteje la trama con otros problemas sociales pendientes de resolver. La dependencia psicológica es chunga y la atención que presta la policía a l@s denunciantes de acoso muy mejorable. En cuanto a los problemas de salud mental, el que los sufre está abandonado a su suerte. En la serie Martha ya cuenta con un largo historial pero a pesar de ello nunca fue atendida y terminó volcando sus traumas en el primero que pasaba por ahí. 

También queda reflejado el desgaste psicológico del artista, siempre pendiente de si el éxito llegará o no. Últimamente hemos visto casos de deportistas que han sucumbido a la presión. También quiero resaltar un signo de modernidad: la representación normalizada de relaciones con personas trans.



En sólo 7 episodios de 35 minutos se ventila esta miniserie de ritmo ágil y fondo amargo. 

A destacar el formidable trabajo de la actriz Jessica Gunning, conocida por participar en producciones como Pride (Orgullo, 2014) y series tan emblemáticas como Doctor Who y Ley y orden. Ella es quien da vida al personaje central y logra colmarlo de una gama infinita de matices, unas veces conmovedores y otras escalofriantes. 



viernes, 17 de mayo de 2024

HERMANAS HASTA LA MUERTE - creada por Sharon Horgan



Escribo esta reseña sin saber el resultado final. Ya es de madrugada y he cubierto mi ración de dos capítulos por noche, así que hasta mañana no veré si el cuñado más cabrón, misógino y racista visto en los últimos tiempos muere definitivamente a manos de las hermanas Garvey... sin que éstas resulten imputadas.

Como estas cinco hermanas deseo que "El Capullo", así es como lo llaman, desaparezca de la faz de la tierra. Está casado con Grace, una de ellas, a la que humilla constantemente cercenando sus relaciones y socavando su confianza en sí misma. Se trata de un tipo tóxico hasta la extenuación, mendaz y manipulador. Sus maquinaciones y trapacerías no tienen fin... y está acostumbrado a salirse con la suya.


Las Garvey siempre han estado muy unidas debido a la muerte prematura de sus padres. Esto hizo que la hermana mayor -Eve (Sharon Horgan)- tomara las riendas de la familia, consiguiendo trenzar unos potentes vínculos fraternales; pero el controlador y misógino J. P. mantiene secuestrada psicológicamente a la dulce Grace (Anne-Marie Duff) con argucias machistas (eres débil, no serás capaz, yo te protejo, te debes a tu casa). 

No sólo eso. 
También jodió en el pasado a otra de las hermanas, Becka (Eve Hewson),  prometiéndole invertir en su negocio para dejarla en la estacada en el momento clave. Además amenaza a otra, Úrsula, con hacer pública una aventura extramatrimonial de la que se ha enterado... Y todo ello porque el tipo es un fanático religioso aunque se pajea a escondidas ante el ordenador.

Pero su proyecto estrella es reventar la promoción laboral de Eve ya que ambos trabajan en la misma empresa. Las maliciosas insinuaciones que de macho a macho intercambia con el jefe amenazan con torpedear definitivamente la carrera de la mayor de las Garvey. 


Argg. Es un capullo integral y merece morir.
Si hasta denuncia falsamente a un vecino timorato acusándole anónimamente de pedófilo. Su pecado era ser amable con Grace e intentar consolarla cuando la veía llorando.

Así que lo que tenemos por delante es una deliciosa miniserie de diez episodios que se apoya en el intríngulis de cómo conseguirán las hermanas deshacerse de él. Cosa nada fácil; porque entre el miedo de estar cometiendo un crimen y la suerte que tiene el cabrón, todo se complica enormemente... lo cual es ideal para desarrollar todo tipo de situaciones dramáticas y cómicas en una serie rebosante de humor negro y sororidad.

La serie comienza precisamente con el entierro del malvado J.P. (Claes Bang). Las hermanas están eufóricas pero han de mantener la compostura. Nada sabemos de cómo se ha llegado hasta aquí, por eso el desarrollo se articula en dos líneas narrativas llenas de suspense. Por un lado iremos conociendo las andanzas pasadas de J.P. y los proyectos que inician las hermanas para deshacerse de él. Por otro, en el presente, las hermanas deberán afrontar un peligro inesperado, la investigación de la compañía de seguros que ha de pagar a la viuda por la muerte accidental de J.P.


