sábado, 3 de junio de 2023

LA POESÍA de RAFAEL CADENAS





Rafael Cadenas es un poeta de largo aliento que ha reflexionado mucho y bien sobre el hecho poético. Sus libros de ensayo así lo atestiguan con títulos como Realidad y literatura (1979), Anotaciones (1983), En torno al lenguaje (1983) y Apuntes sobre San Juan de la Cruz y la mística (1998). También cuenta con una serie de poemas, repartidos por casi todos sus libros, en los que el poeta vuelve su mirada sobre sí mismo y reflexiona sobre la relación del creador con su propia obra en un intento de revelar el misterio del quehacer poético.
En este sentido tiene dos poemas extremadamente lúcidos, Ars poética y Las paces. En el primero declara su más alta exigencia: “estamos aquí para decir verdad. / Seamos reales / Quiero exactitudes aterradoras. / Tiemblo cuando creo que me falsifico. / Debo llevar en peso mis palabras. / Me poseen tanto como ya a ellas”. 
Mientras que en el segundo le pide al poema que sea genuino y no admita injerencia alguna del yo poeta, porque reconoce que el poema es más de lo que representa mientras que “yo solo soy el que trata de reconocerse en ti”.
Me parece de lo más oportuno comenzar esta selección de su poesía con algunos de estos metapoemas.

En otra entrada ya comenté las señas de identidad de la poesía de Cadenas, caracterizada por el despojamiento en el lenguaje en busca de precisión y el abolimiento del yo como mejor forma de acercarse a la escondida esencia de la realidad.












ARS POÉTICA



Que cada palabra lleve lo que dice.
Que sea como el temblor que la sostiene.
Que se mantenga como un latido.

No he de proferir adornada falsedad ni poner tinta dudosa ni añadir
                                                                                            [brillos a lo que es.
Esto me obliga a oírme. Pero estamos aquí para decir verdad.
Seamos reales.

Quiero exactitudes aterradoras.
Tiemblo cuando creo que me falsifico.
Debo llevar en peso mis palabras.
Me poseen tanto como yo a ellas.

Si no veo bien, dime tú, tú que me conoces, mi mentira,
señálame la impostura, restriégame la estafa.
Te lo agradeceré, en serio.
Enloquezco por corresponderme.
Sé mi ojo, espérame en la noche y divísame, escrútame, sacúdeme.


de Intemperie (1977),

 

☙❧


 


LAS PACES
 

 

Lleguemos a un acuerdo, poema.
Ya no te forzaré a decir lo que no quieres
ni tú te resistirás tanto a lo que deseo.
Hemos forcejeado mucho.
¿Para qué este empeño en hacerte a mi imagen
Cuando sabes cosas que no sospecho?
Líbrate ya de mí.
Huye sin mirar atrás.
Sálvate antes de que sea tarde.
Pues siempre me rebasas,
sabes decir lo que te impulsa
y yo no,
porque eres más que tú mismo
y yo solo soy el que trata de reconocerse en ti.
Tengo la extensión de mi deseo
y tú no tienes ninguno,
sólo avanzas hacia donde te diriges
sin mirar la mano que mueves
y te cree suyo cuando te siente brotar de ella
como una sustancia
que se erige.
Imponle tu curso al que escribe, él
sólo sabe ocultarse,
cubrir la novedad,
empobrecerse.
Lo que muestra es una reiteración
cansada.

Poema,
apártame de ti.


☙❧

 


OCURRE QUE DESPUÉS DEL LABORIOSO FORCEJEAR...



Ocurre que después del laborioso forcejear
el poema
está donde menos se esperaba,
donde nadie lo buscó,
donde no se ve,
en el rincón más apagado.

Vino a dar ahí
burlando al que escribía, al lector, a la página.
Se deslizó hasta ese lugar
donde de pronto
es descubierto.
Aquí,
dice una voz queda.
Oculto
como un niño
en un cuarto
donde se guardan viejos muebles.


de Gestiones, 1992



☙❧



¿Sabías
en tus adentros
que los poemas no bastan?

¿Para qué esculpir
la palabra,
carentes?

