miércoles, 30 de junio de 2021

MARE of EASTTOWN - creada por Brad Ingelsby y Craig Zobel


Mare of Easttown es un drama de personajes dolientes que aprovecha un tenue hilo de investigación criminal para intensificar la acción. Easttown es una ciudad pequeña y deprimente, habitada por gente sin expectativas y varada en las afueras de Filadelfia. De pronto allí aparece asesinada una adolescente y madre soltera. El impacto del crimen es brutal y agita a todo el pueblo. Allí se conocen todos y nadie comprende qué puede haber ocurrido. 

El primer episodio se detiene en la presentación exhaustiva de todo el microcosmos de Easttown, con una ristra de hermanos y primos e incluyendo la vida y amigos de la joven cuyo cadáver tirado en el río cerrará el capítulo. Y es un acierto. Ahí está la fuerza de esta historia, en unos personajes que sobreviven en medio de todo tipo de decepciones, tragedias y sinsabores. En los siguientes episodios veremos la relación que cada uno pueda tener con el crimen y sobre todo de qué pasta están hechos.

Se puede ver esta magnífica miniserie como la exploración de todo el ecosistema que hay alrededor de Marianne "Mare" Seehan (Kate Winslet), una protagonista marcada por un éxito y una tragedia. Mare es la inspectora de la policía local y además una pequeña heroína en el pueblo: 25 años atrás metió la canasta que dio el único triunfo nacional en la historia de Easttown. Cada año, esta desencantada comunidad se vuelca en celebrar a lo grande esta magra efemérides. Pero Mare ya no es la que era. Está empezando a darse cuenta de que su vida se desmorona y no va a ninguna parte. Ya tiene 45 años, hace un año su hijo se suicidó y la dejó un nieto que está criando con la ayuda de su madre y de su otra hija, formando una familia de cuatro generaciones.  


Mare se dedica a sobrevivir y el trabajo le sirve de tabla de salvación. Su aspecto es desastrado, come unas horribles hamburguesas grasientas y "vapea" cigarrillos electrónicos. Además discute con su madre y por si fuera poco su ex-marido ha comprado la casa de al lado para formar su nueva familia. Tampoco ayuda que el año anterior desapareciera Katie Bailey, la hija veinteañera de una antigua amiga, la cual mantiene una activa campaña en los medios acusando a Mare de inoperante. El único apoyo de Mare es su amiga Lori (Julianne Nicholson) aunque también, de algún modo, lo es su madre Helen que, con una actitud un poco cínica y nada condescendiente, intenta empujarla para que pase página. 

Toda la serie gravita en torno al personaje de Mare y su tragedia personal, asunto que se va enquistando porque es un duelo que se niega a afrontar. Tocará fondo cuando se enfrente por un lado a su nuera, por la custodia de su nieto, y por otro al secuestrador de Katie Bailey, que la lleva al borde de la muerte. La interpretación de Kate Winslet mostrándonos los recovecos de su personaje es formidable. Mare se siente responsable de todos y todo. Todo el mundo la llama a su teléfono personal ante cualquier mínimo problema y ella siempre responde con comprensión. Algo que no tiene para con ella misma. 

Los personajes femeninos y la problemática relación con los hijos ocupan gran parte del espectro de la serie. Ahí están Mare con su hijo muerto, lidiando ahora con su hija Siobhan (Angourie Rice). También la joven asesinada con su hijo Dylan y el novio obligado a la paternidad. Tampoco es ajena Julie que tiene que bregar con un hijo problemático y un marido enamoradizo. Los vínculos familiares y sociales son muy estrechos en Easttown y las mentiras y traiciones se han ido acumulando durante demasiado tiempo. Los acontecimientos harán que todo aflore y cada uno tenga que afrontar su vulnerabilidad. Esta es la esencia de la serie, una alta intensidad emocional que se muestra de forma genuina.

A la vez que recorremos toda esta galería de personajes, el crimen tiene su momento "Orient Express" lanzando sus sospechas contra varios de los vecinos (incluido el exmarido de Mare y un cura con una antigua acusación de pederastia); hasta que la investigación queda aparentemente empantanada. No es verdad. Cuanto menos avanza la trama criminal, más avanza la profundización en el drama. En vez de hacia adelante, la trama gira alrededor de los vecinos como un engranaje minucioso y complejo que revela la amplitud del fracaso y abandono en que todos están sumidos. 

La autenticidad de los personajes y la ambientación triste y gris de esta pequeña comunidad me hace recordar otras magníficas series que visitan apartadas poblaciones para explorar sus más cotidianos secretos, como Happy Valley, Broadchurch o The killing.


En los episodios del 5 al 7 la serie nos ofrece sus mejores momentos de investigación criminal. En el 5 Mare se cuela sin sospecharlo en la guarida del secuestrador de chicas provocando una intensísima secuencia que nos recuerda a la de Clarice Sterling en El Silencio de los Corderos. Mientras que en el episodio 6 Mare descubre al asesino de la joven Erin McMenamin que acaba confesando.
Entonces ¿Qué queda para el episodio 7? El recorrido por el último círculo del infierno. Con un par de espectaculares giros en la trama, la verdad se revela convirtiéndolos a todos en perdedores. Cerrado el duelo de Mare, los vecinos de Easttown deberán lidiar con otra más de sus cotidianas tragedias. 



miércoles, 23 de junio de 2021

LOS PAPELES de TONY VEITCH - De William McIlvanney



Si tenemos en cuenta las tres mejores características que puedes encontrar en las grandes novelas negras, ésta las tiene en grado sumo: un detective carismático, complejo y comprometido; una ciudad áspera y violenta con la que se identifica aunque tenga que bregarla; y una trama endiabladamente intrincada por donde desfila una fauna tan diversa que va de lo más brutal y violento a lo puramente ingenuo.

La cosa empieza de forma casi anodina, con un vagabundo alcoholizado que a punto de morir llama al inspector Laidlaw. "Me dieron un vino que no era vino" es lo único que llega a farfullarle. Entre sus pertenencias sólo hay un reloj parado, unas monedas y un papel mugriento con unas reflexiones sobre moral:
"Cuanto mayor es la capacidad de elección personal, mayor es la moralidad. Tan sólo pueden ser verdaderamente buenos quienes han explorado su capacidad para el mal. El idealismo es la censura de la realidad". 
Y debajo unas notas a bolígrafo con una dirección, un número de teléfono y dos nombres, Lynsey Farren y Paddy Collins. En el teléfono no contesta nadie y mientras Lynsey Farren es una joven aristócrata, Paddy Collins es un matón que, además, muere esa misma noche asesinado a cuchilladas. Un buen embrollo.
Grafitti en Glasgow


La trama tiene un gran ritmo y en sus vibrantes diálogos el sarcasmo aflora con frecuencia. En Glasgow la cerveza se pide fuerte (no amarga), como nos explica uno de los protagonistas, y ese podría ser el carácter de la novela: con un sabor fuerte, aderezado con peleas y crímenes pero también con una buena ración de reflexiones sobre literatura, arte, historia y moral; las que nos aportan los papeles que Tony Veitch escribe compulsivamente y las que añade el carácter reflexivo del inspector Laidlaw.
"Yo me digo que mi trabajo tiene que ir más allá. Uno de los motivos por los que me dedico a esto es aprender. No sólo a echar el guante a los delincuentes, sino también a conocer cómo son en realidad, y por qué han llegado hasta aquí, con un poco de suerte. No he nacido para ser un perro guardián, un animal adiestrado para responder al silbido del amo. Para salir detrás del que me digan. Yo no me limito a desconfiar de los tipos a los que doy caza. También desconfío de la gente que me empuja a darles caza. Y no voy a cambiar."
El inspector Laidlaw pronto descubre que tanto Lynsey Farren como Paddy Collins están relacionados con Tony Veitch, un joven rico que reniega de su padre, ha dejado la universidad y lleva varios días desaparecido. Lo que ocurre es que Laidlaw no es el único que lo está buscando. Los dos capos locales que gobiernan la ciudad no están dispuestos a que nadie se cargue a uno de los suyos sin haber dado su consentimiento; de modo que también han enviado a sus huestes a buscarlo. Como los dos ejércitos que se enfrentan sobre el tablero del go, Laidlaw por su lado y los matones por el suyo avanzan por callejuelas y garitos indagando por Tony Veitch y su extraña relación con la muerte de un pordiosero y la de un matón.

