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domingo, 14 de noviembre de 2021

SUEÑO de POLÍFILO - de Francesco Colonna




Hypnerotomachia Poliphili o Sueño de Polífilo, pasa por ser el libro más hermoso y enigmático del Renacimiento. Desde su publicación a finales del siglo XV se ha visto rodeado por un aura de esoterismo enfermizo. El volumen delata una rara hermosura y no oculta un apasionado anhelo de sabiduría y belleza absolutas, bajo el signo de Venus, la diosa del Amor. Salió de las prensas del gran Aldo Manuzio en Venecia en 1499, con el título de 

Hypnerotomachia Poliphili, ubi humana omnia non nisi somnium esse docet, atque obiter plurima scitu sane quam digna commemorat.

(Lucha de amor en sueños de Polifilo, donde se enseña que todo lo humano no es sino sueño y se evocan oportunamente muchas cosas dignísimas)

Manuzio fue un impresor legendario y un gran humanista que tradujo algunos clásicos que él mismo imprimió. Además propició el uso de la letra redonda o romana que sustituiría rápidamente a la letra gótica en los libros. Fue un trabajo atípico del impresor ya que es el único libro ilustrado que produjo. La obra cuenta con 171 grabados en madera (xilografía) y en el momento histórico en que se editó, la inclusión de ilustraciones de grabado era un fenómeno relativamente nuevo. El patrocinador de esta costosa y original edición fue el veronés Leonardo Grassi que se la dedicó a Guidobaldo de Montefeltro, Duque de Urbino. La composición del libro con hermosas letras capitulares, numerosos grabados y remates del texto en forma de pirámide invertida ha hecho, y sigue haciendo, las delicias de los amantes de los libros.



La obra se editó en formato gran folio, plagada de erratas y escrita en una lengua inventada, mezcla de latín arcaizante -el latín de los circuitos eruditos de la época- y vernáculo véneto, amén de términos hebreos, árabes y de escritura jeroglífica mucho antes de que Champolion desvelase la piedra Rosetta. Además se presenta adornada con magníficas xilografías de fuerte impronta pagana.

ARGUMENTO y ESTRUCTURA DE LA OBRA.
La Hypnerotomachia Poliphilii está dividida en dos partes bien diferenciadas. La primera tiene los rasgos de una novela alegórica y está distribuida en veinticuatro capítulos que dan cuenta del extraño periplo del protagonista. Bajo la apariencia de una aventura caballeresca relata el camino de ascensión espiritual de Polífilo desde el miedo inicial hasta el encuentro con su amada Polia, una misteriosa ninfa. El relato finaliza con la ruptura simbólica del velo de Venus por una flecha de oro de Cupido y el despertar del joven.

Esta primera parte es el relato de un viaje lineal dentro de un sueño, del trayecto del amante por el plácido país de Venus hacia su seno, conducido eruditamente por su amada. La crítica ha señalado que esta primera parte constituye el núcleo principal de la obra y hasta puede tener una lectura exenta; mientras que el resto parece un añadido, no sólo por la diferencia temática sino también por el estilo literario en sí.

La segunda parte se extiende desde el capítulo veinticinco hasta el treinta y ocho y en ella es Polia quien refiere su historia. La trama es la misma en ambas partes, el encuentro de los dos amantes, pero en cada una varía el punto de vista y el protagonista. En esta parte Polia ya no aparece como ninfa sino como una joven real (Lucrezia Lelli) con grandes dudas entre ser virgen de Diana o amada de Polífilo. El realismo de esta parte se corresponde con los datos históricos de la peste de Treviso que asoló esa ciudad en aquella época.

El argumento está interrumpido por complejas historias mitológicas y descripciones de lugares fantásticos, arquitecturas extrañas y liturgias mistéricas. Se trata de una novela alegórica que pretexta un sueño fantástico donde se combina el viaje iniciático y amoroso de Polífilo con la descripción minuciosa de monumentos, figuras, relieves y sentencias hasta componer una abigarrada fantasía visual narrada con estilo moroso, elegante y recargado de alusiones mitológicas y motivos eróticos. 
Grabado con la efigie de Príapo bajo un dosel de verduras mientras los dioses
arrojan vasijas de leche, vino y sangre de un asno sacrificado (en primer plano)


El lenguaje críptico y la profusión de símbolos y jeroglíficos la convierten en un texto netamente hermético, fuente de una verdad que está velada, a la espera de aquellos que estén preparados para recibir y entender su enseñanza. Una actitud deliberada del autor que presenta su obra así:
“Estas no son cosas hechas para el vulgo ni para ser recitadas por las callejas, sino sacadas de la despensa de la Filosofía y de las fuentes de las Musas, adornadas por la novedad del lenguaje y dignas de la admiración de todos los ingenios”.
La obra sigue a Polífilo en su peregrinar laberíntico por jardines secretos anegados en un refinado simbolismo. En su recorrido onírico vislumbra restos de culturas pretéritas en forma de construcciones arquitectónicas e inscripciones en distintas lenguas. De ahí que su recorrido quimérico pueda verse como un viaje a la antigüedad; asunto muy en consonancia con la época en que se publica la obra, finales del siglo XV, en pleno Renacimiento. Pero esta antigüedad no es la canónica que se redescubre, sino unos vestigios extraños, fantásticos y en ocasiones indescifrables. Más que recordar el mundo perdido de la antigüedad, nos describe otros mundos posibles a través de potentes símbolos: ahí es donde radica la fuerza y atracción de la obra, ya que es una historia casi carente de acontecimientos e intriga. De hecho la abundancia y minuciosidad de sus descripciones puede llegar a convertir su lectura en algo farragoso que parece adoptar los modos de un tratado de arquitectura. 

FUENTES.
Muchos estudiosos se han dedicado a identificar la distintas fuentes de Colonna. Está aceptado que la Hypnerotomachia viene de tres ilustres antepasadas: la Divina Comedia, el Roman de la Rose y la Amorosa Visione de Boccaccio, la cual es también un Sueño de amor y una máquina alegórica. Comprende la elección del camino de la vida, triunfos «a l’antica», el jardín del amor, el hallazgo de la amada ideal y el despertar cuando el poeta va a poseerla. En el Prólogo, Pilar Pedraza nos informa que
"En su estudio de la Amorosa Visione, Branca señala que el recurso del sueño es el casi insoslayable canon introductorio a las fantasías literarias de este tipo, por medio del cual se intenta conferir cierta verosimilitud a lo que se cuenta. Sus raíces son muy antiguas. En la Edad Media sirvió de prólogo a casi todas las visiones amorosas, como el Roman de la Rose. Boccaccio lo empleó frecuentemente y de él lo tomó el autor del Sueño de Polífilo. En este último es, además, un recurso que permite que Polia muerta reviva en la imaginación del protagonista, que sólo puede amarla en sueños porque no es más que un recuerdo. Igualmente tópico es el recurso a las distintas puertas o senderos que el protagonista encuentra en su camino y entre los que debe escoger uno. En él se inscribe un ciclo de temas renacentistas, uno de los cuales es el del Sueño de Escipión."

Por su parte las descripciones de monumentos antiguos están tomadas de Plinio y de sus comentaristas italianos, mientras que la erudición mitológica proviene de las Metamorfosis de Ovidio. Para las descripciones de arquitectura el autor se apoyó en los tratados de Vitruvio y Alberti, pero su teoría estética difiere de ambos. Tanto Brunelleschi como Alberti habían estudiado durante mucho tiempo las ruinas de la Roma antigua para descubrir el aspecto original de los edificios; sin embargo, en el Sueño de Polífilo las ruinas son tan sólo el punto de apoyo para la imaginación. 