Ambas líneas son de lo más sabroso y sus constantes giros logran ponerte de los nervios. Los planes de las Garvey se suceden y a veces son de los más estrafalario (una trampa en forma de congelador o durante un juego de paintball), pero aunque se acercan mucho a su objetivo, siempre acaban fracasando. 

Mientras que en el presente han de sujetar sus nervios cada vez que aparecen los hermanos Claffin. Efectivamente la batalla enfrentará a dos grupos de herman@s malheridos; ya que Thomas y Matthew acaban de heredar la empresa de seguros de su padre, quien se ha suicidado incapaz de hacer frente a todos los pufos y estafas que ha ido acumulando. Así que ambos tendrán que elegir entre declararse en bancarrota o investigar desesperadamente a las hermanas para buscar un resquicio con el que librarse del pago.



Como en toda comedia que se precie todo ha de estar bien trabado, así que Becka acabará enrollándose con Mathew para que la investigación y la relación caminen por el borde del precipicio; a la vez que, también ella, es la masajista de la madre de J.P., lo que le dará la oportunidad de descubrir un secreto familiar de lo más perturbador.

En cada capítulo no sólo se nos irá desgranando un nuevo plan de asesinato, sino también las circunstancias personales de cada hermana; a cual más peculiar. El trazo de los personajes y unas interpretaciones de altura (esas miradas cruzadas, esos silencios) consiguen que te involucres emocionalmente en el juego.
 
Pero no nos equivoquemos, la parte del maltrato a Grace es seria. 
J.P. es un personaje magníficamente dibujado, capaz de intuir una debilidad para extorsionarte o de hurgar maliciosamente en el teléfono de sus cuñadas. Un tipo perfectamente odioso, a la vez apuesto, sibilino y opresor.
 


Mañana sabré si las Garvey consiguen quitárselo de en medio... 
Pero qué digo.
Si la serie comienza precisamente con su entierro.
Pero entonces ¿Quién lo hizo? ¿Y cómo?
Lo dicho, una serie  mordaz y brillante con un tremendo suspense.


















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Dos notas:
1.- La serie está basada en una original belga titulada Clan que fue escrita por Malin-Sarah Gozin y Bert Van Dael en 2012. La actriz y guionista Sharon Horgan recibió el encargo de su adaptación internacional. 
Aparte de reservarse el papel de Eve, quiso potenciar las dinámicas familiares sobre el tono histriónico del original para lo cual trasladó la acción a su Irlanda natal. Ciertamente la interacción entre personajes y entorno ofrece una fresca veracidad. Incluso la página oficial de Irlanda dedica a la serie un artículo con las encantadoras rutas de su rodaje. 

2.- El paquete musical de la serie es excepcional. La canción de Leonard Cohen Who by fire reinterpretada por J.P. Harvey adorna la obertura y subrayando los momentos claves encontramos temas de Fiona Apple, The Pogues, Marlena Shaw o Billie Holiday. Un soundtrack lleno de exquisitez.


miércoles, 19 de julio de 2023

SLOW HORSES - de Will Smith



¡Pero qué buena es Slow Horses!
Una serie de espías con todos los ingredientes y en la mejor sazón: tramas intrincadas, persecuciones, celadas, asesinatos, un poco de acción y un toque inigualable de humor negro. Todo viene de los libros de Mick Herron, dignísimo heredero del maestro John Le Carré, que se centran en La Casa de la Ciénaga (Slough House), una cloaca inmunda en donde el MI5 recluye a los agentes que la han cagado, esos caballos lentos (slow horses) a los que nadie quiere ver... aunque estos caballos en horas bajas todavía te pueden soltar una coz. Son disfuncionales y metepatas pero si pretendes joderlos pueden llegar a ser muy audaces. Además, tienen un vínculo en común, harían cualquier cosa por redimirse.

