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miércoles, 16 de julio de 2025

LA EDAD DORADA - creada por Julian Fellowes


Preparados, listos, ¡ya!....¡espadas en ristre! porque el duelo comienza y no habrá piedad...aunque siempre guardando la etiqueta. Estamos en la década de 1880 en Nueva York y la alta sociedad neoyorkina ve con escándalo cómo los nuevos ricos pretenden acceder a sus clubs y salones exclusivos sin ningún recato.
¡Hasta ahí podríamos llegar!
La guerra más íntima, educada e implacable está abierta entre la vieja alcurnia neoyorkina y la nueva élite millonaria e industrial, y nosotros seremos testigos de este acoso tan elegante como descarnado.

John Fellowes, el curtido guionista de Downton Abbey, traslada su afilada pluma a la bullente ciudad de Nueva York que, tras dejar atrás la Guerra Civil, inicia una despiadada carrera hacia la riqueza y la prosperidad. La expansión del ferrocarril y de las ciudades está creando una nueva clase de muy ricos que se apresta a integrarse en los círculos de poder y de la alta sociedad con pleno derecho... pero no cuentan con la defensa numantina que las familias de rancio abolengo harán de su exclusividad. La batalla es sorda pero fiera, muchas veces trivial, llena de sonrisas falsas y desplantes pero, sobre todo, apasionante.



La T1 se inicia con  la llegada de los Russell a la muy noble calle 61, esquina 5ª avenida, donde van a estrenar una ostentosa mansión que pretende dejar a todo el mundo boquiabierto. Justo enfrente viven las hermanas van Rhijn-Brook, Agnes (Christine Baranski) y Ada (Cinthya Dixon), aristócratas sin título que hunden sus raíces en la época de los pioneros. Agnes está escandalizada por el descaro y la fastuosidad de sus nuevos vecinos y jura que nunca cruzará la calle para visitar a semejantes plebeyos.

Por su parte Bertha Russell (Carrie Coon) viene de una familia sin linaje pero una vez casada con el titán de los ferrocarriles George Russell (Morgan Spector) no se conforma con triunfar en los negocios y la industria... quiere reinar en la vida social de Nueva York y sobre sus rancias familias. Las escaramuzas a las que asistimos durante toda la primera temporada son tan incruentas como encarnizadas. Todo vale para figurar en lo más alto del escalafón. Engaños, amenazas, desplantes. Incluso los negocios del marido serán instrumentos para acceder a esa élite tan exclusiva como cerrada. 



El fresco social es lo suficientemente amplio como para sumar todo tipo de conflictos y desafíos. Recordemos que en aquella época se hablaba de Los Cuatrocientos, una exclusiva lista del "dinero viejo" neoyorkino que gobernaba la vida social bajo la autoridad de "La Señora Astor".

A la media docena de familias aristocráticas hay que sumar a la Sra. Chamberlain (Jeanne Tripplehorn), sometida a un estricto ostracismo por romper las reglas del decoro. Todo ello se complementa con los pequeños dramas de las docenas de criados, doncellas y lacayos que habitan cada mansión. Lo paradójico es que con todo este cúmulo potencial de conflictos y disputas, y en medio de un diseño de producción realmente apabullante, la serie resulta extrañamente superficial. La sangre nunca llega al río (salvo un concejal que se enfrenta al poderoso Mr. Russell). Una cáustica periodista llegó a resumir toda la primera temporada en un simple punto climático, ¿tanto dar vueltas sólo para ver si finalmente Agnes cruza la calle?.



Podríamos tildar a The Gilded Age como una fastuosa telenovela, llena de despampanantes trajes de época, sombreros imposibles y escándalos sensacionalistas producto de nimias faltas de etiqueta; pero también tendríamos que decir que esta telenovela tiene un atractivo picante y la suficiente mala leche como para resultar perversamente embriagadora. Creo que esto tiene que ver con representar una paradoja, la de retratar una guerra despiadada en un entorno de lo más refinado.

Pero a esta atracción cabe señalarle algunos debe. El primero es que en general resulta demasiado amable. Fíjate que uno de los problemas más escandalosos de la primera temporada es que se descubre que el chef francés de los Russell es en realidad originario de Kansas. Bueno, pelillos a la mar. Del mismo modo cuando la ruina económica amenaza primero a la sobrina de las van Rick, luego a los propios Russell y posteriormente a la dignísima Agnes, las aguas no tardan en volver a su cauce. Parecería que los ricos tuviesen asegurado su status. Finalmente es notorio que en la mezcla de dramas que viven señores y criados, los de estos últimos están subrepresentados. 

-Los de abajo-




John Fellowes declaró en la presentación de la serie, en 2022, que estaba interesado en representar las clases sociales en Nueva York y el ascenso social que América lleva en los genes; pero su retrato es demasiado estático. Parece que Fellowes sigue la indicación de Ada cuando le dice a su hermana "La sociedad ha cambiado, Agnes. La clave está en adaptarse a lo nuevo sin trastocar el barco".

La serie busca su inspiración en la vida de Alva Vanderbilt y en la novela La edad de la inocencia de Edith Warton; pero parece claro que la mirada crítica del libro está muy reducida y la dinámica de clases muy poco representada. Incluso la única coprotagonista de raza negra tiene cierto status -sus padres son unos burgueses que regentan una farmacia- y una buena educación, que le sirve para emplearse como periodista. Lo que sí tiene la serie es una fuerte impronta femenina. Sus principales protagonistas son mujeres de armas tomar y también están muy presentes los movimientos sufragistas de la época. 

No en balde la vida de Alva Vanderbilt que inspira la obra es muy jugosa y nos muestra a una mujer adelantada a su tiempo. Era hija de comerciantes que, tras casarse con el soltero de oro William Vanderbilt, se convirtió en la reina de la sociedad neoyorkina a golpe de chequera desbancando a Caroline Astor como dueña y señora del "prestigio" que gestionaba su clase a través de bailes anuales, galas benéficas y todo tipo de eventos. Alva Vanderbilt construyó una especie de castillo francés en plena 5ª Avenida de Manhattan para cuya inauguración organizó un baile de máscaras con más de mil invitados. No sólo eso, como alternativa a la rancia Academia de la Música que acogía a la alta sociedad, mandó levantar la Ópera Metropolitana que hasta hoy en día es el templo de la música clásica en la ciudad. Siempre tuvo muy presente que "el dinero da poder". E incluso no tenía inconveniente en repetir que "todas las mujeres deberían casarse dos veces. La primera por dinero; la segunda, por amor". En los albores del siglo XX, ya viuda y en la cúspide de su vida abrazó la causa del sufragio femenino, donando grandes sumas al movimiento tanto en Inglaterra como en Estados Unidos.  