¿Se espera oír
diciendo?

¿Qué se busca
excavando con ella
en tierra endurecida?

¿Quién puede hablar
sin saberse
milagro?





☙❧





Si el poema no nace, pero es real tu vida,
eres su encarnación.
Habitas
en su sombra inconquistable.
Te acompaña
diamante incumplido.


de Una isla, 1958





☙❧




Nunca he sabido de palabras
tanto como quise.

Relegadas en un tiempo, 
no me buscan.

Yo también tengo, Auden,
the best dictionaries that money can buy.

Piezas que se alinean
con ahogo.

Nuestra vida es ardua,
queda atrás,
hierve.

No quiero estilo,
sino honradez.


de Gestiones  (1993)




☙❧





VENGO DE UN REINO EXTRAÑO...
 

Vengo de un reino extraño,
vengo de una isla iluminada,
vengo de los ojos de una mujer.
Desciendo por el día, pesadamente.
Música perdida me acompaña.
Una pupila
cargadora de frutos
abandonados
se adentra
en lo que ve.
Mi fortaleza,
mi última línea,
mi frontera con el vacío
ha caído hoy.
Música entregada en el desastre.
Mis manos han sentido crecimientos puros.
El amor ya no avanza ahogándose en preguntas.

Claridad sin quimera se insinúa, lenta.

De Una Isla (1958)





☙❧
















 

EL QUE ES



Si alguien me toca, sólo me toca a mí, a ese mí orgulloso, ese mí que no deja franquear su claustro, y no a ese otro alguien, informe, vasto, neutro, que hace gestiones en la oscuridad.
Herirás al que puedes herir, a que no importa defender, al que no es nada. 
No lastimarás a nadie, lastimarás a ese nadie que me cierra el paso.
No temas. Sufre mi guardián. El que debe desprenderse como fruto que he cultivado, usé y abandono.
El otro, oscuro, humilde y quieto, no necesita protección.
No será tocado ni herido. Ni padece ni se queja.
No será destruido.


De Falsas maniobras (1966)





☙❧






YO pertenecía a un pueblo de grandes comedores de serpientes, sensuales, vehementes, silenciosos y aptos para enloquecer de amor.
Pero mi raza era de distinto linaje. Escrito está y lo saben —o lo suponen— quienes se ocupan en leer signos no expresamente manifestados que su austeridad tenía carácter proverbial. Era dable advertirla, hurgando un poco la historia de los derrumbes humanos, en los portones de sus casas, en sus trajes, en sus vocablos. De ella me viene el gusto por las alcobas sombrías, las puertas a medio cerrar, los muebles primorosamente labrados, los sótanos guarnecidos, las cuevas fatigantes, los naipes donde el rostro de un rey como en exilio se fastidia.
Mis antepasados no habían danzado jamás a la luz de la luna, eran incapaces de leer las señales de las aves en el cielo como oscuros mandamientos de exterminio, desconocían el valor de los eximios fastos terrenales, eran inermes ante las maldiciones e ineptos para comprender las magnas ceremonias que las crónicas de mi pueblo registran con minucia, en rudo pero vigoroso estilo.
¡Ah! yo descendía de bárbaros que habían robado de naciones adyacentes cierto pulimento de modos, pero mi suerte estaba decidida por sacerdotes semisalvajes que pronosticaban, ataviados de túnicas bermejas, desde unas rocas asombradas por gigantescas palmeras.
Pero ellos —mis antepasados— sí estaban aherrojados por rigideces inmemoriales en punto a espíritu eran elásticos, raudos y seguros de cuerpo.
Yo no heredé sus virtudes.
Soy desmañado, camino lentamente y balanceándome por los hombros y adelantado, no torpe, mas sí con moroso movimiento un pie, después otro; la silenciosa locura me guarda de la molicie manteniéndome alerta como el soldado fiel a quien encomiendan la custodia de su destacamento, y como un matiz, sobrevivo en la indecisión.
Sin embargo, creía estar signado para altas empresas que con el tiempo me derribarían”.





de Los cuadernos del destierro (1960)





