Los relatos de la guarida M - S

MACHADO, CARMEN MARÍA
Su cuerpo y otras fiestas
Editorial  ANAGRAMA
Carmen María Machado es una bruja y la poción con que te embauca son sus historias.
Hasta 16 distintas se pueden contar en la narración inicial del libro, El Punto de más. Hasta 20 se concentran en el segundo, Inventario, donde una mujer relata sus encuentros sexuales mientras una plaga letal se extiende por el planeta. Más de 200 nos encontramos en Especialmente Perversos, donde nos presenta pequeñas recensiones de los episodios de la serie de TV Ley y Orden. Siendo tan joven (nació en Pensilvania en 1986) las historias se le caen de entre el refajo como si fuese una vieja ancestral. El mundo está poblado de historias nos parece decir.
Una mujer se niega a permitir que su marido le quite una misteriosa cinta verde que lleva alrededor del cuello; otra mujer relata sus encuentros sexuales mientras una plaga letal se extiende por el planeta; una intervención quirúrgica para perder peso tiene unos resultados siniestros; un par de detectives investigan varios crímenes acompañados por los fantasmas de las chicas asesinadas; una mujer es capaz de oír los pensamientos de los actores de las películas porno...
Los cuentos parten de intensas vivencias emocionales que de pronto cobran un giro siniestro. 
Reseña publicada en este blog.

MACHEN, ARTHUR
El dios Pan y otros cuentos
Editorial  VALDEMAR
Este escritor y periodista galés que vivió entre el siglo XIX y el XX estuvo muy interesado por el ocultismo y eso quedó reflejado en su obra. Considerado como un maestro del horror sobrenatural, este periodista fue iniciado en la sociedad esotérica de la Golden Dawn e investigó acerca de los mundos más allá de la realidad inmediata, lógica y racional.Aunque tiene una novela muy apreciable, El terror, su narración más recordada es el relato que da título al libro.
Con Machen dejamos atrás los temas originales de la novela gótica, tales como los fantasmas, los castillos o los lobos aullantes, para adentrarnos en un tipo de horror más personal y reformador: el descubrimiento de realidades ocultas, poderes surgidos de las profundidades del folklore y otros eventos fabulosos que van a convulsionar la realidad cotidiana de los personajes.
El gran dios Pan y otros relatos de terror sobrenatural, incluye catorce relatos entre los que figuran los cuatro más citados del autor: el que da nombre al libro, La luz interior, El sello negro y El polvo blanco. En ellos, Machen imprimiría con fervor de poeta su particular visión del mundo a la que no privó ni un instante de su propio pasado galés. Nacido en Caerleon-on-Usk, este enclave en tierras galesas, punto de encuentro de Historia y fantasía, supondría uno de los principales acicates del autor a la hora de escribir, gracias a su trasfondo de leyendas celtas y ruinas abandonadas en agrestes campos.
Machen recupera para nuestro tiempo el concepto de la antigüedad clásica de “ver al dios Pan”, una habilidad que la humanidad ha perdido con el paso del tiempo y que era una forma de levantar el velo que separa las distintas realidades. En El Gran Dios Pan el doctor Raymond lleva a cabo una operación en el cerebro de una paciente para lograr rasgar este velo y que la mujer, Mary, logre ver lo que hay más allá. ELa luz interior encontramos de nuevo un experimento humano, aunque en esta ocasión Machen va más allá y hace del alma de la esposa el objeto acariciado por el científico. Son relatos donde la duda, la incertidumbre del lector, van diluyéndose conforme avanza la narración, tejida mediante una atmósfera que se va haciendo palpable y visible como una niebla espesa, dejando hueco a un desasosiego real, ya no onírico o de simple sugestión.
En La novela del Sello Negro y La novela del polvo blanco, el objeto de interés del bardo de Caerleon-on-Usk no son las capas de la mente, sino las de la propia humanidad. Machen, acuñando por el camino lo que los anglosajones denominan folk horror, nos lleva a centurias pasadas desde una perspectiva intelectual claramente aguda, una en la que los protagonistas de las narraciones tratan de desentrañar sin prejuicios hechos y experiencias que dan por cerrados los científicos de su contemporaneidad. El Sello Negro nos traslada a la campiña, donde el profesor Gregg, siguiendo una inscripción latina, cree poder dar con el secreto que esconden los bosques galeses y que tiene que ver con una raza presuntamente extinta. Un relato empapado también de la ciencia del siglo XIX.
Por su parte, La novela del Polvo Blanco sitúa la acción en torno a un joven obsesionado por sus estudios y que al caer enfermo le son recetados unos polvos blancos, una extraña sustancia que en esta ocasión entronca con aquelarres y encuentros de brujas. El proceso de degeneración del protagonista da muestras del genio de Machen al identificar con una imagen poderosa e icónica la incapacidad del cuerpo para procesar la sustancia con la incapacidad de la ciencia, según la voz del relato, para admitir y estudiar frontalmente ciertos hechos ocultos por el tiempo y la tierra. Lo que ahora yace como historia corrupta, cuentos de hadas, baladas y canciones para aterrorizar a los niños, fue en una ocasión verdad tangible.
    Extractos tomados de Fabulantes.es
MACHEN, ARTHUR
El pueblo blanco y otros 
Editorial  VALDEMAR
Arthur Machen, al igual que su contemporáneo Lord Dunsany, fue un obstinado soñador que creó una de las obras más líricas y exquisitas que ha dado el género de terror. Tutor, traductor, corrector de pruebas, catalogador de libros raros, actor de teatro y sobre todo periodista, Machen trasladó al papel sus arrebatados y melancólicos sueños con esa rara intensidad y soledad propias de la poesía; tratando de desvelar los enigmas que se ocultan más allá de la existencia y fuera del tiempo y logrando que la belleza y el horror suenen en sus relatos al unísono. A diferencia de Le Fanu o M.R. James, Machen, inspirado por su origen celta, no escribió sobre fantasmas sino más bien sobre fuerzas elementales, maleficios que sobreviven o poderes malignos invocados por el folklore y los cuentos de hadas. Como la malévola «gente pequeña»; esa enigmática y horrible raza pre-céltica, negra y achaparrada, forzada a vivir en las entrañas de la tierra, donde todavía practica sus infames ritos sacrificiales. El presente volumen recoge los siguientes relatos: El pueblo blanco, Un chico listo, Los arqueros, El gran retorno, La pirámide resplandeciente, Los niños felices, De las profundidades de la tierra, La habitación acogedora, N, y Los niños de la charca, que tanto influyeron en el maestro del horror sobrenatural, H.P. Lovecraft.
MACLEOD, ALISTAIR
El regreso
Editorial  RBA
Los relatos de este canadiense están trenzados sobre lo más auténtico del alma humana. Pienso que cualquiera de nosotros nos vemos reflejados en esos jóvenes repletos de deseos que huyen del pueblo a la ciudad, que ven desde fuera a los adultos como rocas empeñadas en resistir todo tipo de embates -sobretodo los del tiempo-  y sólo sospechando que hubo un tiempo en que no todo fue así.

Por supuesto hay un poso de tristeza en todos los relatos y máxime cuando su territorio es rural e insular (ese Cabo Bretón tan remoto y tan cercano), pero la belleza entera de esta batalla perdida que es la vida, podemos encontrarla en cada uno de ellos.
Estos pausados y maravillosos cuentos -vibrantes y audaces-, aparentemente simples, pero de una extraordinaria destreza y precisión son, sin duda, pequeñas obras maestras.
Reseña en este blog
MACLEOD, ALISTAIR
Los pájaros traen el sol
Editorial  RBA
Con la naturalidad y elegancia que lo caracterizan, Alistair MacLeod vuelve a acercarnos a su tierra, a sus orígenes. Sus personajes son reflexivos y emotivos. Hombres, mujeres y niños rodeados por un paisaje agreste pero maravilloso, donde las viejas leyendas familiares, el trabajo, los ciclos naturales, es decir, la vida misma, se entrecruzan y entretejen. Alistair MacLeod transmite una vez más el eterno conflicto de la identidad: personas que añoran sus patrias abandonadas, la de sus inmigrantes más recientes, las patrias rurales abandonadas por el éxodo de posguerra, las europeas y asiáticas que dejaron atrás sus ancestros. Paisajes y parentescos perdidos. Los lamentos del exilio, el deseo de preservar lo que fue, y aún es -contra la desgarradora acción del tiempo-, resuenan en estos siete relatos. Historias atemporales, cargadas de pasado y cruda realidad.

McCULLERS, CARSON
La balada del café triste
Editorial  RBA
McCullers posee un talento absolutamente personal. Su mirada es lúcida y salvaje, sus personajes casi siempre están desfigurados física o psicológicamente. Les domina el vacío y el deseo. Bajo el título de una novela corta que es una obra maestra, se agrupan en este libro varios de los relatos más significativos de la singular y sutil narrativa de la autora sureña. Narrados con un prodigioso sentido de la construcción, los relatos de Carson McCullers alcanzan una resonancia interior que va mucho más allá de su directa observación de la realidad. En sus páginas aflora un mundo punzante, desesperanzado y profundamente poético.
La atmósfera asfixiante de este café situado en un "inhóspito" pueblo alberga un peculiar triángulo amoroso. Como en un teatro del esperpento allí se citan Miss Amelia, una solterona alta y delgada con modos masculinos, que cae rendida a los dudosos encantos del primo Lymon, un jorobado, enano, buscavidas, sin otra virtud que su labia de tahúr quien, a su vez, perseguirá a Marvin Macy, un bello expresidiario famoso por su crueldad, que años atrás fue marido de Miss Amelia durante apenas diez días, en los que sufrió por su parte todo tipo de humillaciones y desprecios. En esta obra podremos encontrar párrafos tan contundentes como éste:
"En primer lugar, el amor es una experiencia común a dos personas. Pero el hecho de ser una experiencia común no quiere decir que sea una experiencia similar para las dos partes afectadas. Hay el amante y hay el amado, y cada uno de ellos proviene de regiones distintas. Con mucha frecuencia, el amado no es más que un estímulo para el amor acumulado durante años en el corazón del amante. No hay amante que no se dé cuenta de esto, con mayor o menos claridad; en el fondo, sabe que su amor es un amor solitario. Conoce entonces una soledad nueva y extraña, y este conocimiento le hace sufrir. No le queda más que una salida, alojar su amor en su corazón del mejor modo posible, tiene que crearse un nuevo mundo interior, un mundo inmenso, extraño y suficiente."
El pueblo sureño es un personaje más que se une al triángulo. Un lugar aislado, perverso y un tanto embrutecido. McCullers se recrea en el morbo de la violencia y presenta a sus personajes sin complacencia alguna. Miss Amelia y Marvin Macy protagonizarán un combate de boxeo público, mientras que el jorobado Lymon, ajeno a las insólitas atenciones de Miss Amelia, se arrastrará detrás del presidiario sin importarle que éste le trate con el desprecio de una mascota.
Pese a la brutalidad de sus historias no hay en McCullers muestra alguna de amargura, ni lamentos, ni desesperanza. Sus personajes están condenados a errancia tras la belleza de alguna bestia entrevista en la noche y McCullers no parece medir su valía por los trofeos que acumulan, sino por la cantidad de zarpazos recibidos.
McCULLERS, CARSON
El aliento del cielo
Editorial  SEIX BARRAL
El aliento del cielo recopila la práctica totalidad de los cuentos de Carson McCullers, así como sus novelas cortas Reflejos de un ojo dorado, La balada del café triste y Frankie y la boda. Carson McCullers transmitió con una maestría insuperable la grandeza y la tragedia del alma humana. 
Dada la magnitud de la obra, este volumen nos permite adentrarnos en el cosmos McCullers, comprender sus convicciones morales, su exquisita y precisa arquitectura narrativa, su estilo de una elegancia cuasi invisible, la extrema ternura que atesora y la dualidad siempre presente entre la búsqueda desesperada del cariño y el dolor vital.
"No me gustaría vivir si no pudiera escribir. La escritura no es sólo mi modo de ganarme la vida; es como me gano mi alma." Esta es la forma de escribir de McCullers, desde las entrañas. Sus obras hablan del amor y del desamor, de la soledad, de la infelicidad conyugal, del fracaso y de la pérdida de la inocencia. 
Rodrigo Fresán elabora en un imprescindible Prólogo un perfil de la autora. Siempre estuvo perseguida por la enfermedad, pero esto no le impidió llevar una vida literaria y artística. Tampoco triunfar en vida ya que sus obras disfrutaron de adaptaciones teatrales y cinematográficas.
Bukowski retrató su final en un poema: «Murió alcohólica / envuelta en una manta / sobre una silla plegable / en un transatlántico./ Y todos esos libros suyos / de aterradora soledad / esos libros / sobre la crueldad / del amor sin amor / es todo lo que de ella queda / uno que pasaba / descubrió su cuerpo / y avisó al capitán / y su cadáver fue trasladado / a otra zona del barco / mientras todo lo demás seguía/ exactamente como ella lo había descrito».

MCGAHERN, JOHN
Cuentos Completos
Editorial   ADRIANA HIDALGO
Considerado uno de los mejores cuentistas de la literatura irlandesa John McGahern (1934-2006) estuvo marcado por una infancia y adolescencia de gran dureza que le perseguiría literariamente a lo largo de toda su obra. Sus novelas y cuentos llevan inscritas la aridez y la enloquecedora falta de afectos en la que creció. El reducido y claustrofóbico infierno en que vivió en sus primeros años produjo páginas de altísima calidad literaria, cristalizadas con una concisión y sequedad estremecedoras, sin sentimentalismos. Nacido en Dublín, pero crecido en la profunda y más apaleada Irlanda rural, McGahern se quedó muy pronto huérfano de madre, una bondadosa maestra de pueblo, y se trasladó a vivir a un recóndito lugar en el condado de Roscommon, donde su padre había sido destinado como policía local. Durante años sufrió un maltrato brutal y siniestro por parte de su padre, asunto que denunció en su segunda novela, La Oscuridad (1965). Finalmente logró escapar de aquella espiral de ignorancia, sumisión, odio y recelo hacia la vida para producir una literatura que lo coloca al lado de Joyce, Beckett, Frank O´Connor o Flann O´Brien. En sus cuentos tiene un lugar privilegiado su tierra, Irlanda: la Irlanda rural de las carreras de galgos, de la pesca en los ríos, de las apuestas y los partidos de fútbol, de las miserias familiares, de las leales y silenciosas amistades; y sobre todo la Irlanda introspectiva de las pocas palabras y las innumerables pintas de cervezas. 
Todo el que lo lee destaca su inteligencia, su comprensión de la condición humana y su humildad. Unos pocos temas –los mandatos de la sangre, las relaciones entre padres e hijos, la tensión entre la ciudad y el campo, el daño que la iglesia católica produce en la vida privada de las personas, el sexo disociado del amor, la pobreza moral, las múltiples formas del fracaso– le sirvieron a McGahern para sus fines. Claro heredero de Anton Chejov –por quien profesó una ilimitada admiración–, McGahern fue un maestro del claroscuro, del tono medio, las verdades no declaradas que se revelan sin estruendo, pero con un impacto definitivo en la vida de sus personajes. Todo ello le permitió, igualmente, trascender las meras fronteras de su patria para convertirse en un escritor universal de esos que, cuando se los lee, difícilmente se los olvida. Entre sus cuentos destacan "Corea", "Reloj de Oro" y "Paracaídas".
MAGRIS, CLAUDIO
El conde y otros relatos
Editorial SEXTO PISO
El volumen reúne cuatro narraciones cortas donde los personajes, todos ellos masculinos, se enfrentan a la realidad de su vida encarando pasado y presente, siempre sobre un fondo de soledad. “El Conde” es un pescador que se dedica a extraer cadáveres del fondo de un río en Portugal, más interesado en los muertos que en los vivos. “La portería” narra la actividad de un empresario triestino, jubilado, que ha vendido sus negocios pero para no aburrirse, ejerce de portero en un edificio que forma parte de su patrimonio inmobiliario. “Las voces” describe el desahogo de un hombre cuyo trabajo implica tender muchas llamadas y que en sus horas libres, se distrae llamando él a teléfonos donde sabe que, en ausencia de sus titulares, va a saltar un contestador automático. Por último, “Ya haber sido” trata de pérdidas causadas por el paso del tiempo y la fugacidad del presente.
Escritos en distintas épocas, los relatos muestran afinidades tanto de contenido, por el tono de trágica aceptación existencial de los protagonistas, como por la forma estilística, sobria y apagada, sin altibajos emotivos. La ausencia de diálogos, sustituidos por el uso exclusivo de la primera persona, contribuye a resaltar la condición aislada y ensimismada de los personajes centrales y su dificultad de comunicarse con los demás. Esta sensación de incertidumbre, desasosiego interior y de desconfianza hacia el entorno exterior, se transmite al lector con la intensidad propia de la prosa de un escritor consagrado, conocedor de los recursos de la narrativa novelística y capaz de emplearlos de modo adecuado. La calidad de los elementos formales y la originalidad de situaciones y personajes, contrasta con la falta de vitalidad del argumento, sumido en un fatalismo y pasiva aceptación de lo que cada día depare, resumida en la idea de que, en cualquier caso, lo único que importa es no darse por vencido.
MANDIARGUES, ANDRÉ P.
La marea y otras narraciones
Editorial 
André Pieyre de Mandiargues (1909-1992) fue un maestro del relato breve, poeta y crítico de arte. Hijo de una pareja acomodada, crece en el París de entreguerras, en la época en que el surrealismo se halla en plena efervescencia. Fue traductor al francés de numerosos autores extranjeros, entre ellos Octavio Paz, W. B. Yeats o Yukio Mishima.  Recibió en 1967 el Premio Goncourt por su novela La marge ("Al margen"), cuya acción se desarrolla en una Barcelona canalla y prostibularia. Su personalidad se forja en viajes por Turquía y África, lecturas de Hegel, Marx y Rimbaud y su amistad con los surrealistas, aunque él no ejerza. Le apasiona el jazz, es amigo de Max Ernst y le fascinan por igual la poesía y las mujeres. En España solo se ha traducido su novela La motocicleta y esta colección de cuentos. Quizás por su inclinación al erotismo, no es un autor muy conocido en España. Esta inclinación se manifiesta en sus introducciones a Historia de O, de Pauline Réage (con la que profesaba una gran amistad), y a diversas obras de Pierre Louys. También en su impresionante colección de juguetes eróticos y fotos pornográficas antiguas. Pieyre de Mandiargues es un autor siempre refinado en cuya obras está muy presente la sexualidad y las sutilezas eróticas. Su novela L’anglais décrit dans le château fermé, está dedicada a la Sociedad (secreta) de los amigos de Beardsley, el esteta turbio por excelencia... 
André Pieyre de Mandiargues puso su fastuosa imaginación al servicio de la lascivia; recreó los excesos lúbricos y demostró que literatura y pornografía no están reñidas. Entre sus narraciones destaca La marea, la historia de una felación entre el narrador y su prima Julie narrada al ritmo de las mareas que suben en la playa normanda en que se encuentran.
MANN, THOMAS
Señor y perro - Tonio Kröger  -  Tristán
Editorial  EDHASA
Con su obra, Thomas Mann hizo del ser humano el centro de buena parte de su narrativa. Es el suyo un intento de apresar el mundo en toda su complejidad filosófica e histórica, y de volcar el resultado en forma literaria. Y lo consiguió. Buena muestra de ello son estos tres esplendidos relatos. El primero, Señor y perro es un delicioso y agudo análisis de la psicología de un hombre y su perro a través de las relaciones entre ambos. 
El conflicto entre individualismo y sociedad alimenta la novela moderna y Thomas Mann quiso resolverlo en el relato ‘Tonio Kröger’, el relato que mejor simboliza el siglo XX según el crítico alemán Reich-Ranicki. Lo nuevo de este relato, leído con perspectiva histórica, estriba en la insólita fascinación del hombre artístico por la normalidad: la normalidad de la democracia, el humanismo, el pacifismo. En suma, la normalidad de la civilización. Tonio Kröger presenta tres escenas de amor en sucesivas etapas de la vida del protagonista (14, 17 y 30 años). El objeto del primer amor es Hans Hansen; el del segundo, Inge Holm. En la tercera escena Tonio, solo en una sala de baile de un pueblo de Dinamarca, se encuentra por casualidad con sus dos amores de juventud, unidos en matrimonio. La interpretación de lo ocurrido se lo traslada el propio Tonio a una amiga pintora en una carta final, allí revela a su amiga que el arte proporciona lucidez al artista, pero que él se halla fatigado de esas “náuseas del conocimiento” que estragan lo humano residente en él. Para él ahora, “lo normal, lo honrado y lo amable representan el reino de nuestras ilusiones: la vida en su seductora trivialidad”.

Tonio Kröger representa la domesticación del yo romántico, inflamable y salvaje. No anulándolo, porque está en nuestra esencia; pero si educando sus excesos, civilizándolo. Por eso Tonio Kröger se siente atraído por "la seductora trivialidad" de la convivencia. Es un relato en cierto modo autobiográfico, en el sentido de que el autor se trasluce en ese escritor en el que se produce la lucha entre el arte y la vida.
Tristan se caracteriza, como la posterior La muerte en Venecia, por mostrar un agudo contraste entre la brevedad de la narración y la hondura simbólica que destila. La acción transcurre en un sanatorio de montaña, blanco y aséptico; anticipando el sanatorio de La montaña mágica. En este recinto se hospedan los débiles de espíritu y de la carne. Allí se hospedan Spinell, un problemático aspirante a escritor, con poses de artista, y Frau Klöterjahn, una mujer enferma, a quien los médicos han recomendado la renuncia a cualquier esfuerzo por exiguo que sea. Ellos protagonizan la historia.
Spinell, se ha convertido en un prototipo. Es un escritor frustrado. Se pasa el día enviando correspondencia sin que nadie le responda. En él vuelven a enfrentarse el arte y la vida, la normalidad y la excepción, fuente de dolor.  Su aspecto físico es el del hombre inmaduro, poco viril, de cara barbilampiña. En el sanatorio se le apoda maliciosamente como el “bebé corrupto”. El propio autor confesó que se estaba castigando a sí mismo bajo ese personaje. Spinell es una caricatura, aunque comparte muchas características con su creador. “Los artistas somos criaturas inútiles", llega a exclamar. 
El título proviene del relato mítico Tristan e Iseo y sobre todo de la ópera de Richard Wagner Tristan e Isolda. El tema fundamental es la muerte y el poder del amor. En la novela, el asesino ejecutor es el arte. El mensaje de Mann es ambiguo, el arte libera y eleva, pero señala a la muerte.
MANSFIELD, KATHERINE
Cuentos Completos
Editorial  ALBA
Nacida en Nueva Zelanda en el seno de una familia culta y acomodada, su vida literaria se desarrolló principalmente en Londres, donde frecuentó el círculo de Bloomsbury y trabó amistad con Virginia Woolf. Los setenta y tres cuentos y los quince fragmentos reunidos en este volumen constituyen la obra narrativa completa de Katherine Mansfield (1888-1923). Ha sido comparada con Chéjov por su talento para revelar las oscuras corrientes que fluyen bajo los pequeños incidentes de la vida cotidiana, y por su visión desapegada y aun así precisa y minuciosa. Cuadros de familia y escenas conyugales, episodios de soledad en parajes idílicos o en abigarrados lugares de tránsito, anécdotas de la convivencia pasadas por el filtro cáustico de la «conciencia psicológica» componen su mundo narrativo, en el que los momentos críticos de la existencia corren el riesgo de pasar inadvertidos entre la monotonía y el fastidio del quehacer doméstico. A veces pesimista y atroz, con un humor irreverente, hay en sus cuentos, sin embargo, un trasfondo de lucidez y equilibrio que explican «esta manía de seguir viva» que a la vez la aquejó y la animó. Los cuentos de Katherine Mansfield se sitúan en los albores de las nuevas formas literarias que habrían de nacer con el siglo XX. La autora crea un tipo de narración basada en sensaciones, imágenes simbólicas, discursos poéticos e instantes de iluminación que súbitamente dan sentido y unión a lo que parecía disperso y circunstancial. 
Sus colecciones de relatos son: En una pensión alemana (1911), Felicidad (1921), Fiesta en el jardín (1922), La casa de muñecas y El nido de la paloma y otros cuentos (1923). Murió de tuberculosis a los treinta y cinco años en pleno apogeo artístico.
Felicidad es un relato donde se cuenta la anécdota de una pequeña fiesta en casa de los Young. La protagonista siente, sin saber por qué, una felicidad desbordante. Y en ese estado de éxtasis, en el que tiene la sensación de que algo va a pasar, ve reflejada su felicidad en cuanto la rodea. La grandeza de este cuento radica en la forma de mostrar la esencia frágil de la felicidad, mediante una sucesión de episodios banales. Uno de los puntos fuertes de este relato es la presentación de los personajes, donde se puede apreciar una de las máximas de Chejov: mostrar, antes que describir.
Preludio (1917) es el relato cuya lectura -según se cuenta- pudo suponer un giro en la obra de Virginia Woolf hacia la narración basada en el flujo de conciencia. Es el primer cuento de los varios que la autora dedicó a los Burnell, centrado, en este caso, en la mudanza y el traslado de la familia a una nueva residencia. Se trata de un relato en el que, como ocurre en tantos otros de Katherine Mansfield, apenas pasa nada. El cuento se estructura en un conjunto de escenas impresionistas sucesivas, en las que cada personaje describe por separado sus estados de ánimo y habla de sus pequeñas o grandes frustraciones, jamás expuestas a la luz.
Las hijas del difunto coronel (1921) es uno de sus mejores cuentos. En él se resume el estilo y la atmósfera narrativa de Mansfield. La historia refleja un retazo de la vida de dos solteronas, que acaban de perder a su padre, un anciano militar que ha condicionado su existencia hasta convertirlas en dos seres inseguros.  En realidad los personajes no hacen sino hablar, y a través de sus diálogos y el hilo de sus pensamientos, nos llegan a ofrecer un retrato casi fotográfico de toda su existencia.
Extractos tomados de la web BillarDeLetras.com
MARCH, WILLIAM
Compañía K
Editorial  LIBROS del  SILENCIO
El volumen recoge más de un centenar de narraciones breves de extensión variable, algunas sólo una simple anotación anecdótica, en las que un grupo de soldados, oficiales y subalternos americanos cuentan sus experiencias de combate durante la Primera Guerra Mundial. Los distintos episodios se titulan con el nombre, apellidos y grado del militar al que se atribuye el relato, cuyas reacciones expresan los diferentes modos de reaccionar ante el peligro y la muerte. Mientras que en unos casos describen sus propios sentimientos sobre el absurdo de la guerra, el miedo irracional, el deseo de venganza o el odio, en otros se refieren a los hechos percibidos o a escenas protagonizadas por sus camaradas en las que fueron espectadores. Los actos de heroísmo, generosidad y valor alternan con las más bajas pasiones de hombres que, sometidos a la fatiga, el hambre y el estallido de los obuses, o se ensañan con los prisioneros o incluso con las familias que los acogen. Los relatos, escritos con un estilo realista de gran sobriedad expresiva, logran transmitir la honda tragedia de unos seres humanos que, sometidos a situaciones dramáticas, reaccionan de modo instintivo, al margen de las normas morales que rigen su conducta en tiempos de paz. La obra presenta evidentes rasgos autobiográficos, ya que el autor se alistó como voluntario en una compañía del cuerpo norteamericano de marines, y combatió en las trincheras junto al ejército francés desde el 12 de diciembre de 1917 hasta el final de la guerra, el 11 de noviembre de 1918. William March, pseudónimo del novelista William Edward Campbell (1893-1954) fue condecorado con varias cruces, francesas y americanas, por el valor mostrado durante la campaña. La primera edición del original, revisado durante años, se publicó en 1933.
MARCHÁN, VÍCTOR
No Fairytales
Editorial  AMARANTE
Víctor Marchán nos presenta una antología de sus relatos. La parcela más intelectual y sugerente de su obra, algunos de ellos publicados en distintas revistas y blog, otros premiados y la mayoría inéditos, que vienen a consolidar los cimientos de un escritor con mucho talento, culto y erudito; que suele disparar a la linea de flotación de nuestras conciencias, o a los aspectos más olvidados de nuestro verdadero acervo cultural. El autor se inclina hacia un combate sin reglas con el realismo sucio, con el surrealismo o con la novela underground de última hora, y por supuesto sin dejar de lado su amada generación beat. Se sabe perdedor porque entiende que le rodea una especie de inconsistencia cultural, una viscosidad “blandiblu” que aprisiona al artista en un país que solo hace que poner trabas a la cultura. De ahí tal vez la rebeldía del título y a la vez el homenaje debido.
Escritor nacido en Madrid, 1978. Adscrito a movimientos de literatura pulp y patafísica; sin embargo, es más preciso encuadrarlo en el “realismo sucio”, aunque muchos de sus relatos sean de corte surrealista. Colaborador de la revista Pulp. Ha ganado el Certamen 2011 de microrelatos Beatitud, de Ediciones Baladí, con el relato Pull My Daisy. Además es autor de la novela "Aquel otro asunto"
MARCH, RICHARD
El hielo en el fin del mundo
Editorial  DIRTY  WORKS
Dice Mark Richard que ¨Es necesario saber escribir el vacío¨. Es difícil saber a qué se refiere Richard si uno no ha leído a ciertos autores. A él mismo por ejemplo. A Faulkner. Después de leer estos relatos, el vacío es una imagen reconocible, un factor determinante. Algo que no sabías que estaba ahí hasta que alguien te lo ha enseñado. Una herramienta que pocos escritores utilizan en tiempos donde prima la literatura a peso, la sobreinformación, la banalidad.
Al leer los relatos de El hielo en el fin del mundo uno descubre que hay algo extremadamente singular en la manera de narrar de Richard, en la manera de exponer unos hechos que son en ocasiones cotidianos -y en otras no tanto- pero que a nuestros ojos tienen una textura borrosa e irreal, como ese espejismo que surge de la mezcla de asfalto y calor en las largas y desiertas carreteras secundarias. Una textura que se nutre de esos vacíos, de frases largas, de imágenes imposibles, de un ritmo lento y una cadencia extraña. La musicalidad que desprenden sus textos es algo que te arrastra como un río furioso y esos vacíos de los que habla son perfectamente tangibles y reconocibles, tanto, que ya nada vuelve a ser lo mismo, la literatura que hemos estado leyendo hasta el momento nos parecerá simple, insulsa y aburrida.
Es el agujero que tipos como Mark Richard o Alan Heathcock te abren en el estómago. Tipos como Larry Brown. Basta de zona de confort. Literatura hiriente, imágenes incómodas, seamos exigentes, escojamos textos sin reglas, sin finales redondos, sin ritmo.
Textos de largas frases y puntuaciones extrañas que hablan de tipos que arrastran caballos muertos con una lancha por un canal salpicando a todo el mundo ¨un par de vecinos de la orilla del canal salieron a mirar y la estela espumosa que iba surcando el culo en pompa del cuerpo en diagonal de Buster salpicaba sus jardines¨ o de locos que caen en picado con sus avionetas para enseñarle el culo al maquinista de una locomotora mientras cantan alocados mantras e intentan no estrellarse contra el suelo ¨Charles se desabrocha los pantalones y aprieta su trasero con granos contra la ventanilla de su lado. Charles tiene todo lo que cuelga entre sus piernas apretado contra el cristal…¨ o incluso de tipos gordos que malviven en moteles y sueñan con recuperar a una chica.
Apenas ciento cincuenta páginas necesita Mark Richard para destrozar el concepto de cuento, de relato, de historia corta, que tiene el mundo.
 Extractos tomados de LibrosyLiteraturas.es
MÁRKARIS, PETROS 
La muerte de Ulises
Editorial TUSQUETS
Ocho relatos se reúnen en este libro, tres policíacos y otros de índole tan dramática como actual, hablando de la emigración forzosa. Como siempre, Márkaris despliega ingenio, ironía y ternura aun en situaciones de empobrecimiento y vileza para acercarnos el lado oscuro del ser humano. 
En estos ocho cuentos hay ocho crímenes concisos, por odio, venganza o simple torpeza. Ocho cuentos sobre griegos refugiados, héroes viejos y tesoros recuperados. Son narraciones de hambre y frustración, de esperanza pero también de un humor muy particular. Políticos unos, mágicos otros, costumbristas todos y en parte autobiográficos, como ya vimos en su novela 'Muerte en Estambul'. Crónicas sucintas de griegos en Turquía, de turcos en Alemania y de alemanes en la retaguardia. Relatos fugaces y sin conexión aparente que se visualizan como un conjunto y se leen como un solo libro. 
'La muerte de Ulises' nos enamora por su fluidez, por la simplicidad estructural, por su pragmatismo y, sobre todo, nos seduce su brevedad. Ulises es un anciano griego que, cuando ve acercarse la hora de su muerte, decide que lo entierren en el lugar en que empezó a soñar: Estambul, su verdadera patria. Y es que el pueblo griego vive en el siglo XXI, con la llegada de refugiados que huyen de la guerra, lo que ya experimentó en carne propia a lo largo de todo el siglo anterior: una persecución que terminó para los griegos en una emigración forzosa, y que se narra con gran fuerza en el cuento titulado Tres días. Pero Ulises, recién llegado a su Ítaca soñada, ya sin nada que perder, decide enfrentarse temerariamente a los Lobos Grises, organización paramilitar turca muy semejante a la Aurora Dorada que, en Grecia, rechaza a todo emigrado. Por otro lado, envolviendo los relatos de candente actualidad, Petros Márkaris vuelve a hacernos disfrutar con dos casos protagonizados por el comisario ateniense Kostas Jaritos, cuyas víctimas son un escritor y un director de cine, y una tercera investigación a cargo de su amigo el comisario turco Murat, que transcurre entre los emigrados griegos en Alemania.
MÁRKARIS, PETROS
Balkan Blues
Editociones B
Rebus en Edimburgo, Brunetti en Venecia o Charlie "Bird" Parker en Nueva York nos hacen explorar senderos que se bifurcan en un jardín (ciudades) siempre renovado. Lo mismo realiza Márkaris con la convulsa Grecia contemporánea.
"¡Despierta tío, esto es la globalización! ¿Sabes qué significa globalización? Que todos los muertos de hambre de los Balcanes pueden venir aquí para trabajar por un mendrugo de pan. Y que yo puedo dar el trabajo al que come menos. ¡Esto es la globalización"
El libro nos sumerge en otra época también convulsa para Grecia, aunque en contraposición a la actual, el dinero corría por las calles en forma de obras para los Juegos Olímpicos del 2004. Márkaris me enseña que el insulto en Grecia cobra la forma de una mano levantada y con todos los dedos abiertos. También que el griego es un pueblo muy nacionalista y desprecia profundamente a sus vecinos albaneses, rumanos y búlgaros. 
Los cuentos reflejan una sociedad envilecida donde la conquista de la Eurocopa en 2004, los Juegos Olímpicos o la integración en la Unión Europa no hace sino sacar lo peor de las personas.
En sus relatos sacan su fea nariz los odios y nacionalismos más atávicos de la vieja Europa.
En el primero y más largo Ingleses, franceses y portugueses.... Jaritos investiga la sucesiva aparición de cadáveres en las obras de los Juegos Olímpicos mientras Grecia gana la Eurocopa de fútbol.
La emancipación de Tatiana es el que más me gusta. Están presentes las mafias rusas y la psicología del real socialismo de la extinta URSS introyectados por un pater muy particular.
El libro es amenísimo y descorazonador. Un baño por inmersión en la sordidez de la actual vieja Europa.                             Reseña en este blog
MARTINEZ ESTRADA, EZEQUIEL
Cuentos completos
ALIANZA Editorial  
Por su extensión y complejidad, más que cuentos se trata de nouvelles densas y complejas, de corte kafkiano; donde un destino inexorable mueve las vidas de feroces desgraciados, recortados siempre en un momento particular de profundo patetismo que no se resuelve de ninguna manera, para bien ni para mal, como suele suceder en nuestras existencias miserables.
En muchos relatos, la sensación de sofocamiento y opresión llega a ser intolerable.
Muchos de los temas y preocupaciones que aparecen en sus cuentos ya se habían manifestado en su poesía y en sus trabajos críticos, en la lectura de la realidad argentina. Esta era una lectura fundamentalmente ética, que buscaba en la historia y aun en la prehistoria de ese joven país las causas de sus males y sus incertidumbres. 
Dos características destacan en su estilo: un tono crepuscular que aúna lo profético y lo descorazonador. Por otro lado encontraremos en muchas ocasiones la incomunicable soledad.
La inundación es su primer cuento, un extenso relato que, desde su título, comparte la ambigüedad de una inundación real y concreta con otra purificadora, semejante a un nuevo Diluvio.
Sábado de gloria es la historia de un burócrata, un oscuro hombrecito y su angustiosa lucha por conseguir una solicitud de licencia, el mismo día en que cambian las autoridades del Ministerio.
Marta Riquelme se presenta a los lectores como el prólogo de las memorias de una joven que el narrador se propuso publicar y para eso dedicó varios años de su vida a la transcripción de un manuscrito al borde de lo ilegible (y de lo interpretable). El confuso material que se entrega a los lectores no hace más que borrar o contradecir a cada frase el proyecto inicial: publicar la biografía de Marta Riquelme, una niña-mujer que tanto podría ser un ángel como un demonio, de una inocencia sublime o de una perversidad extrema.
Reseña en este blog
MASLIAH, LEO
La mujer loba ataca de nuevo y otros relatos
Editorial  GODOT
Leo Maslíah (Montevideo, 1954) estudió música y se presentó por primera vez en público en 1974 con repertorio clásico. A partir de 1978 desarrolla una intensa actividad como autor e intérprete de música popular, habiéndose presentado en varios países de América y Europa. Editó, como solista, cerca de 40 discos. "Árboles" ganó en 2008 el premio Gardel (Argentina) al "mejor álbum instrumental". Leo Maslíah publicó también cerca de 40 libros, (La buena noticia; Cuentos impensados; Historia transversal de Floreal Menéndez; Servicio de habitación, entre otros) entre los que se cuentan novelas, recopilaciones de cuentos y obras de teatro. Su obra "Telecomedia" fue distinguida con el premio nacional de literatura del Uruguay en el año 2000. En el 2009 solicitó la beca Guggenheim, pero no se la dieron.
En La mujer loba ataca de nuevo se reúnen cuatro relatos, uno de ellos inédito, "El estudiante"; los otros, publicados en la década del '90: "La mujer loba ataca de nuevo"; "El viaje de Sonia Doris" y "Jaus Romo"."(…) Entré a esperar el café en mi recinto, una pequeña oficina separada del resto de la sección por mamparas de vidrio. La bandeja de asuntos pendientes estaba vacía, así que luego de lamentarme por no haber traído la novela policial que estaba leyendo, me puse a pensar en si para rascarme el testículo izquierdo era más conveniente usar la mano izquierda o la derecha. Mi disquisición dio como veredicto que era la izquierda, pero cuando al pasar a la faz ejecutiva movilicé esa mano me di cuenta de mi error: con esa mano nunca habría de poder dar por bien rascado el testículo. Tenía que ser sí o sí con la derecha. De lo contrario pocos minutos después sentiría seguramente una cosa como de incompletud, que habría de llevarme a poner todo ahí abajo definitivamente en orden con esa mano que no sólo lo es por su forma –en mí, que soy diestro–, sino porque es la única que sabe asumirse a sí misma plenamente como tal. (…)"
MAULANA JALAL al-DIN RUMI
150 cuentos sufies
Editorial  PAIDÓS
Los cuentos incluidos en este volumen han sido extraídos del Matnawi, obra esencial de Rumi, fundador de la orden de los derviches giróvagos, poeta, místico y sabio del siglo XIII. Considerado como un comentario del Corán, el Matnawi no sólo se estudió en el marco de las cofradías, sino también en las mezquitas. Aparecieron comentarios y traducciones del persa y la obra se convirtió en una de las fuentes reconocidas de la enseñanza tradicional. Versículos del Corán, Hadizs, leyendas bíblicas, cuentos hindúes o budistas, anécdotas de la vida diaria: todo ello provoca la inspiración de Rumi e ilustra la enseñanza sufí, que se muestra así como tradición viva, sencilla y accesible para todos, es decir, como sabiduría universal.
MAUPASSANT, GUY de
Cuentos esenciales
Editorial MONDADORI
Maupassant es, junto a Flaubert, el gran escritor francés del siglo XIX. Aunque también cultivó con fortuna la novela, su portentoso talento encontró su forma ideal en el cuento, género que consolidó, renovó y en el que no tiene rival. Realista, romántico, fantasmagórico, terrorífico, fantástico o poético, Maupassant transitó en sus cuentos por todos los caminos de la imaginación. 
Se ha hablado largo y tendido de Guy de Maupassant como el máximo exponente del cuento naturalista. Sus narraciones con la guerra francoprusiana como telón de fondo, sus historias sobre la miseria de los campesinos normandos o sus relatos de los crápulas que habitaban el París más sórdido le han llevado a figurar en todos los manuales de literatura y en algunos de los de estilo. 
Pero ese Maupassant, el de «Bola de Sebo», el de la prosa precisa y aséptica, sin concesiones a la imaginación y con esa actitud militante por la objetividad, es sólo una cara de la moneda. Y quizás la menos atractiva para el lector de hoy en día. La otra la conforma el Maupassant fantástico y terrorífico de los últimos años de su vida: «De La noche», «La cabellera», «¿Quién sabe?» o «El Horla». Una sífilis contraída en la juventud, un par de fracasos amorosos y una obsesión enfermiza con la muerte, colocaron a una de las cabezas mejor amuebladas de su siglo frente a un abismo de horror y locura.
Como dijo HP Lovecraft estos cuentos son «efusiones morbosas de un cerebro realista en estado patológico (…) Sugieren con fuerza maravillosa la inminencia de unos terrores indecibles, y el acoso implacable al que se ve sometido un desdichado por parte de espantosos y terribles representantes de las negruras exteriores».
Por eso, «Cuentos Esenciales» (Mondadori) es mucho más que una simple antología de relatos de Maupassant. Al estar ordenados cronológicamente, documentan un fascinante viaje: el que conduce a una mente preclara y analítica hacia la demencia y el suicidio. Desde un Chejov sin sentido del humor (el más conocido) hasta un Poe trastornado con muchísimo más oficio en la pluma (por conocer).
La edición es exquisita, con traducción de José Ramón Monreal y las preciosas ilustraciones de Ana Juan que mezclan el naif con la ambientación gótica.
Extractos tomados de Ramón R. Carrero en ABC.es