La T2 tiene dos líneas narrativas reconocibles. Por un lado está lo que podríamos llamar la Guerra de la Ópera, ya que a pesar de que Bertha Russell ha conquistado Nueva York, quiere certificarlo accediendo a la propiedad de un palco en la prestigiosa Academia de la Música, cosa que la Sra. Astor todavía le niega. Y eso a pesar de que, como le recuerda su marido, "si ni siquiera te gusta la ópera". A lo que ella responde con el brillo acerado de su ambición: "La ópera es donde la sociedad se exhibe". 

Por otro lado se aprecia que las tramas de esta temporada introducen algo de la más mostrenca realidad en esa burbuja de seda y armiño. Por ejemplo conoceremos cómo y a través de quién el esposo de Bertha Russell amasó su fortuna. También veremos un cambio drástico en los roles de poder de la hermanas van Rhijn. La dominante Agnes verá cómo su alocado sobrino Oscar (Blake Ritson) prácticamente la arruina y será la apocada Ada la que se encontrará con una abultada herencia que la convertirá en jefa de la casa. Eso sin dejar de lado la trama más ordinaria que sigue a Peggy (Denée Benton), la amiga negra de Marian. Es un personaje aislado de las tramas principales, pero nos permite conocer la época fuera del glamour de la Quinta Avenida. Por ejemplo las primeras demandas de los trabajadores por conseguir mejores horarios y condiciones laborales. Además, cuando Peggy se traslada hasta Alabama para realizar un reportaje, podemos entrever el fuego pavoroso de la violencia racista.





Para poder tener una mayor libertad compositiva, Fellowes ha creado personajes protagonistas ficticios a los que acompañan secundarios tomados de la realidad para respaldar los eventos históricos que reflejan la época (como la expansión del ferrocarril, la inauguración del primer edificio con luz eléctrica o la creación de la Cruz Roja). 

La serie es muy placentera de ver y fascinante en el retrato de los usos y costumbres. Su dirección de arte, escenografías y vestuario son de una opulencia exquisita. Fellowes construye su relato con solidez y elegancia en la puesta en escena y clasicismo en la narración, sin olvidarse de unas necesarias gotas de ácido; como cuando Agnes le dice a su sobrino "me voy a subir a cambiar para la cena" y éste le responde "no creo que lo consigas".






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The Gilded Age consta de 3 temporadas y 25 episodios. Retrata un período histórico de EEUU denominado así que abarca desde 1870 a 1890, justo después de la Guerra de Secesión. En esa época se produjo una gran expansión económica, industrial y demográfica que trajo consigo grandes desigualdades económicas y sociales. 
La primera mitad de la Edad Dorada coincidió aproximadamente con la era Victoriana en Inglaterra y con la Belle Époque en Francia. 
Viñeta satírica de la época

domingo, 16 de febrero de 2025

Un ASESINATO en EL FIN DEL MUNDO - creada por Zal Batmanglij y Brit Marling



















La Inteligencia Artificial (IA) ya ha llegado y está en boca de todos por la supuesta amenaza que representa... y no sólo para miles de puestos de trabajo. Esta es una serie de intriga y asesinatos que se desarrolla en un hotel perdido en los confines de Islandia; pero que se remata con un comentario muy relevante sobre el papel que podría jugar la IA.

Darby Hart (Emma Corrin) es un joven escritora que está en el candelero por la publicación de un libro "true crime" sobre su experiencia investigando a un asesino en serie de mujeres. También es hacker aficionada y admiradora de Lee Andersen (Brit Marling), una pionera en el campo del hackeo y las redes que se retiró para casarse con Andy Ronson (Clive Owen), multimillonario y máxima autoridad mundial en tecnología e Inteligencia Artificial. El éxito del libro hace que sea invitada por el gurú Ronson a un retiro de máximo nivel junto a ocho personas célebres por liderar sus campos en la ciencia, el arte o la tecnología. El reto que lanza a sus invitados es morrocotudo: el cambio climático ya es irreversible y la tecnología nos tiene que ayudar a mantener habitable la Tierra. Espera que entre todos puedan detectar y debatir las ideas que conformarán nuestro futuro. 

El lugar del retiro es un hotel remoto y poco accesible en el borde del Círculo Polar Ártico. Es un especie de refugio construido por Ronson y está dotado de todos los avances que la tecnología puede ofrecer, incluida una avanzadísima IA recién creada por él que igual te prepara un baño caliente a 34º exactos que te resuelve una ecuación de fluidos o te ayuda a gestionar tus problemas de ansiedad. Cuando Darby llega allí se encuentra con dos sorpresas sucesivas. La primera es que entre los invitados está Bill (Harris Dickinson), su antiguo socio de investigación criminal, ahora convertido en Colmillo, un excéntrico artista callejero con modales de poeta maldito. La segunda ocurre esa misma noche, cuando Darby se lo encuentra muerto en su habitación. Todo el mundo lo ve como un accidente, pero Darby intuye que ha sido un asesinato e inicia una investigación por su cuenta.



La serie se articula en torno a dos líneas temporales que se van alternando. Por un lado seguimos la cruzada amateur que Darby y su compañero Bill mantuvieron contra el psicópata asesino de mujeres. Y por otro asistiremos en directo al desarrollo de la investigación que Darby lleva a cabo en el hotel, sin asistencia de la policía, ya que están aislados por una brutal tormenta.

Darby tiene un aspecto aniñado y frágil, siempre ensimismada con sus auriculares, pero es muy inteligente y decidida. Tras el éxito de su libro se la conoce como «la Sherlock Holmes de la Generación Z». Su afición detectivesca le viene por haber acompañado desde niña a su padre forense en docenas de autopsias y escenas del crimen. Pero también es una experta hacker muy sensible con los asesinatos de mujeres. Pirateó la base de datos de la policía y quedó abrumada por la cantidad de asesinatos de mujeres archivados sin resolver; así que se puso manos a la obra. El hilo que descubre son pequeñas joyas de plata que siempre aparecen junto a los cadáveres. Movilizando a la colonia hacker la pareja va tirando de ese hilo que les acaba llevando hasta el origen de la serie y la identidad del psicópata.

