Los relatos de la guarida C - L

CABRERA INFANTE, GUILLERMO
Así en la paz como en la guerra
Editorial  SEIX BARRAL
Este es el primer libro publicado por Cabrera Infante, quizás su libro más comprometido y realista. Según Vargas Llosa resplandece "por el poder de síntesis y la precisión matemática del estilo, el aliento entre heroico y trágico que transpiraban las historias y las viñetas que las intercalaban, un mundo que recordaba al mejor Hemingway, de milicianos austeros e idealistas románticos, de una gesta popular todavía no envilecida por la ideología ni el poder."
El volumen reúne catorce cuentos y quince viñetas intercaladas entre ellos. Las viñetas son relatos muy breves que muestran situaciones terribles relacionadas con la lucha revolucionaria cubana, con la represión, y, como apunta el autor en el prefacio, «las viñetas anteceden y contradicen los cuentos, en la medida que la Revolución calibraba y barría la realidad que aparece en los cuentos».
CAICEDO, ANDRÉS
Cuentos completos
Editorial  ALFAGUARA
Luis Andrés Caicedo Estela (Cali, 1951 – 1977) es autor de  ¡Que viva la música!, El atravesado, Calicalabozo, En las garras del crimen, entre otros. Es un autor emblemático de la literatura colombiana y su obra resulta fascinante y rompedora. 
En su obra ¡Que viva la música! es en donde asegura que vivir más de 25 años es una vergüenza, lo que es visto por muchos como la razón principal de su suicidio el 4 de marzo de 1977 cuando tenía tan sólo 25 años de edad.
Sus cuentos más popular quizás sean Canibalismo e Infección, En este último se desgrana un monólogo sobre el amor y el odio y los sueños de un personaje que no puede soportarse ni a sí mismo. En el prólogo Juan Gabriel Vásquez caracteriza el mundo de Caicedo:
«El mundo del Calicalabozo, ese mundo macabro poblado solamente por angelitos empantanados, obsesionado por contar historias para jovencitos —“Cali es una ciudad sólo para adolescentes”, solía decir Caicedo—, ese mundo que traza con tanta crueldad los destinitos fatales de sus tristes protagonistas, está en todos estos cuentos: su oscuridad, sus vidas alucinadas, su sexualidad confusa, su existencia en los márgenes, sus brutales estrategias para huir del sufrimiento (el de la juventud, que los personajes no saben distinguir del de la vida misma) que siempre acaban en el abismo y la perdición y el desencuentro irremediable. Los cuentos de Caicedo, obsesionados como estaban por la juventud, se han negado —igual que se negaba Peter Pan— a envejecer. Aquí están, tan jóvenes como hace décadas. Ni una arruga les ha salido».
Por su parte Alberto Fuguet: «Andrés Caicedo, el chico de moda de los setenta, sigue estando de moda, lo que prueba que no es una moda, que lo que escribe trasciende idiomas, ciudades, grupos, tendencias. En esta era de Twitter, iPhones, chats y Skype, WhatsApp y YouTube, Caicedo parece el autor natural para narrar esta nueva generación: gente conectada y desconectada, con una sobredosis de información pero con emociones que no entienden del todo o que no pueden controlar».
CALDERS, PERE
Aquí descansa Nevares
Editorial GRIJALBO
La sabiduría popular dice que los cementerios reproducen la estructura social de la ciudad de los vivos. Quizá en eso pensaba Pere Calders en 1967 cuando publicó Aquí descansa Nevares, uno de sus relatos largos más señalados, surrealista y cáustico: Lalo Nevares, hastiado de la pobreza que envuelve el barrio de barracas en el que vive con los suyos, decide trasladarse a un suntuoso cementerio de piedra. La felicidad será breve, inversamente proporcional a la eterna estulticia humana: el reparto de las sepulturas acabará reproduciendo injusticias y criterios de la ciudad viva.
Otra narración en que Calders intenta aproximarse a la faz secreta del mexicano, a su pensamiento íntimo, es La verge de les vies ('La virgen de las vías; 1957). Se trata de la historia de un guardabarreras, en principio satisfecho de su situación, que le per- mite llevar una vida tranquila, entregada a vagas meditaciones. Pero un suceso insólito viene a turbar su paz: el hombre descubre sus habilidades de dibujante y se dedica a embellecer la caja del semáforo con figuras y escenas que causan la admiración de la gente. Alguna vez retrata a grupos enteros y, como pinta de memoria, comete pequeñas incorrecciones; pero la identificación de los retratados con su respectiva imagen llega a tal punto que procuran rectificar su propio aspecto, adaptándose al dibujo. Una sola persona no comparte el entusiasmo general, un joven que ha admirado uno de los primeros dibujos ingenuos, una muchacha con una flor en la mano, llamada por él un tanto sibilinamente "la madre de todos". Afirma reiteradamente que el popular artista ya no ha hecho nada bueno después de esta figura. Entonces el guardabarrera pinta una verdadera virgen, que se convierte al poco tiempo en objeto de una fervorosa devoción popular. La fascinación que ejerce la imagen es tan poderosa que la gente se olvida de su autor y empieza a tratarlo con desprecio. Después de unos incidentes que le cuestan el puesto de trabajo, el artista desaparece, mientras su creación adquiere una personalidad autónoma. Calders cultivó también el relato sobre episodios de la Revolución mexicana: en Primera part d'Andrade Maciel (1957) presenta una lucha sorda entre dos hombres, un general y su asistente. Como es característico de este género, los contrincantes rivalizan en demostraciones de extrema crueldad y sangre fría. El conflicto latente estalla cuando el general sustrae al asistente unas cajas de vino francés incautadas en una hacienda, y culmina en un simulacro de ejecución del segundo. Como el reo gana a los ojos de la tropa una especie de competencia de estoicismo contra su torturador, éste renuncia a matarlo y lo humilla con una grave mutilación. Al volver en sí, el asistente "se encara con estupor a un nuevo nacimiento", frase que se refiere, al igual que el título del cuento, a esta segunda vida carente de heroísmo que lo espera.
Evidentemente, el primer rasgo que distingue estas narraciones de las demás es su contexto geográfico y humano: el mundo de los indios americanos. A partir de él, se construyen unos relatos que tienen, respecto a la tónica general de las demás narraciones, otra peculiaridad: arrancan de hechos reales y concretos, vividos de cerca por el propio autor, y, por lo tanto, desaparece o queda muy disminuido el recurso de la deformación inventiva. Por otra parte, el efecto humorístico, en otros lugares buscado de forma premeditada, queda también mucho más mitigado. Pero la ironía, naturalmente, no puede estar ausente al tratarse de unos cuentos netamente caldersianos, aunque, como ya hemos dicho, no se entrega nunca, de forma resuelta, hacia el humor como finalidad, sino que, más bien, es producto de la mirada crítica con la que el autor contempla el mundo mexicano y sus figuras. Es, en cierta medida, un recurso de desmitificación de la pureza primaria de los indígenas, a la vez que un procedimiento para desenmascarar todas las convenciones y todos los tópicos de un entorno social "moderno", detrás de los cuales se esconde un proceso de deshumanización de los principios y de las necesidades vitales de la existencia.

Los indios mexicanos adquieren la categoría de personajes caldersianos porque trastornan todos los valores que para nosotros son normales. Saben resolver con una sorprendente simplicidad cuestiones tan sofisticadas para un hombre de mentalidad occidental como pueden ser las relaciones matrimoniales, la creación artística, la justicia [...] e incluso la filosófica relación entre la vida y la muerte, del mismo modo que recargan de una aparatosa liturgia los hechos considerados como más banales por un occidental [...]
Texto de Joan Melcion: Introducción a Pere Calders.
CALVINO, ITALO
Marcovaldo
Editorial  SIRUELA
El libro Marcovaldo o Las estaciones en la ciudad se compone de veinte relatos. Cada uno está dedicado a una estación; el ciclo de las cuatro estaciones se repite cinco veces. Todos los relatos tienen el mismo protagonista, Marcovaldo, y siguen más o menos el mismo esquema. 
Las características del protagonista están apenas delineadas: es un alma simple, padre de familia numerosa, trabaja como obrero o mozo en una empresa, es la última encarnación de una serie de pobres diablos a la manera de Charlie Chaplin, con una peculiaridad: la de ser un «hombre de la Naturaleza», un «Buen Salvaje» exiliado en la ciudad industrial
La mejor presentación del personaje está en la primera historia: «Este Marcovaldo tenía una vista poco adaptada a la vida de la ciudad: carteles, semáforos, escaparates, rótulos luminosos, anuncios, por más estudiados que estuvieran para llamar la atención, nunca lograban captar su mirada que parecía vagar en la arena del desierto. Mientras que una hoja que se marchitaba en una rama, una pluma que se enganchaba en una teja nunca se le escapaban, no había tábano sobre el lomo de un caballo, boquete que no hiciera la carcoma en una mesa, una piel de higo aplastada en la acera que Marcovaldo no notara y no le llevara a reflexionar, descubriendo los cambios de estación, los deseos de su alma y la miseria de su existencia». Estas palabras pueden servir de presentación tanto del personaje como de la situación común a todos los relatos, la cual podría resumirse así: Marcovaldo, en medio de la gran ciudad, 1) escudriña el avance de las estaciones a través de eventos atmosféricos y en las mínimas señales de la vida animal o vegetal, 2) sueña con el retorno a un estado natural, 3) sufre inevitablemente una desilusión. 
Los relatos tienen un deje melancólico y una aureola de fábula.  Marcovaldo, Domitilla y sus cuatro hijos son más míseros que pobres.Viven sin dinero y cercados por las deudas. Marcovaldo sueña con comida y siente la añoranza de un paraíso donde el agua y el aire no estén contaminados. Hasta la ciudad, con sus brillantes carteles pubicitarios, acaba robándole la luz de la luna y las estrellas. Más que la miseria, Marcovaldo denuncia un mundo donde todos los valores se convierten en mercancías que vender o comprar, en el que se corre el riesgo de perder el sentido de la diferencia entre las cosas y los seres humanos, y todo se mide en términos de producción y consumo.
Extractos de la Introducción de Italo Calvino
CALVINO, ITALO
Bajo el sol jaguar
Editorial  TUSQUETS
En 1972 Calvino empezó a escribir un libro sobre los cinco sentidos. Cuando murió en 1985, sólo había terminado tres de los cinco cuentos: «El nombre, la nariz», «Bajo el sol jaguar» y «Un rey a la escucha»
Los tres cuentos son piezas magistrales que han exigido al autor aniquilar el argumento y liberar los sentidos para trascenderlos. El primero trata del olfato como enuncia su título. Monsieur de Saint-Caliste sigue el hilo de un perfume para hallar a una mujer desconocida. Al hacerlo, se perderá en «una escala de los olores» y será incapaz de discernir en qué dirección se orienta su recuerdo. El conocimiento de esa escala, que revela tanto la belleza como la corrupción y la muerte, fue lo que permitió al hombre de las cavernas distinguir la comida de la carroña, los amigos y de los enemigos y las hembras de la horda, cada una de las cuales «tiene un olor que la distingue de las otras». Ese olor particular por el cual el narrador -músico de un grupo de rock- es capaz de reconocer a la muchacha de Hampstead en medio de un amasijo de cadáveres, que es a su vez un montón de «vocablos inarticulados».
Y siguiendo el efluvio léxico, el poeta, Ítalo Calvino trasciende el espacio y pone al lector Bajo el sol jaguar y, ante una pareja que prueba, siente y vive la comida en México y, a través de sus papilas, de sus monólogos e incomunicación, lo hace trascender el tiempo devolviéndolo al estadio antropófago y sagrado del acto de comer y ser comido. «Ese canibalismo universal que pone su impronta en toda relación amorosa y anula los límites entre nuestros cuerpos y la sopa de frijoles, el huacinango a la veracruzana, las enchiladas...». Una escala sensible que Un rey escucha percibe como una nota en conflicto con el silencio, con el poder y con su soledad. Una nota que lo condena a ser victimario y víctima de la violencia política y de cuyo sonar -canciones, pasos, murmullos, disparos, tanques sobre la arena- nadie puede rescatarlo hasta que, convertido en «otro tú sin cuerpo que escucha esa voz sin cuerpo», «prisionero en una jaula de repeticiones cíclicas», comprende que «la obstinación en que se funda el poder nunca es tan frágil como en el momento de su triunfo.»
CALVINO, ITALO
Las ciudades invisibles
Editorial MINOTAURO
Esta obra es un homenaje a la imaginación en el más alto sentido de la palabra. Las personas y sus circunstancias, los caminos y las plazas, la vida y la muerte, el cielo y el infierno, los espejos, el lenguaje, el saber, la memoria y los deseos se citan en estas ciudades múltiples y conjeturadas.
Las Ciudades invisibles se presentan como una serie de relatos de viaje que Marco Polo hace a Kublai Jan, emperador de los tártaros. Como una nueva Scheherazade, el veneciano desgranará el relato de mil ciudades posibles e imposibles, fundadas y soñadas en un intento de discernir nuestra presencia en el mundo.
Calvino se recrea en la multiplicidad de las ciudades no solo por el regocijo del cartógrafo ("una ciudad microscópica que va ensanchándose y termina formada por muchas ciudades concéntricas en expansión, una ciudad telaraña suspendida sobre un abismo, o una ciudad bidimensional como Moriana"), sino también para reflexionar sobre la memoria y los deseos, el lenguaje, los signos y los miedos. 
Por eso hay ciudades visibles e invisibles, utópicas e infernales, del aire y del agua, especulares y pétreas, ciudades de los muertos y de los vivos, de los sueños y las pesadillas, de la memoria y del olvido. Ciudades que sólo conocen partidas o ciudades que te hacen prisionero. Cada ciudad va completando un imaginario atlas que es también un alfabeto del que se sirve Marco Polo para ir comprendiendo. El libro se lee como una novela, pero también como un ensayo o un largo poema sobre la condición humana.            Reseña en este blog.
CALVINO, ITALO
Los amores difíciles
Editorial  SIRUELA
Las historias de Los amores difíciles versan sobre la dificultad de comunicación entre personas que, por alguna inesperada circunstancia, podrían comenzar una relación amorosa. En realidad, son historias sobre cómo una pareja no alcanza nunca a establecer ese mínimo vínculo afectivo inicial, aunque todo parezca favorecerlo. Pero, para Calvino, en ese desencuentro reside no sólo el motivo de una desesperación, sino también el elemento fundamental;o la esencia misma; de la relación amorosa.
Para el autor “toda historia no es otra cosa que una infinita catástrofe de la cual intentamos salir lo mejor posible”. Son trece relatos cortos e independientes narrados, en su mayoría, en tercera persona y unidos por un nexo común: el tremendo escollo que impide a los protagonistas verbalizar sus más profundos sentimientos. El temor a traspasar regularmente la frontera del silencio con la vaga esperanza de prolongar las emociones en el tiempo, sin palabras que las disfracen, aferrándose a los demás sentidos y con unos finales casi siempre abiertos.
Las tribulaciones de una bañista que pierde una prenda íntima y es incapaz de pedir ayuda, las peripecias epidérmicas de un soldado con permiso junto a una señora en el tren, los laberintos mentales de un miope o los de un automovilista tras una ruptura amorosa…Toda una letanía de fracasos y desencuentros donde palpita la fragilidad del hombre y la mujer del siglo XX.
CAPOTE, TRUMAN
Cuentos completos
Editorial  ANAGRAMA
Esta recopilación incluye un relato inédito, el magistral «La ganga», escrito en 1950, y cinco cuentos que hasta ahora no se habían traducido al español: «Las paredes están frías», sutil crónica de una velada nebulosa entre marineros y mercenarias; «Un visón propio», una historia de apariencias y desencanto para las que Capote poseía un olfato tan fino; «La forma de las cosas», sobre un viaje en tren donde se descubre, con patetismo contenido, un drama bélico; «La leyenda de Preacher», donde una ternura y una penetración soterradas sirven de contrapunto al realismo despiadado y el crudo lenguaje con que se describen las obsesiones y los miedos de un viejo pobre y solitario; y, por último, el conmovedor, grotesco y perspicaz «En la antesala del paraíso», que refiere el encuentro, en un lugar insólito, entre un viudo feliz y una mujer misteriosa, dotada, entre otras cosas, de una voz admirable. Cuentos tan célebres como «Un árbol de noche», «Mojave» y «Un recuerdo navideño», este último adaptado para una película de televisión que, interpretada por Geraldine Page, habría de convertirse en un clásico del cine, completan esta recopilación donde brilla con todo su fulgor el estilo sucinto de Capote, dueño de todos los registros. En particular, su maestría para el diálogo y su suprema habilidad para transmitir, con una sola pincelada, una sensación, un sentimiento o una idea. Señor, asimismo, de múltiples ambientes narrativos que configuran todo un fresco de humanidad.
CARTARESCU, MIRCEA
Nostalgia
Editorial  IMPEDIMENTA
Cercenada en su día por la censura en su Rumanía nata, aquí está el volumen tal y como lo redactó el autor. Nostalgia está compuesto por cuatro narraciones que hablan de literatura, de sueños y de viajes. El volumen se abre con «El Ruletista», que narra la improbable historia de un hombre al que nunca le ha sonreído la suerte, pero que, sorprendentemente, hace fortuna participando en letales sesiones de ruleta rusa. En «El Mendébil», un mesías impúber de aires proustianos pierde sus poderes mágicos con el advenimiento de su propia sexualidad, y se ve perseguido por una legión de jóvenes acólitos. En «Los gemelos», Cărtărescu se entrega a la bizarra exploración de la ira juvenil, hasta desembocar en la pieza central del libro, «REM», que narra la historia de Nana, una mujer de mediana edad, enamorada de un estudiante de instituto en una Bucarest pesadillesca, enciclopédica, que se eleva a la categoría de ciudad universal. «REM» constituye una crónica onírica entre el recuerdo y el sueño, donde la realidad y la imaginación se tocan y se mezclan.
Cărtărescu revisita la infancia y nos adentra en un mundo en decadencia a veces mágico y sensual. Olemos los escenarios naturales, corremos por los bosques y asistimos a la génesis del juego infantil, con sus códigos y sus peligros. En la prosa de Cărtărescu hay esteticismo y un tratamiento magistral de la introspección.
CARVER, RAYMOND
Catedral
Editorial ANAGRAMA
En cada relato de Catedral se revela la presencia latente o la intrusión de "terrores extraordinarios en una existencia ordinaria". El propio Carver ha escrito: "Pienso que es bueno que en un relato haya tensión, una sensación de que algo es inminente." Sus personajes son gente de lo más común: trabajadores manuales, empleaduchos, parados, parejas a la deriva... desamparados, golpeados por la vida. Muchos de ellos bebedores, acceden, a pesar suyo, a una suerte de dimensión heroica, tercos testimonios de una realidad implacable. 
El estilo de Carver es escueto, lacónico. Opera por sustracción. Capta la realidad como una Polaroid recogiendo con trazos muy concretos vidas cercanas, reconocibles y tangibles.
En Catedral late la vida como una pura fragilidad. La tensión y la inquietud recorre cada cuento. Los personajes parecen ir a la deriva: llamadas telefónicas en mitad de la madrugada, el final de un alquiler o del dinero, despidos inesperados, una sordera temporal, la constante posibilidad de un final de etapa... la vida bajo una amenaza constante, la relaciones de pareja siempre a punto de quebrarse. Perdedores que intentan una lucha digna o quizás simplemente sobrevivir en medio del naufragio. 
CARVER, RAYMOND
Tres Rosas Amarillas
Editorial ANAGRAMA
Seis magníficos relatos con un broche de oro final: el relato que da título al volumen, reconstrucción imaginaria de los últimos días de Chéjov, que alcanza cotas de auténtica genialidad.
Carver se centra en las complejas y frágiles relaciones familiares y amorosas de un puñado de personajes grises y rutinarios. En sus cuentos todo parece a punto de irse a pique, un amor, la relación entre un hombre con su familia, la propia vida. Son cuentos que se inician y concluyen de una manera imprevisible.
En Cajas está la imagen de una eterna mudanza de la madre del protagonista, una mujer que sólo se siente viva con el movimiento de cajas y muebles, de ciudades y pueblos. En Quienquiera que hubiera dormido en esta cama, todo se inicia con una llamada telefónica equivocada. A partir de ahí, la pareja protagonista conversa sobre su vida, el estado de salud, su posicionamiento ante la muerte. En Intimidad un hombre, de paso por la ciudad donde vive su ex-esposa, decide visitarla. Ella aprovechará para desahogarse lanzándole reproches. Él registrará todo para crear su universo literario. En Menudo un hombre no puede dormir y rememora lo que ha sido su vida sentimental: con Molly, la mujer de toda su vida; con Vicky, su mujer actual, a la que engaña; y con Amanda, la mujer de la casa de al lado, a la que espía. De nuevo el drama de la infidelidad, de la inautenticidad. El elefante es una fábula. El protagonista se dedica a prestar dinero a su familia, sus hijos, su ex esposa, su hermano, su madre. Se siente acorralado. Caballos en la niebla tiene la imagen poética de los caballos irrumpiendo en la ruptura de un viejo matrimonio. El protagonista recibe una misteriosa carta que alguien ha pasado por debajo de la puerta de su estudio. En ella, la esposa constata el declive de su matrimonio. El marido corre a pedir explicaciones. La encuentra vestida con sus mejores galas y con una maleta, a punto de marcharse. Justo ese el momento en que se produce un hecho tan extraordinario como poético: dos caballos aparecen en mitad de la madrugada, emergiendo de entre la niebla. Pero finalmente aparecerá el camionero encargado de meter a los dos caballos en un furgón de transporte.. El libro tiene un broche de oro con Tres rosas amarillas. El autor abandona su universo habitual para acercarse a los últimos días de Chéjov, su acercamiento a la muerte de una forma entre agónica y apoteósica. 
CARVER, RAYMOND
De qué hablamos cuando hablamos de amor?
Editorial ANAGRAMA
Los deslumbrados lectores de Catedral, primer libro publicado en España de Carver, reencuentran en De qué hablamos cuando hablamos de amor la atmósfera y los personajes de este autor. Parejas que se despedazan, compañeros que parten desesperadamente a la aventura, hijos que intentan comunicarse con sus padres, un universo injusto, violento, tenso, a veces irrisorio... En palabras de Roberto Fernández Sastre, Carver no designa lo intolerable, sino que lo nombra. Sin concesiones hacia nada ni hacia nadie, rescata lo real en su esencialidad amorfa y brutal. La narrativa de Carver es tan escueta que toma un tiempo darse cuenta de hasta qué punto la totalidad de una cultura y de una condición moral está representada incluso por el bosquejo aparentemente más tenue. 
Su editor en Esquire, Gordon Lish, desempeñó un papel decisivo en concebir el estilo de la prosa de Carver. Por ejemplo, donde Gardner recomendaba a Carver usar 15 palabras en lugar de 25, Lish le instaba a usar 5 en lugar de 15. Diez años después de la muerte de Carver, un artículo en la revista New York Times Magazine suscitó polémica al alegar que su editor Gordon Lish no sólo dio consejos a Carver, sino que reescribió párrafos enteros de sus cuentos, hasta el punto de cambiar el final innumerables veces. En el caso de los relatos del libro De qué hablamos cuando hablamos de amor, Lish llegó a reducir a la mitad el número de palabras originales y reescribió 10 de los 13 finales de los cuentos del libro. Por ejemplo, el cuento "Diles a las mujeres que nos vamos" gana una dimensión más abstracta en manos de Lish, que suprime las relaciones de causa y efecto que llevan a dos adultos a matar a dos adolescentes, y añade torpeza, profundidad y silencio donde antes había — según D.T.Max, autor del artículo— demasiadas palabras. Es notable también el caso de "Parece una tontería", con el que Carver ganó el premio O. Henry en 1983. La versión original del relato sobre un niño en coma se ve reducida a la mitad, tiene el título cambiado a "El baño" ("The Bath") y la muerte del niño al final de la versión de Carver se convierte en un final abierto, donde el lector no sabe si el niño vive o no. "El baño" fue publicado en De qué hablamos cuando hablamos de amor, 1981 y "Parece una tontería" vio la luz posteriormente en Catedral (1983). Según el escritor Alessandro Baricco, quien revisó los manuscritos anotados que sirvieran de base para el artículo del New York Times, Carver «construía paisajes de hielo pero luego los veteaba de sentimientos, como si tuviera necesidad de convencerse de que, a pesar de todo aquel hielo, eran habitables.» La opinión de Baricco es que las versiones de Carver —en un momento u otro edulcoradas por emociones que Lish sistemáticamente suprimía— añadían humanidad a los personajes y permitían vislumbrar en Carver algo «terrible pero también fascinante.» 
CARVER, RAYMOND
Si me necesitas llámame
Editorial ANAGRAMA
La versión original sin corregir de la obra maestra de Carver. 
Tim O´Brien, dijo una vez de Raymond Carver, «utiliza el inglés como una cuchilla: talla piezas de prosa austeras y exentas de adornos y para ello la despoja de todo salvo del meollo mismo de la emoción humana».
Principiantes es el libro de relatos más famoso de Raymond Carver antes de pasar por tal proceso de tallado. Es la versión «sin corregir» de la obra maestra de Carver -De qué hablamos cuando hablamos de amor-, que acabaría sufriendo una poda de casi el cincuenta por ciento por parte de Gordon Lish, a la sazón editor y mentor de Carver, previa a su publicación en 1981. Andando el tiempo, el texto que vio la luz llegaría a convertirse en una de las obras que más influencia han ejercido en la literatura moderna. La preocupación de Carver por la médula de las cosas se halla tan presente en los relatos originales como en los que fueron publicados tras la poda de Gordon Lish.
Una jovencita que baila con su novio en el jardín delantero de una casa, en medio de los restos materiales de la vida de su propietario, un hombre de edad mediana, percibe el primer aviso de los peligros de la vida adulta y siente que la colma una «felicidad insoportable». Un hombre y una mujer se encierran en la habitación de un motel y dolorosamente, despacio, reconocen el final de su relación. Al mismo tiempo, en otra parte de la soledad del Medio Oeste, a un hombre le sacan fotografías y más fotografías mientras trata de ubicarse en un mundo que se le antoja desenfocado por completo. Pero a medida que nos movemos a través de las pequeñas y múltiples tragedias inscritas en el corazón de «lo común y corriente» -marchamo de la narrativa de Carver-, se nos van revelando nuevos significados, nuevos matices. 
CARVER, RAYMOND
Si me necesitas llámame
Editorial ANAGRAMA
Si me necesitas, llámame es una versión actualizada de Sin heroísmos, por favor. Este último, publicado primero, incluye la mayoría de los trabajos sin publicar de Carver (relatos tempranos, ensayos, prólogos, etc.) así como poemas sueltos. La nueva versión, Si me necesitas... elimina los poemas pero añade nuevos cuentos que Gallagher y una amiga encontraron entre documentos de Carver. Años después de la muerte del autor, su viuda ha encontrado y editado cinco relatos inéditos. Relatos espléndidos, precisos, estremecedores, ambientados en el noroeste norteamericano, con hombres que han dejado de beber, parejas que ya no se aman, un escritor que ha abandonado a su mujer... Historias sobre este momento bello y terrible en que de pronto comprendemos que la vida ya nunca podrá volver a ser la misma.
Los libros de Carver están formados por relatos cortos que reflejan los dramas aparentemente más triviales, las catástrofes silenciosas de la gente más común, que poseen la capacidad de provocar una impresión fortísima, una indeleble conmoción. Dotado de un apreciable escepticismo y resentimiento, mediante una técnica escueta y directa, carente de adornos estilísticos, casi minimalista, dibuja una gama de anónimos perdedores de una sociedad que parece haberse olvidado de ellos: desempleados, alcohólicos, divorciados, seres solitarios que van hacia la deriva y que no tienen otra cosa que hacer sino mirar la televisión, evitando mirar a su propio interior y comprobar que no son más que sombras cargadas de desesperanza. Carver nació en Clatskanie, Oregón y creció en Yakima, Washington. Su padre trabajaba en un aserradero y era alcohólico. Su madre trabajaba como camarera y vendedora. Publicó un sinnúmero de relatos en revistas y periódicos, incluyendo el New Yorker y Esquire, que en su mayoría narran la vida de obreros y gente de las clases desfavorecidas de la sociedad estadounidense. Sus historias han sido incluidas en algunas de las más prestigiosas compilaciones estadounidenses: Best American Short Stories y el Premio O. Henry de relatos cortos. Carver estuvo casado dos veces. Su segunda esposa fue la poetisa Tess Galagher. Alcohólico, cuyos efectos se manifiestan en algunos de sus personajes, Carver permaneció sobrio los últimos diez años de su vida. Era un gran amigo de Tobias Wolff y de Richard Ford, escritores también del realismo sucio. En 1988, fue investido por la Academia Americana de Artes y Letras. Los críticos asocian los escritos de Carver al minimalismo y le consideran el padre de la citada corriente del realismo sucio. Carver murió en Port Angeles, Washington, de cáncer de pulmón, a los 50 años de edad.
CARVER, RAYMOND
¿Quieres hacer el favor de callarte?
Editorial ANAGRAMA
ESTE es su primer libro de relatos, que escribió y reescribió a lo largo de quince años y publicó cuando ya contaba 37 años, le supuso la consagración inmediata. Consta de veintidós cuentos (algunos de ellos, brevísimos) que son como chispazos, lo que un paseante puede ver de la vida de una familia al pasar frente a una ventana o una puerta entreabierta. La historia ya existía allí y nunca es la intención de Carver la de contarla de modo completo, de hecho, parece que Carver es dueño de una finísima intuición que le permite comprender los límites de sus posibilidades y sus verdaderas oportunidades de éxito en la empresa. Carver es un maestro de la elipsis. Sus relatos poseen, quizá precisamente por su mismo carácter fragmentario, una inesperada capacidad para provocar una impresión fortísima y una indeleble conmoción. Los dramas aparentemente más triviales, las catástrofes silenciosas de la gente más común: tal es el territorio en que se mueven siempre los inquietantes relatos de Carver. 
Duras, tristes y muchas veces desoladoras, sus historias se construyen en torno a personajes que muchas veces parecen inaccesibles. No sabemos lo que piensan, porque sólo se nos muestra lo que hacen. Son sus acciones las que los definen, De este modo asistimos a la representación de un ecosistema muy peculiar integrado por la clase media norteamericana de los años 70, en donde encontramos matrimonios jóvenes con hijos pequeños, precariedad laboral, posible alcoholismo, nebulosa confusión respecto al futuro que se traduce en insatisfacción, angustia, miedo y una soledad frustrante, más frustrante aún porque es el resultado de la propia incapacidad de llegar al otro. El solitario es aquí la víctima de sí mismo.
CASTAN, CARLOS
Frío de vivir
Editorial  EMECÉ
Quién no ha sentido alguna vez, filtrándose entre los resquicios de la coraza que creamos a nuestro alrededor, un ligero estremecimiento ante nada en concreto, algo así como un frío de vivir. Con esta premisa, los quince relatos que integran el primer libro de Carlos Castán componen una profunda exploración de la esencia íntima del ser y sus contradicciones. Historias de gente corriente que se siente resbalar por la pendiente de la incertidumbre, la frustración, la pérdida o la culpa, como si se tratara de una pesadilla. 
Unidos por una clara voluntad de estilo –la mayoría de ellos están articulados en forma de monólogo interior– los relatos de este volumen consiguen reflejar la complejidad de unos seres siempre atrapados entre la realidad y el deseo irrealizado, personajes que habitan un territorio donde lo fantástico puede irrumpir en cualquier momento desde los rincones de la cotidianidad. 
La mayoría de los personajes viven una vida fracturada por el desaliento y el peso amargo de los recuerdos, las ocasiones perdidas, el deseo insatisfecho, la culpa... y a la vez, por la propia renuncia a intentar de alguna manera recuperar lo perdido, ante la certeza de la derrota.
El desasosiego que impregna todos los relatos hace que, a medida que avanza la lectura, el lector sienta también como una tenue fisura que amenaza con resquebrajar sus propias certidumbres. Al fin y al cabo, los personajes son gente corriente, como cualquiera de nosotros. Esto es lo que hace que el libro resulte mucho más escalofriante: la velada fragilidad de nuestra incierta vida normal.
Pero lo que más me ha sorprendido del libro ha sido la capacidad del autor para experimentar de manera tan intensa con las emociones más turbadoras y dolorosas que deja a su paso la vida, y mantenerse en pie mientras lo cuenta, pese a que el narrador de muchos de los relatos esté al límite de su justificación vital para seguir haciéndolo.
Carlos Castán, hace uso de una prosa bellísima, de sugerentes imágenes y contrastes, nos enfrenta de manera dolorosa a nuestros propios reproches y terrores cotidianos para, acto seguido, cuando parece que ya nos vamos acomodando a una plácida resignación, lanzarnos de nuevo al vacío por medio de un desenlace inesperado que nos vuelve a dejar, literalmente, temblando a la intemperie. 
Extractos tomados del blog AvistaDePágina.
CASTAN, CARLOS
Museo de la soledad
TROPO EDITORES
"Carlos Castán demostró en Frío de vivir y especialmente en este libro que es un excelente cuentista de la nostalgia melancólica y de la conformación de la identidad a través del mundo emocional. Su estilo se define por la construcción de atmósferas envolventes y sensitivas, por la habilidad de los diferentes registros del relato y por un lenguaje narrativo destilado y provisto de un halo poético que mece la prosa desde su interior. Lo demuestra con hermosos relatos como ‘Casi Marino’, en el que aborda la transformación del amor y la memoria de la lluvia, en ‘Muchas veces, ‘querida Laura’, un espléndido homenaje al arte epistolar y a la suplantación de la identidad con ecos cortazarianos, en ‘Silencio tan de Silvia’, acerca de la adolescencia y su vinculación con la fantasía y la aventura y en ‘Con sangre entra’, sobre la agresión violenta a un vagabundo. Junto a estos temas, Castán aborda el azar, el dolor, el oficio de vivir, las huellas del pasado que se manifiestan en las casualidades del presente y las diferentes caras de la soledad. Los argumentos que embrida entre la ternura, la ironía y lo sobrecogedor, para ahondar en los elementos desestabilizadores de nuestro paisaje emocional. Esperemos que pronto, Castán nos embarque en otros relatos sobre el abismo de las emociones y el fantasma de la memoria."
Texto de Rosa Regás
CASTAN, CARLOS
Solo de lo perdido
Editorial DESTINO
El amor..., siempre el amor: desesperado, intenso, incomprensible, feroz. Las historias de Castán emocionan y golpean al lector, porque escribe de personajes descolocados, sin mapas ni brújula. Tipos que van en busca de lo que hubiesen podido ser de haber sido otros; de los que mueren mucho antes de morirse. Escribe de la cara y la cruz del amor, de carreteras, planes y sueños. De los que pierden su vida por falta de valor, pero también de los que no se resignan y se pelean hasta el final. Castán escribe con verdad, tanto que pareciera que habla de nosotros. 
Castán es experto en crear atmósferas densas, casi dolientes, personajes complejos y atractivos, universos que saltan de las páginas y se acomodan entre sus lectores, como por arte de magia. A veces las historias de “Sólo de lo perdido” son puertas cerradas que necesitan ser abiertas por el lector, otras son laberintos comunes sabiamente narrados. “Sólo de lo perdido” es un excelente libro de relatos.
CASTILLO, ABELARDO
Cuentos Completos
Editorial ALFAGUARA
El argentino Abelardo Castillo (Buenos Aires, 1935) fue un escritor emblemático de la literatura latinoamericana de los años sesenta y durante mucho tiempo uno de los grandes animadores del ambiente cultural de su país, a través de las diversas revistas que dirigió. Cultivó casi todos los géneros literarios, pero es reconocido principalmente por sus logros en el cuento, 
Los relatos de Castillo se inscriben dentro de la gran tradición cuentística argentina y uruguaya del siglo XX. Las otras puertas se ubica en algún punto intermedio entre Cortázar y Onetti, más cerca del primero en los aspectos formales (el ritmo de la prosa y la estructura del relato) y del segundo en la vocación realista, en la mirada irónica y cruel. El cuento que abre el libro, “La madre de Ernesto”, es la historia de un grupo de adolescentes que visita el prostíbulo en el que saben trabaja la madre de uno de ellos. El texto muestra a los jóvenes haciendo una primera incursión en el sórdido mundo adulto (tema onettiano por excelencia), pero el final sorpresivo los devuelve, de golpe, a su infancia. Algo similar sucede en los cuentos “Hernán”, “Macabeo” o “Erika de los pájaros”.
En el segundo libro de relatos de Castillo, Cuentos crueles (1966) se da una mayor importancia al contexto histórico: los enfrentamientos políticos que devienen en guerras internas, la denuncia de las injusticias y abusos cometidos en las retrasadas sociedades provincianas. No hay que olvidar que los sesenta fueron los años de la fe revolucionaria y del “compromiso” del escritor. Castillo supo encarnar esos cambios sin perder en absoluto el rigor literario, como se aprecia en los cuentos “Patrón” y “Los muertos de Piedra Negra”.
Diez años después, Las panteras y el templo (1976) muestra a un autor más maduro. “Vivir es fácil, el pez está saltando”, cuento que abre el libro, está bien escrito, a pesar de su pésimo final. Mucho más logrado es “Noche para el negro Griffiths”, que reformula el famoso cuento “El perseguidor” de Julio Cortázar. Ambos tratan de músicos de jazz, salvo que el personaje de Castillo es un mediocre sin ningún talento. En el prólogo de los Cuentos completos, Martha Morello-Frosch elogia “Noche...” y otros relatos similares de Castillo (“Réquiem para Marcial Palma”, “Crear una flor es un trabajo de siglos”) que son una “segunda escritura” de cuentos conocidos, “una hábil maniobra en la que modelo y nueva versión se generan y regeneran mutuamente”.
En sus siguientes cuentos, reunidos en el libro Las maquinarias de la noche (1992), Castillo vuelve sobre viejos temas (la experiencia militar, el despertar sexual) a la vez que la crueldad y el cinismo vuelven a ser elementos centrales. “Hay una evidente crueldad en mi obra literaria”, ha dicho Castillo, “y, probablemente, la crueldad sea algo así como la inversión de una manera piadosa de ver el mundo". Su último libro de cuentos fue El espejo que tiembla (2005).
Extractos tomados del blog del crítico Javier Ágreda.
CENDRARS, BLAISE
Antología negra
ÁRDORA EDICIONES
Publicada por Blaise Cendrars en 1921 y editada en nuestro país en 1930, en traducción de Manuel Azaña; constituye una inolvidable colección de relatos que reúne lo más interesante de la literatura tradicional del continente africano. Es, además, un testimonio de interés de las Primeras Vanguardias por el arte primitivo, del que artistas como Derain o Picasso extrajeron fructíferas lecciones.
Su autor, Blaise Cendrars (1887-1961), prolífico narrador y poeta, cuya obra estuvo siempre ligada a una existencia viajera, tuvo el mérito de, por vez primera, apreciar y dar a conocer como literatura los que hasta entonces se tenían por meros documentos etnográficos. Muestra, pues, del espíritu de una época, encarnado en un personaje que, como dijera de él Cocteau, “es de todos nosotros quien mejor representa el nuevo exotismo, mezcla de motores y fetiches negros”.
CEREZALES, AGUSTÍN
Perros verdes
Editorial 
Con un extraordinario talento narrativo, Cerezales relata la vida de ocho personajes desarraigados que persiguen sus sueños o son prisioneros de su destino. Entre esos extranjeros que acabaron quedándose a vivir en España encontraremos a Basilii, un ruso que a través de un singular diálogo de grifos se enamora de su Dama desconocida...; a Marcel Lagrange, un francés refinado, amante de la gastronomía, que abandona su placentera vida por conseguir la misteriosa receta de un dulce...; al japonés Mit Fit Sin, un escalador en busca de las cumbres de la Verdad, que encuentra la Visión Sublime en la contemplación de un pie femenino...
El autor posa sobre estos perros verdes una mirada dotada de ternura y piedad, sin olvidar el humor y una escritura que les provee de una rotunda humanidad.
Expediente en curso (Basii Afanasiev) nos cuenta la historia de amor platónico entre el protagonista y una desconocida, a través de un curioso lenguaje de tuberías, agua y ducha. El pan y la sal (Marcel Langrage) relata cómo una pasión culinaria puede llevarte a cambiar de vida, a arriesgarla y a volverla a encontrar. Sin respuesta (Inés Pereira) es la historia de un desbordamiento amoroso de un personaje marginal, que se llama punk, hacia otro absolutamente convencional. Moraleja (Ana Perurena) es la odisea de la protagonista en la búsqueda y recuperación de sus seis hermanas por toda nuestra geografía al tiempo que comienzan a abrirse puestos de castañas. Juicio final (Aldo Petucci) cuenta la historia de una devoción hacia el protagonista, un personaje tranquilo, pasivo, inquietante y asesino. Huella leve (Mitu Fit Sin) relata la historia de un japonés que llega a España a escalar el Mulhacén buscando la Verdad y cómo termina encontrándola en el pie de una mujer, volviendo a perder esa Verdad y lanzándose de nuevo en su búsqueda.
He dejado para el final el relato Increíble (Nastassia Filipovna), soberbio, que cuenta el deslumbramiento de un hombre maduro al ver una bailarina rusa, una odisea en una ciudad de provincias, un tremendo olvido y un final delicioso.  Sin duda, uno de los grandes libros de cuentos españoles de estas últimas décadas.    Extractos tomados del blog de EnriqueOrtiz