Uno de los atractivos de la novela es que su personaje clave, Tony Veitch, no aparece en ningún momento; aunque su presencia gravita sobre cada página. Una fórmula que nos recuerda inevitablemente a clásicos como Rebeca de Daphne du Marier, que aunque nunca aparece viva está presente de forma abrumadora. O incluso Laura, de Vera Caspary que, siendo la referencia absoluta del libro, está ausente en la mayor parte de él.
Glasgow


Aunque los verdaderos polos galvanizadores del libro son el inspector Laidlaw y la ciudad que lo enreda, Glasgow. El carácter de Laidlaw daría para todo un ensayo. Un tipo decente y con una gran humanidad a la que no ha logrado mancillar el grosero trabajo que ejecuta. 
"No sé si tú te sientes a gusto en este oficio. Yo me siento tan a gusto como si llevara un cilicio puesto. Y bueno, sí, es mi trabajo y lo hago. Porque a veces me digo que lo que estoy haciendo es importante…Si todo se reduce a tapar el cubo de la basura en nombre de los ricos y poderosos, pues a tomar por saco. Mejor lo dejo. Pero yo me digo que mi trabajo tiene que ir más allá. Uno de los motivos por los que me dedico a esto es aprender. No sólo a echar el guante a los delincuentes, sino también a conocer cómo son en realidad.”
El inspector es un poco filósofo y mantiene un gran compromiso social. Para él el asesinato del vagabundo Eck Adamson es tan relevante como lo pueda ser el de un banquero. Su integridad y su tesón para llegar hasta el final le granjean el hartazgo de sus compañeros, y aunque no es un tipo solitario, su forma de investigar tiende a aislarlo. Su nivel de exigencia, ética y profesional, es difícil de seguir. Aunque todo ello no le exime de arrastrar algunas contradicciones: su vida matrimonial es un desastre y no le hace ascos a la botella.
"Eck era como uno de esos trozos de papel que el viento empuja por la acera. Era imposible considerar que el significado de las cosas estaba en otro lugar, que Eck era irrelevante. Eso sería una traición. Tan sólo nos tenemos los unos a los otros, y si todos somos huérfanos, la única salida honorable es adoptarnos los unos a los otros, desafiar el absurdo de nuestras vidas preocupándonos por el prójimo. Es la única nobleza que nos queda."


El inspector ya tuvo un excelente desarrollo psicológico en la primera novela de las tres que conforman la Trilogía de Glasgow, titulada precisamente Laidlaw. Allí conocimos en profundidad a este policía compasivo, vehemente, terco y abrasivo, portador de una dolorosa paradoja: es adicto a un trabajo que lo destruye y es un agente de la ley que continuamente la cuestiona. Pero no es el único personaje con entidad. Los papeles, cartas y reflexiones que Tony Veitch va entregando a todo aquel con quien se cruza, acaban conformando toda una loa a la juventud más rebelde e idealista...aunque también peligrosamente ingenua. 
Era propenso a tomarse en serio cualquier ocurrencia, a abrazar las ideas más estrafalarias. no podía resistirlo, era superior a sus fuerzas. Porque no vivía en el mundo real. Por eso trataba de adentrarse en la realidad, para conocerla mejor. A ver un momento: Tony es muy inteligente. Pero la suya es una inteligencia sin anticuerpos."
También hay que anotar los choques verbales que Laidlaw mantiene con su compañero Harkness, que no son precisamente intrascendentes: interminables caminatas por la ciudad para "absorber las calles" mientras la conversación adquiere esos tintes existenciales que para Harkness son "como contemplar a un hámster en la noria de su jaula, yendo a ninguna parte con desesperación". 

Todo lo que toca Laidlaw es objeto de su crítica y reflexión. Así Cuando visita al rector de la universidad donde estudiaba Veitch, recoge esta opinión del directivo: 
"Como sabemos, la universidad a veces viene a ser una especie de formol mental. Posibilita que las personas pongan sus cerebros en exposición, por mucho que en realidad no los usen para nada. Tony aspiraba a más. Para él, aceptar una idea quería decir asumir la responsabilidad de vivir según dicha idea." 
Universidad de Glasgow


Y no puede dejar de recordar que él mismo también huyó de la facultad:
"No tenía ganas de pertenecer a aquel círculo de opiniones sustentadas las unas en las otras que tantas veces pasa por ser cultura".
McIlvanney trenza una historia con varias capas donde se depositan todo tipo de reflexiones sobre ética, arte o literatura.
"Algo le decía que muchos de aquellos estudiosos vivían en el interior de sus propias cabezas, sin apenas salir de ellas. hasta considerarlas como el monte Sinaí. Le desgradaba el uso que hacían de la literatura, a fin de aislarse de la vida, y no para intensificarla.
A Laidlaw también le gustaban los libros, pero para él eran una suerte de alimento psíquico a transformar en energía para la existencia."
El otro epicentro de la novela es el territorio, crucial para la ficción criminal, y en esta trilogía McIlvanney da carta de naturaleza a Glasgow (y por extensión a Escocia) como ciudad del crimen. Glasgow se erige como un personaje más de la novela, sucia e industrial; cínica y dura. Escenario prototípico de una novela al más puro estilo hard-boiled; ese género violento y urbano que parecía exclusivamente norteamericano, pero que McIlvanney reproduce en Glasgow con todo su fiero esplendor. Laidlaw vive con intensidad la ciudad, conoce su historia y es una lástima que en la traducción se pierdan los giros y el dialecto local que, según he leído, McIlvanney recrea vívidamente.
"Qué clase de lugar es ése? Se preguntó.
Una ciudad pequeña y grande a la vez, se respondió. Una ciudad que no rehuía la pelea, que plantaba cara al viento y apretaba los dientes. Pero ¿Porqué era una ciudad tan dura? Pues a veces no podía ser más dura. Quizá tenía que ver con el famoso viento, que nunca había dejado de soplar con fuerza. Ni cuando Glasgow era la segunda ciudad del Imperio británico. La prosperidad no había llegado a ablandarla, porque la riqueza material de unos pocos había supuesto la pobreza de muchos. Esos muchos habían sobrevivido -a duras penas, con frecuencia-, y su carácter hoy era el carácter de ese lugar. Habían sobrevivido a la prosperidad y, en consecuencia, sobrevivirían a lo que hiciera falta. Ahora habían llegado las vacas flacas, pero ni reparaban en la diferencia. Si te caía un dinerito encima, lo que hacías era gastarlo. Porque el dinero siempre faltaba. Pues vaya una novedad. Así era Glasgow."
El Glasgow decimonónico