MEANS, DAVID
Instrucciones para un funeral
Editorial  SEXTO PISO
David Means (Michigan, 1961) está considerado como uno de los mejores escritores contemporáneos de relatos. En sus cuentos Means reflexiona sobre el adulterio, la paternidad, las amistades traicionadas, el odio de clase, la adicción, la soledad y el desamparo en todas sus esquivas mutaciones. Todo ello lo hace con hondura, ingenio y sabiduría.
"Los cuentos de David Means se desarrollan por medio de una escritura que, si bien procede del realismo, lo enriquece gracias a un aire informal que lo singulariza y lo libera del corsé realista. El suyo es un estilo que seduce al lector por su naturalidad expresiva y el tono confianzudo con que desarrolla cada historia, pero al mismo tiempo está dotado de una precisión existencial realmente notable. No hay concesiones al sentimentalismo, pero sí a la emotividad. Todo ello hace que la lectura resulte atractiva y, a la vez, requiera mucha atención porque los relatos tienen una estructura compleja a la que hay que adaptarse para extraer todo su sentido. Naturalmente, hay en todo el texto un solapado sentido del humor que en ciertos cuentos se hace evidente desde la misma estructura del cuento, como es el caso del que da título al libro. En otros procede de situaciones concretas o del mismo diálogo.
Los minimalistas norteamericanos más veteranos, como Raymond Carver o Tobias Wolff, utilizan una técnica consistente en describir un mundo velando el sentido final de ese mundo o, por mejor decir, la conciencia de ese mundo que describen y en el que se inscriben sustancialmente los personajes que fundamentan el conflicto dramático. Este hallazgo expresivo lo utilizan también escritores posteriores a ellos como George Saunders. Lo que caracteriza a Means es que sus diálogos coloquiales se mezclan con incisivas pinceladas contextuales que poco a poco se van entrecruzando y creando un vacío aparente, como si el autor se distrajera del motivo del relato de manera que crease ese vacío aparente que es el corazón del cuánto."             Extractos tomados del artículo de J. Mª Guelbenzu en ElPaís.com

MENDEZ FERRIN, X. L. 
Arraianos
Editorial  HOJA de LATA
Contar y fantasear es el espíritu del libro.
Contar reproduciendo el habla de las gentes de La Raya, una difusa frontera entre Galicia y Portugal cuyos milenarios caminos han sido hollados por contrabandistas, fugitivos, meigas y aparecidos. Contar reproduciendo ese espíritu nebuloso donde caben sueños, fantasías y venganzas.
Y sobre todo fantasear porque la realidad parece poco consistente por estas sierras y brañas y los personajes la van construyendo a su medida. Como ese sobrino pacato y obediente que escribe cartas a su tío desde la aldea de Lobosandaus para contarle lo que parece una furia de posesión y muerte. O el manuscrito del 999 donde Adosinda horrorizada relata un aquelarre con tal viveza que su fulgor traspasa el alma de su lectora, la vieja profesora Luisa Armesto. Fantasea sobre todo el sindicalista de El militante fantasea que imagina una realidad distinta mientras protege una operación de sus compañeros del maquis.
Hermoso libro que alberga historias tan terribles como evocadoras.
Reseña en este blog.
MÉNDEZ, ALBERTO
Los girasoles ciegos
Editorial  ANAGRAMA
En Los girasoles ciegos se narran cuatro historias de horror y desolación, en las que se ahonda en las razones de la derrota; concepto que aparece en los cuatro títulos.
Méndez declaró en la presentación del libro: "No hablo aquí de la derrota de los vencidos, sino de la derrota de todo un país, la derrota colectiva de quienes vivieron con miedo el silencio de estas historias. Por eso, el libro pretende ser, también, un homenaje a la memoria de nuestros padres".
Son relatos contra el olvido que exponen con toda crudeza la idea de que en una guerra fratricidad todos son perdedores. Los relatos son sencillos, realistas y profundamente humanos. Los personajes son seres anónimos, desorientados; atacados por la perplejidad ante el mal y por la soledad en una realidad hostil. 
Los girasoles ciegos son un ejercicio de memoria, de historias calladas de la posguerra. Un capitán del ejército de Franco que el mismo día de la victoria renuncia a ganar la guerra y deserta; un joven poeta, víctima del terror, que se esconde con su compañera y su hijo, eligiendo la muerte; un preso en la cárcel madrileña de Porlier, y un diácono que se oculta "tras el fascismo apostólico" son los protagonistas de estos relatos. 
“Primera derrota: 1939 o Si el corazón pensara dejaría de latir”: la historia de un militar durante la Guerra civil española, del bando franquista en la batalla de Madrid, que se rinde a los republicanos en cuanto supo que éstos iban a rendir sus armas a su bando. 
“Segunda derrota: 1940 o Manuscrito encontrado en el olvido”: el diario de un muchacho poeta que vive una vertiginosa historia de madurez y muerte en un lapso muy breve de tiempo. Huyendo con su mujer embarazada de las tropas franquistas quedan atrapados en las montañas entre Asturias y León, 
“Tercera derrota: 1941 o El idioma de los muertos": relato sobre un preso de la cárcel de Porlier que se niega a vivir en la impostura para que el verdugo pueda ser calificado como tal. El maltrato, el terror, la muerte, los fusilamientos....
“Cuarta derrota: 1942 o Los girasoles ciegos”: historia de “un topo” escondido en Madrid contada a través de los ojos de su hijo... y de un diácono rijoso que enmascara su lascivia tras el fascismo apostólico que reclama venganza contra el vencido. Extraordinario.
MERINO, JOSE MARÍA
Cuentos del reino secreto
Editorial ALFAGUARA
Primera recopilación de cuentos del autor que data de 1982 y agrupa veintiuna narración, alguna tan afortunada como “El nacimiento en el desván”, “La casa de los dos portales” y “El soñador”. El propio autor señala en el prólogo que su propósito consistía en “llevarme lo fantástico a mi ciudad, a mis aldeas, a mis primeros paisajes” (p. 20). No en vano, recrea diversos mitos de su propia cultura personal, valiéndose para ello de asuntos y motivos habituales en la literatura fantástica, tales como la existencia de mundos paralelos, metamorfosis y umbrales, o la alteración del curso normal del tiempo y de la percepción del espacio, junto con el poder de los sueños.
También hallamos en sus páginas el motivo del individuo que regresa a su origen, tras mucho tiempo de ausencia, para constatar la porosidad del tiempo y reencontrarse misteriosamente con el pasado, al que accede a través del sueño, como ocurre en “La noche más larga”; o la importante presencia del humor en numerosas piezas, de lo que sería un buen ejemplo “Los de allá arriba”. Con buen sentido, el autor nos ha recordado que lo humorístico no tiene por qué disolver el efecto de lo fantástico. Pero es en “El soñador”, una especie de poética, donde convierte en metáfora sus principales obsesiones. Aquí, cuando el durmiente se despierta, la vida cesa, los seres vivos desaparecen y la tierra se estremece.
MERINO, JOSE MARÍA
Cuentos del barrio del Refugio
Editorial ALFAGUARA
Cuentos del Barrio del Refugio (1994) es un ciclo de cuentos compuesto por trece piezas, en las que predomina la visión acerada del mundo y la crítica a su propia generación, sin renunciar por ello al humor, a la reflexión metaliteraria o al recurso de ciertos motivos habituales de lo fantástico, como el del doble. Éste es un libro unitario en donde los relatos pueden leerse también de forma independiente. El cuento clave es “Tertulia”, matriz de los restantes, al proporcionarles un determinado marco. La unidad del conjunto procede no sólo del escenario, el barrio del título con su atmósfera común, sino también de los personajes que reaparecen en varios de los cuentos y que suelen exhibir una actitud semejante ante la vida; pero sobre todo de su condición de relatos que han sido contados y escuchados en la tertulia. Del resto de narraciones destacaría “La costumbre de casa”, “El derrocado”, “Bifurcaciones” y “Signo y mensaje”.
En un barrio del Madrid de ahora mismo, donde persisten ciertas sombras espectrales del pasado, sus habitantes encuentran el piadoso refugio de los delirios. Por las calles reconocibles de ese barrio andan buscando su destino entre sobresaltos, sueños y aventuras insólitas, traductores infieles, fantasmas incómodos, contertulios infatigables, escritores sin obra, madres afligidas, lectores perplejos, doctores vagabundos, gentes acosadas pos su otro yo. Un universo de seres desconcertados, con los que hemos podido cruzarnos en cualquier esquina o en cualquier bar, cuyo sentido de las cosas reales acaba extraviándose por los insospechados vericuetos de unos escenarios que actúan también como personajes del drama, entre lo misterioso y lo fantástico. 
MERINO, JOSE Mª
Cuentos de los días raros
Editorial ALFAGUARA
Cuando abrimos un libro, buscamos la magia de los días raros...
Los quince cuentos de este libro nos hablan de esos días raros, siempre al acecho para traernos la fascinación o el desasosiego de lo imprevisto, de lo misterioso, de lo fatal, y mostrarnos lo que puede esconderse tras las imágenes de lo cotidiano.
En este libro de 2004 reaparecen casi todos los registros habituales de Merino con algunos de sus motivos y figuraciones más queridos: el Barrio del Refugio (“El fumador que acecha”), los artrópodos y hadanes (“Mundo Baldería”) y, una vez más, el profesor Souto (“Celina y Nelima” y “El fumador que acecha”). El autor cultiva una veta de lo fantástico en la que lo extraño convive a menudo con lo cotidiano y la realidad se presenta siempre quebradiza, a menudo acechada por lo extraordinario. Así, valiéndose de la mirada oblicua, la ficción constituye el vehículo perfecto para “desentrañar las cosas raras de lo real”, cuanto tienen de misterioso, más allá de su mera apariencia, para llamar la atención sobre lo que se oculta entre los pliegues de la realidad. Diversos motivos clásicos de lo fantástico, ya citados, reaparecen en estos cuentos. No en balde, comparten una misma visión sobre las rarezas de lo cotidiano, tamizadas a menudo por el humor y una leve ironía, o por la disolución de los límites entre lo vivido y soñado. Quizá los cuentos que prefiero sean “La memoria tramposa”, “Papilio Síderum”, “El fumador que acecha” y “La hija del Diablo”.
MERINO, JOSE Mª
El viajero perdido
Editorial ALFAGUARA
De entre los once cuentos que componen El viajero perdido (1990), destacan piezas de tanto interés como la que da título al libro, “Las palabras del mundo”, “Imposibilidad de la memoria”, “El Edén criollo” o “Un personaje absorto”. En este libro hallamos, además, diversas narraciones interrelacionadas, de modo que al desaparecido profesor Souto, de “Las palabras del mundo”, volveremos a encontrarlo en “Del libro de naufragios”, ahora progresivamente enloquecido en su deseo de sumergirse en lo orgánico, conforme vaya constatando el protagonismo creciente de las cosas en nuestra existencia...
En sus obras se dan cita unas cuantas obsesiones recurrentes: así, los avatares de la creación, el problema de dar forma a un sueño borroso (“Los paisajes imaginarios”); la capacidad creadora y destructora de los sueños, observable en la lucha del autor con sus fantasmas; la reflexión metaliteraria y el poder de las palabras; pero también la indagación en los límites de la fantasía, con sus trasvases entre realidad y sueño, o el paso de la realidad a la ficción y viceversa (“Un personaje absorto”); la nostalgia de un tiempo en que los soñadores no se avergonzaban de sus utopías (“Imposibilidad de la memoria”) y la literatura estaba cargada de referencias reales, en el sentido más dialéctico de estas palabras (“Oaxacoalco”); o la reivindicación de la memoria, a través de los viejos recuerdos y leyendas de los ancestros (“La última tonada”), más la ensoñada complacencia de vivir en la ficción -como un viajero perdido- lo que la realidad no nos proporciona (“Oaxacoalco”). Merino, cómodamente instalado en los límites de lo fantástico, muestra en estos relatos los complejos avatares de unos seres que luchan por realizar sus deseos insatisfechos.
Extractos tomados del artículo de Arturo Valls en su blog  LaNaveDeLosLocos
MESA, SARA
Mala letra
Editorial  ANAGRAMA
Son historias de la cotidianidad que hurgan en la vida misma de un modo magnético. La pérdida (o huida) en El Cárabo; la muerte y los secretos de los niños en Mármol; la enfermedad y la discriminación escolar en Apenas unos milímetros; la culpa en Creamy milk and crunchy chocolate; la familia como una cárcel y el qué dirán en Nada nuevo....la vida misma aunque vista desde un prisma poco amable. Mala letra explora circunstancias casi siempre vinculadas con la alienación o la soledad.
El último relato, Mustélidos, intenta captar la paradoja del ser humano: Un compañero de trabajo no comprende que una mujer  –cuyo libro sobre suicidios, depresiones e incestos él ha leído – sea la misma persona que se entusiasma con una nutria.
“El mundo es impasible ante cualquier cosa que suceda, por inusual, horrible o cruel que ésta sea. Visto así, el mundo no tiene mucho que ver, realmente, con nosotros.”
La autora de este libro cogía mal el lápiz desde niña y sus profesores le auguraban lo peor, "hay que escribir como Dios manda". Pero Sara Mesa se mostró indócil, como su escritura, donde aparece  la culpa, la falta de libertad, los prejuicios, el miedo y la infancia. Los protagonistas de estos cuentos se enfrentan a situaciones que les transforman, instantes únicos que lo cambian todo con una fuerza irresistible. Niños perdidos en el bosque o en la gran ciudad, que juegan con la muerte hasta que uno de los suyos se suicida, hombres acosados por los remordimientos... historias que nos desasosiegan. 
Sara Mesa, además, reniega en sus relatos de las figuras tradicionales de la madre y de la mujer cuidadora. Sus protagonistas femeninos están llenos de aristas y afrontan situaciones a veces desesperadas. Una madre joven se pierde con su hijo pequeño en un bosque; una profesora de instituto va a casa de un alumno gravemente minusválido a hacerle un examen; una cartera «nueva en el barrio» llega a entregar unas facturas impagadas a un exmilitar franquista medio loco, que le abre la puerta desnudo; una escritora recuerda a un compañero de colegio que se suicidó cuando, según dice al pasar, era habitual que «las abuelas se tirasen por los balcones».
MICHON, PIERRE
Mitologías de Invierno  -  El emperador de Occidente
Editorial ALFABIA
El libro lo componen dos volúmenes, uno de relatos, Mitologías de Invierno; y una novela corta, El emperador de Occidente. El estilo del primero es sincopado, preciso; constata hechos aunque maravillosos. El del segundo es sinuoso, aromático; recrea las fragancias de una isla en el Mediterráneo y los recuerdos de una vida, es pura evocación.
En ambos, los personajes interrogan su destino.
Mitologías de Invierno son como unas vidas de reyes y santos. Columbkill el Lobo, de la tribu de los O´Neill del Norte, se perderá por buscar la posesión de un libro. Suibhne, rey de Kildare es un hombre simple. Sobre la linde de Killarney vencerá al rey de Lismore. Pero el júbilo de su victoria se convertirá en derrota. La expiará en el bosque donde aprenderá la jerigonza de los cuervos y llegará a ser un santo y un loco, una cosa de Dios. El fervor de Brigid la conducirá ardiente hasta el mismísimo fuego divino.
Tres mitologías son irlandesas, las otras nueve habitan el Causse, las mesetas calcáreas del Macizo central francés. El Causse es plano como la palma de la mano y "reúne las ventajas del abismo y del desierto. Allí se está en la mazmorra universal y, sin embargo, en la cima del mundo: es una buena ermita." 
El estilo es magnífico, a la vez esencial y poético. También sentencioso.
El Emperador de Occidente por su parte, es el brillante intento de fijar una ensoñación que conjuga lo íntimo y lo histórico. De ahí que las frases se multipliquen y subordinen intentando acotar el pálpito de la Historia. 
Prisco Atalo, anciano desterrado frente al volcán Stromboli, recita su historia de músico acompañante de Alarico en su marcha sobre Roma. El joven patricio Aecio será su confidente, el mismo que años después, investido Capitán General de los Ejércitos, derrotará a Atila en los campos Cataláunicos.
Reseña en este blog.
MIJE,  JAVIER
El camino de la oruga
Editorial  ACANTILADO
Doce relatos impecables. El secreto para una vida indulgente tal vez esté en que uno ignore algunas cosas. El espejo enmohecido o dando la espalda, mostrando su azogue desconchado. Los padres obligados a la farsa, una pareja de funámbulos sobre la cuerda del orden, unos encantadores que esconden el truco y guardan el conejo sucio en la chistera. De eso se trata. Como un telón abierto que deja al descubierto su realidad más callada, este libro de relatos explora la parte oscura de unos personajes retratados donde nadie los ve, allí donde la mirada común no alcanza y el pudor suele aconsejar detenerse. La trama de estas narraciones está centrada en el dominio de lo íntimo, no sólo porque algunos seres solitarios deambulen por sus ficciones, sino porque en ellos late con fuerza una secreta verdad construida a partir de pequeñas epifanías. Javier Mije, en este su primer libro, escarba, con decidido afán y virtuosismo, en los cimientos que sostienen la arquitectura más recóndita de nuestra condición.
Francisco Solano en El País dijo: "Su prosa minuciosa y sonámbula transforma en irreales los actos más concretos y los expone, como vistos por primera vez, en la dimensión recóndita que sólo ilumina la literatura”.
MIJE,  JAVIER
El fabuloso mundo de nada
Editorial  ACANTILADO
Apenas cien páginas, doce cuentos. Cortos, intensos, negros, llenos de personajes hundidos, desequilibrados, solitarios, tozudos, egoístas, desesperados por amor.
Según Alejandro Luque, en El Correo de Andalucía, los relatos de Javier Mije (Sevilla, 1969) tienen dos cosas en común: todos están protagonizados por una pareja, y casi ninguno tiene un final feliz. Sin embargo, perderá el tiempo el público que acuda a sus libros buscando las clásicas -y trilladas- historias de amores y desamores. El escritor siempre trata de explorar territorios de la cotidianidad a salvo de los tópicos, emociones bastante más complejas que las que suelen describir el cine o las canciones pop. Este esfuerzo por iluminar zonas oscuras del alma se hace más que patente en El fabuloso mundo de nada, el último libro de relatos del sevillano, que acaba de ver la luz en el prestigioso sello Acantilado. Doce relatos de impecable factura directos a la fibra del lector.”
MISHIMA, YUKIO
La perla y otros cuentos
Editorial  SIRUELA
Sus constantes quedan claras ya en su obra iniciática, 'Confesiones de una máscara': "La debilidad que mi corazón sentía por la Muerte, la Noche y la Sangre era innegable". En estos relatos también hay muerte, noche y sangre.
'La perla', que da nombre a toda la antología, asoma al lector a una atmósfera de 'señoras bien', que se enturbia inesperadamente por a un incidente con una perla perdida, y que deriva en todo tipo de retorcidas artimañas, descritas con una meticulosa percepción de los formalismos, los gestos mínimos y los movimientos de la psicología. 
Todo el estilo de los relatos se presenta en el cuento 'Muerte en el estío', sutil crónica de la pérdida de dos hijos por parte de un matrimonio. A veces, la estilización apunta a impresiones fantasmagóricas, como el 'thriller' con geishas 'Los siete puentes', o a lo amoroso, como 'El sacerdote y su amor' , de un eremita de tiempos antiguos tentado por la belleza de una mujer, con pasajes exuberantes que recuerdan a Rubén Darío.
Por otra parte, el título 'Patriotismo' narra el suicidio de un joven oficial, trasunto de Mishima, "profundamente perturbado al saber que sus colegas más cercanos estaban en connivencia con los amotinados", por el mismo sistema ritual del autor, años más tarde.
El teatro, donde Mishima alcanzó una fama notable, también tiene presencia en el libro. El volumen incluye dos incursiones en el hábitat del tradicional drama 'kabuki'. Una es literalmente una obra dramática, 'Dojoji', en la que se habla de mutilación, de la destrucción de lo bello, de amor desgarrado, de redención. La otra, 'Onnagata', una narración que introduce al lector en la psicología aparatosa e histérica de un celebrado actor de 'kabuki'.
Estos diez relatos dan cuenta de la sofisticación estilística del autor y de su universo, donde los objetos, vivos, crean el ambiente y participan de la voluble y realísima psicología de los caracteres, donde laten atmósferas, en las que todo parece impregnado de un singular aliento trágico.  
Extractos tomados de Alvaro Cortina en ElMundo.es
MONTERROSO, AUGUSTO
La oveja negra
Editorial  Seix Barral
“En un lejano país existió hace muchos años una oveja negra. Fué fusilada. Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque. Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.”
La oveja negra” es uno de los cuentos más conocidos y admirados de Augusto Monterroso. De sus cuentos Italo Calvino ha dicho que son los más hermosos del mundo.
En esta pequeña reunión de fábulas, cada cual más satírica e ingeniosa, Monterroso logra mostrarnos de un modo magistral su burlesca, casi cruel, definición del ser humano:
“El hombre no se conforma con ser el animal más estúpido de la creación. Encima se premite el lujo de ser el único ridículo.”
En “La oveja negra y otros relatos” también hace Monterroso un sincero homenaje a un contemporáneo suyo, Frank Kafka, al que brinda uno de sus más hermosos cuentos: La Cucaracha Soñadora:
“Era una vez una cucaracha llamada gregorio samsa que soñaba que era una cucaracha llamada frank kafka que soñaba que era un escritor que escribía acerca de un empleado llamado gregorio samsa que soñaba que era una cucaracha”
¿Pero qué busca Monterroso con esa prosa sencilla, concisa y aparentemente (ojo, sólo en apariencia) sin complejidad? En una entrevista que pudimos leer hace poco nos reconocía su firme propósito:
“Mi intención es combatir el aburrimiento e irritar a los lectores, principio este último irrenunciable. Aunque por momentos he logrado lo primero, siempre fracaso en lo segundo, pues desde Horacio sabemos que en este género de obras todo lector ve siempre retratados a los demás pero nunca a sí mismos”
Monterroso logra con esta obra capturar al lector y mostrar con elocuencia una cruel crítica de la realidad.
Extractos tomados de SabelaBranco.com

MONTERROSO, AUGUSTO
Obras completas (y otros relatos)
Editorial  ANAGRAMA
La crítica considera que Monterroso es un especialista en revisar, rescribir e incluso inventar géneros literarios, sin embargo, en esta recolección de cuentos, el autor se mantiene relativamente fiel a las características de este género. La originalidad de los mismos estriba, principalmente, en la ausencia de condicionamientos formales, artificio en el que inciden tanto la inscripción de abundantes elementos paródicos como la variedad en extensión de los mismos. En efecto, hay cuentos de una sola línea: «El dinosaurio», pero también los hay que presentan la forma de crónica (muy breve) como «El eclipse» y otros que inscriben la forma más o menos aceptada del cuento como «Mr. Taylor». Ahora bien, más allá de la falacia intencional que se pueda esperar de todo escritor, en el caso de Obras completas, el propósito de la obra (que inaugura con un título tan sorprendente las publicaciones del autor) se incluye en el texto mismo de cada cuento.
Los cuentos que componen Obras completas (1959) son de todos conocidos. «Mr. Taylor» retrata a un estadounidense capitalista perdido en el trópico que, con afán de hacerse más rico, organiza un negocio que consiste en cortar cabezas de nativos para llevarlas a museos de Estados Unidos. El negocio no sólo arrasa al país tropical, sino que además, lo conduce a él mismo a su propia muerte. Es un cuento evidentemente antiimperialista, muy alejado al realismo social todavía imperante en los años cincuenta. El autor ha confesado que lo escribió para responder a una necesidad de atacar al gobierno imperialista de Estados Unidos y a la United Fruit Company que por esas fechas intervino en Guatemala para derrocar el gobierno revolucionario de Arbenz. En la misma línea se encuentra el titulado «Uno de cada tres», en el que la obsesión de los desesperados por contar sus tristezas a quienes se dejen escucharlos, desencadena una operación capitalista; en «El eclipse», el misionero Bartolomé Arrazola es sacrificado por confiar a ultranza en la ignorancia astronómica de los mayas; en «Sinfonía inconclusa» el descubridor de los dos movimientos finales de la sinfonía concluida admite, con amargura, la imposibilidad de corregir la historia; en «Leopoldo a sus trabajos», un escritor se estaciona perennemente en las formas más pueriles de la escritura, mientras pretende crear para la literatura un nuevo Quijote; en «Primera dama», su protagonista, con el pretexto de la caridad, cumple su sueño homicida al tiempo que destruye el poema de Rubén Darío; el cuento «La vaca», que se sostiene con el manejo de unos recursos lingüísticos sabiamente manejados, subvierte cualquier código formal respecto al género cuento y, por último, el cuento Obras completas, que cierra el volumen, contribuye a hacer de este final uno de los más originales de la literatura en lengua española.
En Obras completas se anuncian las constantes de la obra posterior de Monterroso: el origen literario de su imaginación; el intercambio entre humor y seriedad, que conllevan la trampa en la sonrisa; la relatividad de los valores morales; la parodia y la burla de los estereotipos; la inclinación por la brevedad en la escritura; la crítica del academicismo y la solemnidad; la presencia, aunque sólo anunciada, de los animales con comportamientos humanos y literarios. En suma, cabe destacar la originalidad de un autor que se lanza a la publicación de su primera obra con un titulo tan llamativo y sorprendente, pero que apunta un guiño inteligente y afectuoso a sus lectores, que lo seguirán, guiño tras guiño, a lo largo de su carrera literaria.               Reseña tomada de CervantesVirtual.es

MONZÓ, QUIM
Ochenta y seis cuentos
Editorial  ANAGRAMA
Ochenta y seis cuentos constituye una selección de relatos que proceden de los siguientes libros: Uf, dijo él, Olivetti, Moulinez, Chaffoteau et Maury, La isla de Maians, El porqué de las cosas y Guadalajara. Sus relatos sintetizan el absurdo kafkiano, el realismo minucioso, el surrealismo. Un estilo conciso añade valor documental a sus piezas.
Monzó escoge un registro realista, de una llaneza casi excesiva, lo que te pone en guardia, y puede comenzar sus cuentos así: "La mañana tenía cara de huevo" o "El hombre que no se enamora nunca sale del museo"; en ocasiones, es provocadoramente convencional: "Fuera llovía". Cuidado, cuando Monzó empieza diciendo "Fuera llovía" es que algo inquietante se mueve dentro de la polaroid. Y es que para este escritor no hay nada que produzca más terror que la vida cotidiana del ciudadano pacífico y neurótico. En principio, todas sus historias son sobre gente que no es nadie y a la que no le pasa nunca nada. Además, y muy coherentemente, escribe con las palabras que usan las personas que no hacen literatura: un personaje se siente un catacaldos, otro se pone unas bambas rojas, otro no para de darle vueltas al cacumen. Es gente que pasa por tu lado, gente que ves y no miras. A veces son escritores: uno de ellos se retira a la casa de campo a crear con tranquilidad una gran obra, pero el calentador no funciona y se le olvida la leche en el fuego. La vida le echa una mano y le escribe una tragicomedia en la que él es el personaje y no el autor. Otro escritor descubre con espanto que algunas de las cosas que ha contado en cada una de sus veinte novelas han ocurrido realmente algún tiempo después: no le gustaban las biografías pero no ha hecho otra cosa que escribir la suya. Otros cuentos están centrados en la pareja. A Monzó le chifla la vida en pareja, sobre todo si es para cargársela. "El norte del sur" y "Barcelona" hablan del amor que se alimenta del odio mutuo y son un adelanto del escalofrío que producen las refinadas narraciones de El porqué de las cosas, un libro que trata del morbo que da a un hombre y a una mujer hacerse la vida difícil.                       Extractos tomados de un artículo de Juan Marín

MONZÓ, QUIM
Mil cretinos
Editorial ANAGRAMA
Me gusta de Monzó su manera de observar la condición humana. Es original, insolente, muchas veces inmisericorde y algunas incluso tierna. Casi siempre pone el foco en el trasunto de unas vidas convencionales y bucea hasta el fondo de sus almas encontrando el vértigo o directamente el absurdo.
En Una Noche y Otra Noche es capaz de dar una vuelta de tuerca más a historias conocidas. En la primera al cuento del príncipe azul que ha de besar a la princesa para despertarla. La segunda es sobre un hombre que padece insomnio e intenta arreglarlo con libros aburridos, revistas de bricolaje o lo que sea mientras su mujer duerme.
Me gustan especialmente Mirando por la ventana, El amor es eternoSábado. Los tres tienen ese ligero toque kafkiano en que la realidad pierde su textura para convertirse en una masa amorfa. En Sábado, una mujer desmonta poco a poco su piso. Hace paquetes con fotos, recuerdos y ropa y los deposita en la basura. Luego continúa con los muebles y todo el piso. Y hasta con ella misma. Cada vez que sale se viste de calle, cada vez que vuelve se pone cómoda. Todo se convierte en un rito del que se nos da cuenta al detalle. En Mirando por la ventana se produce un extraño ensimismamiento.
El libro se divide en dos partes. Los relatos que conforman la segunda son más ligeros, casi rozando la anécdota, con un pellizco juguetón a la realidad. En Shiatsu unos jóvenes estudiantes van ocupando poco a poco las mesas de un bar hasta expulsar al resto de clientes. Es como una partida en el tablero del bar o una observación entomológica. 
Pero incluso en los más leves se aprecia esa aguda mirada sobre la vida y sus habitantes que la deja ante nosotros límpida y desnuda; obligándonos a mirar con perplejidad los ritos de la vida cotidiana como si fuéramos unos extraterrestres recién llegados.
MORÁBITO, FABIO
Caja de herramientas
Editorial  PRE-TEXTOS
Caja de herramientas: ¿Caja de seres metafísicos? ¿Caja de fábulas? ¿Caja de juegos? ¿Caja de genealogías? Fabio Morábito reúne en este caja-libro a doce discretos habitantes de cualquier casa-caja, pacientes servidores nuestros: la lima, la esponja, el aceite, el tubo, el cuchillo, la cuerda, la bolsa, el tornillo, las tijeras, el resorte, el trapo y el martillo. Con paciencia y deleite de artesano elabora de cada uno su semblanza: su procedencia y su naturaleza estética y ontológica, su destreza y su enseñanza moral. Con amor al oficio, los reivindica del lugar común y nos muestra su verdadera cara. El aceite, por ejemplo, no se avergüenza ya de no ser agua cristalina. “Sin el aceite, pues, no habría cultura ni comercio ni transporte. Es un agua de carga”. Y todas esas herramientas parecen sentirse muy a gusto en las manos del escritor, quien, en un taller imaginario, empleó cada una de las doce herramientas para la elaboración de estos doce ¿cuentos?, ¿poemas?, ¿relatos?, ¿prosas breves?, de estas doce cartas de presentación. Al término de la lectura, las herramientas ya no serán lo que eran para el lector. Cuando se las necesite, se les pedirá antes permiso. No desconfíe: puntualmente acudirán a su llamado.
MORÁBITO, FABIO
La vida ordenada
Editorial TUSQUETS
Con su prosa diáfana y perturbadora a la vez, estos relatos recorren la intimidad de unos hogares donde, como en todos, hay una historia extraña, un punto oscuro, una particular manera de manejarse con lo que queda no dicho.
Como dijo Edgardo Dobry, "lo mejor de estos cuentos es que nunca pasa nada extraordinario y sin embargo todo es inquietante, porque en la buena literatura la inminencia es más poderosa que la consunción."
En los cuentos de Fabio Morábito las situaciones más cotidianas sorprenden dejando entrever una dimensión casi fantástica, allí donde el dolor, el hastío o simplemente la cruda realidad se cruzan con los miedos o la duda. ¿Qué misterios, a un tiempo fantásticos y cotidianos, pueden desencadenarse al alquilar un piso, perder las llaves, asistir a una fiesta entre desconocidos o sufrir una extraña plaga de ratas en el propio domicilio? Las historias de La vida ordenada nos hablan de aspectos engañosos de la realidad en las grandes urbes. Una visita a una casa en alquiler puede derivar en una fiesta de cumpleaños repentina donde las negociaciones inmobiliarias se mezclan con la nostalgia y las fantasías; o una fiesta de cumpleaños convertirse en la vigilia de una muerte.
Los personajes de La vida ordenada se mueven como por inercia, atravesando alguna crisis o a la espera de que suceda algo que tuerza su camino. De la cárcel a un departamento heredado, de la casa familiar al oasis de un pequeño estudio rentado, de un amplio departamento prestado a la diminuta vivienda de uno, los espacios van marcando posibilidades, destinos, aspiraciones, ofreciendo a sus ocupantes algo a que aferrarse.
 Sus protagonistas, victimas de la desidia que les envuelve, viven un particular periodo de crisis y se aferran a un objeto o un pasado que les redima. Así, Enrique anhela en vano huir de esa existencia anodina que le reitera que no es dueño siquiera de la casa donde reside; Antonio visita a la madre de Alfonso, su amigo de la infancia, para saldar una extraña deuda, y ese encuentro le cambiara la perspectiva de las cosas; Ricardo sospecha que alguien con oscuras intenciones va soltando ratas en el apartamento que su madre le lego y en el que ha prometido no entrar hasta que un compañero de celda salga de la prisión.
MORÁBITO, FABIO
La lenta furia
Editorial  TUSQUETS
Desconcertantes y fascinantes, los relatos de este libro revelan el hervor descomunal que se oculta tras la apariencia tranquila de las cosas. “Ninguna cosa es más importante que otra” Estas palabras de Silvina Ocampo que Fabio Morábito colocara como epígrafe a La lenta furia, marcan el tono del libro, pleno de sugerencias, profundo y poético a la vez. Todos y cada uno de los relatos que lo integran, nueve en total, consisten en la puesta en práctica de una mirada casi metafísica, develadora de lo que Leopardi llamara “l’infinita vanitá del tutto”: una existencia absurda rodeada por la nada igualadora, como la hierba que invade finalmente al turista de uno de los relatos.
En el universo Morábito, donde lo monstruoso-maravilloso acecha a cada paso, nada es lo que parece. De ahí la impresión de desconcierto o extrañeza que puede provocar una lectura de superficie. Tal es el caso, entre otros, de “Las madres”, relato que abre el volumen. La desmitificación de la figura materna, que de entrada genera rechazo, oculta al tiempo que devela la reivindicación de la hembra esencial dadora de vida y, como ésta, cruel a veces.
Idéntica mirada se ejerce en “El huidor. El vendedor a domicilio, siempre en fuga, es quien finalmente da sentido al mundo: “por donde él huía, las cosas parecían aliviarse de una vieja torpeza que las ocultaba a las miradas”. Morábito lo compara con el fuego, creador-destructor como el de Heráclito, vehículo o puente hacia otra cosa, camino hacia lo trascendente. Esto remite a otro relato: “Oficio de temblor”, uno de los más poéticos. La vida, dice Morábito a través de imágenes restallantes, es un oculto temblor, un terremoto de paso que está esperando que se abra una falla, el “instante de intuición suprema” capaz de “quemar todos los misterios que aún nos oprimen”.
El estilo Morábito se resume en el relato “Mi padre”, cuyo protagonista siente “la necesidad, en medio de tanta superficialidad, de ver y tocar los armazones de fondo, las verdades insustituibles y necesarias”.                                  Extractos tomados de LaMáquinadelTiempo.com
MORÁBITO, FABIO
Grieta de fatiga
Editorial  TUSQUETS
Fabio Morábito escribe muy cerca de las cosas, casi a ras de la realidad, quizá porque escribir en un idioma extranjero, como advierte Alejandro Rossi, trae consigo la imposibilidad de reducir la distancia entre la palabra y la cosa.  Su obsesión por la vida doméstica, por el entorno familiar, por el detalle, el gesto o la manía que traicionan las complejas leyes del comportamiento humano, es la misma que recorre su poesía y su prosa. 
El ideal narrativo de Morábito parece estar cifrado en el primer cuento del libro, “El valor de roncar”, en la crítica que un aprendiz de escritor le hace a otro, en un cuarto de hotel donde ambos acuden los fines de semana para redactar sus ficciones y su ambición: “Faltaba, como en su caso, esa brisa de casualidad que hace que una historia despegue con sus propias alas, que la hace historia y no página escrita.” Es precisamente esta habilidad la que distingue los cuentos de Morábito desde hace varios libros y nos remite a una petición de principios de Julio Cortázar en Rayuela: “La ficción que nos interesa no es la que va colocando los personajes en la situación, sino la que instala la situación en los personajes.” 
“Los crucigramas” cifra así la relación compleja y atormentada entre dos hermanas en un intercambio de revistas de crucigramas. Es admirable cómo Morábito logra conmovernos con este cuento que denota por igual su perspicacia psicológica y su oficio narrativo.
Fabio Morábito también traduce su cercanía con las cosas en un rechazo a todo intelectualismo que, en él, significa rehuir de la solemnidad, de la verborrea y de la vaguedad. Las tramas de Grieta de fatiga rondan ese fantástico que Freud calificó como “la inquietante extrañeza”. 
El protagonista del cuento “La cigala” –una soberbia mezcla de ingenio y de espanto– concluye acerca de la interpretación literaria que a él le valió un descalabro vital: “Tal vez ha aprendido que todo libro es autosuficiente y que a la larga él mismo facilita las explicaciones que se necesitan para entenderlo.” Escritos con la lentitud del artesano, los cuentos de Grieta de fatiga piden una masticación igualmente lenta y meticulosa para decantar sus varios sustratos semánticos.
“Las puertas indebidas” (sobre esa puerta que comunica con otra habitación en un hotel) y “Micias” (un guerrero en el interior del caballo de Troya) son dos ejercicios contundentes de imaginación.
“Huellas”, que inspiró la portada del libro y quizá le sirviera así de tonalidad emblemática, se antoja el cuento más enigmático y angustiante del volumen. Desde que lo leí, sigo reflexionando sobre su sentido alegórico, si es que acaso existe uno solo. Esas figuras humanas que han dejado sus huellas sobre la arena de una playa, ¿serán los deseos que nunca alcanzamos? ¿Serán el tiempo o la vida que corren hacia delante y que en vano pretendemos retener? ¿Será la muerte con la que un día nos encontraremos? La literatura demuestra así su ventaja sobre la realidad: que todo es posible al mismo tiempo. ~                   Extractos tomados del artículo de Fabienne Bradu en LetrasLibres.com
MOYANO, MANUEL
Teatro de ceniza
Editorial  MENOSCUARTO
En el prólogo, Luis Alberto de Cuenca declara que "leer Teatro de Ceniza supone una inmersión en el universo conceptual en que se situaban los primeros filósofos frente al mundo, admirados y confusos ante el despliegue de prodigios que se agolpaban ante sus ojos."
El libro, compuesto por cien microrelatos, contiene un puñado nada magro de narraciones magistrales. El autor logra asombrarme con alguno de ellos. Me causan admiración tanto los argumentos que recorren vastos territorios -de los mitos griegos a los cuentos orientales- , como las sutilezas de sus giros argumentales.
Las narraciones circulares, la revisitación de los mitos al estilo de lo que hizo Borges en La casa de Asterión, el juego del punto de vista y de las perspectivas, ciertos procesos de extrañamiento o los insondables universos que se esconden en las más inanes situaciones son algunas de las técnicas que encontramos en este libro acrisolado.
Entre las citas que Moyano elije para encabezar su libro hay una que representa certeramente su espíritu, "el pez no es consciente del agua". Un proverbio chino que tras una aparente perogrullada esconde la profundidad y lo paradójico que albergan nuestras percepciones. A esta porfía se entrega el autor.                Reseña en este blog
MOYANO, MANUEL
El amigo de Kafka
Editorial  PRE-TEXTOS
Anticipa Luis Mateo Díez en el prólogo que los cuentos de Moyano “proponen rutas misteriosas, sobresaltos y sorpresas”. Hay mucha variedad en lo que el autor nos cuenta, reminiscencias míticas, ritos legendarios, avatares cotidianos, tránsitos insospechados, pasiones inútiles. A veces se tiene la impresión de volver a caminar, con un excelente guía, por esos senderos furtivos que dejaron una huella oscura en nuestra memoria. Son cuentos que acumulan la zozobra antes de entregarnos la sorpresa para incrementar la inquietud.
El paradigma puede ofrecerlo el primer relato, donde se recrea el universo fascinante pero opresivo de la pensión Malabo, poblada por seres extravagantes. En él se contienen los elementos del modo de contar de Moyano: su gusto por las pequeñas historias que se suceden hasta formar la urdimbre de las grandes ficciones.
Las historias de Moyano hablan de seres que han perdido cuanto tenían o que nunca tuvieron nada, a los que de vez en cuando sucede algo extraordinario. El libro contiene uno de esos 10 cuentos que uno se llevaría a una isla para releerlos una y otra vez hasta desgastarlos. Se trata de "Hojas amarillas". Un relato sobre la incomunicación y otras mutaciones de la rutina conyugal
MOYANO, MANUEL
El experimento Wolberg
Editorial  MENOSCUARTO
Tras el prestigio alcanzado con sus anteriores libros de relatos, Manuel Moyano ratifica su calidad con El experimento Wolberg, una colección de cuentos de corte realista, aunque envueltos en la atmósfera de lo irreal y lo excepcional. No en vano, el escritor forma parte de una generación de narradores españoles que, asumiendo su propia tradición, bebe además de la literatura de las dos Américas. Así, recubre con una pátina de humor, mezclando lo trágico y lo jocoso, estas siete historias sobre la condición humana en las que afloran la culpa, la cobardía, la resignación, la fidelidad, la obsesión, la vanidad, la decepción o el espejismo de las ilusiones.
Contiene un conjunto de relatos impecables como "El relojero judío" que alberga una paradoja o "La bestia en su guarida" o "El experimento Wolberg". El prácticamente todos los relatos refulge una ironía elegante y mordaz, como en "Corsini contrariado". La historia de ese consejero títere, abducido por unos alienigenas, es una delicia. de un par de páginas más. Por suerte el autor sabe donde tiene que detenerse. El lector puede seguir imaginando la historia ese par de páginas más. De paradojas e ironía están forjado estos relatos, porque como bien escribió en la parte cuarta de "La memoria de la especie" , titulada, "Bazar": La ironía es el humor de los tristes.
MUNRO, ALICE
La vida de las mujeres
Editorial  LUMEN
La canadiense Alice Munro (Wingham, Ontario, 1931) lleva desde el año 1971, que es cuando se publica este libro, escribiendo relatos al máximo nivel. Duquesa de Ontario en el Reino de Redonda, es una finísima retratista de la complejidad femenina. 
Este ciclo de relatos componen casi una novela a la manera de “Winesburg, Ohio” de Sherwood Anderson. Con él comparte el foco de su narrativa, lo cotidiano como algo insondable. Ambos autores parecen compartir la idea de que en la vida de cualquiera hay un misterio que se resiste a ser resuelto.
Es un ciclo de relatos porque se centran en la pequeña Del Jordan quien guarda muchos puntos de contacto con la propia Munro: crece en un anodino pueblo, descubre el poder iluminador de la escritura y se identifica con su ambiciosa madre mientras rechaza a su padre derrotado. Según la escritora se trata de una "Autobiografia en la forma, pero no en los contenidos".  Para subrayarlo, Alice Munro habla en primera persona por boca de su protagonista.
La historia nos llega desde 1942 y transcurre en Jubilee, un pequeño pueblo de Ontario (Canadá). La protagonista es Del Jordan, una niña inquieta, curiosa y bastante crítica con el mundo que tiene alrededor. Lo cuestiona todo, los principios, las creencias, las relaciones entre ambos sexos, el matrimonio y sobretodo el papel que juega la mujer en su mundo.  A finales de los años cuarenta, la madre de Del manifiesta: “Creo que va a haber un cambio en la vida de las niñas y mujeres. Sí. Pero depende de nosotras que se produzca. Todo lo que las mujeres han tenido hasta ahora ha sido su relación con los hombres. No hemos tenido más vida propia que un animal doméstico”.
Según transcurren los relatos, veremos pasar a Del de la niñez a la juventud, a través de una adolescencia, marcada por dos temas tabúes para la sociedad a la que pertenece, pero determinantes y necesarios: la religión y el sexo. Las conversaciones furtivas, los libros y algunas opiniones diversas le aportarán información teórica y a la vez confusa, pero será su propia experiencia la que le ayudará a encontrar el verdadero sentido.