COLANZI, LILIANA
Nuestro mundo muerto
Editorial ETERNA CADENCIA
Liliana Colanzi es una muy prometedora escritora boliviana nacida en Santa Cruz, (1981) que ha publicado dos libros de cuentos, Vacaciones permanentes (2010) y Nuestro mundo muerto (2016). Vive en Ithaca, Nueva York, y enseña literatura latinoamericana en la universidad de Cornell. 
Este su segundo libro se compone de 8 relatos donde presenta lo sobrenatural y fantástico anclado en lo cotidiano, en los territorios de la infancia y adolescencia y en la historia reciente de su país, Bolivia. Sus cuentos parten de realidades trastocadas o, como ella misma dijo en una entrevista, de lo que pasa cuando la razón estalla. O de lo que pasa cuando se enfrentan racionalidades distintas.
Los cuentos del volumen presentan en muchos casos el choque entre la superstición o lo paranormal con la moderna cotidianeidad latinoamericana. En algunos relatos destaca la presencia de creencias, lenguajes y cosmovisiones indígenas en diálogo con el modo de entender occidental. Uno de los textos, Cuento con pájaro, está compuesto con diversos testimonios de indígenas ayoreos, incluidas algunas manifestaciones verídicas recogidas por el antropólogo Lucas Bessire. De hecho la cita con que se abre el libro es de una canción ayorera que dice: «Este es el tronco de todas las historias, habla de nuestro mundo muerto».
En otros relatos encontramos indicios de traumas secretos que atenazan al ser humano desde siempre. Por ejemplo la primera historia, El ojo, en la que una joven es perseguida por un mal de ojo, podría describirse como una metáfora sobre los miedos que provoca el acceso a la edad adulta. En otro relato, La Ola, se presenta a una joven universitaria tratando de escribir acerca de la Ola, una realidad indefinida y acechante, una presencia extraña que, en el fondo, se puede interpretar como el mismísimo y aterrador ímpetu creador.
Hay otros personajes como un caníbal travestido que deambula por las calles de París, una mujer en una misión de colonización en Marte, un joven poseído por el impulso asesino de un indio mataco o el cadáver de un funeral que parece empezar a respirar.
Sara Mesa lo presenta del siguiente modo: "En los bordes de la ciencia ficción, lo fantástico y lo pesadillesco, los cuentos de Liliana Colanzi exploran, con una mirada alejada de todo exotismo, la idea de la muerte en las grietas del mestizaje, allí donde la idiosincrasia indígena y su historia de explotación chocan con la vida moderna y urbana. Surgen entonces la magia, la superstición, los fantasmas o lo sobrenatural para explicar o dar sentido a lo bueno y a lo malo, a la vida y a la muerte."
Un libro intenso, feroz y complejo, en el que resuenan ecos de Sara Gallardo, Horacio Quiroga o Silvina Ocampo, escrito por una de las autoras bolivianas más destacadas de la nueva generación."

CHANDRA, VIKRAM
Tierra roja y lluvia torrencial
Editorial SIRUELA
Este libro es considerado Las mil y una noches de la cultura angloindia. Todo él es una extraordinaria e inmensa mentira que ilustra, instruye y deleita.
Abhay, un estudiante hindú recién llegado de Estados Unidos, hiere de un disparo a un mono ladrón que frecuenta el tejado de casa de sus padres. El impacto que recibe el animal es tan fuerte que recupera su conciencia humana: en una existencia anterior fue Sanjay, un poeta del siglo XIX. Ahora, si no quiere morir, el poeta con cuerpo de mono deberá contar cada día un relato diferente. Sus cuentos, un gran repaso por la historia de la India, se entrelazan con las historias de Abhay sobre el desarraigo en Estados Unidos durante los años noventa del pasado siglo.
Vikram Chandra (Nueva Delhi, 1961) también ha escrito, Juegos sagrados, la gran novela de Bombay y de la India actual, un volumen de más de mil páginas, trata de reflejar, a través de la peripecia de un policía que investiga la biografía del jefe de una banda mafiosa, la vida en una ciudad caótica de 15 millones de habitantes, espejo de un país de mil millones en el que se dan todas las religiones imaginables y se hablan 1.600 idiomas, 18 de ellos recogidos como oficiales en su Constitución. El amor, la corrupción, las guerras de religión, el cine de Bollywood y sus estrellas, los gurús, los sueños frustrados y los alcanzados -siempre a un alto precio-, y la violencia, grandes dosis de violencia, están presentes en una obra que ha consagrado a su autor en todo el mundo.
CHAVES NOGALES, M.
A sangre y fuego
Editorial  ESPASA CALPE
Los relatos que componen este libro están considerados por muchos como lo mejor que se ha escrito en España sobre nuestra guerra civil. Escrito en 1937 no se publicó en España hasta 2001, gracias al empeño de Andrés Trapiello quien confirma que "De todos los cientos de relatos o novelas que se han escrito de la guerra civil acaso ninguno puede compararse a A sangre y fuego, de Manuel Chaves Nogales. A su lado muchas de las páginas de tantos otros parecen oscurecerse faltas de nervio o sobradas de retórica guerrera. Ni han contado lo que él contó ni lo contaron de la misma manera”. Redactados entre 1936 y 1937 y publicados inicialmente en varias revistas internacionales, retratan distintos sucesos de la guerra que Chaves Nogales conoció directamente: «Cada uno de sus episodios ha sido extraído fielmente de un hecho verídico; cada uno de sus héroes tiene una existencia real y una personalidad auténtica», dirá en el prólogo. «Pequeño burgués liberal, ciudadano de una república democrática y parlamentaria», Chaves fue uno de los más importantes escritores y periodistas españoles de la primera mitad del siglo XX. Como director del periódico Ahora permaneció en Madrid desde el inicio de la guerra hasta finales de 1936, cuando el gobierno de la República se traslada a Valencia y él decide exilarse, "huyendo de la estupidez y la crueldad" que entonces se enseñoreaban de España. "Me fui cuando tuve la íntima convicción de que todo estaba perdido y ya no había nada que salvar, cuando el terror no me dejaba vivir y la sangre me ahogaba. ¡Cuidado! En mi decisión pesaba tanto la sangre derramada por las cuadrillas de asesinos que ejercían el terror rojo en Madrid como la que vertían los aviones de Franco, asesinando mujeres y niños inocentes. Y tanto o más miedo tenía de la barbarie de los moros, los bandidos del Tercio y los asesinos de la Falange, que a la de los analfabetos anarquistas o comunistas".
La solidaridad y compasión por quienes sufren en carne propia los horrores de la guerra permiten a Chaves observar los acontecimientos de la contienda con una equidistancia y una lucidez asombrosas. A sangre y fuego es sin duda una de las narraciones más inteligentes y llenas de vida de cuantas se han escrito sobre el tema; un verdadero clásico de la literatura española. 
Según Trapiello, “Su prólogo debería figurar, íntegro, en todos los manuales de historia, de periodismo y de literatura, como modelo de probidad y de tino, tanto más cuanto que fue concebido en medio del desastre, sin tiempo para componer la figura, corregir el tiro o enmendarlo, como luego se hizo a menudo”. El libro tiene un valor incuestionable porque afronta los hechos ahondando en el perfil humano más que en el político. El lector quedará estremecido por estas historia vívidas y reales que rezuman crueldad, absurdo y obcecación. Chaves Nogales fue un intelectual de izquierdas que escribió un libro amargo y revelador; tal y como queda reflejado en el último párrafo del libro. 
 