Laidlaw incluso es capaz de compartir con nosotros y con su compañero Harkness, su visión romántica del viejo Glasgow.
"No sé qué le ha pasado a esta ciudad. Antes había un respeto por la gente que vivía en la calle. Un respeto y un reconocimiento. No hace falta que te hable de Hisrstling Kate. O de Rab Ha´, el glotón de Glasgow. Eran personas como Eck.
Hirstling Kate fue una tullida que se desplazaba de rodillas con ayuda de unos bastones con punta. Rab Ha´, quien tenía fama de haberse comido un ternero de una sentada, acabó como vagabundo y murió mientras dormía en un henal en Thistle Street. Laidlaw acaba de sacar uno de los temas preferidos de Eddie Devlin.
Durante los siguiente minutos, Harkness aprendió sobre otras figuras míticas del Glasgow decimonónico, como Old Malabar, el músico ambulante irlandés, y Dungannon, el mozo de cuerda que siempre andaba descalzo por el bazar de Candleriggs."
La novela es muy rica en personajes y tramas que convergen con precisión mezclando, de forma explosiva, a matones, niños ricos, prostitutas y chantajistas. El estilo de McIlvanney es terso, sin florituras, a la vez que reflexivo. Logra una gran ambientación y hace respirar a la página con mordaces comentarios e inusuales digresiones: "De haberse embotellado la atmósfera, se habrían obtenido cócteles Molotov". O "Su rostro parecía un argumento que no se podía ganar". 

La trilogía de Glasgow sentó las bases de lo que luego se ha conocido como Tartan Noir (novela negra escocesa), caracterizada por unos detectives complejos y contradictorios (el síndrome Jekyll/Hyde escocés), un severo humor negro y el ejercicio de una crítica social y moral de la sociedad actual.








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William McIlvanney nació en Kilmarnock en 1936, estudió literatura inglesa en la Universidad de Glasgow, donde posteriormente ejerció de profesor hasta que, en 1975, pasó a dedicarse a la literatura. Poeta, articulista, guionista y narrador de la BBC, fue un novelista muy celebrado ya desde su debut con Remedy is none (1967), por el que ganó el Geoffrey Faber Memorial. Su laureada trilogía de Glasgow, compuesta por Laidlaw (1977), Los papeles de Tony Veitch (1983) y Extrañas lealtades (1992), situó a la urbe escocesa en el mapa de la novela negra y sentó las bases del Tartan noir que inspiró a autores como Ian Rankin e Irvine Welsh.
Fuera de la ficción criminal destacan otras dos novelas, también ambientadas en Glasgow, donde retrata personajes violentos y duros pero cotidianos, de clase trabajadora, que han de luchar contra un destino poco propicio: «Docherty» (1975) ganó el Whitbread Novel Prize y fue muy elogiada por la descripción de la resistencia y coraje de un minero. Mientras que en 1985 publicó "The Big Man", en el que narraba la historia de un hombre que busca un futuro mejor pasando de minero a boxeador. Este libro fue adaptado al cine en 1990 con Liam Neeson y Billy Connolly en sus papeles principales.
McIlvanney murió en 2015.

martes, 22 de junio de 2021

TARTAN NOIR I




Tartan Noir es la etiqueta que agrupa a los autores escoceses de novela negra que ambientan sus historias criminales en Glasgow, Edimburgo o Aberdeen. Tartan es el nombre del tejido típico de los kilts escoceses. Cada estampado es único y propio de un clan en concreto. Curiosamente este apelativo lo acuñó James Ellroy al comentar una novela de Ian Rankin en los años 90. Aunque Rankin efectivamente fue el artífice del boom en ventas de este subgénero, se considera a William McIlvanney el padre del mismo por la publicación de su novela Laidlaw en los setenta. 

La aparición de dicho apelativo y las elevadas ventas de autores como Ian Rankin y Val McDermid supuso un interés renovado por la obra de McIlvanney ya en el siglo XXI; lo cual  no fue óbice para que éste renegara de la etiqueta: 
"Supongo que funciona muy bien como lema de un publicista. Ciertamente, para el mercado estadounidense, probablemente ofrece la referencia más sucinta para reconocer lo escocés. Pero me parece que, al mismo tiempo, sugiere una visión anticuada del lugar". También el exitoso Rankin se llegó a quejar del efecto reduccionista del lema: “Tal vez con Tartan Noir puede parecer que solo escribimos ficción negra y retorcida en Escocia”.

Entre las características principales que definen el Tartan Noir está el peculiar humor negro escocés, un componente de crítica social y un gran humanismo; todo ello cultivado desde la línea dura o hard-boiled del género. Porque los referentes novelísticos de estos autores son claramente las novelas negras norteamericanas de Dashiell Hammett, Raymond Chandler y, sobre todo, del gran James Ellroy, con su descarnado retrato de la ciudad como un nido de corrupción en todas las esferas. También se suele citar el síndrome Jekyll/Hyde o Caledonian Antisyzygy, un fenómeno escocés que reflexiona sobre la dualidad de las personas, en alusión a la doble alma que suelen tener sus detectives, aquejados de múltiples contradicciones. Se trata de profundizar en la psicología del crimen, rastreando nuestra capacidad para el bien y el mal. Esto dota a los protagonistas de una intensa complejidad moral que se extiende también a los criminales de estas obras. El propio Ian Rankin comentó que “la ficción policial escocesa tiende a sentir curiosidad por saber por qué ocurren los delitos y entender a las personas que los cometen."

Una de las autoras escocesas más emblemáticas, Val McDermid, definió el Tartan Noir del siguiente modo: "Tenemos este tipo de pasado calvinista oscuro que todavía está muy presente. También tenemos este maravilloso sentido del humor negro y nos encanta la fiesta. Hemos producido algunos de los más grandes pensadores de la Ilustración, y también algunos de los peores fanáticos con cara de escoria en la historia del pensamiento humano. Así que siempre existe el charco oscuro de estos opuestos dentro de nosotros, lo que produce una especie de tensión dramática ''.

El Tartan Noir tiene otro componente ineludible, su territorio, ya que las ciudades donde se desarrollan estas novelas tienen una importancia capital. Debemos a Rankin esta reflexión: “los escritores escoceses hemos descubierto que la ficción policíaca es una buena forma de explorar el 'lugar', especialmente el urbano. Miramos debajo de la superficie de la ciudad cotidiana y mostramos su complejidad. La ficción criminal también es a menudo política, observa el lío en el que estamos y pregunta cómo salimos de él ".

Edimburgo


Sobre el carácter escocés merece la pena escuchar a Stuart MacBride, autor de éxito con diez novelas criminales protagonizadas por Logan McRae. En bbc.co.uk escribió: "Dile a un escocés o escocesa que haga algo y, nueve de cada diez veces, haremos exactamente lo contrario. Porque estamos desconcertados. Es una palabra que nos atraviesa, como las letras de un palo de piedra de Blackpool, y es un rasgo de carácter que aparece una y otra vez en Tartan Noir. Nuestros protagonistas están desconcertados". 

Las novelas que se inscriben en el Tartan Noir no son uniformes. En ellas hay muchos trozos de la historia reciente de Escocia, del mismo modo que hay muchos enfoques en sus protagonistas. Según MacBride el Tartan "no es tanto un término genérico para que unos pocos escritores selectos se refugien, sino que es una marquesina grande y sucia. Cubre todo, desde la sátira mordaz del Jack Parlabane de Christopher Brookmyre, hasta el severo presbiterianismo de Rebus, pasando por la sarcástica periodista de Val McDermid, Lindsay Gordon, y el cálido y desvergonzado deleite de Hamish Macbeth" -protagonista de las novelas de MC Beaton-.