Entre los numerosos personajes que aparecen, resultan muy significativos sus padres, creando otra disyuntiva en la vida de Del. Su padre es buena persona y gusta a todo el mundo, ama el pueblo, cree en el trabajo, desconfía del hombre de la ciudad y carece de expectativas. En cambio, su madre no es nada convencional, vende enciclopedias, escribe a los periódicos, se pone de parte de las minorías, defiende los derechos de las mujeres, apoya la donación de órganos y es agnóstica: “Dios fue creado por el hombre, no al revés… El hombre creó a Dios a su imagen y semejanza”. Del encuentra en su madre un mundo de análisis serio y escéptico. Hay una conexión constante con ella, a veces desde el desacuerdo. Sin duda Addie Morrison le hace ver a su hija todas las posibilidades que tiene para lograr ser ella misma sin tener condicionada su vida al matrimonio. 
Tal vez el mayor acierto de esta autora canadiense ha sido crear nuevos mundos gracias al flujo poético de su lenguaje, a sus descripciones impresionistas de pinceladas precisas donde no sobra una palabra. Frases cortas, diálogos muy bien trazados, historias que se abren en otras historias y hermosas metáforas que enriquecen la narración. La expresión de un mundo subjetivo que consigue emocionarnos.            Extractos tomados del artículo de Chary Arbolí en InfoLibre.es
MUNRO, ALICE
La vida de las Mujeres   -DEBOLSILLO-
Mi vida querida             -LUMEN-
Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio     -RBA-
Secretos a voces              -RBA-
Amistad de Juventud     -DEBOLSILLO-
Editorial  
Soledad Puértolas dictó una conferencia en la Residencia de Estudiantes el 7 de Mayo de 2.014 y se publicó en El País.   He aquí unos extractos:
"La frase -Una vida inesperada- refleja con fidelidad lo que representó Munro para mí. Esa era la sensación que transmitía mejor que nadie y que en aquel momento, cuando accedí a sus libros, era exactamente lo que necesitaba yo. Leer y expresar eso, las extrañas vueltas de la vida, la intervención del azar, la desaparición de personas, espacios, tiempos, su extraña reaparición. Lo inesperado. Lo lleno de vida. De desconcierto, de dolor, de pesadumbre, de súbitas alegrías, de fugaces éxitos. La magia, la gracia, la redención de la vida está en lo inesperado, en el constante fluir. Los versos de Quevedo:
       Oh, Roma, en tu grandeza, en tu hermosura,
       huyó lo que era firme y solamente
       lo fugitivo permanece y dura”.

Lo fugitivo nos trae lo inesperado. Solo lo que huye, lo que se escapa, lo que se va, lo que crece, lo que cambia, permanece vivo. Lo firme muere, es tragado por las aguas.

Aunque el estilo de Munro parece nítido, hay párrafos muy complejos en los que se entrevén intenciones contradictorias. Hay relatos cuyo final o cuyo sentido último depende de saber descifrar ese o esos párrafos. He leído y comentado con otros lectores muchos relatos de Munro. Son más enigmáticos de lo que puede parece a simple vista. De hecho, son muy enigmáticos. Tanto, que en ocasiones, rozan, incluso, el mismo misterio criminal. Hay relatos que, en un sentido amplio, podrían calificarse de policíacos.
Creo que todos los relatos de Munro son un poco policiacos. El lector lee y, de forma más o menos consciente, va recopilando datos en su mente. Pero siempre hay algo que no encaja, algo que nos desconcierta. Muchas veces, volvemos sobre nuestros pasos, releemos, algo se nos ha debido de escapar. De pronto, todo ha cambiado, ¿qué ha sucedido? Las señales estaban ahí, pero no nos habíamos dado cuenta. Todo está ahí.
En eso consiste, efectivamente, la maestría: en la naturalidad del resultado, en el extraordinario fluir de las palabras, tan plenas de sentido y, a la vez, tan enigmáticas. Son historias intensas, pobladas de grandes emociones, salpicadas de casi insignificantes gestos. Pequeñas emociones, también.
Munro nos lleva a indagar en nosotros mismos, a hacernos preguntas sobre nuestros recuerdos y nuestras trayectorias. Nos relata vidas -vidas inesperadas- y, casi inadvertidamente, nos encontramos rehaciendo el relato de nuestra vida.

Una mujer enamorada, cuya obstinación hace cambiar el curso de la vida de los otros, que jamás hubieran apostado por su felicidad. Una mujer enferma, repentinamente envuelta en una evanescente historia de amor adolescente y descarado. Una joven que desea escapar del sórdido ambiente familiar y comete errores de bulto, pequeñas injusticias de las que más adelante se arrepentirá con un poco de nostalgia. Una viuda desconcertada ante las últimas palabras de su marido y ciertos recuerdos inquietantes. Unos jóvenes que protagonizaron un amor de infancia y que se reencuentran al cabo de los años, con sus vidas hechas y sus posos de dolor y algo de su antigua complicidad intacto. La amiga de una mujer casada que se instala a pasar una temporada en su casa, removiendo los frágiles cimientos de la relación matrimonial. Amigos que se mueren y se llevan con ellos para siempre parte de nuestras vidas. Una historia de amor que termina de forma más abrupta de lo que se hubiera querido y de lo que se desea recordar. Una amiga íntima, casi una hermana, que huye de la casa, y la chica que también se quisiera escapar, búsquedas y huidas diferentes con significativos momentos compartidos. Los amores de la senectud, con nuevos recuerdos y nuevas inocencias. La piedad. Lo inesperado, siempre. El fluir. Las leves sorpresas, los papeles nuevos.
Estos son los personajes que pueblan los relatos de Alice Munro. Sus esperanzas y sueños, sus inquietudes. Mirar hacia fuera, esperar algo todavía, descubrir a los otros. Todo eso lo he aprendido leyendo a Munro. Leyéndola a solas y leyéndola, comentándola, con otras personas.

En los relatos de Munro solemos encontrar momentos clave, momentos reveladores. Y profundos extrañamientos que determinan las vidas de los personajes. En ellos encontramos belleza. Estremecimiento. Emoción. 

En todos los libros de Munro siempre hay uno o dos relatos que la memoria escoge. De todos ellos, mi memoria se queda con Corrie. Una historia que parece decirte algo a ti, que el lector reconoce como suya, aunque, aparentemente, el fragmento de vida atrapada allí no tenga nada que ver con nuestra vida.
Corrie avanza poco a poco, mezcla tiempos, pero cuidadosamente, no busca la confusión, sino los datos perdidos, los datos relevantes para la historia, lo que el lector tiene que saber para una interpretación más completa, más amplia, más justa. Vemos a Corrie con su padre y la leve cojera que marca su destino. Una chica que no se va a casar, que se ampara en la cojera para ser distinta, para ser ella. El enredo amoroso con el hombre casado, que quizá hubiéramos debido prever, nos coge por sorpresa.
¡Siempre la sorpresa en Munro! Pero aún nos aguardan otras, que tampoco imaginamos. Porque estamos dentro del relato y no vemos el futuro. Ni siquiera vemos bien el pasado, a pesar de los datos que rescata, para nosotros, la mano que nos guía. Es una mano que no hace el menor ruido, que no anuncia nada. Sigilosa y firme a la vez. Cautelosa y provocativa. Omite, pero no escamotea.
Llegamos al centro, al corazón del relato, el chantaje de la criada y el procedimiento que permite seguir adelante con la infidelidad matrimonial. Se paga el precio del chantaje poco a poco, una forma de pago que aceptamos como algo natural, sin la menor sospecha.
Pero estamos leyendo un relato policiaco, eso sí podríamos haberlo sospechado. Munro escribe novelas de misterio, eso lo sabemos. Lo que no sabemos es dónde está el misterio, qué dato se nos ha pasado por alto.
Llega la revelación final, esa terrible y lúcida intuición de la trampa, de la sucesión de engaños, una cadena que de pronto se revela frágil, a punto de romperse. Llega el momento de decidir qué hacer con eso, cómo convivir con el dato que lo transforma todo, con la nueva visión de las cosas.
Corrie se va a la cama con la carta todavía inacabada.
Y se despierta temprano, cuando el cielo clarea pero aún no ha salido el sol.
Siempre hay una mañana en que uno se da cuenta de que todos los pájaros se han ido.
Corrie tiene una certeza. Le ha venido a la mente mientras dormía.
No hay ninguna noticia que dar. Ninguna, porque nunca la hubo.
No hay noticias de Lillian porque Lillian no importa y nunca ha importado. No hay ningún buzón de correos, porque el dinero va directamente a una cuenta, o quizá simplemente se queda en una cartera. Gastos generales. O unos ahorros modestos. Un viaje a España. ¿Qué más da? Gente con familia, casa de verano, hijos a los que educar, facturas que pagar: no hay que devanarse los sesos para gastarse una suma como esa. Ni siquiera puede decirse que sea un dinero caído del cielo. No hay necesidad de explicar nada.
Corrie se levanta, se viste rápido y recorre todas las habitaciones de la casa, presentándoles a las paredes y a los muebles esta nueva idea. Hay una cavidad en todas partes, sobre todo en su pecho. Prepara café y no se lo toma. Acaba de nuevo en su cuarto, y descubre que para exponer la realidad en ese momento hay que rehacerlo todo.
(“Corrie”. Pág. 184 del volumen Mi Vida Querida)

A partir de ahora, Corrie se separa del mundo, aunque se aferre a la vida. Se queda sola, aislada para siempre con una verdad no buscada, no deseada, no esperada. Es una forma de vivir. Esa era, a fin de cuentas, la vida que la esperaba. Miramos hacia atrás, y lo entendemos todo a la nueva luz. La cojera le proporcionó la primera coartada para la soledad, todo fue encajando ahí, como parte del cuadro que solo al final podemos contemplar. Se fue trazando poco a poco, día a día. La desconfianza hacia los otros y su necesidad de amar, de intervenir en el mundo. Así seguirá porque así fue siempre. Corrie, al desvelar el misterio, al encararse con el dato nuevo, se descubre a sí misma.

La vida va por un lado y nosotros por otro, pensamos a veces. Pero quizá no sea así. La vida no tiene lados. Nosotros envejecemos, morimos y resucitamos, buceamos dentro de la vida en busca de señales de los otros y de la identidad que a veces se nos pierde. Buceamos y salimos a la superficie, nuevos.
Muchas de las veces que Munro utiliza la primera persona para narrar la historia se refiere, ella misma lo confiesa, a su propia vida. Son recuerdos revisitados -como diría Pessoa-, recuerdos que, en cierto modo, quedan finalmente zanjados, fijados. En Mi vida querida hay cuatro de estos relatos y la autora declara que esto es ya lo último que escribirá sobre su vida. Nos habla de sus padres, de su familia, de las casas en las que ha vivido. Da la impresión de que ha enfocado la luz de la linterna en la noche de su infancia, que ha vivido un viaje en el tiempo, ha contemplado e iluminado escenas confusas, turbias, dolorosas, y luego se ha dado la vuelta. Ha apagado la luz, ha cerrado la puerta.

Y, sin embargo, bien lo sabe Munro, todos son personajes. Alfrida es personaje, el padre es personaje, la narradora es personaje. La literatura trata de personajes. Las personas reales dejan de ser reales. Entran en la literatura y se convierten, inevitablemente, en personajes. Munro pertenece a esa clase de escritores. Los que se ocultan en su literatura en la misma medida en que se muestran. La literatura es su casa, su verdadera identidad.
La famosa frase de Flaubert, “Emma Bovary soy yo”, expresa la literatura de Munro. Uno de los retos de la vida es conocerse; pero para conocerse, hay que salirse de uno mismo de vez en cuando, verse desde fuera. Convertirse en otros personajes, recibir sobre uno mismo la mirada de los otros, la versión de los otros, la construcción de los otros.

Leer a Munro es adentrarse en el mundo original y distinto que cada persona construye. Y descubrir que hay muchas cosas que se nos habían pasado por alto, que merece la pena seguir indagando, seguir viviendo. Nosotros estamos incluidos en el universo de los cambios. Lo inesperado nos aguarda siempre, porque, por muy atentos que estemos, no podemos adivinar qué sucederá en el siguiente momento, el tiempo aún está por hacer, por existir. Y toda vida, en suma, es inesperada."
MUNRO, ALICE
Vista desde Castle Rock
Editorial   RBA
La vista desde Castel Rock nace del interés por recuperar la historia de una rama familiar. Aunque, como ella misma cuenta en el prólogo, los datos reales necesitaron de la armadura de la ficción para tomar forma. La autenticidad, y no la "verdad", era el objetivo.
La primera parte, dedicada a los lejanos parientes escoceses que emigraron a América, es seca y dura como sin duda lo fue la vida de esos personajes. Munro se aleja en parte de la voz a que tiene acostumbrado al lector para adoptar un tono estricto, casi limitado a aportar nombres: de personas, sitios, sucesos, y duras circunstancias. La segunda, sobre la época en que ella había nacido ya, se vuelve fascinante. El libro cobra vida al mostrar, casi sin querer, cómo la historia familiar cristaliza en cada individuo. La mirada de Munro pone en evidencia miserias y desgracias allí donde las hubo, pero renuncia a dictar juicio y, cuando posa esa mirada en su propia vida, es aún más implacable. El recuento se vuelve más feliz a medida que se acerca al presente, insinuando tal vez un sentido de la historia, del progreso, una inevitable mejora de las condiciones de vida. Pero en ningún momento se desprende del pasado: una ley más biológica que literaria indica que todo aquello del pasado que somos capaces de nombrar habita en nosotros. Incluso los muertos. Acaba Munro afirmando que ciertos objetos le permiten "descubrir el tremendo latido de mi propia sangre". Gracias a su rigurosa escritura, la experiencia se vuelve compartible.    (ENRIQUE DE HÉRIZ, en El Periódico)
MUNRO, ALICE
Mi vida querida
Editorial   LUMEN
Su última colección de cuentos recibió el Trillium Book Award for Dear Life. Munro vuelve a los paisajes rurales y oscuros que combinan el gótico americano de Carson McCullers y la falsa sencillez de Raymond Carver, maestros espirituales de Munro junto con Chejov. Cierra además con unas páginas autobiográficas – lo último que tengo que decir acerca de mi propia vida– de las que dijo Antonio Muñoz Molina que "exigen una lectura que no es la de la prosa sino la de la poesía", una revelación "de algo que no se agota porque está en las palabras y un poco más allá de ellas".
"Solemos decir que hay cosas que no se pueden perdonar, o que nunca podremos perdonarnos. Y sin embargo lo hacemos, a todas horas". Así cierra la escritora canadiense el último de sus cuatro relatos autobiográficos, 'Vida querida', que a su vez cierra este precioso volumen que, sin esfuerzo, podría haberse titulado 'Sin perdón'. ¿Qué es lo que hacemos? ¿Perdonarnos o cometer pecados, cosas imperdonables? Munro no fue al funeral de su madre, con la que mantenía una relación compleja, contradictoria. Y del mismo modo imperdonable, en 'Llegar a Japón' la protagonista se acuesta con un hombre al que acaba de conocer dejando sola a su hija en el compartimento del tren que las conduce a Toronto; en 'Amundsen' una maestra sigue enamorada del médico que la sedujo y la abandonó cuando estaban a punto de casarse; en 'Orgullo' un contable con labio leporino prefiere vender su casa a admitir que está enamorado y no puede superar sus complejos; y en 'Tren' un padre decide suicidarse cuando descubre que se siente atraído por su hija.
Si no fuera porque sus cuentos son crudos y huyen del sentimentalismo como de la peste, cualquiera diría que Munro es una moralista. Que cree que quien la hace, la paga. Pero no, no se trata de eso: se trata de hablar de la imposibilidad de romper con nuestro destino a pesar de que nos peleemos con él. Se trata, en fin, de aceptar que el amor nos hunde y nos reflota a un tiempo; de asumir que sufriremos y haremos daño por igual, y que en eso se reafirma la naturaleza humana.
Siempre hay un momento violento, arisco, brusco, que nos informa de que la narradora sensible que hay en Munro percibe el mundo fijándose en sus notas asonantes o en sus gestos de desafección. Es entonces cuando la vida aparece en todos sus matices, ridiculizando a los hombres que se creían en control de la situación ('Santuario') o decepcionando a las mujeres que quizás esperaban más de ella, o de sus hijas (la propia madre de Munro). Todo ello servido con una cadencia entre lenta e impaciente, la justa para que el lector disfrute con una comparación o un adjetivo inesperado, y también para que vea colmadas sus expectativas cuando el misterio, en la última página, abre la puerta del relato a un futuro más misterioso aún.
Extractos tomados del artículo de Sergi Sánchez en El Periódico.

MUNRO, ALICE
Escapada
Editorial   RBA
He aquí una mujer que dice: "Me muero. Me muero si no tienen listo el vestido". Se llama Robin y hace cinco años que, en verano, viaja hasta Stratford para ir al teatro. Un día pierde el bolso, pero encuentra a un hombre que pasea a su perro y que le presta dinero para tomar el tren de vuelta a casa, aunque antes la invita a cenar. Se llama Danilo, es relojero y yugoslavo. Robin se enamora de él y espera con ansia durante un año para volver a verlo. Danilo sólo le pide que se ponga el mismo vestido verde. Cuando, pasado ese tiempo, Robin va a su relojería, él la mira con desprecio y, sin más explicaciones, le cierra la puerta. Cuarenta años después, la protagonista del relato averiguará por qué su recato de jovencita de provincias la alejó de algo que podría haber cambiado su vida. 'Desencuentro', uno de los más espléndidos relatos de este volumen cuenta la distancia que existe entre el deseo y la decepción, trecho a menudo creado por las perversas maniobras del azar. Esa distancia también es la que separa a las palabras de su auténtico significado, o lo que es lo mismo, a las apariencias de las emociones que ocultan. 
Si 'Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio' confirmó a Munro como maestra del relato corto, con el nombre de Anton Chejov sobrevolando su prosa transparente y minuciosa, 'Escapada' aumenta su radio de acción. Ahora Munro no sólo describe vidas rotas con sueños imposibles, con su homenaje a todas las mujeres que se arrepienten de haberse resignado a soportar el dolor del confinamiento cotidiano, con su natural tendencia a las epifanías. Ahora es la brusquedad del destino -con accidentes y cambios- la que trunca las historias de sus heroínas, introduciendo así un nuevo elemento narrativo en su obra, el suspense. Lejos de banalizar sus cuentos, les otorga una fuerza que contrasta con la modestia de su estilo, siempre fiel al detalle y fina en los diálogos. 
'Destino', 'Pronto' y 'Silencio' comparten la misma protagonista, Juliet, (adaptados por Pedro Almodóvar en su reciente película Julieta) y resumen a la perfección este sentimiento de abrumador desconcierto que sufrimos las personas, debatiéndonos entre la metamorfosis y el miedo a la metamorfosis. Sentimiento que describe con la precisión de alguien que no se reprocha nada, que ha asumido sus propias mutaciones.     (Reseña tomada de Sergi Sánchez en El Periódico)
MUNRO, ALICE
Demasiada felicidad
Editorial   LUMEN
En este volumen de diez relatos se puede decir que encontramos el universo de Munro y algo más. Aquí se reúnen personajes portadores de culpa, dolor y remordimiento. La autora explora el eterno femenino sin hacer concesiones de género. En muchos relatos las mujeres salen mal paradas: a menudo no saben calibrar la distancia entre lo que esperan de la vida y lo que van a recibir. O a veces explican, vagamente indiferentes, un hecho terrible que escandalizaría a muchos. Son más inteligentes que los hombres, más apasionadas y más peligrosas. Incluso en el memorable relato 'Cara', narrado desde un punto de vista masculino, la mujer aparece como la oportunidad perdida, la que tomó la sartén por el mango marcándose el rostro a cuchillo para parecerse más a su objeto amado, que nació con un antojo. 
Infanticidios, envenenamientos, robos, automutilaciones, suicidios, ... la galería de personajes y aflicciones es muy radical: una mujer que visita en la cárcel a un marido que le mató a sus tres hijos; una viuda que abre la puerta a un asesino; una madre que reencuentra a un hijo tras años sin tener noticias de él; dos mujeres que comparten un recuerdo inconfesable de cuando eran niñas... Todos ellos arrastrando decisiones o recuerdos que les marcaron la vida, sobreviviendo al desastre, sobreponiéndose a la adversidad como sólo saben hacerlo los personajes nada heroicos. Hay momentos en los que el lector siente que se le hiela la sangre. Sin estridencias, en apenas una frase que a menudo pasa desapercibida en una primera lectura, Munro ofrece una clave que dará luz a la historia. No son cuentos para el lector desatento. Es una escritura engañosa en su sencillez, bella y extraña, que exige una entrega en la lectura y, a menudo, una relectura para entender más hondamente lo leído. Dijo un crítico canadiense que Alice Munro "inventa la realidad". En este caso ha inventado o dado luz a una realidad sombría: "Espero que los lectores no encuentren estos relatos muy lúgubres, pero la vida casi siempre es dura". Los amantes de la literatura de Munro no esperamos otra cosa que su mirada, realista en el sentido más noble, universal como sólo pueden serlo las historias locales, cruda y siempre misteriosa.Pero es curioso que el menos munroniano de todos los relatos es el que da título al libro. Es la historia de una matemática y novelista rusa de últimos del XIX, Sofía Kovalevski, que Munro encontró por azar y de la que quedó prendada. Aunque el paisaje es ajeno a Munro, la escritora pone en boca de Sofía uno de esos pensamientos que a menudo asaltan la mente de las mujeres de sus cuentos: "Cuando un hombre sale de una habitación deja todo detrás, cuando lo una mujer lo hace lleva todo lo ocurrido en esa habitación con ella."
Extractos tomados de Elvira Lindo en El País.

MUÑOZ RENGEL, JACINTO
De mecánica y alquimia
Editorial  SALTO de PÁGINA
Maravilloso libro de relatos fantásticos donde no falta la intriga ni una fértil imaginación. Un pequeño tesoro en la literatura española. El volumen incluye libros cuyos misterios asesinan o matemáticos y relojeros que como Prometeo roban el fuego áureo. Todo ello en escenarios como el Toledo de los reinos de Taifas o la ciudad de Praga, ahita de enigmas. 
El libro atesora cuatro piezas magistrales como son El libro de los instrumentos incendiarios, Lapis Philosophorum, El relojero de Praga y Te inventé y me mataste, además de otras de una clara invención.
La maldición de Zweiss abunda en el tema de la mansión y las sagas familiares malditas. 
El faro de las islas de Os Baixos, reproduce en un escenario remoto la desaparición de la línea que separa a los seres reales de los fantasmas.
También  asoma la ciencia ficción en Brigada Diógenes donde la brigadas policiales persiguen moradores y viviendas atacados por el famoso síndrome; Pasajero 1/1 o Te inventé y me mataste que recuerda al magnífico cómic The surrogates de Venditti y Wendele.
Reseña en este blog
MROZEK, SLAWOMIR
- Juego de azar -
- Dos cartas -
- El árbol -
- La mosca -
- El elefante -
Editorial ACANTILADO
Patricio Pron, en Letras Libres  nos desvela las claves de Mrozek en un esclarecedor estudio titulado "En principio sí: siete notas sobre Slawomir Mrozek":

"UNO. Un oyente llama a una cadena de radio de la antigua Unión Soviética y pregunta: “¿Es verdad que Grigori Grigoriewitsch Grigoriew ha ganado un automóvil en el campeonato de obreros de Moscú?” La respuesta oficial es “En principio sí; pero, primero, no fue Grigori Grigoriewitsch Grigoriew sino Wassili Wassiljewitsch Wassiljew; segundo, no fue en el campeonato de obreros de Moscú sino en el festival del deporte de la granja colectiva de Gamsatschiman; tercero, no fue un auto sino una bicicleta; y, cuarto, no es que la ganó sino que se la robaron.” 
A pesar de su brevedad, la historia caracteriza muy bien el divorcio entre las palabras y su significado, que es característico de los regímenes totalitarios. (...)
A ese humorismo soviético le debemos algunos grandes chistes (“¿Por qué se ha encarecido tanto la vida en la URSS? Porque ha dejado de ser un artículo de primera necesidad”), (...) de ese humor y de esa necesidad surge la obra de Sławomir Mrożek.
DOS. Mrożek nació en la localidad polaca de Borzecin en 1930 en el seno de una familia católica y su adolescencia transcurrió durante la Segunda Guerra Mundial. (...) Su prestigio internacional como dramaturgo se debe a obras como En alta mar, Strip-tease (ambas de 1961) y, especialmente, Tango (1965); excepto por estas tres, la totalidad de sus 42 obras de teatro permanece inédita en español. Mejor suerte ha corrido su narrativa, que Acantilado viene publicando desde 2001 en los volúmenes de relatos aquí referenciados. (...) Mrożek debió abandonar Polonia en 1963 y vivió en el extranjero hasta 1997. En 2003 le fue otorgada la Legión de Honor del gobierno francés. (...)
TRES. “Existe algo humillante y restrictivo en un autor que hipoteca su creación solo porque hay alguien que le golpea y que le oprime”, afirmó el autor polaco en una ocasión. Sin embargo, buena parte de su obra parece funcionar como una reacción a esa opresión y tiene como tema el comportamiento humano bajo las condiciones de alienación y abuso de poder de los sistemas totalitarios. A pesar de que su obra es vinculada recurrentemente con el teatro del absurdo, cuyas principales características fueron enunciadas por el crítico teatral Martin Esslin en 1961, Mrożek nunca parece haberse sentido cómodo en la compañía de autores como Samuel Beckett, Eugène Ionesco, Harold Pinter y Jean Genet. (...)
CUATRO. A pesar de sus objeciones al término, sin embargo, las piezas que Mrożek escribió durante la década de 1960 parecen adherirse fácilmente al teatro del absurdo, en el sentido de que los incidentes que narran carecen principalmente de lógica y no se integran a ninguna narrativa articulada, sus personajes no poseen motivaciones racionales y el mundo narrado tiene el carácter de una pesadilla. 
Un ejemplo de ello puede encontrarse en su pieza En alta mar, en la que tres hombres (Mały, Średni y Gruby; literalmente, el Pequeño, el Mediano y el Gordo), que han encontrado refugio en un bote tras un naufragio pero carecen de provisiones, discuten acerca de cuál de ellos debe ser comido por los otros dos; la absurda conversación que sostienen en torno a cuál es la solución más “justa” al problema, no solo sirve para demorar la misma sino también para revestirla de un supuesto carácter racional a pesar de no ser más que el resultado de la ley del más fuerte. El descontento de Mrożek con esta atribución parece provenir del hecho de que el humorismo absurdo de su obra no surge de una adhesión explícita al existencialismo sino de una reflexión personal en torno a las condiciones específicas de vida en Polonia durante el comunismo. (...)
CINCO. En ese sentido, quizás el origen del humorismo absurdo de la obra, no solo dramática, del autor de En alta mar deba encontrarse en el hecho de que Mrożek comenzó su carrera como escritor en la redacción del periódico Dziennik Polski, para el que escribió, entre 1950 y 1954, artículos que solían conformar las demandas de un periodismo ideológicamente correcto y constructivo a tono con esos tiempos de construcción del socialismo. No está claro que Mrożek se haya sentido realmente cómodo con esa tarea, pero lo que sí está claro es que la obligación de disimular las carencias, no solo materiales, de la sociedad polaca de posguerra mediante un lenguaje monopolizado por el Estado, parece haber sido fundamental en la constitución de su estilo. La obra narrativa del escritor polaco tiene como tema subterráneo la existencia de contradicciones y opuestos que el Estado totalitario disimula mediante un hábil uso del lenguaje. Este uso subvierte los términos antitéticos de razón y sinrazón, cultura y naturaleza, tradición y progreso, orden y desorden, abundancia y carestía, progreso y atraso, ficción y realidad, adecuándolos a los fines de perpetuar el régimen que les da origen, y Mrożek tiende a hacer lo mismo con fines satíricos. Así, en su historia “La evolución del ciudadano”, el director de una estación meteorológica es reprendido por las autoridades, que lo acusan de “parcialidad”, “un tono pesimista” y “derrotismo” por informar de lluvias persistentes poco antes de la cosecha; al regresar a su casa decide adecuar sus informes a lo que se espera de él. 
“La lluvia ha cesado por completo, aunque, de hecho, lo que se dice llover nunca ha llovido”, escribe; a partir de ese momento, vende los aparatos de medición y se da a la bebida. (...)
SEIS. Un chiste muy popular en la Unión Soviética enumeraba los cinco preceptos a los que los escritores nativos debían atenerse: “No piense. Si piensa, no hable. Si piensa y habla, no escriba. Si piensa, habla y escribe, no firme. Si piensa, habla, escribe y firma, después no se queje.” Mrożek encontró en ese marco la posibilidad de escribir una literatura realmente política y a su vez eludir a la censura mediante el recurso de arrebatar al Estado totalitario su uso monopólico de la palabra; operando como un Estado productor de ficciones, Mrożek reveló que solo mediante una violencia brutal sobre el lenguaje podían disimularse los contrastes que presidían la vida cotidiana bajo el comunismo y las contradicciones evidentes entre las motivaciones internas y externas de los actos de los ciudadanos soviéticos (al respecto existe un gran chiste de la época: “El secretario del politburó pregunta a su subalterno en una reunión: ‘Camarada Rabinovich, ¿tiene usted alguna opinión en relación a este tema?’ ‘Tengo, pero no estoy de acuerdo con ella’, responde Rabinovich”). 
(...) Al sentirse despedazado él mismo, Mrożek decidió convertirse en un espejo roto de la realidad fracturada del socialismo en Polonia. Este espejo roto empezó a reflejar la vida polaca en sus docenas de formas fragmentadas, en su lenguaje ridículo, en su comportamiento del revés y en el absurdo de vivir en un cubo de basura que la propaganda definía como la alegría de construir una patria socialista”.
SIETE. Uno de los mejores relatos de Mrożek es “La petición”. En él, un anciano indigente escribe una solicitud a las autoridades para que le otorguen poder sobre el mundo; lo absurdo de su pedido se ve aumentado por el puñado de argumentos ridículos con los que lo justifica y revela su impotencia física y mental, pero también expresa uno de los temas centrales en la obra de su autor: la disociación entre la realidad y lo que se dice y se piensa de ella que aparece en el “en principio sí” con el que comienzan muchos chistes soviéticos. En realidad, el anciano del relato no desea obtener un poder universal sino simplemente recuperar el control sobre su vida y sobre el lenguaje con el narrar su propia experiencia, que le ha sido arrebatado por el Estado al que ahora recurre. (...) Al leer a Mrożek sentimos la tentación de reír, pero nuestra risa es una de ansiedad y amargura ante lo que un Estado totalitario puede hacer con sus ciudadanos, y en esa constatación hay un recuerdo pero también una advertencia para los tiempos por venir. ~"
MROZEK, SLAWOMIR
La vida difícil
Editorial ACANTILADO
Mrozek se aproxima a la condición humana con las herramientas de lo satírico y el absurdo. Tan corrosivo como ácido, evita sin embargo la solemnidad. En sus relatos encontramos ferocidad irónica y sarcástica tanto hacia el sistema estalinista que marcó su juventud como el sistema capitalista que actualmente le acoge. En "Una charla sobre la historia contemporánea" a un general le regalan un mono y el mono, al final, suplanta la figura del general. Esta colección también incluye desternillantes revisiones de cuentos populares, como Caperucita Roja o la Bella Durmiente, o nuevos simbolismos, casi sin moraleja, para conocidos personajes de fábulas de Esopo. Pero el relato más famoso del volumen es "Revolución", un par de páginas que reflejan en todo su esplendor la idiosincrasia y el cosmos literario de este autor: 
En Revolución un hombre insatisfecho por el orden y la monótona disposición de los muebles de su habitación y para hacer más interesante su cotidianeidad, se decide a cambiarlos de lugar. Siente que así, él mismo podrá renovarse y que esa transformación supondrá la renovación de su propia existencia. Los brutales sistemas totalitarios, el experimentalismo artístico, el incorformismo y el absurdo: un montón de referencias afloran entre los huecos de los muebles. Incluso cuando el armario bloquea el acceso a la cama, nuestro hombre toma la decisión de dormir de pie dentro de él, un sacrificio absurdo y doloroso: "Esto sí era ya un acto revolucionario".
Reseña en este blog.

MURAKAMI, HARUKI
Sauce ciego, mujer dormida
Editorial  TUSQUETS
Sauce ciego, mujer dormida está compuesto por veinticuatro relatos donde aflora la ambigüedad y se desdibuja la línea que separa el sueño de la vigila. Los personajes afrontan el dolor y la soledad mientras buscan el remedio del amor. 
Murakami nació en Kioto en 1949, estudió literatura y teatro griegos en la universidad. Los relatos que incluye el libro fueron escritos entre 1981 y 2005. Se puede decir que hay tantos registros como cuentos, algunos de los cuales constituyen la génesis de futuras novelas, como es el caso de La luciérnaga o Los gatos antropófagos, origen de Tokio Blues y Sputnik, mi amor respectivamente. 
Soy incapaz de sentir interés por novelas que no causen desconcierto a los lectores”, ha llegado a decir el autor y bien que lo aplica en sus libros. Murakami orienta su mirada a las zonas inquietantes de la vida, allí donde afloran las torturas interiores de los personajes e incluso en muchas ocasiones lo onírico. Sus personajes siempre son peculiares y viven en atmósferas intensas y enrarecidas. En toda la obra de Murakami está presente lo inusual, la soledad y las resonancias del azar, como en la anécdota propia que dio a conocer en una ocasión: Un día se encontraba en una tienda de discos viejos y tuvo la suerte de hallar un pequeño tesoro con una pieza poco conocida titulada 4 menos diez. Al salir de la tienda alguien le pidió la hora y él se la ofreció después de mirar el reloj... las cuatro menos diez en punto. 
En la narrativa de Murakami son constantes las referencias al jazz, la música pop y la literatura occidental. Su estilo es muy absorbente (o cargante para algunos) y se basa en largas digresiones, prolongados flujos de conciencia y detalladísimas descripciones. Otra constante es la soledad. La mayoría de sus personajes viven solitarios en la gran ciudad y aunque algunos logren contactar con el otro, este otro suele ser la puerta a otra dimensión desconocida.

Uno de los cuentos más sintomáticos del volumen es el titulado “La tía pobre”, escrito a comienzos de los 80. “En todas las bodas hay una tía pobre que apenas se la presentan a la gente, apenas si conversan con ella”. Cuando el protagonista carga con la tía pobre nadie quiere acercársele porque esa mujer, ese “fantasma”, genera los peores recuerdos o, sencillamente, deprime. Antítesis de un Japón lanzado hacía el futuro, la tecnología y el consumo, “la tía pobre” representa una rémora del pasado del que hay que prescindir. Aunque sin duda el cuento que abre el volumen y con el que comparte título es el mejor, un relato de la cotidianeidad fantástica que rodea la existencia. El personaje principal realiza un viaje en autobús hacia el pasado, acompañado por un primo lejano que sufre sordera. Se dirigen a un hospital por un problema del oído. Con asombro, casi con miedo, el personaje presiente que todo aquello ya es un recuerdo, sólo la certeza de saber que es un ilusión lo ancla con misericordia a la esperanza de que nada cambiará, que ese instante robado a la imaginación no le pertenece. La literatura, hasta en sus estratos más superficiales, araña con sus filos cualquier tapón que detenga a la memoria.

MURAKAMI, HARUKI
El elefante desaparece
Editorial  TUSQUETS
Un hombre que se obsesiona con la insólita y misteriosa desaparición del elefante de un zoológico, un abogado desempleado que recibe el encargo de su mujer de encontrar a su gato, una pareja de recién casados que deciden atracar un McDonald s en plena noche, una curiosa digresión sobre los canguros, un enano diabólico que baila, un joven empeñado en burlarse de su futuro cuñado, un pirómano confeso... Los protagonistas de todos los relatos que componen este volumen esperan algo. Un accidente, un hecho azaroso. Al contrario que esta obra, donde nada, absolutamente nada, queda al azar. Alternando paginas inquietantes e hilarantes, El elefante desaparece es una prueba mas de la capacidad de Murakami para cruzar la frontera entre lo cotidiano mas realista y lo fantástico, transformando así la trivialidad de nuestras vidas. Una maravillosa muestra del talento narrativo de Murakami que nos abre las puertas a otras realidades y nos lleva de la mano a mundos fantásticos."