   "Daniel, convertido en un miliciano de la revolución, luchó como los buenos.
    Y murió batiéndose por una causa que no era suya. Su causa, la de la libertad, 

    no había en España  quien la defendiese”.
CHEJOV, ANTON
La dama del perrito y otros cuentos
Editorial  LOSADA
Hay quien ha definido a Chéjov como “el maestro del cuento que no tiene trama argumental”. A primera vista, sus narraciones pueden parecer insulsas o anodinas. Nada más lejos de la realidad. El escritor Richard Ford sostiene que  "Los relatos de Chéjov -en especial los más destacados-, pese a su aparente sencillez, su engañosa accesibilidad y claridad, siguen pareciéndome relativamente impenetrables para los jóvenes corrientes". Esto es debido a que nos muestran “sentimientos maduros” y sutilezas de las que no es fácil apercibirse. Se requiere haber saboreado sensaciones como la soledad, la resignación, o la desesperanza, para identificarlas y poder comprender toda la melancolía encerrada en los relatos de Chéjov, ya que éstos están llenos de “experiencia de la vida”.
Julio Cortázar llegó a decir: "Pienso, por ejemplo, en el tema de la mayoría de los admirables relatos de Antón Chéjov. ¿Qué hay allí que no sea tristemente cotidiano, mediocre, muchas veces conformista o inútilmente rebelde? [...]. Y, sin embargo, los cuentos de Katherine Mansfield, de Chéjov, son significativos, algo estalla en ellos mientras los leemos y nos proponen una especie de ruptura de lo cotidiano que va mucho más allá de la anécdota reseñada". 
CHÉJOV (1860-1904) extrajo la materia narrativa de la mayoría de sus relatos de la vida cotidiana de sus contemporáneos, en especial de las esperanzas y desventuras de las gentes de la clase media del gran imperio zarista, como funcionarios, médicos, pequeños propietarios o profesores. Una de sus narraciones más reconocidas y que forma parte de la literatura universal es "La dama del perrito". En ella no sucede ningún acontecimiento extraordinario; los protagonistas llevan una vida corriente, se podría decir que incluso aburrida. El relato es un pequeño ensayo sobre cómo surge el amor entre dos personas, Anna y Gúrov, y cómo su pasión los transforma. El sexo está muy presente en toda la narración, aunque no se muestre explícitamente. El final queda abierto, algo muy propio de Chéjov pues como señala Nabokov «mientras las personas sigan vivas no hay conclusión posible y definida de sus conflictos, sus esperanzas o sus sueños».
CHEJOV, ANTON
Cuentos 
Editorial  ALBA
El escritor Richard Ford ha definido a Chéjov como "un escritor de relatos de importancia casi mística, un escritor que en apariencia cuenta historias corrientes, pero que en realidad desentraña la verdad más sutil, y por eso mismo, más velada y trascendente".
Las características más generales de su obra son la delicadeza y la finura psicológicas, el rechazo de la banalidad y de la vulgaridad, el rechazo del moralismo y la intencionalidad pedagógica, el uso de los temas y los detalles de la vida cotidiana rusa, la incorporación de elementos de chistes y parábolas, y la atención a detalles que adquieren rasgos simbólicos. De los más de seiscientos relatos que escribió Chéjov, este volumen reúne sesenta, cuidadosamente seleccionados y traducidos por Víctor Gallego con la intención de que el lector español disponga de una antología extensa y representativa de la narrativa breve del gran escritor ruso; prescindiendo de las novelas cortas,
Nabokov definía al héroe chejoviano como «un hombre bueno incapaz de hacer el bien», que «combina la más profunda decencia de que es capaz el ser humano con una incapacidad casi ridícula para poner en práctica sus ideas y principios». Actos y decisiones que salvan una vida o una fortuna pero que acarrean sentimientos de desprecio por quien los lleva a cabo, cambios impredecibles e inexplicados que se producen en un tiempo relámpago pero que pueden determinar toda una vida, «un deseo indefinido» que al realizarse nunca alcanza la conciencia de satisfacción... Chéjov buscaba transmitir, reproducir la fluidez acaso sin rumbo de la vida, no sólo pintando estados de ánimo, sino siendo capaz de crearlos en el lector. Chéjov se apartó decididamente de la finalidad moral presente en otros autores tradicionales. No le preocupaban las dificultades que esto planteaba al lector, porque consideraba que el papel del artista es realizar preguntas, no responderlas. 
CHEJOV, ANTON
El pabellón nº 6 y otros relatos
ALIANZA EDITORIAL
Comparable a otras cumbres narrativas de Chéjov, como «La señora del perrito», "El pabellón n.º 6" es no sólo el prodigioso relato que describe la amistad que van anudando un joven paranoico recluido en un manicomio y el director del establecimiento, quien termina siendo acusado de demente e internado en la misma sala que su paciente, sino también una fábula acerca de la situación de frustración e impotencia de los intelectuales rusos a finales del siglo XIX Completa el volumen una magistral trilogía de relatos del autor ruso acerca del amor, integrada por «El hombre enfundado», «La grosella» y «Del amor», además de un extenso prólogo de Maxim Gorki. El primero reflexiona sobre los sentimientos y la necesidad de ocultarlos por temor a la fragilidad, el segundo hace un elogio a la naturaleza y representa un grito de miedo por la industrialización de la sociedad, y el último cavila sobre el amor y cómo éste transforma a una persona, para bien o para mal.
La narrativa de Chéjov es habitualmente calificada como una narrativa “fusionada”, en la cual los detalles cotidianos se funden con el paisaje. Ambos aspectos se desarrollan a través del estado de ánimo del personaje. El personaje no solo percibe la naturaleza, sino que reflexiona sobre el mundo y sobre las leyes que lo rigen, a partir de lo cual crea una visión del mundo muy saturada y representada linealmente en un espacio muy restringido. Chéjov desarrolló una técnica narrativa de atenta a los detalles y llena de contrastes y repeticiones. Uno de sus recursos literarios fue estudiado por Valdimir Katáev que lo definió como "parecía vs. resultó": consiste en que los acontecimientos se desarrollan de un modo inesperado que rompe los estereotipos de la experiencia de vida de los protagonistas.
CHESTERTON, G. K.
El club de los negocios raros
Editorial  VALDEMAR  -Club Diógenes-
El Club de los Negocios Raros está compuesto por seis narraciones que ejemplifican todos los méritos que hicieron destacar la figura de Chesterton y todas ellas giran alrededor de un oscuro y pintoresco Club, para pertenecer al cual es necesario haber inventado una profesión o industria absolutamente nueva. Sobre esta base aparentemente trivial, Chesterton combina el misterio con la paradoja y el humor y consigue mantener al lector en estado «de suspensión» permanente, haciéndole caminar de sorpresa en sorpresa por los senderos de sus ingeniosas tramas e invenciones. Chesterton, que tuvo el buen gusto de prodigarse en el relato, debería figurar como miembro de honor de su incomparable Club, por haber inventado la rara industria de complacer al lector.
Todos los relatos tienen un hilo común, el protagonista/narrador y la temática. En todos ellos se describe un hecho fortuito y fantástico que termina por rebelarse como un nuevo tipo de negocios. Si bien alguno de ellos es un negocio REALMENTE raro, no es menos cierto que algunos de los que plantea son, a día de hoy, partes fundamentales de nuestra economía. Por ejemplo, el turismo de aventuras. Aunque claro, a la manera de Chesterton es mucho mejor.
Los miembros de este exclusivo, pintoresco y absurdo Club crearon algunas disparatadas actividades que, no por ello, dejaron de ser una honrada y fantástica forma de ganarse la vida. 
El Club cuenta con un Organizador de Réplicas Inteligentes y una Agencia de Aventuras confidenciales. Asimismo son miembros del Club los Retenedores Profesionales (sirviéndose de un pretexto inofensivo, retienen a personas de cuya presencia quieren librarse sus clientes por unas cuantas horas) y un Constructor de Fincas Arbóreas (que sentó, sin lugar a dudas, las bases del concepto de desarrollo sostenible, logrando unir con maestría dos actividades hoy antagónicas: la construcción y el ecologismo). Finalmente está el Tribunal Voluntario, cuyas sentencias tenían las más altas cotas de validez moral y, por ello, un grado de cumplimiento por parte de los reos muy superior que las dictadas por la Justicia ordinaria.
CHESTERTON, G. K.
El candor del Padre Brown
Editorial  ANAYA
Chesterton pertenece a esa estirpe narradores proteicos que todo lo que tocan lo convierten en literatura. En muchos de sus libros y sobre todo en los relatos del Padre Brown su gusto se decanta por el misterio. El padre Brown es un curita bajo e insignificante en el que pocos reparan; como los pequeños detalles que él recoge con pulcritud para resolver los misterios con lógica implacable.
Este volumen es el que da a conocer al Padre Brown y consta de doce relatos. En ellos lo más interesante no está en la mera trama, sino en las reflexiones y el comportamiento del cura. A lo largo de las distintas tramas, él mismo tiene la oportunidad de definirse ante el rico, el ateo, el traidor o el criminal.
Más que el misterio le interesa al cura la redención del delincuente
Chesteron era un agudo observador de la psicología humana. "Soy un hombre y, por lo tanto, tengo todos los demonios en mi corazón" declara el Padre Brown. Esto se demuestra en el relato noveno, "El martillo de Dios" y, sobretodo el undécimo, una obra maestra titulada "La muestra de ´la espada rota´"; relato que inspiró a Borges en su narración "Tema del traidor del héroe".
Reseña en este blog
CHESTERTON, G. K. 
Las paradojas de Mr. Pound
Editorial VALDEMAR
Llamado el "príncipe de las paradojas", Chesterton publicó en 1936 publicó el libro de cuentos "Las paradojas de Mr. Pond", donde cada relato se basa o inspira en una paradoja puntual.
La solución, en las malas ficciones policíacas, es de orden material: una puerta secreta, una barba suplementaria. En las buenas, es de orden psicológico: una falacia, un hábito mental, una superstición. Ejemplo de las buenas -y aun de las mejores- es cualquier relato de Chesterton. (...) En este libro póstumo, los problemas son también de naturaleza verbal. Se trata de un rigor adicional que el autor se ha impuesto. El héroe, Mr. Pond, dice con naturalidad misteriosa: «Claro, como nunca estaban de acuerdo, no podían discutir» o «Aunque todos deseaban que se quedara, no lo expulsaron» y refiere luego una historia que asombrosamente ilumina esa observación.
Los ocho cuentos del volumen son muy buenos. El primero - The Three Horsemen of Apocalypse- es, en verdad, extraordinario. No es menos arduo y elegante que un severo problema de ajedrez o que una contrerime de Toulet.
(Jorge Luis Borges, Revista El Hogar)
CLEMONT, FERNANDO
La lengua de los ahogados
Editorial MENOSCUARTO
Fernando Clemot ha reunido en este libro un compendio sobre la naturaleza humana. Sus dieciséis historias forman un poliédrico universo de emociones, expresadas con firme y tenso ritmo narrativo, combinando ironía y elipsis, ambigüedad y lirismo. El lector hallará en ellas recuerdos trágicos, ajustes de cuentas sentimentales, reacciones de visceralidad, geografías equívocas, situaciones absurdas, batallas perdidas con venganzas exiguas, visiones espectrales, habitaciones indiscretas, infidelidades y chantajes... todo ello relatado con su sello original e inconfundible, desdoblado en un repertorio de personajes y narradores que cristalizan en su libro de relatos más ambicioso, elegante y preciso. 
Estamos fabricados, aunque optemos por ignorarlo, de melancolía, de hondos naufragios que nos llenan la garganta de burbujas, de largas heridas por las que nos desangramos en silencio. Pero un día, de pronto, nos asalta la iluminación y atamos cabos: advertimos un brillo o un juego de espejos que nos devuelve una imagen inesperada. Y entonces comprendemos quiénes somos o por qué somos.
Los protagonistas de estas historias alcanzan esa revelación en instantes muy distintos; y adquieren con esa luz una nueva visión de sí mismos o de cuanto los rodea: ese padre de familia que, después de asistir al parto múltiple de su perra, recoge a todos los cachorros en una bolsa y se dirige al río para desprenderse de ellos, a la vez que aprovecha para realizar una llamada de teléfono indigna (“Canela”); ese juvenil cantante de éxito que, macerado en su vejez por las decepciones, languidece en el olvido y el anonimato (“Las orillas del Jordán”); ese hombre que, instalado en un poblado perdido y apartado de la civilización, intenta que sus habitantes se mantengan dentro de la pureza natural y alejados del fango turbio de las multinacionales (“Todos los nombres”); esa mujer que cree contemplar, desde la ventanilla del ferry en que viaja, los aspavientos desesperados de un hombre que lucha para no ahogarse (“Pirun onnekas”); o ese huésped curioso, al que le gusta indagar a través de los indicios que dejan a su paso, quiénes eran las personas que vivían en los pisos que va alquilando a lo largo del tiempo (“Inquilinos anteriores”).
Clemont es dueño de un estilo brioso y eficaz, convincente y poliédrico. Todas las vidas cuyo dibujo adorna estas narraciones están salpicadas, en mayor o menor medida, por gotas de ternura, por trallazos de acidez o por la polvorienta pátina que el silencio, la tristeza y el paso de los años depositan sobre las cosas y seres. 
Extractos tomados del blog de Ruben Castillo.
CLEMONT, FERNANDO
Estancos del Chiado
PARALELO SUR EDICIONES
Personajes ilustres y terribles, ecos de la infancia, miradas añorantes o hastiadas de la vida recorren Estancos del Chiado, volumen que recoge los relatos más destacados del autor barcelonés Fernando Clemot escritos antes de 2009. Desengaño e ironía se dan la mano en todos los relatos de Estancos del Chiado, en una visión nada idílica del tiempo que fue, en un viaje a la memoria insobornable que se niega a edulcorar o borrar sus recuerdos traumáticos, conocedora de que la verdadera grandeza está en la caída si esta supone un autoconsciente punto de partida para comenzar de nuevo.
Desengaño e ironía se dan la mano en todos los relatos de Estancos del Chiado, en una visión nada idílica del tiempo que fue, en un viaje a la memoria insobornable
El libro arroja sobre todos los ámbitos de la existencia humana, pero por encima de todo sobre la memoria, multitud de perspectivas distintas que se agrupan en tres grandes bloques temáticos: Mitologías, El jardín de la memoria y Ocasos. Desde la memoria colectiva, articulada a través de la figura de personajes y actitudes históricas, hasta la visión desengañada y nostálgica de un pasado que se vindica o se rechaza, pero que siempre se asume, pasando por una visión cruda y desencantada del imposible edén infantil, los relatos de Estancos del Chiado son un intento de aprehender el pasado a través del lenguaje, verbalizando los miedos y angustias para mejor conjurarlas. Y es precisamente este lenguaje, este estilo, siempre elegante y preciso, que a medida que el libro avanza se va volviendo más lírico y personal, más connotativo, el que da unidad al volumen y el que depara al lector las mayores sorpresas.                
 Del prólogo de Jordi Gol
COLINA, JOSÉ de la
Yo también soy Sherezade
Editorial   MENOSCUARTO
Antología con excelentes microrrelatos de José de la Colina, «un escritor singular, uno de nuestros mejores prosistas», según Octavio Paz.
El escritor tenía solo seis años cuando llegó a México, acompañado de su familia, al término de la Guerra Civil. Jamás volvió a residir en España, y ha desarrollado allí su carrera de periodista y narrador. Ha sido reconocido como uno de los mejores autores hispánicos de microrrelato por parte de los estudiosos del género. Yo también soy Sherezade ofrece una muestra representativa de esa obra, donde lo fantástico y lo cotidiano conviven en armonía. Así ocurre en sus relecturas de La metamorfosis de Kafka o en narraciones como «Marca La Ferrolesa», texto gemelo de «La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco», el célebre cuento de Max Aub. Todas las piezas de este libro se ocupan de la condición humana con tanto humor como sentido crítico, visibles también en sus personales recreaciones de episodios de la historia o la literatura, ya se trate de los avatares de Orfeo y Eurídice, o de la mismísima Greta Garbo.
CONTI, HAROLDO
Cuentos completos
Editorial  BARTLEBY
Tal como relata García Márquez en el prólogo, a Haroldo Conti lo vieron por última vez en mayo de 1976 en una prisión del ejército argentino. Según el testimonio del preso que lo vio apenas podía hablar, no podía comer y no retenía la orina. El 22 de mayo lo sacaron de la celda y desde entonces nadie ha vuelto a saber de él.
Los Cuentos Completos de Haroldo Conti se publicaron en España por vez primera en 2008. El libro, que ganó el premio de la crítica de ese año, contiene, agrupados por orden cronológico, los veintitrés cuentos publicados por Conti en tres libros y varias revistas entre 1964 y 1972, y también el que apareció, de forma póstuma, en la revista Casa de las Américas en 1978.
Cortázar dijo una vez que el cuento era “un caracol del lenguaje, hermano misterioso de la poesía”. Los cuentos Conti son, y eso se ve con solo mirarlos, también poesía. Y de la buena. De esa que agita, asombra y conmueve, tres características que la (buena) poesía comparte con el resto de la (buena) literatura.
Por la forma de narrar, por los ambientes y los personajes, Conti es, en mi opinión, el escritor argentino que más se acerca a Rulfo. Y a Hemingway. Y a Andersson. Con todo, hay algo profunda e inequívocamente argentino en las historias de Conti: la soledad del trasterrado, de quien, de un modo u otro, se sabe viviendo (o sobreviviendo) en un lugar equivocado del mundo.
De forma que no es tanto el carácter singular y, a menudo, insólito de las vidas y peripecias de sus protagonistas lo que más atrapa en los relatos de Conti sino su carácter perdido, su condición de radical e irremisiblemente alejados de cualquier posibilidad de ser (re) conocidos por alguien distinto a ellos mismos o a los pocos que los rodean.
Sin embargo, y no por casualidad – pues muchos de ellos trascurren en el delta del Paraná - en Conti, ese carácter remoto y sin memoria no es algo oscuro sino luminoso. Más aún, tal como arranca la historia de amor de “Perfumada noche”: “A veces, así como hay años enteros de una larga y espesa oscuridad, un minuto en la vida de un hombre es una luz deslumbrante”.
Extractos tomados de Alberto Infante.es
CORREA FIZ, VALERIA
La condición animal            *****
Editorial  PÁGINAS de ESPUMA
Primer libro de esta autora que reúne doce historias turbadoras y convincentes. Los cuentos están divididos en cuatro secciones –cada una de ellas compuesta por tres relatos–, las cuales coinciden con los elementos primigenios del universo: Tierra, Fuego, Aire y Agua. 
Más que como metáfora, los animales que pululan por estas páginas tienen el carácter de oráculo, de antorcha para alumbrar los rincones más oscuros del ser humano: la locura y la muerte, el amor y la enfermedad, la obsesión y la violencia o incluso la ternura inevitable. Un muchacho discapacitado se ve sorprendido por un pterodáctilo que ha surgido en su mente, para repetirle que nunca ha estado con una mujer hasta desequilibrarlo. En Una casa en las afueras una mujer cada vez más sola y abandonada por su marido, se fija en su gato Philip, al que traslada violentamente su frustración. Una pareja de quebrantahuesos volando en círculo le sirven a la protagonista de Aún a la intemperie para desgranar la pérdida de sus hijos. ("Siempre la historia es circular como el vuelo de los quebrantahuesos"). En Lo que queda un gorrión llamado Sherry y unas mariposas son las mensajeras que delatan un tiempo siempre efímero.
¿En qué consiste la condición humana? En sabernos frágiles y mortales, parece decirnos de forma implacable cada uno de estos relatos. Valeria Correa Fiz escribe de forma visceral para narrar esos instantes en que sus personajes se asoman al abismo de sus almas. Cada uno de ellos se despoja hasta descubrir su condición primigenia que vive en un mundo incógnito y amenazador; ese que nos exige una respuesta primaria.
Desde su primer cuento,  “Una casa en las afueras”, comenzamos a percibir lo primario y salvaje. La presencia de unos jóvenes al acecho, como animales silenciosos. Mientras que “Lo que queda en el aire” es una historia desgarradora -con pájaro metafórico- sobre el fin de la infancia. En "Las Invasiones" la foto de una abuela al lado de un cerezo y un esmalte de uñas cruzan décadas para producir una emoción, la del paso del tiempo. Sin duda un debut deslumbrante.
Reseña en este blog

COUTO, MIA
Cada hombre es una raza
Editorial  ALFAGUARA
"Al ser interrogado sobre su raza, respondió: Mi raza soy yo, Juan Pajarero. Al pedírsele que explicara eso, agregó: Mi raza soy yo mismo. La persona es una humanidad individual. Cada hombre es una raza, señor policía. "
Entre los vivos y los muertos. Lo colonial y lo independiente. ¿Entre razas? Cada hombre es una raza, posee algo propio, cada cual con sus conflictos, vividos de maneras distintas.
Estos Cuentos concitan encuentros y desencuentros entre la cultura africana y el racionalismo occidental, entre las tradiciones mágicas y el modernismo escéptico, entre la fantasía y la leyenda. Estos relatos nos hablan de la ternura de la pasión, de los prejuicios racistas, de las fronteras entre la aldea y el resto del mundo, del contraste entre los colonizadores y los colonizados, o de la venganza última de una esposa engañada. Mia Couto transforma en literatura viva el habla popular y la historia cotidiana de los habitantes de Mozambique en esta colección de historias que despliegan todo el colorido y la magia del continente africano.
COVADLO, LÁZARO
Agujeros negros
Editorial  ALTERA
De Lázaro Covadlo siempre podremos destacar el sarcasmo, una cierta comicidad, un tenue patestismo y el absurdo como herramientas para desbrozar el destino humano.
El libro suma 12 relatos espléndidos y perturbadores. El título de libro repite el de uno de sus cuentos, un relato fantástico perfecto. Agujeros negros narra una situación cuántica, donde el tiempo se vuelve sobre sí mismo. Clara Luz cae en la fascinación de Tadeo Hadesovich y abandona a su antiguo novio. Tiempo después se reencuentran y viven unos días apasionados. Cuando se vuelven a distanciar él va al cine y allí le proyectan la película que ha vivido esos últimas días con Clara Luz.
A pesar de un relato tan extraordinario, la colección hubiera podido titularse como otro de los que incluye, Preparación para el abismo, dado que como en él, muchos de los protagonistas son niños que se asoman a la pesadilla; léase mundo adulto o terror a lo desconocido.
Nunca apagaba la luz, Mucho cuero y Mundisueño también están protagonizados por niños. Todos ellos rezuman ese extraño dulzor de la magia y los sueños rotos. El primero es un sencillo e impecable relato circular sobre un terror nocturno. En el segundo un niño discapacitado anhela poderosamente convertirse en policía y en Mundisueño un niño se evade de su grosera realidad anudado a una soñadora tía con quien comparte fantasía. Sin embargo, ya sabemos que la realidad es muy terca. Narrado por un joven que ha regresado a la habitación de su infancia, perdió a su tía hace tiempo y ahora va a perder la casa. Quizás hace tiempo que perdió el paraíso.
CRUSAT, CHRISTIAN
Solitario empeño
Editorial   PRE-TEXTOS
Solitario empeño es el cuarto libro de relatos de Cristian Crusat (Arras, 1983) y, como los anteriores, Estatuas, Tranquilos en tiempos de guerra y Breve teoría del viaje y del desierto, también editados por Pre-Textos, muestra que Crusat es uno de los autores más interesantes de la joven narrativa española. De nuevo, nos encontramos con personajes extraídos de un mundo global, contemporáneo -con una gran excepción- que viven en la misma espesa y excesiva hiperrealidad que nos rodea, en los mismos espacios anónimos: urbanizaciones plagadas de piscinas, grises suburbios, autopistas, aeropuertos, supermercados, las zonas turísticas de la costa del Mediterráneo, atiborradas de familias procedentes de cualquier rincón de Europa. Sus protagonistas, aunque a menudo viven en pareja, se encuentran antes o después con una revelación que se filtra a través de la rutina diaria.
El primer cuento, el breve Monomito, nos relata precisamente una breve escena suburbial que se eleva, gracias a la particular técnica de Crusat, a una categoría mitológica; Sarajevo-Estepona es una historia dentro de otra historia, un país que está a punto de autodestruirse que sufre una plaga de suicidios y una brillante evocación de la infancia en uno de esos puntos de identidad típicos de su narrativa; La casa de Thomas y el ciclo de Saturno es el mejor cuento del libro: de nuevo tenemos un protagonista en terreno ajeno, el contenido íntimo de una relación de pareja y la intrusión de un elemento ajeno desestabilizador.
Buscadores de su propia identidad, los protagonistas de estos relatos experimentan el gran misterio, la colosal perplejidad que desde el inicio de los tiempos gobierna las relaciones de padres e hijos, de amantes, de extraños que se cruzan llevados por un azar inexplicable. Cada uno de ellos aspira a hacer de su desarraigo un espacio íntimo, habitable, tal vez comprensible. Sin tragedias ni sentimentalismos. Página a página, relato tras relato, todos se entregan a la titánica y cotidiana labor de conferir sentido a una realidad implacable, múltiple y escurridiza.
Reseña en este blog.
CRUSAT, CHRISTIAN
Breve teoría del viaje y del desierto
Editorial   PRE-TEXTOS
Breve teoría del viaje y el desierto supone todo un desafío a la mayoría de las convenciones aceptadas en nuestra literatura acerca de cuál ha de ser la naturaleza formal de un relato. Sus seis narraciones se abren a la experiencia completa de lo humano situándonos en cualquier rincón del mundo, desde los áridos paisajes de la costa mediterránea a las páginas del genial escritor serbio Milorad Pavic –he aquí el viaje–. Gracias a una prosa extraordinariamente versátil, a una escritura nómada, que se adapta a los diferentes lugares espirituales, físicos o imaginarios de cada relato y a la frágil individualidad de sus habitantes, Crusat conduce a estos zarandeados personajes ante el abismo de miedos, dudas y deseos que conforman el mundo contemporáneo. Todos ellos aguardan, buscan o exploran la posibilidad de una revelación que no llega a su anestesiado presente, aunque, curiosamente, parecen incapaces de emprender cualquier acción efectiva, a excepción, quizá, de la seductora Lena, que nos escribe desde el mundo flotante de los sueños. Como indica la mística sufí, el alma reclama el cambio y, en consecuencia, la inmovilidad equivale a la lenta muerte que nos acecha por doquier, deslizándose por carreteras secundarias, aparcamientos vacíos u hoteles abarrotados de turistas –y he aquí el desierto de lo real– en los que somos, dichosos o no, prisioneros, de suerte que el destino o la casualidad (un hecho irrelevante, un desmayo en una playa nudista, un accidente de avión que nunca llegó a producirse) sea lo que nos revele, como en una explosión, el auténtico rostro de nuestra soledad.
Estos cuentos están a salvo del tedio costumbrista y de la trampa mimética del realismo sucio. Un relato como “Sol de medianoche”, basta para darse cuenta del universo de Cristian Crusat. Sus temas recorren la soledad, el vacío contemporáneo o la identidad. Su estilo ahonda en una prosa febril y medular.
CRUSAT, CHRISTIAN
Tranquilos en tiempo de guerra
Editorial   PRE-TEXTOS
Tranquilos en tiempo de guerra es un libro de personajes más que de tramas. Los argumentos aparecen supeditados al conflicto de unos personajes que han de resolver sus problemas obvios de soledad, que intentan solventar la falta de entendimiento con su entorno sentimental, buscando contactos o aproximaciones a otros seres distintos con los que empezar una nueva vida, hábitos diferentes. Desde un punto de vista biológico, estos diez cuentos proyectan la película de una crisis, durante cuyo desarrollo se auguran cambios decisivos que nunca llegan a plasmarse claramente en el visor final del relato. A Crusat no le interesa el desenlace de sus historias, ni que estas sigan el cauce clásico del relato; le preocupa, sobre todo, el tema, la ruptura, el vaivén de sus muchachos, el abandono al que los somete con crueldad distante. Son relatos escritos con el apoyo de una partitura temática, aunque paradójicamente gobierne sobre ellos la improvisación. Para sus lectores es de agradecer que nunca intuyamos el rumbo que van a tomar los acontecimientos. Uno, allí dentro, en el interior de la caverna de estos textos, se encuentra perdido, maravillosamente desorientado a causa de esa mezcla de rarezas, de sueños, de lirismo, de sugerencias, a merced de la batuta de Crusat, tan titubeante como sorpresiva.
La actitud de los personajes es casi mística, se trata de criaturas que se aferran a la pasividad y que suelen invertir su tiempo asomados a una ventana, desde donde observan lo que les rodea, playas especialmente, un mundo exterior que varía a un ritmo incesante, frenético. La reiteración de motivos es, tal vez, lo más defectuoso del libro, son relatos que se asemejan demasiado los unos a los otros, que adolecen de cierta inventiva y a los que les sobran obsesiones oníricas.
Aunque el contenido de estos relatos sea serio e incluso grave, su forma se aproxima al absurdo vanguardista, ensayándose en muchos de ellos los recursos del fragmentarismo y la supresión del tiempo narrativo. Tranquilos en tiempo de guerra presume de ser una propuesta formal rupturista que no dejará a nadie impasible, muy recomendable para los que buscan experiencias lectoras novedosas. 
Extractos tomados de Culturamas.es
CRUZ, AXA de la 
Modelos animales
Editorial SALTO DE PÁGINA
De obsesiones, violencia y crueldad se nutre este extraordinario libro de relatos. Todos poseen un denominador común, el acecho de la bestia que escondemos. Esa que a veces se despierta y nos ofusca haciendo desaparecer la línea entre la razón y la locura.
Aixa de la Cruz explora en sus personajes ese tortuoso camino hasta la encrucijada, cuando la pulsión aflora y se libera un ramalazo de crueldad.
En estos cuentos se reitera una fascinación por la duplicidad y los paralelismos: Entre el pasado mitificado y el presente en ese ajuste de cuentas generacional que es “El cielo de Bilbao”. También entre las dos vidas que presenta en paralelo el relato "Doble"; donde una hija drogadicta regresa al hogar familiar y nos cuenta/confronta a doble columna sus dos vidas, la de ella renovada y la de ella que sigue allí. O el que abre y titula el libro, que explora la morbosa relación entre una autora teatral y la actriz que da vida a sus ideas. Esta narración, por cierto, cuenta con un doble rizo obsesivo, porque a la relación entre la autora y su actriz se superponen los experimentos (crueles y gratuitos) a los que la autora somete a su gato
El mundo de la autora (nacida en Bilbao, en 1988) es totalmente actual, vivo y complejo. En sus temas se cruzan las drogas y la anorexia con ETA y el vampirismo. Igual cita un verso de Juarroz ("en el centro del vacío hay otra fiesta") que desarrolla un spin-off de la historia narrada por Leonard Cohen en Famous blue Raincoat.    Reseña en este blog.
CUNQUEIRO, ÁLVARO
La historia del caballero Rafael
Editorial
Cunqueiro es ante todo un estilista del lenguaje. Está considerado como uno de los más grandes escritores de nación gallega. Su amplia obra abarca todos los géneros, y los temas que abordó son innumerables. La selección de prosas que se ofrece en este volumen es muy representativa del talante de su autor y en ellas podrá apreciarse la delicada imaginación, la gracia y la benévola y, en ocasiones, melancólica mirada con que Cunqueiro observó el mundo en su presente y en su pasado.La fantasía de Cunqueiro es deliciosa. No se sabe por donde manará. Ahí están los mundos prodigiosos de imaginación, donde la magia es señora, tan en moda después de Tolkien. Pero la de Cunqueiro no es milagrera poética como Macondo aunque se le aproxime. Los mundos imaginarios de Cunqueiro nacen de las ficciones literarias, de tiempos históricos donde la documentación de rigor verídico es tan coherente o válida como la otra documentación, aquella donde incluimos la Odisea o la Iliada
La historia del caballero Rafael es una pequeña obra maestra. La evasión en el tiempo y en el espacio que el escritor provoca es tal que confundes edades y una vez más, en esta ocasión aún más conseguidas, ofrece unas conexiones únicas en su armonía, se dan personajes de otro tiempo actuando en un pasado que no es el suyo.
DELAY, FLORENCE
A mí señoras, me parece
Editorial  ACANTILADO
Este libro es una joya. Y no es una metáfora, A mí, señoras mías, me parece es, literalmente, una explosión de color. Cuando lo coges para mirar la cubierta y la contra, parece un libro al uso, pero al abrirlo descubres que sus escasas 90 páginas están repletas de reproducciones de pinturas renacentistas a todo color y de gran calidad. Es un libro de arte hecho a escala, de 13 por 21 cm, cultura de bolsillo.
“A mí, señoras mías, me parece” era la fórmula con la que Margarita de Angulema, una de las muchas Margaritas que se mencionan en el libro, hacía comenzar las narraciones de las damas en su obra Heptamerón. De este modo, la autora, ha retomado la fórmula mágica para dar voz a las damas silenciadas que aquí tienen la oportunidad de contar su historia. Porque los treinta y un relatos que componen este libro hablan de damas, sí, señores y señoras, de damas.
A mí, señoras mías, me parece repasa cien años de la historia de Francia a través de la construcción del palacio de Fontainebleau, que comenzó con Francisco I y su castillo en medio del bosque y culminó con Enrique IV, quien lleva al palacio a su máximo esplendor. Y todo esto Florence Delay lo cuenta desde los ojos de las damas que lo habitaron. Damas reales, de carne y hueso, como las reinas Margarita de Valois, de la que Alejandro Dumas hace un retrato tan maravilloso como ficticio en La reina Margot, o Margarita de Angulema, autora del ya mencionado Heptamerón. Y también damas de estuco, mármol, madera o óleo, como las que pueblan los techos, saleros, columnas, bajorrelieves, frisos y tapices de cada rincón de Fontainebleau.
Todas estas damas, ninguneadas por la Historia, alzan la voz y cuentan, con acierto y elegancia, su versión de los acontecimientos. El libro está plagado de anécdotas que, pese a su aparente superficialidad, fueron decisivas para la historia de Francia del siglo XVI: el amable beso que una joven Diana de Poitiers le da a un niño que más tarde subirá al trono y la convertirá en una de las mujeres más poderosas de Francia, el servicio de inteligencia que Catalina de Médicis forma con sus bellas damas de honor, Gabrielle de Estrées muriendo por comer un limón envenenado…
Florence Delay que, por cierto, es miembro de la Academia Francesa y a la que los cinéfilos reconoceréis como la Juana de Arco de Bresson, además de tomarle prestada la fórmula para el título a Margarita de Angulema confiesa que ha querido seguir el tono del Heptamerón en esta obra breve. El tono del libro es variable, inquieto, ameno y refinado sin perder nunca el sentido del humor.
Extractos tomados del blog LibrosyLiteraturas.es