Mick Herron (Newcastle, 1968) sigue el dictado del maestro Le Carré que ponía el acento en las personas, en lugar de centrarse en la misión, la aventura glamurosa o la tecnología tal y como hacían las novelas de James Bond. Y para escribir sobre la gente de a pie, Herron no encuentra nada mejor que escribir sobre personas que fracasan, gente a la que el sistema les ha dado la espalda arrojándolos a un piso abandonado y sometiéndolos a una grosera rutina burocrática con el objetivo de que entreguen sus placas.






Uno de los principales activos de la serie es un impresionante Gary Oldman interpretando al director de la Casa de la Ciénaga, Jackson Lamb. Lamb es un tipo brillante a la vez que zafio e irascible. Tuvo su momento de gloria en plena Guerra Fría, pero un par de misiones fallidas acabaron sepultándolo en este antro. Rumia las horas y su amargura dándole a la botella y fumando como un cosaco. Está de vuelta de todo y su porte es sucio y avejentado. Le gusta tirarse pedos para subrayar su desprecio hacia todos (sobre todo cuando se reúne con su jefa, Diana Taverner -Kristin Scott-Thomas-, a la que suele recibir con un fétido cuesco). Lleva la misma camisa durante días y una gabardina tan ajada que la desecharía el mismísimo Colombo. Parece más despistado que nunca, pero cuando, de pronto, quieren utilizarlo como chivo expiatorio, el zorro que lleva dentro despierta y nos demuestra que no hay tipo más avispado para verlas venir.

Sólo por la personalidad cáustica e irreverente de Lamb ya merecería la pena leer los libros y ver la serie; pero es que encima hay que añadir unas tramas de lo más enrevesadas y un puñado de personajes estrafalarios que componen un cóctel de lo más apetecible.

La T1 comienza con el yerro de River Cartwright (Jack Lowden), un joven y apuesto agente, nieto de una leyenda retirada del MI5 (Jonathan Pryce), que fracasa en su intento de detener un ataque terrorista en el aeropuerto de Stansted. A su llegada a la Casa de la Ciénaga Jackson Lamb le encarga investigar la basura de un periodista conspiranoico, muy bien relacionado con la extrema derecha. Cartwright está perdido y le pregunta a Lamb: "pero, ¿qué estoy buscando?" A lo que Lamb le responde con supremo desprecio: "Los restos perdidos de tu prometedora carrera". 
Qué mala leche. 
Para continuar del mismo modo: “¿Estamos tirando de alguna información o esto es una lotería?”: pregunta que obtiene un nuevo desaire: “Sí, pero tú no puedes hacer preguntas. Eso es un privilegio de los que no la han cagado hasta el fondo."

Pero pronto la prensa y televisión empiezan a hacerse eco de una noticia impactante: se ha producido el secuestro de un estudiante inglés de origen pakistaní por parte de un grupúsculo de extrema derecha autodenominado Los Hijos de Albión. El asunto adquiere máxima audiencia cuando anuncian que lo van a degollar en directo a través de internet, como suelen hacer los yihadistas. Ésta es una las mejores características de las tramas, su palpitante actualidad. En esta T1se refleja el odio al inmigrante como tema central del Brexit y el ascenso tenebroso de la extrema derecha por toda Europa. Mientras que la T2 se centra en los tentáculos que los oligarcas rusos tienen dentro de la economía británica y su relación con el poder en Rusia... y ya sabemos cómo se las gasta el criminal Putin.



Si la Casa de la Ciénaga está llena de gente torpe, los descerebrados secuestradores no le van a la zaga. En su escondrijo se muestran no como caballos lentos sino cojos y cegatos. Lo que parece claro es que son meros peones de alguien que les dirige en la sombra y Jackson Lamb es un tipo que siempre ve un poco más allá. Por eso cuando la operación de rescate se pone en marcha, el viejo zorro le comenta a uno de sus agentes: “¿Crees que es una coincidencia que Taverner dirija una operación especial contra la extrema derecha justo cuando unos nacionalistas mentecatos secuestran a ese chico?" Y ante la perplejidad del agente, le tranquiliza: “No te preocupes, era una pregunta retórica.” Posteriormente sabremos que en el grupo filofascista hay un agente infiltrado y que el MI5 está más preocupado por instrumentalizar políticamente el secuestro que por salvar al muchacho. Esto es lo que tiene la alta política, que la vida de un ciudadano le importa una mierda.