MUTIS, ALVARO
Relatos de Mar y Tierra 
Editorial  DEBOLSILLO
De todos es conocido que Mutis es el afamado autor (Premio Cervantes, Premio Príncipe de Asturas) de la saga de siete novelas de Maqroll el Gaviero, ese paradigma lírico del fracaso y la desesperanza. Estos Relatos de Mar y Tierra reúnen la totalidad de la narrativa breve de Mutis. El autor colombiano, de quien García Márquez no se cansaba de decir que escribía mejor que él, ha conjugado como pocos vitalismo, dandismo y precisión intelectual. Su primer libro de relatos se remonta a 1960, Diario de Lecumberri, donde tamiza -hasta convertirlas en una ficción desolada pero luminosa sobre la condición humana- sus experiencias en la cárcel mexicana conocida como el Palacio Negro. En La mansión de Araucaíma sugiere un drama gótico en una hacienda cuyos habitantes se desenmascaran al ritmo de una prosa sensual y feroz. Con los relatos finales de La muerte del estratega, el autor Mutis interpreta con maestría los momentos finales de personajes históricos como Napoleón Bonaparte o Bolívar. Por su parte, en Los textos de Alvar de Mattos, así como en los Intermedios, nos regala una serie de juegos lúcidos sobre las hebras de la historia. El libro se cierra con Un rey mago en Pollensa, relato inédito en el que Mutis evoca, a modo de epílogo vital y literario, un episodio perdido de Maqroll el Gaviero.

MUZZIO, DIEGO
Doscientos canguros
Editorial  ENTROPÍA
En los siete cuentos de este libro de Diego Muzzio (Buenos Aires, 1969) no sólo hay canguros, tambkién desfilan leones, tortugas, ballenas… Los animales aportan su presencia concreta, pero también ofrecen un símbolo enigmático, o encarnan una fantasía infantil, o dan pie para el absurdo.
El absurdo, precisamente, prevalece en “El Hombre Neutral”, donde una invasión de conejos inutiliza una pista de aterrizaje; la situación reaparecerá de soslayo en otros cuentos, como un divertido cruce argumental.
 “Los discípulos de Buda”; de sesenta páginas y corte realista, tal vez sea el mejor cuento del libro. Una familia se resquebraja por el enloquecedor talento ajedrecístico de uno de los hijos, y por la ambición paterna de aprovecharse de ese talento, y por las arbitrariedades más tenebrosas de la historia argentina. Con cameos de Bobby Fischer y Miguel Najdorf, el cuento sigue dos líneas temporales en una trama casi cinematográfica, que gambetea todo lo previsible. Lo sigue “El caza Zero”, una variación más acotada de “Los discípulos…”. Su encierro inicial lo propician una tintorería esclavizadora y la represión emocional de una familia japonesa.
“El cielo de las tortugas” amplia el juego. Primero, en lo formal: en vez de un narrador único, el cuento alterna monólogos que componen un dilema moral alrededor de la enfermedad terminal de una niña. Y segundo, en lo temático: porque en ese coro aparece una madre que equilibra la preeminencia paterna, tan marcada en los cuentos anteriores, donde ellas estaban casi elididas.
Otro cuento memorable, “Caballo en llamas”, articula una historia de amor y la Guerra de Malvinas. Aquí un padre que buscaba perjudicar a su hijo, lo empuja por un camino peligroso, que sin embargo el hijo, con los años, agradece, aunque no sin pagar un alto precio.

El cuento “Doscientos canguros” abre con una cita de Murakami cuya fuente parafrasea a Salinger; la lectura íntegra del relato reafirma la sospecha de que Salinger sería su verdadero modelo tutelar. La escena de una madre (en una casa junto a un lago) tratando de averiguar por qué está enfurruñada su hija recuerda aquella otra de “En el bote”, salvo que aquí la ternura materna nunca llega para aliviar el disturbio emocional. A su modo, la niña —una vez más— le endosará esa frustración a su hermana.
Cierra otro relato coral, “La estructura de los mamíferos”, cuyas primeras diez líneas constituyen uno de los inicios más potentes de la cuentística argentina reciente (y, de paso, nos presentan a la madre más patética de todo el libro).
La cohesión temática, la fluidez del estilo, su lenguaje contemporáneo y una buena paleta de recursos narrativos hacen de Doscientos canguros una experiencia de lectura más que recomendable.Extractos tomados de la reseña de Martín Cristal  en el blog ElPezVolador

NABOKOV, VLADIMIR
Cuentos completos
Editorial ALFAGUARA
Nacido en San Petersburgo en 1899, de familia acaudalada, a los 19 años tuvo que partir al exilio al estallar la revolución bolchevique. Después de cursar estudios en el Trinity College de Cambridge, se tuvo que ganar la vida con sus cuentos y con clases particulares de tenis. Como entomólogo, clasificó una variedad nueva de mariposa a la que bautizó con su nombre, como gran aficionado al ajedrez publicó un libro de concienzudos problemas. Nabokov alimentó toda su vida una intensa nostalgia hacia sus primeros años. En un baile de disfraces conoció a Véra Slónim, con quien se casó y tuvo su único hijo, Dimitri (prologuista de este volumen de cuentos. En 1940 desembarcó en Norteamérica con su esposa judía y su hijo huyendo de nuevo del horror, en este caso nazi. Allí impartió clases de literatura en varias universidades, fruto de las cuales son sus dos volúmenes de ensayos, Curso de literatura rusa y Curso de literatura europea, dos guías de lectura muy recomendables.
El volumen contiene sesenta y cinco cuentos, fruto de cuarenta años de una escritura armoniosa, sutil y profunda. Nabokov adoraba la forma y en sus páginas refulge la profundidad de sus ideas y la sutileza psicológica. Sus cuentos sirven como complemento de su obra mayor, y para corroborar que sus cantos nacen de los mismos manantiales que sus relatos y modifican poco su espíritu. Ya sea en verso o en prosa, su escritura se nutre de la misma reserva de emoción, Rusia perdida, niñez, bosques de abetos, trenes nocturnos, tiempo disuelto en imágenes temblorosas, huellas de luz, redes de lluvia, desarraigo existencial y mariposas aleteando alrededor de su lámpara, todo ello atravesado por un omnipresente y en ocasiones perturbador sentimiento de pérdida. Muchos de sus poemas evidencian que, incluso antes de perderlo todo, Nabokov ya lo echaba de menos.
Respecto de sus novelas, sus cuentos ganan en precisión. Son maquinarias perfectas. En cualquier Nabokov está todo Nabokov. Pleno, íntegro, saturado. Los cuentos recogidos en este volumen abarcan todas sus épocas. Algunos de estos cuentos tienen ochenta años y parecen escritos ayer. 
Otro acierto de esta edición consiste en haber mantenido las notas introductorias que Nabokov escribió para sus relatos, que además de proporcionar abundante información acerca del ajetreo de idiomas, traducciones y retraducciones entre el ruso, el inglés y el francés, que sufrieron algunos de estos cuentos hasta alcanzar su versión definitiva, son una buena muestra del ingenio chispeante y malicioso del maestro, así como de esa suave chifladura que brilla en todo cuanto tocó. 
Estos cuentos extraen belleza a través del sufrimiento y la calamidad, como si sólo las lágrimas fuesen capaces de fabricar arcoíris. Los cuentos de Nabokov son hermosas pesadillas, radiantes cataclismos de sorprendente filigrana compositiva servidos a través de elegantes concentrados de dolor, risa nerviosa y nostalgia desgarradora. En ellos el espacio y el tiempo juegan al escondite.
Más que ficciones, lo que Nabokov prodigó incansablemente a lo largo de cerca de seis décadas de vida creativa, son objetos artísticos, inquietantes miniaturas de casi insultante perfección formal aureoladas por un fulgor iridiscente de linterna mágica. En ellos hay infancia y muerte, sensualidad y locura, azar y predestinación, éxodo y ajedrez. Y hay, sobre todo, el que es el gran tema de sus textos y al que vuelve una y otra vez, con obsesión recurrente: la textura del tiempo, los infinitos pliegues y espirales del tiempo, las concatenaciones absurdas o milagrosas o emocionantes con que el destino gusta de entretenerse y divertirse a costa de los mortales, y que convierten cada minuto de existencia sobre la tierra, cada instante, este instante, en un latido mágico.
Esta entrada contiene extractos tomados del artículo de Eloy Tizón en RevistadeLibros.com
NAVARRO, HIPÓLITO G.
La vuelta al día
Editorial PÁGINAS de ESPUMA
Hipólito G. Navarro (Huelva, 1961) es autor de los libros de relatos El cielo está López (1990), Manías y melomanías mismamente (1992), El aburrimiento, Lester (1996), Los tigres albinos(2000) y Los últimos percances (2005, edición conjunta de los dos libros previos, Premio Mario Vargas Llosa NH a mejor libro publicado), y de la novela Las medusas de Niza (Premios Ateneo de Valladolid 2000 y de la Crítica andaluza 2001). Con la antología El pez volador (Páginas de Espuma, 2008), preparada por el escritor Javier Sáez de Ibarra, recibió el Premio El Público de Narrativa 2009, otorgado por los periodistas culturales de Andalucía.
La vuelta al día apareció en 2016 tras doce años de silencio. El título elegido para este libro es un homenaje a Julio Cortázar, un autor del que Navarro declara: "Escribo libros porque leí sus cuentos". La impresión de batiburrillo de textos no desmerece el volumen y viene justificado en un prólogo que se convierte en un texto central. Las cinco secciones en que agrupan una veintena de relatos alternan extensiones -desde la minificción hasta el cuento largo- y técnicas muy heterogéneas. Hay historias de amor, aproximaciones al mundo del arte y reflexiones sobre el paso del tiempo. La composición siempre es ingeniosa (hay cuentos circulares y anécdotas truncadas y desconcertantes) y la prosa autoconsciente. El humor siempre está presente en la obra de Navarro, sobretodo acompañando a una mirada incisiva sobre la condición humana. 
El autor ha señalado que algunos de los últimos textos de “La vuelta al día” son de marcado carácter autobiográfico, alguno de ellos casi una confesión, y ha asegurado que es posible que este libro contenga los últimos relatos que escriba y que lo que haga en el futuro vayan más en la línea de esos últimos “textos”, como él mismo los denomina.

NAVARRO, HIPÓLITO G.
Los últimos percances
Editorial SEIX BARRAL
Hipólito G. Navarro es bien conocido como cultivador de cuentos. Lo acreditan cuatro volúmenes de relatos breves publicados entre 1990 y 2000.
El presente volumen recoge dos libros de relatos ya publicados -El aburrimiento, Lester (1996) y Los tigres albinos (2000)-, a los que se añade uno nuevo, que da título al conjunto. Aquí encontraremos a un niño esquimal se pregunta en un iglú qué demonios será un rincón; un oficinista entretiene sus días en un Caribe en miniatura, una bañera repleta de bichos y plantas; un científico tiene un bote de cristal lleno de moscas colgado del techo para apalearlo en los malos momentos, otro descubre que, escoja el libro que escoja, hay un tipo en la cola del paro que siempre lee lo mismo que él...
Se diría que el autor onubense ha pretendido con sus relatos mostrar la infinita plasticidad del discurso narrativo que denominamos cuento para albergar toda clase de estructuras formales, desde la historia abreviada hasta el esquemático microrrelato, desde el relato elusivo de una existencia gris hasta la narración que bordea los límites del poema en prosa, desde la reproducción magnetofónica del discurso oral (“El melómano”) hasta la creación de un lenguaje inventado (“Gadir, Gades...”). El cuento es, en manos de Hipólito G. Navarro, un campo de continua experimentación, lleno de tentativas diversas, muchas veces sorprendentes, y un ejemplo contundente de que lo artísticamente decisivo no es lo que se cuenta, sino el modo de contarlo.
En Los últimos percances, el nuevo libro incluido en este volumen, el autor parece haberse desasido por completo de las huellas de autores que, como Cortázar, eran aún perceptibles en los primeros títulos. Es admirable la libertad creativa con que el narrador afronta cada relato, empezando por el que da título al conjunto, espléndida muestra del uso de la alusión en el relato breve, que en casos como éste exige del lector una lectura atentísima de cada palabra, de cada información, por irrelevante que parezca, porque será el mismo lector el encargado de completar una historia sólo sugerida con extremada sutileza. Es habilísima la mezcla de tiempos en el discurso de “27/45” -uno de esos cuentos desoladores que encierran, comprimida, toda una existencia-, mientras que otros, como “La cabeza nevada” o “Meditación del vampiro”, juegan con la incógnita del narrador para provocar la sorpresa en las últimas líneas.
La misma técnica constructiva se aplica, con mayor complejidad, a otro relato excelente, titulado “Que salga el del salami”. Un simple jugueteo lingüístico, como una de las bromas poemáticas de Jacques Prévert, lo constituyen las tres líneas de “Isósceles”, de igual modo que la función puramente lúdica del lenguaje está ya presente en el título “La mar se yesa”.
Extractos tomados del artículo de Ricardo Senabre en ElCultural.com

NAVARRO, ELIVRA
La isla de los conejos
Editorial RANDOM HOUSE
Elvira Navarro (Huelva, 1978) estudió Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado dos libros complementarios, La ciudad en invierno (Caballo de Troya, 2007) y La ciudad feliz (Literatura Random House, 2009), así como la novela La trabajadora (Literatura Random House, 2014). En 2010 fue incluida en la lista de los 22 mejores narradores en lengua española menores de treinta y cinco años de la prestigiosa revista Granta.
Con ‘La isla de los conejos’ -cuyo título original iba a ser ‘La habitación de arriba’- Navarro se sumerge en la fantasía, la rutina y el terror deambulando por los perturbados laberintos de la mente.
En uno de los relatos, la autora dice esto de uno de los personajes: «Lo que realmente sucede no importa tanto, o importa solo porque sus temores se encarnan». Éste es el quid del libro. Los relatos van cobrando vida como proyecciones que sus protagonistas tienen sobre la realidad, una especie de fantasía o delirio. 
Los once cuentos del volumen comparten una atmósfera extraña e inquietante. Un falso inventor lleva conejos a una isla para que acaben con los nidos de unos pájaros cuyo nombre nadie sabe, lo cual produce un vuelco en las entrañas del Guadalquivir (La isla de los conejos). En la penumbra nocturna, una especie extinguida hace miles de años le sale al paso al culto y refinado archiduque Luis Salvador de Austria (Myotragus). Una empleada de hotel deambula por los sueños de los clientes (La habitación de arriba). Una mujer, desorientada por un caótico ambiente urbano, intenta comprender la desaparición de un tramo en una avenida en París (Paris, Péripherie). El fantasma de una madre abre una cuenta en Facebook y le pide amistad a su hija (Memorial). Una vidente envía avisos turbadoramente certeros al móvil de una de las protagonistas (La adivina).
Once cuentos inquietantes donde, en ocasiones, no se obvia lo sórdido. Los personajes bordean, cuando no atraviesan, el trastorno mental. Sus mentes construyen mundos perturbadores que descoyuntan eso que llamamos realidad. Un logrado libro con buen ritmo narrativo, continuado suspense y una impecable ambientación realista que deriva a lo fantástico.
NEGRÓN, LUIS
Mundo cruel
Editorial MALPASO
Si Mundo cruel no fuese una espléndida colección de relatos sobre las variedades de la experiencia homosexual, este libro podría subtitularse Estudio de la naturaleza humana. Pero este libro no es un ensayo y, por ello, está escrito desde los sujetos o, mejor dicho, desde múltiples subjetividades complejas, jugosas, contradictorias, exasperantes, únicas. Así es la literatura, que cuando lo es a rajatabla sólo se manifiesta desde el eterno presente de los individuos. Y en este caso desde Puerto Rico, un escenario universal donde los haya.
Luis nos presenta un retrato del mundo homosexual en el margen, pero ha sabido sacar esta narración lejos de los conflictos y las culpas para presentarnos a unos homosexuales reales, que manejan sus situaciones desde una perspectiva real, con el macho bisexual o con el bugarrón de closet.
La narración fluye sin tropiezos y tiene los elementos exactos de detalles sexuales sin excesos. Comenzando por El elegido, Luis no tiene fronteras. En esta historia presenta sin pudor las fronteras que todos sabemos que han sido alteradas entre la iglesia y los feligreses.No existen santos, solamente hombres, y Luis nos lo deja saber.
Si alguna historia me pareció encantadora es Por Guayama. En ella nos llega la realidad de muchos homosexuales, que personifican a sus mascotas y las convierten en sus hijos. La devoción y el sacrificio al que pueden llegar solamente se puede comprender cuando los alejamos de su condición homosexual.
Uno de los logros de este libro es que ha podido presentar homosexuales diversos. Junito, es un cuento que nos toca. Es el padre heterosexual que reconoce el homosexual en su hijo con respeto y quiere que se crie en un ambiente que lo tolere, por eso opta por irse a Boston. Aquí no tenemos al puertorriqueño pobre que sale a Norteamérica buscando un trabajo para una mejor vida. Aquí tenemos al padre que quiere que su hijo se pueda expresar.
El mundo homosexual tiene su lado macabro; Luis nos lo presenta en Botella. El macho casado que por vicio se prostituye. Un muerto y una escena que hay que borrar sin ser culpable. O acaso se es culpable de ser homosexual y no admitirlo.
El cuento que le sirve de título a este libro Mundo cruel, es un contraste fascinante entre lo deseado y lo real. Las vidas que vivimos cuando no es posible versus la vida que aceptamos cuando lo es. Extractos tomados de YolandaLopezLopez
NOVÁS CALVO, LINO
Otras maneras de contar
Editorial TUSQUETS
“Cuando un día se escriba la historia definitiva del cuento en América se verá que Lino Novás Calvo está entre sus maestros: Horacio Quiroga, Borges, Felisberto Hernández, Juan Rulfo, Virgilio Piñera, Adolfo Bioy Casares, para citarlos en orden cronológico.” Esto escribía Guillermo Cabrera Infante en 2000.

Las historias que cuenta Novás Calvo son duras, broncas, llenas de aristas, escritas por alguien que conoció la dura lucha por la supervivencia en un territorio hostil lleno de peligros, habitados por personajes que conviven con la violencia y la miseria. Aquí aparecen contrabandistas y traficantes sin escrúpulos que navegan con barcos cargados de armas, esclavos, emigrantes ilegales o chicas de compañía, según la ocasión.
Un huracán que desvía el rumbo de un barco cargado de una mercancía «prohibida»; el acoso nocturno al que se ve sometido Ramón Yendía, un taxista que ha colaborado con las fuerzas victoriosas y las vencidas; las extremas condiciones de vida en una isla donde se explota a «libres» y a «esclavos»; la fantástica danza de los cuchillos que Angusola suele ejecutar, capaz de asustar para siempre a su futuro yerno. Los veinte cuentos seleccionados en este volumen –algunos inéditos o nunca editados en libro, otros escogidos de las recopilaciones publicadas en vida del autor– hablan de la lucha por la supervivencia y por la tierra, de los orígenes de la violencia, de la locura alimentada por la miseria, así como de la venganza y el malentendido fatales. Este mundo duro y sus protagonistas (marineros, chóferes, trabajadores rurales) son la materia prima esencial de su narrativa. 
Pero también, lo suyo fue, sin dudas, el sincretismo. Como Carpentier, indagó en la mixtura y en la influencia religiosa afrocubana que él reconvirtió en literatura fantástica moderna, basada en el manejo de la ambigüedad más que en los efectos retóricos de un final sorpresa.

Novás Calvo también logró maestría en el manejo de los puntos de vista fracturados, la confrontación de versiones, los narradores testigo. En los mejores cuentos (lo que en su caso equivale a decir: en casi todos) esta excelencia formal está al servicio de un lenguaje expresivo y una atmósfera extrañada que lo vuelve de una originalidad comparable a la de Felisberto Hernández y Clarice Lispector. La diferencia es que Novás Calvo aparece como un autor deliberadamente apegado a la situación social de los personajes y sus lenguajes. Esa dimensión existencial lo aferra al realismo aunque no se trate de una ideología literaria. Como afirma en uno de sus primeros cuentos, “El bejuco” (1937), todo parte de un malentendido de la condición humana: “El hombre debiera ser como el árbol, tener raíces como el árbol. Pero el hombre es como una rueda, y una vez impulsado no cesa hasta deshacerse”.
Desde ya, esta reflexión sirve como punto de partida para verificar lo que sucede en todas las historias. Así, hombres y mujeres se ven rebasados por diversas fuerzas –de la naturaleza, de la magia y la religiosidad, de las conspiraciones de la política o la tiranía del deseo– compelidos hacia un destino que parece escapar a la razón. 

Este escritor nacido en Galicia, España, y trasladado desde muy joven a Cuba, escribió muchos cuentos que publicaba en revistas (sobre todo en Bohemia, la revista literaria más importante de la Cuba de los ‘40 y ‘50, en Revista de Occidente y otras) y de vez en vez los reunía en volúmenes: La luna nona y Cayo canas (ambos publicados por Losada en Buenos Aires, en los años ‘40) y Maneras de contar (publicada en 1970, en Nueva York). También escribió una novela muy documentada sobre la esclavitud, El negrero (publicada en España en 1999).
Extractos tomados del artículo de Claudio Zeiger en Página12
NOOTEBOOM, CEES
Los zorros vienen de noche
Editorial SIRUELA
Cees Nooteboom es más conocido en España por su ensayo El desvío a Santiago, donde podemos encontrar una lúcida reflexión sobre nuestro país. También es autor de las novelas El día de todas las almas y Perdido en el paraíso
En este volumen de relatos, Nooteboom penetra en la esencia de lo individual, la ausencia y el duelo. En todos ellos el autor muestra una indisimulada predilección por los muertos y por el ejercicio de la memoria.
Los relatos están ambientados en ciudades e islas del Mediterráneo, y asimismo unidos por un nexo temático: el recuerdo, la vida y la muerte. Sus protagonistas coleccionan y reconstruyen fragmentos de vidas muy intensas que han cristalizado en la memoria o en el detalle de una fotografía. En «Paula», el narrador evoca la breve y misteriosa vida de una mujer a la que amó; en «Paula II», la misma mujer es consciente de que aquel hombre sigue pensando en ella. Paula recuerda el tiempo que pasaron juntos y el miedo del hombre a la oscuridad de la noche, cuando vienen los zorros… Y sin embargo el tono de estos relatos está lejos de ser pesimista: la muerte no es algo a lo que se deba temer...
En “Góndolas” el protagonista viaja a Venecia para recabar información sobre una exposición sobre la que debe escribir un artículo. Todo ello no es más que una excusa para peregrinar en busca de un recuerdo, de una ausencia: un pueblo griego junto al mar, una joven americana de pelo rojizo y ojos oscuros con símbolos zodíaco pintados en el cuerpo.
“Heinz” es el retrato de los individuos que aparecen en una vieja fotografía. A través del mismo conoceremos los hechos que los unen, lazos invisibles que se extienden a lo largo de los años pero que permanecen imborrables en la memoria de un narrador que también aparece en la instantánea
Nooteboom es un soberbio estilista, que observa el mundo con una mezcla de melancolía y asombro. Sus relatos están cuajados de humor, pathos y un vasto conocimiento de las cosas.
O´BRIEN, TIM
Las cosas que llevaban los hombres que lucharon
Editorial ANAGRAMA
Los relatos de Tim O´Brien se centran en la compañía Alfa que combatió en la guerra de Vietnam. El propio O´Brien fue uno de los soldados que luchó allí y en este libro logra trasladarnos con maestría las intensas emociones que transmite ese situación límite: balas cerca de tu cabeza, tu amigo herido y sangrando, el miedo mientras caminas por un campo de minas, matar desde muy cerca a un joven vietnamita.
En la guerra, la vida y la muerte se convierten en algo real y absoluto, y en ese terrible momento de la verdad, se mezclan lo profundo y lo banal: el tabaco y el compañerismo, la nostalgia y las fotos, las latas de comida y una sensación de extrañeza, la selva y los fantasmas personales.
Los relatos son directos, hirientes y líricos. Como un borbotón de sangre que nos estalla en la cara, los relatos nos ofrecen una genuina la sensación de verdad. Notamos la suciedad, la sangre y la muerte. Nos estremecemos con la nostalgia y el desarraigo de estos muchachos. Nos exaspera el sinsentido de la guerra. El libro nos habla de los grandes temas que sustentan la humanidad y que en la batalla cobran más vida: el valor, la amistad, el miedo, la soledad, la cobardía, la muerte. No sólo hay relatos de la guerra. También los hay donde la guerra es un recuerdo que afecta cada día la vida de un soldado veinte años después.“Es casi como si me hubieran matado allá en Nam”, dice un ex soldado.
Y también hay relatos donde O´Brien reflexiona sobre la memoria, los hechos traumáticos y la ficción: una historia no resulta más verdadera porque haya ocurrida de verdad, sino porque transmite la verdad. De hecho el título del volumen remite a un pelotón de soldados, cuyo personaje principal se llama Tim O’Brien, convertido en un escritor de 43 años que repasa estos acontecimientos, y que, por lo tanto, borra los límites entre los hechos y la ficción.

"Llevaban papel, sobres, lápices y estilográficas que les proporcionaba el Ejército. Llevaban imperdibles, bengalas, cohetes de señales, rollos de alambre, hojas de afeitar, tabaco para mascar, llevaban varillas de incienso y sonrientes estatuillas de Buda que habían arrebatado al enemigo, llevaban velas, lápices pastel, banderas con barras y estrellas, cortaúñas, folletos con consejos sanitarios, sombreros, machetes y mucho más. Dos veces por semana, cuando llegaban los helicópteros de abastecimiento, llevaban rancho caliente en marmitas verdes y holgadas bolsas de lona llenas de cervezas y gaseosas heladas. Llevaban bidones de plástico con agua, que tenían una capacidad de nueve litros. Mitchell Sanders llevaba un uniforme de camuflaje almidonado para ocasiones especiales. Henry Dobbins llevaba insecticida Black Flag. Dave Jensen llevaba sacos terreros vacíos que podían ser llenados por las noches para mayor protección. Lee Strunk llevaba loción bronceadura. Algunas cosas las llevaban en común. Se turnaban para llevar la potente emisora PRC-77 para enviar mensajes cifrados, que pesaba quince kilos con la batería. Compartían el peso de los recuerdos. Cargaban lo que otros ya no podían soportar. A menudo, se llevaban unos a otros, heridos o débiles. Llevaban infecciones. Llevaban juegos de ajedrez, pelotas de baloncesto, diccionarios vietnamita-inglés, divisas para indicar la graduación, condecoraciones como la Estrella de Bronce o el Corazón de Púrpura, tarjetas de plástico que llevaban impreso el Código de Conducta. Llevaban enfermedades, entre ellas la malaria y la disentería. Llevaban liendres y tiña, y sanguijuelas y algas de arrozal, y diversas clases de hongos y musgos. Llevaban la propia tierra —el Vietnam, el país, el suelo—, un fino polvo rojo-anaranjado que les cubría las botas y los uniformes y las caras. Llevaban el cielo. La atmósfera entera llevaban: la humedad, los monzones, el hedor del musgo y la putrefacción, todo; llevaban la gravedad. Marchaban como las muías. A la luz del día soportaban el fuego de los francotiradores, por la noche el de los morteros, pero no era una batalla, sino sólo una marcha sin fin, de aldea en aldea, sin propósito, sin nada que perder ni ganar. Marchaban sólo por marchar."
OCAMPO, SILVINA
Cuentos completos
Editorial EMECÉ
Se suele definir el rasgo distintivo de los relatos de Ocampo como la distancia que se registra entre el estilo ingenuo de los narradores y la excepcionalidad o la crueldad de los sucesos narrados. La extrañeza de los cuentos deriva en este sentido de la elección de puntos de vista no convencionales: el de los niños (en muchos casos, “niños terribles”), el de los adolescentes, el de los adultos con “alguna deficiencia de ingenio”; o el de seres “psíquicamente pertubados”.
Escribía sobre niñas muertas o sentenciadas a muerte; sus personajes son un jorobado al que unos borrachos le planchan la joroba en una tintorería, una adivina que confecciona fajas y corpiños, resucitados, suicidas, una chica que queda paralítica después de un accidente y muere extenuada de tanto festejar, una maestra que amenaza a sus alumnos atrasados con las estatuas de los próceres que roban niños y que para persuadirlos alimenta con maíz a un caballo de bronce. Su narrador es un trapo o una muñeca y los protagonistas, niños asesinos, pirómanos, dos chicas que se cambian de ropa y de pies pero olvidan intercambiar sus ángeles guardianes. Una mujer que embalsama a su perro, en un cuento que Borges detestaba. Una niña que envenena a su vecina a punto de casarse, metiéndole una araña adentro del rodete. El niño anciano con dos muelas postizas, la cara cubierta de arrugas y dos o tres canas; la moribunda a la que las amigas le quieren robar la mucama. Miss Edwards, la institutriz que se volvió loca, por las noches le hacía los bigudíes a su discípula, enroscando las puntas del pelo alrededor del cuerito relleno, sostenido por dos cintitas. Un día la niña gritó «me duele, me duele» y ella le dio una bofetada.
Hay un universo Silvina Ocampo, hecho de nostalgia y de asombro. Nostalgia por algo que jamás existió y que quizá ni siquiera entra en el terreno de lo posible. Asombro frente a una realidad lindante todo el tiempo con la fantasía y con los sueños. Hombres, mujeres y niños pueblan ese universo y lo saturan de equívocos, perversas relaciones de poder, falsas inocencias. El amor y el odio, lo trivial y lo extraordinario, más que como opuestos, se manifiestan como una sutil cuestión de matices. Pocos escritores han conseguido expresar así la cualidad de lo inapresable.
OCAMPO, SILVINA
Las Repeticiones y otros cuentos inéditos
Editorial LUMEN
El volumen reúne veinticuatro cuentos a los que se suman dos novelas cortas que constituyen hasta el momento piezas desconocidas para el público y que se muestran aquí como referentes necesarios para conocer y completar la trayectoria literaria de Silvina Ocampo; aunque hay que reconocer que las piezas reunidas son de valor desigual. "La persecución” es uno de los mejores de su producción, mientras que otros desmerecen. Los cuentos de Silvina Ocampo configuran un universo complejo y personalísimo. La no inocencia, la transgresión, las relaciones humanas y sus misterios, lo onírico metafísico, las ambigüedades, las metamorfosis, aparecen como elementos absolutamente integrados al mundo real, lo cual se traduce en una "falta de asombro" del narrador ante lo que llamaríamos la aparición de lo insólito, irreal o sobrenatural. Por otra parte, la concentración narrativa, una estructura deudora del género policial (en cuanto a la generación de la expectativa y la lógica que orienta el relato), la enunciación desconcertante, los finales abiertos, definen la estrategia compositiva de la autora
La publicación de este conjunto de cuentos fantásticos e inéditos de la gran escritora argentina supone un acontecimiento literario de primera magnitud. Silvina Ocampo, vincula generacionalmente a Adolfo Bioy Casares, su esposo, y al gran Jorge Luis Borges. En sus cuentos son habituales los mundos infantiles, donde Silvina Ocampo parece encontrar un rico y complejo espacio donde los niños son seres únicos y especiales dotados de facultades y sensaciones que los adultos no pueden experimentar ni compartir. El amor, los celos y la agonía de la distancia son algunos de los temas que salpican sus narraciones, donde la belleza se transforma en pilar y lo incomprensible forma parte necesaria de un universo caracterizado por lo ambiguo y lo excepcional.
Los cuentos de Silvina Ocampo están cimentados en una narrativa potente que seduce en las primeras líneas, con finales abruptos y desasosegantes que amplifican su eco mucho tiempo después de haber acabado su lectura. En "La conciencia” el sueño se mezcla con la crueldad y la violencia. En “Las repeticiones” la protagonista se encerrará en un claustro, aunque ni siquiera allí logrará el descanso. A veces, serán los objetos los que cobren vida en sugerentes comportamientos oníricos, no exentos de simbolismo: los vestidos escoceses de las niñas, un estetoscopio o unos guantes. En “Diálogos con un pañuelo” describe un Buenos Aires idílico. “En “El vidente”, una de las dos novelas cortas del volumen, el protagonista que perdió sus ojos en un arroyo, los recobra y transmite el desencanto de la realidad: “¿Por qué el mundo era tan chato? Tan opaco y gastado. Sin volumen, desprovisto de formas exactas."
OFFUTT, CHRIS
Lejos del bosque
Editorial SAJALIN
Chris Offutt abandonó en su juventud el lugar que lo vio crecer, Kentucky, para ver mundo y ganarse la vida en empleos precarios a lo largo y ancho de los Estados Unidos. En Lejos del bosque, su segundo libro de relatos tras Kentucky seco (1992), escribe sobre aquellos que, como él, dejaron atrás -aunque no consiguieron olvidar- esas colinas agrestes donde los hombres se sienten desnudos si no van armados y las rencillas entre familias se transmiten de generación en generación. Camioneros, sheriffs, obreros, ex convictos y boxeadores amateurs protagonizan estas historias de gente a la deriva que anhela regresar a ese rincón perdido y olvidado del que huyeron y que probablemente solo existe en su memoria.
"Este breve volumen de cuentos no tiene desperdicio. Es también engañoso porque su aspecto hace pensar al lector que es una literatura sencilla, sin complicaciones; sencilla sí es, pero complicaciones las tiene todas. El aspirante a escritor tiende a pensar que esta manera de contar, a base de frases breves y cortantes que casi no dejan tomar aire y con un asunto central ya muy trajinado —la nostalgia del origen, la salida de la tierra natal, la imposibilidad del regreso e incluso el mismo regreso—, no ha de ser muy difícil a poco que uno se ciña con variantes a un cliché mental muy trajinado también.
Eso mismo he visto que les ocurría a muchos preescritores después de leer a Raymond Carver. Carver parecía escribir a la buena de Dios, sin preparación artillera alguna, pero tras muchos intentos de imitación descubrían que el enemigo —la escritura— seguía incólume, sin que la hubieran alcanzado ni de refilón siquiera con una frase. Uno de los cuentos de Chris Offutt, el titulado ‘Prácticas de tiro’, comienza así: “Ray puso un leño sobre el bloque de madera y alzó el pesado mazo. El fresno seco se quebró sin dificultad. Sustituyó el mazo por el hacha y cortó listones finos que se curvaron alrededor de los nudos y cayeron al suelo. El esfuerzo aflojó la tensión que se había vuelto crónica desde su regreso a las montañas. Hacía ya varios años que se había ido de Kentucky y ahora deseaba haberse quedado en Detroit, en la cadena de montaje de la fábrica Chrysler”.
En este párrafo se ha contado una vida, un modo de vida y una idea de la vida. Nada menos. Es capaz de mostrar con precisión el ejercicio de un oficio y el resumen de la existencia del personaje; sólo hay que mostrar el trabajo y la historia del personaje de modo que la veamos físicamente; y todo con llaneza, como pedía maese Pedro, sin adornos ni explicaciones innecesarias. Cuando el aspirante a escritor emulaba a Carver siempre descubría que quizá no lo había hecho del todo mal, sólo que la magia carveriana no aparecía por ninguna parte. El secreto está en la síntesis de la experiencia y en el dominio de la sugerencia y de la elipsis.
Chris Offutt clava la mirada en historias inimportantes que contienen la conciencia elemental de la existencia, desgarradoras, emocionantes; y en un modo de relato que se instala en el cruce de la emoción con la sobriedad. Parece un narrador lacónico, pero golpea los sentimientos del lector y lo sacude para mostrarle la hondura singular e irrepetible de toda condición humana, valiéndose de unos personajes que llenan una buena parte de la mejor literatura: los perdedores."
Extractos  tomados del artículo de J. Mª Guelbenzu en ElPais.com
OGAI-MORI 
El intendente Sansho
Editorial 
El intendente Sansho ofrece una selección de seis de los mejores relatos de Ogai Mori (1862-1922), una de las figuras más importantes e influyentes de la literatura japonesa.
Cinco de los relatos (el que da título al volumen, «El barco del río Takase», «Las últimas palabras», «La señora Yasui» y «La historia de Iori y Run») pertenecen al género de la ficción histórica, género en el que el autor logró sus mejores páginas. Por su parte, «Sakazuki» es, en palabras del prologuista, Carlos Rubio, «una delicada alegoría sobre el efecto perturbador producido en el grupo por un elemento extraño, más concretamente sobre la aparición del extranjero en la sociedad japonesa».
El relato con el que se abre el volumen, «El intendente Sansho», una conmovedora historia protagonizada por dos niños que son separados de su madre y vendidos como esclavos a un despótico terrateniente, sirvió de base para una de las películas más conocidas del director japonés Kenji Mizoguchi.
Los seis aquí presentados bajo el título de uno de ellos, «El intendente Sansho», son de la clase que Richard Bowring ha denominado «relatos líricos» y fundamentan dos de las mejores cualidades literarias del Ogai escritor cuando no es leído en japonés: la concisión y el poder evocador. 

OLGOSO, ANGEL
Las frutas de la luna
Editorial  MENOSCUARTO
Cada nuevo libro de Ángel Olgoso supone un festín no solo para los degustadores del relato sino también para los amantes de la literatura fantástica. Las veinte nuevas historias recogidas en Las frutas de la luna nos muestran visiones oscuras y atmósferas inquietantes, desde perspectivas siempre vertiginosas. El autor, cuentista de culto y referencia ineludible en la narrativa breve actual en español, vuelve a entretejer con lirismo la lógica y el asombro, la maravilla y el horror. La imaginación desbordante de este libro brinda al lector páginas llenas de mundos posibles e imposibles, tan extraños como poblados de belleza.
En los veinte cuentos de Las frutas de la luna, Olgoso celebra sus temas predilectos: la locura, el vértigo, los monstruos, un mundo atávico y rural que evoca a la vez recelo y ternura, la identidad última de todos los seres, de todas las almas y de todos los miedos, un humor ácido que mueve a la sonrisa sólo a medias, los viajes, la noche, la vida y la muerte, la propia literatura y sus insomnios.
Olgoso presente 20 piezas narrativas que, dentro de lo fantástico no apuntan a lo cotidiano sino a lo cósmico y en algunos cuentos, al desvanecerse del tiempo.. Desde el primer relato, “Contraviaje” sorprende la invención y el logro: la secuencia de un “desmontaje” del mundo hacia la nada. En casi todos los relatos hay una sustancia lírica que además de no perjudicar la narratividad, otorga una indudable potencia expresiva.
OLGOSO, ANGEL
Los líquenes del sueño
Editorial 
En LOS LÍQUENES DEL SUEÑO Ángel Olgoso reúne, en un solo volumen, una especie de antología de sus primeros veinte años de relatos, una rotunda afirmación de los sueños y la imaginación. Los relatos están ordenados no por los títulos de los libros donde aparecieron originariamente, sino por una afinidad temática dictada por la propia lógica de su escritura. En los intensos argumentos de sus relatos lo insólito, lo inquietante y lo inesperado se unen hipnóticamente a la belleza depurada y convulsa del lenguaje. En este libro ya se encuentran todos los rasgos que caracterizarán su producción posterior: al derroche imaginativo se suman la riqueza y precisión del lenguaje, la versatilidad que le permite situar las historias en cualquier época o lugar, la destreza de miniaturista para condensar un orbe en pocas palabras, la gran variedad de recursos y de registros y, conectándolo todo, un humor negro, sorpresivo, y un marcado gusto por lo fantástico e inquietante.
El libro está conformado por seis grupos de relatos (Las mixtiones naturales, Gabinete victoriano, Los lanceros del tiempo, Los baobabs, Cuentos del fumadero y Coreografías del guardagujas alegre), seis ecosistemas donde los textos permanecen unidos por una pulsión interna que arrastra al lector hacia mundos desconocidos o imposibles, hacia el encuentro con diversas facetas de la realidad y de sí mismo, donde conviven la densidad y originalidad de las atmósferas con la voluntad de experimentación, las narraciones de diversa extensión con numerosos microrrelatos, escritos en una época en la que era poco frecuente un género tan novedoso y arriesgado.