En paralelo asistimos al grueso de la investigación en el hotel, un espacio de lo más inquietante por estar aislado en medio del hielo y porque a pesar de la abrumadora tecnología que lo sustenta esconde secretos en cada habitación. La alerta de Darby tiene premio cuando descubre al experto biólogo saliendo del hotel y dirigiéndose a una montaña cercana. Desde allí lanza unas señales luminosas en código morse hacia la costa cercana... pero cuando al día siguiente intenta hablar con él, también aparece muerto.



Antes de meterse en un laberinto de cadáveres y pistas, la serie explora inquietudes contemporáneas como la dependencia de la inteligencia artificial, el perturbador rol mesiánico que adjudicamos a los empresarios tecnológicos y la inoperancia de gobiernos y sociedades ante el cambio climático.

Son sólo 7 episodios de intriga muy consistente que están muy bien rodados e interpretados; pero en sus episodios centrales encuentro un desagradable parón. En ellos los guionistas juegan al mismo juego que Agatha Christie estableciera en el clásico "Los diez negritos". Un espacio cerrado y un grupo de personas que debemos ir descartando como sospechosos mientras se suceden los asesinatos. Para mí es la parte menos interesante. Ahora bien la serie vuelve a activarse en los episodios 6 y 7 con el propio matrimonio Ronson en el centro de la intriga. ¿Los crímenes esconden un complot contra el magnate? ¿O un plan secreto de dominación?

Por su parte la investigación que llevan a cabo Darby y Bill profundiza en la relación personal de estos dos jóvenes revelando contradicciones muy contemporáneas. Muchos críticos han subrayado este desarrollo dramático como algo muy novedoso, donde se puede percibir el modo en que se relaciona la generación Z. Yo creo que no es para tanto. En cambio sí me llama la atención la dualidad sorprendente que se establece entre Darby y las mujeres asesinadas. Las mujeres víctimas tienen un rol tradicional, muy diferente del de su vindicadora; aunque éste no tiene por qué ser el de una mujer granítica o robusta. La fortaleza de Darby se cifra en su empatía y una fina inteligencia.



La guionista y actriz Brit Marling se ha encargado de dejar muy claras sus pretensiones:
“Queríamos entrelazar dos géneros, está el clásico whodunit [quién lo hizo], pero también la historia de los orígenes de Darby, que en realidad es una historia de amor y una road trip, mientras ella y Bill viajan por el oeste de Estados Unidos, dos detectives aficionados lidiando con un caso sin resolver y lo que ocurre con ellos mientras hacen ese viaje juntos. El whodunit hace que la historia de amor en ese viaje en coche sea más tensa, y la historia de amor hace que el misterio sea más emocional y con más peso. Esa especie de polinización cruzada era muy interesante”.







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Brit Marling
y Zal Batmanglij son una actriz y un director que junto a Mike Cahill  (director de I Origins) han compartido tareas de escritura y dirección en diversas películas independientes con gran reconocimiento en el festival de Sundance. Marling y Batmanglij buscaron ampliar horizontes narrativos creando la serie 
‘The OA’, para Netflix; una historia compleja y enrevesada  que fascinó e indignó a partes iguales. Brit Marling se estrenó como protagonista televisiva en la serie “Babylon”,  un original policíaco creado por Danny Boyle.

lunes, 14 de octubre de 2024

TOP BOY - creador RONAN BENNETT






"Top Boy" es una joya.
El retrato que hace de un suburbio de Londres es brutal y sórdido, pero es que -además- su seña de identidad son los personajes, intensamente cotidianos, de carne y hueso.

La acción transcurre en el suburbio ficticio de Summerhouse, en el extrarradio de Londres, un barrio de aluvión donde se hacinan todo tipo de inmigrantes (caribeños, chinos, africanos, árabes,...) en medio de la pobreza y la falta de oportunidades.

Dushane (Ashley Anthony Walters) y Sully (Kane Robinson) son dos jóvenes de ascendencia jamaicana que fueron amigos íntimos en la infancia, pero sus derroteros los han llevado a enfrentarse para ver quien es el Número Uno, el Top Boy de su deprimido barrio. Sólo uno puede ascender hasta la cima y reinar sobre Summerhouse... aunque solo queden cenizas sobre las que gobernar. 

Top Boy se compone de 5 temporadas que han tenido un camino bastante accidentado. Las dos primeras se emitieron en Channel 4 en 2011 y 2013 respectivamente. Tuvo buena crítica y público fiel, pero fue cancelada. Sin embargo el rapero canadiense Drake era tan fan de la serie que movió todos los hilos posibles hasta que Netflix la retomó, con él como productor ejecutivo. Esas dos primeras temporadas son conocidas como Top Boy: Summerhouse, mientras que Netflix presenta su continuación como T1, T2 y T3. Hay que reconocer que con Netflix subió el nivel, la representación del "gueto" resulta menos estereotipada, aumenta el papel de las mujeres y hay una humanidad más palpable en el drama. 



Así que la T1 de Netflix comienza con los cabecillas fuera de Summerhouse. El tiempo en que manejaban el cotarro a su antojo ya es pasado. Ahora Dushane está huido malviviendo en Jamaica mientras que Sully está en prisión, tratando de mantenerse íntegro ante su inminente liberación. Cuando ambos vuelven a las calles de su barrio con sed de poder y dinero, se encuentran con competencia. El hueco dejado por la vieja guardia lo está aprovechando Jamie, un joven e implacable traficante que está dando forma a una nueva banda.

Top Boy ha sido comparada con el clásico The Wire, de David Simon, por el retrato seco y a pie de calle de todo un ecosistema de drogas, corrupción y crimen. En el clásico de Simon el centro de atención eran las escuchas de la policía y una corrupción que afectaba a barrios enteros, políticos y policías de la ciudad de Baltimore. En el caso de Top Boy también se dibujan los trapicheos y los problemas de las líneas de abastecimiento (hasta hay una ramificación con España donde aparece Hugo Silva). La diferencia es que en Top Boy apenas hay policía, el drama se concentra en las bandas y las gentes del barrio.