DIXON, STEPHEN
Calles y otros relatos
Editorial  ETERNA CADENCIA
Con más de dieciséis novelas y catorce volúmenes de relatos, Stephen Dixon debuta en español con una colección de once cuentos que cubren un vasto período: de 1976 a 1989.
Armada especialmente por Eduardo Berti y presentada por Rodrigo Fresán, en el prólogo de esta antología se anticipa que esta es la primera de sus cuentos que se publica. En el prólogo se anticipa la venida de otra para más adelante: Ventana y otros relatos.
Todos se sitúan en Nueva York y todos muestran las distintas maneras que tienen el amor y la gran ciudad de arruinarle la vida a los seres humanos. Porque, hay que decirlo, en las páginas de Calles y otros relatos la autobiografía irrumpe de manera constante pero sin generar en los lectores el placer del voyeurismo.
Dixon, que se gana la vida dando clases de escritura, apuesta en sus cuentos a la digresión como micromundo ampliado para que sus personajes trasciendan los límites del conflicto y los golpes de efecto. Y para lograrlo no recurre a la seguridad de un estilo, sino que busca con diversas técnicas y herramientas dejar flotando la sensación de que la tragedia, en cualquier vida, es inminente. Puede ser la pérdida de un objeto preciado como en “El reloj”, o un hombre que falla al intentar salvar a un niño como en “El rescatador”, o un padre que no abandona la mente de su hijo previo a un casamiento como en “Adiós al adiós”, o alguien que entra a su casa y ve cómo violan a su novia como en “El intruso”, o el recorrido que hace la bala de un hombre que intenta suicidarse de un tiro en la cabeza como en “Historias del 14”. Son todas manifestaciones del absurdo de vivir en un mundo plagado de imprevistos. Por eso, Dixon aborda la realidad con la misma impiedad con la que la percibe: con oraciones cortas que van directo al hueso.                  Extractos tomados de LosInrocks.com
ELIZONDO, SALVADOR
El mar de iguanas
Editorial  ATALANTA
...A diferencia de lo que les ocurre a muchas de las llamadas escrituras experimentales, la de Elizondo mantiene una vigencia admirable, quizá porque su formación estuvo más orientada a la lírica que a la narrativa, y su profundo interés por la técnica del montaje en las películas de Einsestein, o su fascinación por la escritura china lo ponen de manifiesto... Pero ya digo que Elizondo escribía desde una lucidez atroz, y que no les pasaba una, ni al mundo ni a sí mismo.»  Javier Fernández de Castro. El Boomeran(g)

Salvador Elizondo (1932-2006) ha sido uno de los escritores más importantes e influyentes de México, no sólo por la calidad y originalidad de su obra, tan amplia en procedimientos, sino por haber sido modelo literario para las nuevas generaciones de escritores de su país. Este libro, que reúne parte de sus mejores páginas, se desarrolla a través de diferentes episodios de su vida. Arranca con las poderosas estampas literarias de su Autobiografía precoz, escrita a los 33 años y que abarca desde sus recuerdos de infancia hasta sus «amores descompuestos» con Silvia y el caótico final de su relación con ella, que constituyen (según dicen) las veinte páginas más malditas de toda la literatura mexicana.
Sigue un cuento magistral sobre las oscuras consecuencias que puede tener la guerra en los niños, fruto de su experiencia en el Colegio Alemán de México. Después, la novela corta Elsinore: retrato nostálgico, irónico y cruel sobre un colegio militar de Estados Unidos en los meses posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial. Octavio Paz dijo de esta obra que es «un libro precioso» en el que se «alían la ligereza y la inteligencia, la gracia y la melancolía».
Cierra el volumen el primer cuaderno inédito de los Noctuarios, que Elizondo designó así por haber sido escritos de noche. Suma de pensamientos, cuentos y vivas descripciones del paso de la vida, en los que hace en un momento mención a un futuro libro de carácter misceláneo que deseaba llamar El mar de iguanas. Este volumen se titula de la misma manera en homenaje a su libro imaginario que, finalmente, ha cumplido su destino al haberse hecho realidad.
Elizondo fue uno de los escritores mexicanos más sorprendentes de la segunda mitad del siglo XX. Su primera novela, Farabeuf o la crónica de un instante (Joaquín Mortiz, 1965) supuso una innovación en la literatura al crear un lenguaje verbal inusual con el principio del montaje cinematográfico y mezclar sus conocimientos del chino y el francés. En ella daba vida al personaje del Dr. Farabeuf, famoso médico francés del siglo XIX, autor de varios tratados de cirugía. A Farabeuf le siguieron: Narda o el verano (1966), El hipogeo secreto (1968), Cuaderno de escritura (1969), El retrato de Zoe y otras mentiras (1969), El grafógrafo (1972), Miscast (1981), Camera lucida (1983), Elsinore, un cuaderno (1988), Estanquillo (1992), Teoría del infierno (1993), Neocosmos (1999) y Pasado anterior (2007). 
EHRENHAUS, ANDRÉS
Un obús cayendo despedaza
Editorial   MALPASO
Este es un libro de muy buenos cuentos que es a la vez un gozoso ejercicio literario pletórico de giros, expresiones y neologismos que te obligan a una lectura atenta con resultado muy gratificante.
Las historias de Andrés Ehrenhaus son muy argentinas, aunque muchas están ambientadas en Barcelona, y están muy pegadas a la calle, tanto en el lenguaje como en el contenido. Algunas de sus historias, como él mismo dice, son tan inverosímiles que sólo pueden ser verdad. En la contraportada leemos:
“Pese al cuarto Evangelio y a varios metafísicos contumaces, todo indica que el mundo es anterior al lenguaje y que seguirá en ejercicio cuando se clausuren las gramáticas. Ocurre, sin embargo, que aquella infinitud era indescriptible y, por ello, muy tediosa. No venía a cuento. Pero no contemos victoria: las lenguas se gastan y el mundo tiende al tedio. Sólo un recio cañoneo verbal perfora el coñazo. De modo que el señor Ehrenhaus se siente obligado a emplear la artillería de acuerdo con la estrategia sin táctica del tango: «Uno busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias».
ELPHICK, LILIAN
El crujido de la seda
Editorial   MENOSCUARTO
Antología llena de sugerentes microrrelatos escritos por una autora sobresaliente en este género en habla hispana: la chilena Lilian Elphick.

«Un pájaro soñó que era Chuang Tzu. Al despertar tenía brazos y no alas. Triste porque ya no podía volar, se dedicó a escribir. Una mariposa se posó en su ala y le dijo: “No has despertado aún”.» 
Este libro de la escritora chilena Lilian Elphick está lleno de microrrelatos como este, titulado “Sueño de pájaro”.  Las intensas y agudas narraciones que reúne esta antología  producen una viva impresión, porque cuentan historias con una marcada impronta poética y reflexiva. En El crujido de la seda se vislumbran con detalle las complejas pasiones que animan a sus personajes, que a veces aparecen en varias piezas, multiplicando el sentido y el cariz de los protagonistas. El hábil manejo de los registros literarios por parte de Lilian Elphick es una invitación al lector, para que se asome a lo fronterizo, a lo que no siempre resulta reconocible, al reverso de lo obvio. Estos microrrelatos, tan poliédricos como los seres que los habitan, están llenos de ambivalencias y de revelaciones dignas de asombro y admiración.
ENRÍQUEZ, MARIANA
Los peligros de fumar en la cama
Editorial  ANAGRAMA
Mariana Enríquez. Una sólida narradora de cuentos claramente situados en el ámbito del terror, cuyas páginas exudan apariciones espectrales, hechizos, prisiones metafísicas y muertos que vuelven a la vida. Nació en Buenos Aires en 1973 y aunque escribe sobre personajes de su ciudad y su época, sus cuentos son intemporales porque están atravesados por miedos sustanciales, atávicos terrores y demencias. 
Sus cuentos tienen una textura realista y son actuales y urbanos. Su imaginación no necesita tétricos castillos, ni brujas, ni animales mitológicos. Ni siquiera la noche. Los entornos de sus historias son contemporáneos, reconocibles y familiares. Ahí es donde Enríquez es capaz de doblar la esquina para encontrar un mundo siniestro y misterioso. Como un bisturí su pluma encuentra el miedo en las personas, en sus temores y obsesiones. Pero también en la sociedad. Ha llegado a decir, "me parece que el miedo es más la policía, el barrio, la pobreza, la violencia, los hombres". Sus relatos aúnan lo cotidiano con la pesadilla y el terror.
En una entrevista llegó a señalar: "El fantasma es el pasado que sigue sucediendo", de ahí que la dictadura sea una evocación constante en sus cuentos. Como en el primer y último cuento del volumen donde los desaparecidos por la dictadura se hacen presentes. 
Hay muchas personas atrapadas en estos cuentos. En barrios y ciudades; pero también en prejuicios y obsesiones. La única familia que trató con dignidad al pordiosero de El carrito, permanece recluida en su casa mientras una plaga vengativa recorre el barrio. En Los peligros de fumar en la cama una mujer está encerrada entre sábanas hundiéndose en una neurosis autodestructiva. 
También en Rambla triste encontramos un monstruo terrible. Una argentina recala en Barcelona para visitar a unos compatriotas y poco a poco se da cuenta de que la ciudad no los deja escapar.
Reseña completa del libro en este blog.
ENRÍQUEZ, MARIANA
Las cosas que perdimos en el fuego
Editorial  ANAGRAMA
El mundo de Mariana Enriquez no tiene por qué ser el nuestro, y, sin embargo, lo termina siendo. Bastan pocas frases para pisarlo, respirarlo y no olvidarlo gracias a una viveza emocional insólita. Con la cotidianidad hecha pesadilla, el lector se despierta abatido, perturbado por historias e imágenes que jamás conseguirá sacarse de la cabeza. Las autodenominadas «mujeres ardientes», que protestan contra una forma extrema de violencia doméstica que se ha vuelto viral; una estudiante que se arranca las uñas y las pestañas, y otra que intenta ayudarla; los años de apagones dictados por el gobierno durante los cuales se intoxican tres amigas que lo serán hasta que la muerte las separe; el famoso asesino en serie llamado Petiso Orejudo, que sólo tenía nueve años; hikikomori, magia negra, los celos, el desamor, supersticiones rurales, edificios abandonados o encantados... En estos once cuentos el lector se ve obligado a olvidarse de sí mismo para seguir las peripecias e investigaciones de cuerpos que desaparecen o bien reaparecen en el momento menos esperado. Ya sea una trabajadora social, una policía o un guía turístico, los protagonistas luchan por apadrinar a seres socialmente invisibles, indagando así en el peso de la culpa, la compasión, la crueldad, las dificultades de la convivencia, y en un terror tan hondo como verosímil. Mariana Enriquez es una de las narradoras más valientes y sorprendentes del siglo XXI, no sólo de la nueva literatura argentina a cargo de escritores nacidos durante la dictadura sino de la literatura de cualquier país o lengua. Mariana Enriquez transforma géneros literarios en recursos narrativos, desde la novela negra hasta el realismo sucio, pasando por el terror, la crónica y el humor, y ahonda con dolor y belleza en las raíces, las llamas y las tinieblas de toda existencia.
ESTEBAN ERLÉS, PATRICIA
Ni aquí ni en ningún otro lugar
Editorial  PÁAGINAS DE ESPUMA
Ni aquí ni en ningún otro lugar es un volumen compuesto por dieciséis relatos que visitan el mundo de los cuentos de hadas para volverlo del revés. El volumen le debe el título al último de los cuentos, una historia que reinventa el papel de las hermanastras ofreciéndoles un escalofriante protagonismo. 
Todo comienza con una anciana, concretamente la protagonista de La vieja, una mujer de vida sencilla que no deja de contarse a sí misma el mismo cuento una y otra vez.
Continuamos con El príncipe, una historia en la que descubrimos lo peligroso que puede ser que unos reyes quieran que su hijo no muera (o no del todo).
Dos princesas es un microrrelato en el que en realidad nos encontramos a tres. La peste negra ha sesgado sus vidas, lo que no quiere decir que no sigan teniendo ganas de pasar un buen rato.
Si bien la mayoría de los cuentos de este volumen nos transportan a los típicos reinos de los cuentos de hadas, de pronto nos topamos con El ogro, una historia situada en un mundo parecido al nuestro en el que un hombre es acusado de terribles crímenes que habría cometido en un campo de concentración. Luego encontramos una versión cruel e inesperada de Hansel y Gretel y también una versión lúgubre de la Bella Durmiente. Finalmente, Ni aquí ni en ningún otro lugar nos hace reflexionar sobre el papel que tradicionalmente han tenido las hermanastras en los cuentos de hadas.
En definitiva un libro de cuentos de hadas perturbadores con personajes siniestros, giros inesperados y desenlaces descorazonadores que tiene como regalo unas ilustraciones de Alejandra Acosta que lo convierten en una joya. 
FADANELLI, GUILLERMO
Compraré un rifle
Editorial  ANAGRAMA
Los cuentos de Fadanelli son cortos, desconcertantes y de trazos fuertes. Sus personajes se desenvuelven en un mundo sórdido y desesperanzado. Las páginas están atravesadas por la soledad, el absurdo y la violencia. Pero no hay queja o resentimiento. Los protagonistas son gente deprimida o marginal que son fagocitados por un mundo para ellos incomprensible y brutal. Sus miedos y miserias guían sus actos: unas veces hacia un hedonismo suicida, otras hacia una pesimista resignación. Una constante de estas historias es la mediocridad, según él mismo expone: "Cada vez que un hombre se asume como mediocre, la humanidad descansa; porque está convencido de que el daño que nos hacen los hombres exitosos a veces es terrible. Yo estoy seducido por esos hombres que no llegan nunca a nada y todo les sale mal, pero que no hacen daño a su sociedad". 
Guillermo Fadanelli nació en Ciudad de México, en 1963. En 1989 fundó la revista Moho, que sigue dirigiendo. Entre otros empleos memorables tuvo el de vendedor de bienes raíces, arriero, vendedor de árboles navideños en una esquina de Nueva York; también atendió en el mostrador de una pastelería en Madrid. Es autor de relatos y novelas y ha colaborado en las más diversas publicaciones: desde fanzines hasta diarios de gran circulación.
Otros libros de relatos son Terlenka, El día que la vea la voy a matar y Mariana Constrictor. Entre sus novelas destacan La otra cara de Rock Hudson; Malacara; Educar a los topos; Lodo; Hotel DF; Mis mujeres muertas y El hombre nacido en Danzig.
FERRER LERÍN, FRANCISCO
Gingival
Editorial  MENOSCUARTO
  Si todos los libros de Ferrer Lerín resultan atípicos, podemos considerar que Gingival lo es por partida doble: por su vertiente literaria, debido a las historias y al estilo de estas narraciones; y porque proceden de un blog con sus correspondientes fotos, algunas de las cuales aparecen aquí. En esta obra el autor ofrece una mirada de asombro ante el mundo y, entre el escepticismo y la extravagancia, brinda una visión original y crítica de nuestra realidad.
Gingival principia con  un pórtico a todas luces llamativo, y que ostenta el epígrafe de Argumentum herpetologicum. En él, el narrador nos advierte de que encontrar culebras de Escolapio atropelladas no sabe si verlo como un hecho venturoso (por seguir constatando que existen) o malhadado (por comprobar el continuo goteo de fenecimientos). La presencia de la muerte como garantía de la existencia pero, también, de la desaparición fatal de la especie. Retengamos de Borges la reelaboración irónica y el humor, harto más palpable y explosivo en el autor barcelonés, y, asimismo, la obra como gestación de una miscelánea compilación a la que, sólo fragmentaria y burdamente, cabría aplicarle la noción de relatos.
Rara avis de nuestras letras, Ferrer Lerín arroja en Gingival una caterva de organismos cuyos tejidos abrevan lo mismo en la ficción que en tantas otras naturalezas discursivas. La condición esencial del libro, por tanto, es su morfología proteica, donde cada partícula, cada pasaje, se asemeja a un extraño vértice de gravitación.
Declaremos algunas constantes del libro. El género fantástico es una de ellas; y su manifestación recorre un arco amplio: desde la narración más estrafalaria hasta la irrupción de lo fantástico cotidiano, con algunos toques grotescos o escatológicos. Incluso los más realistas propagan una narratividad de irrupción de lo inesperado. Otra vertiente consiste en la transcripción de sueños. El discurso puramente narrativo se solapa, no obstante, con elementos ficcionales anfibios; los procedimientos más utilizados se instauran en la conformación de escritos que simulan notas eruditas, informes o apuntes de recuerdos.  Las meditaciones originadas por variadas lecturas o las citas, con frecuencia, son incorporadas como obertura. He aquí, pues, otro procedimiento de ascendencia borgiana. Ferrer Lerín abunda en la camaleónica redacción de sucintas crónicas o artículos en donde la averiguación etimológica o la querencia pericial por la procedencia y evolución de los vocablos se torna basamento de la ficción. Un arcaísmo puede mover a la excitación, como en Sinónimos.
El tratamiento de temas como la muerte o el sexo se escancia en odres de irrisión y humor, las más de las veces. La muerte o el sueño sirven como pretexto para suspender la certidumbre entre las esferas de la vigilia y el sueño o la muerte y la vida (incluso promoviendo la confusión entre distintos planos). En una vuelta de tuerca más, Ferrer Lerín se hace protagonista de bastantes de sus textos en un alarde lúdico: son numerosas las alusiones a su condición de escritor (a sus propios libros) u ornitólogo, a supuestas experiencias sexuales u oníricas, o a discurrir su propia muerte. El escritor se reapropia de sí mismo como sujeto ficcional en clave irónica, como cuando, refiriendo que es “sabido que el fenómeno de la luminiscencia se da en los poetas”, aporta una fotografía donde él mismo “es sorprendido en plena emisión (…) que capta el destello del ojo pineal”.