ANFIBIO
Todas las semanas Irineo Arroyo les lleva flores frescas a sus tumbas. Lirios para su mujer y tiernas umbelas para su hijo. Habían muerto en un horrible accidente, señalados por el brusco y caprichoso dedo de la muerte. Sin prisa, Irineo arrastra su melancolía entre los surtidores de polvo de oro y las cúpulas de cristal opaco. Se ha acostumbrado al olor especiado que emana de las rejillas y a la bruma roja que se desliza a ras del suelo. El primer día le pareció un crimen esa música que, aunque suave, envolvía el recinto del camposanto. Pero con el tiempo sus sonidos no sólo han dejado de angustiarle, sino que le sirven para proteger su incurable herida de esposo y padre. Todas las semanas, frente a los túmulos, sondea una y otra vez su vida en familia, una vida tapizada de sufrimientos y, sin embargo, con algunos breves y hermosos relámpagos de intensidad. Irineo dibuja mentalmente los pantalones cortos de su hijo, las manos de su mujer componiendo las rosas en el jarrón del dormitorio, su saquito azul de algodón, sus labios jugosos y cómplices. Irineo llora, aunque no derrama lágrimas. Se limita a seguir el bordillo mineral que lleva hasta las cruces. Hoy la brisa vespertina deslía su tenue velo en torno a los faroles y a los regueros sulfurosos y malvas de los panteones. El diafragma oprime el corazón de Irineo. Su familia ha entrado por un ojal del que ya no puede salir; ahora forman parte, con las raíces y los pequeños insectos, de otra comunidad, la que se desmigaja en el fondo orgánico de la tierra. Todas las semanas Irineo les lleva flores frescas a sus tumbas. Lirios para su mujer y tiernas umbelas para su hijo. Cuando termina la acción se vuelve y sigue el bordillo que lleva hasta su sepulcro, su propio sepulcro, levanta la losa y se introduce en él cuidadosamente, dolorido, un tanto taciturno y ansioso, ansioso porque su mujer y su hijo lo visitan mañana.
OLGOSO, ANGEL
Breviario negro                *****
Editorial MENOSCUARTO
Ángel Olgoso (Granada, 1961), es un escritor con poderosa voz y estilo inconfundible. Según destaca José María Merino en el prólogo, Breviario negro renueva la innegable riqueza imaginativa del autor en historias de particular fuerza y belleza expresiva, fruto de su constante búsqueda de tramas originales, escenarios sorprendentes y perspectivas insólitas. Entre guiños y homenajes a los maestros del relato fantástico -de Poe a Borges, de Kafka a Cunqueiro-, el horror y el sueño, la muerte y el tiempo, lo monstruoso y lo mágico se imponen al lector con la prosa cuidada e intensa de uno de los mejores narradores españoles actuales.
Los sueños, lo ominoso, el tiempo, el horror, lo telúrico y lo legendario se nos revelan en unas piezas inquietantes alentadas tanto por lo fantástico como por lo filosófico
En el Breviario Negro encontraremos la visión de un paisaje desplegado sobre el cuerpo de la amada; el peregrino que, entretenido por mil tribulaciones, nunca llega a alcanzar la añorada Santiago; el desdoblamiento del cosmos, que hace que los habitantes de épocas distantes entre sí se encuentren en inexplicables bucles espacio-temporales; la civilización asediada por los lobos; la perpetuación de la codicia; la victoria cotidiana de la superchería sobre la razón; la amedrentadora presencia del mítico buey que custodia las puertas de la Nada; la enigmática criatura generada en el deseo del propio autor; la voz de Chateaubriand regresando desde la tumba para defender su maltrecha memoria; la mano de Penélope tirando del hilo que va deshaciendo la prenda donde los dioses tejieron la Historia de la humanidad; el Decreto Ley que obliga a los súbditos a estar muertos; el pavoroso sometimiento del ser humano al imperio del mal; el insaciable apetito de los cadáveres; la eterna persecución de la víctima por su asesino; la conciencia del que sube a la barca de Caronte; el barbero que degüella a su silencioso cliente; el niño glotón que devora la papilla, y el plato, y la mesa, y el mundo, y el universo... 
Angel Olgoso escribe cuentos donde nada sobra y esta economía aporta enorme intensidad a los relatos. En el libro encontramos 41 narraciones breves que visitan lo fantástico, lo surrealista en incluso ciertas regiones kafkianas. Algunas de ellas son profundamente evocadoras y nos remiten a épocas y geografías remotas como la Edad Media o China.
OLGOSO, ANGEL
La máquina de languidecer
Editorial PÁGINAS de ESPUMA
Los cien microrrelatos de este libro lúdico e inquietante, milimétrico y adictivo, diverso y embrionario, son orbes en miniatura, textos que en unas pocas líneas pueden transmutarse en delicadas esencias o en bebedizos letales, piezas repujadas por un exquisito orfebre des-de el corazón de la extrañeza, ficciones concentradas e intensas sobre lo poco común, sobre los melancólicos misterios del cuerpo humano, sobre los enigmas de la vida y la magia oscura del tiempo. Las cien breves singladuras de este viaje fantástico le impedirán una aceptación sumisa de la realidad. No las recorra todas seguidas. Si puede.
OLGOSO, ANGEL
Los demonios del lugar      *****/*
Editorial ALMUZARA
En Olgoso la voluntad de fantasía, terror y extrañamiento siempre obtiene premio. El volumen es redondo. Hay muy buenos relatos, desde el que abre el libro "Viaje" donde el simple hecho de tomar el tren adquiere connotaciones metafísicas. O "Relámpagos" con su fantástico encadenamiento de tiempos y escenarios. En "Los palafitos" relata una abrupta transición de un oficinista al Neolítico. En "La primera muerte de Kafka" el abrupto desembarco en el correo de un joven Kafka, de los libros que él mismo escribirá en un futuro. Transición a otro lugar y otra época que también se da en "Sueño nº 333".
En busca de esas historias, Olgoso no duda en viajar -y reproducir con convicción- a territorios remotos y míticos como la ciudad árabe de Agra en "Vínculos" o al exótico Japón en "Las manos de Akiburo".
Terror, transición a mundos paralelos y terribles, obsesión, pesadilla. Las técnicas son muy variadas y no falta la del manuscrito encontrado en "Gabinete de Maravillas" o el hombre que soñó en "Arponeando sueños". Los demonios del lugar es un conjunto de relatos sobre situaciones extremas, inquietantes o pavorosas, escritos con el cuidado de un orfebre.            Reseña en este blog
ONETTI, JUAN CARLOS
Cuentos completos         *****/*
Editorial ALFAGUARA
Las novelas sudamericanas habían de ser torrenciales, abrumadoras en su extensión, en su complejidad y en su virtuosismo técnico, de un barroquismo entre colonial y selvático que, según el razonamiento de Carpentier, era la única forma de expresar la realidad de aquellos países: el llamado realismo mágico. En este panorama, Borges ya era una irregularidad, con sus argumentos cerebrales y su propensión a las ambientaciones nórdicas, con su laconismo y su ironía, tan lejanos de los arrebatos tropicales y gramaticales de Carpentier, o de las alfombras voladoras y los gitanos hechiceros de García Márquez.
El tardío hallazgo de Onetti trajo consigo una sorpresa semejante a la de los cuentos de Borges. Sus narraciones carecían tan radicalmente de color local como las de de Franz Kafka, con las que a veces no dejan de guardar un cierto parentesco. En cuanto al barroquismo, al parecer obligatorio, dictado por Carpentier, no había ni rastro de él en aquellas páginas que uno empezaba a frecuentar hacia los veinte años, con la ilusión ávida y la nerviosa felicidad de los descubrimientos absolutos. Los héroes de Onetti no disertaban adecuadamente sobre jazz en los cafés de París, no fundaban naciones ni atravesaban cordilleras, no volaban por los aires ni se perdían en selvas ni en laberintos simbólicos: los héroes de Onetti eran los más pacíficos, los más perezosos, los más inútiles del mundo. Lo único que hacían era fumar, preferiblemente echados bocarriba en la cama, fumar e inventarse cosas, contar embustes y enamorarse de mujeres sensuales y perdidas, de mujeres pintadas que bebían en los cafés o de muchachas angélicas cuya perfección y dulzura no podían ser merecidas por nadie
Leer a Onetti no es difícil, según dice una superstición idiota: tan sólo exige lo que debería exigir siempre la lectura, una atención incesante, un ensimismamiento que cancele cualquier otro acto, que suprima el mundo exterior. La mejor o la única manera de leerlo es echado en la cama, con mucho tiempo por delante, con una absoluta predisposición de soledad y pereza. Aprenderemos a descubrir sentimientos inéditos, estados de ánimo que formarán parte del repertorio común de nuestra vida pero que tendrán para siempre la tonalidad del estilo de Onetti: conoceremos la dulzura triste, el desengaño ilusionado, la desesperación tranquila, la compasión cruel, los placeres de la mentira y las potestades furiosas de la verdad; percibiremos las cosas a rachas, en fragmentos, bajo una luz oblicua, modificadas o falsificadas por el recuerdo, mejoradas por el olvido, como esas estatuas antiguas que perfeccionó la intemperie; nos estremecerá la juventud con su milagro tan inmediato y sutil como el de la palpitación de un músculo y nos dará asco y terror y lástima la vejez. Encontraremos las palabras exactas y atroces del desengaño («Figúrense ustedes el pesar creciente, el ansia de huir, la repugnancia impotente, la sumisión, el odio») y las que nombran el arrebato del amor y su promesa de sufrimiento y de felicidad: «Te agarra a traición, como algunas muertes. Y ya no hay nada que hacer, ni patalear ni querer destruir. Porque no se sabe si es una cosa que te golpeó desde afuera o si ya la llevabas como dormida y a veces creíste que estaba muerta para siempre. Y qué pasa entonces. Que la llevabas adentro y sin aviso alguno en un minuto salta y se te derrama por todo el cuerpo y hay que aceptar y todavía peor, hay que alimentarla y hacer que cada día aumente las fuerzas, obligarla a que te haga sufrir más».
Leyendo a Onetti uno va sin darse cuenta convirtiéndose en uno cualquiera de sus personajes.
Un hombre solo en una habitación, echado en la cama, o de pie detrás de una ventana, o acodado en un balcón; un hombre o una mujer que caminan perezosamente por la calle imaginando cosas; alguien, hombre o mujer, sentado en la mesa de un bar, junto a las cristaleras que dan a una plaza, que suele ser la plaza de una ciudad fluvial y provinciana llamada Santa María; alguien echado a la sombra en el mirador de una casa frente al mar, viendo acercarse desde lejos una figura; alguien que cuenta a otra persona una historia, generalmente embustera: con nombres diversos, con peripecias anteriores o posteriores sutilmente monótonas, esas figuras de gente solitaria que casi no hace nada más que observar y mirar o atribuirse, a solas o delante de otros, vidas falsas constituyen los puntos de partida en torno a los cuales crecen las narraciones de Juan Carlos Onetti.
Extractos tomados del Prólogo de Antonio Muñoz Molina.
OTXOA, JULIA
Un extraño envío
Editorial 
Con excepcional intensidad narrativa y una mirada siempre personal, no carente de naturalidad, humor e ironía, la escritora vasca Julia Otxoa reúne aquí una amplia muestra de su narrativa breve (1994-2005), entre la que se inlcuyen sus mejores microrrelatos. Como apunta José María Merino en el prólogo, sus personajes se debaten entre el onirismo y una cierta atmósfera de extrañeza, cambios de identidad, desencuentros, relaciones complejas con los objetos, falsas apariencias, rituales que le proporcionan un aire trágico a lo ordinario, y el tiempo como distorsionador fundamental. 
Julia Otxoa (San Sebastián, 1953) ha escrito poesía toda su vida y en ésas estaba cuando vio cómo sus versos comenzaban a poblarse de personajes. "La inspiración te va llevando por unos derroteros enigmáticos. Me empezaron a salir historias breves", comenta. De tanto trabajarlas, se ha ganado un espacio en las antologías de los microrelatos. Los relatos tienen registros muy diferentes; pero ese trasfondo de sarcasmo, de misterio y la mirada de perplejidad, aparece en todos ellos. Los finales de sus historias suelen ser además abiertos, sorpresivos para el lector.
Otxoa es autora de los poemarios La nieve en los manzanos y Gunten Café, y de los libros de cuentos Un león en la cocina y Maiali e fiori, entre otros. 

OYEYEMI, HELEN
Lo que no es tuyo no es tuyo
Editorial ACANTILADO
Los relatos de este volumen demuestran la efervescente imaginación de esta autora.
Muchas de estas historias están llenas de llaves, literales y metafóricas, que desvelan secretos y abren por igual puertas y corazones.

En un cuento las llaves dan acceso a una biblioteca perdida y a un jardín oculto en Barcelona, dos lugares que serán la clave del destino de las protagonistas; en otro, abren el corazón de una alumna en una escuela de marionetas; hay llaves que protegen de los fisgones un místico diario íntimo, y otras que cierran las puertas de una inquietante «casa de las cerraduras». Tomando los cuentos de hadas como punto de partida, Helen Oyeyemi revisita la tradición desde perspectivas insólitas y, gracias a su poderosa y brillante imaginación, nos transporta a lugares que, como en los sueños, nos resultan tan sorprendentes como reveladores.
OZICK, CYNTHIA
Cuentos reunidos
Editorial LUMEN
A vueltas con la identidad y sin miedo a desafiar al lector. Así son los relatos de Cynthia Ozick, una de las escritoras más prestigiosas de la segunda mitad del siglo XX en Estados Unidos, que Lumen ha reunido en un extenso volumen, completando el reciente rescate de su obra en nuestro país. Diecinueve historias de un clasicismo formal y un gusto por la búsqueda de la palabra más exquisita que entroncan sus cuentos con Henry James o Joseph Conrad –con quiénes es frecuentemente comparada, y que aparecen en el último de los cuentos aquí incluidos, Dictado–. Pero aún por encima del estilo, lo que destaca sobremanera en Ozick es su exploración sobre la condición humana. Observadora íntima y cercana, es una narradora capaz de desentrañar hasta los motivos más recónditos, oscuros y contradictorios de sus personajes e iluminarlos con la frase exacta para que los podamos reconocer. Pero también es lejana, escéptica como han de ser por fuerza los sabios. Resulta hasta demasiado fácil señalar la cosmología judía como nexo de su mundo literario, pero hay otro rasgo común mucho más importante: los destinos equivocados. Los personajes empeñados en ser lo que no son, o castigados a serlo, los que odian aquello que persiguen o aman aquello de lo que huyen, los que envidian aquello que critican. De esas contradicciones surge el abanico abierto, amplio, rico, de la condición humana.. 
Extractos tomados del artículo de Enrique de Hériz en ElPeriodico.com
PADURA, LEONARDO
Aquello estaba deseando ocurrir
Editorial TUSQUETS
Antología de relatos del autor de "Herejes", que abarcan más de 20 años de su carrera, con algunos elementos comunes y reiterados: las estancias de los jóvenes cubanos en Angola; el temor al regreso; el exilio; la supervivencia en circunstancias difíciles; la sensación que tienen algunos personajes de estar atrapados por su propio destino; el miedo a la muerte...
Todo ello ambientado, como no podía ser de otra manera en una Habana casi omnipresente; con buenas dosis de sensualidad (y sexualidad) y, por supuesto, mucho bolero.
En todos los cuentos, pero de manera especial en los ambientados en Cuba, Padura transmite una sensación de enorme sensualidad. En sus relatos, se percibe el salitre del mar, el olor y el sabor del ron, la densidad de la nube de humo procedente de un habano, el sudor en medio de una sesión de sexo desenfrenado, la música dulce de los boleros.
Todos los textos tienen un enfoque y zoom muy similar. Escenas cotidianas, reiteradamente vividas por sus personajes, por lo que a ellos les es indiferente en qué momento el escritor conecte y apague el proyector. Personajes atrapados por un destino que les supera y del que por su inevitabilidad ha acabado siendo olvidado. Personajes que tratan de no naufragar más allá de lo imprescindible entre el desamparo y la soledad, la aceptación de todas las derrotas y la imposibilidad de que las cosas cambien a menos que el azar tenga aquella noche los dados borrachos.
Padura es un magnífico creador de personajes verosímiles, complejos, que se levantan del papel, en especial aquellos que más allá de sus contradicciones son de una suma fragilidad. Los mejores cuentos son aquellos que abarcan la década de los ochenta. Todos te hacen sentir el pellizco de la melancolía al leerlos. Es soberbio ‘El cazador’ (1990), sobre un chapero homosexual, y excelentes ‘Adelaida y el poeta’ (1988), ‘Según pasan los años’ (1985), ‘La pared’ (1989) o ‘Los límites del amor’ (1987). A partir de 1990 parece que Padura pierde espíritu competitivo o gana autocomplacencia porque, aunque es demasiado buen escritor para no hacer decente cualquier historia, a veces los cuentos o son envoltorios o tienen puesto el piloto automático como ‘Nochebuena con nieve’ o ‘El destino: Milano-Venezia (vía Verona)’. No hay saldos, aunque lo de endosarnos otra historia de jovencito deslumbrado por madura cantante de boleros no sabe uno si se lo acabará de perdonar.   Extractos tomados del artículo de Carlos Zanón en ElPaís.com
PALEY, GRACE
Cuentos completos
Editorial ANAGRAMA
En total, el volumen agrupa 44 narraciones breves. En 18 de estas historias, aparece el personaje de Fe Darwin, que algunos han considerado una especie de alter ego de la escritora, aunque ella lo desmintió aduciendo que Fe Darwin era una síntesis de algunas mujeres cercanas y amigas.
Los personajes exuberantes y nada convencionales de Paley, su voz inconfundible y singularísima, de un temperamento excéntrico y radiantemente mordaz, así como un lenguaje de una riqueza poco común, afianzaron su posición como una de las escritoras más consumadas de los Estados Unidos. Los cuentos de Grace Paley se caracterizan por su personal fusión de las convicciones políticas con las ideas y las experiencias personales, por su extraordinaria empatía y por su humorística, pero no por ello menos aguda, descripción de los acontecimientos, grandes y pequeños, que configuran la vida de una gran ciudad. 
Además de sus tres excepcionales libros de cuentos, Paley es autora de tres libros de poesía, una miscelánea de obras en verso y prosa y una colección de artículos, reportajes y conferencias. 
Divorciada del cineasta, Grace Paley se casó en 1972 con el poeta, novelista, dramaturgo y arquitecto paisajista Robert Nichols, que fue su marido por el resto de sus días. A los dos años de su segundo matrimonio, Paley publicó Enormes cambios en el último minuto, donde figura el relato "Conversación con mi padre", que siempre se ha tomado como una declaración de principios sobre su narrativa. El padre enfermo, viejo y con oxígeno lee un cuento de la hija y le hace algunos reproches: debería parecerse a Maupassant y Chéjov, dar más detalles sobre sus personajes, construir una trama más compacta, no dejar tan abiertos los finales... Ella se defiende y contraataca con delicadeza y contundencia, hace valer sus planteamientos.
Paley, que se definía como "pacifista combativa" y "anarquista cooperadora", siempre dijo que el matrimonio y los hijos, la escritura y la militancia política eran actividades compatibles y que para ella era una suerte haber podido dedicarse a las tres cosas. Los historiadores señalan, no obstante, que sus compromisos como activista le quitaron tiempo para la literatura, lo que explica lo reducido de su producción literaria.
PANCAKE,  BREECE D´J
Trilobites
Editorial ALFHA DECAY
La mayoría de los protagonistas de los relatos son hombres. Hombres atormentados que ven amanecer desde sus casas o se desplazan a lomas cercanas para recibir la primera luz del día. Hombres jóvenes que realizan cortos trayectos por carreteras estrechas y mal asfaltadas. Hombres que comen tortuga y ardilla. Hombres que beben desaforadamente. Hombres acostumbrados a pelear. Hombres con heridas abiertas desde la infancia. 
Trilobites incluye doce cuentos en los que el autor retrata un momento de la existencia de esos personajes turbios y condenados al fracaso. En las cinco historias narradas en primera persona late el pasado como conflicto: familias de acogida, traiciones, abandonos. En “Trilobites” el joven que de niño confundió un avión con un pterodáctilo se acuesta por última vez con la chica que ha cambiado el pueblo por la universidad. En “Una habitación para siempre” el segundo de un remolcador a punto de embarcar paga en Nochevieja a una putilla adolescente que intenta suicidarse. En “Una y otra vez” el granjero al volante de un quitanieves recoge a un autoestopista sin dejar de pensar en el hijo que se ha largado tras la muerte de su esposa y en los guarros que alimenta hasta que mueren de viejos. El narrador de “El honor de los muertos” rememora los días en que, al contrario que su mejor amigo, después fallecido en combate, hizo trampas para librarse de la guerra del Vietnam. El gasolinero de “Mi salvación” culpa de su vida arrastrada al compinche que le dejó en la estacada en el agujero rural al que regresa después de haber triunfado en Broadway, en un deportivo y del brazo de una imponente rubia. 
La escritura de Breece D´J Pancake es directa siempre, y a menudo febril, incluso incandescente. La frase corta y los diálogos mordaces aportan pulso narrativo a unas tramas apenas apuntadas. 
El autor arriesga y gana en el exigente modo en que encaja las andanzas de sus criaturas en el entorno físico de West Virginia, uno de los territorios más atrasados de Estados Unidos durante la década de 1970. Su mirada, entonces a contracorriente, combina sinceridad, hondura y talento literario.
La publicación de este libro en 1982 provocó el rendido reconocimiento de escritores de la talla de Kurt Vonnegut, Margaret Atwood y Joyce Carol Oates, pero Breece D´ J Pancake nunca supo de su sobresaliente irrupción en las letras americanas. Tres años antes, con sólo 26, se había quitado la vida en Charlottesville,                           Extractos tomados del blog LaSimienteNegra.
PAPINI, GIOVANNI
El piloto ciego
Editorial  REY LEAR
Jorge Luis Borges aseguraba que de Giovanni Papini, uno de sus escritores predilectos, pervivirían algunos aforismos, algunas páginas, algunos cuentos… Y entre ellos figuran sin duda varios de los que componen El piloto ciego, una de las grandes obras de la literatura fantástica de principios del siglo XX que, inexplicablemente, desde hace décadas no ha sido reeditada en español. Maestro de Dino Buzzati y discípulo de Edgar Allan Poe, en el prólogo a esta edición Alicia Mariño señala que «si los cuentos papinianos no reflejan el terror o la morbosidad de la temática de Poe, es evidente que en ellos se desborda la extrañeza y la reflexión metafísica, tratadas con mayor o menor grado de ironía y sarcasmo junto a una magnífica práctica del suspense, que acaba provocando en el lector un efecto abrumador de sorpresa, desconcierto y turbación». Muchos de estos cuentos están emparentados con el absurdo de Kafka; pero también con la búsqueda de la verdad, la cual el autor nos arroja a la cara a veces con melancolía y a veces con desesperación. La prosa de Papini tiene una extraña belleza donde palpita sin duda la angustia. 

PAPINI, GIOVANNI
Palabras y sangre
Editorial  REY LEAR
Escritos entre 1907 y 1910, los catorce cuentos trágicos que componen Palabras y sangre son aún más desagarrados e hirientes que los de El piloto ciego, como si pretendiesen despertar al mundo para evitar la primera gran guerra que sacudiría Europa sólo cuatro años después. Con su peculiar estilo para mezclar lo fantástico con lo real, y obsesionado por la «perversa o enferma» psicología humana, el gran autor italiano utiliza la palabra para gritar contra la angustiosa realidad a la que se siente condenado. Maestro de Dino Buzzati, ensalzado y admirado por Borges, Palabras y sangre es una de las grandes obras de un Papini que, sin miedo ni esperanza, entiende la vida como «el esfuerzo y el dolor que, a través del misterio, conducen hacia la nada». Sarcástico y brutal, lo que proporciona a la obra una extraña belleza poética, por estas narraciones desfilan personajes que se intercambian las almas, un asesino que harto de burlar a la Justicia decide condenarse a sí mismo, un suicida que se tira al Ródano «sin ninguna razón» o un pintor capaz de reflejar en el lienzo el rostro que tendrán en el futuro los modelos que retrata. Historias simbólicas y filosóficas que crean un nuevo género literario en el que la palabra se convierte en un angustioso desasosiego, en una sangre de tinta que traspasa las fronteras de lo literario.
PARKER, DOROTHY
Colgando de un hilo
Editorial  LUMEN
Colgando de un hilo es un retrato de la sociedad neoyorkina de la primera mitad del siglo XX, de una parte de esa sociedad, pudiente, sofisticada (aunque hay algún relato con protagonistas menos acomodados) y en la que Dorothy Parker, con una pluma certera y afilada y un sentido del humor desbordante, no sé si decir que denuncia pero desde luego sí retrata el machismo latente de la misma. Es un libro extraordinariamente divertido, pero no trivial, en manos de Dorothy Parker el humor es un arma poderosa. Los relatos son las colaboraciones de la autora con publicaciones señeras como The New Yorker, Vogue o Vanity.
No todos los relatos son de alcohol, ejecutivos y mujeres, hay uno especialmente emocionante de la mujer de un militar que prepara con esmero su encuentro fugaz con el marido ausente y ve cómo la situación se va apartando de sus planes y su propia estabilidad emocional la acompaña a terrenos fuera de su control. Son mujeres acostumbradas a vivir con un nivel de infelicidad aparentemente incompatible con el papel de mujeres plenas y realizadas que la sociedad les imponía y tiene Dorothy Parker un talento natural para conseguir que colarse en la piel de esas mujeres.
Patricio Pron en Babelia, certificaba que "Dorothy Parker fue una maestra de la economía narrativa y del cuento: en los que adoptan la forma de un monólogo (‘Revelación’, por ejemplo), el lector asiste perplejo a la manera en que la autora se las arregla para desarrollar simultáneamente una situación y una voz; en los que se componen casi exclusivamente de diálogos (como ‘El último té’), es asombroso que nada parezca faltar y que la tragedia esté toda allí, frívola o relevante, ante los ojos del lector. Aunque en el relato ‘La liga’, Parker diga de sí misma que es “terrible” y “venenosa”, los relatos de Colgando de un hilo (entre los que no se encuentran dos de los mejores de la autora: ‘Arreglo en blanco y negro’ y el canónico ‘Una rubia imponente’) muestran que no era ajena a la ternura y a la compasión por sus personajes, y que conocía esa “soledad de las parejas” que daba nombre a otra colección de relatos suyos y a buena parte de la experiencia amorosa, en su época, pero también en la nuestra. En ese sentido, se equivoca quien sólo tenga un interés historiográfico en estos cuentos, ilustrados con talento, pero sin mucha inspiración, por el italiano Simone Massoni."
PAVIC, MILOAD
Siete pecados capitales
Editorial  SEXTO PISO
Este libro es una celebración de la literatura. Un gozo logrado con ingredientes tan esenciales como invención, inteligencia y un punto de atavismo.
El libro está poblado de sueños e insomnios, de cárceles en espejos y de presencias que deambulan por una vigilia ofuscada.
"-¿Estás segura de no estar soñando con esos dos cada noche?
-¿Cómo que soñando con esos dos? -contestó la señorita Dalasena perpleja- pellízcate, mujer, es contigo con quien estoy soñando cada noche. Ahora, mientras estamos diciendo esto y mientras tú escribes. Eso ocurre en el sueño." pág. 56
El flujo de invenciones y sueños cruza todos los relatos. También personajes de otras obras del autor e incluso él mismo. Y sobre todo un espejo con un agujero cuya obstinada presencia lo convierte en un objeto mágico, a través del cual los personajes navegan entre la realidad y el sueño.
Pavic es un prestidigitador y la libertad con que se enfrenta a la escritura es de una envidiable naturalidad. En él todo es materia de ficción y la mayor complicidad que puede ofrecer al lector es la posibilidad de convertirse en personaje del libro que está leyendo. Como en una banda de Moebius, con Pavic estamos a la vez dentro y fuera del texto.
Reseña en este blog.
PEDREGOSA, ALEJANDRO
O
Editorial CUADERNOS del VIGÍA 
O es un título redondo. O es una exclamación sin hache. Exclamación, signo de interjección sobre la cabeza, es la consecuencia de leer O, tras leer las historias de O. Alejandro Pedregosa vuelve al cuento en esta cuidada edición de la granadina Cuadernos del Vigía, que sigue apostando por armar una selección absoluta con vocación mundial de cuentistas españoles. O sirve también al autor para exponer un juego de títulos. Siempre acompaña un personaje, una referencia, una guía para el lector, un juego de conocimiento y evocación en el nombre de los protagonistas. A un lado el protagonista –el nombre—, al otro el alto concepto. Separados por la “o”. Todos plantean la propuesta disyuntiva que ocasiona una íntima conexión de conceptos. En la antigüedad, y no tan atrás, ese “o” ponía a un lado el título oficial y al otro el que lo hizo conocido pero oficioso. O bien planteaba un segundo miembro aclaratorio.
En la colección hay dos temas que el autor trabaja con sobriedad, a veces saludable comicidad, casi siempre con ternura. Uno, donde engloba la ayuda, el sacrificio, el compromiso, el cuidado. Personajes que cuidan de otros personajes. Sacrificios y compromisos con el otro. Jacob que cuida de Esaú, La Santa que cura al pastor, Sócrates arrepentido cuida al joven ejecutor, Fermín quisiera cuidar de Gretel… en casi todos los cuentos aparece una pareja, una dualidad que son multitud suficiente y se encuentran engarzados en su inicio y en su final.
El otro tema principal se refleja desde la mayoría de los títulos: triunfa el derrocamiento de las palabras generales, de los altos conceptos: Monarquía, Patriotismo, Vasallaje, que quedan reducidos a la cobardía, la trampa, la locura y el miedo. Tras el “o” disyuntivo aparece el descenso a las realidades cotidianas de la pobreza, la fraternidad, la esclavitud, la represión.
Técnicamente sus relatos no se sustentan en el juego de la sorpresa sino en el fundamento de remover la conciencia y suscitar la emoción, cosa que el lector siempre agradece, invitado al juego de la inteligencia y la ironía. Disfruten de las reencarnaciones de Don Camilo y Peppone, de Herodes y Jonás, de Mambrú, Electra, Celestina y Patronio. Personajes que proceden de los cuatro puntos cardinales de la memoria literaria, de la tradición bíblica, de la mitología, la filosofía y el cuento infantil. Ellos han obtenido una nueva vida, tres páginas donde poner su nombre y su acervo al servicio de otros, en la piel de personajes del día de hoy.
Extractos del artículo de Alfonso Salazar en InfoLibre.com
PENKOV, MIRSLAV
Al Este de Occidente
Editorial SEIX BARRAL
Extraordinario libro de relatos a través de la historia de Bulgaria con final en Estados Unidos. No me cansaré de recomendarlo. C. FDEZ. CUBAS
En estos ocho relatos Penkov nos sumerge en siglos de tumulto de la historia de Bulgaria y la Europa del Este, y nos presenta un entrañable elenco de personajes que deambulan entre un pasado terrible y un futuro que no parece mucho más esperanzador: dos enamorados se reúnen una vez cada cinco años en el río que divide su pueblo entre el Este y Occidente; un nieto intenta comprar el cadáver de Lenin en eBay para regalárselo a su abuelo comunista. Pero incluso cuando el peso de la historia o el dolor del exilio parecen insoportables, los relatos de Al este de Occidente están animados por un inigualable sentido del absurdo y una rotunda afirmación de esperanza. Como hiciera James Joyce en Dublineses u Orhan Pamuk en Estambul, Penkov teje un retrato de su tierra natal y las almas de sus gentes, y consigue a través de estos relatos trascender fronteras: demuestra que el amor, la muerte y todo aquello que nos hace humanos permanece inalterable en el espacio y el tiempo.
Penkov logra hacer un retrato impresionante y muy emotivo de su Bulgaria natal, lo que teniendo en cuenta que vive en Estados Unidos desde los dieciocho años, lo hace todavía más meritorio.
El relato más conocido y quizá el más logrado es "Comprar a Lenin". La historia de un joven búlgaro que emigra a Estados Unidos en busca de fortuna. El comienzo del relato es genial: 
"Cuando mi abuelo se enteró de que me iba a estudiar a Estados Unidos, me escribió una nota de despedida. "Cerdo capitalista - decía la nota -, buen viaje. Con amor, tu abuelo." Estaba escrita en una arrugada papeleta roja de las elecciones de 1991, que era una pieza esencial de la colección de papeletas comunistas de mi abuelo y llevaba las firmas de todos los habitantes del pueblo de Leningrado. Me emocionó ser objeto de ese honor y escribí a mi abuelo la siguiente respuesta: "Pardillo comunista, gracias por tu carta. Me voy mañana, y cuando llegué intentaré casarme con una estadounidense lo antes posible. Tendré muchos hijos estadounidenses. Con amor, tu nieto."
PEREIRA, ANTONIO
 Las ciudades de Poniente
Editorial ANAYA & MARIO MUCHNIK
Como queda de manifiesto en libros como El síndrome de Estocolmo, Cuentos de la Cábila o La divisa en la torre, Antonio Pereira es uno de los más destacados cultivadores de la narrativa breve en el ámbito español. Las ciudades de poniente, libro merecedor del Premio Torrente Ballester en 1993, reúne veintiséis cuentos que se desarrollan en buena parte sobre el fondo de nuestro noroeste peninsular.  En estas ciudades -reales e imaginadas- todo puede ocurrir y lo cotidiano siempre acaba mostrándonos una insólita extrañeza. Las tierras y los pueblos, así como los numerosos personajes de toda laya que pueblan estos relatos, cuya humanidad Pereira dibuja con maestría, son los protagonistas de estas instantáneas de vida cuya engañosa sencillez envuelve al lector para depositarlo sin brusquedades en un desenlace sorprendente o suscitar en él un perdurable poso de sentimiento.
PEREIRA, ANTONIO
Cuentos para lectores cómplices
Colección AUSTRAL
Este es un libro de largo aliento entre los de Pereira y lo es por dos motivos: uno es la estructura narrativa, que aparece más trabajada y abierta (como en Las erotecas infinitas). Otro son las referencias geográficas donde se ubican, repartidas prácticamente por todo el mundo: Túnez, Nepal, Londres; ofreciéndonos a sus lectores un periplo internacional más allá de su indefectible noroeste ibérico. 
Pereira es un narrador de pulso firme. Se nota el dominio y la precisión en el desarrollo del relato, en la redacción de párrafos literariamente intensos y en la potencia de los giros finales donde, más allá de la mera sorpresa, confluye todo el cuento. El Ingeniero Démencour, Los brazos de la i griega, El pozo encerrado, Las erotecas infinitas, El Ingeniero Balboa o El sitio del Inglés son magistrales. Este último es una novela comprimida sobre los deseos y esperanzas de una pareja de novios que construyen castillos en el aire en una mansión abandonada. El giro final es descorazonador.
Las erotecas infinitas es una delicia literaria con una estructura de cajas chinas, mientras que Matar la mosca cuando empieza tiene la viscosidad de las pesadillas. Un grande del cuento.

PEREIRA, ANTONIO
Cuentos de la Cábila
ALIANZA Editorial 
La Villafranca del Bierzo de los años de la República y del primer franquismo es el marco en el que transcurren estos CUENTOS DE LA CÁBILA, los cuales constituyen una «suite» de relatos que, si individualmente son muestras ejemplares del género, en su conjunto conforman la educación sentimental de un chico de precoz vocación literaria que se asoma a los secretos del sexo, del mundo y de la vida. Maestro de los quiebros argumentales, el autor conduce al lector con naturalidad hacia un final sorprendente e inesperado, en lo que demuestra una gran maestría, y que es una de sus características estilísticas. 
Lo que estos relatos enseñan es cómo un detalle insignificante, una frase, un gesto, cualquier hecho minúsculo puede utilizarse, sea cual fuere su contenido, para erigir un bosquejo narrativo que interesa y divierte al lector. Ahí podemos hallar relatos sobre las primeras tentativas poéticas -La orla-, los primeros enamoramientos adolescentes -la orbea del coadjutor- o el aislamiento lector -La tuberculosis-. De todos modos merece la pena leer los que tienen como fondo la guerra civil y más en concreto "Apariciones", en él encontramos un enorme poder de evocación y un rigor expositivo magistral.

PEREIRA, ANTONIO
El síndrome de Estocolmo
ALIANZA Editorial 
Pereira es un autor cuya obra está muy vinculada a la oralidad de los filandones leoneses. Tan es así que él mismo revela: “Cuando termino un cuento y tengo dudas sobre su calidad me lo leo a mí mismo en voz alta para ver si funciona.”
Este es el quinto volumen de cuentos publicado por el autor y es el primero donde sus temáticas y personajes vienen de otras latitudes geográficas distintas de su Noroeste querido: Argentina, Puerto Rico, Brasil, Venezuela, Nueva Orleans, Rusia, Rusia que se repite...
“A los de aquí nos gustan los viajes y es por contarlos al volver.” Esas palabras las dice un personaje de uno de los cuentos. La dimensión humana de los textos de Antonio Pereira es proporcional a su autenticidad, a la calidad humana y a la cordialidad de su autor. Su frente cervantina es un claro síntoma que anuncia la ironía, el humor, la profundidad sicológica, la distancia y la ternura hacia los personajes.
PÉREZ ESTRADA, R.
El coleccionista
Editorial LAS CUATRO ESTACIONES
LA QUIMERA
Sólo la halló en lo circunstancial y, sin embargo, su vida estuvo dedicada a ella. Una tarde, de niño, creyó reconocerla fugaz entre las sombras de las palmeras del parque de su infancia. Antes la había visto -y no recordaba si fue la primera vez- envuelta en palomas y encajes posando para un fotógrafo ya sólo existente en el olvido. Años más tarde, en Nueva York, caminando próximo al peligro de Harlem, encontró, cerca de una boca de riego, la huella de su pie desnudo, y puso la mano sobre la humedad en un intento inútil de librarla de la evaporación; más tarde, en una extraña tienda de lepidópteros regentada por un chino de maneras crueles, le pareció identificarla en el espejismo de un rostro reflejado primero en un espejo y luego transparente en el cristal de una cala de mariposas gigantes de Brasil. En Florencia equivocó su figura con la de una modelo que huía y resultó ser demasiado leve para ser ella. En París fue el calor de un perfume en un ascensor recién abandonado. También en Venecia la llamó a gritos y su osadía -un equívoco- provocó un grave escándalo al quitar, torpe, el antifaz a una muchacha colérica que en nada se le parecía. Supo de ella en Benarés: había estado investigando sobre las antiguas cacerías principescas del tigre literario. En Shanghai fue detenido -una cuestión de honor- al disparar sobre una sombra infiel abrazada a otra sombra. Pasó la mayor parte de su vida buscando en los archivos fotográficos de los artistas de moda una imagen que la memoria, nunca el deseo, deshacía lentamente. Y en la vejez, más comedido, no hizo confidencias de otras dudas y encuentros, pero siguió esperándola.