El asunto final que hace del Tartan Noir algo profundamente literario es que se inscribe en una tradición literaria muy reconocible. Muchos de sus autores se consideran herederos de una sensibilidad gótica que se remonta a "Confesiones de un Pecador Justificado" (Confessions of a Justified Sinner) de James Hogg, así como a El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, de Robert Louis Stevenson. En su ensayo The Dark Threads of Tartan Noir, Carole E. Bannerman escribe:
“Como todos los escritores de crimen desde entonces, Stevenson sitúa el mal en el corazón del hombre y luego coloca a ese hombre en el corazón de una ciudad. La ciudad se convierte así en una manifestación de la hipocresía moral y la fingida respetabilidad que es lo que critica el escritor de género negro”.
Según la autora de Glasgow, Donna Moore, agregando a este cóctel algunos criminales históricos de estas tierras como Burke y Hare, el clima y el infame humor de la horca de los escoceses tendremos el árbol genealógico del Tartan Noir.

El éxito del Tartan Noir tiene tal envergadura que desde hace años existe un Festival Internacional de Escritura Criminal de Escocia, denominado Escocia Sangrienta; un lugar de encuentro entre aficionados y autores que cuenta con numerosas actividades y una completa web: https://bloodyscotland.com/

Desde que McIlvanney abriera la lata en los años 70 y Ian Rankin y Val McDermid comenzaran su éxito perdurable en los 90, muchos otros autores se han sentido inspirados para alumbrar obras criminales con carácter escocés: 
Denise Mina, Christopher Brookmyre, Peter May, Stuart MacBride, Allan Guthrie, Douglas Lindsay, James Oswald, Lin Anderson, Alex Gray, Donna Moore, Tony Black, Caro Ramsay, Abir Mukherjee, Ann Cleeves, Gordon Ferris, Douglas Skelton, Denzil Meyrick... lista que no deja de ampliarse año tras año. Muchos de ellos no tienen libros traducidos al español a pesar de alcanzar unas cuantiosas ventas en el mundo anglosajón.
Comentaré aquí una pequeña selección.

No Mean City 
de H. Kingsley Long y A. McArthur
Aunque no está traducido al español, hay que tomar en consideración este libro porque, publicado en 1935, pasa por ser el lejano origen del Tartan Noir. 
Ningún libro está más asociado con la ciudad de Glasgow que éste. En él se relata la historia de Johnnie y Peter Stark, dos hermanos, hijos de un padre violento y una madre oprimida, que siguen caminos divergentes y que, sin embargo, están destinados por las circunstancias sociales a encontrar un final trágico. Johnnie se convierte en el "Rey Navaja" de los barrios marginales, los Gorbals, luchando y abriéndose camino hacia una temible notoriedad entre las bandas locales. Peter, por otro lado, se esfuerza por abrirse camino hacia la respetabilidad como gerente en un almacén local. 
El mensaje del libro es bastante nihilista: no importa cómo traten de superar sus circunstancias, finalmente fracasarán y serán devorados por las fuerzas abrumadoras que arrastran a todos los "habitantes de barrios marginales" de regreso a su lugar.
Las descripciones realistas y brutales, llenas de sexo y violencia, dan vida a una historia que es tan fascinante como auténtica.

IAN RANKIN (Fife, Escocia, 1960) es el más conspicuo de estos autores escoceses. Su creación del inspector Rebus ha marcado tendencia: Un policía honesto, valiente y leal, pero también un alcohólico incorregible, insubordinado, nostálgico, cínico y con sus relaciones familiares abocadas al fracaso. Un tipo con sus propios demonios. Además es un ecléctico melómano que etiqueta muchas de sus situaciones vitales con títulos de éxitos musicales que toma de su afición al rock. 
A lo largo de 22 libros, publicados entre 1987 y 2018, este inspector poco ortodoxo ha sido capaz de arrojar luz sobre algunas de las historias más funestas de Edimburgo. En estas tres décadas las novelas recogen la evolución de la ciudad y también el envejecimiento del propio Rebus. A través de esta fructífera relación entre Rebus y Edimburgo, Rankin ha logrado examinar temas tan candentes como la inmigración, la trata de blancas o el establecimiento del parlamento escocés en 1999. 
Rebus suele profundizar en sus contradicciones bebiendo noche tras noche en The Oxford Bar o The Royal Oak (pubs reales de Edimburgo), ignorando durante años a su hija o compartiendo whisky con mafiosos como su constante enemigo Ger Cafferty.
He aquí un par de sus obras.
BLACK AND BLUE  (1997)
de Ian Rankin
Ian Rankin (Fife, Escocia, 1960) afirmó que Black and Blue –octava novela de la serie protagonizada por el inspector John Rebus- era su favorita y que sólo a partir de ella consideraba que sus novelas fuesen realmente buenas. Esto lo confirma el hecho de que el cóctel elaborado aquí se reproduce con éxito en muchas sino en todo el resto de novelas: inteligente combinación de múltiples tramas, gran detalle del procedimiento policial, indisciplina ante los superiores, proceder un tanto anárquico y temerario, mucho trasiego de whisky y el trasfondo de una Escocia muy actual (sea el nacionalismo y su novedoso parlamento, el petróleo, la corrupción inmobiliaria, las operaciones ocultas de las SAS o el tráfico de drogas). 
La combinación inspector Rebus-Edimburgo es muy fructífera y aquí se muestra introduciendo un elemento real, la historia de John Bible, el más brutal asesino que Glasgow recuerda, autor de tres crueles asesinatos en la década de los 60 y desaparecido abruptamente sin llegar a ser detenido.
En esta novela nos encontramos con un Rebus que después de un enfrentamiento con un oficial superior corrupto, ha sido destinado a uno de los suburbios más duros de Edimburgo, donde investiga el asesinato de un trabajador de una plataforma petrolífera fuera de servicio. Su investigación lo lleva al norte, a las plataformas de Aberdeen. Este caso se entrecruza con la investigación de uno
s asesinatos en serie que imitan al asesino de los 60 nunca capturado. De ahí que la prensa sensacionalista haya apodado a este nuevo criminal como "Johnny Bible". Aunque Rebus se interesó obsesivamente por este asesino desaparecido y conocía a una de las víctimas del imitador, tiene otros asuntos de los que preocuparse; la amenaza de reapertura de un caso en el que él y su mentor, el inspector Lawson Geddes, pueden haber presentado pruebas falsas. Hace años que incriminaron a Lenny Spaven, quien siempre ha insistido en que era inocente hasta que su desesperación finalmente lo ha llevado al suicidio. Esto ha puesto el foco sobre Rebus que es perseguido por las cámaras de una cadena de televisión que investiga errores judiciales.
La conexión con el negocio del petróleo y Aberdeen, incluido su cupo de maldades y corruptelas, le da oportunidad a Rankin para explorar felizmente un nuevo territorio de la Escocia actual y mostrarnos su color local. La última complicación viene del original John Bible que se cruza con Rebus en la búsqueda (y eliminación) del imitador. 
Rankin demuestra en esta novela que es un autor audaz e inteligente, que sabe trenzar a la perfección diversos hilos narrativos hasta conseguir una novela absorbente y original. 