☙❧





He resuelto mis vínculos.
Ya soy uno.
Porque esta que ahora comienza es la temporada magnífica de la claridad donde sólo existe el haz indivisible de la amorosa conjunción. Ahora mi corazón silbante, clarividente, y numeroso riega sus sentencias prenatales, sus aromas yodados, sus impaciencias pueriles, sus rumores de moscardón, sus tinieblas fieles en la crueldad de estos parajes poblados por oscuros habitadores que suelen entregarse con frenesí a los desapacibles dioses de la espuma.
No obstante, me irrita el tardío lienzo de los alcatraces porque no puedo descifrar su idioma. En cambio, me place el jardín donde habitan en espejos incomunicables los que han sido desterrados del amor.
Fatídico, doble, sensual, echadas ya las cuentas para mis logros futuros, me han desposado con un nuevo esplendor.
Fue el reino de las aguas.
Hice mis particiones.
Aguas en la memoria, absolutas como los desiertos, solamente el silencio del oro en el follaje puede compararse con su espíritu.
Osaré recrearme en la evocación.
Isla, deleitable antífona.
Horma de los cuatro puntos.
Asilo de los vientos sin paz.
Adelantándome y retrocediendo como un preludio abro las tierras moradas.
Una naranja resplandeciente, sola, sobre un lienzo como un deseo.
La rama menos transparente de una constelación
Un vaso de ron en las manos de un galeote.
Un viaje.
El monumento de la sal.
Una flecha que se dispara sola.
El beso, el ayuntamiento, el éxtasis y la culminación.
Los supremos vaivenes de las ramas irredentas.
Una colmena donde se oculta un arcoiris.
El rebaño de los puentes cuando el día cesa.
Nuncios de autodestrucción.
Un final.
Aquel alocado parloteo de los loros.
Las salpicaduras de los bañistas.
La hamaca que se balancea.
Tomorrow.
«Yo quería separarme de él. Te lo juro. Amenazó con matarme. No me dejes.»
Los dados de la noche.
Danzas frenéticas de seres que olvidaban 362 días del año.
Sofocos de bailarines.
Horóscopo. Aries. Persona hiperestésica, buen natural, deshilvanada.
Una mano que se tiende.
Alambradas. En torno el Orinoco, impasible vampiro.
Una carta que promete ventura.
Gloria con un conejo sobre el regazo.
Kid.
Otros.
Mi frente que se enferma en los ojos de los ciegos.
Drop me by the corner.
Calles zumbantes.
Civiles multicolores.
Dominio del verde.
El rostro de un verdugo en la taza de té.
Aves, aves, aves celéreas, breves, intonsas.
Adolescentes como lanzas de ébano.
Una ciudad arrojándome del amor.
No maternal, pero ama de llaves órficas y otras filiaciones.
Gobernadores de las ciénagas.
Ablaciones.
Lutos seminales.
Torres de caoba.
Jazz bajo la noche blanca del Mar Caribe.
Carrousel.
Un lugar donde las brujas entierran a los niños abortados.
Tabletas para matar.
Pero allí hay, sin duda, un lugar bondadoso.
Calles manchadas de fluidos vegetales, de baba ebria, de sexo negro, de mugres provisionales, de hálitos sacros, de africanas flexiones, de alas de loto, de mandarines venidos a menos, de dragones rotos, de fosforescencias de tigra, de aires balsámicos de amplios valles búdicos.
Una mezquita que se baña al sol en las colinas. Aguas lustrales de una edad sólo divisible por potestad sin denominación.
Armaduras de guerreros ya superados, en un museo.
Salvation Army. Ellos nos salvarán de la misericordia divina, de estos jirones de sangre al mediodía, de este violento traje de días blancamente feroces, de la hoja de puñal, de las vestimentas crueles, del falso amor, de la pupila fija de los ahorcados, de la pieza no cobrada, de la sangre en la camisa, de la tierra que sube un milímetro cada día como cicuta, de los buques fantasmas, del santo suicidio, de la prostituta coloreada hasta las doce y luego carne fláccida de recién nacido, de la media luz o media oscuridad, de las auroras débiles, de los ídolos de bronce sobre el mar, de las respuestas a las interrogaciones y viceversa, del sueño donde se hunden bajeles blancos, de las profecías, encantamientos, dilapidaciones.