PERI ROSSI, CRISTINA
Habitaciones privadas
Editorial   MENOSCUARTO
Estas diez narraciones ofrecen una imagen amarga de la existencia de las personas en la sociedad contemporánea.
Si un extraño aterrizara en una de nuestras grandes ciudades y quisiera saber cómo viven y qué sienten los urbanitas, este libro le daría una visión sutil e irónica de los deseos, los conflictos y las ilusiones del ser humano de hoy. Todos los relatos comparten ese escenario urbano y su desarrollo en espacios cerrados: un after hours, un cuarto de hotel, un plató de televisión o una oficina. Los pequeños dramas cotidianos y la búsqueda de amistad, amor o sexo muestran los aspectos más conflictivos del capitalismo tardío. Disfruten, padezcan, gocen y regocíjense con Cristina Peri Rossi y sus Habitaciones privadas, nuestro mundo, con sus ilusiones y sus frustraciones.
En Carta blanca, un hombre se refugia, frente a la vida insatisfactoria que tiene, en un juego de cartas por ordenador: mientras juega encuentra relajación. La historia de HB2 se desarrolla durante un Congreso de Neuropatía y Oncología, en el que un laboratorio tiene como objetivo promocionar un nuevo medicamento para el tratamiento del cáncer de pulmón. Ésta es una narración desalentadora sobre la primacía del interés económico en el desarrollo de medicamentos, sobre la inefi
En Carta blanca, un hombre se refugia, frente a la vida insatisfactoria que tiene, en un juego de cartas por ordenador: mientras juega encuentra relajación Desolación y soledad, ilusiones y frustraciones, conflictos cotidianos y búsqueda de vías de escape: sobre eso trata Habitaciones privadas, con no poca ironía
PERI ROSSI, CRISTINA
Los amores equivocados
Editorial  MENOSCUARTO
Un camionero recoge a una joven en la carretera, un marido infiel descubre que su mujer lo ha engañado, una profesora se acuesta con una alumna que le ha tendido una trampa para ahuyentar a su amante, un encuentro azaroso que ilumina una pasión, un hombre se asfixia con un pelo del pubis de su amante: todos los cuentos de 'Los amores equivocados' narran el momento de una seducción tan pasional como imprevista y difícil de evitar. La extraordinaria habilidad de Cristina Peri Rossi nos hace cómplices de esa mágica atracción inesperada, de ese fuerte flechazo del que no es posible sustraerse. Es probable que este sea su libro más brillante, sus historias se desarrollan en ambientes urbanos y contemporáneos donde la soledad y los encuentros fugaces siempre dejan huella, asaltados por los imprevisto y la pasión incendiaria. 
La autora hispano-uruguaya confiesa que se deja seducir por las emociones y por el subconsciente. Aquí están presentes el amor y el erotismo, pero también el deseo y las tradiciones conyugales. Hay mucha carnalidad en los relatos. Parece que la autora quisiera trasladarnos la enorme fuerza de la atracción y del amor. La autora piensa: "Amar nunca es equivocado. El que ama vive la mayor intensidad emocional, sentimental y sensorial; por eso los cobardes y egoístas nunca aman." ; 
El preciso y lírico estilo de Peri Rossi nos ayuda a sentir esa intensidad emocional.
PERUCHO, JOAN
Galería de espejos sin fondo
Editorial ORBIS 
Joan Perucho tuvo que pagar el peaje de la miopía de su tiempo, los años cincuenta y sesenta, que lo relegaron a los círculos cultos y connaiseurs. Su narrativa tiende con naturalidad a la fabulación en cuentos, leyendas, novelas y fragmentos colmados de erudición y belleza. Frente al olvido de un realismo imperante, tuvo que ser Harold Bloom quien fijara su enorme altura literaria al incluirlo en su famoso Canon occidental.
La obra narrativa de Juan Perucho se basa en una imaginación portentosa y lúdica, y combina de forma muy personal -al estilo de Calvino y Borges- elementos fantásticos y erudición histórica. Él mismo lo ha reconocido así: "El centro de mi trabajo narrativo se ha nutrido de la combinación de elementos imaginativos y de pura ficción con otros de raíz histórica". Su prosa es elegante, irónica e ilustrada sin atisbo de retórica. Formó tándem con Álvaro Cunqueiro. Les unían los universos fantásticos y la gastronomía, la poesía y una cierta manera de concebir la existencia.
Su estreno narrativo fue con la novela Llibre de cavalleries (1957), que le convierte, desde ese mismo momento en un heterodoxo: un tipo original que prefiere la fantasía erudita al compromiso literario de orden social.
El propio Perucho definió los asuntos y estilo de su obra en el prólogo a Roses, Diables i somriures: "Este libro es floral, monstruosamente artificioso y esteticista y, entre los recortados ramajes de su jardinería decadente, surgen rostros de diablos, sonrisas y rosas enigmáticas y deshojadas. El temario deriva y discurre hacia alquimias, castillos, fantasmas, perfumes, animales fabulosos, cortesanas francesas, magia, gastronomía y antiguos bailes de disfraces. Es, pues, un libro especialmente apto para los voluptuosos y para los entusiastas del ´final de siglo´(...). El autor no lamenta el gusto que siente por estas cosas, las restantes tienden a aburrirle.".
¿Qué hay detrás de los espejos? ¿Y detrás de las cosas reflejadas en las aguas plácidas -y a veces no tan plácidas- de los espejos? "Me obsesionan los espejos. Reflejan la lenta e infinita concatenación de la realidad", reconoció Perucho; quien declaró su fascinación por el doble filo que esconden los espejos; es decir, el reflejo pero también lo que se esconde detrás del reflejo, que abre un camino sumamente seductor de posibilidades a la imaginación y a la fantasía. 
La poética de Perucho es una poética de lo invisible y de lo intemporal. Su obra es de una libertad pasmosa y en ella se mezclan géneros sin cesar. 
Para Perucho lo fantástico significa el acceso a otros mundos, otros ámbitos. En su libro de memorias Los jardines de la melancolía señala que "El misterio mantiene al hombre en su búsqueda de la verdad imposible. Para algunos, misterio equivale a poesía. El hombre es el gran interrogador. "

Por otro lado en su obras pervive el fervor por las relecturas históricas, por los apasionantes juegos de ajedrez en el tablero de países, hechos fabulosos, épocas, personajes y aventuras múltiples ocurridas o no. Él mismo lo definió como "la capacidad de inventar historias apócrifas es un recurso para instalarme en el corazón de los acontecimiento pasados, de fabricar puertas secretas con el fin de penetrar furtivamente en los misterios de antaño. El pasado nos revelará la naturaleza del presente."
Sabios, ocultistas, eminentes zoólogos y exploradores, caballeros errantes, poetas, inventores, místicos, anacoretas, inflamados patriotas, liberales exiliados en París o Londres, adoradores del diablo, eruditos de lo maravilloso, médiums sabrán por encima de todo que la poesía es el verdadero manto protector que está detrás de todas las cosas y todas las gestas, que salva y purifica a la vez, y que hay que ser capaces de hallarla en la realidad, porque sin ella "el hombre colisiona su ser por los caminos del mundo", dirá Perucho en el Dietario apócrifo de Octavio de Romeu (1985)

Extractos tomados del prólogo que escribió Mercedes Monmany al libro "De lo maravilloso y lo real. Antología". Obra editada por la Fundación Banco Santander en la Colección Obra Fundamental.
PERUCHO, JOAN
Rosas, diablos y sonrisas
Editorial ESPASA-CALPE 
El volumen incluye dos libros Rosas, diablos y sonrisas (1965) y La sonrisa de Eros (1968) acompañados por un atinado estudio de Fernando Valls.
El primero se divide en dos partes: “Historias apócrifas” y “Rosas y sonrisas”. En la primera, partiendo de hechos o anécdotas históricas, el autor encuentra y abre esas "puertas secretas" con que que arrojan nueva luz (invención) sobre los misterios de antaño: el origen galaico de Hamlet, los viajes no acreditados de Rocambole, los turbios orígenes de Risorgimiento, un relato inédito de Lovecraft (autor por quien Perucho sentía especial predilección), una (bellísima) fábula de sirenas y comadrejas y, una estampa de Sherlock Holmes.
Bajo la apariencia de una reseña profesoral cuajada de fino humor, Perucho da noticia de Murder and fashion (un caso extraviado del Canon), en el que S.H. y Mortimer (por Moriarty) recorren el mundo, con pasión a la caza y captura de una liga de valor histórico y proveniencia aristocrática que es diseccionada y analizada con irónico apasionamiento y erudita erotomanía. 
Un fino humor atraviesa asimismo las apostillas que componen el segundo, Rosas y Sonrisas. La curiosidad intelectual y los amplísimos conocimientos de Perucho nos llevan desde el sitar de los Beatles y el kyrie eleison hasta el comentario sobre inverosímiles usos gastronómicos o la relación de monasterios recónditos con la música sacra. Una delicia literaria.
En la Sonrisa de Eros en cambio se nota el paso del tiempo. Los comentarios de un hombre maduro sobre el ingenio erotismo de los años pop se lee como un periódico viejo encontrado en un desván.

PERUCHO, JUAN
Fabulaciones
ALIANZA Editorial 
Una muy amplia compilación de los escritos imaginativos cortos de Juan Perucho ha sido recogida bajo el título Fabulaciones. El término estampado al frente del libro resulta afortunado, en su sugestiva imprecisión, para nombrar el conjunto de piezas ahora reunidas porque apunta a dos grandes condiciones de la mayor parte de la escritura del autor catalán: gusto por la narración y predominio de lo imaginativo. Las obras recopiladas, sin embargo, ofrecen una mayor variedad que la que supondría una aplicación estricta de esa etiqueta. Bajo el principio común de la pura creatividad, se alojan clases de escritos no poco diferentes: estampas semilíricas, invenciones imaginativas en torno a elementos de la naturaleza y relatos de más nítido perfil narrativo. 

El primero de los libros recogidos, Diana y el Mar Muerto (1953), contiene muy breves estampas, cristalizaciones sintéticas de una impresión o mínimas divagaciones que dan pie a un comentario lírico. Esta obrita no tiene su anclaje en lo narrativo sino en la prosa poética en la estela de Juan Ramón  o el Ocnos de Cernuda.
Grupo relativamente autónomo configuran los artículos literarios que nutren al menos tres de los otros libros alojados en el volumen que comentamos: Botánica oculta (1969) con su anexo de pequeño diccionario de plantas mágicas, Lapidario portátil (1972) y Bestiario fantástico (1976), prolongado también con un apéndice, Jaula para pequeños y felices animales. Constituyen estas páginas uno de los sectores característicos de la obra de Perucho y se guían por un común criterio: elaborar un amplio censo de componentes de los tres reinos de la naturaleza –vegetal, mineral y animal– establecido al margen de las ciencias respectivas y sugerido por la más libérrima inspiración. Tal vez sea en estas invenciones donde mejor se pone de relieve el distante escepticismo de Perucho, su rechazo pasivo de la condición humana y su favorable proclama, de corte surrealista, del irracionalismo.
Este grupo de imaginaciones sí guarda parentesco con el otro restante, al que pertenecen Historias secretas de balnearios (1972) y Cuentos, especie de arcón final que contiene relatos de tres libros que habían tenido existencia independiente, Galería de espejos sin fondo (1963), Rosas, diablos y sonrisas (1965) y Nicéforas y el grifo (1968). Este buen puñado de cerca de setenta cuentos suponen, en el conjunto de Fabulaciones, la presencia de lo netamente narrativo, que en los dos sectores anteriores no alcanzaba semejante importancia. Aquí, sí: en un sentido tradicional, el autor monta una trama que encarna en unos personajes que viven en un tiempo y un lugar. Que personajes o hechos de histórica veracidad se reinventen o mezclen con ingeniosas falsedades, que la ucronía o la acronía desbaraten el hilo temporal, que el apócrifo tenga carta de naturaleza..., todo ello forma parte del peculiar sistema artístico de Perucho, el cual encadena en este último bloque algunos de sus cuentos mejores y más característicos.
Extractos tomados del artículo de Sanz Villanueva en RevistaDeLibros
PIÑERA, VIRGILIO
Cuentos Completos
Editorial  ALFAGUARA
Aunque el escritor cubano Virgilio Piñera gustase de autodefinirse como “teatral”, lo cierto es que fue un excelente “cuentista”. No sólo escribió relatos a lo largo de toda su vida, sino que les confirió un estilo y una singularidad tan característicos que su obra ha pasado a ocupar un lugar preeminente en la nómina del cuento hispanoamericano del siglo XX. 
Los cuentos de Piñera (1912-1979), que escribió en las décadas de los cuarenta, cincuenta y sesenta; y que él mismo definió como "cuentos fríos", en razón del proceso de objetividad y distancia narrativa en que fueron proferidos, trazan la intrahistoria de la "psique" en su pujanza de autodefinición donde la libertad expone y exhibe sin pudor ni recato los entresijos de su peculiar naturaleza a-convencional. Se trata, eso sí, de la locura como expresión de lo imposible, que en el orden de la confesión narrativa se ha transformado en posibilidad. que él mismo definió como “cuentos fríos”, en razón del proceso de objetividad y distancia narrativa en que fueron proferidos, trazan la intrahistoria de la psique. "Nada puede ser contrario a la naturaleza. La naturaleza no tiene la menor dificultad en hacer lo que hace, por maravilloso o por horrible que pueda parecer." Esto escribía Jorge Santallana en 1926, un ensayo sobre "locura normal" que era coetáneo del movimiento surrealista que proclamaba la libertad absoluta de los espacios contrastados de nuestra conciencia. El absurdo, lo demoníaco, lo metatextual con su proceso de anulación de la sustancia, el humor negro y despiadado, el esperpento hispano, la abstracción, los minimalismos y la semiótica de la deconstrucción, trazan un río subterráneo a través de este nuestro siglo XX, que lo caracteriza como imperio secular de la locura y el caos.
La locura salvífica y paradojal como parte integrante de la realidad vivencial y psicológica la encontramos en múltiples relatos de Piñera. En La carne se muestra el caso de la salvacion por la locura colectiva como parábola paródica y demencial de una sociedad automutiladora: ante la creciente falta de carne, "con gran sencillez2 y "sin afectación", los ciudadanos decidieron rebanar la carne de sus compatriotas y asegurar así su subsistencia en el "glorioso espectáculo" de su paulatina depauperación. También en "Una desnudez salvadora" encontramos la pradójica idea de que la máxima desposesión de bienes y alimentos es lo que salva a la vida de la amenaza de la muerte. 
El sarcasmo puede asimismo presidir estos ejemplos de salvación por la locura, como en "Amores de vista, cuyo narrador, condenado a la desolación amorosa, decide locamente establecer las propioas reglas de su juego vital y poseer visualmente a las mujeres deseadas. En La caída, por su parte, propone la salvación final dentro de ese imposible desmembramiento progresivo de la anatomía de dos compañeros alpinistas en una caída fatal. El motivo del desmembramiento anatómico de clara raigambre surrealista, es uno de los más paradigmáticos del escritor cubano y lo encontramos en muchos textos: La caída, Unión indestructible, Las partes o El caso Acteón.

Piñera nos habla en sus relatos de una curiosa complicidad; la originalísima simbiosis que sus textos establecen entre la narración lógica, lineal, matemática, precisa y rigurosa, por un lado, y la sustancia imposible, desatinada y disparatada de sus fábulas y tramas. La matemática de los hechos frente a la inanidad de su sentido. 
La salvación por la locura. Por la locura anidada en el propio seno de la razón y que ésta acepta con un espíritu jovial y descarado. En "Unos cuantos niños"
Extractos del estudio de Vicente Cervera Salinas   sobre Piñera.

POISSANT, DAVID JAMES
El cielo de los animales
Editorial  EDHASA
Comparado con Richard Ford y Alice Munro, la aparición de David James Poissant produjo una conmoción literaria en los EEUU. 
El cielo de los animales es un deslumbrante volumen de relatos sobre personas agobiadas por la pérdida, la culpa o lo implacable del amor. Padres que han roto la relación con sus hijos y descubren demasiado tarde el daño que han hecho, matrimonios envueltos en el desasosiego, hermanos que dejaron en el olvido la complicidad y ahora deben purgar ese rencor, amistades que un día son puestas a prueba y dejan paso a la traición. Vidas que no están a la altura de las emociones que generan, donde la presencia de un animal recuerda la existencia de lo inesperado, lo lúdico, lo brutal. Con una escritura límpida, que sabe ser quirúrgica y no escapa al humor, Poissant narra historias al límite, sacudidas por la impiedad y la tristeza. No deja de ser extraño que al terminar de leerlo el sentimiento sea de felicidad. Es el efecto que depara un hallazgo literario. 
 En este su primer libro, Poissant retoma el cuento moderno norteamericano realista: personajes sombríos, inútiles, adictos, torpes, incapaces. Y los hace actuar en construcciones gramaticales sencillas, frases cortas, emociones controladas, objetivismo puro para que el lector sea el que aguante todos los golpes. La apuesta es arriesgada. Cualquiera se ha chocado con tantos falsos Cheevers o Carvers que se siente vacunado contra esos intentos en los que a veces nada pasa ni explota. Pero algunos pocos logran fecundar el género y mostrar que aún puede hacerse vida con él. Es el caso de Poissant.
Por El cielo de los animales desfilan pésimos padres, ineficientes maridos, abúlicos divorciados, un matrimonio que ha perdido a su única hija, hermanos adultos que ya no saben ser compinches como en la infancia, una pareja joven que vive en un refugio bajo tierra, un padre que sufre porque le acaban de informar que su hijo es superdotado. Y desfilan animales, claro, como correlatos a veces demasiado obvios pero que no dejan de cuajar y de recordarnos que a los hombres también nos han sacado de nuestro hábitat, uno que jamás conocimos ni conoceremos y que igual extrañamos: un lugar supuestamente feliz.
Las vidas rotas de los personajes le van dando unidad a este libro de tramas variadas. También lo hace el humor extraño, de mecanismo de defensa, como quien necesita reírse en un velorio. A veces Poissant también se aparta del realismo y se arriesga a cuentos de ciencia ficción (“El bebé brilla”) o delirantes (“Knockout”).
A esta serie de cuentos diversos, que logran una homogeneidad emocional pese a la disparidad de los personajes, se le suma una novela corta armada con el primero y el último de los relatos. El excelente “El hombre lagarto” —donde un cocinero berreta, que estuvo en la cárcel por tirar a su hijo gay por la ventana, tiene que acompañar a un amigo albañil a visitar la casa del padre de este, que acaba de morir— se extiende en “El cielo de los animales”, donde el mismo cocinero, años más tarde, viaja por todo Estados Unidos en su camioneta destartalada para ver al hijo gay y enfermo terminal antes de que expire.
Poissant intenta y logra dar vida a la tradición que elige y ahí está su victoria.
Extractos del artículo de Marcos Crotto en RevistaOtraParte.
POLLOCK, DONALD RAY
Knockemstiff
Editorial LIBROS del SILENCIO
Knockemstiff significa déjalos tiesos, machácalos. También es el nombre de la población de Ohio en la que nació Donald Ray Pollock. Knockemstiff son cuentos tan intrincados unos en otros, por compartir personajes, paisajes y referencias, que más parece una novela. En ese agujero no hay redención ni sueños. Y menos el americano. En cada historia se despliega con grandeza una inmunda sordidez. La pulsión que inunda todo el libro es el ansia de escaparse a la risueña California; pero la única escapada que consiguen sus protagonistas es a través del alcohol, el sexo y, sobretodo las drogas: meth, speed, crack, anfetas, lo que sea. “Casi nadie, y mucho menos Chuck Palahniuk, había logrado retratar al más extremo lumpen aldeano yanqui de un modo tan crudo, real, sincero, poco afectado y la vez –sin caer en la condescendencia, compasivo”, escribe Kiko Amat en el prólogo.
Caravanas cochambrosas, gasolineras mugrientas, accidentes de coche, culturistas con dietas suicidas, alcohólicos sin fin, gente literalmente hecha pedazos es la que deambula por este infierno sin redención.  
El estilo es seco y vívido. Lleno de hallazgos expresivos. Aunque se cuentan historias semejantes, nunca es repetitivo este microuniverso desolador. 
PONS, MAURICE
Virginales
TROPO EDITORES 
Los 10 relatos que componen el libro nos acercan a la infancia. Son historias de seres virginales, puros y libres, aunque no por ello desprovistos de una maldad ingenua y de una sexualidad instintiva.
Estos Virginales tienen como sujeto común el despertar inconsciente de los sentidos, la inocencia del décimo año, el universo de signos, ilusiones y las leyes de la infancia, cuando se aventura en juegos prohibidos. El amor, la muerte, las palabras, la forma y el significado de los objetos cotidianos están cargados de misterio en estos relatos. 
En Miss Fraulein, Ma marraine, Le seducteur, La communiante y A bicyclette, se adivina una serie de placeres sensuales, que rozan lo prohibido, pero tratados de un modo inesperadamente natural. Por otro lado en Balzac, Le gniagnia, Mots d’enfants, En Tripolitaine y Los mocosos nos transportan a los juegos y travesuras de antaño con entrañables retazos de fantasía. 
La publicación de Virginales en 1955 ofendió a los escritores consolidados y, tras ganar el prestigioso premio Grand Prix de la Nouvelle, abrió una vía de renovación en la literatura francesa.
Maurice Pons nació en strasburgo en 1925. En 1955 debuta en las letras con Virginales. François Truffaut se basó en tres relatos de Virginales para realizar su película Les Mistons (Los Mocosos). 
En casi cuarenta años de carrera Pons ha escrito una veintena de libros, muchos de los cuales han sido llevados a la pantalla, al teatro e incluso a la danza. Entre ellos destacan la novela autobiográfica El zapatero Aristóteles (1958), El pasajero de la noche (1960), historia sobre la guerra de Argelia (Maurice Pons es uno de los firmantes del manifiesto de los 121, apoyando la insumisión en la guerra de Argelia), Las estaciones (1965), Rosa (1967), Miss B. (1973) y La casa de los cerveceros (1978).
PRITCHETT, V. S.
Amor ciego
Editorial  LA BESTIA EQUILÁTERA
Con un talento magistral para el diálogo, y para volver extrañas situaciones en apariencia ordinarias, los cuentos de Amor ciego funcionan como puerta de entrada a la obra del inglés V.S. Pritchett.
Nacido en 1900 y muerto en 1997, Pritchett es ya un hombre de otra época. De ese anacronismo da cuenta la definición que de él hizo Paul Theroux y que la contratapa de Amor ciego registra: “El último hombre de letras”. Algo de eso hay en la vida de este escritor autodidacta que dejó la escuela a los quince años para trabajar, viajar y leer todo lo que estuviera a su alcance, y también en el tamaño monumental de su obra: sólo sus Complete Collected Stories suman unas mil páginas. A pesar de que su larga carrera registra altibajos, sus cuentos hicieron siempre un culto de la construcción de situaciones ordinarias hasta el detalle que las vuelve extrañas, y de un oído magistral para el diálogo.
Estas características se pueden leer también en los seis cuentos que integran Amor ciego, que pertenecen a distintas etapas de la producción de Pritchett: son algunos de sus cuentos más celebrados y todos ellos tienen por eje temático el amor (en sus muy distintas formas).
Pritchett también maneja con solvencia el factor tiempo, lo que le permite alternar entre escenas del presente narrativo, el pasado y el futuro sin problemas. De esos saltos acotados resultan yuxtaposiciones casi epifánicas. Esto funciona sobre todo en “Amor ciego” (el mejor cuento del libro)
“Me convertí en un extranjero. Porque eso es, para mí, un escritor: un hombre que vive al otro lado de una frontera”, escribió Pritchett al final de A Cab at the Door, el primer volumen de su autobiografía. Así pueden leerse todos los cuentos de Amor ciego.
Extractos tomados del artículo de  Lucas Mertehikian en LosInrockuptibles
PUSHKIN, A. S. 
Cuentos completos
Editorial  ALBA
Pushkin (1799-1837) está considerado el padre fundador de la literatura moderna rusa. Rechazó el canon clásico en el que predominaban las odas al zar y rompió la barrera entre el lenguaje altisonante y el cotidiano .«¿Suponen, acaso, que suena mejor por ser más largo?» Así reaccionaba Aleksandr S. Pushkin (1799-1837) contra aquellos «escritores que, considerando una vulgaridad expresar con sencillez las cosas más simples, pretenden animar una prosa infantil con muchas palabras y blandas metáforas», y que eran, por cierto, sus predecesores en las letras rusas. Si Pushkin fue un emblema nacional como poeta, su obra narrativa, por su precisión y brevedad, por su exigencia de «ideas y más ideas», supuso una auténtica innovación. Escribió con un lenguaje que todavía se utiliza en Rusia para la comunicación oral y escrita.
Esta edición de sus Narraciones completas, que incluye piezas tan famosas como «La dama de pique» o «La hija del capitán» junto con muchas otras hasta ahora inéditas en español, ofrece asimismo las claves del peculiar romanticismo pushkiniano, rápido, templado y estricto. Sus héroes y heroínas —nobles bandoleros, húsares y cosacos, dandis de Petersburgo, princesas patriotas y señoritas novelescas— se ven envueltos en lances extraordinarios y gráciles mascaradas, pero son observados por un narrador que, además de dominar con habilidad extrema los recursos de la trama; es capaz de verla al trasluz, de contemplar con humor tanto lo romántico como la decepción de lo romántico. Su obra influyó decisivamente en Gógol, Dostoievski y Tolstói y su romanticismo impregnó las notas de compositores como Chaikovski y Músorgski. En su esfuerzo por crear una literatura autóctona y personal, Pushkin se adelantó a Alesandr Nikoláievich Afanásiev (1826 - 1871) buscando la tradición oral rusa.  Pushkin se dedicó en las décadas de los años veinte y treinta a trasladar al verso relatos populares como Ruslán y Liudmila, El novio, las fábulas de El pope y su siervo Baldá, El zar Saltán, El pescador y el pececillo de oro, La princesa muerta y los siete caballeros  y El gallo de oro
Una razón importante para que Pushkin se haya mantenido tan popular es que sus obras son aparentemente sencillas. El uso del lenguaje cotidiano crea la ilusión de espontaneidad, aunque tan solo hace falta ojear las notas del propio Pushkin para descubrir cuánto tiempo invertía en cada línea. Tenía la habilidad para crear vívidas imágenes con tan solo dos o tres palabras. Alexander Pushkin fue un rebelde por naturaleza que vivió en una época carente de libertad de expresión. Para evitar la censura, ocultaba sus mensajes políticos en forma de cuentos. También fue un bon vivant. Su trágica muerte tras un duelo por disputas amorosas así lo atestigua.
QUIÑONES, FERNANDO
Con el Viento Sur
ALIANZA Editorial 
Antología definitiva y última de la narrativa breve de FERNANDO QUIÑONES supervisada por el propio autor. CON EL VIENTO SUR incluye relatos que van desde el realismo de las narraciones taurinas y populistas hasta la invención fantástica entretejida con elementos históricos verdaderos. El punto cardinal al que alude el título no se limita, sin embargo, a la Andalucía natal del autor: es un Sur más psicológico que geográfico; y el viento que acompaña a cada texto, a cada palabra, transita con igual propiedad por Argentina que por Castilla o Galicia. En la nota que sirve de prólogo a este volumen, Jorge Luis Borges señala la ejemplaridad narrativa de «este gran escritor de la literatura hispánica de nuestro tiempo o, simplemente, de la literatura»: «El único tema es el hombre; una obra de Conrad que abarca los siete mares del mundo no es menos íntima que una novela sedentaria de Proust. Y en los cuentos de Fernando Quiñones está el hombre, su índole y su destino». 
QUIÑONES, FERNANDO
Tusitala  -Relatos Completos-
Editorial  PÁGINAS de ESPUMA
Fernando Quiñones (1930-1998), es sin duda uno de los maestros del género en los últimos cuarenta años. El autor gaditano mimaba sus cuentos hasta el punto de que cuando los reeditaba solía corregirlos, pulirlos e incluso reescribirlos y hasta cambiar el título. Aquí se editan los 90 que fijó de casi 200 que escribió.
En Quiñones se puede advertir una cosmovisión que excede en mucho el racionalismo que va implícito en el realismo; una cosmovisión arraigada en la tierra andaluza, en la cultura popular y oral y en la infancia.
Si analizamos la producción de Quiñones en esta década (los 50) a la luz de los criterios dominantes, vemos que sus colecciones en parte siguen y en parte trasngreden las coordenada de la época. Su realismo, de carácter en todo caso testimonial, se evidencia en la mayor parte de cinco historias del vino y se acrecienta en La gran temporada; pero ya en la primera colección hay un cuentos fantástico: "Muerte de un semidiós". Este cuento, anterior a 1960, muestra que la propensión de Quiñones a la fantasía es anterior a su contacto directo con Borges, aunque este contacto puede explicar, hasta cierto punto, que la tercera colección quiñoniana (La guerra, el mar y otros excesos) sea íntegramente fantástica.
En el cuento preferido de Quiñones "Jasón Martínez", se refiere cómo el espíritu heroico, salvaje y aventurero del argonauta se encarna inexplicablemente en un modesto viajante de comercio que tiene de pronto sed de oro, que habla a ratos un extraño idioma y que muere enajenado. Este motivo temático, el de sentirse invadido, poseído por el Tiempo con mayúsculas, será una constante en la poesía y en la narrativa quiñonianas. Lo volvemos a encontrar formulado en un cuento muy posterior "Primavera de 1916", incluido en Nos han dejado solos. Libro de los andaluces (1980), sólo que aquí la perspectiva es distinta: lo fantástico, lo inexplicable, se integra en la realidad y está visto desde dentro de una sensibilidad especial y de una cultura que es la andaluza, y en gran medida la andaluza de tradición oral, en una perspectiva inregradora que, más allá de la tesis realista y la antítesis fantástica, tiene mucho que ver con el realismo mágico. 
Algo similar aparecerá, más tarde aún, en "El baile", el cuento que cierra El coro a dos voces (1997). Esta extraña apariencia numénica de dejarse invadir y poseer por los otros, por las voces de los otros, es la que se formula en un poema titulado "Poética", que sintetiza a la perfección de qué manera la palabra de Quiñones se concibe como formulación artística de la otredad, de la alteridad que, a través del Tiempo -con mayúsculas- es el duende.
Extractos tomados del artículo de Ana-Sofía Pérez-Bustamante sobre Tusitala.
QUIRINY, BERNARD
Cuentos carnívoros       *****
Editorial   ACANTILADO
«Si estos hechos pasmosos son reales, voy a volverme loco; si son imaginarios, ya lo estoy». El autor escogió esta cita de Ambrose Bierce para el frontis de su libro y en él nos señala la línea que van a recorrer los catorce relatos que lo integran: fantasía, surrealismo, extrañeza e inquietud. El lector se verá llevado, de la mano de un escritor iluminado por un poético y volátil humor negro, hacia un vertiginoso torbellino.
En Cuentos carnívoros (2010), el escritor francés desplaza la lógica aplastante de las cosas que nos rodean, los objetos más comunes de la vida cotidiana, para darles una nueva oportunidad, componiendo un libro inquietante y maravilloso. Algunos de sus cuentos transmiten turbación, otros fascinación, otros un punto de desasosiego. Algunos otros juegan a imaginar vidas que no han sido pero podrían haber sido, al más puro estilo Borges. 
Bernard Quiriny nació en Bélgica en 1978. Es profesor de Derecho y Filosofía en la Universidad de Burgundy, Francia. Sus libros de relatos cortos han recibido numerosos premios. Poe, Kafka, Borges y Buzzati son las influencias que se suelen citar.
Recuerdos de un asesino a sueldo está compuesta por una serie de microcuentos con un mismo protagonista. En ellos, el narrador nos cuenta cómo transcurrieron cinco de sus trabajos, totalmente insólitos, teniendo que hacer frente incluso a una posesión demoníaca. Todo un homenaje a Thomas de Quincey.
En dos de sus relatos Quiriny evoca el subgénero de las vidas imaginarias que otros autores tañeron: Marcel Schwob, Alfonso Reyes o Jorge Luis Borges. Unos cuantos escritores, todos muertos. es un relato claramente borgiano en el que se reseñan una serie de escritores geniales que nunca alcanzaron su merecida fama. Crónicas musicales de Europa y otros lugares, reúne relatos acerca de músicos imaginarios que se proponen llegar donde nadie ha llegado antes.
Una borrachera perpetua, apela al recurso del manuscrito encontrado para narrar la historia de una bebida cuyos efectos no se disipan jamás y que acaba provocando la muerte.
QUIROGA, HORACIO
Cuentos de la selva
Editorial ANAYA 
Horacio Quiroga (Salto, 1878-Buenos Aires, 1937) es un narrador uruguayo afincado en Argentina, considerado uno de los mayores cuentistas latinoamericanos de todos los tiempos Los cuentos de este volumen los escribió para sus propios hijos y durante décadas la tortuga gigante, los flamencos, los yacarés y los coatíes llenaron los sueños y juegos de los niños de la Argentina y del mundo entero. El estilo de Quiroga es muy personal y nos remite a Poe, Kipling o Maupassant. En sus relatos aflora la violencia y el horror que se esconden en la aparente tranquilidad de la naturaleza. 
Cuentos de la selva, salen a la luz en 1919: representan un remanso de paz o el lado amable de la ajetreada vida de su autor. La selva es aquí un autentico paraíso. En los Cuentos de la Selva, hombres y animales conviven en igualdad de condiciones, como miembros de una misma sociedad. A veces se ayudan entre sí, como la tortuga que salva la vida del cazador o el hombre que salva a las rayas de los pescadores. Otras veces se alían ontra otros animales, como el loro pelado y su dueño. A veces los animales se alían contra el hombre, como los yacarés y el surubí. Pero en todos los casos, los hombres aparecen como una especie animal más, y a veces ni aparecen, como en la historia de la abeja haragana. En estas historias, para conseguir sus objetivos, el hombre debe persuadir a las demás especies y actuar en conjunto con ellas, no exterminarlas. 
QUIROGA, HORACIO
Cuentos de amor, de locura y de muerte
Editorial MENOSCUARTO
La vida del poeta y escritor uruguayo Horacio Quiroga estuvo marcada por la tragedia (1878-1937). Desde los tres meses de edad en adelante –cuando perdió a su padre al dispararse éste accidentalmente su propia arma-, numerosos hechos trágicos marcan las páginas de su biografía: por ejemplo, el haber matado por accidente a su amigo Federico Ferrando, mientras procuraba auxiliarlo antes de que éste se batiera a duelo (el escritor incluso fue detenido hasta que se comprobó el carácter accidental de la muerte) o el suicidio de su primera esposa, que ingirió veneno luego de una violenta discusión con Quiroga. El escritor debió hacerse cargo de sus pequeños hijos.Es claro que la biografía de un escritor termina por intervenir en su obra. En el caso de Quiroga, sus aprendizajes en la selva, las muertes truculentas, la tentación del suicidio y el desamparo de la paternidad pasan a sus argumentos. Los cuentos de Quiroga, como dice Neuman en la introducción, nos sugieren que amor y enfermedad, sensatez y demencia, pasión y remordimiento están a un simple paso. Ningún lector atento podrá evitar la sensación de encontrarse ante un narrador formidable y poderoso. Se incluyen en este volumen, además de los tres relatos que suprimió el autor en la última edición, unos interesantes textos en los que Quiroga reflexiona sobre el cuento y lo eleva a la categoría de género específico.
Quiroga, influenciado por Poe y Baudelaire, nos ha obsequiado con algunos relatos estremecedores. Su prosa refleja su fascinación por la muerte y las enfermedades. Su estilo es demoledor creando atmósferas
Los doce Cuentos de amor de locura y de muerte presentan argumentos tétricos y espeluznantes. Los finales felices no aparecen, sino que la tragedia marca la vida de los personajes. Sin embargo, por lo general no se trata de historias de terror sobrenaturales, sino de textos naturalistas: la muerte llega de la forma de una mordedura de serpiente (como en el cuento “A la deriva”), de un parásito de las aves hiperdesarrollado (“El almohadón de plumas”), de implacables hormigas carnívoras (“La miel silvestre”) o del exceso de los rayos de sol (“La insolación”).

QUIROGA, HORACIO
El salvaje
ALIANZA Editorial 
  Superada la etapa de aprendizaje del modernismo y de Edgar Alan Poe, la obra de Horacio Quiroga (1878-1937) alcanzó su plena madurez creadora con "El salvaje", recopilación de cuentos que consolidó definitivamente su fama como narrador. Publicado en 1920, el volumen reúne quince relatos ambientados en distintos escenarios y que añaden a las obsesiones habituales del gran escritor uruguayo (la lucha del hombre contra la naturaleza, la alucinación y la locura) temas precursores de la "ciencia ficción" y una apasionada condena de la guerra. Junto a algunos magníficos estudios psicológicos, la densidad dramática de otros argumentos se corresponde con la intensidad de la experiencia de sus personajes. La pasión (el amor y la violencia del rencor suscitado por la humillación) trasciende las fronteras de la normalidad en un clima generalmente hostil, avasallador, donde la tenacidad del hombre y la vida de esfuerzo continuado sucumben frente a la ironía del destino, la fatalidad o la muerte.
En el relato El Salvaje, la realidad y el sueño se funden en un singular relato sobre la prehistoria. En la primera parte, una bestia del período terciario emerge de las aguas y del tiempo en busca de su presa. En la segunda, dos hombres y una lucha incesante por la supervivencia.
QUIROGA, HORACIO
Más allá
Editorial  LOSADA
Horacio Quiroga (1878-1937), aunque nacido en Uruguay, es parte sustantiva de la literatura argentina. Allí publicó sus obras y allí están sus personajes y territorios. El volumen Más allá recoge y amplía una de las líneas fundamentales de su narrativa, la muerte; sin que por ello falten cuentos fantásticos y de locura, sus otros temas. Escribió:
Me obsesionan los fantasmas, no tanto como posibilidad o destino, sino como símbolo. Hay una nota de sadismo en la creencia en ellos. Prefiguramos a nuestros ausentes perdidos, abismados en la nada y en el sinsentido. Auguramos para algunos de nuestros semejantes una tiniebla interminable, un velo de soledad e inercia. Son los fantasmas el símbolo concentrado de mis miedos más grandes: la soledad, la locura y la muerte.

Los fantasmas redundan la muerte y Quiroga exorciza su propia muerte al nombrarla en sus relatos. La nombra en todas sus formas. Desde la indiferente madre naturaleza (cuya indiferencia cruel hacia la existencia intrusa del hombre es una forma de hostilidad), los homicidios dolorosos y esa fatalidad incauta de machetes y armas que encuentran el camino a las entrañas de sus amos. También la muerte se presiente, al menos en los ojos de los perros, blanquecina, en un paso feroz e inexorable a través de los desiertos al encuentro puntual y último de todos los hombres.
Hierve también la muerte en los cuentos de Quiroga en la podredumbre de los ríos, de la selva, como una operación singular, ajena e indiferente al destino humano.
Por eso me gusta el libro de Más allá, por su carácter último, testamentario. Es un texto “más allá”. Más allá del desierto, de los desterrados, más allá de la selva, más allá de la locura, del amor y de la muerte. Más allá, con los fantasmas.