La serie (y los libros) tienen el atractivo de que interesa tanto la acción principal como la vida de estos proscritos arrumbados en la Ciénaga. Está el típico friki de la informática, el chivato de turno y una pareja de blanditos agentes que resultan conmovedores. El propio Lamb mantiene una extraña relación con su adjunta Katherine Standish (Saskia Reeves), cuya amistad es evidente que viene de largo. A pesar de los desplantes del gruñón director ella le admira y vigila que todo esté en orden. Deja entrever que arrastra la carga de una tragedia personal en la que Lamb tiene algo que ver.



Jackson Lamb es un entrañable dinosaurio, un tipo de otra época que desprecia tanto a su equipo que cuando los oye llegar a la oficina por la mañana murmura: "Amanece un nuevo día en el servicio de desinteligencia". Incluso cuando la oficina central ordena detener a todos los “caballos lentos” como chivos expiatorios, Lamb los reúne en secreto, por la noche, en un cementerio y les dirige esta alocución:

"-Estamos perdidos. (le dicen)
-Oh, no sabéis hasta qué punto. A ver. Yo no soy de dar discursitos, pero este es un momento importante y si todo se va a la mierda puede que no os vuelva a ver. Sois una pandilla de inútiles, sin excepción. Trabajar con vosotros ha sido como cortarse las venas. Pues eso (e inicia la retirada).
-Espere, y qué hacemos nosotros.
-Procurad que no os pillen. No creo que tarden en llegar aquí más de media hora.
-Podemos intentar salvar a Hasan.
-Eso seguro que lo acabaría matando. Id a encerraros por ahí, en algún baño.- Les dice mientras se va con Cartwright quien le indica:
-Los estaba provocando para que actúen ¿no?
-¡Qué coño! He dicho lo que pienso. "

Aunque también hay que decir que cuando más aprieta la Taverner para hacerlos cargar con el muerto, Lamb los defenderá: "Son un atajo de putos perdedores, pero son mis perdedores".



La novela Caballos Lentos fue publicada en 2010 y después vinieron “Leones muertos” (Dead Lion, 2013) y “Tigres de verdad” (Real Tigers, 2016). Todas pertenecen a la serie de La Casa de la Ciénaga, también conocida como serie de Jackson Lamb. La editorial Salamandra comenzó a publicarlas en España en 2018. En Mayo de 2022 publicó la cuarta, “La calle de los espías” y este próximo mes de Septiembre publicará la quinta, “Las reglas de Londres”; mientras que en inglés la serie ya ha llegado a once títulos. En la adaptación dramática hay ligeros cambios para actualizar los hechos, pero está claro que ha sabido mantener el tono ácido e irreverente de los libros, junto con el estado de ánimo de los personajes.

La T2 está basada en el libro “Leones Muertos” y comienza de la forma más intrigante. A un anciano que regenta un Sex Shop en pleno Soho, le llama la atención un hombre que se ha parado justo delante del escaparate mientras habla por teléfono. El tipo le recuerda a alguien de su pasado. Comienza a seguirlo hasta una estación de tren, luego por la calle bajo la lluvia y finalmente se suben a un autobús. Allí el anciano comienza a sentirse mal pero, antes de caer muerto, escribe una palabra clave en su móvil y lo esconde en un lateral del asiento. El perseguido escapa.

Todo indica un ataque al corazón, pero Jackson Lamb no opina lo mismo. El muerto no es otro que Dickie Bow, un mítico espía que trabajó muchos años en Berlín durante la Guerra Fría. Finalmente, fue expulsado tras asegurar que fue secuestrado e insistir en que había oído hablar de “cigarras”, espías durmientes, en Londres. Mientras Lamb se pone a investigar la muerte de Bow, dos de sus “caballos lentos” son asignados a proteger a un oligarca ruso de visita en Inglaterra, con el que el MI5 está negociando varios acuerdos.