Dado que el libro toma la forma de un texto mistérico para iniciados, ese mundo fantástico simbolizaría una alternativa a la realidad y quizás una denuncia de la misma. Apoya este argumento el hecho de que el libro se vuelque con el carnaval, la alegría y lo grotesco, apuntando claves y conceptos que, efectivamente, invitarían a pensar en un mensaje oculto. Los especialistas han detectado en el libro contenidos críticos con la Iglesia y con la actuación de los poderosos, además de reflejar un deseo de libertad que rompía los esquemas de la época.










Pilar Pedraza es la editora y traductora del libro y en su documentado prólogo escribe: “El claro hilo alegórico está enmarañado por las minuciosísimas descripciones anticuarias y la morosidad en la exposición retórica de los sentimientos del protagonista, que confiere a la novela su peculiar aspecto de monstruoso pastiche de una antigüedad imaginaria y casi oriental.”

ITINERARIO INICIÁTICO.
El esquema de la obra se corresponde con un itinerario espiritual o iniciático que relata la búsqueda del amor por parte del protagonista. Comienza la obra con Polífilo atormentado por el insomnio que le produce su amor no correspondido por Polia. Cuando por fin se duerme accede a un bosque oscuro donde comienzan sus aventuras. Polífilo viaja a diversos y extraños lugares donde encuentra misteriosos monumentos, jardines y ruinas habitados por criaturas monstruosas y seres mitológicos. El propio autor resume la obra en las Palabras al Lector:
"Si deseas, lector, conocer brevemente lo que se contiene en esta obra, sabe que Polífilo cuenta en ella que vio en sueños cosas admirables y que la llama, con vocablo griego, Lucha de Amor en Sueños. En ella finge que ha visto muchas cosas propias de la Antigüedad y dignas de memoria. Y describe punto por punto, con palabras apropiadas y estilo elegante, todo lo que dice haber visto: pirámides, obeliscos, enormes ruinas de edificios, las distintas clases de columnas, su medida, los capiteles, basas, epístilos o arquitrabes rectos, arquitrabes curvos, zóforos o frisos y cornisas con sus ornamentos. Un gran caballo, un elefante tremendo, un coloso, una puerta magnífica con sus medidas y sus ornamentos, un espanto, los cinco sentidos en cinco ninfas, un baño egregio, fuentes, el palacio de la reina que es el libre albedrío, un banquete regio y superexcelente; la diversidad de joyas o piedras preciosas y su naturaleza; un juego de ajedrez a modo de baile con tres medidas de sonido. Tres jardines: uno de vidrio, uno de seda, uno en forma de laberinto, que es la vida humana. Un peristilo de ladrillo, en cuyo centro estaba representada la Trinidad en figuras jeroglíficas, es decir, sagrados relieves egipcios. Las tres puertas y en cuál de ellas se quedó, y cómo estaba vestida Polia y cuál era su talante. Polia le conduce a ver cuatro admirables triunfos de Júpiter y las amadas de los dioses, las de los poetas y el afecto y efecto de las diversas clases de amor..." pág. 69-70
Después del profuso recorrido por ruinas y jardines, unas ninfas conducen a Polífilo al palacio cosmológico de Eleuterilide y le piden que declare su amor por Polia. Luego, guiado por Thelemia −la Voluntad− y Logística −la Razón−, llega a una montaña en la que hay tres puertas entre las que debe elegir una. Sobre ellas están esculpidos tres epígrafes en hebreo, griego, latín y árabe.


En la de la izquierda puede leerse THEODOXIA ("Gloria de Dios"), en la de la derecha KOSMODOXIA ("Gloria del mundo") y en la del centro EROTOTROPHOS ("Madre del amor"). Cada puerta lleva a tres ámbitos de la realidad: el divino, el humano, dominado por el amor, y el cósmico. El viaje onírico de iniciación se consuma, simbólicamente, ante Venus, mediante los dos anillos que les regala la diosa y con las dos flechas doradas que les dispara Cupido. Parece que, después de sus muchas aventuras y pruebas, Polífilo se gana el corazón de Polia; pero entonces el canto de un ruiseñor lo despierta. Su sueño terminó. Todo lo ocurrido ha sido fruto de su fantasía. Tal y como reza el título, se demuestra que todo lo humano no es más que sueño.







La obra trasluce un anhelo totalizador y se muestra como un injerto entre poema alegórico de estirpe medieval y enciclopedia humanística donde abundan los conocimientos botánicos, gemológicos, arqueológicos, epigráficos, arquitectónicos, litúrgicos y hasta culinarios.

Los edificios descritos son de estilo antiguo, los monumentos están cubiertos de inscripciones latinas, griegas o jeroglíficas, y cada ceremonia está dedicada a un dios o una diosa clásica. En general, el peregrinar de Polífilo se produce bajo los designios de Venus, esa esquiva divinidad romana surgida del agua; nacida, como la griega Afrodita, de la inmersión en el océano del falo que Cronos le amputó a su padre, el caníbal y hambriento Urano.




ICONOGRAFÍA.
El Sueño de Polífilo es un libro de una gran belleza visual cargado de exuberantes elementos iconográficos que lo dotan de un aura esotérica. Su influencia e interpretaciones se pueden rastrear desde las obras arquitectónicas y escultóricas de su tiempo hasta pintores y artistas de los siglos XIX y XX, como lo demuestran varias obras de Salvador Dalí en las que aparecen obeliscos y elefantes sin duda inspirados en el Polífilo.

Dalí - Las tentaciones de San Antonio-





















También podemos encontrar la huella de la Hypnerotomaquia en detalles de libros, muebles y pinturas de los artistas ingleses de la Hermandad Prerrafaelita, en la segunda parte del siglo XIX; como John Ruskin, William Morris, Burne-Jones y Dante Gabriel Rosetti. Todos ellos se sintieron fascinados por una obra que sintonizaba con sus planteamientos estéticos y por la belleza del libro como obra de arte. El ilustrador Aubrey Beardsley no sólo se interesó por los grabados sino también por el estilo de la obra cuya influencia reflejó en su Venus y Tannhäuser




El libro entronca no sólo con la tradición del sueño literario, fórmula de éxito desde el medievo hasta el barroco; sino también con la tradición del libro como objeto sagrado, portador de conocimientos esotéricos y ocultos. Un misterioso conciliábulo del siglo XIX, la Sociedad de la Niebla, a la que pertenecieron escritores y artistas como Dumas, Gerard de Nerval, Julio Verne, Delacroix o Poussin; lo tuvo como libro de cabecera. Algunos investigadores traducen al Phileas Fogg de la Vuelta al mundo en 80 días, como "El hijo de la niebla" ("fog" = niebla, en inglés). 

Las huellas del Polífilo se pueden rastrear en las obras de Rabelais y Cervantes y llegan hasta nuestros días cuando aparece citado en la novela El Club Dumas (1993) de Arturo Pérez-Reverte. Incluso los elementos crípticos e iconográficos del Polífilo son el asunto central de la novela El enigma del cuatro (The Rule of Four, 1999) de I. Caldwell y D. Thomason, una novela de misterio ambientada en la Universidad de Princeton.

Desde su aparición se lo ha considerado como un libro enigmático, fantástico y hermético provocando el interés de críticos tan prestigiosos como M. Praz, C. Popelin, Branca, B. Croce, E. Grombrich o E. Panowsky. Aunque también cuenta con furibundos detractores que lo tildan de pedante, informe y pesado. La obra ha sido analizada desde principios del siglo XIX por lingüistas, filósofos, historiadores y arquitectos; pero también por todo tipo de artistas, místicos, tipógrafos, alquimistas, gemólogos, poetas, iconólogos y nigromantes.