De Los Cuadernos del Destierro (1960)





☙❧




                IMAGO 


Cuando un rostro se vuelve amenazante, lo desdibujo pacientemente.
Empiezo por sus líneas, después me dedico a las sombras y dejo para el final sus sutiles celadas. Sólo trato de desarmar la figura.
Hay que impedir que mire desde su centro dinámico, quitarle ese halo de imán que desquicia, volverlo una mancha.
De noche practico esta cautela. Me acerco al rostro, recuerdo todos los incidentes, tomo un trapo húmedo, ordinario, maligno con el que deshago suavemente el dibujo.
Cuando el cielo vuelve a ser blanco ya no queda nada.
En realidad no destruyo el rostro; lo suavizo y me pliego. Aprendo a convivir con él.
Es el recurso basto de quien exagera todas las líneas.
No es un trabajo fácil. Requiere un gran desasimiento. El apego, el apego es el enemigo. Con sus gomas alocadas da qué hacer. Produce anexiones, pueriles violencias, enrarecimientos del aire.
Uso un procedimiento rudimentario, el que está a mi alcance, pues soy tosco.
Tuve que idear este método, extraño a mi ser, en una difícil época. Fue al término de una crisis.
Acababa de dejar la cáscara. La imaginación se había agotado. Sólo quedaban los objetos, los firmes objetos.


de Falsas maniobras (1966)





☙❧






NOMBRES 


te llamas hoja húmeda, noche de apartamento solo, vicisitud;
campana, tersura y lascivia, ingenuidad, lisura de la piel,
luna llena, crisis,
oh mi cueva, mi anillo de saturno, mi loto de mil pétalos,
Éufrates y Tigris, erizo de mar, guirnalda, Jano, vasija,
tórtola, S. y trébol,
ovípara,
uva, vellocino y petrificación;
podrías llamarte...
pero tu nombre es
lecho, lavamanos, dentífrico, café, primer cigarrillo,
luego sol de taxis, acacia, también te llamas acacia y six pi
em —em— o half past six o seven, cerveza y Shakespeare
y vuelves a llamarte hoja húmeda, noche de apartamento solo día tras día,
sí, tienes tantos nombres
y no te puedo llamar,
todo tan absurdo como esas mañanas sin amor que el
espejo de los baños recoge y protege,
todo tan desoladamente inabordable,
todo tan causa perdida.


de Falsas maniobras (1966)


☙❧


 





















Ya el delirio no me solicita.
Vivo sobre la sal, levantándome y cayendo, día tras día. Como, ando, me acuesto sobre lo que me sostiene sin pedir una aclaración, sin esperar nada. Soy un cuerpo. Me llamo tensión, debilidad, silencio, piel, nervio, olor, yerro. Me arrastro, toco hierba, me hago suelo. Lo inefable no me quiere.

Hace años dejé de preguntar. Desistí en un filo. Las ventanas dicen vivir.
Sucio de nuestro sucio sacro. El pensamiento escarba, escarba. Soy una cuerda que se abraza a la última proximidad.
Vibrante querer, vibrante delito, vibrante desamor.
Ducho en disensión, en rotura, en desvivir, persisto.
Arrastro una historia anonadada.
Soy flaqueza máxima. Mis piernas se doblan. No llego, no llego.
¿De dónde sale la fuerza cuando sigo? Soy el sordo, el exabrupto, el golpe en la mejilla, el veneno de la suavidad, el manto del loco, el que hostiga el fervor, la ciénaga sin fulgor, la horma de nuestra ignorancia, el que se hace, se deshace, se hace.



De Intemperie ( 1977)





☙❧






         REALIDAD



Tuve que disentir,
ocultarme,
desaparecer.

Tuve
que ser una disonancia.

Tuve que dejarme ir
a la deriva
sin explicar.

Tuve que esconder
el rostro,
volverme
huidizo,
callar, acallar
(cuando acaso era útil
una simple aclaración).

Se me juzgaba con ley de hombre
pero nunca fui interrogado.