RESURRECCIÓN (2002)
de Ian Rankin
Decimotercera entrega de la serie Rebus.
Debido a su insubordinación, Rebus es enviado a un centro de “reeducación” para policías. Allí llegan otros cinco agentes en su misma situación, y juntos deberán resolver un antiguo caso sin cerrar. Sin embargo, Rebus guarda sus propios secretos sobre el caso y empieza a dudar de la verdadera finalidad del programa y de la sinceridad de sus ocasionales colegas. 
En esa especie de reformatorio en que se ha convertido la academia de Tulliallan, Rebus se encuentra con otros policías problemáticos que quieren rehabilitar sus carreras. El enfoque consiste en tomar un caso antiguo y asignarlo a los "hombres de la resurrección", los cuales trabajarán bajo la estrecha supervisión de un instructor, que subrayará el necesario trabajo en equipo para llevar a cabo un buen trabajo policial. Pero Rebus se huele una trampa cuando "accidentalmente" el caso elegido para el ejercicio resulta ser un viejo asunto en el que él mismo jugó un papel importante. Percibe que debe andarse con mucho cuidado hasta averiguar qué está pasando.
Por otro lado acepta una misión encubierta en la que investigará a sus compañeros de clase. Siempre se ha sospechado que esos colegas se quedaron con el botín de una redada antidroga, pero los superiores nunca pudieron probarlo. Dado que muchos dan por hecho que Rebus está en la nómina del capo Big Ger Cafferty, los altos mandos esperan que esa reputación le permita inmiscuirse entre los policías corruptos. Los secretos que guardan los Resurrection Men y la partida que juega Rebus en torno a ellos es de lo más intrigante.  
Por su parte la sargento detective Siobhan Clarke descubre que su investigación del asesinato de un marchante de arte está ligada a la investigación de Rebus, de modo que los dos, la protegida y su mentor, unen fuerzas para avanzar. Pronto se encontrarán en medio de un escándalo aún mayor de lo que habían imaginado: un complot con conspiradores en cada rincón de Escocia e implicaciones mortales sobre sus colegas.
Siendo así que todas las novelas de Rebus son oscuras, ásperas y detalladas, ésta lo es más de lo habitual, y no por su violencia, sino porque las vivencias de Rebus y Clarke tienen un trasfondo auténticamente siniestro. La trama es verdaderamente densa y cuenta con constantes giros argumentales siempre sorprendentes. 
Hay que resaltar aspectos como los diálogos siempre concisos y afilados de estos policías, que intercambian frases como mandobles maliciosos llenos de ironía. También Rankin nos deja asomarnos a aspectos de la psique de Rebus y Clarke que no hemos visto antes. Por ejemplo el hecho de que Siobhan, siendo mujer, siempre ha estado rodeada de hombres que están  al borde de tratarla con condescendencia. Incluso hay un momento en que la violencia sexual planea sobre ella. Sin duda los personajes son uno de los puntos fuertes de esta serie; ya que son muy reales y vulnerables, sin dejar de evolucionar entre cada aventura.

VAL McDERMID
Si Rankin es el rey, a McDermid se la considera la reina del T
artan Noir. Nació en Kirkcaldy, Fife en 1955. Después de completar su educación en St. Hilda's College, Oxford, trabajó como periodista durante más de quince años. Los protagonistas de las tres series de novelas de McDermid son una periodista, Lindsay Gordon; un investigadora privada, Kate Brannigan; y un psicólogo clínico, Tony Hill, quién sufre una disfunción sexual. La serie de novelas protagonizadas por Tony Hill y Carol Jordan comenzó en 1995 con El canto de las sirenas que ganó el premio Gold Dagger de la Crime Writers' Association a la mejor novela criminal del año. Esta serie de novelas de Hill/Jordan fue adaptada a la televisión con el nombre Wire in the Blood.
McDermid publicó su primera novela, Report for Murder, a la edad de treinta y dos años. Sus novelas se centran en los aspectos psicológicos del crimen e incluyen descripciones explícitas de tortura y violencia. Además se hacen notar sus puntos de vista feministas. Aunque es un libro independiente de las series citadas, Lugar de ejecución pasa por ser su obra más lograda.

LUGAR DE EJECUCIÓN
de Val McDermid
Esta novela está llena de giros, emociones y conmociones.
Invierno de 1963, dos adolescentes desaparecen en Manchester. Poco después, en una aldea perdida de Derbyshire, desaparece Alison Carter, otra jovencita de trece años. Aunque no aparece el cuerpo, en la aldea de Scardale, en Peak District, todos saben que se trata de un asesinato. Para el inspector George Bennett, es el comienzo de su caso más difícil e intenso. Décadas más tarde, le cuenta su historia a la periodista Catherine Heathcote, pero justo cuando está a punto de publicarlo, la detiene, obligando a Catherine a ahondar en el pasado para encontrar la auténtica verdad, de una vez por todas.
El libro está formado por dos partes totalmente diferentes. En la primera asistimos a un juicio por el asesinato de una joven de una pequeña aldea donde se nos cuenta con detalle tanto el procedimiento policial como, sobre todo, el judicial. En la segunda acompañamos a la periodista en su indagación. 
En parte procedimiento policial, en parte thriller psicológico, este libro es de los que perdura en tu memoria gracias a una conseguida atmósfera que nos sitúa en una comunidad endogámica y cerrada. 

UN TERRITORIO OSCURO
de Val McDermid
Tarde o temprano los asuntos pendientes del pasado emergen inesperadamente. La zona minera de Fife (Escocia), en la que la propia autora vivió su infancia, es el epicentro del caso que se le presenta a la inspectora Karen Pirie. Karen investiga la desaparición de un minero hace 20 años, un trabajador que se convirtió en esquirol en las huelgas mineras de los años 80. Pero a la vez le encargan reabrir el caso del secuestro de una millonaria y su hijo. Una villa en ruinas con carteles extraños tirados por el suelo e indicios de que sus ocupantes la habían abandonado precipitadamente fue el desencadenante de la historia del malogrado secuestro que aparece en la novela. En ese mismo escenario, la periodista Bel Richmond encontrará la pista que permitirá reabrir el caso. 
El secuestro acabó de la peor forma posible, una vez entregado el rescate, se encontró a la mujer muerta mientras que el hijo desapareció.
Ahora, cuando ya casi nadie recuerda el trágico suceso, un periodista reabre la investigación al descubrir una pista que lleva a la Toscana. A la inspectora Karen Pirie le asignan este desagradable caso frío en un mal momento, enfrascada como está en la desaparición de Mick Prentice, el trabajador esquirol. Algo muy turbio se esconde tras este caso, que en un principio parecía rutinario.
Los dos casos, aparentemente no tienen nada en común, pero irán confluyendo mediante sorprendentes giros e inesperadas subtramas.
Es un libro que surge de las propias experiencias como periodista de la autora, que cubrió la huelga minera del norte de Inglaterra en 1984:
"Cuando cubrí las huelgas de los mineros, me impresionó la solidaridad de esa comunidad y cómo las mujeres, por primera vez, tuvieron un papel muy activo organizadas en 'Mujeres contra el cierre de las minas'
Otro de los aspectos más interesantes del libro es la relación que se establece entre pasado y presente. En 'Lugar de ejecución', dedicaba la primera mitad del libro a relatar el crimen ocurrido en 1963 para volver al presente en la segunda parte. En 'El cuerpo tatuado', trataba acontecimientos que habían ocurrido hacía 200 años a través del diario del poeta William Wordsworth. En "Un territorio oscuro", los recuerdos de la gente van completando un puzzle que, ante los ojos del lector, se va convirtiendo en un vivo fresco de la época en que se desarrollaron los acontecimientos.