Su iconografía está presente en innumerables expresiones artísticas que se pueden reconocer en los siglos posteriores. El elefante con el menhir tiene varias réplicas en Italia, como por ejemplo el llamado "Pulcin della Minerva" que está en Roma (muy cerca del Panteón) y fue diseñado por Bernini

No sólo el elefante sino todo el concepto de jardín de maravillas fue lo que ordenó construir el conde Pier Francesco Orsini en Bomarzo quien, desde 1552 y hasta su muerte en 1584, se dedicó en cuerpo y alma a la construcción de su Sacro Bosque o Parque de los Monstruos. El boschetto alivió su carácter melancólico y también sus pérdidas amorosas. Si recorremos este Bosque desde la perspectiva esotérica del Polífilo, partiendo del nivel más bajo, nos iremos encontrando con diferentes monstruos y monumentos que nos han de proporcionar el conocimiento necesario para alcanzar la iluminación.







Asimismo en ciertas zonas de los famosos jardines de Aranjuez y Versalles se puede apreciar la inspiración procedente del Polífilo. Mientras que si paseamos por el Claustro de la Universidad de Salamanca (abajo) podremos ver en sus paredes relieves que reproducen con fidelidad algunos de los grabados de este libro.





AUTORÍA.
En la primera edición de la Hypnerotomachia Poliphili no constaba el autor o autores del libro. El lenguaje cifrado y el simbolismo de las ilustraciones invitaban a pensar que sus páginas escondían un supuesto mensaje subversivo, de cariz político, dirigido a la élite intelectual de la época. En este sentido cabe recordar que la dedicatoria del libro dice que “no es para el vulgo”.

Parece que el autor, de algún modo, estaba vinculado a la llamada Neoaccademia de Venecia, un cónclave de eruditos donde se debatía con absoluta libertad tanto de lo divino como de lo humano. Estas reuniones eran frecuentadas por toda la intelectualidad de la época: Erasmo de Rotterdam, Pico della Mirandolla, Pietro Bembo, etc.

Aunque también cabe pensar que dicho anonimato escondía un juego muy frecuente en la época, esconder la clave en un acróstico que se formaba juntando la primera letra de cada capítulo. Efectivamente, juntando las treinta y ocho letras capitulares hermosamente decoradas, podemos leer:

- “Poliam frater Franciscus Columna peramavit” –
- “El hermano Francisco Colonna adoró a Polia” –

Esto ha llevado a muchos a pensar que el acróstico quizás fue más un ornato añadido que un verdadero intento de anonimato.
Sobre la identidad de Francesco Colonna existen dos tesis, la “veneciana” y la “romana”. La primera considera que, efectivamente, existió un fraile con ese nombre, que vivió entre 1433 y 1527 y estuvo enamorado de una sobrina del Obispo Lelli -cuya diócesis se encontraba en Treviso- fallecida a causa de la peste en 1466, Hipólita Lelli, de donde habría tomado el nombre de Polia y a cuyo amor no consumado estaría dedicada la obra.

Mauricio Calvesi en cambio impulsa la tesis romana que identifica al autor como miembro de la noble familia romana de los Colonna, nacido en 1453 y muerto alrededor de 1503, poco después de dar a conocer la obra, casado con Lucrecia Orsini y señor de Palestrina. La razón por la que habría querido ocultar su nombre, como en el caso anterior, habría que buscarla en los contenidos paganos de la Hypnerotomachia Poliphili, que podría buscarle al autor más de un disgusto con la Iglesia.










Debido a su carácter onírico y visionario El Sueño de Polífilo ha estado sometido a todo tipo de interpretaciones sin excluir las más extravagantes y arriesgadas. El hermetismo de su lenguaje, los rituales paganos, la excentricidad de sus imágenes y su simbolismo extremo sin duda lo han propiciado. En los grabados del Polífilo no hay ningún objeto o cita inocente. Todo alberga una clave o significado. Todo constituye una metáfora dentro de una gran alegoría hermética.

LECTURA ONÍRICA y HERMÉTICA.
Para concluir quisiera resaltar dos de sus lecturas. 
Una como relato onírico que bebe de la tradición clásica establecida por Artemidoro en su obra Oneirokritiká (siglo II a.C.) y que tiene continuidad en el famoso Sueño de Escipión narrado en el libro VI de la De Re Publica de Marco Tulio Cicerón

La textura del sueño impregna lo fragmentario del relato, así como los saltos en el tiempo e incluso la comprensión instantánea que asalta a Polífilo cuando se enfrenta a la gran pirámide coronada por un obelisco y sabe instantáneamente cuántos escalones la componen y sus medidas exactas. Todo ello sin olvidar la fantasía casi irreal que es capaz de engendrar jardines de cristal, fuentes andantes, edificios gigantescos con forma de elefantes o puertas interdimensionales.



La segunda lectura tiene que ver con la gnosis o el conocimiento hermético. En esta concepción del libro podemos ver a Polífilo como un peregrino que inicia un viaje o una búsqueda que en lo más íntimo está relacionada con el amor, pero que no elude el acceso a un conocimiento superior de la vida y del mundo. Esta búsqueda en pleno siglo XV se orientó hacia la sabiduría antigua tal y como ha estudiado la investigadora Sandra Álvarez Hernández, que nos acerca a ese momento histórico:
"Durante el Renacimiento textos de sabiduría antiquísima cobraron relevancia en los grandes movimientos progresistas de la época, como fue el caso del Pimander y el Asclepius. En 1460 llegaron a Florencia una serie de manuscritos griegos en manos de los doctores bizantinos, como Gemisto Pletón, que asistían al Concilio festejado en esa ciudad. Entre estos documentos se encontraba una versión incompleta del Pimander, y por orden de Cosme de Medici, Marsilio Ficino se dio a la tarea de traducirlos inmediatamente, posponiendo así su trabajo en la obra platónica. Esta nueva traducción de los textos del tres veces grande (Trimegisto) dio inicio a una larga tradición hermética. Los humanistas que se acercaban a estos textos lo hacían convencidos de que se trataba de textos escritos por la mano de Hermes en épocas remotas; y además, resultaban un medio útil para conciliar el viejo paganismo con el cristianismo, a causa de su contenido sincrético. Su importancia fue tal que inspiraron nuevas formas de pensamiento y modos de explicar la vida, el mundo y el cosmos entero."
"Así como diversos estudiosos han dado en afirmar que la Divina Comedia no trata de Dante en busca de su amada Beatriz, sino que, bajo esta pantalla, debemos entender al hombre en su camino a la teología; debemos buscar al verdadero Polífilo en una peregrinación de mayores alcances. Tendríamos que sumar también a esto el hecho de que así como a Polífilo le será develada en su sueño una serie de principios, también a Hermes se le anunció la verdad mientras dormía."

miércoles, 4 de agosto de 2021

TEMA del TRAIDOR Y del HÉROE



En la Divina Comedia Dante Alighieri arroja a los traidores al último círculo del infierno, por considerar la traición como el peor de los pecados. Judas Iscariote, Alcibíades, Efialtes de Tesalia, Marco Junio Bruto, Bellido Dolfos, Talleyrand-Périgord, Robert Ford o Benedict Arnold  han pasado a la historia por sus traiciones. Pero en no pocas ocasiones el perfil de héroe y el de traidor se entrelazan alumbrando extrañas paradojas. ¿Fue más traidor Bruto -el romano más noble según Marco Antonio- por defender sus ideales republicanos o Julio César por convertirse en dictador?

El tema del traidor y del héroe recorre todas las épocas de la Humanidad y tiene una arraigada tradición literaria. Reproduzco aquí dos relatos magistrales que urden las historias de dos héroes nacionales donde se ilustra la paradoja de unir ambos destinos. G. K. Chesterton lo hace en "La muestra de la espada rota" y Jorge Luis Borges en "Tema del traidor y del héroe". Siendo así que, desde el mismo comienzo del relato, Borges reconoce inspirarse en Chesterton, los dos relatos son simétricos en su desarrollo: un investigador va más allá de la estatua erigida al héroe nacional para descubrir que su grandeza no sólo es ilusoria, sino que esconde la mayor de las felonías, la traición. Pero finalmente esta revelación es escamoteada en aras de un fin mayor: toda causa necesita héroes. 