El relato es de un realismo doloroso, sin un ápice de artificio. La cámara sale desnuda a la calle para atrapar la feroz realidad de este barrio deprimido y en manos de las bandas. Aunque no esperes encontrar allí glamurosas mafias, cochazos y trajeados matones. En Summerhouse todo se orienta a la urgencia de sobrevivir y salir de la pobreza. Su creador, Ronan Bennett no hace concesiones; no importa que sean niños, mujeres embarazadas o jovencitos de color con grandes notas en el colegio. Si todo tiene que salir mal, saldrá mal, y ver la serie puede suponer salir herido por lo verosímil y convincente del relato.

Hay madres honradas que se matan a trabajar para poder ofrecer un futuro a sus hijos. Hay jóvenes buscándose la vida y personas sin papeles que hacen cualquier cosa para sobrevivir. De todo eso se aprovechan las bandas para mantener activa su guerra por el "territorio" y su máquina de triturar personas. Lo cual no es mucho peor que el "sistema" que los obliga a vivir bajo la amenaza de la policía de inmigración. Ronan Bennett también cuenta con pasión estas pequeñas subtramas, como por ejemplo cuando la policía saca a rastras a una mujer de su casa por no tener pasaporte. Nadie tiene en cuenta que cuando la trajeron a Inglaterra era un bebé y entonces no lo exigía el gobierno. De ahí que en el apoteósico final se entrelacen el ajuste definitivo de cuentas entre los dos cabecillas y la explosión social de las gentes del barrio incendiando coches de policía y destruyendo propiedades. 

Little Simz en el papel de Shelley


La rapera Little Simz interpreta a una esteticista del barrio y ella misma creció no muy lejos de Hackney, lugar donde se supone que se desarrolla la trama. En una entrevista en The Guardian avalaba el naturalismo de la serie: "He presenciado de primera mano cada historia que se cuenta en la serie. Incluso conozco en la vida real al personaje que interpreto. Es algo muy cercano a mi hogar".

La serie es apasionante. Desde el minuto uno sabe lo que quiere, retratar visceralmente a las pandillas y su caldo de cultivo sin olvidar las relaciones familiares que las atraviesan. El deseo de poder y estatus son temas centrales, pero ni más ni menos que el interés que muestra por la situación social y familiar de estos barrios abandonados a su suerte. Aquí se palpan problemas tan acuciantes como la alienación por estar sin papeles o sin trabajo, la pobreza persistente, la adicción a las drogas, la salud mental o el ser madre soltera.




Las líneas narrativas abarcan múltiples personajes, todos complejos y cotidianos, que sobreviven como pueden en medio de la violencia y el drama familiar. Niños, limpiadoras, peluqueras, asistentes sociales y ricachonas forrándose con la miseria de los desfavorecidos. La serie les dedica tiempo todos. Tiempo para revelar los lazos emocionales y psicológicos que los mantiene conectados. Sorprende ver al violento Sully actuar con suma ternura con su exmujer mientras intenta retomar la relación con su hija. También hay tiempo para recorrer las circunstancias del bondadoso niño Ats, que lo llevan a convertirse en camello y verse en el centro de un enredo mortal. Y por supuesto hay tiempo para profundizar en la relación entre Dushane y Sully o para mostrar cómo el líder emergente, Jamie, protege a sus dos hermanos pequeños, manteniéndolos lejos de la mierda y centrados en sus estudios. ¡Si hasta asiste a las reuniones del colegio con el tutor de su hermano Stefan!




La serie cuenta el día a día de unos personajes por los que se llega a sentir empatía merced a su voluntad de abrirse paso en la vida mientras potencian sus lazos familiares. Dushane, Sully, Jamie o Jaq son unos bastardos despiadados y reprobables, pero en tu corazoncito esperas que consigan una vida mejor. Hacia el final Sully le confiesa a su compañero y enemigo: "Si no somos monstruos, somos comida. Y yo nunca podría ser comida".






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Los dos protagonistas ya eran unos reconocidos raperos: a Dushane lo interpreta Ashley  Walters conocido como "Asher D" y a Sully le pone el careto Kane Robinson, más conocido como "Kano". 
T1  4  episodios  2011
T2  4  episodios  2013
T3 10 episodios  2019
T4  8  episodios  2022
T5  6  episodios  2023

martes, 28 de mayo de 2024

FALLOUT - de Geneva Robertson-Dworet y Graham Wagner


He de decir de entrada que nunca he jugado al videojuego Fallout que inspira esta serie.  También que en Filmaffinity la serie tiene un potente 7,5 que en IMDd asciende a un todavía mejor 8.5.

Todo esto viene a cuento de que acabo de ver la serie completa junto a dos jóvenes amigos que sí han jugado y que se han mostrado muy satisfechos con la serie. Uno me dijo: "Es una maravilla porque es el videojuego hecho película".

Pues bien. Debe ser eso. Que yo no he jugado al videojuego.
Porque esta exitosa serie a mí me ha parecido floja y hasta tontorrona. Como serie.

Recapitulemos.
La serie se inspira en el videojuego de una aclamada saga de rol y acción que transcurre en un mundo postapocalíptico en el que tienes que explorar, luchar y tomar decisiones contra todo tipo de amenazas en forma de personajes excéntricos, facciones agresivas y entornos donde abundan los misterios. Básicamente se trata de un juego de supervivencia en un mundo postapocalíptico.
Y así es en la serie.

El Ghoul y su perro

Estamos 200 años después del cataclismo nuclear que asoló la Tierra. La sociedad se ha derrumbado y nos encontramos con diferentes protagonistas que han de buscarse la vida en este mundo yermo y asilvestrado.

La principal es Lucy MacLean (Ella Purnell) muchacha encantadora y superpositiva que vive en el refugio 33, allí donde lograron refugiarse los más pudientes antes el cataclismo nuclear. En estos refugios se vive con la esperanza de que se limpie la superficie para poder volver a instaurar una sociedad civilizada. Pero todo se tuerce cuando los salvajes del exterior logran penetrar en el refugio y matar a un buen puñado de gente, llevándose secuestrado al líder y padre de Lucy. Ella se impone la misión de rescatarlo y por eso sale al mundo exterior.