La extravagancia y la excentricidad surten los fragmentos a modo de cúpulas o frisos. Dentro del volumen podemos establecer agrupamientos de series que abordan aspectos semejantes; así procede en Domicilios o Paisajes de la ciudad. Además, se pueden rastrear articulaciones de in
Extractos del artículo de Daniel Bernal en Culturamas.es
FLORES, PAULINA
Qué verguenza
Editorial  SEIX BARRAL
¿Cuándo somos capaces de detectar en un primer libro que ha nacido una escritura para quedarse? El tópico suele decir que es más fácil distinguir a un escritor joven si es innovador en el lenguaje u ocupa el lugar de la provocación, identificada con la frescura. Nada de eso hay en los nueve cuentos del primer libro de la chilena Paulina Flores (1988), sino algo más rico, un estilo nítido al servicio de la complejidad de lo que quiere contar: el choque entre la identidad y la sublimación de la mentira, la permeabilidad entre la autonomía del individuo y el desamparo social.
Entonces, si no es necesario, ¿por qué insistir en la juventud de la autora? Porque con apenas 25 años Flores ganó el Premio Roberto Bolaño por el relato que da título a Qué vergüenza. Y aunque no es el mejor del conjunto, da la medida de su inteligencia y de algo que podríamos llamar “estructura irónica”. Dos niñas acompañan a su padre a una entrevista de trabajo. El padre lleva desem­pleado tanto tiempo que la relación con su esposa se resiente. Con buen oído para enfocar y desenfocar, y ayudada por el vaivén de los tiempos verbales, asistimos a la escena desde el punto de vista de la hermana mayor, para la que su padre es un héroe que sólo ella comprende. El relato se va cargando de un patetismo que a veces roza la cursilería. Hasta que llegan a la entrevista y… No contaremos qué sucede, sino que el terreno sentimental que creíamos pisar desaparece y nos encontramos suspendidos en el desamparo.
Los cuentos de Paulina Flores condensan estos desmentidos, esta lucha de perspectivas en escenas cotidianas. Como breves novelas de formación, todo está a punto de suceder y a la vez ya ha pasado: los padres han perdido el trabajo y están a punto de encontrarlo, las parejas comienzan y están a punto de separarse, los niños se inician en la vida y están a punto de fracasar. Flores capta precisamente los pequeños movimientos de la promesa de cambio, cuando el personaje debe apropiarse de su vida. Por ejemplo, el niño pobre que veranea con sus primas de casi clase media en ‘Últimas vacaciones’, una maravilla de cuento, y se debate entre desclasarse o ser pueblo. O en ‘Talcahuano’, donde las anécdotas de una adolescencia de barrio esconden una carga de profundidad: el deterioro del padre, militar durante la dictadura. Otra vez esa estructura irónica. Como en la sutil teoría de la pertenencia y del voyerismo en el relato más largo, ‘Afortunada de mí’.
Extractos tomados del artículo de Carlos Pardo en ElPaís.Babelia
FOSTER WALLACE, DAVID
La niña del pelo raro
Editorial  DEBOLS!LLO
David Foster Wallace es uno de los escritores más audaces de la modernidad. En La niña del pelo raro, recopilación de diez relatos, recrea -de manera exquisita y perturbadora a la vez- la realidad en la que vivimos. Desde la evocación de personajes históricos como el presidente Lyndon Johnson, de los concursos televisivos de máxima audiencia o de los presentadores estrella de programas al filo de la medianoche, hasta el relato que da título a la obra, en el que el nihilismo punk y las juventudes republicanas se dan la mano, Wallace siempre consigue que lo increíble parezca comprensible; lo raro, normal; lo absurdo, hilarante, y lo familiar, extraño.
Una de las primeras cosas que noté en los textos de Wallace fue su vocación de desafiar a su lector de muchas maneras: desafiarlo en tanto lector de ficción, desafiarlo en tanto lector de narrativa, y así. Es una propuesta arriesgada desde el momento en que ese desafío implica una frustración, dado que el lector de narrativa está tradicionalmente acostumbrado a prever elementos en el transcurso de la lectura. Esta previsibilidad, que es mucho mayor en la literatura de género, no está ausente, ni mucho menos, de la narrativa considerada “bien escrita”, “culta”, “de calidad” o “seria”. No me estoy refiriendo aquí, necesariamente, a una previsibilidad en las tramas, sino a algo que de hecho puede verse incluso a un nivel sintáctico: en el transcurso de una frase o un párrafo, como si sonara en la radio una canción que no conocemos, pero cuya lógica melódica nos dicta con anticipación cuál será la próxima nota o qué instrumento entrará en juego dentro de un segundo. La masificación del entretenimiento, y, más profundamente, de las estrategias del entretenimiento, lo ha permeado todo. La narrativa “seria” no tenía por qué escapar al fenómeno. Cuando hablo de la masificación del entretenimiento estoy pensando en la proliferación de medios para trasmitir historias y en la vocación de esas historias por ser divertidas. Estamos atravesados de narraciones. ¿Cuántas películas ve una persona en un año? ¿Cuántas habría visto esa misma persona de haber nacido 50 años antes? ¿Cuántas canciones formaban el universo musical de una persona en 1914? ¿Cuántas lo forman hoy? Y, entonces, ¿cómo afecta esto el lugar desde el que abordamos una historia en la actualidad? Todo ese inmenso bagaje, ¿es una ventaja o un lastre? ¿Amplía la mirada o la reduce por exceso de experiencia y lucidez que más tarde o más temprano se convierte en el cinismo del que “lo ha visto todo”? ¿Qué parte de toda esa “experiencia mediada” que es el arte es simplemente basura? Pensar que la marea narrativa afecta sólo a los “consumidores”, y que los “productores” se mantienen por encima de ella, perfectamente conscientes de las influencias que se ejercen sobre ellos, es de una candidez que me llena de ternura. Aquí entra Wallace, un escritor tan consciente (y consciente de ser consciente) que casi duele leerlo, y, a la vez, un profundo conocedor, consumidor y crítico de la cultura pop. Un saboteador que se ha preocupado de conocer la máquina que quiere (?) desmontar.
A mí me cuesta separar la obra de Wallace por géneros. Encuentro tanta ficción en sus ensayos y tanta argumentación en sus narraciones que a la larga lo que importa es que todo se dirige al mismo lugar o que cada página es una forma diferente de atacar el mismo asunto. ¿Cuál es ese asunto? Si tuviera que arriesgar, sin pretensión de dar una respuesta absoluta, diría que es la búsqueda de lo que perdimos, el dolor fantasmal de la pérdida y el diagnóstico de eso en lo que nos convertimos al perderlo. Pónganle el nombre que quieran. Y mientras Wallace hace esto, tirando de su talento para buscar y buscar distintas maneras de acceder a un lugar en el que eso se vea con la mayor cantidad de verdad posible, construye algunas piezas increíbles y monstruosas. La monstruosidad esperpéntica tiene ilustres representantes en este libro de relatos: “John Billy” con su atmósfera inicialmente faulkneriana que deriva en el delirio psicodélico/místico/onírico, es un buen ejemplo, pero no alcanza las altísimas cotas de “Hacia el oeste, el avance del imperio continúa” que narra, en clave road-movie, las horas previas a una masiva reunión de todos los que alguna vez han participado en una publicidad de McDonald’s, en el pueblo de (nada menos que) Collision, Illinois.

En Wallace, todo es inminente. Muchos de sus relatos funcionan mediante un incremento progresivo de tensión que parece no tener ninguna solución, no es posible, siquiera, esperar que todo estalle; en todo caso, el estallido queda fuera de cuadro. ¿Qué es lo que impide el alivio catártico? Casi siempre, el miedo. ¿Y si es el exceso de reflexión el que paraliza la acción? Nada se mueve porque no hay espacio libre, todo ha sido llenado previamente con las infinitas interpretaciones de cada acto. Eso se ve particularmente claro en “Aquí y allí”, donde un hombre que ha ido a refugiarse a la casa de unos parientes en el medio oeste vive un verdadero suplicio mientras intenta (y fracasa al intentar) reparar una vieja cocina.

No sé qué hacer. Podría conectar el haz de cables del horno principal a la clavija de salida de uno de los fogones en el circuito de distribución, pero no tengo ni idea de qué cantidad de corriente térmica se transmitiría entonces al fogón. No hay manera de saberlo sin datos sobre los coeficientes de resistencia del compuesto metálico de que están hechos los fogones. La corriente necesaria para poner el horno en posición de TIBIO ya bastaría para fundir un fogón. Estoy a punto de llorar.
Podríamos pensar que es el actual estado del personaje, que se llama Bruce (una verdadera y profunda crisis personal, el no va más) la que lo ha puesto en un punto tan frágil como para ponerse a llorar por no poder reparar un electrodoméstico, pero la verdad es que los mismos problemas de procedimiento que manifiesta ante la cocina rota son los que lo han llevado a ese punto de fragilidad general. Al buen Bruce hay ideas que le han comido el alma. ¿Qué ideas? Ideas como estas:

—Es el Aquí. Es el Ahora. Las bellezas por venir deberán ser nuevas. La invité a ver el renacimiento de un cristal: frío y plano como una pastilla. Fibras brillantes parpadeando en matrices estéticas bajo un floreciente amanecer de sodio. Lo que nos conmueve y por tanto nos guía es lo que está vigente. Preveo el surgimiento inminente de una enorme desnudez, de una limpieza inmensa que borboteará en todos los rincones del significado. Huelo cambios, que traerán consigo alivio, igual que la húmeda promesa de un chaparrón de verano. Una nueva era y una nueva comprensión de la belleza como campo y ya no como lugar geométrico. Se acabaron los conceptos uni-objetivos, la contemplación, el cálido efluvio de los tréboles, los regazos que respiran aguadamente, las historias como símbolo, los colosos. Se acabó el hombre, el apoyar la frente en el puño, el llevarse la mano al escote, entendidos en términos de mamporros, de ruidos sordos, de naturaleza agitada, una naturaleza a su vez concebida como algo coloreado, dotado de forma e investido de un olor, algo que ofrece significado en virtud de sus cualidades. Se acabaron las cualidades. Se acabaron las metáforas. Números de Gödel, gramáticas libres de contexto, autómatas finitos, funciones de correlación y espectros. Un aquí que ya no sea sensual sino causal y eficaz. Un aquí entendido de la manera más íntima. Electrónica de plasmas, sistemas de gran escala, amplificación operacional. Admito que me veo a mí mismo como un esteta de lo frío, de lo nuevo, de lo correcto, del Aquí veraz e impecable. Variable como la ley de Poisson y morfológicamente denso: piezas cuya forma, dimensión, carácter e implicación puedan expandirse como sargazos a partir de un criterio de función y una estructura de relación simple. Odas a y de Green, Bessel, Legendre y Eigen. Sí, ha habido momentos en este último año en que casi he tenido que resguardar mis ojos ante el reflejo del procesador de texto: yo mismo me he convertido en axioma, en lenguaje, en regla de formación y al parecer he desprendido un brillo blanco como un filamento incandescente por un fuego justiciero.
¿Prestaron atención a “Se acabó el hombre”, “Me he convertido en axioma”, etc? 
Extractos tomados de ClubdeCatadores
FOWLES, JOHN
La torre de ébano
Editorial   IMPEDIMENTA
La torre de ébano y otros cuentos memorables, o la torre de marfil en la que pergeña el gran John Fowles (1926-2005) su alquimia narrativa, o la torre de Babel en la que reúne a sus personajes cosmopolitas, o la torre de Pisa como metáfora de la inclinación que siempre se observa en su narrativa, jamás conforme con ninguna predictibilidad, o la torre maestra desde la que defiende con gallardía las claves del artificio de armar ficciones, algunas de las cuales reveló en ese libro mágico que es El árbol (1979), a medio camino entre el ensayo y las memorias, que Impedimenta felizmente recuperó también en 2015. Otras las reveló en su obra maestra, La mujer del teniente francés(1969), prodigio metaficcional y seguramente una de las novelas técnicamente más ambiciosas y seductoras de la segunda mitad del XX.

La torre de ébano (1974), que Plaza & Janés publicó en 1976, merece esta segunda vida porque alberga todas las virtudes del narrador británico como una suerte de epítome, pero sobre todo porque su primera vida fue injustamente discreta. El volumen reúne cuatro nouvelles y Eliduc, la caprichosa traducción que Fowles quiso hacer de uno de los lais de María de Francia, el breve poema narrativo medieval del caballero bretón Eliduc y sus lances en el tornadizo terreno filográfico. 
Los relatos que acompañan A Eliduc realmente compendian la narrativa de ficción de Fowles, siempre cosmopolita y con frecuencia francófila, exhibiendo sin excepción una deliciosa impostura, dispuesta a una constante intriga encubierta, encubriendo lecturas míticas y recordándonos que la savia del árbol literario es el lenguaje, siempre poseída por una precisión que no es metafísica como la de Bern­hard ni sentimental como la de Modiano, sino pictórica.

Buen ejemplo de ello es el caso de ‘La torre de ébano’, que cuenta las insólitas circunstancias que le depara a un joven pintor y crítico de arte su visita al viejo maestro Henry Breasley, un texto en el que, con enorme tensión narrativa, la erudición artística (de Uccello a Ensor) se trenza, por decirlo de algún modo, con la fruición carnal (del ménage a una idea sumamente nabokoviana de la perversión). En ‘El pobre Koko’ Fowles juega con las convenciones del relato de suspense (y con el arquetipo del escritor) de la mano de un autor que es víctima de un vandalismo cuya arcana naturaleza el lector no es capaz de imaginar. ‘La nube’, posiblemente el mejor relato del volumen, nos introduce en el largo y enmarañado día de verano de una idílica Francia meridional por el que deambula la amarga soledad de una joven inglesa. La de Fowles es verdadera literatura de altos vuelos, lúdica hasta la saciedad, que la fina ironía y las traviesas estrategias del autor parecen haber convertido en la ilusión de una literatura en vuelo rasante.   Extractos de un artículo de Juan Aparicio Maydeu en BABELIA.
FRANKLIN, TOM
Furtivos
Editorial   DIRTY WORKS
"Alan Heathcock, Mark Richard y ahora... Tom Franklin. Furtivos es el tercer "libro negro" de cuentos de nuestra querida Dirty Works y viene a ser como "maná caído del cielo".
Porque los diez relatos de Furtivos, debut literario de Tom Franklin publicado originalmente en 1999, no tienen desperdicio. O, mejor dicho, once, porque la introducción, Años de caza, no desmerece en absoluto lo que vendrá a continuación y puede perfectamente considerarse un cuento más, situando al lector en unas «coordenadas», un «mapa del mundo» muy delimitado y personal, el del propio Franklin. Exuberancia y virulencia natural, caza, vías de tren que no paran en Dickerson, ninguna parte, trabajos demoledores, la posibilidad de escapar del «agujero»… pero no de sus historias ni de la «llamada de la tierra».
Si estáis pensando que Furtivos es un nuevo ejemplo, otra «revisitación», de la mal llamada literatura white trash, la respuesta es no. Ciertamente, la colección de situaciones violentas, cogorzas dementes, comportamientos bochornosos, hombres y mujeres abyectos, degradación y desesperanza, resultará familiar al «iniciado». Y, sin embargo, eso es tan solo la «superficie» de la mayoría de estos cuentos que, en manos de Franklin, adquieren una visión distinta y absolutamente cautivadora. A través de ellos, su autor nos está hablando de un paisaje, tanto físico como, sobre todo, humano, muy especial. Territorio peligroso y grave, sin duda, pero terreno de una hondura y franquezas pocas veces vista.

Y es que, ya sea en los digamos, relatos más directos, por ejemplo el oscuro chanchullo empresarial de Grava, puro aroma criminal, como en los episodios dedicados a hombres desesperados, caso de la trasnochada despedida de soltero de Triatlón, o los flirteos con el desastre de Caballos azules o Instinto, Franklin está desplazando el foco de la truculencia y poderosa atracción de los actos que tienen lugar en estas páginas, a la psicología detrás de los personajes, «kamikazes emocionales» atrapados en vidas de las que no saben salir. La breve coda final de Alaska, un ensueño de tono poético, refleja con queda sabiduría, sin dramatismos, ese anhelo irrealizable. Porque el lector sabe con total seguridad que ese viaje no tendrá lugar.