UN PLAN SANGRIENTO (2015)
de Graeme Macrae Burnet

Esta es la segunda novela del autor, tras un debut glorioso con The Disappearance of Adèle Bedeau, que le valió el premio Scottish Book Trust New Writer Award en 2013. 
Un Plan Sangriento es un true crime de una rara complejidad. Macrae Burnet nos lleva a 1869, en las Tierras Altas escocesas, cuando un triple asesinato especialmente espeluznante sacude a la comunidad. La policía arresta de inmediato a un joven llamado Roderick Macrae, que aparece cubierto de sangre y admite ser el autor de los hechos. Así lo confirma un extraño relato, sorprendentemente lúcido que el joven escribió sobre sus crímenes. Tan lúcido y tan bien escrito que ahí empieza el misterio. 
Pero antes de condenarlo el tribunal debe averiguar qué lo llevó a cometer esos actos de violencia tan despiadada. ¿Acaso estaba loco o era perfectamente consciente de lo que hacía? Solo su persuasivo abogado se interpone entre Macrae y la horca, pero para lograr resolver el misterio y dictar sentencia antes deberán construir un relato congruente con los hechos. Siglo y medio después, Graeme Macrae, descendiente de Roderick, reúne toda la documentación existente sobre el caso en su búsqueda de la verdad. Pero ¿puede un ser humano comprender realmente la mente de otro? Un falso "true crime" situado en el corazón de la Escocia más oscura, que juega a su antojo con los límites de la ficción y cuestiona la validez de los relatos. Muy bueno. 

HAY QUE MATAR A LEWIS WINTER  (2013)
de Malcolm MacKay
Mackay tuvo un debut fulgurante con este extraordinario libro, aunque aquí no hay detectives ni investigación. El protagonista es un asesino profesional que trabaja por encargo. Después de una llamada telefónica tiene una nueva encomienda: matar a Lewis Winter.
No hay misterio en esta novela. Lo que hay es mucho suspense, el que se deriva de la planificación de un crimen que pretende ser perfecto. Pero matar no es fácil y el relato de todas las variables del crimen con sus riesgos (vigilancia, horarios, situaciones de ventaja, cuidado con las evidencias y huellas, etc) irá tensionando la intriga hasta extremos considerables.  
Este original debut cuenta además con un estilo directo y descarnado, basado en frase muy cortas y una moralización mínima. Uno de los puntos fuertes de la novela es la alternancia de puntos de vista. Cada capítulo está narrado desde el punto de vista de un personaje distinto, formando así un rompecabezas que el lector va completando.

El segundo libro de la serie, How A Gunman Says Goodbye ganó el Premio Deanston al mejor libro escocés de novela negra del año. Junto al tercero, The Sudden Arrival of Violence, forma la Trilogía de Glasgow.

EL CUARTO OSCURO (The Cutting Room)
de Louise Welsh
No se trata sólo de un debut asombrosamente logrado, también es uno de los mejores libros de cualquier género. Con esta obra Welsh ganó el Premio Creasey Dagger de la Asociación de Escritores Criminales a la mejor primera novela policiaca. El relato es misterioso, ricamente gótico y sexualmente cargado; ambientado en el mundo de un subastador y su descubrimiento de lo que puede ser una colección de fotografías snuff
El decadente subastador Rilke está limpiando el contenido de la casa de un anciano fallecido cuando encuentra una colección de fotografías violentas y perturbadoras que aluden a la muerte de una misteriosa joven. Impulsado por descubrir más, Rilke se adentra en un inframundo de crimen y depravación que arrastra al lector. Welsh dibuja brillantemente un Glasgow gótico de desesperación y decadencia mientras desnuda las profundidades de la desviación humana.
Louise Welsh, nacida en 1965, en Londres, es una autora inglesa de cuentos y thrillers psicológicos, residente en Glasgow. También ha escrito tres obras de teatro y una ópera.
Rilke no tiene nada que ver con el famoso poeta aunque es un experto en arte y siempre viste de negro. Trabaja en la casa de subastas de Rose, su amiga y a veces enemiga. Podría ser su novia si Rilke no fuera homosexual. Un día lo llama una anciana solterona  cuyo hermano acaba de morir. Quere tasar y vender el contenido de su casa, la última gran mansión de Glasgow, la de los McKindless.
La anciana le comunica a Rilke que su hermano tenía un estudio privado de cuyo contenido también se quiere deshacer: "Le agradecería su discreción", le dice. Rilke prevé una auténtica cueva de Alí Babá, rebosante de tesoros.
Entre las joyas más ocultas encuentra una espléndida biblioteca de primeras ediciones de libros prohibidos, pornografía mítica y netsukes eróticos que ilustran escenas de sexo y muerte. Pero en medio del arte elaborado irrumpe lo real, una colección de fotografías de posguerra, la ilustración de las juergas del entonces joven dueño de la casa que muestran orgías y escenas desenfrenadas. Entre aquellas viejas fotografías descubre una serie con una joven desnuda, atada a un altar erótico y sacrificial que, en las fotografías finales, aparece inequívocamente muerta. La garganta cortada y las heridas sangrantes dibujan un terrible mapa del deseo.
Por supuesto esta gran familia involucra a la ciudad de Glasgow, que también es un personaje: opresivo, turbio y ominoso. El escenario de una fábula sorprendente.


TARTAN NOIR II

Glasgow en 1961














DENISE MINA es una de las autoras escocesas más famosas y reconocibles. Nació en East Kilbride en 1966. Estudió Derecho y posteriormente se convirtió en profesora de criminología. Usó sus conocimientos para postularse como escritora de novelas criminales, presentándose con el potente thriller Garnethill, en 1998. Sus novelas cuentan con personajes femeninos poderosos y sus tramas suelen incluir una perspectiva de clase y de género.
Su obra está muy diversificada con tres series de novelas criminales: la Trilogía Garnethill que incluye Muerte en Glasgow (Garnethill, 1998), Muerte en el exilio (Exile, 2000) y Resolution, (2001). Otra serie tiene como protagonista a un personaje muy popular, la periodista Patricia "Paddy" Meehan, que aparece en Campo de sangre (2005), La hora muerta (2006) y El último aliento (2007). También ha escrito una serie de novelas protagonizadas por la oficial de policía Alex Morrow. 

Inquieta como es ha dado el salto al cómic, adaptando como novelas gráficas los libros de la trilogía Millenium de Stig Larsson y escribiendo los guiones de tres aventuras del investigador sobrenatural John Constantine en la serie Hellblazer
Sus novelas policiales eluden los clichés del género. No hay grandes malvados o policías icónicamente insubordinados y alcohólicos. Mina presenta policías reales que luchan por sus trabajos y sus familias y malvados reales y creíbles que se han visto comprometidos o corrompidos por las circunstancias.
Muerte en Glasgow y Campo de Sangre son muy recomendables, lo mismo que Gods and Beasts de la serie de Alex Morrow.

Patricia "Paddy" Meehan es una chica con gancho. Tiene 18 años, es baja y gordita y siempre está haciendo dietas imposibles para adelgazar, aunque esto no la detiene. Tiene el objetivo de convertirse en periodista y mientras tanto es la chica de los recados en el Scottish Daily News de Glasgow, en los años 80. Es ambiciosa y un poco bocazas, pero sincera y leal. Cuando empieza la serie todavía vive con sus padres y sus cinco hermanos en una familia de tradición católica. A lo largo de la trilogía la vemos crecer como periodista e investigadora. Las novelas de 
Paddy Meehan fueron convertidas en una exitosa serie de televisión para la BBC bajo el título de Field Of Blood, en 2011. En estas novelas aparece Glasgow en pleno declive por la reconversión industrial y nos muestran las diferencias sociales entre católicos y protestantes.