En paralelo se nos presenta al Ghoul (el necrófago), una persona medio zombi que vivió antes del cataclismo nuclear y que aún permanece viva. A través de sus recuerdos nos asomaremos a aquella Norteamérica colorista  y feliz de los años 50 donde imperaba el odio al comunismo, el miedo a la bomba nuclear y al fin del mundo. De ahí que el gobierno cediera los derechos de construcción de refugios antinucleares a la corporación Vault-tec. Para que pudiera ofrecer un futuro digno a todo americano de bien.

El caballero Titus con su escudero

El tercer hilo narrativo proviene de la Hermandad del Acero. Una cofradía de monjes-soldados que disponen de un puñado de caballeros (así son llamados) que se introducen en armaduras robóticas para intentar hacer el bien en un mundo despiadado.

Los tres se encontrarán en el camino o lo que es lo mismo, en el Yermo, un lugar desértico con aldeas y granjas calcinadas donde los humanos malviven como ratas. El objeto que persiguen los tres es un científico escapado de las instalaciones gubernamentales con el secreto más grande del mundo. 

Pues bien, todo me parece un refrito de poca entidad y con situaciones bastante arbitrarias. El poblado al que llegan los tres es el Vertedero, que no es más que una aldeúcha repleta de detritus y chatarra de las que hemos visto unas cuantas docenas en películas de serie B. Allí tiene lugar la primera pelea entre el caballero Titus y el Ghoul... que resulta un tanto patética. La poderosa armadura del caballero no le sirve de mucho y sus puñetazos al aire parecen un baile infantil. Acaba humillado como si fuese un Geyperman barato. 

Por su parte el refugio 33 parece el paraíso de la felicidad. Todo el mundo sonríe sin parar y se llevan entre sí superestupendamente. Hasta los adultos se comportan como niños cándidos e inocentes. Son tan tontuelos y superpositivos que dan arcadas.  Esta ciencia ficción de andar por casa se mezcla luego con la fantasía de El Ghoul; una especie de cazarrecompensas que va por libre. Finalmente el muchacho de la Hermandad del Acero es blando y cobarde; además de carecer de cualquier carisma. Parece el conserje que ha pasado por ahí. 
  

Lucy es tan inocente porque ha estado siempre superprotegida en un entorno controlado. Se supone que saliendo al exterior se endurecerá. Pues no. Es tontuela y superpositiva como un dibujo infantil. La propia web de Prime la describe de esta forma tan pastelosa: "Forma parte de la Asociación de Jóvenes Fontaneros, del club de gimnasia y del equipo C de esgrima y practica educación física de nivel intermedio y tiro al blanco. Su gran pasión es enseñar historia de los Estados Unidos con un enfoque ético. En su tiempo libre le gusta ver películas con su padre, la jardinería (actividad que también hace con su padre) y el club de lectura familiar (de nuevo, con su padre). Es alegre y sorprendentemente directa y se caracteriza por su espíritu resolutivo americano." Pues eso.

La serie tiene trazos de western para que todo parezca más rudo. Por el aspecto desolado del paisaje y por imperar la ley del más fuerte. El mismo Ghoul viste y dispara como un cazarrecompensas y sin duda es el personaje más interesante. Un tipo amargado que sobrevive tomándose un brebaje y no deja de recordar sus tiempos de humano 200 años atrás. A la postre allí encontraremos la clave de todo lo que está pasando. La misteriosa poción que bebe sirve para todo, para evitar que se convierta en un monstruoso zombie; pero también para administrárselo a alguien herido o muerto, el cual renacerá completamente sano. Guau. Uno de esos médicos/charlatanes también sacados del western se lo administra a un escudero herido y logra recomponerle un montón de huesos rotos. Mientras que el Ghoul también se lo administra a un perro muerto logrando revivirlo completamente sano. Creo que la idea de un charlatán vendiendo botellines de poción mágica es supercorrecta.



Hay varias líneas de suspense que están resueltas de forma sólo regular. Una es que todos los líderes que se han venido eligiendo en el refugio 33 resulta que provenían de intercambios con el refugio 31: ¿Por qué esto es así y que esconde el refugio 31 en el que nadie ha llegado a penetrar? Como la serie ha venido dando bandazos entre el drama y la acción sin despegar mucho, en  ningún momento ha abierto el camino hacia lo cómico o grotesco, que en donde el misterio del refugio 31 hubiese encajado perfectamente (¡Ay!, aquellas cortinas que escondían al mago de Oz). De modo que cuando el misterio se resuelve no es más que una tontuna más.

Tanto Lucy como el escudero de la Hermandad del Acero son personajes antihéroes y anticlimáticos. Sosos.
Lo más interesante lo encuentro en los flashbacks que nos lanza El Ghoul de aquellos años previos al cataclismo; puesto que de aquellos polvos vienen estos lodos. Como dice un personaje, el gobierno privatizó el miedo al fin del mundo en una era nuclear. La corporación Vault-Tec recibió el encargo del gobierno para construir refugios antinucleares. Un monopolio de postín con grandes posibilidades para sacarle rendimiento. Pero se encontraron con un problema. Si hubiese acuerdos de paz todo el tinglado se vendría abajo y la enorme inversión se iría por el vertedero. ¿Qué solución encontraron los directivos de Vault-Tec para asegurarse el dividendo? (Te reto a que lo aciertes, je,je).

Sarita Catherine Louise Choudhury, como Lee Moldaver

Cuando en el capitulo final Lucy encuentra a su padre, ¡encarcelado en una jaula como un loro! al lado de la mesa de la malvada lideresa exterior, ésta le explicará la verdad y Lucy recibirá el sopapo de realidad que llevaba 10 capítulos buscando. Lee Moldaver, alias la Madre de las Llamas, es la líder de la resistencia contra la gente de Vault-tec. Fue ella la que dirigió el ataque al refugio 31 y fue quien captó en el pasado a la persona que acabó siendo El Ghoul. Ella será quien explique a todos (incluidos nosotros espectadores) que aunque parezca que la gente de los refugios es la decente y los rebeldes del exterior los villanos, puede que sea todo alrevés.