Tom Franklin es un escritor soberbio, conciso y con aplomo, cuando se trata de mostrar las heridas abiertas de sus seres humanos."   
Extractos tomados de la Reseña de Raúl Jiménez en Indienauta.com
GALLARDO, SARA
El país del humo
Editorial   SUDAMERICANA
Sara Gallardo, Buenos Aires, 1931-1988, es autora de las novelas Enero, Pantalones azules, Los galgos, los galgos, Eisejuaz y La rosa del viento. Y de un libro de cuentos: El País del Humo.
El país del humo, único volumen de cuentos de Sara Gallardo, es una reescritura de la historia argentina tal como la concebía, al menos desde el ‘80, la clase social en que esta autora nació, un asedio poético a la cerrada cosmovisión de la oligarquía. Las novelas y poemas del siglo XIX y, sobre todo, las anécdotas que circulaban en su casa, en las que la historia se cristalizaba en mitología familiar, son los materiales que la delirante imaginación de Sara Gallardo reelabora, no sólo para exponer la decadencia de clase –como en el caso de Manuel Mujica Láinez– sino para sobrevivirla; no para añorar o mantenerse obcecadamente fiel a una anacronía o para evadirse en el puro juego –como Adolfo Bioy Casares–, sino para reinventarse desde las propias incomodidades en el medio, desde una feroz, inacabable guerra íntima. 
En Eisejuaz (1971), un alucinado monólogo de un mataco psicótico en busca de su propia santidad, la herramienta de Gallardo había sido la invención de una lengua nueva que imita el habla del indio salteño en su economía de vocabulario, su uso del silencio, y sobre todo, en la capacidad de creación y violencia que trasuntan los aparentes “errores” en el “habla castilla” –no tanto al modo de Juan Rulfo, con el que se la ha comparado muchas veces por la excelencia de su prosa, como de Mario de Andrade en Macunaíma–. Como éste, y a diferencia de los indigenistas, Sara Gallardo no pretende “reflejar al salvaje”: aprende del “otro” para traspasar los límites de su propia imaginación, para dejar que hable lo salvaje que lleva aún dentro de sí.
Mientras escribe El país del humo, entre 1974 y 1975, y después del intrincado proceso de Eisejuaz, Sara Gallardo proclama su necesidad de “volver a narrar ante todo”, pero rechaza las poéticas consagradas del cuento desde Poe a Chéjov, desde Horacio Quiroga o Abelardo Castillo, para explorar en tradiciones muy disímiles –del cuento folklórico a los epitafios biográficos de Edgar Lee Masters, de las fábulas animales de Rudyard Kipling a los inclasificables relatos de Silvina Ocampo–, y sobre todo en formas marginales o premodernas, en especial, las que perviven en la narración oral. En verdad, junto con una arrasadora melancolía, el incomparable lirismo con que describe el paisaje pampeano y su omnipresente crueldad (recurso quizás para contrarrestar, al modo de Yourcenar o Gambaro, lo que consideraba el “sentimentalismo, gran riesgo de la escritura femenina”), el rasgo más definitorio del estilo parece ser el tono de chisme, de confidencia íntima, o a lo sumo, de relato de fogón.
Con fórmulas de narradora oral, Gallardo se aplica a contar desde una investigación científica sobre la influencia de las nubes en la historia universal, al delirio del hijo de un jefe de estación que cree ver pasar “los trenes de los muertos” o las treinta y tres vidas de las esposas del cacique Piedra Azul (Calfucurá), donde aquella “lengua Eisejuaz” alcanza su conquista más alta –uno de los textos más estremecedores y originales de toda la narrativa argentina del siglo XX–. 
La asombrosa variedad temática que sugieren estos pocos ejemplos admite, sin embargo (al menos como forma de presentar el libro), un esbozo de clasificación. Una primera línea de relatos reelabora aquellos elementos de “los libros de la patria” en tramas de deliberado ambiente onírico, como el del fantasma de la amante francesa del General Paz, o la monja salesiana que cuida de la niña oveja y que desea llegar al Paraíso sólo para volver a oír “aquel balido”. Un segundo grupo describe mundos de apariencia casi excesivamente ordinaria que admiten de pronto una ley ajena que los desafía y los hace luchar por su sobrevivencia al modo de Kafka o Felisberto Hernández: es el caso del jubilado de Lanús que un día, al levantarse, se halla en medio del océano (esta historia, según se afirma, explora los sentimientos de la autora durante el tormentoso período de la muerte de H. A. Murena, su segundo esposo, y echa luz sobre el curioso trabajo de su imaginación, su extemporáneo modo de representarse). Una tercera veta de cuentos, que la autora deseaba fuera su “nueva manera” poco antes de ser presa de un bloqueo doloroso y definitivo, implicarían un retorno a cierto realismo casi minimalista, atento sin embargo a detectar en lo cotidiano parecidos con el poema: correspondencias, en fin, que sugieran orden detrás del caos, sentido en medio del estallido final; es el caso de Vapor en el espejo o Un solitario, inolvidable retrato de Murena.
Extactos tomados del artículo de Leopoldo Brizuela en Página12.com
GANDOLFO, ELVIO
Vivir en la Salina    -Cuentos Completos-
Editorial  CABALLO NEGRO
Escritos en el largo período que va de 1970 a 2016, los cuentos reunidos de Vivir en la salina permiten percibir los cambios y las recurrencias, las influencias y las claves del estilo de uno de los autores argentinos más curiosos: Elvio E. Gandolfo.
Gandolfo ha escrito novela, poesía, crítica, miscelánea, pero es en el cuento donde brilla su nombre propio. Como Borges o Bioy –y por lo tanto, en la tradición del cuento inglés–, los relatos de Gandolfo tienen muy presente la voluntad de fascinar con elegancia al lector, de seducirlo una y otra vez, de narrar sin distraerse del objeto. Esa concentración, tan deliberada e invisible, es una clave de su estilo. Los 57 cuentos reunidos abarcan un período que va desde 1970 hasta 2016 en una selección hecha por el autor de entre seis libros y antologías. Y como un cuentista es sobre todo y para siempre un lector de cuentos, en la nota preliminar Gandolfo anota una no tan breve lista de sus preferidos e influencias, porque “es una buena manera de agradecer y devolver lo que me dieron”. Están desde “La dama del perrito”, de Chejov, o “Encender un fuego”, de London, a “Fotos”, de Walsh, o “El budín esponjoso”, de Hebe Uhart.
La lectura de Vivir en la salina, sucesiva o salteada, de cuento tras cuento, de libro tras libro, no deja dudas de que Gandolfo posee el extraordinario talento, la infrecuente capacidad, de manejar y ocultar ideas, preocupaciones podría decirse, tan serias y filosóficas como imperecederas: el cuerpo como imperio de la imaginación, pero la imaginación –y esto es decisivo en su obra– como dictado de lo real (“El cuerpo”, “Las negritas”); el amor como una experiencia abrupta y novelesca, memorable (“La yanqui y el polaco”, “Cuando Lidia vivía se quería morir”, “La distancia”, “Bajada”); la mujer como enigma, perdición y fe de los hombres (“Tema canyengue”, “Tema de la mesa de Arguelles”); los hombres como una extraña comunidad, con o sin héroes, regidos por un olimpo de dioses ridículos y atormentados (“El bulto del casino”, “Contacto”, “Vivir en la salina”, “Carne”). 
Pero sobre todo, la obra de Gandolfo representa una renovación del cuento fantástico en el Río de la Plata, una continuidad y ruptura con Cortázar o Felisberto Hernández, con Silvina o Wilcock. En ese sentido, cuentos como “La oscuridad bajo la mesa” o “Pequeño” nada le envidian a “Los donguis”, “La casa inundada”, “Final de juego”. En uno de sus cuentos, “Grande”, hay un organismo gigante debajo de Buenos Aires, cerca de la estación Pacífico, tal vez no muy diferente al también gigante Albión, de William Blake. 
No hay casualidades. Cuando Fogwill reunió sus cuentos completos, Elvio E. Gandolfo hizo el prólogo. Y en él escribió: “Esta es una antología de media docena de autores muy distintos (…) que contiene seis o siete de los mejores cuentos de la literatura argentina”. Era cierto. Solo que lo que decía con justicia de Fogwill también lo decía de él. 
Extractos tomados de LosinRocks.com
GARCÍA HERNÁNDEZ, JOSÉ MARÍA
Desenmascarar a Kavarokios
Editorial  MENOSCUARTO
El presente libro, ganador del Premio Tristana 2004, es un intento original de renovar la ficción fantástica por una vía que integra felizmente los ámbitos peculiares del género con la crónica cotidiana y los valores del relato breve y de la novela bien estructurada. Son historias de la magia actual, centradas en torno al inaprensible doctor que da título al libro. Sus clínicas-milagro aparentan proporcionar soluciones que el hombre del siglo XX apenas se atrevió a soñar. Desenmascarar a Kavarokios es un texto de difícil catalogación que combina, con fluidez y armonía sorprendentes, el cuento de horror, la ciencia-ficción, el erotismo sutil, el humor metafísico y la crítica social.
En Desenmascarar a Kavarokios se dan cita la fantasía, la ironía fina y algunas llamadas de atención al mundo que vivimos. José María García Hernández ha armado una narración unitaria compuesta de trece relatos que narran los milagros de un enigmático médico. Cuando alguien decide enfrentarse a él para desenmascararlo queda atrapado en una red de seducción.
El doctor Kavarokios, el dueño de una cadena de clínicas por toda España, es una metáfora de los gurús que una sociedad falta de alicientes afectivos necesita imperiosamente para sobrevivir. La novela que nos propone García Hernández tiene su centro de gravedad en este misterioso, ubicuo y casi incorpóreo personaje. Sus trece capítulos son en realidad como trece relatos en donde se narra un milagro distinto del ínclito doctor. Éste puede hacer que hablemos frente al espejo con nuestro doble. O hacer que las damas casadas con tipos aburridos encuentren un geniecillo invisible que las colme de felicidad. O que cualquiera asista a un museo de objetos reales de seres imaginarios: la pipa de Holmes o el gorro de Caperucita. Kavarokios puede hacer que des saltos en el tiempo. O que alguien, disgustado con su estirpe o su falta de ella, se enfunde en otra egregia. Kavarokios hace su aparición cuando ya el lector comenzaba a dudar de su existencia. Es un hombre corriente que tiene u
 Extractos tomados del artículo de J. E. Ayala-Dip en ElPaís.com
GARCÍA PAVÓN, FRANCISCO
Cuentos republicanos
Editorial   MENOSCUARTO
Hubo un detective privado que se dedicó a investigar en Tomelloso. Plinio, es un agente muy singular que se dedicó a investigar en Tomelloso en plena época republicana. Francisco García Pavón (19419-1989), mezcló sus investigaciones criminales con un humor costumbrista y ataques a la moral imperante en la época. Con una de esas novelas, Las hermanas Coloradas (1969), en la que trató la ocultación de un perseguido en la posguerra, ganó el Premio Nadal. En la misma fecha la crítica decidió que El rapto de las Sabinas fue el mejor libro. 
Cuentos republicanos quizá sea el mejor libro de García Pavón. Es una crónica del país durante la República, hasta las puertas de la sublevación del ejército rebelde. Las distintas piezas, plenas de sustancia autobiográfica, se ocupan del final de la infancia y de la primera adolescencia, que coinciden con los años de la Segunda República. El autor utiliza un material literario de un costumbrismo bien dosificado para contarnos su exaltación de las libertades y los sentimientos republicanos, pero también para rememorar su aprendizaje vital. Los relatos son, pues, una excelente muestra de cierto realismo social que supo enriquecer el mero análisis crítico con un lenguaje preciso, un lirismo sutil y buenas dosis de humor. Estas narraciones, entre las que se incluyen piezas maestras como “El entierro del Ciego” y “Paulina y Gumersindo”, se mantienen vivas, por lo que se siguen leyendo con interés y satisfacción.
El escritor aclaró que no había intenciones políticas en este título, escogido por su coincidencia generacional. Pero la verdad es que debajo de toda esa supuesta ingenuidad con la que García Pavón repasa los acontecimientos de su vida, deja entrever un panorama social en el que ya hay dos Españas, en el que se vive con esperanza y con cuidado la democracia republicana, en el que la ranciedad católica arrastra al país por los derroteros más inmorales y la amenaza de los militares estremece a la familia del escritor. Sobre todo a ese abuelo que con tanto mimo trata el régimen en el que confía.
Bajo un fuerte componente costumbrista, la reivindicación de la cultura republicana aparece camuflada entre estampas optimistas, descripciones idealistas, tramos de puro esperpento y ramalazos de ironía a secas.
GARCÍA ORTEGA, ADOLFO
La ruta de Waterloo
Editorial  MENOSCUARTO
García Ortega es poeta, novelista, crítico, traductor y editor (en la editorial Planeta), entre sus novelas destaca Autómata (2006). 'La ruta de Waterloo' se acerca a la frontera entre realidad y sueño a través de nueve relatos que como dice Manuel Longares en el prólogo «la tragedia agazapada en una existencia placentera, la fatalidad que induce a obrar en contra de los deseos, el azar que acerca y distancia a los desconocidos, la imposibilidad de que una actitud caprichosa traicione convicciones arraigadas, la pasión erótica demoledora y la asunción ciega de un destino, sea elegido o impuesto, son motivos impulsores de estos relatos». También está presente otro de los temas predilectos de Adolfo García Ortega: el viaje y la aceptación irremisible del retorno. Hay en el reconocimiento del fracaso de la aventura, a la manera del Quijote o del Ulises homérico, la lucidez de quien renuncia a ser héroe para convertirse en individuo real.
GHELDERODE, MICHEL de
Sortilegios
Editorial  LUMEN
Extraordinario libro de cuentos con un denso ambiente fantástico. Narraciones todas en primera persona que nos participan estados febriles y mórbidos, y hasta en ocasiones burlescos, al estilo de un siniestro carnaval.
El autor escribió a un amigo: "En mi caso, el cuento tiene un valor de confesión, y quien haya leído estos relatos lo sabe todo acerca de mi alma, tan legible, tan desarmada ante el Misterio, en el umbral del universo metafísico". 
Y es verdad que en cada relato nos invita al abismo de su alma torturada. Los cronistas de estos cuentos son espectadores alucinados, agonistas que arrastran la decepción de sus romas vidas. En El diablo en Londres el encuentro tiene lugar tras pasear su hastío por el Támesis. En Sortilegios huye en un tren hasta el final de la tierra. Los protagonistas se reconocen hartos y huyendo de ellos mismos en busca de algo más. En Fuiste ahorcado leemos: "adiviné que aquel hombre henchido de visiones secretas era, al igual que yo, un inadaptado a quien la existencia cotidiana decepcionaba y que se movía en un mundo imaginario".
La atmósfera está siempre muy lograda, sus escenarios alucinados y metafísicos actúan a veces como prisión, a veces como eco de la propia melancolía: calles ahogadas en niebla, iglesias que se hunden en el barro, jardines de profundidad insondable o plazas con reminiscencias de horcas están siempre dispuestas para estrangular el alma. 
Reseña en este blog.
GONZÁLEZ, VÍCTOR
El río que se secaba los jueves
Editorial   KALANDRAKA
Víctor González es un amante del nonsense y lo practica con soltura envidiable. Desde el primero hasta el último de los textos asombra por su lirismo, por sus salidas de tono, por sus apreciaciones singulares, por sus afilados comentarios finales. La narración destila un humor afilado, preciso, culto y concita numerosas analogías entre los cuentos y sucesos de actualidad. El texto está repleto de referencias históricas, literarias, etc.
El autor ha sabido encontrar contactos insospechados entre las cosas y entre los seres, tanto los humanos como los animales. En realidad Víctor González propone un zoo universal del cual el hombre es uno más, y tampoco se diferencia de los otros animales por su facultad de raciocinio, pues en muchas ocasiones son los otros quienes parecen más razonables que él.
Dragones, loros, zorros, caballos, gallos, dinosaurios, camaleones, periquitos, patos, y mil animales prodigiosos forman el elenco de su imaginario, tan fantástico como el río que ocupa la mayor parte del título del volumen, un río que si lo cruzabas perdías la memorias; si lo volvías a cruzar, la recuperabas. No era como el mítico río Leteo, que la perdías y "ya está".
Extractos de un artículo de Antonio A. Gómez Yebra publicado en El Sur.
HALFON, EDUARDO
El boxeador polaco
Editorial   PRE-TEXTOS
Eduardo Halfon (Ciudad de Guatemala, 1971) es autor de una decena de obras muy relacionadas entre ellas  y centradas en el tema de la identidad. Hace algunos años se embarcó en la peripecia de escarbar en los secretos de su historia familiar, nada fácil para un judío que aborrece el judaísmo y criado en un país católico. Así concibió una telaraña literaria que se inicia con este boxeador polaco, sigue en La pirueta, pasa por la novela corta Monasterio y llega hasta Signor Hoffmann.
¿Qué hay en el cruce entre literatura y realidad?
Lo más seguro es que sea un vórtice, una realidad caleidoscópica en permanente construcción donde se cruzan y entreveran tramas e historias, personas y personajes, sueños y leyendas.
Eduardo Halfon vive en esa encrucijada.
El protagonista del volumen también se llama Eduardo Halfon, también es guatemalteco, también judío, también profesor. Gran parte de su obra se podría considerar una continua indagación sobre la identidad, una excavación en los vericuetos familiares para saber quién es y de dónde viene. De modo que el relator de todas estas historias es un tal Eduardo Halfon al que encontramos al inicio del primer cuento en medio de una clase en la universidad, impartiendo un semestre sobre el cuento contemporáneo. Pura autoreferencia.
Reseña en este blog
HALFON, EDUARDO
Signor Hoffman
Editorial LIBROS del ASTEROIDE
En un determinado momento, en un determinado relato, Eduardo Halfon escribe que una historia es en realidad muchas historias. Una historia, pongamos la suya, en realidad son muchas historias, pongamos los libros que le lleva dedicados a esa (su) historia en primera persona (primera perpleja persona). También los relatos de este Signor Hoffman, de nuevo en Libros del Asteroide, son partes de la misma, solo que la historia personal, la grande, la de los álbumes de fotos, se queda un poco ahí, en el fondo, como un horizonte en un paisaje de niebla. Ahora se ve, ahora no se ve, pero eso no quiere decir que ese horizonte haya desaparecido en ningún instante.
Desde ese primer relato que da título al libro hasta el último, Oh gueto mi amor, que únicamente se da nombre a sí mismo, encontramos un desplazamiento que no solo atraviesa países, sino tal vez estados de ánimo o momentos de vida. Si empezamos en una campo de concentración italiano reconstruido, suerte de sórdido juguete para celebración de posteriores generaciones, acabamos en esa casa destruida del abuelo, de toda la familia, en aquella Polonia traidora que no se debería volver a pisar. En todo caso (lo entenderemos al final), es importante lo que se escribe pero también el papel sobre el que está escrito. Y en Signor Hoffman, cada relato está escrito en un papel-lugar diferente, con sus consistencia, su textura y sus tonos mates.
Esa narración multiforme que comenzó, hasta donde sabemos, con El boxeador polaco y que tenía su penúltima entrega en Monasterio, se prolonga hasta aquí. Como si de los restos de un naufragio se tratara, cada ola nos trae nuevos recuerdos, que se unen a los fragmentos anteriores. El mar nos sigue devolviendo trozos de un abrigo rosa y con él del abuelo que sobrevivió. O allí aparece como un destello la hermana, o la última discusión con el hermano. Sin embargo, convertido en su propia ficción, Eduardo Halfon no dará esta vez el protagonismo decisivo a su familia (excepto el último relato, y aun así) sino al mundo que le rodea y a contarlo.
Los relatos no acaban porque tampoco tienen un comienzo, más allá de lo anecdótico. Momentos, instantes, de otras vidas que se cruzan con la de uno mismo. Todo parece querernos decir algo, pero no se busca ninguna explicación. Las cosas son. Están. Viven alrededor de nosotros y nosotros nos impregnamos de ellas. 
Eduardo Halfon escribe un libro bellísimo, como ya lo era Monasterio, hecho de una materia extraña. Sus libros son un misterio en el que a la levedad, a su ligereza, se une la sensación de que todo está ahí y que no asistimos a ningún acontecimiento banal sino que todo es decisivo. Pero ¿decisivo para qué? Para ser. Como si ese “ser” dependiera de aquel otro “estar”. Ser testigo de la vida que pasa, estar atento a los gestos, a las pequeñas pasiones, a los días, a las fronteras, a los cruces, a la piedras, a los barrotes, a los barracones, a los armarios, a los niños tras la puerta. Abierto a todo para recibir algo, ese misterio y meterlo en pequeños libros, que no pesen y, por eso mismo, capaces de elevarse. 
 Extractos tomados de la revista digital Detour.es
HEMPEL, AMY
Cuentos completos
Editorial  SEIX BARRAL
Amy Hempel nació en 1951 y creció en Chicago y Denver. Cuando tenía dieciséis años, se fue a vivir a San Francisco. Dos años después, su madre se suicidó. Poco tiempo más tarde, su tía hizo lo propio. Hempel sufrió dos accidentes automovilísticos. El ciclo terrible se cierra, tres años más tarde, con la muerte de su mejor amiga, víctima de leucemia. Amy Hempel forma parte de un grupo de autores (R. Carver, Richard Ford, Tobías Wolff) que entre finales del siglo XX y el comienzo del XXII, dan lustre a la magnífica tradición del cuento norteamericano.
Los cuatro volúmenes de relatos que se recogen en esta edición (Razones para vivir; A las puertas del reino animal; Tumble Hom, que incluye la nouvelle homónima, y El perro del matrimonio) van de 1990 a 2005 y conforman el grueso de su producción. Como bien indica Rick Moody en la introducción, “lo primordial son las frases”. Efectivamente, Hempel se esfuerza, primero, por exprimir al máximo las historias, a veces simples y enfocadas en un pequeño detalle, otras elaboradas a base de complejos experimentos en los que hace partícipe al lector; y segundo, sintetizando con frases arrebatadoras, a modo de sentencias indiscutibles, muchas de las ideas que desea volcar en el texto. En el Prólogo Rick Moody detalla el estilo de Hempel:
Amy Hempel desmenuza con la misma contundencia con la que un cirujano maneja el bisturí, los miedos, las zonas en penumbra de nuestra mente, la rutina, la inteligencia de los animales que forman parte de este mundo, no olvidemos, compartido con ellos, las relaciones familiares…  Todo ese universo común marcado por la experiencia vital acaba detallado a través de la esencia y de la pureza de la palabra, sin desvíos, sin detalles superfluos. Todo lo que escribe Hempel tiene importancia, precisamente porque reduce al máximo las palabras. De ahí que frases como “Tuve varios accidentes. Después accidentes más graves. Pero la zona que me dolía nunca era la que me había dañado” o “Los tres primeros días son los peores, según dicen, pero han pasado dos semanas y sigo esperando que pasen esos tres primeros días”, nos dicen mucho más que algunas novelas.
La mejor forma de descubrir a Amy Hempel es sumergirse en su escritura, dejándose sorprender por su compasión, ingenio e insólito modo de retratar un mundo crudo y solitario, pero lleno también de una inesperada belleza.
Razones para vivir está compuesto por quince piezas breves o muy breves. Entre ellas figura la conmovedora “En el cementerio donde está enterrado Al Jolson”, cuya sección final difícilmente deje indiferente a su lector y, muy probablemente, lo mueva hacia las lágrimas. Esto puede ser interpretado de forma errónea, de modo que habrá que explicarlo un poco mejor. El relato en cuestión narra la historia de dos amigas: una de ellas está internada en las fases terminales de un cáncer y le pide a su amiga: “Cuéntame cosas que no me importe olvidar –dijo ella-. Que sean banalidades, de lo contrario, déjalo”. Estas banalidades que la segunda amiga va lanzando como pelotas a una cesta tienen la cualidad de ser lo bastante inocuas como para no conectarse con el dolor que ambas están atravesando, a la vez que cumplen la función de mantener viva la comunicación, la compañía, como si estuvieran atrincheradas y solo el largo catálogo de banalidades las mantuviera a salvo. Esta superficie explícita del relato no es totalmente opaca, claro está, y comienza a dejar pasar la luz que trae al primer plano no solo la historia de la amistad entre ambas, sino también las circunstancias actuales que ya no pueden ser apartadas de la vista. Lo que Hempel hace en este texto es, en buena medida, un prodigio, pues se acerca al centro de un inmenso dolor indefinible y hace que éste hable por sí mismo a través de un artificio que no parece, de ninguna manera, un artificio.
A medida que uno se adentra en la literatura de Hempel, algo está todo el tiempo a punto de volverse evidente, pero nunca es sencillo concretar.
Es una lástima que la traducción ofrecida por Seix Barral devalúe el material original.
HERRERA, YURI
Diez Planetas
Editorial PERIFÉRICA
Los 12 relatos que componen el libro igual que los diez planetas de que habla el título no dejan de ser nuestro viejo planeta visto a través de unos futuros improbables aunque terroríficamente verosímiles. En ellos se conjugan utopías y distopías con el sustrato de los cuentos filosóficos "ilustrados".
Encabeza el volumen "La ciencia de la extinción", suerte de cuaderno de a bordo de la amnesia progresiva y aterradora; y lo concluye "Advertencia", declaración de intenciones de una pavorosa globalización corporativa -"con esta autorización Usted consiente en que cualquier información sobre el uso que se le da al producto puede ser utilizada en pero sin limitarse a: estrategias electorales, seguridad nacional, reciclamiento cárnico, investigación en cosméticos, guerra psicológica, estudios de mercado y prosas varias". 
Entre medias nos encontramos con una bacteria que, como consecuencia de una droga lisérgica, adquiere conciencia en un colon humano; peatones invisibles en un mundo en el que la visibilidad ya no está, nunca mejor dicho, bien vista; una "Casa tomada" que homenajea el cortazariano cuento homónimo, mostrando una casa que se rebela contra la manía de infelicidad de la familia que la habita; un cosmonauta que desentraña un mapa nítido del mundo a través de las casi imperceptibles señales de una nariz; unas calles poseídas por una inquietante automatización; una reescritura del Quijote con autor alienígena incluido; conspiradores postapocalípticos que ya no disciernen los límites de su conspiración; sectas con teorías creacionistas de diversa índole; exploradores planetarios intentando interpretar las señalares emitidas por los autóctonos, -"no es que la lengua local sea inestable, es que son múltiples lenguas y cada persona habla sólo la suya".
Futuros hipotéticos y presentes alterados pero deslumbrantes en su amarga ironía conforman esta proeza literaria que evoca a Ursula K. Le Guin, Borges, Kafka y Cortázar.

JAEGGY, FLEUR 
El temor del cielo
Editorial TUSQUETS
"Después que su marido soñara con su enfermedad y se embriagara con ella", reflexiona la anciana Verena en el cuento La vieja vanidosa.  Yo creo que en esa morbosa embriaguez que produce en los personajes la enfermedad, el infortunio o el vacío de sus vidas está la clave de estos relatos.
Todos los personajes de estos cuentos tienen temor del cielo. Pero no es un temor que entrañe bondad. Muchos de ellos son mujeres y subalternas. Todos son ruines y se deslizan con fruición hacia la venganza por sus vidas infortunadas.  Todo el libro despide un aroma de profunda amargura.
La escritora suizo-italiana Fleur Jaeggy atesora episodios al borde de la crueldad. En sus relatos la trama tiende a entretenerse en lo perverso. El resultado es un estilo concentrado y hermético de apariencia minimalista envuelto en una música cruel-.
Javier Rodríguez Marcos dijo que en Jaeggy, “desechado todo sentimentalismo, es justamente el frío del ambiente el que otorga valor a los sentimientos cuando estos aparecen: el mismo valor que cobra en una morgue cualquier señal de vida”.     Reseña en este blog.
JAEGGY, FLEUR
El último de la estirpe
Editorial TUSQUETS
Publicado originalmente en 2.014, Jaeggy vuelve en estos relatos a mostrarnos su prosa austera y precisa. La autora tiene una escritura desnuda de metáforas, construida con frases incisivas que tienden al aforismo. En estos relatos aparecen familias con "dinastías de insomnes" y "un abrigo que oculta la terrible sensación de soledad". Sucede que algún personaje no hace pie en la realidad y entre los veinte cuentos de "El último de la estirpe" alguno parece un puzzle sin resolver. Jaeggy relata con precisión desasosegante y disecciona emociones con áspera poesía.
Imaginemos una familia bien, rica, suiza. La madre es aficionada a los juegos de azar. El padre es un hombre sensible, es decir, los demás no le importan, porque los que son “tan sensibles como para que se les declare sensibles” son insensibles al dolor de los demás. Hay dos hijos, hermano y hermana. El hermano, siete años menor, llama a su hermana XX, como si quisiera tacharla dos veces. La hermana espía, observa, cuenta las conversaciones familiares: escribe. Quiere dárselas de escritora. El hermano prefiere la invisibilidad, no hablar. La hermana anula al hermano, lo da por muerto cuando escribe del hermano. Y el hermano, para vengarse, será el que escriba la historia como quien redacta un informe policial. ‘Soy el hermano de XX’ es el primero de los 20 relatos que componen El último de la estirpe.
Fleur Jaeggy (Zúrich, 1940) escribe, como XX. Creció entre dos lenguas maternas, el alemán y el italiano, su idioma literario. Vive en Milán. Las historias de este volumen son terribles, inyectadas de frialdad, crueldad y envidias familiares. Sus escenarios son desnudos y cerrados como tubos de ensayo: internados, manicomios, laberintos de hielo, sótanos, barcos y el hogar familiar. Sus frases tienen el ritmo seco de la precisión y el escalpelo; se muestran incapaces de cualquier sentimentalismo. Los personajes manifiestan siempre una extrema tristeza o una maldad inusitada. Sus heridas suelen ser profundas y escondidas. Rehuyen la autocompasión, buscan el desquite.
La desnudez de sus frases y de sus sentimientos provoca situaciones perturbadoras:
“¿Qué quieres hacer cuando seas mayor?”, pregunta la abuela, y el niño contesta: “Quiero morir. Pronto”.
JOHNSON, DENIS
Hijo de Jesús
Editorial  MONDADORI
Hijo de Jesús es una colección de once historias breves que desgarran el modo de vida americano. Ligadas por un narrador común del cual no se tienen muchos datos y que, al igual que los otros seres desorientados y marginados que pueblan estos cuentos, habita una espiral de alcohol, drogas, traiciones, pequeños crímenes y pérdidas.
Conocido como uno de los grandes entomólogos del alma humana, Denis Johnson nos presente aquí una América nocturna, marginal, viciosa, intensa, poblada de personajes perdidos en la supuesta tierra de oportunidades. Es una visión alucinante del estilo de vida americano contemporáneo.
Calificado por muchos como una especie de Raymond Carver de los perdedores, realmente, Johnson va mucho más allá que el sobrevalorado tótem del cuento americano. En consecuencia, más allá de esos retratos con aparentes cargas de profundidad humana que Carver destila con vacío desapasionamiento, lo que provoca Johnson es un mismo encuentro en un punto de inflexión en la vida de sus protagonistas, pero llegando hasta el mismo alma de estos; mirándoles a los ojos para ver a través de ellos sus miedos para exponerlos como si se tratara de una resaca regeneradora.

Plagado de un carrusel de personajes típicos de Hubert Selby Jr., Johnson encuentra el filtro perfecto a sus efluvios etílicos en una mirada serena, sin maniqueísmos que valgan, hacia una fauna habitada en las sombras por yonkis, borrachos y veteranos de guerra.
Imbuido en una sencillez desarmante, Johnson explica los sentimientos humanos sin ribetes incordiantes, ni kilos de verborrea afectada. Fino estilista de la descripción, a lo largo de “Hijo de Jesús” no sobra ni falta nada. Sus retratos son tan humanos, y por momentos autobiográficos, que resulta imposible no sentirse reconocido con alguna de sus radiografías.
Extractos tomados de la web El Destilador Cultural.
JOUHANDEAU, MARCEL
Tres crímenes rituales
Editorial  IMPEDIMENTA
La vida de Jouhandeau fue un escándalo perenne. Teólogo capcioso y católico practicante, Jouhandeau fue también un celebrante de la abyección y de una especie de metafísica perversa; tachado por muchos de maldito, antijudío y colaboracionista, está considerado un «diseccionador» del alma humana, de la que busca sus secretos mejor guardados. Tortuoso y místico no pudo evitar sentirse atraído por el delito y sus casos más aberrantes. Por ello no extrañó que se convirtiera en el cronista de estos "tres asesinatos rituales", que fueron noticia en Francia después de la guerra. Encuentran en él a un exegeta predestinado.
Este libro escrito en 1962, uno de los mas breves de Marcel Jouhandeau, es, sin embargo, uno de los mas intensos y lucidos de su producción. Tres casos reales, ampliamente documentados en periódicos y anales de la época, que conmovieron a la Francia de posguerra, y que Jouhandeau disecciona con habilidad de cirujano difuminando a la perfección esa línea roja que separa la inocencia de la culpabilidad, la naturaleza bondadosa del instinto primigenio. 
El volumen, de aires gideanos, recoge reflexiones sobre tres de los crímenes mas célebres y horrendos de su tiempo: el de los amantes de Vendome, en el que Denise Labbe mata a su hija a causa del amor que profesa a su novio, acusado de ser el instigador. El proceso del doctor Evenou, un personaje diabólico que asesina a su mujer valiéndose de su sirvienta, Simone Deschamps, tras poner en escena una especie de ritual macabro. Y el crimen del cura de Uruffe, un hombre atrapado y vencido por sus pasiones y fantasmas, quien, tras matar de un tiro a su amante, le abre el vientre y desfigura al hijo que esta llevaba en su seno.
Los libros criminales que hoy lucen todas las estanterías como golosinas, tienen en este escueto volumen un verdadero gurú que nos permite adentrarnos de lleno en esa gruta donde la víctima y el asesino se confunden, del mismo modo que la maldad y la admiración.
De obligada lectura el prólogo de Eduardo Berti para profundizar en el autor y su época.
JULY, MIRANDA
Nadie es más de aquí que tú
Editorial  SEIX BARRAL
“Una vez que comprendí que podía escribir sobre mí misma como si fuera un personaje, resultó fácil”, ha declarado July en una entrevista; y no hay mejor manera de definir su obra. Tintes autobiográficos, desoladora sinceridad, maravillosamente narrados.

Sus personajes se cuecen en una bullente intimidad que no logra fructificar. Los relatos tienen el aroma de la insatisfacción, la vida fallida. Las historias de estos relatos son inquietantes y perturbadoras. Sus protagonistas son seres solitarios y abrumados que, por diferentes motivos, no logran participar del mundo y de la vida.
Los cuentos de Miranda July son viscerales y brutalmente sinceros. Retrata a personas ordinarias que viven una extraordinaria vida interior. Sus páginas nos reflejan sus pasiones, anhelos y fracasos de forma descarnada.
El libro contiene cuatro relatos, un poco más largos que el resto, que son verdaderos estudios entomológicos del alma humana. Los personajes están tan bien desarrollados y la narración posee tal viveza, que casi se entrevé el guión de una película con alguno de ellos. Algo que no necesita nada, narra la historia de una joven enamorada de su mejor amiga, con la que se va de casa. Pero todo sale mal y acaba prostituyéndose en un peep-show bajo la advocación de Natassja Kinski en París,Texas; film con el que, evidentemente, guarda muchas concomitancias.    MIRANDA JULY,  escritora, directora de cine, guionista, actriz, música y artista audiovisual. Su obra es ella misma. Muy personal, muy íntima, de gran intensidad emocional. Sincera.
Se presentó en 2005 con la película Tú, yo y todos los demás, demostrando que tenía un mundo muy personal.          Reseña en este blog
KASCHNITZ, MARIE LUISE
La Sonámbula y más relatos inquietantes
Editorial  HOJA de LATA
Marie Luise Kaschnitz (1901-1974) produjo una obra melancólica y oscura, reflejo de una vida marcada por la convulsa situación política de Alemania. Las sombras del miedo y la angustia planean sobre sus textos. En sus obras está presente el desasosiego que experimentaron quienes vivieron su disconformidad con el nazismo desde el silencio. «Nunca he sido una luchadora», confesó Kaschnitz. 
todos sus cuentos tienen una poderosa vena psicológica y son perturbadores y densos como una confidencia febril. Los relatos incluidos en el presente volumen se podrían dividir en tres grupos. El más numeroso tiene que ver con un tipo de mujer neurasténica y angustiada como en La brizna de paja, Que representa una pesadilla introspectiva sobre la inseguridad y la culpa.  Otro grupo lo componen relatos donde los niños son protagonistas de unas narraciones a la vez angustiosas y mágicas. Casi todos ellos albergan un nítido sentimiento de culpa, como en Nesemann, donde unos niños condenan a un criado por un silencio culposo. El tercer grupo contiene sólo dos relatos, son de índole netamente fantástica y son extraordinarios: Fantasmas e Historia de un barco. Este último nos remite al mejor Kafka. Una viajera sube a un barco sin saber que pondrá rumbo a tierra de nadie, a un lugar perdido fuera del tiempo.
El asunto de la culpa, la traición y la cobardía subyacen en muchos de los relatos narrados desde una enorme intensidad psicológica; lo que nos hace ver el mundo como un enorme laberinto lleno de amenazas.          Reseña en este blog.
KASCHNITZ, MARIE LUISE
La niña gorda y otros relatos inquietantes
Editorial  HOJA de LATA
Doce relatos magnéticos e inquietantes, poblados de personajes anónimos —un matrimonio de viaje por la costa italiana, una abuela que alquila una habitación de su casa, una niña gorda e irritante—, cuya aparente normalidad esconde infinidad de aristas y claroscuros.
Cuentos de título tan enigmático como «La avalancha», «Quién conoce a su padre» u «Osos polares», magistralmente cargados de tensión psicológica y de atmósferas agobiantes pero, al mismo tiempo, hermosísimas. Sus protagonistas, estridentes e impropios en muchas ocasiones, rezuman también calidez humana, la colorida alegría infantil de los sueños y una manifiesta resistencia a perder la inocencia.
Doce pequeñas joyas literarias de oscura belleza, que atrapan al lector desde la primera página.