“Más allá”, el relato que da nombre al libro, sigue los pasos a dos emuladores de Romeo y Julieta: dos jóvenes, castísimos y enamorados con un amor sin mácula, pero separados por circunstancias familiares. Pactan un suicidio con un premonitorio cianuro y pasan a una existencia espectral donde por tres meses ejercen un amor de devoción adolescente, que poco a poco se desvanece en la obsesión por sus propias carroñas.
Los relatos de “El vampiro” y “El puritano” configuran un fantasma en una concepción más cercana a la ciencia ficción que al horror gótico. Plantean el fenómeno paranormal de la proyección de imágenes tridimensionales a través de una poderosa voluntad, relacionada con los Rayos N1 (cuya existencia fue desmentida posteriormente). El cariz científico de estos relatos entremezcla también nociones metafísicas sobre la vida después de la muerte y la obra de arte como objeto vivo.
“El llamado” es todo un golpe de efecto. Mensajes llegados desde el más allá, advirtiendo de una tragedia a una joven viuda. Un relato sobre la incomunicación y aislamiento de ese presunto más allá, pero también sobre esa muerte concomitante, inexorable, la fatalidad misma.
Como elucubraciones sobre la locura están los relatos de “El conductor del rápido” y “El hijo”. En el primero la locura se cierne, acechando detrás de las palabras, siendo el tren desbocado símbolo por partida doble de los caudales de la mente y de lo irrevocable del destino. En “El hijo” vuelve la mano del destino, oscura, ineludible y triunfal. La locura es sólo un vano ardid para evitarla.
“Las moscas” ofrece una visión, dentro de la medida de las cosas, más grata. La muerte como parte de un glorioso mecanismo. La conciencia del hombre, en su vanidad mecánica y finita, contempla de golpe, como una revelación maravillosa, la conciencia compartida de un existir que trasciende la carcasa vacía de un ex hombre, cadáver al sol, integrado por gravedades terribles a la tierra.
Más allá es, como colección de relatos, una reflexión sobre las postrimerías. Quiroga, quizás en su sangre resentida ya por las señales de la muerte, presta oído, como diría él mismo, “más allá del silencio, desmenuzado y puntillado en vertiginosa lejanía, un crepitar remoto. En la tiniebla de mis ojos espero a cada momento ver, blanco, concentrado y diminuto, el fantasma de una mujer”.
QUIROGA, HORACIO
Los desterrados
Editorial LOSADA
Publicado en 1926 (el mismo año que "El juguete rabioso" y "Don Segundo Sombra"), el libro comprende ocho relatos divididos en dos partes. La primera, con tan sólo uno, "El regreso de Anaconda" se titula “El ambiente”, y, la segunda, con los restantes siete, “Los tipos”.
Desde el comienzo el personaje principal del libro es el destierro. El primer desterrado es el ambiente. Como el título de la primera parte lo indica, es personaje no por ser una mera introducción o prólogo que narra el lugar en donde vivirán “los tipos”, sino porque es el ambiente el primero en sufrir la condición de desterrado. Desterrado de su soledad, de su comunión con el resto de “los elementos nativos del trópico”. El hombre lo ha invadido y el exilio es inminente, se exila con sequía y falta de hospitalidad a los animales.
La tierra se animaliza y los animales se zambullen en la hierba hasta hacerse transparentes. Anaconda no es ajena a esto, vive en el ambiente desterrado, desterrada ella misma de su agua, acobijada por la sequía y exilada por los hombres. 
El segundo relato, el que abre la segunda parte, comienza: “Misiones, como toda región de frontera, es rica en tipos pintorescos. Suelen serlo extraordinariamente aquellos que, a semejanza de las bolas de billar, han nacido con efecto. Tocan normalmente banda, y emprenden los rumbos más inesperados”. Tras la imagen se da paso a una enumeración corta de personajes particulares que poblaron la zona: Juan Brown, Sidney Fitz-Patrick y los dos personajes centrales Joao Pedro y Tirafogo. Todos los personajes mencionados no pertenecen a estas tierras pero las habitaron, son desterrados de sus pagos pero guardan la condición de primerizos aquí y eso los hace más nativos que pobladores posteriores.
Quiroga crea una teogonía misionera. Sus primeros pobladores, brasileños en su mayoría, sucesores de los jesuitas, violentos y aceptables como los tipos de gauchos de Sarmiento, forjan la patria y matan en su ley, la ley de la fundación. Pero el destierro también les llega a ellos. Les llegó al instalarse en la región y les llega porque la región es repoblada y trae nuevos cambios: “Ahora el país era distinto, nuevo, extraño y difícil. Y ellos, Tirafogo y Joao Pedro, estaban ya muy viejos para reconocerse en él”. 
Quiroga fue un desterrado y lo es ahora también. De Salto y de San Ignacio. Pocas cosas quedan de él en la réplica de su casa. Sólo algunas herramientas. Todo ha sido trasladado y hay más pertenencias en Resistencia, Chaco (lugar que habitó en un período corto) que en tierras misioneras. 
Extractos tomados del artículo de Nicolás Ghigonetto en Interzona.com
RAY, SATYAJIT
Noches de Índigo
Editorial  ALCOR
Con este libro, que recoge algunos de los mejores relatos publicados por Ray en su revista, su fama de cineasta queda atrás y el lector se encuentra con un espléndido narrador que echa mano de las raíces mágicas y asombrosas de su tierra y de los elementos cotidianos utilizados por personajes comunes y corrientes, para contar historias que muy enraizadas en la vida diaria de la India. Son once cuentos, escritos con humor, con un lenguaje sencillo y accesible, con ironía y también unas ganas tremendas de burlarse de algunos mitos y costumbres que han frenado el desarrollo de la India en muchos aspectos. Conocedor del alma humana y estudioso de las leyendas que han pasado de boca en boca, Ray encanta y sugestiona como esas serpientes que en las calles de Calcuta esperan la voz del amo para salir sinuosamente de una cesta. Por ejemplo Khagam, que parece un relato de Las mil y una noches, con esos dos amigos que van en busca del santón para conocer la serpiente descomunal que bebe leche todas las tardes. Uno de ellos, desencantado, comete el peor error de su vida, aplastando a la cobra con una piedra, el santón lo maldice y durante los días siguientes el otro personaje es testigo asustado de la transformación del agresor en una cobra, en medio de los dolores más crueles que son descritos por Ray con mano maestra. El cuento Patol Babu, estrella de cine es una sátira sobre la dignidad y el honor, con un personaje mediocre que se ha pasado la vida haciendo trabajos secundarios hasta cuando le ofrecen un papel insignificante en una película: tiene que leer un periódico, tropezar con la estrella y soltar un ¡Oh! adolorido. El humor negro de Ray se aprecia elocuentemente en los preparativos que Babu hace para su gran actuación, cómo física y psicológicamente ensaya el tropezón, cómo después de filmada la escena siente que su vida ha encontrado por fin una justificación. De los otros cuentos hay que destacar, por la burla que contiene, El perro de Ashamanju Babu, con ese cachorro que se ríe del amo y se burla de las ridiculeces ajenas, y Pico grande, mezcla de terror y suspenso. En estas páginas palpita el corazón de la India.
RAY, SATYAJIT
Las monedas de oro de Yahangir
Editorial JUVENTUD
Diez relatos cortos muy variados. Dos de ellos son de Feluda y sus amigos: El misterio de la desaparición de Ambar Sen y Las monedas de oro de Yahangir. En el primero desaparece un hombre y en el segundo una moneda muy valiosa. Los demás se titulan: Las luces de los proyectores —sobre un hombre que dice tener 126 años y está perfectamente de salud—, El desconfiado Shandonebabú —sobre un tipo que recibe un paquete y no lo abre porque piensa que es la cabeza de alguien que ha sido asesinado y decapitado—, Una jugarreta —sobre un mago famoso a quien un amigo le pidió prestado un libro pero no se lo devuelve—, El fruto Mackenzie —sobre un fruto con poderes curativos extraordinarios—, El profesor de matemáticas —sobre un niño cuyo profesor le prohíbe leer cuentos de hadas—, Compartimento de primera —sobre un personaje con gran entusiasmo por todo lo inglés que tiene un encuentro extraño en un tren—, Disfraces —sobre un hombre con afición a disfrazarse de modo que nadie le reconozca—, El estudio de Gogone Choudurie —el narrador no puede dormir por una luz de la casa de enfrente y decide ir a ver al vecino, y entonces encuentra algo inesperado—.
El personaje de Feluda lo creó en 1965 y apareció en una revista infantil fundada por su abuelo llamada Sandesh. En La fortaleza de oro, cuando Feluda es poco más que un universitario y su primo tiene unos quince años, ambos conocen a Lalmohan (también llamado Laluda, o Jatayu), un escritor de novelas populares que les acompañará en los relatos sucesivos. En ellos se plantean casos intrigantes que se desarrollan con buenos diálogos. Son muchas las similitudes formales con los casos de Sherlock Holmes: como él, Feluda es fumador habitual y no duda en poner de manifiesto la incompetencia de su primo-ayudante. En cada una de sus aventuras Feluda muestra sus enormes conocimientos de alguna cuestión particular.
REY ROSA, RODRIGO
1986. Cuentos Completos
Editorial  ALFAGUARA
El volumen reúne los libros  El cuchillo del mendigo (1985), El agua quieta (1989), Cárcel de árboles (1991), Lo que soñó Sebastián (1994), Ningún lugar sagrado (1998)y Otro zoo (2005) y, de propina, algún inédito en la sección “Otros cuentos”. Quizás sea una reunión demasiado exhaustiva que precisaría un poda de ciertos cuentos iniciales que son claramente de aprendizaje. Sobretodo en los dos primeros libros.
En la mayor parte de los cuentos de El cuchillo del mendigo, El agua quieta y Cárcel de árboles aparecen las que podríamos denominar las obsesiones borgeanas: la ceguera, los tigres, el sueño, los espejos, los nombres de Dios, su revelación, el doble, el infinito, la venganza, etcétera. El “primer” Rey Rosa se vale en ellos de una economía de recursos y un uso de la elipsis que benefician a sus cuentos; los perjudican, en cambio, cierto deseo de exotismo, cierta atmósfera deliberadamente onírica, cierto afán de trascendencia y (lo que es más importante) el recuerdo de los que los inspiraron, como “Las ruinas circulares”, “El Aleph”, “La forma de la espada”, “El sur” y otros.

Lo que soñó Sebastián y Ningún lugar sagrado no abandonan por completo las inquietudes metafísicas de los cuentos del “primer” Rey Rosa, pero las someten a una actualización que el lector agradece. El “segundo” Rey Rosa es, de lejos, el mejor: un autor maduro y en posesión de una serie de recursos que utiliza con precaución, de forma minimalista. Una valentía moral digna de aplauso recorre los cuentos de Ningún lugar sagrado, en especial, "Negocio para el milenio".
El “tercer” Rey Rosa (en Otro zoo y en los relatos inéditos en libro) es el más actual y se caracteriza por el exceso descriptivo y por cierto amaneramiento, por ejemplo en los diálogos implausibles entre padre e hija de “Otro zoo”, “Gracia” y “El hijo de Ash”. Los cuentos de este periodo refuerzan tres constantes de la producción de Rodrigo Rey Rosa: un cierto carácter experimental (en los cuentos “Entrevista en Ronda” y “Desventajas de la santidad”, que participan del subgénero de la entrevista imaginaria), su interés por las relaciones de poder y una aproximación al presente. Es posible que “1986” y “Gorevent” (basados respectivamente en una historia contada por su protagonista al escritor y en una noticia de prensa, como algunos de los que aparecen en Ningún lugar sagrado) sean los mejores cuentos del volumen.
Habitualmente se destaca la economía de recursos en Rey Rosa. Sus cuentos iniciales no superan las tres páginas. Con el tiempo aumentaría, aunque no mucho más. Sus novelas no suelen superar las 150 páginas. 
Extractos tomados del artículo de Patricio Pron en LetrasLibres.com
RIVAS, MANUEL
¿Qué me quieres amor?     *****
Editorial  ALFAGUARA
En el relato que da título al libro, un joven, incapaz de comunicar su amor, cuenta su historia después de fallecer en un atraco frustrado. Un viajante, vendedor de lencería, espera ansioso al volante la reaparición del hijo huido y recibe la milagrosa ayuda de un héroe del rock. El misterio de la luz de un cuadro, La lechera de Vermeer, devuelve a un escritor al regazo de la madre. El amor más carnal de Carmiña, con la incómoda presencia de su perro Tarzán. Un niño tiene su mejor aliado y amigo en un televisor portátil. Un músico de saxo encuentra el don de la música en la mirada de una muchacha. La lengua de las mariposas, uno de los cuentos que dio origen al guión de Rafael Azcona llevado al cine por Jose Luis Cuerda, narra la amistad fraternal entre un escolar y un maestro anarquista, que nace de la mutua curiosidad por la vida de los animales y es destrozada por la brutalidad fratricida de 1936.
¿Qué me quieres, amor? reúne dieciséis relatos donde, Manuel Rivas, aborda el tema de la incomunicación personal en un mundo saturado de información y donde emergen la ternura y el humor como los mejores amuletos de humanidad. En muchos de los relatos el amor es el protagonista indefinido: el amor del padre que va a trabajar con la preocupación de no saber cómo ni dónde ha pasado su hijo la noche; el amor a la madre, de inefable semejanza en el recuerdo infantil, a la lechera que pintara Vermeer en 1660; el amor más carnal de Carmiña, con la incómoda presencia de su perro Tarzán; o – ¿por qué no? – el amor compasivo que llega a sentir el lector por el viejo profesor rural de La Lengua de las Mariposas. Unas veces la historia se cuenta desde el punto de vista de los niños, otras desde el de los mayores. Unas historias tienen un toque fantástico, otras constituyen un mónologo. Los relatos están urdidos con gran sensibilidad y dan cuenta de unos personajes de forma vívida. Cada historia es una experiencia del dolor, pero también de felicidad clandestina. 
El libro obtuvo el Premio de Narrativa Torrente Ballester y también el Premio Nacional de Narrativa en 1996. En 1999 se estrenó la película de Jose Luis Cuerda, La lengua de las mariposas, basada en el relato del mismo título, en el cual se insertan otros dos: Un saxo en la niebla y Carmiña. El nexo de unión de los tres es Moncho, el niño protagonista del primero. 
RIVAS, MANUEL
Ella maldita alma
Editorial  ALFAGUARA
Manuel Rivas ha conseguido crear un universo propio, creado a partir de la mitología de su tierra natural que define una paisaje mental misterioso y evocador. Según el autor, el nexo entre los cuentos es "el alma", escondida en elementos cotidianos. Y sus formas son tan asombrosas como humildes: un enjambre de abejas, el corcho de la botella de un alcohólico, una guitarra eléctrica, un loro anarquista, un muñeco de ventrílocuo que se enamora y habla francés a las campesinas: Merci dame, la plus belle...
Son trece relatos excelentes en los que el autor depura sus formas narrativas hasta conseguir una extrema sencillez estilística de turbadora complejidad simbólica. En Rivas siempre hay una poderosa actitud lírica que valora el hechizo de lo mágico y se complace en el arte de sugerir. Todo ello sin renunciar a su militante solidaridad con los humildes y al compromiso con su tierra.
En el relato que da título al libro un sacerdote contempla las motas de polvo flotando al trasluz y le resulta irremediable equiparar esas motas a diversas almas, la suya, la de una feligresa por la que siente atracción, la de su tío moribundo..."La rosa de piedra" también contiene microhistorias de un gran lirismo. "La lechera" tiene un final muy hermoso, pura nostalgia. "Jinetes en la tormenta" incluye una referencia a The Doors y se desarrolla en un barco de pescadores en peligro de ser engullido por el mar del Norte.   
En estos relatos palpita la vida, el misterio y la ensoñación que nos permite adentrarnos en los secretos de la existencia humana. Son textos ejemplares de narrativa intimista que explora paisajes del alma en delicadas situaciones de amor, amistad, ternura, incomunicación, hambre, muerte y belleza. Sus conflictos se encarnan en gentes del campo o del mar, ambientados en un amplio marco temporal desde la posguerra hasta la actualidad y en ámbitos gallegos de la emigración o en espacios autóctonos que van desde los umbrales prerromanos de “O Cebreiro” hasta los acantilados de la “Costa da Morte” pasando por el laberinto de piedra en Santiago y la geografía coruñesa natal del autor.               
Extractos tomados del artículo de Angel Basanta en ElCultural.com
RIVAS, MANUEL
Las llamadas perdidas
Editorial ALFAGUARA
Las llamadas perdidas (As chamadas perdidas) son 25 relatos que se centran en los olvidos, en las pérdidas y en el valor de la memoria para sobrellevar nuestra propia vida. No hay nada ilusorio, todo es humano, fatalmente humano y visceral muchas veces. En las vidas de los personajes de Rivas hay desgarro y desasosiego; pero el autor no se olvida ni del humor ni de la ironía, y nunca abandona la esperanza. 
«Las llamadas perdidas» es un tributo a la «re-existencia». Un homenaje a los seres invisibles, a los desechables, a los seres que no entran en las estadísticas. Rivas nos muestra la dureza de la vida, los conflictos, las angustias, pero siempre atisba una esperanza y lo explica con una imagen muy gráfica:  «El ser humano es como un ring de boxeo. -dice-. Tenemos la sensación de que dentro de nosotros trabajan dos personajes, dos boxeadores. Llega un momento en que el derrotado y el que tiene esperanza se abrazan. Se sostienen el uno al otro. En ese momento el boxeo, un deporte tan impúdico, nos produce una especie de pudor, incluso de promiscuidad. Los dos tipos se abrazan para no caerse después de haberse propinado unos golpes terribles. Y se hacen unas carantoñas. Yo creo que esa es la dualidad que llevamos dentro y que en estos relatos se manifiesta».
En el libro conviven narraciones cortas, que son como chispazos pero de gran sugerencia, con otras de más enjundia. En “El héroe”, la terrible inmolación que, como gesto de protesta, está previsto realizar ante el dictador se ve frustrada por un aguacero inmisericorde. "El Escape"relata la historia de un hermoso cuadro con un desnudo que es ocultado ante la visita del obispo. En "La mirona" el protagonista es el mar. "La mirona" vio, de niña, a una pareja amándose en la playa; cuando ella se casó el amor no le pareció igual. Ya anciana regresa a la playa, esperando encontrarse una escena de la misma intensidad de la que gozó de niña.
RIVAS, MANUEL
Cuentos de un invierno
Editorial ALFAGUARA
El invierno es el telón de fondo para este conjunto de cuentos escritos por Manuel Rivas como sólo él sabe hacer. Relatos evocadores, nostálgicos, con una gota de humor y de ternura que transforma lo cotidiano en algo muy bello. Relatos que hablan entre otras cosas de su Galicia natal, de la Guerra Civil y sus consecuencias. Los ocho cuentos presentan argumentos independientes, con el único nexo de la Navidad o el invierno como trasfondo, tanto en el presente, como en el recuerdo de los personajes. A partir de ese trasfondo, encontramos ocho tramas basadas en la emigración, la posguerra, la navegación, la resistencia al franquismo, el fútbol, el tráfico de drogas o las vacas locas; ocho historias que, además abordan temas universales como el desamor y la infidelidad, el egoísmo y el sentimiento de culpa, la superstición, la soledad y la idealización de los recuerdos, el amor como motor que nos impulsa contra cualquier adversidad, la integración de las personas con deficiencias psíquicas, la traición, la venganza y el amor a los animales. 
En «La llegada de Ingrid» una niña cuenta con inocencia, cómo la estabilidad familiar se vino abajo cuando su padre emigró a Alemania y en este tiempo, su mejor amigo siempre estuvo cerca de la familia. «La barra de pan» narra cómo una mísera barra de pan es considerada un objeto de ensueño... en tiempos del racionamiento de posguerra. «OK; OK; OK» narra la historia de un pescador que se resiste a aceptar su culpabilidad en el hundimiento del barco en el que navegaba. «El amor de las sombras» cuenta cómo un emigrante vuelve por Navidad con la mujer que cree sigue esperándole. En «El enamorado de María» narra cómo un un ex-actor que había renunciado al amor de su vida por temor a la guerra, conocerá a un pobre diablo, el jefe de uno de los pocos grupos de maquis que aún existían en los montes gallegos, quien es capaz de meterse en la boca del lobo sólo para poder ver a su amada y al hijo de ambos. «El partido de Reyes» cuenta cómo un muchacho recuerda a Félix, un amigo con síndrome de Down, que vive su instante de gloria en un partido de fútbol contra los chicos de otro barrio. «El cartero de Papá Noel» presenta la historia de alguien que quiere retirarse de su vida de narcotraficante e intenta burlar a la policía y a los secuaces de su «jefe» disfrazándose de cartero de Papa Noel. En «Madonna» conocemos por boca de una niña, algunas historias de vacas, vacas individuales, con nombre, con humildes dueños que las amaban antes de que la locura de la enfermedad se las llevara.
RIVERA, ANDRÉS
El profundo Sur
Editorial  VEINTISIETE LETRAS
Un disparo en una calle de Buenos Aires, durante las revueltas de principios del siglo XX, convoca a un puñado de protagonistas: el soldado que dispara, el que muere accidentalmente, el que se libra del disparo, el que recoge el cadáver mientras se derrumba en la acera.

Cuatro personajes, cuatros historias. El profundo Sur, inhóspito y vacío, es el punto de partida de estos hombres cuyos destinos se cruzarán en el preciso instante de un disparo. Es como si el autor aprovechara el silencio tras la detonación para lanzarnos, en rápidos flashs, los trazos de estas vidas.
Las cuatro historias tratan, en definitiva, de víctimas y verdugos reunidos por el azar y transitando entre la civilización y la barbarie. El propio autor reconoció que esta nouvelle se iba a titular "El profundo azar". Los cuatro protagonistas forman una comunidad absolutamente casual que no explica nada pero sirve para escrutar.                  Reseña en este blog.

RIVERA GARZA, CRISTINA
Ningún reloj cuenta esto
Editorial  TUSQUETS
Este libro de cuentos nos lleva por muy distintas zonas del mundo para descomponer el amor y así intentar entenderlo. 
En la ciudad de México habita un desempleado que lee a Nietzsche y trabaja un hombre que cree haber tenido contacto con una sirena; ahí viven también el Chicago Boy —quien deambula entre azoteas y cantinas— y Pascal —un joven estudiante que enamora a las mujeres con gran facilidad. En Nueva York, un descendiente de alemanes parece un soñador socialista; y en una ciudad fronteriza un hombre sueña las claves de su identidad y su desarraigo. 
Todos los personajes parecen condenados a ese círculo del infierno que, también, puede ser el amor. Todos los personajes muestran en estas páginas una inquietud común: la fragilidad ante el encuentro con la mujer. Y la sirena elusiva de uno, la amiga de otro, la amante de un muchacho en vías de madurez, la forastera que acepta un matrimonio del que pronto escapará, resultan los personajes que, en un camino inverso, asumen un desasosiego similar: el hombre, la fractura interna que produce su cercanía. 
En “El hombre que siempre soñó” la incapacidad del protagonista, Álvaro, por recuperar un imposible—una mujer—y la temporalidad de ese imposible, crean una atmósfera que parece a punto de quebrarse . Este sentido de pérdida (del amor, del tiempo, de toda posibilidad) es contra la que la literatura—como instancia metafórica y como realidad—lucha. 
Narrados con una voz de rara precisión, contenida y metódica a la vez, estos cuentos merodean la debilidad donde se producen los encuentros y se fraguan, también, las lejanías.

RIVEYRO, JULIO
Cuentos completos
Editorial ALFAGUARA
Como afirma Bryce Echenique en el prólogo de la edición de Alfaguara: “el autor quiere darles una voz, al menos una vez, a aquellos personajes que han quedado expulsados del festín de la vida.”Efectivamente, muchos de sus cuentos están dedicados a estas vidas minúsculas, alejadas de la grandeza, a personajes prisioneros de sí mismos y sus temores, a seres resignados a una vida mediocre que nos sirven de espejo de los peores males de nuestra sociedad.
En sus relatos Riveyro nos muestra la sordidez, desesperanza o ilusiones de sus personajes, pienso en particular en “Juventud en la otra ribera” (historia de un desencuentro con París) y la hermosísima nouvelle “Silvio en el Rosedal” en la que con maestría y sencillez Ribeyro consigue reflexionar sobre la manera cómo se construyen los deseos y se le da sentido a la existencia.
ROAS, DAVID
Horrores cotidianos
Editorial  MENOSCUARTO
Los cuentos y microrrelatos que conforman Horrores cotidianos sitúan al lector frente a un mundo que, si bien a veces resulta alucinado y otras inquietantemente real, no es más que un reflejo del nuestro. A través de la deformación grotesca, el humor descarnado o el absurdo, las narraciones de David Roas buscan sacudir los cimientos de lo que solemos entender como realidad. Por ello, aunque sus protagonistas luchan por hallar un orden que los ampare, no dejan de ser lúcidos en cuanto a la inutilidad de dicho empeño. De ahí que los “rituales” y “sacrificios” que dan nombre a las dos partes del libro no puedan conjurar el horror de estar vivo en un mundo que carece de sentido y donde la risa acaba siendo, en muchas ocasiones, la única salida.
Las compilaciones de microrrelatos suelen ser cajones de trastos sin ninguna homogeneidad; pero en este caso podemos encontrar una coherencia que emana del ámbito donde ocurren estos relatos y es allí donde se produce la distorsión de la realidad, la rebelión de los objetos (“La conmoción de la máquina”) o la intromisión de lo maravilloso (“Autoridad espectral”, “El espíritu manta”). Algún cuento es la materialización narrativa de una fórmula lingüística (“Menos que cero”), y no faltan los homenajes cervantinos de signo distinto, como “La última aventura” o “La culpa fue de Jack London”, cuento éste narrado por un perro; y una marcada inclinación humorística  aplicado con frecuencia a las grandes creaciones culturales del ser humano, desde la aritmética (“¿Cuánto cuesta un kilo de carne?”) hasta el psicoanálisis (“Mecánica y psicoanálisis”), o desde la literatura (“Alabama”, “Necrológica”) y la teoría literaria (“Homo crisis”) hasta las ciencias naturales (“El Hipocondrio”). De esta mirada irónica no se libran los relatos literarios o cinematográficos de éxito. Así, “Los niños del Ferrol”, presentado como fragmentos procedentes “del diario personal del D. Meninges”, evoca la novela de Ira Levin Los niños de Brasil -y su versión cinematográfica-, en que se narraban unas supuestas actividades en el país americano del doctor Mengele, el “ángel de la muerte” de Auschwitz.
Como cierre, “Palabras” habla de un escritor que acaba de morir y ha dejado multitud de anotaciones y manuscritos incompletos acribillados de tachaduras y correcciones que delatan “su lucha con las palabras, tratando de hallar, de recordar su estilo y de poder expresar su desesperación por ello” (p. 138). Una anotación apunta: “Hoy he examinado los relatos que concluí tiempo atrás. Tampoco me reconozco en ellos” (p. 139). Pero el escritor fallecido respondía al nombre de David, y entre sus obras se recuerdan las tituladas Los dichos de un necio, cuyo autor es David Roas, y Horrores cotidianos, que es el libro a cuyo final asistimos. La obra se vuelve de este modo hacia sí misma, en una inteligente pirueta que unifica en un todo el conjunto anterior y que el lector interpretará tal vez en clave confesional.

ROBINSON, MARY
Dime
Editorial  ALBA
Este libro está compuesto por treinta relatos (seleccionados de la producción literaria de Robison durante tres décadas de carrera), textos construidos alrededor de asuntos familiares y de pareja en los que los personajes la mayor parte del tiempo están haciendo lo que pueden, ni más ni menos. Hay una fuerza incontrolable que está fuera de ellos, definida de antemano y hecha de todas las cosas que uno no puede elegir. Cómo moverse en ese escenario y cómo encontrar una identidad que no haya sido determinada externamente parece ser el desafío cotidiano y nada estridente que los personajes de Robison enfrentan en cada texto. Todo aquí está un poco movido del lugar en el que uno podría esperar encontrarlo, los personajes viven la resaca de decepciones y desilusiones ya pasadas, pero que todavía condicionan su existencia y la de su entorno. Hay algo en todo el libro que proyecta ese ambiente de “después de la tormenta”. Ese desenfoque disfuncional se percibe claramente en la relación que las hijas (especialmente ellas) tienen con las madres que aparecen a lo largo de las páginas. No hay una sola relación madre-hija en Dime… que pueda ser rotulada de “convencional”. Aquí, las madres no son maternales, no ofrecen protección ni consejo, son inmaduras, egoístas, frágiles, siempre al borde del colapso y se aferran a sus hijas con tanta desesperación que parecen querer arrebatarles su energía y juventud.
El estilo de Robison es minimalista llevado casi a su último extremo. El lenguaje es directo, las frases son breves, sin imágenes rebuscadas, y el peso del avance de los relatos cae sobre los diálogos. Si antes hablé de ese clima que puede hacernos pensar en un escenario “post tempestad”, ahora lo pienso mejor y veo que en muchos relatos la sombra del desasosiego de los personajes surge de la inminencia de esa tempestad inevitable: perder la juventud, el dinero, las oportunidades, la fuerza, fallar. En el relato “En casa”, Shane, modelo y actor ocasional, “había vuelto a casa por una temporada para recuperarse tras un año y medio de fracasar de un modo espectacular en Los Ángeles”. La narradora de “En Jewel” comienza con una declaración directa: “Puede que me case dentro de poco. El tipo no es ningún Adonis, pero ¿qué más da?”.
Uno de mis favoritos del libro es “Lo que oigo”. Allí, una madre viaja junto a su nueva pareja rumbo a Alaska para visitar a su hija. “No es del todo mi novio. Lleva tres años divorciado pero sigue enamorado de ella”. El viaje es, claramente una idea de las malas.
Extractos tomados del ClubdeCatadores.
ROSENFARB, JAVA
Supervivientes
Editorial XÓRDICA
  Java Rosenfarb, nacida en Polonia y fallecida en 2011, en Canadá, fue considerada como la escritora más importante en lengua yiddish de la segunda mitad del siglo XX. Vivió su juventud entre el gueto de Lódz, y los campos de Auschwiz, Sasel y Bergen-Belsen.
Pero lo que realmente me ha impresionado de esta colección de relatos de Rosenfarb, es observar desde cuantos puntos de vista se puede hablar del Holocausto… de los Campos ¡Qué terrible! Porque incluso cuando no habla de ellos, están. El solo hecho de sobrevivir es visto desde perspectivas tan variadas como casi enfermizas, y se agradece, porque cada vez entiendo mejor lo difícil que debió ser sobrevivir.
Pero esta autora va más allá, ha dado el siguiente paso, y además lo hace a través de la literatura, porque lo que nos entrega en estos relatos es comprensión del presente y del pasado más reciente, pero no se equivoquen y que no les equivoquen mis palabras, son relatos profundamente literarios, intensos y en los que dibuja a todo color el alma humana, algunas en gama de grises, es cierto, pero ahí está el Hombre y todas sus miserias.
Relatos completos, redondos, evolucionados. Relatos que unen pasado y presente, Europa y Norte América, el otoño que fue y la primavera que se deseó. La huida hacia el largo invierno…
Hay un prologo de Goldie Norgentaler, hija de Java, que es quien ha traducido la obra de su madre al inglés… Por nada del mundo se la pierdan, antes o después de la lectura de los relatos, nos ayudará a conocer un poco a la autora y será indispensable para la reflexión que todos hacemos tras las lecturas más intelectualmente humanas.
ROMERO, NORBERTO LUIS
El momento del unicornio
TROPO EDITORES
Sorprendente colección de cuentos que constituirán un descubrimiento y un deslumbramiento para la mayoría de los lectores. Cada uno de sus relatos nos lleva por ignorados parajes que están fuera de la realidad y dentro de nosotros mismos. La inquietante extrañeza, que Daniel Moyano señaló como característica esencial de la narrativa de Norberto Luis Romero, se acentúa, si cabe, en los relatos de este libro. Pocas veces un escritor ha conseguido crear con tan limpia y escueta escritura una atmósfera más cargada de desasosiego, sensualidad y misterio.
Desplaza los límites de la realidad cotidiana hacia espacios más oscuros y asfixiantes donde un fatalismo casi espectral parece impulsar las acciones de sus protagonistas. Se traslada así el sentido inicial de lo aparente hacia infiernos del alma donde el primer enemigo es uno mismo, esa galería de fantasmas que llevamos todos dentro y que encuentra los más asombrosos modos de manifestarse al exterior, a ese otro espacio que el autor llama lado diáfano de la vigilia y que, no por tal, está libre de sufrir un brusco giro.
heredero de la tradición de Cortázar y Borges, Norberto Luís Romero ahonda en los abismos más tétricos y oscuros del ser humano y se confirma como uno de los más inquietantes escritores de ficción vivos de nuestro país. Norberto Luis Romero (Córdoba, Argentina, 1951) pero lleva media vida viviendo en España. En 1983 publica su primer libro de cuentos, "Transgresiones", y tras un largo silencio reapareció con “El momento del unicornio”, su mejor libro de relatos, reeditado por Tropo Editores.
ROY, GABRIELLE
El río sin descanso
Editorial  HOJA de LATA
La que da título al volumen es una breve novela sobre una madre coraje esquimal. Roy fue una escritora canadiense francófona que vivió y sufrió humillaciones por su lengua, en una zona anglófona. La historia se centra en Elsa, una joven inuit que se queda embarazada de un soldado americano blanco. Sola vuelve a su poblado con un niño rubio y de ojos azules. Esta conmoción en las relaciones sociales y la belleza salvaje de los paisajes del norte de Canadá.
Volcada en educar a su hijo como los blancos, Elsa entra en una absurda espiral que llega a desesperarla y enfrentarla a su familia.
El pueblo inuit y el río Koksoak constituyen un paisaje profundo y emotivo para las aventuras de Elsa. El río le aporta paz y una medida de su destino en ese paisaje bello y cruel. La anciana Inés o el abuelo Thaddeus irán conformando con sus sentencias el carácter de Elsa y el niño. Thaddeus habla del halcón que vive libre y hermoso en el filo del barranco; pero también solitario, sin el apoyo de la familia. Elsa y su hijo Jimmy finalmente se encuentran con su tío Ian con el que establece una relación espacial. Los tres emprenden un viaje de huida a través de los hielos cuando la policía avisa a Elsa de que Jimmy ha de acudir a la escuela obligatoriamente. Finalmente una enfermedad del niño les obliga a volver y Elsa se establece en el poblado blanco alejándose de sus raíces. Los conflictos con un Jimmy adolescente cada vez más alejado de los inuit nos lleva a la culminación de la novela con una alegato sobre la vida y la dignidad de vivirla en una reflexión que, como no, tiene lugar con ella sola, ante el río.
El libro se completa con tres relatos donde la autora vuelve a hablar de los desfavorecidos, dando otra vez voz a personajes marginales y desposeídos
Gabrielle Roy fue una escritora de la diversidad humana y la multiculturalidad. Refleja en sus narraciones el brutal impacto que la modernidad, el alcohol o la tecnología pueden tener en otras formas de vida.
RULFO, JUAN
El llano en llamas      *****/***
Editorial  ANAGRAMA    
Juan Rulfo solo publicó, en toda su vida, dos libros de corta extensión: Pedro Páramo (novela) y El llano en llamas (relatos). El llano en llamas fue publicado por primera vez en la revista América, en 1950, y tres años después en formato libro por el Fondo de Cultura Económica. El contexto histórico de Rulfo fueron los años 40 y 50 del siglo XX, lejanos ya los tiempos de las revoluciones y con el país en pleno desarrollo. Sin embargo la pobreza y la marginación se adueñaban de Méjico y Juan Rulfo da voz a las historias de estos desesperados. Una de las temáticas centrales de la obra de Rulfo es la miseria de la tierra, lo que unido al desencanto ante la Revolución provoca la desesperanza presente en muchos de sus relatos.
El desencanto político-social tiene su contrapartida en la religión; aunque Rulfo la mezcla con supersticiones y muestra su vacuidad ante el terrible destino de los campesinos. La fuerza de los cuentos de Rulfo se encuentra en su descarnada visión de la miseria y los hechos sangrientos que sufre el pueblo mexicano. Por otro lado la denuncia es humanística, nunca panfletaria y su veracidad está asentada en un vívido lenguaje popular que no elude mexicanismos ni vulgarismos. Rulfo tiene la maestría de que, reflejando personajes y circunstancias muy locales, consigue transmitirnos preocupaciones universales. 
Los cuentos de El Llano en llamas están uni­dos por la característica de estar narrados en primera persona y por ciertas coincidencias temáticas: la imposibilidad humana de escapar de un destino prefijado, la conciencia de culpa, el miedo a ser condenados, el sinsentido de la guerra. Por esto, los perso­najes se someten a lo que les toca vivir sin queja al­guna. Frente a una realidad que les es adversas, esos hombres asumen la fatalidad de su destino y se encierran en sí mismos, cayendo en la inacción.
Los protagonistas de estos cuentos no actúan, recuerdan. Frente a la nada del mundo exterior, su soliloquio es el camino para entenderse, para encontrarle algún sentido a la vida, aunque finalmente no lo logre. El recuerdo es la ma­nera de reconstruir su vida, pero tiene un carácter fragmentario y desorgani­zado. Por eso, el relato no sigue un orden cronológico, constituye una serie de imágenes desordenadas en las que el tiempo parece estar suspendido. 
SAER, JUAN JOSÉ
Cuentos Completos
Editorial SEIX BARRAL
Según Nora Catelli en Babelia: "Estos Cuentos Completos poseen una sobresaliente intensidad y riqueza de procedimientos: soliloquios, crónicas, semblanzas, composiciones extensas y perfectas (Sombras en un vidrio esmerilado), esbozos irónicamente concebidos como paradójicas formas concluidas, cruces de voces, apresamientos de un instante mítico (La mayor), recreaciones históricas (Paramnesia). En todos ellos se apela, de una u otra manera, a la potencialidad crítica de un arte verbal capaz de negarse, todavía hoy, a ser absorbido por la industria editorial del entretenimiento."
El volumen recoge la producción de Saer durante un periodo de más de cuarenta años, 1957-2000, y está ordenado desde el libro más moderno hasta el más antiguo: “Tal vez de esta manera el lector tendrá del conjunto una perspectiva semejante a la mía”, nos dice Saer en el prólogo.

Los libros de relatos que Saer publicó son estos: En la zona (1957-1960), Palo y hueso (1961), Unidad de lugar (1966), La mayor (1969-1975) y Lugar (2000). Las fechas son las que se señalan en el volumen e indican el periodo de tiempo en el que los cuentos están escritos. Además de los cinco libros señalados, estos Cuentos completos incluyen cuatro más, en una sección titulada Esquina de febrero (1964-1965); y dada la época en que están escritos, se sitúa en el libro tras Unidad de lugar.
Si tenemos en cuenta que Saer nació en 1937, podemos observar pasmados que cerca de la mitad de las páginas de estos Cuentos completos están escritas por un joven que como mucho tiene veinticuatro años cuantos se publican sus dos primeros libros de cuentos.
En la zona (1957-1960) se divide en dos partes. La primera, titulada Zona del puerto, nos acerca a un grupo de personajes marginales: prostitutas, proxenetas, jugadores, contrabandistas… Como Jorge Luis Borges, Saer se deja fascinar en sus comienzos por el folclore popular de su país, el malevo, el orillero, el cafisho… Estos cuentos (diez, en total) están fuertemente conectados, y podrían haber sido considerados una novela. … El último relato de En la zona –Algo se aproxima- con sus más de cincuenta páginas es casi una novela corta, y en él se perfila ya prácticamente la suma de las ideas narrativas de Saer: la mezcla de lo mundano con lo elevado, describiendo a varios personajes casi siempre en torno a una comida; diferencia de los puntos de vista, la percepción, descripción de los objetos y personajes que en gran medida se definen por sus palabras, y que suenen poseer un trasfondo (sobre todo al principio) existencialista. 
Palo y hueso (1961) está formado tan sólo por cuatro narraciones. Comienza con Por la vuelta, un relato de casi sesenta páginas, que puede leerse como un complemento a la novela La vuelta completa (1966), ya que aparecen los mismos personajes (Tomatis, Pancho, Barra…) haciendo prácticamente las mismas cosas que en esa novela (comer, deambular por la ciudad, hablar de literatura…).
En el cuento Palo y hueso se relata un hecho brutal, y formaría parte del segundo tipo de relatos que escribe Saer. Si el primero es el de las andanzas del grupo de jóvenes literarios y existencialistas (Tomatis, Rey, Barra, Pancho, Leto…), el segundo sería el de los personajes brutales marcados por el entorno, narraciones de corte más costumbrista y tremendista; escritos en un estilo sobrio no exento de belleza. 
Esquina de febrero (1964-1965): son cuatro relatos que en principio –como nos cuenta Saer en el prólogo- estaban destinados a formar parte del libro Unidad de lugar (1966)- y que al final decidió descartarlos porque no le acababan de convencer. Un tipo exigente este Saer, y derrochador de talento.
Unidad de lugar (1966): Es el primer libro de relatos verdaderamente maduro de Saer. Y es cierto que, aunque lo leído hasta ahora tenía un nivel alto, este libro da un paso al frente de la madurez estilística y la seguridad narrativa. Unidad de lugar está formado por seis relatos de entre 20-35 páginas. El primero –Sombras sobre vidrio esmerilado-, que trata sobre una mujer mayor que escribe poesía, me ha recordado a algunas de las páginas de Roberto Bolaño, quien estoy seguro de que tuvo que leer a Saer. El siguiente cuento, Paramnesia, sobre un episodio de la conquista española del Paraná, me ha recordado al acercamiento existencialista, con trasfondo de novela de época, que ya llevaba a cabo Saer en El entenado. En el cuento Barro cocido la ciudad está siendo asolada por una sequía tremenda que hace que el entorno ominoso se convierta en un personaje más, y es uno de los mejores cuentos de este libro y puede que de toda la literatura hispanoamericana (y aquí dejo escrito esto). El último cuento –Fresco de mano- parece un capítulo de la primera parte de la novela Cicatrices, pues nos acerca al Ángel Leto que protagonizaba ésta.
La mayor (1969-1975) comienza con un cuento que según el autor "se encuentra entre lo más radical de su obra” y parece un largo poema sobre el perspectivismo de un personaje que mira su escritorio y poco más… Sí que me gustó mucho el siguiente cuento –A medio borrar- que es el cuento en el que la ciudad sufre una inundación, justo los días previos al viaje a París de Pichón Garay, personaje que volverá a Argentina en la novela La pesquisa
Lugar (2000) es el último libro de cuentos de Saer, se produce una novedad respecto al conjunto de su obra: Saer abandona su enclave habitual –la ciudad (Santa Fe) y sus alrededores, o bien a los personajes que viven por ejemplo en París, pero cuyos recuerdos pertenecen a la ciudad, como Pichón en París- y crea historias de composición más sencilla con personajes de cualquier parte situados en cualquier época o lugar: Viena, Egipto…
Sin embargo, es posible que lo mejor de Lugar sea la existencia de dos relatos que en cierto modo continúan, o completan, a lo narrado en la novela La pesquisa: En línea narra la conversación telefónica entre Tomatis (en la ciudad) y Pichón (en París) sobre un nuevo documento encontrado en la casa de Washington Noriega que da continuidad a la novela encontrada en La pesquisa: "Las tiendas griegas". Y el cuento Recepción en Baker Street comienza justo donde se acababa La pesquisa. Los personajes que despedíamos en este libro se encuentra en la estación de autobuses con Nula (uno de los protagonistas de la novela La grande).