También les explica un concepto socioeconómico básico que, actualmente, mucha gente está olvidando: las empresas y corporaciones sólo buscan ganar dinero y cuanto más mejor. Si privatizas la sanidad, la prioridad de esa empresa sanitaria no va a ser tu salud, sino ganar más dinero. Si privatizas la guerra, la prioridad de esa empresa no va a ser ganar la guerra sino hacerla más onerosa, para mantener activo el flujo de pasta. 

Según estoy escribiendo esto me doy cuenta de que quizás por aquí hay una línea del relato que resulte más fiera y atractiva de cara a posteriores temporadas.


En resumen si la comparo con una estupenda serie postapocalíptica reciente como Silo, la distancia es sideral. En Fallout las ideas son poco originales, los efectos cantan que no veas (ese pez gigante o el oso que ataca al caballereo Titus son bochornosos), la acción es escasa y poco brillante, el entorno está muy visto y los personajes tienen el grosor de un papel de fumar... 
Aunque supongo que para los verdaderos forofos del juego, este universo brilla como una centella.

viernes, 17 de mayo de 2024

HERMANAS HASTA LA MUERTE - creada por Sharon Horgan



Escribo esta reseña sin saber el resultado final. Ya es de madrugada y he cubierto mi ración de dos capítulos por noche, así que hasta mañana no veré si el cuñado más cabrón, misógino y racista visto en los últimos tiempos muere definitivamente a manos de las hermanas Garvey... sin que éstas resulten imputadas.

Como estas cinco hermanas deseo que "El Capullo", así es como lo llaman, desaparezca de la faz de la tierra. Está casado con Grace, una de ellas, a la que humilla constantemente cercenando sus relaciones y socavando su confianza en sí misma. Se trata de un tipo tóxico hasta la extenuación, mendaz y manipulador. Sus maquinaciones y trapacerías no tienen fin... y está acostumbrado a salirse con la suya.


Las Garvey siempre han estado muy unidas debido a la muerte prematura de sus padres. Esto hizo que la hermana mayor -Eve (Sharon Horgan)- tomara las riendas de la familia, consiguiendo trenzar unos potentes vínculos fraternales; pero el controlador y misógino J. P. mantiene secuestrada psicológicamente a la dulce Grace (Anne-Marie Duff) con argucias machistas (eres débil, no serás capaz, yo te protejo, te debes a tu casa). 

No sólo eso. 
También jodió en el pasado a otra de las hermanas, Becka (Eve Hewson),  prometiéndole invertir en su negocio para dejarla en la estacada en el momento clave. Además amenaza a otra, Úrsula, con hacer pública una aventura extramatrimonial de la que se ha enterado... Y todo ello porque el tipo es un fanático religioso aunque se pajea a escondidas ante el ordenador.

Pero su proyecto estrella es reventar la promoción laboral de Eve ya que ambos trabajan en la misma empresa. Las maliciosas insinuaciones que de macho a macho intercambia con el jefe amenazan con torpedear definitivamente la carrera de la mayor de las Garvey. 


Argg. Es un capullo integral y merece morir.
Si hasta denuncia falsamente a un vecino timorato acusándole anónimamente de pedófilo. Su pecado era ser amable con Grace e intentar consolarla cuando la veía llorando.

Así que lo que tenemos por delante es una deliciosa miniserie de diez episodios que se apoya en el intríngulis de cómo conseguirán las hermanas deshacerse de él. Cosa nada fácil; porque entre el miedo de estar cometiendo un crimen y la suerte que tiene el cabrón, todo se complica enormemente... lo cual es ideal para desarrollar todo tipo de situaciones dramáticas y cómicas en una serie rebosante de humor negro y sororidad.

La serie comienza precisamente con el entierro del malvado J.P. (Claes Bang). Las hermanas están eufóricas pero han de mantener la compostura. Nada sabemos de cómo se ha llegado hasta aquí, por eso el desarrollo se articula en dos líneas narrativas llenas de suspense. Por un lado iremos conociendo las andanzas pasadas de J.P. y los proyectos que inician las hermanas para deshacerse de él. Por otro, en el presente, las hermanas deberán afrontar un peligro inesperado, la investigación de la compañía de seguros que ha de pagar a la viuda por la muerte accidental de J.P.


Ambas líneas son de lo más sabroso y sus constantes giros logran ponerte de los nervios. Los planes de las Garvey se suceden y a veces son de los más estrafalario (una trampa en forma de congelador o durante un juego de paintball), pero aunque se acercan mucho a su objetivo, siempre acaban fracasando. 

Mientras que en el presente han de sujetar sus nervios cada vez que aparecen los hermanos Claffin. Efectivamente la batalla enfrentará a dos grupos de herman@s malheridos; ya que Thomas y Matthew acaban de heredar la empresa de seguros de su padre, quien se ha suicidado incapaz de hacer frente a todos los pufos y estafas que ha ido acumulando. Así que ambos tendrán que elegir entre declararse en bancarrota o investigar desesperadamente a las hermanas para buscar un resquicio con el que librarse del pago.



Como en toda comedia que se precie todo ha de estar bien trabado, así que Becka acabará enrollándose con Mathew para que la investigación y la relación caminen por el borde del precipicio; a la vez que, también ella, es la masajista de la madre de J.P., lo que le dará la oportunidad de descubrir un secreto familiar de lo más perturbador.

En cada capítulo no sólo se nos irá desgranando un nuevo plan de asesinato, sino también las circunstancias personales de cada hermana; a cual más peculiar. El trazo de los personajes y unas interpretaciones de altura (esas miradas cruzadas, esos silencios) consiguen que te involucres emocionalmente en el juego.
 
Pero no nos equivoquemos, la parte del maltrato a Grace es seria. 
J.P. es un personaje magníficamente dibujado, capaz de intuir una debilidad para extorsionarte o de hurgar maliciosamente en el teléfono de sus cuñadas. Un tipo perfectamente odioso, a la vez apuesto, sibilino y opresor.
 


Mañana sabré si las Garvey consiguen quitárselo de en medio... 
Pero qué digo.
Si la serie comienza precisamente con su entierro.
Pero entonces ¿Quién lo hizo? ¿Y cómo?
Lo dicho, una serie  mordaz y brillante con un tremendo suspense.


