Todo
fue por ti,
y no te he visto.


de Intemperie (1977)



☙❧




Memoria que sale a buscar cosas huidizas. Posesiones que pertenecen menos a su dueño que al aire. Eso que un cofre de madera quiere proteger no nació para las palabras. Sólo yo me empeño en quitárselo a los ojos.

¿Qué lengua traerá los tesoros sin tocarlos?
Al fondo un rey enfermo me ve partir.
Yo le entrego un estuche con un rubí ansioso.

De Memorial (1977)



☙❧

 


Para ti el aprendizaje,
para ti la soledad convertida,
para ti el espacio ganado a la noche,
para ti el instante, la voz trocada,
el asentimiento,

para ti el último centro del fruto, lo irreductible,
para ti lo que el miedo no puede rozar,
para ti cuanto escapa a las venas del tiempo,

para ti el caudal de los días que se bastan,
el acopio húmedo, la labor de aprender a ser nadie.

No hay secreto.

De Memorial (1977)


 

☙❧





¿Quién deja de oponerse?
¿Quién se sale del juego?
¿Quién se vive en el vacío?
¿Quién hace del desabrigo refugio?
¿Quién se disuelve en el percibir?
¿Quién se expone sin arrimo al descampado?
¿Quién abandona el trajín por la hora solitaria?
¿Quién puede comer con tenedores de absoluta piedad?
¿Quién accede a trocar su día por un rostro que no ha de ver?




En Gestiones, 1992




☙❧






DE TODAS MANERAS



Memoria apoderada del instante,
memoria que tiñes lo naciente,
memoria que te enseñoreas del vivir,
memoria alimentada con la eternidad que no era para ti,
tú me has creado,
no podré sostenerme sin tu peso,
pero me secuestras, tus rejas se extienden por mi cuerpo, no me dejas salir,
eres mi límite.

Necesito una cara para andar
entre la gente y es tuya.

Contigo no soy nada.

Sin ti no soy nada

Atención,
rosa
última
sagrada
alcanzable.
Por encima
de la pesadumbre,
la piedra cotidiana,
el desentendimiento usual.

Entrégate a ella
como a un verso hondo.


Inédito




☙❧





FLOR DEL SENDERO 



De pronto mientras caminamos
hablando, irrumpe
y nos rescata.

*

Lo que salvas de los escombros
es la mirada.

No importa la intemperie
si te vuelves espejo.

Se habita
con el desnudo no saber.

*

¿Por qué no viste el pájaro
que volaba
en tus ojos?

*

Nos incumbe desaprender
paso a paso,
decir con exactitud,
dejarnos en el camino
y seguir, indecibles
sin rango
ni relieve
ni énfasis.



De En torno a Basho y otros asuntos, (2016)





☙❧





ATENCIÓN

 

rosa
última
sagrada
alcanzable.
Por encima
de la pesadumbre,
la piedra cotidiana,
el desentendimiento usual.

Entrégate a ella
como a un verso hondo.

SALGO
de entre libros.

Un pájaro
repentino me siente.

Se sirve
del claro día
que lo delinea justo.

SIN despertar
no serás extranjero.
Tu existencia alcanzará como
pieza sabida
en la ficción,
pero no te verás
de cuerpo entero.


De Sobre Abierto (2012)