KAFKA, FRANZ
La metamorfosis y otros relatos
Editorial  CÁTEDRA
Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, se encontró en su cama convertido en un monstruoso insecto. Tal es el abrupto comienzo, que nos sitúa de raíz bajo unas reglas distintas para vivir. Escrito en 1912 y publicado en 1916, este relato es considerado una de las obras maestras del siglo xx por sus innegables rasgos precursores y el caudal de ideas e interpretaciones que desde siempre ha suscitado. La obra de Kafka originó la etiqueta “kafkiano” para referirse a algo inquietante, quizá incluso absurdo, que acaba por escaparse a toda posibilidad sensata de intentar comprenderlo. 
Kafka supo transmitirnos una experiencia fundamental de nuestra vida moderna: que lo sencillo puede ser enormemente complicado. La alienación, el aislamiento y la desintegración del yo que describen sus obras son percibidas y sentidas por los lectores como auténticas experiencias propias de nuestro tiempo.
KAFKA, FRANZ
Cuentos Completos
Editorial VALDEMAR  -Colección Diógenes
La presente edición se propone brindar al lector la posibilidad de acercarse a los textos originales de los relatos de Franz Kafka, libres de las fusiones y «arreglos» arbitrarios a que los sometió su amigo y editor Max Brod tras su muerte, y que han circulado desde entonces en numerosas ediciones fragmentarias.
El volumen reúne todos aquellos escritos de Kafka que pueden ser incluidos en la categoría de «relatos» (sin excluir La metamorfosis, a pesar de su mayor longitud), «narraciones», «piezas narrativas», «poemas en prosa», «cuentos», o «fragmentos» traducidos a partir de los textos originales, sin filtros ni retoques, utilizando para ello los propios manuscritos del autor, y, cuando éstos no se han conservado, las ediciones autorizadas por Kafka. 
El criterio primordial para elegir estos textos ha sido su pertenencia al mundo de la ficción, es decir, no incluimos escritos autobiográficos, como fragmentos de los Diarios, ni otros escritos, como la Carta al padre, en los que Kafka elabora claramente situaciones personales desde una perspectiva alejada de la literatura.
Esta edición, preparada con esmero y gran conocimiento por José Rafael Hernández Arias, ha sido posible gracias a la tendencia iniciada recientemente en los países de lengua alemana de publicar los manuscritos de Kafka en edición facsímil, y su ordenación cronológica nos ofrece un friso de la evolución creadora de este clásico del siglo XX.
KAWABATA, YASUNARI
Historias de la palma de la mano
Editorial  EMECÉ
Esta colección de cuentos fueron escritos entre 1923 y 1972 por Yasunari Kawabata (premio Nobel de Literatura 1968). Kawabata dijo de ellas: «Muchos escritores, en su juventud, escriben poesía; yo, en lugar de poesía, escribí los relatos que caben en la palma de una mano. Entre ellos hay piezas irracionalmente construidas, pero hay varias buenas que fluyeron naturalmente de mi pluma, con espontaneidad… El espíritu poético de mi juventud vive en ellas». Los cuentos están ordenados por año de edición, lo que permite apreciar la progresión en la maestría narrativa de este escritor japonés con una sensibilidad muy desarrollada para las imágenes, el simbolismo y el ritmo. La presente edición es una selección de setenta relatos en los que el autor vuelve a sumergirnos en una atmósfera en la que conviven la soledad, el amor y la muerte.
La mayor parte de Historias en la palma de la mano, traducidas y prologadas por Amalia Sato, provienen de las décadas de 1920 o 1930, si bien el volumen recoge también una suerte de reducción de la novela País de nieve a las dimensiones de un relato, fechado en 1972. Estos relatos transcurren en un medio rural más que urbano y están poblados de mujeres que viven bajo la sombra del peso del pasado. Unas cuantas historias incluyen el tema de la ceguera, que como apunta el mismo Kawabata no necesariamente es sólo la que se padece con los ojos, como tampoco se deja de advertir el interés de Kawabata en las inopinadas tramas de los hilos del destino.

Entre 1921 y 1972, Kawabata (1899-1972) escribió ciento cuarenta y seis relatos breves. Nacido en Osaka, huérfano a muy temprana edad, se trasladó a Tokio en 1917, donde se especializó en literatura inglesa. Poco antes de su graduación, tuvo lugar uno de los mayores desastres en la historia japonesa, anticipo de la destrucción que sobrevendría con la guerra dos décadas más tarde: el terremoto de Tokio de 1923, cuyo efecto más terrible fueron los incendios que se prolongaron por dos días arrasándolo todo. Esta destrucción marcaría el comienzo de la plena influencia occidental, como si de los escombros surgiera una obligada modernidad, que habría de inspirar edificios con influencias de la escuela Bauhaus, y poner de moda el marxismo y el freudismo. En ese mundo tumultuoso nacido de un infierno, el joven Kawabata, inmerso activamente en el mundo literario de las vanguardias, empezó a destacarse por sus reseñas críticas y su ojo para descubrir nuevos talentos; Mishima Yukio sería uno de ellos. Fundó la Escuela Neoimpresionista o Escuela de la Nueva Sensibilidad (Shinkankaku Ha), que buscaba una alternativa centrada en el arte, distinta de la ficción confesional del naturalismo (en su versión japonesa), y también de los escritos políticamente orientados de la literatura proletaria. Los movimientos europeos posteriores a la Primera Guerra Mundial —como el futurismo, el cubismo, el expresionismo y el dadaísmo— ejercieron una enorme atracción sobre el grupo. La importancia del ritmo, las imágenes, el simbolismo, la capacidad para describir estados sorprendentes, fueron intereses que proclamaron desde la revista Bungei Jidai (Edad Literaria) entre octubre de 1924 y mayo de 1927. Finalizado en 1928 el ciclo con ese primer grupo literario, Kawabata conforma con Ibuse Masuji y Funahashi Seîchi, en 1930, la Escuela del Nuevo Arte (Shinko Geijutsu), que acentuó el carácter urbano y la atracción por lo erótico, grotesco y sin sentido, en un contrapunto que algunos, con la rigidez de la literatura proletaria, consideraron frívolo. En la década del 20 y luego del 30 se acentuaron el gusto por las fantasías aberrantes, los desvíos psíquicos o el desarrollo de psicopatologías, por un lado; y el interés en la literatura dedicada a los niños, la debilidad por lo fabuloso y lo fantástico, lo onírico, por otro. Tres meses antes de su muerte, en abril de 1972, Kawabata realizó una operación inédita: redujo su novela País de nieve a un «cuento de la palma de la mano». La miniaturización consistió en convertir la primera cuarta parte de la novela en una sucesión de escenas. Este caso único, contrario a su tradicional método de trabajo por adición, y ejercido sobre su obra más famosa —tal vez otra muestra de su rebelión ante la estructura de la novela—, agrega una nota misteriosa a estos relatos, que inició en la adolescencia y que lo acompañaron con su extraña medida cóncava hasta el final de su vida.
Extractos de la Introducción de AMALIA SATO
KLEIST, HEINRICH von
Relatos completos
Editorial  ACANTILADO
Un volumen que reúne todas las narraciones breves de uno de los principales representantes de Romanticismo alemán justo cuando en 2011 se celebró el bicentenario de su muerte. Son narraciones de una intensidad insuperable en las que algo, muchas veces incluso algo muy puro—como la honradez, la inocencia o el deseo—, pone en marcha una maquinaria infernal que somete a los personajes a grandes pruebas.
La propia vida de von Kleist contuvo todos los ingredientes románticos:  luchó contra las tropas napoleónicas, recorrió toda Europa para ampliar su formación, fue detenido y juzgado como espía ―un extranjero haciendo preguntas...―, vio fracasar todas sus obras teatrales y, con treinta y cuatro años, disparó contra su compañera, enferma de cáncer, suicidándose después.
Esta pasión dramática está presente en toda su obra y más en concreto, en las novelas cortas que escribió en los últimos años de su vida.
Todos los relatos se abran con una conmoción que pone  a sus personajes a prueba, hace que el destino los empuje hasta el límite de forma implacable; convirtiéndolos en unos héroes sorprendentemente modernos: personas comunes de vida tranquila e intachable que de pronto se encuentran en una encrucijada que les hará enfrentarse a las convenciones sociales, a la autoridad e, incluso, a las fuerzas desatadas de la naturaleza. Solos ante la ferocidad del destino en forma de deshonor, injusticia o catástrofe, se revelarán como héroes o rufianes
La prosa de Kleist siempre es vertiginosa: el encadenamiento de causas y efectos funciona como un mecanismo de relojería obsesionante, con resultados devastadores.
Esta situaciones límite muestran al mundo como un desorden frenético en el que no hay nada a que agarrarse y en el que no sirven ni la ley, ni la autoridad, ni la jerarquía, que más bien se ponen al servicio del caos. El ser humano aparece así como un enigma lleno de paradojas, como un ser a la vez angelical y diabólico.
LABBÉ, CARLOS
Caracteres blancos
Editorial  PERIFÉRICA
Un hombre y una mujer deciden escapar de la ciudad al desierto. Llevan solamente dos botellas de agua y un cuaderno con las páginas en blanco. Cegados por el sol, pasan los días de ayuno leyéndose el uno al otro los capítulos que han escrito ahí con tinta blanca: el momento en que un padre descubre que su hija es un pez, el día en que los parques y los jardines fueron cerrados con candado para siempre, las aventuras de un aspirante a escritor en las playas argentinas; la reescritura del texto budista Dhammapada, de un libro de Nathaniel Hawthorne y de La vida breve de Onetti; la posibilidad de que alguien viva en las escaleras de un edificio, el estudiante que pregunta por el alma de Santiago a los oficinistas del centro, el asesino que culpa de sus crímenes a los Dimú, la visión profética que Pitágoras tuvo de los campos rancagüinos y la noche en que el desastre petrolero pudo ser evitado con la construcción de un arca.
Caracteres blancos, primer libro de cuentos del joven escritor chileno Carlos Labbé, uno de los narradores más singulares de toda Latinoamérica, es también una novela hecha de relatos que se preguntan si la oscilación entre delirio y austeridad es la única manera de hablar fielmente –en el desierto y con hambre– del amor.
Carlos Labbé nació en Santiago de Chile en 1977. Se licenció en Letras mención Literatura y Lingüística Hispánica con una tesina sobre Juan Carlos Onetti. Más tarde alcanzó el título de Magíster en Letras mención Literatura con una tesis sobre Roberto Bolaño. Músico pop, guionista de cine y televisión, crítico literario y editor, publicó en 2004 su novela Libro de plumas (Ediciones B, Chile, 2004), que lo convirtió en uno de los nuevos referentes de la literatura chilena. Las novelas Navidad y Matanza (2007), Locuela (2009) y Piezas secretas contra el mundo (2014), publicadas por Periférica con excelentes críticas, amplificaron ese reconocimiento, consagrando a Labbé como un nombre indiscutible de la nueva literatura latinoamericana (fue seleccionado por la prestigiosa revista Granta como uno de «los mejores narradores jóvenes en español»). En 2011 apareció, también en Periférica, su libro de relatos Caracteres blancos.
LACRUZ, MARIO
Un verano memorable y otras historias
Editorial  MENOSCUARTO
En este volumen se recoge el núcleo esencial de la narrativa breve escrita por Mario Lacruz, prestigioso editor y novelista poco dado a publicar, para quien el relato siempre fue un verdadero reto. Leyendo esta colección de cuentos, algunos de los cuales pertenecen al inesperado legado de su obra póstuma, comenta Muñoz Molina en el prólogo: «algo excepcional sucede siempre, en un abrir y cerrar de ojos, algo que casi no da tiempo a presenciar o que permanece invisible, un crimen en un covento, el parto de una muchacha aterrada en un refugio de montaña, la decisión de un hombre de asentarse en el mundo para velar por la mujer y los hijos de su hermano muerto. Algo atroz y sin explicación puede estallar de pronto...».

LAHIRI, JHUMPA
Tierra desacostumbrada
Editorial  SALAMANDRA
El inmenso talento literario de Jhumpa Lahiri (Londres, 1967) se basa en que es capaz de contar una y otra vez la misma historia, relatos de inmigrantes indios en la Costa Este de Estados Unidos, y que siempre sea diferente. La crítica la ha comparado con una miniaturista por su capacidad para describir con precisión un mundo pequeño mientras lo convierte en universal. Pero sus relatos son mucho más, se quedan flotando en la memoria durante horas, durante días porque, en el fondo, tocan los temas más importantes de la vida: el amor, la familia y la identidad.
Su libro Tierra desacostumbrada reúne ocho cuentos, aunque los tres últimos forman en realidad una pequeña novela, la historia de Hema y Kaushik. El relato arranca en su niñez, sigue en su juventud y acaba reuniéndolos en Roma cuando ella es una experta en el mundo clásico, que investiga la civilización etrusca, y él un fotógrafo de guerra a punto de colgar las cámaras. Estas cien páginas constituyen una joya literaria que genera constantes emociones en el lector. Su viaje a la ciudad toscana de Volterra, solitaria, herida, magnífica, llena de fantasmas etruscos, será algo muy difícil de olvidar para todos aquellos que recorran estas páginas.
Por su primer libro, El intérprete de enfermedades, recibió el Premio Pulitzer a la mejor obra de ficción cuando acababa de cumplir 32 años. Fue un galardón sorprendente, que Jhumpa Lahiri vivió con una mezcla de ilusión e incredulidad. Luego escribió una novela, El buen nombre, que relata la historia de una familia india desde que emigra a Estados Unidos hasta que sus hijos crecen ya convertidos en ciudadanos del nuevo mundo. El libro fue llevado al cine por la realizadora india Mira Nair en 2006. Con Tierra desacostumbrada -título tomado de Nathaniel Hawthorne-, regresa a sus temas eternos, al mundo de los pequeños dramas familiares, de los indios que luchan toda su vida por adaptarse a un mundo nuevo, a las historias de amor cansadas, a lo nunca dicho que pesa mucho más que lo dicho. Es una lectura absorbente, llena de sorpresas.
Extractos tomados del artículo de Guillermo Altares en ElPaís.com
LAHIRI, JHUMPA
El intérprete del dolor
Editorial  SALAMANDRA
Los nueve relatos que componen este libro revelan la maestría de Lahiri para trazar una compleja cartografía emocional, la de una serie de personajes que en su búsqueda de la felicidad traspasan fronteras geográficas, culturales y generacionales. Ambientadas tanto en la India como en Estados Unidos, estas historias despliegan la riqueza y la profundidad de la mirada de Lahiri, capaz de detectar los más sutiles conflictos en las relaciones humanas y plasmarlos con una delicadeza incisiva y conmovedora. Nadie que, por cualquier motivo imaginable, se haya sentido alguna vez en su vida extraño y alienado del mundo podrá evitar darse por aludido en estos relatos.
Una pareja que deja de quererse, un niño que lo observa todo en silencio, una mujer enferma que solo necesita ser alguien y es madre, una realización vital fuera del lugar de origen. Estos son algunos de los temas que aparecen en El intérprete del dolor, siempre bañados por lo bengalí. Comida, tradiciones, ropa, aspecto, nombres; todo son guiños a la cultura de la que Lahiri es hija. Con esa mezcla, transitando paisajes y vidas con sello estadounidense, nos introducimos en historias donde el choque cultural se agarra de la mano de choques vitales, sentimentales y trágicos, porque este libro es también un ejemplo de la maestría con la que se pueden llegar a narrar las relaciones entre personas.Ganadora del Premio Pulitzer, Jhumpa Lahiri es una de las jóvenes voces del mundo literario capaz de narrar la mezcla y el tránsito entre su mundo de raíces bengalíes y el que la crió, el estadounidense. Pero no esto no es lo más importante. El intérprete del dolor, primera colección de cuentos de la escritora, es la vida cotidiana representada en unos relatos extraordinarios que recogen el aroma y la textura de las más profundas emociones. Una incursión a la intimidad de las personas que, indefectiblemente, resulta cautivadora por su belleza, su poder de evocación y la perennidad de su discurso.
LAGMANOVICH, DAVID
Los cuatro elementos
Editorial MENOSCUARTO
El escritor argentino David Lagmanovich cultiva en Los cuatro elementos las distintas modalidades narrativas del microrrelato actual. Así, encontramos visiones de la realidad social contemporánea, fábulas modernas, reescrituras de textos célebres y una exploración de los límites de la brevedad, sin que tampoco falten cuatro aterradoras visiones de un posible fin de los tiempos. Pero, además, en estas piezas medita sobre las características del fenómeno mismo de la literatura, agregando siempre un elemento de humor, más delicado o más ácido según el caso, recursos que lo aproximan al lector.
Lagmanovich practicó la poesía, el ensayo y diversas formas narrativas, pero fue ante todo uno de los máximos referentes de la microficción. Como antólogo, publicó Microrrelatos (Tucumán, 1999); La otra mirada. Antología del relato hispánico (Palencia, 2005); El microrrelato. Teoría e historia (Palencia, 2006). Como ensayista, El microrrelato hispanoamericano (Bogotá, 2007). Como cuentista, varios libros, entre ellos La hormiga escritora, Casi el silencio, Los cuatro elementos y su reciente Historias del mandamás y otros relatos.
LANDOLFI, TOMASSO
Invenciones
Editorial   SIRUELA
Conocido y admirado en casi toda Europa, Tommaso Landolfi (1908-1979) es un escritor prácticamente inédito en España. Nada mejor para adentrarse en su fantasía perversa y en su versatilidad inventiva que estos cincuenta y dos relatos, prologados y seleccionados por Italo Calvino.
El don de captar la atención y de provocar la maravilla del lector, Landolfi lo tuvo en grado sumo (de sus maestros del romanticismo «negro» había heredado el gusto por el cuento de efecto y suyos, en toda su plenitud, eran la agilidad, el brío y la riqueza sin igual de los recursos verbales capaces de garantizarle una escritura comunicativa en su máximo grado). Pero la fama de impracticabilidad y extrañeza que caracterizó su personaje legitimaba la convicción —nunca hasta ahora desvanecida— de que su obra debía ser «para unos pocos». 
En una obra como la de Tommaso Landolfi la primera regla del juego que se establece entre autor y lector es que, más pronto o más tarde, hay que esperarse una sorpresa, y que esta sorpresa nunca será agradable o consoladora, sino que tendrá el efecto, en el mejor de los casos, de una uña que chirría contra un cristal o de una caricia a contrapelo o de una asociación de ideas que inmediatamente se querría arrancar de la mente.
Pero el juego de Landolfi es más complejo. Alrededor de una idea —casi siempre una invención pérfida u obsesiva o escalofriante— se organiza un cuento de elaborada ejecución planteado casi siempre sobre una voz que parece ser el eco de otra voz.
El jugador —casi siempre en primera persona y, a veces, en tercera— es el protagonista más frecuente de sus cuentos y de sus meditaciones, a los que cada vez más sirven de escenario las ciudades que tienen un Casino.
Reseña en este blog.
LAVIN, MARY
En un café 
Editorial  ERRATA NATURAE
Pocos han oído hablar de Mary Lavin, pues no contábamos con traducciones de su obra en nuestra lengua; sin embargo, a partir de ahora, estamos convencidos de que estos magníficos relatos formarán parte del imaginario de muchos lectores. Lavin es eso que llamamos un clásico contemporáneo. ¿Los escenarios? La Irlanda verde, campestre y tan atractiva como dura, y la Irlanda de las ciudades oscuras y grises ―en ocasiones recreada, revivida, desde Estados Unidos―, la de la memoria y el deseo de tantos jóvenes expatriados, de tantas viudas. Un libro a la altura del «Dublineses» de Joyce en muchos momentos. En la senda de Chéjov unas veces, de Katherine Mansfield otras ―y anticipando la obra de Edna O’Brien―, los relatos de Lavin sorprenderán y cautivarán a los lectores en español, y les mostrarán también el poder que encierra un «simple» cuento, lo formidable y evocador que puede llegar a ser ese «artefacto narrativo» antiquísimo e inigualable… Una de las certezas que tenemos al leer esta reunión de historias es que, todas juntas, forman casi una cosmogonía, la novela de una vida, de una familia, de un país. Y pese a estar muy arraigadas en la sociedad irlandesa de su tiempo, trascienden la época y el lugar, pues se ocupan de temas centrales, y desde perspectivas por las que no pasa el tiempo: el amor, el desamor, la familia, la maternidad, la emigración, los tabús...
LENZ, SIEGFRIED
El barco faro
Editorial  IMPEDIMENTA
El volumen está integrado por la novela corta que da título al libro y un pequeño grupo de relatos. En todos ellos pesa la opresión de un tiempo que se acaba y la amenaza del fracaso. Al capitán del barco faro le obsesiona una mácula en su pasado de la que busca redención. Prácticamente todos los personajes arrastran una tristeza pesada, una opresión (a veces política, como en El amigo del gobierno y en Los humores del mar). En muchos personajes se produce un debate inconcluso entre el deber, el ser (en busca de la felicidad) y la culpa; para erigirse finalmente como una obra alegórica en la que están muy presentes el peso y las heridas de la segunda Guerra Mundial.
Tanto en "El barco faro" como en "Los humores del mar" -para mí el mejor del resto de los relatos, donde unos fugitivos huyen de la opresión tras el Telón de Acero, cruzando dramáticamente el Báltico-; los personajes se sienten prisioneros. Por eso el barco faro se erige como una gran alegoría. Para el capitán Freytag representa el deber, algo innegociable para él; aunque también lo sospecha inútil.
Reseña en este blog.
LARDNER, RING
A algunos les gustan frías
Editorial  ACANTILADO
Colección de relatos breves de este autor norteamericano representativo de la narrativa del primer tercio del siglo XX. Se hizo famoso por sus comentarios en la liga de béisbol, amigo íntimo de Fitzergald y de su generación. En sus relatos nos muestra la sociedad norteamericana de la clase media, bajo una mirada irónica y humorística acaba aflorando el engaño y la desilusión. Hay que destacar el relato que da nombre a la colección y "Campeón". Citado por Salinger en su obra El guardián entre el centeno.
La ironía de Ring Lardner, su imaginación brillante y su capacidad para dibujar situaciones centradas en el corazón de los hechos cotidianos de la vida lo convirtieron en uno de los nombres más significativos de la narrativa breve norteamericana de la primera mitad del siglo XX. Humorista enemigo de la petulancia, la presunción y la ignorancia arrogante, fue admirado por Hemingway, Scott Fitzgerald o Virginia Woolf, y, durante los años 20, fue uno de los autores más leídos de Norteamérica. Hoy mantiene incólume su gracia y vivacidad. El libro que presentamos contiene diez de sus mejores relatos.Le apasionaba el béisbol, y como a muchos de su generación, el juego y la bebida. Durante años siguió las andanzas de un equipo, los Chicago White Sox, con cuyos jugadores compartió amistad, confidencias y juergas, muchas juergas. El bueno de Ring llegó a colaborar en más de 100 periódicos.
Este enorme volumen de trabajo no sirvió, desde luego, para que se apartara ni un ápice de sus 'sanas' costumbres: se dice que era capaz de escribirse las columnas comprometidas en un par de días y que dedicaba el tiempo sobrante a beberse todo el alcohol que cabía en su enorme corpachón -casi dos metros de altura-. Lardner era un invitado habitual de los 'saraos' de moda y compartía amistad con personajes como Scott Fitzgerald, que vivía cerca de él y con el que se encontraba, al parecer jugando al bridge, cuando le sobrevino el ataque al corazón que le llevó a la tumba cuando tenía 48 años y estaba afectado de cirrosis y tuberculosis. El autor de 'El gran Gatsby' escribió una impresionante epístola fúnebre en memoria de su amigo y compañero de copas. Hasta aquí la vida. La obra, como no podía ser de otro modo, se ajusta a ella como el anillo al dedo. Acumuló un bagaje de experiencias impagable que plasmó con excepcional oficio en sus escritos. El periodismo fue, en este sentido, una magnífica escuela, pero no sólo eso, ya que la literatura de Lardner, en cuanto traducción exacta del lenguaje oral, no abandonó nunca su carácter 'periodístico'. La prosa del escritor es un prodigio de viveza, pero también de economía: cualquier recurso que no sirviera al relato era rechazado de plano. Este dato debería servir de ejemplo a muchos aprendices obsesionados con el estilo; en Lardner, padre de esa 'técnica americana' que luego han continuado autores como Raymond Carver o Richard Ford y que algunos llamaron durante un tiempo 'realismo sucio', el estilo es precisamente la invisibilidad del estilo. La prosa brota con firmeza, con una naturalidad tan increíble que puede abrumar al lector, especialmente al que haya escrito o pretenda escribir algún día, que, si es humilde, eso sí, podrá aprender del mejor maestro; si no, se sentirá frustrado ante la grandeza de Lardner, uno de los autores más plagiados de todos los tiempos, por cierto. 
Extractos tomados del blog TintaNegra.
LE, NAM
El Barco
Editorial   LITERATURA RANDOM HOUSE
Esta colección de relatos me ha dejado un espléndido sabor de boca. Seis de los siete cuentos que lo componen (más bien novelas cortas en algún caso), sumergen a su protagonista en situaciones terribles a nivel emocional: enfermedad, arrepentimiento, muerte. Situaciones extremas pero cotidianas y verosímiles al 100%. Sorprende la versatilidad del autor, capaz de situar cada uno de ellos en diferentes puntos del globo y resultar creíble en todos los casos. "Cartagena" transcurre en Colombia, "Encuentro con Elise" en Nueva York, "Halflead Bay" en una degradada y poco atractiva ciudad costera de EE.UU. "Hirosima" en Japón, "Llamada de Teherán" en Irán y "El Barco" en Vietnam.
Asombra también la forma en que Nam Le se pone en la piel de personajes muy dispares, pero logra siempre que cada historia sea absolutamente creíble. El primero de los relatos, "Amor y honor y piedad y orgullo y compasión y sacrifico", es claramente autobiográfico y no tan al límite como los ya mencionados, pero el resto lo protagonizan, respectivamente, un sicario miembro de una pandilla, un reconocido artista -ya viejo y decrépito-, un adolescente que estudia secundaria, una niña refugiada, una joven profesional que atraviesa una crisis personal y por último, una adolescente que abandona ilegalmente su país para huir del régimen comunista. Y lo que ya ha terminado de convencerme sobre la calidad de este escritor, es que sea capaz de hacer protagonistas de sus relatos a mujeres ("Llamada de Teherán", "El Barco") y que sus palabras se lean con total naturalidad como dichas por una mujes.     
Reseña tomada del blog Das Bücherregal