El hombre necesita mitos y ficciones para explicar el mundo y más si se trata de vestir la identidad nacional. O como lo expresó el periodista que aparece en El hombre que mató a Liberty Valance, de John Ford: "En el oeste, cuando la leyenda supera a la verdad, publicamos la leyenda". Esta podría ser una de las conclusiones referida a estos relatos pero, quiero pensar que albergan lecturas inagotables gracias a sus extraordinarios valores literarios, simbólicos e histórico-sociales. 


Chesterton navega entre la verdad histórica y la paradoja, tan de su gusto, para explicar un enigma formulando otro. Recordemos que su relato versa sobre un enigma histórico, una batalla en la que "uno de los hombres más sabios del mundo obra un día como un idiota, sin ninguna razón, y uno de los hombres más buenos del mundo obra un día como un demonio, sin ninguna razón." Este misterio lo explica aportando una nueva incógnita: "Dónde ocultará el sabio una hoja? En el bosque". A lo que añade, "Y si se trata de esconder un cadáver, formará un campo de cadáveres para esconderlo."

Borges por su parte, inclinado a la erudición y la metafísica, da un paso más en esta redundancia, logrando un círculo virtuoso: Unos hechos históricos se inspiran en una obra teatral para acabar convirtiendo la realidad en una gigantesca farsa que la suplanta; tal y como hacía aquel mapa a escala 1:1 del que hablara en "Del rigor en la ciencia", donde el Colegio de Cartógrafos levantó un Mapa del Imperio que tenía el tamaño del imperio y coincidía puntualmente con él. Este juego de espejos incluye un rizo final. El narrador que descubre la impostura se siente un personaje más de la misma, ya que "los pasajes imitados de Shakespeare son los menos dramáticos; Ryan sospecha que el autor los intercaló para que una persona, en el porvenir, diera con la verdad. Comprende que él también forma parte de la trama de Nolan".

Ryan es el narrador que quiere escribir una biografía de su bisabuelo, el conspirador irlandés Fergus Kilpatrick, héroe de la independencia patria asesinado cien años atrás. Ryan acaba sabiendo que James Nolan, el colaborador más estrecho de su bisabuelo, fue quien ordenó su muerte tras descubrir que el líder patriótico era un traidor. Siendo así que el éxito de la revuelta pendía de un hilo y que Irlanda idolatraba a Kilpatrick, Nolan y el tribunal deciden ejecutar la sentencia de muerte como una farsa teatral en la que la muerte de Kilpatrick parezca un vil asesinato de la policía inglesa, lo que inflamará los corazones irlandeses y precipitará la rebelión. Pero el tiempo apremia y Nolan planifica el crimen plagiando algunos pasajes de la tragedia de Julio César, de Shakespeare. El traidor colaboró en la puesta en escena de su asesinato lo que evitó su deshonra, pasando a la historia como un mártir. 

«Que la historia hubiera copiado a la historia ya era suficientemente pasmoso; que la historia copie a la literatura es inconcebible» nos dice el narrador. Esta creo que es una de las claves de ambos relatos, el debate sobre la verdad histórica o más ampliamente sobre la representación de la realidad. Un territorio muy cercano al de la literatura.







Lo que llamamos realidad es siempre una construcción, un proceso. Schopenhauer declara que la historia, como registro de la realidad fenoménica no constituye una fuente de conocimiento verdadero. El sujeto sólo puede aprehender una visión muy imprecisa de la realidad, la cual está determinada por los límites de sus facultades de percepción. El historiador selecciona arbitrariamente los hechos que quiere narrar y los conecta de acuerdo a sus percepciones. La historia se convierte así en una construcción social basada en la subjetividad de sus propios actores. Chesterton parece referirse a ello cuando habla de la deriva del viejo protestante St. Clare:
"¿Cuándo entenderán los hombres que a nadie le aprovecha leer su Biblia, mientras no lea al mismo tiempo la Biblia de los demás? El impresor lee su Biblia y encuentra erratas de imprenta. El mormón lee su Biblia y da con la poligamia. El partidario de la Ciencia Cristiana lee la suya, y descubre que no es verdad que tengamos brazos y piernas."
Puesto que los imaginarios conforman nuestra realidad y diseñan nuestras prácticas sociales; no hay una realidad sino varias, tal como no hay una verdad sino muchas que cambian según la cultura, el momento, la moda, la ideología, etc. Los paralelismos entre el lugar donde se yergue el monumento funerario de St. Clare, "un infierno de insoportable frío" y el lago helado que Dante describe como noveno círculo del infierno; así como la "pública y secreta representación" que imitaba la tragedia de Julio César nos lleva sin remedio a un terreno tan literario y difuso como el de la relación entre la verdad y la ficción, la historia y la literatura.

Esa disolución de los límites entre historia y literatura se subraya en los relatos mediante dos técnicas. De un lado el juego de espejos que constantemente se produce entre hechos históricos y obras literarias; y por otro la atmósfera casi irreal que subyace en ambos relatos. Recordemos que Chesterton juega hábilmente con la simbología del paisaje (frío por el infierno, oscuridad por las claves escondidas, la luna finalmente iluminando la verdad) para dotar al relato de un ambiente fantástico hasta tal punto que, en un momento dado, "Flambeau sintió que la verdad le rodeaba más como una atmósfera que como una idea". 

Lola Mora - "25 deMayo"




En el relato de Borges esa difuminación viene señalada desde el mismo comienzo, cuando el autor proclama la indeterminación del espacio y del tiempo en que ocurrieron los hechos: 
"La acción transcurre en un país oprimido y tenaz: Polonia, Irlanda, La república de Venecia, algún estado sudamericano o balcánico... Ha transcurrido, mejor dicho, pues aunque el narrador es contemporáneo, la historia referida por él ocurrió al promediar o al empezar el siglo XIX. Digamos (para comodidad narrativa) Irlanda; digamos 1824. 
Insiste en ello al reconocer que "he imaginado este argumento, que escribiré tal vez y que ya de algún modo me justifica, en las tardes inútiles. Faltan pormenores, rectificaciones, ajustes; hay zonas de la historia que no me fueron reveladas aún; hoy, 3 de enero de 1944, la vislumbro así".

A propósito de esta fecha podríamos continuar las indagaciones enfocando el sustrato de opiniones históricas y políticas que los autores pudieran haber reflejado. Por ejemplo la crítica contra los mitos patrios muchas veces sustentados en la violencia y la falsedad o, en el caso del irreductible polemista que fue Chesterton, su crítica contra el imperialismo. Por su parte las referencia borgeanas a 1944 y a la traición de Julio César al cruzar el Rubicón, han sido analizadas por Beatriz Sarlo y Sonia Thon como una velada crítica contra Juan Domingo Perón, cuando en esa fecha traiciona la neutralidad de Argentina y se alía con Hitler.
Pero esa es otra cuestión. 

martes, 22 de junio de 2021

TARTAN NOIR I




Tartan Noir es la etiqueta que agrupa a los autores escoceses de novela negra que ambientan sus historias criminales en Glasgow, Edimburgo o Aberdeen. Tartan es el nombre del tejido típico de los kilts escoceses. Cada estampado es único y propio de un clan en concreto. Curiosamente este apelativo lo acuñó James Ellroy al comentar una novela de Ian Rankin en los años 90. Aunque Rankin efectivamente fue el artífice del boom en ventas de este subgénero, se considera a William McIlvanney el padre del mismo por la publicación de su novela Laidlaw en los setenta. 