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Dos notas:
1.- La serie está basada en una original belga titulada Clan que fue escrita por Malin-Sarah Gozin y Bert Van Dael en 2012. La actriz y guionista Sharon Horgan recibió el encargo de su adaptación internacional. 
Aparte de reservarse el papel de Eve, quiso potenciar las dinámicas familiares sobre el tono histriónico del original para lo cual trasladó la acción a su Irlanda natal. Ciertamente la interacción entre personajes y entorno ofrece una fresca veracidad. Incluso la página oficial de Irlanda dedica a la serie un artículo con las encantadoras rutas de su rodaje. 

2.- El paquete musical de la serie es excepcional. La canción de Leonard Cohen Who by fire reinterpretada por J.P. Harvey adorna la obertura y subrayando los momentos claves encontramos temas de Fiona Apple, The Pogues, Marlena Shaw o Billie Holiday. Un soundtrack lleno de exquisitez.


domingo, 25 de febrero de 2024

BRIGHT MINDS - de Laurent Burtin, Alexandre de Seguins y Denis Alamercery

 






















Serie TV
Policiaca
2019, Francia
4 Temp.



Entre la nadería vocinglera de la televisión generalista, que suelo evitar, me he enganchado en A3Series a este policial verdaderamente disfrutable. Como en muchas obras desde Sherlock y Watson los detectives son una pareja, en este caso mujeres ambas y muy diferentes, tanto, que acaban siendo complementarias. La cabeza visible de esta insólita pareja es la comandante de la policía criminal Raphaëlle Coste (Lola Deweare), que encuentra a su inestimable colaboradora en los archivos criminales de la policía. Porque allí es donde trabaja como documentalista Astrid Nielsen (Sara Mortensen) una brillante y metódica joven de 30 años con síndrome de Asperger, trastorno que se incluye dentro del espectro autista.

Tanto ellas mismas como los casos que afrontan son de lo menos convencional. En principio no podríamos encontrar dos personas más dispares ya que Raphaëlle es impulsiva y caótica mientras que Astrid es metódica y ordenada hasta la compulsión. Pero ambas sabrán sacar partido de sus diferencias y combinando sus habilidades resolver casos de lo más extraño.

"Me gustan las adivinanzas, me gustan los acertijos", reconoce Astrid que es muy aficionada a los clásicos rompecabezas, tanto metálicos como de madera (es una delicia verla resolverlos), y de ahí extrae uno de los resortes mentales a los que recurre para afrontar los casos: "hay que analizar estas circunstancias desde otro punto de vista", suele repetir, buscando enfoques más creativos y originales. Pero éste no es más que uno de los atractivos de Astrid, auténtica protagonista de esta historia. Su trabajo de archivera de documentación criminal la convierte en una verdadera biblioteca andante con capacidad para relacionar casos y modus operandi que a cualquier otro se le escaparían. Y eso por no hablar de su capacidad analítica en la escena del crimen, en donde es capaz de captar detalles tan nimios (pero significativos) que acaban conduciéndola a una cómica competición con el forense de la brigada.  

La serie cautiva por la química evidente entre las dos actrices, la naturalidad de sus interpretaciones y un acertado toque de humor. Pero para mí son determinantes otros dos aspectos: la originalidad de los casos con que se topan y la profundización en el día a día de una persona con Asperguer.


Como se sabe un orden estricto, rígidos hábitos y mucha previsibilidad son los elementos imprescindibles para que estas personas puedan afrontar el caos de la vida diaria sin entrar en pánico. También han de vencer las enormes dificultades que tienen para las relaciones interpersonales y un alto grado de inflexibilidad en su comportamiento; pero el roce con la extrovertida Raphaëlle hará que Astrid pueda abrirse lo suficiente al mundo como para vivirlo con una nueva plenitud. Emociona ver cómo profundizan en su amistad así como apreciar los detalles que van evidenciando la influencia mutua que se ejercen. También es muy interesante el Taller de Habilidades Sociales al que acude periódicamente Astrid. Son un grupo de autistas que intercambian experiencias y quejas sobre sus relaciones con la gente normal, a los que ellos llaman "neurotípicos".

En realidad son las dos las que tienen dificultades para relacionarse con los demás; pero es porque son mujeres cabezotas y empoderadas: "estoy cualificada" le espeta Astrid a cualquiera que se extrañe de su presencia en una investigación. Lo bueno es apreciar cómo se van amaestrando la una a la otra. Astrid le enseña a Raphaëlle a ser menos caótica y Raphaëlle le enseña a Astrid a ser más flexible y aceptar la informalidad. Ni que decir tiene que las interpretaciones de Lola Deweare y Sara Mortensen destilan encanto y crisma por los cuatro costados.


El otro aspecto gozoso de la serie es la originalidad de sus enigmas criminales, que a menudo se presentan como inexplicables. Por ejemplo, una mujer es hallada muerta en la sala de Paleontología del Museo de Historia Natural. La causa de la muerte es ahogamiento (tiene los pulmones encharcados); pero no hay agua ni fugas por ningún lado. Otro. Un músico aparece muerto en un lugar casi inaccesible, entre los tubos de un órgano. Además no tiene ninguna herida ni golpe visible. El caso se complica cuando un profesor de piano muere en el Auditórium mientras alguien hace sonar un tema con el que está obsesionado, la Tocata y fuga en Re menor de Bach. Otro más. Un médico retira 8.000 euros del banco y se dirige a un parking donde introduce el dinero en una papelera y a continuación se baña en gasolina quemándose a lo bonzo.

Los crímenes siempre están relacionados con singulares motivos culturales como la Inteligencia Artificial, las brujas, los fenómenos paranormales, las teorías de la conspiración e incluso hay un asesinato relacionado con la Kábala (un judío parece haber sido asesinado por un golem). Aunque el ranking de curiosidades culturales es muy amplio y se nos presentan casos relacionados con la masonería y Hermes Trismegisto, la paleontología, y hasta la abducción extraterrestre; pasando por un asesinato relacionado con un maquiavélico juego de ajedrez o con el virtuosismo de Bach (al que Astrid es muy aficionada y cuyas explicaciones a Raphäelle posibilitan un intercambio de mensajes cifrados cuando una de ellas está secuestrada). 