Lamb conocía perfectamente a Dickie y su forma de actuar, por eso encuentra el teléfono móvil con la palabra “cigarra”. Sospecha que hay algo de aquellos años de plomo en Berlín que se cierne sobre el presente. En el MI5 llamaban a los agentes durmientes "leones muertos". Pero, si ahora están saliendo a la luz, ¿por qué después de tantísimo tiempo? Lamb lo sospecha y así se lo explica a River: “los rusos operan a largo plazo, tienen una gran capacidad de sufrimiento. No perdonan. Los cabrones nunca se rinden.” La muerte de Dickie y toda la información que está aflorando no interesa ya a nadie... excepto a él mismo y a su viejo contrincante, Alexander Popov, una antigua leyenda soviética que es, quizás, el hombre más peligroso del mundo.

En paralelo a la muerte de Dickey, el agente preferido de la Taverner ha organizado una reunión con un magnate ruso crítico con el Kremlin. Para cubrirse las espaldas ha implicado a dos agentes de La Casa de la Ciénaga... aunque no sabe en el avispero que se está metiendo. Los oligarcas y Putin están jugando a un peligroso juego de poder en el que Londres sólo es el tablero.

Esta segunda temporada tiene un aroma de "rencillas antiguas" que es como se titula el último episodio. Odios que vienen desde la Guerra Fría y que pretenden cobrarse hoy. El desenlace de la temporada es un prodigio de narrativa y tensión ya que se produce en tres frentes. El ataque con bomba de un agente durmiente, Lamb contra su antiguo némesis y hasta está implicado el abuelo de River Cartwright. Una maravilla.



La serie tiene un innegable tono amargo y desengañado. Las operaciones del MI5 son siempre ruines y turbias, carentes de cualquier nobleza. Allí cada uno lucha por su propio estatus en medio de una flagrante ineptitud... por eso necesitan a La Casa de la Ciénaga, para tener disponible siempre una cabeza de turco. Tampoco en los dominios de Lamb hay ni una pizca de glamour; pero son precisamente sus "pringaos" los que se empeñan en arreglar los desaguisados. Acabada la Guerra Fría desapareció ese mundo casi romántico del espionaje y sus reconocibles reglas. El 11-S, el ISIS o Putin lo ha reactivado pero ampliando su espectro hasta lo más vil y despiadado.



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Slow Horses cuenta con un gozoso tema principal compuesto y cantado por Mick Jagger, fan confeso de las novelas de la Ciénaga.
La serie consta de 2 temporadas con 6 episodios cada una.
Está aprobada una tercera temporada.

sábado, 17 de junio de 2023

THE SPLIT - creada por Abi Morgan


HANNAH y SUS HERMANAS.-
The Split es una serie de abogados cuyos protagonistas sólo visitan los juzgados una vez por temporada. Y parece más que suficiente; porque aquí lo que interesa es el drama familiar y amoroso de las hermanas Defoe, dos de ellas abogadas de referencia para causas de divorcio.

El drama está ambientado en el complejo y vertiginoso mundo de los divorcios de alto standing en Londres. El ritmo y las tramas legales que se desarrollan en el bufete nos entretienen por su actualidad (VIPs, maternidad subrogada, acuerdos prematrimoniales, etc.); pero las tramas que dan continuidad y viveza a la serie las proporciona la propia familia Defoe con sus vidas y aflicciones. Son tres hermanas, Hannah (Nicola Walker), Nina (Annabel Scholey) y Rose (Fiona Button), a las que se une su formidable madre Ruth (Deborah Findlay) creadora de la saga Defoe y del bufete del mismo nombre que brilla en el olimpo de Londres para casos de divorcio. 

Ruth es una madre soltera, fuerte y controladora. Se sobrepuso al abandono de su marido hace ya treinta años y creó el bufete con sus hijas bajo el lema "nosotras cuatro contra el mundo". Pero su personalidad es tan absorbente que Hannah acaba de huir a una firma de mayor tamaño buscando su propio espacio... y ¡qué casualidad! allí trabaja Chistie (Barry Atsma), un antiguo amante al que abandonó justo antes de casarse con Nathan y formar una familia ejemplar. Para completar el cuadro el padre de las Defoe ha vuelto de Nueva York e intenta contactar con ellas; aunque tras el fiasco de su abandono ninguna acepta verlo.