LEE, VERNON
La voz maligna
Editorial   ATALANTA
Violet Paget -sorprendió al mundo al publicar a los veinticuatro años un erudito estudio sobre la música italiana del siglo XVIII. Desde entonces, esta inglesa italianizada fue considerada una especialista en este campo. Pero, como dice Mario Praz, “la cualidad principal de esta escritora no es la erudición crítica sino la fantasía”. Poseía un talento especial para evocar ciertas épocas del pasado, interpretar lugares y, sobre todo, recrear ambientes. Este volumen reúne tres de sus mejores cuentos fantásticos. La atmósfera envolvente de “La muñeca”, con su palacio arruinado, nos conduce al encuentro de un objeto fascinante. En “Amour Dure”, el anhelo de un historiador polaco de viajar a Italia para encontrarse cara a cara con el pasado, le lleva a enamorarse de una “dame fatale” del siglo XVI, la bella Medea da Carpi, que no solo le hará revivir la época cruel en la que vivió sino que le preparará un pavoroso encuentro nocturno. “La voz maligna” es la historia de un músico wagneriano que cae hechizado en los canales venecianos por el canto suave, irresistible y maligno de “un soprano” famoso del dieciocho que, además de “castrati”, había sido asesino.Vernon Lee es una espléndida narradora del simbolismo gótico, fascinada por la femme fatale.
El extenso perfil biográfico de Menchu Gutiérrez que cierra este libro nos permite conocer de cerca la personalidad de ese “maravilloso cerebro con ropas femeninas”, como la definió Henry James.
J. M. Guelbenzu apuntaba en Babelia: «Estamos ante tres exquisitas piezas de anticuario, soberbia presencia del pasado, que no pueden por menos de fascinar a cualquier lector sensible. El amueblaiento de la escritura es extraordinario y la descripción, tanto física como de sentimientos, está extraordinariamente cuidada... Sí, son tres piezas de anticuario, pero de esas que el comprador que ha revuelto por toda la tienda se lleva a casa con una reconfortante sensación de felicidad.»
LEE, VERNON
El príncipe Alberico y la dama serpiente
Editorial  VALDEMAR  -Colección Gótica-
Vernon Lee es una de las representantes más conspicuas del relato fantástico en lengua inglesa, primorosamente escrito y abrumadoramente bien documentado en su ambientación histórica y artística, con un tenue toque perverso muy característico, que incluye mujeres maléficas, divinidades paganas que se resisten a ser olvidadas, objetos del pasado cargados de malevolencia, fantasmas aficionados a la música… La colección que nos propone Valdemar se abre con “La Virgen de los Siete Puñales“, una fantasía esperpéntica -no muy convincente por exagerada-, ambientada en la España de los Austrias, trufada de magos e inquisidores. En “Dionea” se retoma el tono habitual de la autora, serio pero no carente de una suave ironía: un eco del maravilloso librito de Heine, Los dioses en el exilio. Una inquietante niña náufraga, con el sospechoso nombre de Dionea (Dione es la madre de Afrodita en la mitología), es recogida para ser educada de beneficencia en un convento de monjas italianas… La perturbación que provoca esta femme fatale de raza está asegurada. “Marsias en Flandes” guarda un estrecho parentesco con el relato anterior, aunque con menos encanto y ambientado en Francia (en el antiguo Condado de Flandes): no siempre es posible cristianizar las reliquias del paganismo. “La Muñeca” y “Amour Dure” son dos de los más conocidos y logrados relatos de la autora: la dolorosa pervivencia del pasado, que es preciso exorcizar; y la fatal posesión que una aristócrata del siglo XVI, Medea da Carpi, ejerce sobre un joven erudito polaco seducido por su mortífero encanto. “San Eudemón y el Naranjo” es uno de los tres relatos inéditos presentados por Valdemar en esta edición (junto con “La Dama y la Muerte” y “El Papa Jacinto“): una estatua de Venus que sale a la luz y un anillo de compromiso reacio a ser devuelto tejen esta amable parábola de santidad, quizás un homenaje a la “Venus de Ille” de Mérimée. “El príncipe Alberico y la dama Serpiente” es un texto artísticamente trabajado, testimonio, en cada una de sus líneas, de las inquietudes históricas, estéticas y anticuarias de la autora. Los amores de un príncipe con una serpiente, la dama Oriana, que alberga celosamente en una jaula, a la espera de esa hora feliz en que recupera su figura humana. Lo bueno si breve… “La leyenda de madame Krasinska“, o los peligros de tomarse con ligereza las miserias ajenas. Cierra esta antología “Oke de Okehurst, o Un fantasma enamorado“, una ambigua nouvelle con un estilo cercano al de Henry James en sus relatos de fantasmas.
Quien, una vez terminado el libro de Valdemar, todavía quiera leer algún relato más, podrá acudir a la antología de Vernon Lee publicada por Reino de Redonda (Amor dure y otros relatos, 2007), que incluía el titulado “Sor Benvenuta y el niño Jesús. Una leyenda del siglo XVIII“.
Extractos tomados del blog SaltusAltus
LIGHTMAN, ALAN
Los sueños de Einstein
Editorial  LIBROS del ASTEROIDE
¿Quién no ha experimentado alguna vez que el tiempo transcurre más rápido de lo acostumbrado cuando uno lo está pasando bien? O que resulta interminable cuando te aburres o vas al dentista. O que cuarenta años de vida pasaron en un instante. Cualquiera lo ha sentido. Porque el tiempo, esa dimensión en la que nos va la vida, no es de fiar.
En 1905, mientras trabajaba en una modesta oficina de patentes en la tranquila ciudad suiza de Berna, el joven Albert Einstein esbozaba su teoría de la relatividad, una nueva concepción del tiempo. Gracias a él sabemos que el tiempo no es una dimensión absoluta y, por tanto, no se mide igual en todas las circunstancias ni es el mismo en cada punto del Universo.
Inspirándose en estos humildes inicios, el físico y profesor de Humanidades en el MIT Alan Lightman imagina a un Einstein de ficción que, en esos meses previos a la elaboración de su teoría, sueña cada noche con mundos en los que el tiempo se rige de maneras diferentes. En un mundo, el tiempo se congela en el momento en el que somos más felices, en otro, el tiempo transcurre hacia atrás o bien avanza más rápido en un barrio que en otro. Sueña también qué sucedería si conociéramos el fin del mundo de antemano, si no tuviéramos recuerdos o si no tuviéramos futuro. Son treinta relatos breves
en los que, con un espíritu muy similar al de Italo Calvino en sus Ciudades invisibles, Einstein se plantea cómo sería el mundo, cómo se comportaría la gente si el fluir del tiempo tuviera una naturaleza distinta a la que conocemos. Si el tiempo fuera circular y todo se repitiera exactamente una vez y otra hasta el infinito, ¿no sería una pesadilla? Y en un mundo en el que pudiéramos atisbar una imagen del futuro ¿trataríamos de oponernos o dejaríamos de actuar por completo? Imaginemos un mundo donde el tiempo es local y corre a diferente velocidad según en qué ciudad estés, ¿haríamos turismo o sería una experiencia demasiado perturbadora?
Los sueños de Einstein apareció por primera vez en 1992 y ha venido recibiendo excelentes críticas tanto literarias como científicas. Contiene humor, melancolía, lirismo, ciencia y una buena dosis de ternura por el ser humano.

LISPECTOR, CLARICE
Silencio
Editorial   GRIJALBO
Magris o Sebald necesitan de la Geografía y la Historia para elaborar sus textos literarios más allá de tramas y personajes. Pero Lispector no necesita nada, únicamente su ímpetu interior, "la vehemencia de su sinceridad" tal y como la practican los dos amigos protagonistas de "Desvanecimiento". Este relato hurga en la amistad profunda y sincera hasta la extenuación. La autora lanza a los dos protagonistas a la intimidad total, a la identificación con el otro hasta confundirse.... para llegar a la conclusión de que no hay nada más allá de uno. Que volcarse en otro sólo ofrece un recipiente finito a nuestra alma insondable. Nada hay más allá de la soledad.
Y a la soledad se dedica la autora, al infinito de su intimidad. La narración "Tempestad de almas" es una confesión que busca "la locura de la franqueza". Ahí quedan reflejados de forma descarnada su anhelo de escribir y su innegociable aliento de intimidad.
"Marli Oliveira, yo no te escribo cartas porque sólo sé ser íntima. Además, sólo sé ser íntima en todas las circunstancias, por eso, soy muy callada”
Lispector nos ofrece textos hermosos y vibrantes. Su afán por volver su mirada hacia su más profundo pálpito nos resulta audaz y rotundo. En sus palabras fluye lo consciente y lo inconsciente con una franqueza realmente intrépida.
Reseña en este blog.
LISPECTOR, CLARICE
Felicidad clandestina
Editorial  GRIJALBO
Clarice Lispector fue una de las escritoras más relevantes del siglo XX. De nacionalidad brasilera, nació en Ucrania en 1920. Escritora temprana, estudiaba derecho mientras colaboraba con periódicos y revistas. Su primera novela Cerca del corazón salvaje fue publicada cuando apenas contaba con veintiún años. Hasta su temprano fallecimiento, en 1977, la escritora brasileña cautivó con su “no estilo”, como ella misma lo catalogaría; apreciable en novelas como La pasión según G.H (1964) o Un soplo de vida (1977) novela que escribió poco antes de su muerte. 
En Felicidad clandestina, es capaz de aflorar desde un hecho sencillo, todo un mundo complejo y extraño. En sus relatos no tiene prioridad el acontecimiento en sí, sino como lo vive el personaje. Lispector es capaz de llegar a revelar las inquietudes más recónditas de los protagonistas. 
Los veinticinco cuentos del volumen tratan temas como la esperanza o el amor, entre otros. En Los desastres de Sofía, una niña se enamora de su profesor y decide convertir el tiempo que comparten en un infierno para el hombre. En Felicidad clandestina, nos muestra la maldad arbitraria. Una niña sufre el sadismo de una compañera, hija de un librero, que la tortura prometiendo prestarle un libro que jamás le dejará.
En estas páginas predomina una gran introspección y asistimos a unas vivencias existenciales que reflejan la tortuosa búsqueda de la felicidad. 
L´ISLE-ADAM, VILLIERS de
Cuentos crueles
Editorial  ESPASA-CALPE   -Colección Austral-
El conde de Villiers de L´Isle-Adam (1838-1889) fue el vástago de una noble familia arruinada. Su padre pasó la vida obsesionado por los supuestos tesoros que perdieron sus antepasados, delirio que heredó su hijo y que sublimó creando un arte quimérico y extraño que tuvo su influencia en toda la creación literaria moderna. Sus cuentos son fantasmagóricos, transcurren en atmósferas alucinantes, son protagonizados por muertas, como Vera, que espera en su casa al que ha ido a enterrarla o convidados inesperados y extraños como el Conde Saturno en "El convidado de las últimas fiestas" cuando, al final de un baile de máscaras, en el cenáculo reservado, entre bellas mujeres y elegantes caballeros, se destaca alguien incierto, aristócrata o verdugo, que tiene una enfermiza obsesión por perfeccionar el arte de... (léelo en el libro, te sorprenderá) mientras todos esperan a que el alba aclare el enigma.
En el año 1884 Paul Verlaine publicó un libro titulado Les Poètes maudits. La edición aumentada y definitiva del libro se publicó en el año de 1888. En esta obra se honra a seis poetas: Tristan Corbière, Arthur Rimbaud, Stéphane Mallarmé, Marceline Desbordes-Valmore, Pobre Lelian (“Pauvre Lelian” en el original francés, anagrama del propio Paul Verlaine) y el que nos interesa, Auguste Villiers de L’Isle-Adam.
El conde publicó en 1883 Contes Cruels. Manuel Granell, traductor de la edición en español nos cuenta en el prólogo del libro:
«… El copioso sedimento de hazañas familiares, su terrible herencia del pasado gravita como una maldición sobre su ser. Se siente deambulando entre fantasmas, entre los muertos. Esta será su obsesión. Por sarcástica paradoja, las ilusiones de su vida interior están ateridas por las heladas ráfagas de la muerte. Su cráneo de soñador es una calavera en risa inextinguible…»
Auguste Villiers de L’Isle-Adam tiene una prosa lírica que se deja leer con una facilidad inusitada y con una gran riqueza de vocabulario.
LORENTE, RAFAEL
El hombre boscoso
Ediciones del COTAL
Creo no faltar a la verdad si califico este libro de rareza, lo cual, lejos de suponer merma alguna en su valoración, es todo un elogio. Es una rareza por su personal y difícilmente comparable estilo, por su recurrente llamada a la comunión con la naturaleza (en 1979, tiene su mérito) y por la voz propia que Rafael Lorente, tan valiente como libre, le supo dar a sus relatos, y sospecho que a cualquiera otra de las múltiples actividades que desde la diplomacia a la promoción turística o a la poesía ocuparon su vida. La última actividad, la poesía. impregna su narrativa hasta el punto de que el prologuista, Enrique Tierno Galván (sin duda un activo de la edición) lo califica de libro poético en prosa.
Una de las cosas que más llaman la atención de estos textos es su precisión y la contundencia de su expresión.
“Apareció esa tarde, como llovido por una nebulosa parturienta de engendros. En ocasiones surgía así, de improviso, ya en las estribaciones del crepúsculo, en el paseo resbaladizo y recompuesto de la ciudad adormecida. Era un gigante hosco y agorilado, de recias mandíbulas, pómulos salientes y opaca la mirada de un azul desteñido y casi blanco; y, por añadidura, cejijunto, enormes y de escarolados bordes las orejas, con frecuencia fruncidas hacia dentro.”

Sin embargo, y temo que esto no haría especialmente feliz al autor, los primeros cuentos (incluido el que presta su título al volumen), aún deslumbrando por su dominio del lenguaje, no terminan de lograr la conexión con el lector que cabe suponer que éste desearía, ya que Rafael Lorente expone su peculiar concepción ecológicotelúricoeróticohumanista, por decirlo de alguna manera, de la vida, y, como sucede en estos casos, cuando el lector no se identifica con la filosofía expuesta, su capacidad empática y, por tanto, su disfrute lector, se resienten. Sin embargo, en el resto de los cuentos, cuando el autor simplemente cuenta historias, alcanza su narrativa su mayor esplendor.
Es de destacar el erotismo, excepcionalmente presente en la obra, como fuerza motora de estos textos. Pero no se trata de un erotismo escénico ni de un recurso estilístico, sino de una fuerza que mueve y motiva a los personajes y explica sus interrelaciones de la misma forma que las de estos con la naturaleza.
La otra fuerza vital de estos relatos, el culto a la naturaleza, se expresa con especial sensibilidad en los personajes animales, y dentro de estos destaca la emotividad con que se trata a los perros en los diferentes relatos en que aparecen, algo que no es especialmente fácil ya que los riesgos del antropocentrismo y de la sensiblería frecuentemente están presentes cuando aparecen personajes animales y sólo el talento vacuna eficazmente a los relatos frente a esos riesgos.    
Extractos tomados del blog LibrosyLiteratura.es
LUGONES,  LEOPOLDO
Cuentos fatales
Editorial  ENEIDA
Cuentos Fatales es una recopilación de cuentos fantásticos del escritor argentino Leopoldo Lugones. Publicado en 1924, el libro reúne cinco relatos que aparecieron en el diario La Nación entre los años 1923 y 1924. En ellos se puede apreciar el interés del autor por el ocultismo y el espiritismo.Tres de los textos son de tema esotérico oriental: "El vaso de alabastro", "Los ojos de la reina" y "El puñal"; mientras que "El secreto de Don Juan"se inserta en el mito literario clásico. "Agueda" recorre un tema legendario de Córdoba: el bandido que roba a los ricos para ayudar a los pobres, el hombre totalmente enamorado de la bella y el rapto de la mujer amada.
En los tres primeros cuentos hay un elemento innovador, que resaltó Borges: "Da cierta realidad a estas imaginaciones fantásticas, un procedimiento que ha encontrado muchos imitadores: Lugones es protagonista de lo que narra y en la acción intervienen amigos suyos, con su nombre verdadero".
Esta es la segunda colección de historias de Lugones tras la publicación de Las Fuerzas extrañas, relatos de una fantasía más cientifista que esotérica. Este cambio de orientación provocó que el recibimiento del volumen fuera tibio.
Pese a que, para la época, la ciencia ficción era lo que hacía de Lugones un cuentista innovador y el alejamiento de ella representaría un retroceso, Cuentos fatales, revela un punto de inflexión en la narrativa fantástica latinoamericana. Si bien Lugones utiliza tópicos ya para ese entonces clásicos de la literatura universal y argentina (el retorno de la momia, la venganza, el gaucho payador y el don Juan), no se trata de elecciones accidentales o conservadoras. Lugones buscaba enfatizar el carácter cíclico de la literatura y de la vida humana, a la vez que atacaba las convenciones racionalistas que dominaban su escena literaria. 
LUGONES, LEOPOLDO
Las fuerzas extrañas
Editorial CÁTEDRA
Esta recopilación de una docena de relatos constituye un pilar fundamental en el desarrollo de la literatura fantástica y la Ciencia-Ficción en la Argentina. La mayoría de los cuentos siguen una pauta común: el narrador es el amigo de un sabio ermitaño que lo ha invitado a conocer el resultado de sus experimentos. Se sugiere que las investigaciones tienen un cariz diabólico, ya que cometen la blasfemia de violar los límites del conocimiento humano, usando en su ayuda a seres equívocos. Siguen este esquema "La fuerza Omega", sobre el violento poder del sonido; "La metamúsica", sobre la visualización de la música; "Viola acherontia", en el que un jardinero intenta dotar a las flores de la capacidad de asesinar; "El psychon", acerca de un sabio que quiere materializar los pensamientos. Otros dos relatos tienen como protagonistas a los monos, un elemento que se repite en la literatura de la época, quizás reflejando la profunda conmoción que había causado la teoría de Darwin sobre la evolución de las especies. En "Un fenómeno inexplicable", un inglés ve su sombra como la de un mono y hasta siente que toca unos dedos peludos cuando se estrecha una mano con la otra. En "Yzur", el narrador intenta hacer evolucionar un mono para saltar el abismo que lo separa del lenguaje. "El origen del Diluvio" describe los seres y el paisaje anteriores al Diluvio, conectando esa remota época con la nuestra a través de una médium. Los cuentos están plagados de explicaciones seudocientíficas que por lo general resultan convincentes, tanto que en algunos casos se acercaron a realidades científicas posteriores.
Por el momento de su aparición y las características temáticas y estéticas de los cuentos que lo componen, Las fuerzas extrañas se inscribe en el movimiento del Modernismo. A diferencia del escritor naturalista, el modernista comienza a fragmentar el orden causal de percepción y razón para alterar los supuestos de aprehensión del mundo sustentados en el principio lógico de lo real.
Los cuentos de Las fuerzas extrañas se estructuran según un desarrollo lineal y progresivo: comienzan en medias res y discurren por una línea de misterio y sorpresa crecientes hasta alcanzar un instante de intensidad máxima cercano a la resolución del relato. Este momento siempre está pautado por una revelación: el narrador o el personaje siente la manifestación total del misterio de forma repentina. La revelación supone la presentación de una situación extraña y la ruptura de un orden dado hasta entonces. 
Los relatos de "Las fuerzas extrañas" se estructuran en torno a una flexión narrativa en la cual una situación se vuelve extraña repentina e ilógicamente. Esta escisión se manifiesta como potencia (magnitud y fuerza) y como vacío (silencio, soledad, oscuridad) generando en los personajes una incertidumbre que deriva en horror.
En la vacuidad, los personajes se enfrentan con algún tipo de poder, una fuerza violenta en su irrupción que, por ser extraña y por generar extrañeza, no puede ser lógicamente comprendida y, por lo mismo, tampoco puede ser conjurada. Sin embargo, ese vado es colmado por una súbita aprehensión y, en algunos cuentos, incluso por una comprensión del fenómeno inmediato (por ejemplo, en "La fuerza Omega", "La metamúsica", "Yzur"). Sin embargo, esta comprensión nunca llega a una causa última, la explicación definitiva que resuelva el misterio y aplaque el horror. Lugones, si bien concluye sus relatos, no los cierra, de manera que la incertidumbre se sostiene generando la ilusión de que lo extraño e insólito es efectivamente posible. El sentimiento de extrañamiento, entonces, prevalece a pesar de las explicaciones minuciosas, incluso científicas, que Lugones encara, porque cada relato deja siempre un lugar abierto a lo inexplicable. 
Creemos que, en algunos relatos, las diversas reacciones ante la revelación de la fuerza no son excluyentes: la admiración, la sorpresa, incluso la maravilla pueden convivir con el horror, y precisamente en la posibilidad de esta convivencia aparentemente contradictoria radica en la vivencia sublime del horror. 
Edmund Burke, en Indagación filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo sublime y de lo bello, sugiere por vez primera que el horror es motivo de sublimación, precisamente por la vinculación que mantiene con lo abismal. el arrebato racional y la manifestación de una fuerza inabarcable. Para Burke lo sublime debe reconocer en su base al dolor y al horror, porque son estas sensaciones extremas las que impulsan al hombre a vivir intensamente el asombro que surge de la ruptura de las coordenadas habituales de realidad. La manifestación del poder, entonces, se vuelve espectáculo y el abismo se colma de trascendencia: el horror como espectáculo es la única vía para superar la negatividad del abismo. Es esta concepción del horror la que Leopoldo Lugones rescata en Las fuerzas extrañas
 Para Burke, la posibilidad sublime del horror radica en el temor a la muerte. Este temor es la base de lo sublime porque excita las pasiones de manera mucho más intensa que las sensaciones que derivan de lo placentero y sereno. Sin embargo, el dolor que supone lo horroroso requiere de un cierto deleite para posibilitar la sublimación, porque el dolor extremo es paralizante y anquilosa la curiosidad. Así resulta que lo sublime consiste en un dolor delicioso.
Extractos tomados del artículo de Carolina Depetris, "La experiencia sublime del abismo"
LU XUN
Contar nuevo de historias viejas
Editorial  HIPERIÓN
Lu Xun (1881-1936) es el narrador chino más famoso del siglo XX. Como la mayoría de los intelectuales de su generación, la del movimiento de la Nueva Cultura que irrumpió a la vida púlica en China alrededor de 1919, la figura y la obra de Lu Xun se encuentran a caballo entre el viejo orden el descomposición que caracteriza las décadas finales del imperio y el orden nuevo pero inacabado de la República surgida tras la caída de los Quing en 1911. Formado en la educación tradicional, su vida estuvo dedicada a combatir los restos del mundo obsoleto en el que se había criado y a promover la redeficinión cultural del país. En Contar nuevo...reformula en clave satírica ciertas historias y leyendas tradicionales, como la creación del hombre por Nuwa, la huida a la luna y relatos y anécdotas de Lao Tse y otros filósofos. También es el autor de Diario de un loco y de La verdadera historia de A Q.
En Diario de un loco el protagonista descubre, o cree descubrir, en un juego ambiguo, que su vecinos, sus amigos y sus familia son caníbales que lo observan con ojos hambrientos. En este relato se aprecia una siniestra alegoría del feudalismo confuciano, al que Lu Xun identificaba como causa de las desigualdades sociales y económicas del país.
El escritor fue uno de los líderes de las protestas de Tiananmen de 1919, conocidas como el "Movimiento del 4 de Mayo", en las que los estudiantes universitarios pedían democracia, modernidad y ciencia, mirando con anhelo el desarrollo progresista europeo, en contra del anquilosado feudalismo atrincherado en Pekín.
Posteriormente sería exaltado exageradamente por el maoísmo, que hizo de él uno de sus referentes literarios y morales. El Partido Comunista chino se proclama heredero de las ideas de Lu Xun -aunque el autor murió en 1936, trece años antes de la llegada de Mao Zedong al poder- y sus cuentos son de lectura obligatoria en las escuelas del país.
Las obras de Lu Xun son muy críticas con el carácter chino, al que define como esquizofrénico, al mezclarse el deseo de tiranizar al otro y el de arrodillarse servilmente ante el poder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.