☙❧






             DERROTA



Yo que no he tenido nunca un oficio
que ante todo competidor me he sentido débil
que perdí los mejores títulos para la vida
que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme es una solución)
que he sido negado anticipadamente y escarnecido por los más aptos
que me arrimo a las paredes para no caer del todo
que soy objeto de risa para mí mismo
que creí que mi padre era eterno
que he sido humillado por profesores de literatura
que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una risotada
que no podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni triunfar en la vida
que he sido abandonado por muchas personas porque casi no hablo
que tengo vergüenza por actos que no he cometido
que poco me ha faltado para echar a correr por la calle
que he perdido un centro que nunca tuve
que me he vuelto el hazmerreír de mucha gente por vivir en el limbo
que no encontraré nunca quién me soporte
que fui preterido en aras de personas más miserables que yo
que seguiré toda la vida así y que el año entrante seré muchas veces más burlado en mi ridícula ambición
que estoy cansado de recibir consejos de otros más aletargados que yo
(“Ud. es muy quedado, avíspese despierte”)
que nunca podré viajar a la India
que he recibido favores sin dar nada a cambio
que ando por la ciudad de un lado a otro como una pluma
que me dejo llevar por los otros
que no tengo personalidad ni quiero tenerla
que todo el día tapo mi rebelión
que no me he ido a las guerrillas
que no he hecho nada por mi pueblo
que no soy de las FALN y me desespero por todas esas cosas y por otras
cuya enumeración sería interminable
que no puedo salir de mi prisión
que he sido dado de baja en todas partes por inútil
que en realidad no he podido casarme ni ir a París ni tener un día sereno
que me niego a reconocer los hechos
que siempre babeo sobre mi historia
que soy imbécil y más que imbécil de nacimiento
que perdí el hilo del discurso que se ejecutaba en mí y no he podido encontrarlo
que no lloro cuando siento deseos de hacerlo
que llego tarde a todo
que he sido arruinado por tantas marchas y contramarchas
que ansío la inmovilidad perfecta y la prisa impecable
que no soy lo que soy ni lo que no soy
que a pesar de todo tengo un orgullo satánico aunque a ciertas horas
haya sido humilde hasta igualarme a las piedras
que he vivido quince años en el mismo círculo
que me creí predestinado para algo fuera de lo común y nada he logrado
que nunca usaré corbata
que no encuentro mi cuerpo
que he percibido por relámpagos mi falsedad y no he podido derribarme,
barrer todo y crear de mi indolencia, mi flotación,
mi extravío una frescura nueva, y obstinadamente
me suicido al alcance de la mano
me levantaré del suelo más ridículo todavía para seguir burlándome de los otros
y de mí hasta el día del juicio final.


(1963)





☙❧




               FRACASO


Cuanto he tomado por victoria es sólo humo.

Fracaso, lenguaje del fondo, pista de otro espacio más exigente, difícil de entreleer es tu letra.

Cuando ponías tu marca en mi frente, jamás pensé en el mensaje que traías, más precioso que todos los triunfos.
Tu llameante rostro me ha perseguido y yo no supe que era para salvarme.
Por mi bien me has relegado a los rincones, me negaste fáciles éxitos, me has quitado salidas.
Era a mí a quien querías defender no otorgándome brillo.
De puro amor por mí has manejado el vacío que tantas noches me ha hecho hablar afiebrado a una ausente.
Por protegerme cediste el paso a otros, has hecho que una mujer prefiera a
                                 [alguien más resuelto, me desplazaste de oficios suicidas.

Tú siempre has venido al quite.

Sí, tu cuerpo llagado, escupido, odioso, me ha recibido en mi más pura 
                                   [forma para entregarme a la nitidez del desierto.
Por locura te maldije, te he maltratado, blasfemé contra tí.

Tú no existes.
Has sido inventado por la delirante soberbia.

¡Cuánto te debo!
Me levantaste a un nuevo rango limpiándome con una esponja áspera, 
                                   [lanzándome a mi verdadero campo de batalla,
                                   [cediéndome las armas que el triunfo abandona.
Me has conducido de la mano a la única agua me refleja.
Por ti yo no conozco la angustia de representar un papel, mantenerme
                                   [a la fuerza en un escalón, trepar con esfuerzos propios,
                                   [reñir las jerarquías, inflarme hasta reventar.
Me has hecho humilde, silencioso y rebelde.
Yo no te canto por lo que eres, sino por lo que no me has dejado ser.
                                   [Por no darme otra vida. Por haberme ceñido.

Me has brindado sólo desnudez.

Cierto que me enseñaste con dureza ¡y tú misma traías el cauterio!,
                                     [pero también me diste la alegría de no temerte.

Gracias por quitarme espesor a cambio de una letra gruesa.

Gracias a ti, que me has privado de hinchazones.
Gracias por la riqueza a que me has obligado.
Gracias por construir con barro mi morada.
Gracias por apartarme.

Gracias.

(1966)

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