La aparición de dicho apelativo y las elevadas ventas de autores como Ian Rankin y Val McDermid supuso un interés renovado por la obra de McIlvanney ya en el siglo XXI; lo cual  no fue óbice para que éste renegara de la etiqueta: 
"Supongo que funciona muy bien como lema de un publicista. Ciertamente, para el mercado estadounidense, probablemente ofrece la referencia más sucinta para reconocer lo escocés. Pero me parece que, al mismo tiempo, sugiere una visión anticuada del lugar". También el exitoso Rankin se llegó a quejar del efecto reduccionista del lema: “Tal vez con Tartan Noir puede parecer que solo escribimos ficción negra y retorcida en Escocia”.

Entre las características principales que definen el Tartan Noir está el peculiar humor negro escocés, un componente de crítica social y un gran humanismo; todo ello cultivado desde la línea dura o hard-boiled del género. Porque los referentes novelísticos de estos autores son claramente las novelas negras norteamericanas de Dashiell Hammett, Raymond Chandler y, sobre todo, del gran James Ellroy, con su descarnado retrato de la ciudad como un nido de corrupción en todas las esferas. También se suele citar el síndrome Jekyll/Hyde o Caledonian Antisyzygy, un fenómeno escocés que reflexiona sobre la dualidad de las personas, en alusión a la doble alma que suelen tener sus detectives, aquejados de múltiples contradicciones. Se trata de profundizar en la psicología del crimen, rastreando nuestra capacidad para el bien y el mal. Esto dota a los protagonistas de una intensa complejidad moral que se extiende también a los criminales de estas obras. El propio Ian Rankin comentó que “la ficción policial escocesa tiende a sentir curiosidad por saber por qué ocurren los delitos y entender a las personas que los cometen."

Una de las autoras escocesas más emblemáticas, Val McDermid, definió el Tartan Noir del siguiente modo: "Tenemos este tipo de pasado calvinista oscuro que todavía está muy presente. También tenemos este maravilloso sentido del humor negro y nos encanta la fiesta. Hemos producido algunos de los más grandes pensadores de la Ilustración, y también algunos de los peores fanáticos con cara de escoria en la historia del pensamiento humano. Así que siempre existe el charco oscuro de estos opuestos dentro de nosotros, lo que produce una especie de tensión dramática ''.

El Tartan Noir tiene otro componente ineludible, su territorio, ya que las ciudades donde se desarrollan estas novelas tienen una importancia capital. Debemos a Rankin esta reflexión: “los escritores escoceses hemos descubierto que la ficción policíaca es una buena forma de explorar el 'lugar', especialmente el urbano. Miramos debajo de la superficie de la ciudad cotidiana y mostramos su complejidad. La ficción criminal también es a menudo política, observa el lío en el que estamos y pregunta cómo salimos de él ".

Edimburgo


Sobre el carácter escocés merece la pena escuchar a Stuart MacBride, autor de éxito con diez novelas criminales protagonizadas por Logan McRae. En bbc.co.uk escribió: "Dile a un escocés o escocesa que haga algo y, nueve de cada diez veces, haremos exactamente lo contrario. Porque estamos desconcertados. Es una palabra que nos atraviesa, como las letras de un palo de piedra de Blackpool, y es un rasgo de carácter que aparece una y otra vez en Tartan Noir. Nuestros protagonistas están desconcertados". 

Las novelas que se inscriben en el Tartan Noir no son uniformes. En ellas hay muchos trozos de la historia reciente de Escocia, del mismo modo que hay muchos enfoques en sus protagonistas. Según MacBride el Tartan "no es tanto un término genérico para que unos pocos escritores selectos se refugien, sino que es una marquesina grande y sucia. Cubre todo, desde la sátira mordaz del Jack Parlabane de Christopher Brookmyre, hasta el severo presbiterianismo de Rebus, pasando por la sarcástica periodista de Val McDermid, Lindsay Gordon, y el cálido y desvergonzado deleite de Hamish Macbeth" -protagonista de las novelas de MC Beaton-.

El asunto final que hace del Tartan Noir algo profundamente literario es que se inscribe en una tradición literaria muy reconocible. Muchos de sus autores se consideran herederos de una sensibilidad gótica que se remonta a "Confesiones de un Pecador Justificado" (Confessions of a Justified Sinner) de James Hogg, así como a El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, de Robert Louis Stevenson. En su ensayo The Dark Threads of Tartan Noir, Carole E. Bannerman escribe:
“Como todos los escritores de crimen desde entonces, Stevenson sitúa el mal en el corazón del hombre y luego coloca a ese hombre en el corazón de una ciudad. La ciudad se convierte así en una manifestación de la hipocresía moral y la fingida respetabilidad que es lo que critica el escritor de género negro”.
Según la autora de Glasgow, Donna Moore, agregando a este cóctel algunos criminales históricos de estas tierras como Burke y Hare, el clima y el infame humor de la horca de los escoceses tendremos el árbol genealógico del Tartan Noir.

El éxito del Tartan Noir tiene tal envergadura que desde hace años existe un Festival Internacional de Escritura Criminal de Escocia, denominado Escocia Sangrienta; un lugar de encuentro entre aficionados y autores que cuenta con numerosas actividades y una completa web: https://bloodyscotland.com/

Desde que McIlvanney abriera la lata en los años 70 y Ian Rankin y Val McDermid comenzaran su éxito perdurable en los 90, muchos otros autores se han sentido inspirados para alumbrar obras criminales con carácter escocés: 
Denise Mina, Christopher Brookmyre, Peter May, Stuart MacBride, Allan Guthrie, Douglas Lindsay, James Oswald, Lin Anderson, Alex Gray, Donna Moore, Tony Black, Caro Ramsay, Abir Mukherjee, Ann Cleeves, Gordon Ferris, Douglas Skelton, Denzil Meyrick... lista que no deja de ampliarse año tras año. Muchos de ellos no tienen libros traducidos al español a pesar de alcanzar unas cuantiosas ventas en el mundo anglosajón.
Comentaré aquí una pequeña selección.

No Mean City 
de H. Kingsley Long y A. McArthur
Aunque no está traducido al español, hay que tomar en consideración este libro porque, publicado en 1935, pasa por ser el lejano origen del Tartan Noir. 
Ningún libro está más asociado con la ciudad de Glasgow que éste. En él se relata la historia de Johnnie y Peter Stark, dos hermanos, hijos de un padre violento y una madre oprimida, que siguen caminos divergentes y que, sin embargo, están destinados por las circunstancias sociales a encontrar un final trágico. Johnnie se convierte en el "Rey Navaja" de los barrios marginales, los Gorbals, luchando y abriéndose camino hacia una temible notoriedad entre las bandas locales. Peter, por otro lado, se esfuerza por abrirse camino hacia la respetabilidad como gerente en un almacén local. 
El mensaje del libro es bastante nihilista: no importa cómo traten de superar sus circunstancias, finalmente fracasarán y serán devorados por las fuerzas abrumadoras que arrastran a todos los "habitantes de barrios marginales" de regreso a su lugar.
Las descripciones realistas y brutales, llenas de sexo y violencia, dan vida a una historia que es tan fascinante como auténtica.