La serie es brillante sin ninguna duda y lo mejor del espectáculo es ver cómo la escritora Abi Morgan (creadora de series tan maravillosas como River o The Hour y guionista de películas como Shame, Sufragistas o la Dama de Hierro) nos sumerge con dinamismo y encanto en las complicadas relaciones personales y laborales de sus protagonistas. Las Defoe nos enamoran con su éxito profesional y sus vidas bulliciosas e imperfectas. Ellas nos regalan una inmensa gama de sentimientos en conflicto y cambios de humor. 

Me gusta mucho apreciar los trazos que sigue el guión, ver cómo surge una idea que va afectando a un personaje y luego a otro hasta que explota: Nina es una cabeza loca que se ha quedado embarazada sin desearlo y duda si abortar. Habla con Hannah para que le asesore. Ésta le cuenta su experiencia, cuando tuvo que hacerlo a los pocos meses de casarse. Hasta aquí todo normal. Pero luego Nina se cruza con Christie, habla de su embarazo y del aborto que afrontó Hannah casi recién casada. Entonces él recuerda la noche que estuvieron juntos antes de la boda y sospecha si aquel hijo era suyo. ¿Abortó Hannah por su cuenta sin decirle nada? 
¡Oh, cómo se complica todo y qué gozoso es!

La serie aporta una visión dolorosa, contemporánea y realista de las relaciones afectivas, desarrollando una abundante variedad de registros. Las abogadas desprenden elegancia y magnetismo y en cada caso de divorcio que afrontan asistimos a un retrato adulto de toda una gama de emociones: amor, miedo, egoísmo, venganza, deseo y siempre la amenaza de un corazón roto en busca de la felicidad. Los diálogos son muy vívidos y no falta el humor. Juega a su favor la sólida construcción de las tramas y unos personajes adultos, modernos y creíbles que exploran las múltiples capas que hoy en día albergan las relaciones personales.



Hannah es la mayor y “siempre hará lo correcto”, como no se cansa de repetir su madre. Siempre ponderada y muy responsable, este equilibrio a veces la consume haciéndole acariciar la idea de rebelarse. Desearía ser más impetuosa y menos juiciosa, vivir la vida con mayor intensidad. El hecho de que conviva con Christie todos los días, será una tentación permanente. Ha construido una familia ideal con Nathan (Stephen Mangan), un tipo atractivo y también de exitosa carrera. Pero la vida moderna está llena de celadas. Un día, un tabloide hace explotar un escándalo: una web de citas es hackeada y los nombres de los más de 100.000 usuarios, entre los que se cuentan empresarios y políticos, son publicados. Oh ¡entre ellos está el nombre de Nathan! Esta es otra característica que abunda en la serie, la actualidad de su temática y el impacto de las nuevas tecnologías.

Este engaño hace que el equilibrio permanente de que hace gala Hannah esté a punto de romperse. De pronto las crisis, ruindades y traiciones con que lidian sus clientes penetran en su propia vida. Sin embargo, esta situación de vulnerabilidad que afecta a Hannah hace que nos atraiga más y que nos sintamos más cerca de ella. Además, Nicola Walker* le aporta al personaje una enorme pausa y profundidad que la convierten en la reina de la función. Recordemos que Walker es una excelente actriz de teatro y su estilo contenido y luminosa mirada son de los que atrapan.

La siguiente en el escalafón es Nina (Annabel Scholey), también abogada, pero de espíritu más libre que su hermana mayor y con una vida íntima que roza lo caótico. Es una voraz consumidora de hombres. Ella misma llega a decir que “no sabe con quién se va a acostar la semana que viene”; pero que acostarse se va a acostar. Muchas veces le recrimina a Hannah lo seria que es; aunque siempre están muy unidas. Ambas cuidan de la hermana menor, Rose (Fiona Button), una inocente joven que acaba de prometerse con un tipo tan agradable como simple (Rudi Dharmalingam) ante quien no deja de tener dudas. Rose es la indefinida de la familia, no sabe qué quiere hacer con su vida ni con su matrimonio por lo que sus crisis son periódicas.