MUERTE EN GLASGOW (Garnethill)
de Denise Mina
La trilogía Garnethill se centra en personas marginadas, principalmente mujeres sometidas a una lucha diaria. La descripción de estos personajes atrapados y destruidos por la pobreza y las malas decisiones es tan importante como la trama criminal.
Maureen O'Donnell es la narradora de la trilogía y no es una chica con suerte. Además de vivir en un barrio marginal de Glasgow y ser paciente de un centro psiquiátrico, se encuentra anclada a un trabajo sin futuro y a una relación hermética con Douglas, un psicoterapeuta poco transparente. A punto de poner fin a su relación con él, Maureen se despierta una buena mañana con una resaca insufrible para descubrir a su novio muerto en la cocina de su piso. La policía la considera una de las principales sospechosas, tanto por ser una joven fura de los cánones de la normalidad como por su carácter inestable y su actitud poco cooperativa. Incluso su madre y su hermana sospechan de ella. Presa del pánico y con un sentimiento de abandono por parte de sus amigos y familiares, la vida de Maureen hace aguas por todas partes. ¿Podrá probar su propio inocencia? 
Novela llena de humor negro y constantes giros argumentales.

LA ISLA DE LOS CAZADORES DE PÁJAROS (Blackhouse) 
de Peter May
Aquí en España, Peter May ha dado el salto al gran público con la publicación de la excelente Entry Island ambientada en Canadá, pero May se curtió y triunfó con la Trilogía de Lewis, ubicada en la isla del mismo nombre en las Hébridas Exteriores de Escocia; una tierra hermosa y dura cuyos escasos habitantes mantienen una fe intransigente y profundamente arraigada. La Trilogía narra una serie de casos policíacos investigados por Fin Macleod, a través de los cuales el lector va descubriendo la historia y la sociedad de la isla. Los otros dos volúmenes son "El hombre sin pasado" (The Lewis Man) y "El último peón" (The Chessmen). La Trilogía ha vendido más de un millón de copias en el Reino Unido.
May es un autor inquieto y prolífico pero siempre muy documentado que tiene en su haber una serie de thrillers ambientados en China y también en Francia ("The Enzo Files"). Fue periodista y también escribió guiones para televisión. Lleva muchos años viviendo en Francia, donde adquirió la nacionalidad en 2016.
Finlay (Fionnlagh, en gaélico) Macleod, que acaba de perder a su hijo de ocho años, es enviado a la isla de Lewis para investigar un asesinato que guarda similitudes con otro cometido en Edimburgo que él ha investigado. Coincide que la isla es el lugar natal de Finn -un lugar del que huyó deseando no volver- y el asesinato que tiene que investigar es el de un ex-compañero de colegio, un matón con el que Finn tuvo varios encontronazos. La novela alterna dos momentos temporales y dos narradores diferentes: uno omnisciente, en tercera persona, para la investigación actual y otro en primera persona, el propio Fin, que nos acerca a su pasado: desde sus tiempos en la escuela hasta el momento en que logró huir de la isla. Esta parte tiene un enorme interés ya que detalla la vida en este territorio opresivo y aislado, donde las distintas congregaciones religiosas protestantes ejercían un férreo control sobre los hábitos y costumbres de los moradores.
Peter May relató en una entrevista que eligió la isla de Lewis porque conocía el lugar por filmar allí durante varios meses una serie de televisión: "Cuando estábamos allí con el equipo de televisión, la gente nos veía como los que íbamos a hacer el trabajo del diablo". El territorio se convierte así en el verdadero protagonista de la historia, con una sociedad cruel y oscurantista, dominada por supersticiones y tradiciones sangrientas en un clima inhóspito que convierte la vida en una pura supervivencia.
Novela absorbente y estremecedora, sus dos hilos narrativos se desarrollan con brillantez hasta converger en un final profundamente emocionante.

LENNOX
de Craig Russell
Novela negra y dura adobada con mucho humor negro y diálogos como puñales. Esta novela es el comienzo y presentación de la serie dedicada al detective Lennox.
Años 50, la guerra ha terminado, pero no así la batalla para dominar las calles de una de las ciudades más violentas de Europa, Glasgow. La novela tiene un sabor añejo, como el de aquella década o el de un whisky de centeno -Canadian Club en concreto- que es lo que bebe este detective privado tallado de una pieza. Lennox es de origen canadiense; pero después de participar en la segunda guerra mundial, termina varado en Glasgow. Estamos en 1953 y la ciudad se ha convertido en un albañal. La guerra trastornó algo en el interior de Lennox -le licenciaron por vender medicinas a la población civil-. No le gusta lo que es ahora y expía sus pecados a la espera de redención. Aunque Lennox mantiene una oficina abierta para asuntos "oficiales", su verdadero despacho es el pub Horsehead.
Cuando asesinan a Tom McGahern, un matón de los bajos fondos, su hermano gemelo Frankie busca a Lennox para que lo investigue. Éste se niega y al día siguiente el propio Frankie aparece asesinado.
Un cínico y mujeriego Lennox se mueve por un Glasgow feo y opresivo, rodeado de gángsters, matones y prostitutas. Extraordinaria.                    Reseña en este blog

EL COLECCIONISTA DE NIÑOS
(Cold Granite, 2005)

de Stuart MacBride 
MacBride nació en Dumbarton en 1969 pero creció en Aberdeen, la ciudad de granito que sirve de escenario para sus thrillers. Después de concluir sus estudios universitarios en arquitectura, se convirtió en diseñador gráfico.
MacBride es el culpable de transformar a la provinciana Aberdeen en una metrópolis aterradora donde ocurren los más horribles crímenes. Una ciudad gris, de edificios de granito, llena de bares e iglesias, donde la lluvia, el frío y el aullante viento del Mar del Norte la convierten en un lugar implacable. Los temas recurrentes de esta serie de novelas son la violencia, la tortura y la mutilación. MacBride es un maestro entretejiendo tramas aparentemente inconexas, ofreciendo giros sorprendentes y atando todos los cabos en las últimas páginas. A pesar de los terribles crímenes que narra no falta el humor negro y como curiosidad, en sus novelas aparecen personajes leyendo a  autores como Ian Rankin o Val McDermid.
El Coleccionista de niños (Cold Granite) es la primera e impactante novela de la serie protagonizada por el subinspector Logan McRae y comienza justo cuando éste vuelve al trabajo, después un año de baja por heridas de arma blanca. Pero la ciudad le recibe de forma ingrata, con la aparición del cadáver de un niño de cuatro años estrangulado y mutilado, tirado en una zanja. Un asesino o varios andan sueltos por Aberdeen porque pronto se producen otras desapariciones y los cadáveres se amontonan en la morgue. Los periódicos locales claman venganza mientras un abogado insidioso enardece a la población. La ventana de tiempo para recuperar vivo a un niño secuestrado es muy pequeña y pronto McRae se encuentra sometido a una olla a presión. Además, el subinspector ha lidiar con su nuevo jefe, el inspector Insch, así como con la bella y glacial Isobel MacAlister, su ex novia, que resulta ser la forense.
El libro es excelente y cuenta con un puñado de personajes muy atractivos como la agente Jackie Watson, conocida como la "rompepelotas", la inspectora Steel, el inspector Insch, la doctora Isobel McLister o Sandy el Serpiente. La escritura de McBride tiende a la veracidad en la exploración del drama humano, sin esconder las chapuzas en las que cae la investigación, ni tampoco los golpes de suerte.
McRae es muy profesional y sus compañeros le llaman Lazarus, porque sobrevivió a un grave apuñalamiento. 
Aunque la serie de Logan McRae pasa de la decena de títulos, sólo están traducidos los tres primeros, el aquí comentado mas Luz Mortecina (Dying Light, 2006) y Piel herida (Broken Skin, 2007).