IAN RANKIN (Fife, Escocia, 1960) es el más conspicuo de estos autores escoceses. Su creación del inspector Rebus ha marcado tendencia: Un policía honesto, valiente y leal, pero también un alcohólico incorregible, insubordinado, nostálgico, cínico y con sus relaciones familiares abocadas al fracaso. Un tipo con sus propios demonios. Además es un ecléctico melómano que etiqueta muchas de sus situaciones vitales con títulos de éxitos musicales que toma de su afición al rock. 
A lo largo de 22 libros, publicados entre 1987 y 2018, este inspector poco ortodoxo ha sido capaz de arrojar luz sobre algunas de las historias más funestas de Edimburgo. En estas tres décadas las novelas recogen la evolución de la ciudad y también el envejecimiento del propio Rebus. A través de esta fructífera relación entre Rebus y Edimburgo, Rankin ha logrado examinar temas tan candentes como la inmigración, la trata de blancas o el establecimiento del parlamento escocés en 1999. 
Rebus suele profundizar en sus contradicciones bebiendo noche tras noche en The Oxford Bar o The Royal Oak (pubs reales de Edimburgo), ignorando durante años a su hija o compartiendo whisky con mafiosos como su constante enemigo Ger Cafferty.
He aquí un par de sus obras.
BLACK AND BLUE  (1997)
de Ian Rankin
Ian Rankin (Fife, Escocia, 1960) afirmó que Black and Blue –octava novela de la serie protagonizada por el inspector John Rebus- era su favorita y que sólo a partir de ella consideraba que sus novelas fuesen realmente buenas. Esto lo confirma el hecho de que el cóctel elaborado aquí se reproduce con éxito en muchas sino en todo el resto de novelas: inteligente combinación de múltiples tramas, gran detalle del procedimiento policial, indisciplina ante los superiores, proceder un tanto anárquico y temerario, mucho trasiego de whisky y el trasfondo de una Escocia muy actual (sea el nacionalismo y su novedoso parlamento, el petróleo, la corrupción inmobiliaria, las operaciones ocultas de las SAS o el tráfico de drogas). 
La combinación inspector Rebus-Edimburgo es muy fructífera y aquí se muestra introduciendo un elemento real, la historia de John Bible, el más brutal asesino que Glasgow recuerda, autor de tres crueles asesinatos en la década de los 60 y desaparecido abruptamente sin llegar a ser detenido.
En esta novela nos encontramos con un Rebus que después de un enfrentamiento con un oficial superior corrupto, ha sido destinado a uno de los suburbios más duros de Edimburgo, donde investiga el asesinato de un trabajador de una plataforma petrolífera fuera de servicio. Su investigación lo lleva al norte, a las plataformas de Aberdeen. Este caso se entrecruza con la investigación de uno
s asesinatos en serie que imitan al asesino de los 60 nunca capturado. De ahí que la prensa sensacionalista haya apodado a este nuevo criminal como "Johnny Bible". Aunque Rebus se interesó obsesivamente por este asesino desaparecido y conocía a una de las víctimas del imitador, tiene otros asuntos de los que preocuparse; la amenaza de reapertura de un caso en el que él y su mentor, el inspector Lawson Geddes, pueden haber presentado pruebas falsas. Hace años que incriminaron a Lenny Spaven, quien siempre ha insistido en que era inocente hasta que su desesperación finalmente lo ha llevado al suicidio. Esto ha puesto el foco sobre Rebus que es perseguido por las cámaras de una cadena de televisión que investiga errores judiciales.
La conexión con el negocio del petróleo y Aberdeen, incluido su cupo de maldades y corruptelas, le da oportunidad a Rankin para explorar felizmente un nuevo territorio de la Escocia actual y mostrarnos su color local. La última complicación viene del original John Bible que se cruza con Rebus en la búsqueda (y eliminación) del imitador. 
Rankin demuestra en esta novela que es un autor audaz e inteligente, que sabe trenzar a la perfección diversos hilos narrativos hasta conseguir una novela absorbente y original. 

RESURRECCIÓN (2002)
de Ian Rankin
Decimotercera entrega de la serie Rebus.
Debido a su insubordinación, Rebus es enviado a un centro de “reeducación” para policías. Allí llegan otros cinco agentes en su misma situación, y juntos deberán resolver un antiguo caso sin cerrar. Sin embargo, Rebus guarda sus propios secretos sobre el caso y empieza a dudar de la verdadera finalidad del programa y de la sinceridad de sus ocasionales colegas. 
En esa especie de reformatorio en que se ha convertido la academia de Tulliallan, Rebus se encuentra con otros policías problemáticos que quieren rehabilitar sus carreras. El enfoque consiste en tomar un caso antiguo y asignarlo a los "hombres de la resurrección", los cuales trabajarán bajo la estrecha supervisión de un instructor, que subrayará el necesario trabajo en equipo para llevar a cabo un buen trabajo policial. Pero Rebus se huele una trampa cuando "accidentalmente" el caso elegido para el ejercicio resulta ser un viejo asunto en el que él mismo jugó un papel importante. Percibe que debe andarse con mucho cuidado hasta averiguar qué está pasando.
Por otro lado acepta una misión encubierta en la que investigará a sus compañeros de clase. Siempre se ha sospechado que esos colegas se quedaron con el botín de una redada antidroga, pero los superiores nunca pudieron probarlo. Dado que muchos dan por hecho que Rebus está en la nómina del capo Big Ger Cafferty, los altos mandos esperan que esa reputación le permita inmiscuirse entre los policías corruptos. Los secretos que guardan los Resurrection Men y la partida que juega Rebus en torno a ellos es de lo más intrigante.  
Por su parte la sargento detective Siobhan Clarke descubre que su investigación del asesinato de un marchante de arte está ligada a la investigación de Rebus, de modo que los dos, la protegida y su mentor, unen fuerzas para avanzar. Pronto se encontrarán en medio de un escándalo aún mayor de lo que habían imaginado: un complot con conspiradores en cada rincón de Escocia e implicaciones mortales sobre sus colegas.
Siendo así que todas las novelas de Rebus son oscuras, ásperas y detalladas, ésta lo es más de lo habitual, y no por su violencia, sino porque las vivencias de Rebus y Clarke tienen un trasfondo auténticamente siniestro. La trama es verdaderamente densa y cuenta con constantes giros argumentales siempre sorprendentes. 
Hay que resaltar aspectos como los diálogos siempre concisos y afilados de estos policías, que intercambian frases como mandobles maliciosos llenos de ironía. También Rankin nos deja asomarnos a aspectos de la psique de Rebus y Clarke que no hemos visto antes. Por ejemplo el hecho de que Siobhan, siendo mujer, siempre ha estado rodeada de hombres que están  al borde de tratarla con condescendencia. Incluso hay un momento en que la violencia sexual planea sobre ella. Sin duda los personajes son uno de los puntos fuertes de esta serie; ya que son muy reales y vulnerables, sin dejar de evolucionar entre cada aventura.

VAL McDERMID
Si Rankin es el rey, a McDermid se la considera la reina del T
artan Noir. Nació en Kirkcaldy, Fife en 1955. Después de completar su educación en St. Hilda's College, Oxford, trabajó como periodista durante más de quince años. Los protagonistas de las tres series de novelas de McDermid son una periodista, Lindsay Gordon; un investigadora privada, Kate Brannigan; y un psicólogo clínico, Tony Hill, quién sufre una disfunción sexual. La serie de novelas protagonizadas por Tony Hill y Carol Jordan comenzó en 1995 con El canto de las sirenas que ganó el premio Gold Dagger de la Crime Writers' Association a la mejor novela criminal del año. Esta serie de novelas de Hill/Jordan fue adaptada a la televisión con el nombre Wire in the Blood.
McDermid publicó su primera novela, Report for Murder, a la edad de treinta y dos años. Sus novelas se centran en los aspectos psicológicos del crimen e incluyen descripciones explícitas de tortura y violencia. Además se hacen notar sus puntos de vista feministas. Aunque es un libro independiente de las series citadas, Lugar de ejecución pasa por ser su obra más lograda.