Aviso: Lo que resulta cansino son los siete minutos de publicidad que la cadena mete cada veinte minutos. 

miércoles, 20 de septiembre de 2023

The BEAR - creada por Christopher Storer




The Bear es la historia de un restaurante de bocatas caótico y bullicioso que siempre está al borde del colapso. Se llama The Original Beef of Chicagoland y su encantador y adicto propietario, Mikey, se lo ha dejado en herencia –tras suicidarse- a su hermano pequeño, Carmen “Carmy” Berzatto.

El caso es que el restaurante está en las últimas y su organización es desquiciante. Además es pequeño y sucio. La pintura de las paredes y las máquinas de videojuegos no se han tocado desde los ochenta; y por si fuera poco, el equipamiento y toda la instalación eléctrica apuntan ruina. Todo está a punto de claudicar... pero Carmy (Jeremy Allen White) se lo toma como un reto/homenaje a su hermano y pretende reflotarlo.

En The Beef  reina una atmósfera sofocante. Todo allí es vocinglero y paradójico. La media docena de empleados siguen un “sistema” que les lleva directamente al caos y a enfrentarse a gritos entre ellos constantemente; pero cuando Carmy intenta reorganizarlo ponen el grito en el cielo alegando: “¡no me toques el sistema!”. Y eso que Carmy es un reputado chef que viene de dirigir el mejor restaurante de Nueva York. Por lo que sea, Mikey nunca dejó que Carmy trabajase en The Original Beef, en cambio ahora el joven se siente obligado a mantener abierto el tinglado de su hermano. Quizás lo menos paradójico es que, aunque trabajen jornadas agotadoras de diez horas diarias, no logren que el negocio sea rentable.



La historia podría ser una más sobre un negocio que se va a pique, pero sus personajes, las problemáticas que desarrolla y sobre todo la sazón con que está cocinada esta miniserie la convierten en un producto más que notable. Y cuando digo sazón quiero decir una forma sabrosona de mezclar los ingredientes para trasladarte el agobio y el sinsentido de un trabajo atosigante. Las cocinas siempre parecen una olla hirviendo a punto de explotar. Este ambiente excitado y los mil problemas que surgen cada día son puestos en pantalla con un ritmo frenético y furioso que acaba siendo marca de la casa. Planos cortos y rápidos. Primerísimos planos donde aflora una tensión demencial. Música rock a tope. Gritos. Sudores. Algo que se rompe. Y cuando parece que todo va a funcionar nuevos problemas. Un no parar. 

En la realización se mezclan eléctricamente el caos del día a día con los recuerdos y las neuras de un Carmy al que los ataques de ansiedad tienen contra las cuerdas. Viendo algunos capítulos me he llegado a sentir verdaderamente agobiado por el estrés que retrata y eso que la playlist es de lo más apetecible con gente como Wilco, Pearl Jam, Van Morrison, R.E.M. o Sufjan Stevens.

Por supuesto también nos provoca la empatía con estos aspirantes a perdedores. La serie insiste en la idea de un equipo mal avenido que se precipita al vacío hasta que descubren que han de confiar en los demás y trabajar en equipo. 



Los puntos de conflicto que desarrollan estos ocho capítulos son innumerables, pero en todas las salsas siempre están Sidney Adamu (Ayo Edebiri), la jovencita recién llegada del Instituto Culinario de América, y Richie (Ebon Moss-Bachrach), el mejor amigo de Mikey, que ejerce de encargado del local y arreglatodo. La vieja y la nueva guardia luchando por el poder.

Sidney llega al inicio de la serie para hacer sus prácticas en el que era el restaurante favorito de su padre, al que la traía de pequeña para comer esos bocatas de ternera tan grasientos como sabrosos. Ella será el gran apoyo de Carmy en su cruzada por organizar racionalmente el restaurante, aunque sus ritmos diferirán y acabarán, ¡cómo no!, enfrentándose.

Richie por su parte las ha visto de todos los colores en el restaurante. La simple supervivencia les consume toda su energía sin poder salir a flote. ¡Pero si Richie ha llegado a trapichear con drogas en el callejón trasero para que el negocio sobreviviera durante la COVID! Es el rey del chapuceo y de puentear los problemas.... hasta que una visita de la Inspección rebaja la calificación del negocio a C de catástrofe.




Marcus (Lionel Boyce) es un secundario de lujo, de esos que el espectador agradece. Mantiene la calma en el caos y se esfuerza por hacer bien su trabajo... pero consume demasiado tiempo con el ensayo y error. Carmy apoya en principio su dedicación a tartas y postres, pero la vorágine constante en la que vive The Original Beef acaba llevándoselo por delante e incluso llega a despedirse.

La serie propone emociones fuertes exponiendo de forma genuina las dificultades del mundo de la restauración, lo que hace aflorar una paradoja más. La mayoría de la plantilla asume que dedicarse a la cocina y trabajar en ese restaurante es un verdadero infierno; pero en cambio es allí donde encuentran lo que realmente necesitan: un lugar en el mundo que dé sentido a sus vidas y un grupo de personas que supla la ausencia de una familia normal. Así que veremos cómo a The Beef y sus currantes la vida les va a dar una segunda oportunidad.

Aunque cada episodio dura sólo 30 minutos la lista de catástrofes es interminable. En el catering por el cumpleaños de un niño se les caen pastillas de ansiolíticos en el zumo por lo que todos los niños acaban dormidos en el césped. Un problema de electricidad se carga el compresor de las cámaras frigoríficas lo que les obliga a improvisar para salvar la carne almacenada. El tío Cicero (Oliver Platt) visita a Carmy para proponerle la compra del negocio... e informarle de que prestó 300.000 dólares a Mikey que nunca le devolvió. Incluso las buenas noticias los empujan al precipicio. Una crítica positiva en una revista les inunda de pedidos hasta el punto de casi reventar definitivamente al famoso y lengedario The Original Beef of Chicagoland.

El auténtico y original Mr. Beef en Orleans Stree -Chicago-


Como curiosidad hay que decir que tanto la fachada como el interior del restaurante se basa en un negocio auténtico y original denominado The Original Mr. Beef en Orleans, por la calle donde se sitúa en River North, Chicago. El creador de la serie era cliente habitual y amigo del dueño por lo que filmó allí la mayor parte del episodio piloto.​

Estás invitado.
Métete en esta jaula de grillos.
Te aseguro que no saldrás indemne de su ritmo frenético.