EL PEOR DÍA (Two Way Split)
de Allan Guthrie
Es difícil creer que Two-Way Split sea ​​la novela debut del autor. Es una pieza de noir puro y áspero que incorpora capas adicionales a medida que avanza hasta convertirse casi en un thriller psicológico. La historia es sencilla, pero brutal y conmovedora. Trata del robo de una oficina de correos que salió mal, una esposa infiel, un par de psicópatas, un par de sórdidos detectives privados y un hombre que realmente ama a su madre.
En definitiva es un grupo de personajes conectados por el robo. 
Empezamos por Robin Greaves cuando está teniendo un mal día. Un investigador privado le ha confirmado que su esposa, Carol, está teniendo una aventura con su amigo y colega, Eddie Soutar. El problema es que los tres trabajan juntos y hoy tienen una faena planeada desde hace tiempo: robar una oficina de correos. Robin, niño prodigio frustrado y atracador ocasional, planea vengarse después de este último golpe. Pero ocurre que las cosas se tuercen y el atraco acaba convirtiéndose en un baño de sangre.
Luego conocemos a Pearce, un convicto que ha cumplido diez años de prisión por matar al camello que suministró droga adulterada a su hermana fallecida. Pearce es un buen tipo y quiere empezar una nueva vida, pero los problemas le persiguen. Su novia se larga dejándole una gran deuda con el mafioso de turno y no tiene más remedio que ponerse a trabajar para él como cobrador de deudas. Robin y Pearce cruzarán sus caminos en la oficina de correos cuando el asalto sale de la peor manera. La madre de Pearce trabaja allí y resulta degollada por uno de los atracadores. Mientras mastica su venganza, Pearce es abordado por un investigador local que le hace saber que conoce las identidades de los agresores. En su cita con la venganza Pearce no es capaz de anticipar la locura que aguarda al final de su búsqueda: un desenlace conmovedor que se despliega con la inevitabilidad de una gran tragedia.
Guthrie escribe ficción dura, sin tapujos, con mucha violencia y realismo. Su historia está empapada en sangre mientras retrata el mundo de los depredadores que habitan los rincones más turbios de Edimburgo.
El peor día saltó a la fama en 2004 cuando Ian Rankin lo elogió públicamente en el Edinburgh Internacional Book Festival. Luego vinieron Kiss Her Goodbye, que le valió la nominación al premio Edgar, Kill Clock y las más recientes Savage Night y Slammer. Guthrie edita una revista en línea sobre escritura criminal, Noir Originals.


Como se ve dentro del Tartan Noir hay muchísimas novelas y algunos autores pendientes de traducción. Por ejemplo estas dos son muy recomendables.

THE JUMP
de Doug Johnstone
Meses antes de que comience la historia, el hijo adolescente de Ellie se suicidó saltando desde el punto de Forth Road. Ellie se devana los sesos intentando entenderlo mientras se dedica a rondar con frecuencia el maldito puente y a recoger los recuerdos de su hijo tanto en el hogar como en Facebook. La obsesión le ha llevado a tatuarse el fatídico puente.
Cuando en una de sus rondas rescata a otro adolescente a punto de saltar no sabe lo que está a punto de suceder. El joven está empapado en sangre y en su propia orina inducido por un estado de terror. 
Novela rica en intensidad y sensibilidad, nos muestra cuán buena puede llegar a ser una novela policíaca.

QUITE, UGLY ONE MORNING
de Christopher Brookmyre
Brookmyre es presidente de la Humanist Society of Scotland y debutó a lo grande con esta magnífica novela. Es un autor sorprendente y difícil de encasillar no sólo porque ha introducido la comedia en las novelas de crímenes, sino que también se ha atrevido a publicar investigaciones criminales en un entorno de ciencia ficción espacial. Las ventas de sus libros se cuentan por millones. Como muchos de los autores tartan fue periodista antes de convertirse en novelista a tiempo completo.
Es el creador de Jack Parlabane, su personaje más popular, periodista de investigación bromista y vividor, protagonista de novelas en parte sátira, en parte misterio y siempre con un toque de humor negro.
Parlabane está sufriendo una terrible resaca cuando acude a una escena del crimen: el Dr. Jeremy Ponsonby ha sido brutalmente asesinado en lo que parece una especie de asesinato ritual... destaca en la repisa de la chimenea una mierda de buen tamaño. El doctor pertenece a una adinerada familia de Edimburgo y Parlabane está decidido a llegar él mismo al fondo del asesinato. Rápidamente se ve envuelto en una aventura salvaje que lo llevará a través de todos los estratos de la sociedad de Edimburgo.
Quite Ugly One Morning es una mirada cómicamente oscura, ingeniosa y sangrienta de lo que sucede cuando la medicina, la política y la codicia se van juntas de juerga. 


Terminaré este recorrido por las Highlands con una de las últimas incorporaciones.

ENERO SANGRIENTO
de Alan Parks
Parks es uno de los últimos escritores en incorporarse al canon del Tartan y lo ha hecho con audacia.
Glasgow, enero de 1973. El detective Harry McCoy recibe un soplo. En unas horas, una joven será asesinada en la estación de autobuses de Glasgow. McCoy decide tomarse la advertencia en serio, pero a pesar de acudir al lugar, es incapaz de evitar el crimen. El asesino es un adolescente que acto seguido, en medio de la calle, se suicida.
Harry McCoy es testigo de la escena y está convencido de que no fue un acto violento casual, así que junto a su compañero Wattie, investigará el caso. La investigación se irá complicando y los cadáveres amontonando de tal modo que, años más tarde, todo el asunto se recordará como El Enero Sangriento.
McCoy no es precisamente un policía modelo. Bebedor, jugador y no muy dado a la limpieza, mantiene dos relaciones poco recomendables; una con una prostituta drogadicta y otra con un mafioso local al que probablemente le debe la vida desde que ambos coincidieron en el orfanato. Mantienen una relación extraña pero simbiótica. McCoy procede de una familia desestructurada, su infancia y juventud han sido muy difíciles, lo que provoca su empatía hacia los que lo pasan mal, como indigentes o sin hogar. A pesar de los problemas que arrastra (como curiosidad tiene aprensión por la sangre) mantiene un íntegro orgullo profesional que le hace implicarse hasta el fondo en toda investigación que afronta. Sobre todo si sospecha que está implicada la familia Dunlop, la más poderosa de Glasgow, con la que McCoy tiene cuentas pendientes. Al leerlo sientes a McCoy como un tipo cercano que te está contando los problemas en los que está involucrado. 
La novela es muy gráfica en su ambientación de violencia, pero sobre todo en el  lenguaje. Los diálogos están repletos de ingenio y un humor agresivo. En una entrevista, el propio Parks reflexionaba sobre el lenguaje de las calles de Glasgow:
"Si escuchas cómo habla la gente en las calles de Glasgow es algo espectacular, todos esos juegos de palabras, la mala leche, presentan sus ideas sin demasiada estructura formal pero se creen muy ingeniosos e intentan hablar de todo como si estuvieran contando un chiste, por muy serio que sea el tema. Tener labia es lo máximo en Glasgow, la mayor virtud, lo que permite que te salgas con la tuya."

Por supuesto la ciudad de Glasgow de los años setenta se convierte en un personaje más, sucio y violento; con un caldo de cultivo donde bulle la miseria, la corrupción, el paro galopante, la reciente llegada de la heroína y la impunidad de los poderosos. Todo ello provocará una escalada de violencia que hace honor al título de la novela.

Este libro inauguró la serie protagonizada por el detective Harry McCoy y fue publicado en 2017. La intención de Parks es escribir una novela dedicada a cada mes del año. Ya están traducidas las correspondientes a Enero y Febrero, Hijos de Febrero, mientras que en inglés ya se han publicado Boby March will life forever y The April Dead.






Fuentes:
artículo en TheGuardian
artículos de Chris LongMuir
artículo de Val McDermid/