LUGAR DE EJECUCIÓN
de Val McDermid
Esta novela está llena de giros, emociones y conmociones.
Invierno de 1963, dos adolescentes desaparecen en Manchester. Poco después, en una aldea perdida de Derbyshire, desaparece Alison Carter, otra jovencita de trece años. Aunque no aparece el cuerpo, en la aldea de Scardale, en Peak District, todos saben que se trata de un asesinato. Para el inspector George Bennett, es el comienzo de su caso más difícil e intenso. Décadas más tarde, le cuenta su historia a la periodista Catherine Heathcote, pero justo cuando está a punto de publicarlo, la detiene, obligando a Catherine a ahondar en el pasado para encontrar la auténtica verdad, de una vez por todas.
El libro está formado por dos partes totalmente diferentes. En la primera asistimos a un juicio por el asesinato de una joven de una pequeña aldea donde se nos cuenta con detalle tanto el procedimiento policial como, sobre todo, el judicial. En la segunda acompañamos a la periodista en su indagación. 
En parte procedimiento policial, en parte thriller psicológico, este libro es de los que perdura en tu memoria gracias a una conseguida atmósfera que nos sitúa en una comunidad endogámica y cerrada. 

UN TERRITORIO OSCURO
de Val McDermid
Tarde o temprano los asuntos pendientes del pasado emergen inesperadamente. La zona minera de Fife (Escocia), en la que la propia autora vivió su infancia, es el epicentro del caso que se le presenta a la inspectora Karen Pirie. Karen investiga la desaparición de un minero hace 20 años, un trabajador que se convirtió en esquirol en las huelgas mineras de los años 80. Pero a la vez le encargan reabrir el caso del secuestro de una millonaria y su hijo. Una villa en ruinas con carteles extraños tirados por el suelo e indicios de que sus ocupantes la habían abandonado precipitadamente fue el desencadenante de la historia del malogrado secuestro que aparece en la novela. En ese mismo escenario, la periodista Bel Richmond encontrará la pista que permitirá reabrir el caso. 
El secuestro acabó de la peor forma posible, una vez entregado el rescate, se encontró a la mujer muerta mientras que el hijo desapareció.
Ahora, cuando ya casi nadie recuerda el trágico suceso, un periodista reabre la investigación al descubrir una pista que lleva a la Toscana. A la inspectora Karen Pirie le asignan este desagradable caso frío en un mal momento, enfrascada como está en la desaparición de Mick Prentice, el trabajador esquirol. Algo muy turbio se esconde tras este caso, que en un principio parecía rutinario.
Los dos casos, aparentemente no tienen nada en común, pero irán confluyendo mediante sorprendentes giros e inesperadas subtramas.
Es un libro que surge de las propias experiencias como periodista de la autora, que cubrió la huelga minera del norte de Inglaterra en 1984:
"Cuando cubrí las huelgas de los mineros, me impresionó la solidaridad de esa comunidad y cómo las mujeres, por primera vez, tuvieron un papel muy activo organizadas en 'Mujeres contra el cierre de las minas'
Otro de los aspectos más interesantes del libro es la relación que se establece entre pasado y presente. En 'Lugar de ejecución', dedicaba la primera mitad del libro a relatar el crimen ocurrido en 1963 para volver al presente en la segunda parte. En 'El cuerpo tatuado', trataba acontecimientos que habían ocurrido hacía 200 años a través del diario del poeta William Wordsworth. En "Un territorio oscuro", los recuerdos de la gente van completando un puzzle que, ante los ojos del lector, se va convirtiendo en un vivo fresco de la época en que se desarrollaron los acontecimientos.

UN PLAN SANGRIENTO (2015)
de Graeme Macrae Burnet

Esta es la segunda novela del autor, tras un debut glorioso con The Disappearance of Adèle Bedeau, que le valió el premio Scottish Book Trust New Writer Award en 2013. 
Un Plan Sangriento es un true crime de una rara complejidad. Macrae Burnet nos lleva a 1869, en las Tierras Altas escocesas, cuando un triple asesinato especialmente espeluznante sacude a la comunidad. La policía arresta de inmediato a un joven llamado Roderick Macrae, que aparece cubierto de sangre y admite ser el autor de los hechos. Así lo confirma un extraño relato, sorprendentemente lúcido que el joven escribió sobre sus crímenes. Tan lúcido y tan bien escrito que ahí empieza el misterio. 
Pero antes de condenarlo el tribunal debe averiguar qué lo llevó a cometer esos actos de violencia tan despiadada. ¿Acaso estaba loco o era perfectamente consciente de lo que hacía? Solo su persuasivo abogado se interpone entre Macrae y la horca, pero para lograr resolver el misterio y dictar sentencia antes deberán construir un relato congruente con los hechos. Siglo y medio después, Graeme Macrae, descendiente de Roderick, reúne toda la documentación existente sobre el caso en su búsqueda de la verdad. Pero ¿puede un ser humano comprender realmente la mente de otro? Un falso "true crime" situado en el corazón de la Escocia más oscura, que juega a su antojo con los límites de la ficción y cuestiona la validez de los relatos. Muy bueno. 

HAY QUE MATAR A LEWIS WINTER  (2013)
de Malcolm MacKay
Mackay tuvo un debut fulgurante con este extraordinario libro, aunque aquí no hay detectives ni investigación. El protagonista es un asesino profesional que trabaja por encargo. Después de una llamada telefónica tiene una nueva encomienda: matar a Lewis Winter.
No hay misterio en esta novela. Lo que hay es mucho suspense, el que se deriva de la planificación de un crimen que pretende ser perfecto. Pero matar no es fácil y el relato de todas las variables del crimen con sus riesgos (vigilancia, horarios, situaciones de ventaja, cuidado con las evidencias y huellas, etc) irá tensionando la intriga hasta extremos considerables.  
Este original debut cuenta además con un estilo directo y descarnado, basado en frase muy cortas y una moralización mínima. Uno de los puntos fuertes de la novela es la alternancia de puntos de vista. Cada capítulo está narrado desde el punto de vista de un personaje distinto, formando así un rompecabezas que el lector va completando.

El segundo libro de la serie, How A Gunman Says Goodbye ganó el Premio Deanston al mejor libro escocés de novela negra del año. Junto al tercero, The Sudden Arrival of Violence, forma la Trilogía de Glasgow.

EL CUARTO OSCURO (The Cutting Room)
de Louise Welsh
No se trata sólo de un debut asombrosamente logrado, también es uno de los mejores libros de cualquier género. Con esta obra Welsh ganó el Premio Creasey Dagger de la Asociación de Escritores Criminales a la mejor primera novela policiaca. El relato es misterioso, ricamente gótico y sexualmente cargado; ambientado en el mundo de un subastador y su descubrimiento de lo que puede ser una colección de fotografías snuff
El decadente subastador Rilke está limpiando el contenido de la casa de un anciano fallecido cuando encuentra una colección de fotografías violentas y perturbadoras que aluden a la muerte de una misteriosa joven. Impulsado por descubrir más, Rilke se adentra en un inframundo de crimen y depravación que arrastra al lector. Welsh dibuja brillantemente un Glasgow gótico de desesperación y decadencia mientras desnuda las profundidades de la desviación humana.
Louise Welsh, nacida en 1965, en Londres, es una autora inglesa de cuentos y thrillers psicológicos, residente en Glasgow. También ha escrito tres obras de teatro y una ópera.
Rilke no tiene nada que ver con el famoso poeta aunque es un experto en arte y siempre viste de negro. Trabaja en la casa de subastas de Rose, su amiga y a veces enemiga. Podría ser su novia si Rilke no fuera homosexual. Un día lo llama una anciana solterona  cuyo hermano acaba de morir. Quere tasar y vender el contenido de su casa, la última gran mansión de Glasgow, la de los McKindless.
La anciana le comunica a Rilke que su hermano tenía un estudio privado de cuyo contenido también se quiere deshacer: "Le agradecería su discreción", le dice. Rilke prevé una auténtica cueva de Alí Babá, rebosante de tesoros.
Entre las joyas más ocultas encuentra una espléndida biblioteca de primeras ediciones de libros prohibidos, pornografía mítica y netsukes eróticos que ilustran escenas de sexo y muerte. Pero en medio del arte elaborado irrumpe lo real, una colección de fotografías de posguerra, la ilustración de las juergas del entonces joven dueño de la casa que muestran orgías y escenas desenfrenadas. Entre aquellas viejas fotografías descubre una serie con una joven desnuda, atada a un altar erótico y sacrificial que, en las fotografías finales, aparece inequívocamente muerta. La garganta cortada y las heridas sangrantes dibujan un terrible mapa del deseo.
Por supuesto esta gran familia involucra a la ciudad de Glasgow, que también es un personaje: opresivo, turbio y ominoso. El escenario de una fábula sorprendente.


miércoles, 27 de enero de 2021

HÉCTOR ABAD FACIOLINCE: El novelista en la Biblioteca de Babel - por Orlando Mejía Rivera













En su libro "La generación mutante" sobre los nuevos narradores colombianos, el escritor y profesor Orlando Mejía Rivera nos propone una idea del escritor contemporáneo como lector-escritor.