Paradójicamente The Split (La separación) de lo que más y mejor habla es del amor; de ese fulgor que orienta nuestras vidas mientras sufre constantes marejadas de miedos, malentendidos y mentiras. Para desarrollar este tema tan universal nada mejor que contar con personajes carismáticos, complejos y creíbles que nos muestran sus deseos, secretos y vulnerabilidades. Todo ello aderezado con las argucias y recursos legales más sofisticados. Al fin y al cabo, las Defoe son unas fieras defendiendo a sus clientes y son de las que opinan que la familia es una carga de la que sólo puedes decidir cómo llevarla. Lo cual me hace recordar a Groucho Marx cuando razonaba que la primera causa del divorcio es el matrimonio.



En este sentido cabría decir que la serie tiende a lo sentimental, lo cual es cierto, pero en ningún caso cae en la ñoñería. Su complejidad emocional es su mejor pasaporte. También podríamos discutir si lo que vemos en pantalla no es más que una telenovela sobre gente privilegiada que viste unos outfits fastuosos y tiene unas casas y oficinas envidiablemente lujosas. Pero creo que eso forma parte del espectáculo y que Hannah y sus hermanas aportan una experiencia muy vital y emocionante.

Como contrapunto a la vida sentimental de estas hermanas, los casos que afrontan en el bufete ilustran problemas clásicos de pareja, pero bajo el prisma de hoy en día y el impacto de las nuevas tecnologías. En la T1 cada episodio refleja un caso y sus asuntos son tan controvertidos y actuales como la eutanasia, la maternidad subrogada, la custodia de los hijos de un famoso comediante, las negociaciones prenupciales entre una estrella de fútbol y su prometida o un VIP que pelea con su ex por los embriones congelados.

En cambio, la T2 opta por un solo caso que se prorratea a lo largo de sus 6 episodios, el del control coercitivo y maltrato psicológico al que somete un marido y productor televisivo a su mujer y presentadora de TV, Fi Hanson (Donna Air). Ahí se apunta la enorme dificultad psicológica que sufre una mujer para romper con su maltratador, incluso siendo famosa e independiente económicamente.









Vuelvo al seguimiento de los trazos del guión. La segunda temporada tiene la curiosa característica de que, dado que Hannah está separada –aunque no divorciada- e inicia una aventura con Christie, todas las conversaciones que tiene en el bufete sobre sus casos, entrañan una doble lectura en la que ella misma se ve reflejada. Delicioso. El hecho de que te cruces constantemente con tu previsible amante en el bufete provoca una tensión sexual indisimulada que hace sentirse a Hannah tan feliz como culpable.

Como curiosidad señalar que en esta temporada 2 el equipo de abogados del bufete acude a la Facultad de Derecho para desarrollar un juicio simulado ante los alumnos. El caso que exponen es semejante al del Coronel Chabert, la obra de Balzac, sobre las dificultades que afronta un hombre dado por muerto cuando intenta volver a su vida... Humm. También resulta muy curiosa la presencia un tanto cómica de un obispo cuya lista de deseos nos hace reflexionar sobre el cruce entre la fe y el amor.


























Con la Temporada 3 concluye este festival y la noción de final impregna los episodios ya que varios de los casos tienen que ver con la muerte. Asimismo, el matrimonio de Hannah y Nathan está a punto de concluir, intentando ellos mismos demostrar si es posible acordar un buen divorcio. La serie se sitúa diez meses después de la separación, justo cuando están a punto de firmar los papeles... aunque ellos siguen acosados por las dudas y aferrados a todo lo que aún tienen en común. Sin embargo, la revelación de un secreto situará a la pareja en un nuevo punto que les ayudará a tomar decisiones.

Una serie muy notable para navegar por los laberintos de la pareja. 






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Nicola Walker también aparece en series tan excelentes como River y Unforgotten.
** The Split consta de 3 temporadas de 6 episodios cada una. Las dos primeras están disponibles de forma gratuita en RTVE Play; mientras que en Filmin está la serie completa.