“Ahora estoy convencido de que la literatura, la de hoy
por lo menos, es una mierda, una vanidad inútil, un ruido
que se añade a la música de los siglos, cuando escribir
era todavía algo valioso. Ya no sabemos escribir historias,y Medellín jamás tendrá su Balzac”
                                                      Héctor Abad Faciolince. Basura.



Héctor Abad Faciolince: El novelista en la Biblioteca de Babel 


1

Héctor Abad Faciolince, novelista, cuentista, periodista y traductor del italiano al español (de autores como Umberto Eco, Bufalino y Lampedusa), nació en Medellín en el año de 1958. Fue el director de la revista de la universidad de Antioquia y ha sido columnista en el periódico El Espectador y en la revista Cromos. En la actualidad es colaborador de la revista literaria El Malpensante y de Cambio, donde se ha caracterizado por la irreverencia y el decir las cosas por su nombre, en una nación que todavía le rinde culto a la mentira y a las hipócritas “buenas maneras”.

Su vida ha transcurrido más tiempo fuera del país que en su ciudad natal, pues durante unos diez años, y a raíz del asesinato de su padre (médico salubrista, ensayista, profesor universitario e intelectual de izquierda), vivió en Italia. Luego retornó a Colombia, pero en los últimos años reside entre Medellín y cualquier ciudad del mundo dando conferencias, seminarios de literatura o escribiendo de ciudades extrañas como, por ejemplo, El Cairo. Estudió periodismo en la Universidad de Antioquia y Literaturas y lenguas modernas en la universidad de Turín.

Autor del libro de cuentos Malos pensamientos (1991), de las novelas Asuntos de un hidalgo disoluto (1994), Fragmentos de amor furtivo (1998), Basura (2000), y del inclasificable texto Tratado de culinaria para mujeres tristes (1997). Con su novela Basura ganó, en marzo de 2000, el I premio de narrativa americana innovadora organizado por Casa de América de Madrid y la editorial española Lengua de trapo.

(Posteriormente ha publicado El olvido que seremos, Angosta y La Oculta)


2

Imagino a Héctor Abad como el novelista en la biblioteca de Babel de Borges: recorre los estantes de los libros arquetipicos y eternos, los abre, los lee, y luego los olvida. Después se sienta y escribe sus versiones de las mismas historias que siempre han sido la literatura, pero renovadas con el lenguaje y la mirada de un lector-escritor contemporáneo que juega a parodiar los clásicos y los autores que fundaron los géneros narrativos.

Por eso es lógico y obvio encontrar en los libros de Abad Faciolince los ecos intertextuales de obras, escritores y temas literarios. En Asuntos de un Hidalgo disoluto donde las memorias de Gaspar Medina están recorridas por la parodia a Don Quijote de Cervantes, a Gargantua y Pantagruel de Rabelais, al Candido o el optimismo de Voltaire, a Jacques el fatalista de Diderot, a la novela picaresca española y al tema medieval del amor cortes (como lo analiza bien el crítico Mauricio Vélez Upegui)[1].

Los consejos del Tratado de culinaria para mujeres tristes son la síntesis paródica de la obra "ligera" del poeta romano Ovidio: desde su Arte de amar, Remedios de amor, hasta De los Medicamentos de la cara, manual de maquillaje. Pero también es la recreación de un género literario que nació en la Edad Media, cuando debido a que los hombres europeos se alistaron de forma masiva en las guerras de las cruzadas religiosas, las mujeres quedaron en sus casas y se convirtieron en las principales lectoras de la época. Como ahora, cuando empieza a predominar las escritoras y las lectoras de ficción, pues los hombres están muy ocupados con las nuevas "guerras" de las tecnologías del mercado y las transnacionales de la globalización.

En Fragmentos de amor furtivo la historia de amor y sexo entre Rodrigo y Susana, en medio de la "peste de plomo" de Medellín, está presente la atmósfera del Decamerón de Bocaccio y la Sherezada de las Mil y una noches cuando Susana relata a Rodrigo las historias de su pasado erótico, para curarlo del mal de la impotencia, y así evitar que otra cabeza, la más importante la del segundo piso, ruede por el suelo para siempre.

En Basura Héctor Abad parodia no un libro ni un tema literario, sino una idea de la teoría crítica, "el grado cero de la escritura" que el francés Barthes pronosticaba para los narradores de la modernidad: Si ya todo está escrito y la idea de la literatura como sublime camino de la búsqueda de la verdad y la transformación social del mundo, sólo produce hoy una risa sarcástica o un suspiro de nostalgia, entonces... ¿Qué queda? quizá el silencio, o la levedad (a lo Italo Calvino) de parodiar y reescribir, de reemplazar con humor negro la antigua trascendencia de la literatura, pero, sin esperar ya nada, pues el escritor moderno es consciente de la inutilidad de su obra y de la ficción misma.

Basura es la novela trágica de ese lúcido narrador en la biblioteca de Babel, atragantado de palabras de otros, que vuelve a recordar todo lo que leyó y al compararse con los libros arquetipicos de los estantes, sabe qué o se vuelve humilde y asume su papel de "re-creador" de la literatura, o se llena de ira y angustia y se bloquea como escribidor al pretender crear "una obra maestra". Abad Faciolince al contrario de su personaje Bernardo Davanzati (un escritor amargado, -- nunca escribió nada que le gustara -- y fracasado -- los críticos destrozaron su primera novela publicada --, que sólo sigue escribiendo para botar a la basura) escogió la primera vía: escribir y divertirse, jugar con él mismo y el lector, pensar con el cuerpo (como enseñaban los chinos) y, de forma paradójica, mostrar realidades y honduras "míticas" del "Ser colombiano" mediante los vehículos narrativos de la tradición cultural y la re-escritura de los textos de la literatura universal. Además la parodia es la fuente originaria de la novela moderna. A veces se olvida, sobre todo a los petulantes que se creen originales o que exigen originalidad de otros, que Cervantes escribió el Quijote como parodia de las novelas de caballería.

El mundo literario de Héctor Abad, que poco a poco se hace más sólido y gratificante para el lector, me recuerda esa otra genial idea de Borges: la mejor literatura se ha hecho por aquellos que nunca han pretendido escribir "grandes obras maestras", sólo escribir, así no más, como un acto fisiológico, como lo más auténtico del Davanzati de Héctor Abad: "Escribo y sé que nunca nadie va a leer lo que escribo, escribo porque tengo el vicio incurable de escribir, escribir como quien orina, ni por gusto ni y a pesar suyo, sino porque es lo más natural, algo con lo que nació, algo que debe hacer diariamente para no morirse y aunque se esté muriendo"[2].


[1] Vèase Mauricio Vèlez Upegui. “De Asuntos de un hidalgo disoluto”. En: Revista Estudios de literatura colombiana. N4, Enero-Junio 1999. pag: 47-74.
[2] Hèctor Abad Faciolince. Basura. Madrid. lengua de trapo. 2000. pag: 21.