Si alguien tiene oportunidad de acercarse a algún libro de cuentos en concreto de Saer le recomendaría que empezase por Unidad de lugar (para este libro no hace falta además haber leído las novelas).                              Extractos sacados de la reseña de DesdelaCiudadsinCines
SAGARNA, JAVIER
Ahora tan lejos
Editorial  MENOSCUARTO
El libro se lee con avidez, no sólo porque sus relatos sean cortos, sino por su densidad emocional, por ese anzuelo que te tiende en cada historia. Los cuentos de Ahora tan lejos exploran aquellos instantes en los que, sometidos a presión, nos resquebrajamos y, con nosotros, se rompen nuestras relaciones, vidas o mentiras. Javier Sagarna dibuja con precisión esos puntos más débiles por los que se fractura lo que parecía sólido, donde las fuerzas de la vida, que nos mueven y nos transforman, ejercen todo su poder. Desde el realismo minimalista hasta el surrealismo y el cómic, el autor crea un universo personal plagado de niños, monstruos, aventureros, animales, idealistas y familias rotas —y hasta felices—, pero ya para siempre lejos de donde un día soñaron estar.
Sus textos son secos, espartanos, directos al meollo de la cuestión. 
En "Resistencia” una visita al abuelo de la familia se torna en excusa para revisar las relaciones familiares y los peajes que conllevan. La perspectiva empleada nos revela al sujeto contemporáneo, capaz de observar el clan desde fuera para sentirse parte y juez al mismo tiempo, descubriendo la superficialidad y la terrible soledad que acosan al individuo. Ese tipo de relaciones, forzadas por la inercia, son las que van a cuestionarse en el libro en todo momento: la amistad, el amor, la familia… Todas ellas bajo la óptica mordaz y desolada de un sujeto a la deriva entre tanto naufragio.
Ese naufragio va a hacerse discurso literario en el último relato del libro, titulado significativamente “Ártico”. Nos encontramos en una situación límite donde dos exploradores, solos sobre un ‘iceberg’, esperan su rescate. En esa espera encontramos dos maneras de ser, ampliamente simbólicas, que enfrentan a los sujetos con la propia necesidad de vivir en lo social para no sucumbir, independientemente de sus divergencias. Estructurado así, el relato obtiene una primera lectura que puede hacerse más compleja en función del lector y de sus conocimientos e intereses. Esta capacidad incide en su valor literario y nos da una muestra de lo que Sagarna es capaz de hacer con escasos apuntes y una secuencia fija. Materiales básicos y conocimiento en profundidad de los rudimentos literarios son la base de una escritura sin subterfugios donde todo es posible, sí, pero a la vez es completamente verosímil. Ficción como continuo de lo cotidiano, en un todo mezclado y sólo aparentemente caótico.   Extractos tomados del artículo de Luis Luna en LaColumnata.es
SAKI
Animales y más que animales
Editorial  VALDEMAR
Saki, seudónimo de H. H. Munro representa como pocos lo macabro, ácido y divertido. Todos sus cuentos son un ejemplo de brevedad y eficacia, ya sean humorísticos o de terror. Cada cuento de Saki es como un cuchillo lanzado al intelecto del lector, ya sea para provocar su risa o moverle al espanto. No es de extrañar que dos de sus más ilustres discípulos sean Tom Sharpe y Roald Dahl.  Borges, gran lector de Saki, decía: «Con una suerte de pudor, Saki da un tono de trivialidad a relatos cuya íntima trama es amarga y cruel. Esa delicadeza, esa levedad, esa ausencia de énfasis puede recordar las deliciosas comedias de Wilde.»
Saki cultivó la sátira social, revelándose como un maestro del estilo, y anticipándose a eso que se valora tanto en nuestros días: «la economía de medios». En sus cuentos se impone el sarcasmo sobre la truculencia, el cinismo sobre las convenciones sociales, la crueldad sobre la mojigatería.
En las colecciones de cuentos de Saki conviven con naturalidad lo humorístico y lo macabro. Su fina ironía revela lo más absurdo de las convenciones sociales. En “Animales y más que animales”, Saki vuelve a poner en jaque las flaquezas humanas a través de ciertas comparaciones con los animales. Así, en ‘La loba’ un truco de magia sirve a Clovis para ridiculizar, con saña inhumana, a un invitado de velada. Sus personajes bordean la ambigua línea que separa el terror y la sátira. Dan miedo y risa a la vez y despiertan en el lector un gesto torcido de satisfacción. Saki no escribe para todo el mundo. Su humor siniestro es como el café sin azúcar o el whisky de malta: un sabor adulto para connoisseurs.
Pero ante todo en Saki hay un placer por narrar. Tiene relatos que apelan directamente a la pasión fabuladora y donde los personajes ejercen de contadores con buenas o malas intenciones. A veces el mismo título nos lo advierte, como en esos dos maravillosos relatos titulados El contador de cuentos y Los fabuladores donde se demuestra el poder que puede tener una buena historia bien contada, en un claro homenaje a la fantasía creadora de los grandes literatos. Otras veces la fabulación proviene de una mente imaginativa con capacidad para concebir historias en cualquier circunstancia como en la magistral La ventana abierta, una de esas historias donde el matiz de la línea final es capaz de derrumbar toda la estructura del relato contado.La ventana abierta se publicó por primera vez en el Westminster Gazette, y posteriormente fue incluido en el libro de relatos Animales y más que animales; es uno de los cuentos cortos más conocidos de Saki, y considerado muestra ejemplar de su arte. En él, la divertida historia refleja el efecto que provoca la imaginación, lo posible y extraordinario sobre la mente de una persona y la realidad cotidiana.
La tregua es un relato delicioso sobre las armas que posee una joven delicada e inteligente cuando un candidato a unas elecciones necesita descansar y no pensar en política en toda la noche.
En Brogue todo tipo de desgracias pueden ocurrir cuando queremos vender un caballo imposible, inútil, catastrófico. Si algún lector quiere saber lo que es humor inglés solo tiene que leer este cuento sobre lo posible e imposible. 
Atardecer, es un relato perfecto donde las tramas confluyen hacia la apariencia, pero la historia adquiere vida propia. Es increíble la importancia que puede llegar a tener una pastilla de jabón.
SAKI
Los jueguetes de la paz.  La cuadratura del huevo
Editorial VALDEMAR
Hector Hugh Munro (1870-1916), escritor de origen escocés nacido en Birmania y educado en Inglaterra, fue conservador y antisemita, misógino y homosexual y todas esas características de sus actitud vital se reflejan con mayor o menor crudeza en unos cuentos de finales casi siempre sorprendentes, pero de lógica implacable. En Los juguetes de la paz / La cuadratura del huevo, Valdemar nos ofrece una edición de dos recopilaciones póstumas de cuentos, hechas en 1923 y 1924 respectivamente, que constituyen un buen ejemplo de lo que son los relatos de Saki: algunos cargados de una negra ironía, como Los intrusos; otros jugando con la crueldad que pueden llegar a mostrar los niños, como El castigo o Hyacynth; o simplemente cuentos en los que en la situación humorística o el enredo llevará a la risa al lector: buenos ejemplos son Semillas para las codornices (sobre un almacén que tiene pocos clientes), Las siete jarras de leche (sobre el miedo a la visita de un cleptómano) o Tratamiento de choque (sobre una madre demasiado curiosa con las cartas de los demás). Los juguetes de la paz se ensombrece un poco hacia el final, con algunos cuentos relacionados con la I Guerra Mundial que se alejan de su tono habitual. Saki moriría en 1916 en las trincheras francesas durante el conflicto. Algunas fuentes dicen que sus últimas palabras fueron "Put that damned cigarette out!" (“¡Apagad ese maldito cigarrillo!”). La cuadratura del huevo contiene algunos cuentos más, algo más largos que los habituales, y con algún destello de su genio, como el que da nombre a la antología o Programa de gala, fina ironía algo misógina contra las sufragistas. 
Los cuentos del volumen contienen todos los elementos que caracterizan la obra de Saki, un humor negro cercano a la crueldad que resulta siempre irónico e incluso cruel a veces. Saki suele ver la realidad a través de unas gafas de crudo cinismo. Por ejemplo, en ‘Los invitados’, un cuento que roza el surrealismo más total y que refleja la clase de convencionalismos a los que nos vemos abocados para mantener una ilusión de estabilidad y buena educación. Asimismo cuando el joven Nicholas aplica una implacable lógica para dejar a su tía en el pozo donde ha caído para irse a explorar el desván prohibido. También hay historias terribles como un hurón que se transforma en un dios vengativo. En cualquier caso Saki escribe sus historias sin énfasis ni afectación; sazonando sus relatos con diálogos ingeniosos y personajes tan absurdos que sólo pueden británicos.
SAKI
Crónicas de Clovis
Editorial  VALDEMAR
Deliciosos, inconformistas, sofisticados, divertidos, macabros, ácidos, amargos, crueles y sórdidamente irónicos. Todos estos adjetivos nos acercan a la esencia de los cuentos de Saki en la que Clovis es un personaje central. Aparece en muchos de los relatos como protagonista, narrador o testigo de esas historias que suceden en una sociedad aristocrática, superficial y rígidamente estratificada  de la que se erige en perfecto crítico, a su vez refinado y frívolo.
Los personajes de Saki son siempre figuras extremas: bien cáusticos enfermizos que parecen estar por encima de las convenciones sociales, bien apocados e indecisos que no saben qué papel encarnar en el escenario —siempre surrealista y casi primitivo— social. Esto es ridiculizado al extremo en el relato ‘La transformación de Groby Lington’, en el que se muestra la influencia de un animal (algo externo, ajeno al ser humano) sobre un hombre normal y corriente, que se ve abocado a realizar actos poco naturales. 
En el volumen encontramos algunos de los mejores relatos de Saki, como Sredni Vashtar, Esmé, Tobermory, Mrs. Packletide  el tigre, la cura de inquietud y dos auténticas piezas de terror: los perros del destino y la música de la colina. Porque no todas sus historias se vinculan a la crítica social. También existe un narrador nato que es capaz de revisar el mito del hombre-lobo o de contarnos la maldita suerte de un perdedor en Los perros del destino

Para desmenuzar toda la hipocresía que le envuelve, el autor utiliza tres tipos de personajes: por un lado encontramos al joven perspicaz, burlón y algo disoluto —Reginald y Clovis son el alter ego del autor- que, armado de una mordaz ironía, es capaz de despellejar con sus comentarios e ingeniosas salidas, a los adultos simplones que pueblan las tediosas veladas de la alta sociedad. Los animales, esencialmente gatos, constituyen uno de los personajes críticos más sorprendentes de sus cuentos como en ese excelente Tobermory, donde un gato al que se le ha enseñado a hablar es capaz de destapar las miserias de un ocioso grupo de clase alta, el cual acaba viendo un hecho sorprendente como algo insoportable. Aunque donde Saki clava sus venenosos dardos con mayor eficacia es, a mi modo de ver, cuando utiliza a los niños para destapar los males de los adultos. El materialismo, las apariencias o la hipocresía sufren el ataque de unos personajes sinceros que en ocasiones muestran crueldad –como olvidar al trío vengador de La penitencia o al paciente niño de Sredni Vashtar- pero que aún así son simpáticos a los ojos del lector. 
Mujeres, niños y animales -sobre todo, gatos, salvajes o domésticos, grandes o pequeños- son los otros protagonistas importantes de los cuentos de Saki. Tres son los arquetipos de mujer: la cínica baronesa de "Esmé", que inmediatamente adopta a la hiena encontrada en el camino, durante una cacería; la silenciosa Lady Anne de "La reticencia de Lady Anne", y la temible Mrs. De Ropp de "Sredni Vashtar", a la que su entenado denomina con no poco terror The Woman . Los niños pueden ser simplemente molestos, molestos pero muy inteligentes, o siniestros y muy inteligentes. En cuanto a los animales, pocos querrían tenerlos como mascotas en su casa, pero no se puede negar que para Saki son los mejores testigos para analizar con fría lucidez a sus tontos e hipócritas dueños.
El ingenio de Saki es tremendamente eficaz, pues produce el máximo efecto con un mínimo de recursos y es por ello que entre sus textos encontramos una gran cantidad de obras maestras del género.
Extractos tomados del artículo de Graciela Melgarejo en LaNación.com.ar
SALINGER, J. D.
Nueve cuentos
Editorial EDHASA
Los relatos de Salinger sustentan gran parte de su peso en su finísimo talento para el diálogo. Abundan los niños y los soldados, dos seres que están fuera del mundo "normal" y que nos muestran de forma descarnada su desconcierto existencial ante la sociedad contemporánea.
Salinger nos acerca a sus personajes a través de las palabras y las acciones. No nos cuenta sus pensamientos; sino que deja que sus personajes se expresen: ambiguos, complejos y profundos. Nosotros mismos, como lectores, nos quedamos desconcertados tras leer esas conversaciones en las que todo está dicho, pero que también nos dejan frente al abismo. 
Salinger nació en N.York en 1919 y comenzó a escribir desde muy joven. Cuando EEUU entró en la segunda Guerra Mundial se alistó en el ejército. Sus conocimientos de Europa, del alemán y del francés hicieron que fuera fichado por el servicio de inteligencia norteamericano. Participó en el desembarco de Normardía y cuando acabó la guerra no fue licenciado, sino que se incorporó al servicio de contrainteligencia. Vivió durante un tiempo en Alemania trabajando en la desnazificación de su sociedad hasta que solicitó volver a EEUU impactado por sus experiencias de guerra. 
Quizás de ahí provienen muchas características de sus historias llena de dolor, culpa y rencor. Es corriente que sus personajes nos parezcan vivir en un callejón sin salida. Quizás no hay un sentimiento de derrota en ellos, pero sí una dificultad enorme para encontrar una justificación al egoísmo, la traición, el dolor y la muerte. 
Salinger se sirve de un estilo simple en recursos literarios pero plagado de imágenes. En “Teddy” asistimos a la charla filosófica y trascendental entre un niño prodigio (convencido de ser la reencarnación de un ser más elevado que cometió algún tipo de error que lo hizo volver en el cuerpo de un norteamericano) que viaja en una especie de crucero con su peculiar familia y un joven profesor azorado. Teddy, el niño protagonista, tiene conciencia de su reencarnación y acepta la muerte como parte del mecanismo que rige el orden del universo. “Para Esmé, con amor y sordidez”, es la conversación que un joven soldado traumatizado mantiene con una (particularísima) niña en un café del pueblo de Devon.  El último relato versa sobre un personaje estrafalario y muy atractivo, el presunto pintor Jean Daumier-Smith. En este caso la fuerza no está en los diálogos porque está contado en primera persona, sino en la propia forma de expresarse refinada, decante, un tanto cínica.
En los relatos podemos encontrar una extraña belleza, la del horror; porque cada cuento nos traslada algo terrible y trágico.
SALTER, JAMES
Anochecer
MUCHNICK EDITORES
Once cuentos propios de un novelista son los que forman parte de Anochecer. Salter, admirador confeso de Hemingway y piloto de combate en más de una guerra, refleja en los relatos de Anochecer, esa intranquilidad de saber que seguimos vivos mientras palpamos a nuestro alrededor la fragilidad de las cosas. A través de detalles aparentemente anodinos y diálogos sutiles, el autor va moviendo a sus personajes desde una normalidad aparentemente insustancial a otra inquietante y muchas veces desoladora.
La prosa de Salter es un espacio donde aparentemente no sucede nada, pero que gracias a tenues atisbos acabamos asomados al abismo. Salter es famoso por su escritura despojada, hecha de palabras certeras y silencios elocuentes. Las frases cortas, los párrafos compactos y los diálogos breves consiguen que la lectura tenga un ritmo como marcado a metrónomo. Su prosa leve y diáfana ahonda en la fragilidad de las cosas -el amor, la familia, el éxito, las trampas de la memoria y las múltiples traiciones del sexo. 
Una mujer madura, abandonada por su marido y que ha perdido a uno de sus hijos, hace la compra un atardecer lluvioso de otoño. Al llegar a su solitaria casa le espera su amante, que hace reparaciones, y le anuncia que ha vuelto con su mujer. Este es el argumento de Anochecer, el relato que da nombre al libro. Sin embargo, lo importante no es la historia, que siempre es más sugerida que pormenorizada, sino la forma tan sutil en que el autor nos envuelve en un ambiente: en este caso la soledad en la que vive una mujer madura, culta, independiente, cuando el mundo que le rodea no está a su altura.
SALTER, JAMES
La última noche
Editorial  SALAMANDRA
La última noche contiene diez relatos magistrales, en los que, a partir del retrato íntimo de las relaciones entre hombres y mujeres, salen a la luz los temas favoritos del autor: el amor, el desengaño, el deseo, la traición y la soledad. 
Su prosa precisa y diáfana nos invita a la placidez para descubrirnos de pronto que ese manto de calma alberga una profundidad que abisma.  En el cuento que da título al libro una mujer enferma de cáncer terminal pide a su marido y a una amiga que la ayuden a adelantar su muerte, con resultados inesperados para los tres. En todos sus personajes, el recuerdo de la felicidad y del éxtasis convive con los efectos devastadores de la traición. Los hombres y mujeres que pueblan sus páginas tienen una vida tranquila y placentera...hasta que el mundo se les cae encima. Un cáncer. Un adulterio. El repentino descubrimiento de que la vida no es lo que parece. 
El estilo de Salter refulge con frases como "La miró y, por un momento, olvidó que lo tenía todo" o “Lo prohibido nutre el apetito por todo lo demás”. La frase corta, la combinación de diálogos sólo aparentemente triviales, la captura de un instante de emoción es lo que aporta Saltar a la literatura. Publicó La última noche con 81 años, diez después de sus memorias. Consiguió la excelencia literario con una obra escueta y cincelada frase a frase: seis novela novelas, dos libros de relatos y sus memorias, Quemar los días
Salter siguió los pasos de su padre estudiando en West Point, donde se graduó en 1945. Como piloto de la fuerza aérea participó en más de cien misiones.  En la segunda guerra mundial estuvo destinado en Okinawa y Hawai y fue voluntario en la guerra de Corea. Su experiencia militar le daría la experiencia que volcó en sus dos primeras novelas, una de las cuales, Pilotos de caza (1956), llegaría al cine protagonizada por Robert Mitchum. Hollywood lo tentó y escribió allí diversos guiones como El descenso de la muerte (1969), que interpretó Robert Redford. En sus viajes quedó fascinado por España y por figuras como Lorca, Gaudí, Machado y Valle-Inclán.

SÁNCHEZ-ANDRADE, CRISTINA
El niño que comía lana
Editorial ANAGRAMA
Lleno de mujeres, niños y tragedias cotidianas está este libro. Tragedias que vienen marcadas por la época y la región -una Galicia aldeana en la postguerra, aunque en algún relato ya aparece la Xunta-. Vidas que vienen marcadas por la miseria y la vulnerabilidad.
Entre dos citas que tiene el libro creo que se puede acotar su territorio. La que abre el volumen reza así: "Para Galicia y los gallegos «que se acomodan en todos los climas, pero no dejan de soñar con la pequeña patria lejana»". Mientras que el cuento Matilde está encabezado por una cita de la ensayista Elaine Scarry: “El dolor no tiene voz pero cuando encuentra una, comienza a contar una historia”.
Ahí está el meollo.
Gentes gallegas, muy pegadas a su tierra, viviendo en condiciones muy duras, casi sórdidas; pero cuya íntima palpitación rescata Cristina Sánchez-Andrade para contarnos su historia a veces macabra, a veces grotesca, muchas veces conmovedora.
Seguir leyendo en este blog

SAUNDERS, GEORGE
Diez de Diciembre
Editorial ALFABIA
Las voces en la literatura – las diferentes, se entiende – son muy difíciles de encontrar. Así que cuando nos damos de bruces con una de ellas, es como si algo nos saltara a la cara para arañarnos.
El libro se compone de diez extraordinarias piezas ubicadas en la América suburbana y periférica, escritas con una de las voces más particulares de la narrativa estadounidense contemporánea. El amor, el tedio en el trabajo, el sexo y la muerte son algunos de los temas que el autor trata con un estilo que ha sido destacado por la crítica como innovador, intenso y profundamente emotivo. Los relatos reunidos en este volumen juegan con la hibridación de géneros y se acercan muchas veces a lo cómico, a la ciencia ficción distópica o a lo grotesco. Descubrir a Saunders implica descubrir una nueva forma de entender la literatura, una nueva forma de trabajar con el lenguaje y, sobre todo, implica para el lector la posibilidad de alcanzar estados de exaltación únicos e irrepetibles.
Diez relatos que se mueven entre la realidad y la ciencia ficción, y que destruyen todos esos mitos en los que, para escribir bien, tiene que hacerse siguiendo las normas.
George Saunders sabe lo que hay que hacer para que el lector se siente lo más cómodo posible y vea cómo desfilan por sus ojos algunos de los personajes más traumáticos de una carrera literaria – el relato Cachorro, por ejemplo -, y que confluyan en un mismo paisaje, elementos más propios de las distopias  –brillante el relato Escapando de la Cabeza de Araña – sin que ello suponga un menoscabo a la credibilidad de su voz. Son diez relatos que parecen diez saltos mortales, diez oportunidades para asomarnos a una piscina que sabemos vacía pero a la que queramos saltar a toda costa para poder disfrutar como debemos de ellos. Y sí, con esto quiero decir que estos relatos no son un camino de rosas, que juegan con el lector a través del lenguaje y de las formas en las que éste se utiliza, para crear escenarios que rezuman podredumbre, pero que es como esa clase de accidentes a los que no podemos dejar de mirar por mucho que lo intentemos. Son pequeñas joyas que en su interior tienen taras, pero que son precisamente las que le dan calidad a la historia.   
Extractos de LibrosyLiteratura.es
SCHMIDT, ARNO
Meteoro de verano
Editorial  La BESTIA EQUILÁTERA
 Meteoro de Verano es la primera obra que leí de Arno Schmidt y es un laberinto en sí misma, tan compleja e intrigante como la misma mente humana.
Meteoro de Verano es uno de los tantos relatos que se reúnen en este libro. Los cuentos son cortos, muy concisos, y relatan situaciones cotidianas en una sociedad de posguerra. El clima es oscuro, frío y casi incomprensible para quienes vivimos en un mundo posmoderno y sin heridas abiertas como lo son las guerras.
Arno Schmidt es autor de ocho novelas, diez nouvelles, dos volúmenes de cuentos, varios tomos de correspondencia, etcétera. En España vamos conociendo su obra con cuentagotas. La causa es la de siempre o casi siempre: Arno Schmidt es de los escritores difíciles, de los “intraducibles”. De los escritores que se entretienen explorando las posibilidades de su idioma, ya que explorar el propio idioma es –cualquiera lo sabe– una de las tantas maneras de explorar el mundo/la vida. Un poeta, o sea, en el mejor sentido de esa palabra. Un grande, sí, un loco genial, un monstruo de la lengua alemana. Pero difícil. El Joyce, el Gadda, el Céline alemán. Uno de los grandes satiristas del siglo veinte, en cualquier lengua. Maestro de la ironía, del sarcasmo. Una suerte de Burroughs de los bosques, un Burroughs sin droga. Un gran pesimista también. Pero un pesimista que se cagaba de risa. Un misántropo riente. Satélite de órbita irregular –desacatado, díscolo– del Grupo 47. Lejos del vitalismo, de la pedagogía realista de mucha literatura alemana de posguerra. Con lo poco que hay en castellano es suficiente para darse cuenta: lo de Arno Schmit es el lenguaje. Nada más. A ver hasta dónde es posible llegar en esto de escribir. Caminar en la soga. Los juegos, las combinatorias. Las múltiples posibilidades del habla en la escritura. Elisiones, contracciones, neologismos, etc. El “intento de dar por escrito la realidad fonética de la lengua hablada”, como dice Claude Riehl, su traductor al francés.
En este sentido, esta nueva traducción de Schmidt, realizada por Gabriela Adamo, es un acontecimiento, una felicidad para los schmidtianos hispanohablantes. En primer lugar, por el simple hecho (el milagro) de un nuevo libro de Arno Schmidt en castellano (ahora, una serie de relatos cosidos por una misma voz, la de un narrador malicioso, suerte de alter ego de Schmidt, que destila en todo momento una acidez con la que derrite todo lo que nombra). Y en segundo, por el acierto de la traducción de Adamo, que no buscó normalizar, aplanar, domesticar el original alemán, sino que intentó, a riesgo de dificultar la lectura, respetar y trasponer sus aristas, sus matices, sus dificultades, las típicas, bellas, arbitrariedades de Schmidt en torno a la sintaxis, la puntuación y las grafías. / Mariano Dupont
Párrafos aparte merece el particular, magnético y vital estilo de escritura de Arno Schmidt. Los relatos cotidianos se entremezclan con los propios pensamientos fugaces del escritor. En medio de los cuentos aparecen comentarios de Schmidt para aclarar una situación a la vez que se convierte en cómplice del lector y pretende ampliarle la información con frases inteligentes y pertinentes. Es increíble cómo es posible seguir inventando estilos a partir de las mismas letras y los signos de puntuación existentes. Los textos son crípticos y fascinantes     Extractos de LibrosyLiteratura.es
SCHULZ, BRUNO
Obra Completa
Las tiendas de color canela - Sanatorio bajo la clepsidra
Editorial  SIRUELA
Bruno Schulz nació en 1892 en Drohobycz, en la región de Galitzia ( actualmente en Ucrania, entonces en Polonia y bajo el dominio del imperio austro-húngaro). Hijo de un comerciante judío, su infancia y su vida en esta ciudad (metafísica, opresiva y encantada) marcarán para siempre su obra. Su padre era dueño de una pequeña tienda de paños en la que Schulz pasó su infancia y adolescencia hasta 1915, fecha en que muere su padre, la figura principal de su breve ciclo narrativo.
Diez años mayor que Gombrowicz, diez años menor que Kafka, su obra tiene más de un punto de contacto con la de estos autores.
En 1920 publica El idólatra, que parece inspirado a medias por las pinturas negras de Goya y La Venus de las pieles, de su compatriota Sacher-Masoch: un álbum de grabados que refleja un universo erótico de mujeres elegantes e indiferentes ante unos hombres que se arrastran a sus pies, entre los que Schulz se autoretratará en repetidas ocasiones. 
Los cuentos de su primer libro, Las tiendas color de canela (1934) fueron rechazados por críticos y editoriales hasta que llamaron la atención de Zofia Nalkowska, en ese entonces célebre. En 1937 da a conocer una nueva recopilación de relatos, Sanatorio bajo la clepsidra, y un año después la novela Kometa.
Cuando la guerra se abate sobre Polonia, Schulz comienza a sufrir el destino de la comunidad judía a la que pertenece. Logra sin embargo la protección de un miembro de la S.S. gracias a su habilidad de retratista. Una simple disputa de su protector con otro integrante de la S.S. hace que este último se vengue matando a Bruno Schulz con dos tiros en la nuca.
Los dos libros de cuentos de Schulz constituyen una extraña incursión en el mundo de la infancia. El universo es la provincia. Una familia judía: el padre, la madre, un hermano, la tía Pelagia, la sirvienta Adela, son los personajes. Dentro de un cuadro provinciano estático, mortecino, inmovilizado, donde nada ocurre, Schulz, a través de un idioma casi mágico, nos introduce en una esfera donde la realidad es ella misma y a la vez su caricatura. Con morosa minuciosidad, y un brío verbal que llega hasta lo exasperante crea una realidad que siempre es de otra manera: fantástica, absurda, llena de tensiones, de un humorismo trágico, jamás patética porque un sentido brutal de la ironía se lo impide, risible y coloreada de un erotismo perturbador. Cada cuento se inicia con los proyectos del padre para intentar crear un universo diferente al que el medio circundante le impone y termina con su derrota final inflingida por el “buen sentido” de Adela, la sirvienta, la torturadora, ante la mirada del niño que siempre permanece como testigo. Es la parábola permanente del sueño abatido y castigado por el “sentido común”.
Las tiendas de color canela es la crónica de un estío arcádico "que se derramaba como miel" sobre una Drohobycz elevada a la categoría de "República de los Sueños"y presidida por el viejo Jakub Schulz, el padre inabarcable, contradictorio, dulcísimo y tiránico, por quien el pequeño Bruno profesaba una admiración sin límites y en el que quiso ver la encarnación de la imaginación creadora: un soñador, un demiurgo enloquecido y dichoso, entregándose a experiencias mesméricas, criando pájaros exóticos en el desván, construyendo complicadas máquinas y tratando de insuflar vida a un ejército de maniquíes. Fantásticos proyectos que la temible Adela, quintaesencia del orden racional, desbarata una y otra vez, a golpes de escoba.

Los relatos de Bruno Schulz no son piezas diversas, y su unidad no depende sólo de preocupaciones simbólicas o estilísticas semejantes. Ambientados todos en la infancia, el niño que cuenta en primera persona, van entretejiendo un mundo autónomo, que no cuesta relacionar con una novela.Los vínculos entre los distintos cuentos son además cronológicos, y la lectura gana si es sucesiva, no salteada. 

Sanatorio bajo la clepsidra, su segundo y último libro de cuentos, fue publicado en 1937.  El lirismo sensual y veraniego de Las tiendas de color canela vira aquí hacia la fantasmagoría invernal, desolada. El padre ha muerto, pero Josef, el mismo protagonista del libro anterior, el alterego de Bruno, lo encuentra de nuevo en el misterioso sanatorio del título. Un médico, que bien podría llamarse Valdemar, le dice: “La muerte que alcanzó a su padre en su país aquí no ha llegado todavía”. El sanatorio parece alzarse en la misma zona imaginaria en la que Bioy situó El perjurio de la nieve, y quizás no sea muy distinto del sheol judío, una suerte de purgatorio donde los muertos siguen existiendo pero viven una especie de vida congelada, la sombra de una vida sin consciencia ni experiencia de nada . 
Algunos críticos han señalado que Schulz eleva una protesta contra la degradación del hombre al pintar sus fracasos, sus derrotas, su caída. No sé hasta dónde esto pueda ser cierto. No sé hasta dónde pueda ser exacto que el describir una condición sea denunciarla. Tampoco estoy seguro de lo contrario, lo que sí me resta es la impresión de conocer pocas obras tan despiadadas, tan implacables y desesperanzadas como las de este oscuro judío de la Galicia polaca.
 Compuesto con extractos tomados de artículos de  Marcos Ordóñez y Sergio Pitol
SCHWEBLIN, SAMANTA
Siete casas vacías
Editorial  PÁGINAS de ESPUMA
En estos relatos no se colocan pomadas sobre la quemadura: la pérdida de los seres amados, la violencia afectiva, la enfermedad, el sentimiento de haber sido desposeído, el egoísmo, se hacen una bola en el estómago. 
Los relatos de Siete casas vacías se mueven sobre la franja que separa vigilia y sueño. Algunos se asemejan a pesadillas hechas realidad. Dentro de la tradición de esos cuentos de terror que a la vez son magníficos cuentos realistas —y viceversa—, lo real se aborda desde su reverso fantasmagórico y lo fantástico remite a la oscuridad de lo real. Schweblin nos conduce hacia una sensación incómoda que se agranda hasta la náusea. 
En ‘Nada de todo esto’, una hija acompaña a su madre en el periplo de invadir y apropiarse de espacios ajenos; en ‘Mis padres y mis hijos’, un hombre oculta que sus descendientes y progenitores se esconden desnudos en el jardín. En ‘Pasa siempre en esta casa’, una mujer vive la pesadilla recurrente de recoger las ropas del hijo muerto de sus vecinos que sistemáticamente son arrojadas a su patio: de esa oscura repetición nace la exigencia de acotar, recoger, embalar como modos, tal vez fallidos, de pasar página; en ‘Cuarenta centímetros cuadrados’, una suegra le cuenta a su nuera una vieja historia quizá para que ocurra otra vez; en ‘Salir’, una mujer sale de casa con el pelo mojado, en albornoz, y monta en el coche de un hombre: el ambiente es onírico y lo real se presenta en esa vertiente del absurdo que a ratos duele y a ratos conforta.
Aunque confieso mi debilidad por ‘Nada de todo esto’, el relato de apertura, tal vez la perla del libro sea ‘La respiración cavernaria’ y su protagonista, Lola, una anciana que convoca la muerte haciendo listas, embalando en cajas sus pertenencias, dándole a su vulnerabilidad la dimensión de lo maligno: aguarda a su esposo acurrucada en la cama, alargando artificialmente su malestar, para que el hombre se sienta culpable. 
Schweblin alcanza una pulida resolución literaria, una sencillez, que visibiliza lo visible —casas, patios, garajes— y lo invisible: se solidifica esa mezquindad interna que nace del resentimiento de vivir y de existir en determinadas condiciones.
Leemos queriéndonos tapar los ojos, pero dejando rendijas entre los deditos a través de las que reconocemos lugares comunes que siempre serán extraordinarios cuando los retrata una escritora tan competente como Schweblin. “Los ojos de los papanoeles no están pintados exactamente sobre los relieves oculares, donde deberían estar”. Y eso es lo que sucede en Siete casas vacías: siempre hay un desajuste, una contractura en la mirada, que enturbia esos comportamientos que, aunque cotidianos, nunca se despojan de su faceta siniestra.
Extractos tomados del artículo de Marta Sanz en Babelia / ElPaís.com
SCHWEBLIN, SAMANTA
Pájaros en la boca
Editorial  LUMEN
Samanta Schweblin nació en Buenos Aires en 1978. Su primer libro, El núcleo del disturbio (2002) obtuvo el premio Fondo Nacional de las Artes. En 2008 le otorgaron el premio Casa de las Américas por Pájaros en la boca, traducido a trece idiomas.
Cuando Samanta tenía doce años dejó de hablar. No fue porque tuviera algún problema en sus cuerdas vocales, sino porque la superaba la enorme diferencia entre lo que ella quería decir y lo que entendía la gente. Samanta y el lenguaje no eran amigos. Hasta que aprendió a dominarlo con una herramienta mágica: la literatura. “La literatura me dio la oportunidad de poder manipular el lenguaje con una pinza casi científica, aunque tome días, meses, años para decir exactamente lo que quiero decir”, declaró a la BBC.
¿Qué es lo real y qué es lo fantástico en la literatura de Samanta Schweblin? Nada de lo que ocurre en estos cuentos parece perturbar a sus protagonistas. La fantasía aletea sin cesar en sus escenas. Muchas de las narraciones nos conducen a un recodo donde la realidad pierde alguno de sus atributos y nos obliga a recomponer su sintaxis.
Schweblin tiene un extraordinario manejo del lenguaje. Su estilo es conciso y muy visual. Logra que lo más interesante esté detrás de lo que se cuenta. 
Me gustan especialmente "Cabezas contra el asfalto" donde un joven pasa de golpear cabezas contra el asfalto a visualizarlas y pintarlas. Pero su forma de ser, totalmente introspectiva, le augura nuevos problemas. También es excelente "Hacia la alegre civilización", de tono kafkiano. 
Seguir leyendo la Reseña en este blog

SCHWOB, MARCEL
El Rey de la Máscara de oro
Editorial BRUGUERA
No me cabe la menor duda de que en Libia, en los confines de Etiopía, donde viven hombres muy viejos y muy sabios, existen hechicerías aún más misteriosas que las de las magas de Tesalia. Es verdaderamente terrible pensar que los encantamientos de las mujeres pueden encerrar la luna en el marco de un espejo, o hundirla durante el plenilunio en un cubo de plata junto a estrellas empapadas, o freírla en una sartén como si fuera una amarilla medusa marina mientras la noche tesaliana es negra y los hombres que cambian de piel tienen libertad para equivocarse; todo esto es espantoso pero yo tendría menos miedo a esas cosas que a encontrarme de nuevo con las embalsamadoras libias en el desierto color de sangre”.
Así comienza Las embalsamadoras, uno de los cuentos que forman parte de El rey de la máscara de oro, libro de relatos de Marcel Schwob. Este poeta y narrador francés, descendiente de una familia de rabinos, vivió tan solo 38 años, y dejó una obra exquisita y poco conocida. Schwob murió en 1905 y escribió toda su obra entre los 24 y 29 años en una prosa que aspiraba a ser lo más clara y neta posible, y que a su amigo Remy de Gourmont le parecía “de una sencillez pavorosamente compleja”. 

La narrativa francesa del siglo XIX estuvo marcada por el dominio apabullante del realismo hasta que a finales del siglo aparecieron los simbolistas y decadentistas. Marcel Schwob (1867-1905) fue uno de los grandes prosistas franceses del Simbolismo -nació el año de la muerte de Baudelaire- y fue admirador y traductor de Robert Louis Stevenson. Schwob, tan decadente y desdichado al fin de sus días, fue un autor erudito y muñidor de frases delicadas o cristalinas. Supo como pocos mezclar el arte, la cultura libresca y la magia de verbos y personas. 
En este volumen de cuentos hay un símbolo recurrente, el de la máscara, presente al menos en cuatro de los relatos. El que le da título, El rey de la máscara de oro, es una alegoría sobre el ocultamiento de la verdadera identidad. En otros cuentos, como La peste, Los carátulas o Los contrabandistas de sal la máscara se utiliza para burlar al destino y escapar de la norma social. Este tema de la máscara y la impostura, la vida real y la posible, fue una constante en la obra de Schwob, y se prolonga en otro de sus libros más conocidos, Vidas imaginarias.
Siendo el autor un gran conocedor de la Historia, los veintiún breves relatos de El rey de la máscara de oro, publicados en 1893, abundan en escenarios y épocas de un remoto pasado. En esas brumas se cuelan elementos fantásticos, oníricos y misteriosos. Los escenarios y situaciones están recreados con precisión de orfebre y en ellos no falta el elemento macabro o la atrocidad de edades más crueles, como el Medievo o la época de la piratería. Historia, pasión, belleza y una turbadora voluptuosidad son los encantos que convierten este libro en algo inolvidable.

SCHWOB, MARCEL
Vidas imaginarias
BIBLIOTECA PERSONAL BORGES
Aparenta ser Marcel Schwob (Chaville 1867–Paris 1905) un autor menor. Pero no hay que olvidar que las apariencias se las pasó siempre por el forro, porque fue maestro en fugas y experto en desertar de cualquier aire estable. “Conténtate con toda apariencia. Pero abandónala y no te des la vuelta”, escribe en El libro de Monelle. Así, por lo visto, actuó toda la vida. 
Será un autor menor, pero su influencia es visible en obras de Borges, Faulkner, Cunqueiro, Perec, Tabucchi, Bolaño, Sophie Calle, Michon. “En todas partes del mundo hay devotos de Marcel Schwob que constituyen pequeñas sociedades secretas”, escribió Jorge Luis Borges. Y quizás sea la más clandestina de las redes de esos clubs ocultos –celosos siempre de sus descubrimientos- la que ha trabajado a lo largo de los años con pericia para evitarle una popularidad excesiva.
Su libro más influyente, el que más caminos abrió, fue Vidas imaginarias, donde utilizaba personajes reales de la historia como Eróstrato, Lucrecio, Petronio, para componer unas biografías alucinantes, mezcla de erudición y anécdotas de tipo extraordinario. Borges las tomó como modelo para su Historia universal de la infamia, donde los protagonistas son reales, pero los hechos pueden ser fabulosos y no pocas veces fantásticos.
Borges tomó de esas vidas imaginarias de Schwob la idea de que tanto el conocimiento como la imaginación sirven como caminos para acceder a una persona, ya que las biografías no dejan de ser mezclas de los datos reales con los ficticios. 
Además, para Schwob, no debería haber distancia real entre el héroe y el marginal, pues todos son humanos, con sus vicios y obsesiones. Vistos desde esa perspectiva, el criminal, el pirata o el poeta mediocre poseen vidas tan subyugantes y llenas de contradicciones e intrigas como el personaje egregio.  Y eso hace Schwob en sus textos, conjeturar lo desconocido de estos personajes a partir de los datos que sí se conocen: el enamoramiento de la esclava hechicera Séptima, la pasión incestuosa de Clodia, la nostalgia por su niñez perdida de Katherine la Encajera, ramera... Estas tres dimensiones con que literariamente les dota, logra fascinarnos como él lo fue por la obra de Stevenson.
Schwob fue alguien conmocionado desde joven por la lectura de La isla del tesoro, de Stevenson, y posteriormente por los otros libros de este autor, con el que llegó a intercambiar una breve correspondencia. La isla del tesoro fue un libro que le impresionó como nada antes lo había hecho, lo leyó bajo la luz vacilante de una lámpara de ferrocarril: “Los cristales del vagón se teñían del rojo de la aurora meridional cuando desperté del sueño de mi libro. Como Jim Hawkins tenía ahí ante mis ojos a John Silver y su botella de ron”.
Extractos tomados de un artículo de Enrique Vila-Matas
SCHWOB, MARCEL
El libro de Monelle
Editorial  HIPERIÓN
Ariel Dilon, en el Prólogo al "Libro de Monelle" en LONGSELLER, Buenos Aires 2005, escribe:
"Marcel Schwob fue un lector de una curiosidad y de una erudición inmensas; periodista y cronista de talento, traductor ambicioso, maestro de la prosa simbolista, alcanzó renombre gracias a sus colecciones de cuentos (Corazón doble, El rey de la máscara de oro, La cruzada de los niños). Su vena fantástica se mezcla con una preferencia por los marginales de la historia, en una escritura límpida, elegante y precisa cargada de un fino humor y de una esencial compasión. Poco antes de 1891, conoció a la joven Louise, una trabajadora de espíritu infantil, que vivía de manera más que humilde y que, en ocasiones, había practicado la prostitución. (...)
Louise estaba minada por la tuberculosis. Schwob cuidó de ella con devoción, pero la muchacha murió el 7 de diciembre de 1893. Tenía veinticinco años, es decir, apenas era más joven que el propio escritor: el definirla como una niña responde más a una apreciación del carácter que a la condición real de la joven. La muerte de Louise lo había arrasado. (...)En el verano de 1894, se publica por primera vez El libro de Monelle, texto inclasificable, suerte de evangelio de inocencia y de piedad, al mismo tiempo que manifiesto de un nihilismo absoluto, que combina cuentos ("Las hermanas de Monelle"), aforismos y poemas en prosa. El libro es un reflejo del clima anarquista de la época —que tuvo otro alto exponente literario en la obra de Alfred Jarry, discípulo confeso de Schwob—pero, sobre todo, del genio del escritor para convertir en sustancia estética los materiales del dolor, de la marginalidad y del desamparo. Muchas premisas concurren en la redacción de El libro de Monelle.
Son, sí, niñas de una marginalidad social o espiritual patente, que no se amoldan a los designios de una sociedad en la que el trabajo y la pérdida de la inocencia son de alguna manera sinónimos. Estos niños se resisten a ser expulsados del Edén infantil en el que el trabajo no existe, en el que el tiempo no pasa, en el que el misterio de la existencia está todavía intacto, visible, y es lo que domina sus vidas. La primera sección, "Palabras de Monelle", es un verdadero manual de anarquismo, escrito en el estilo aforístico de los textos sapienciales.
La sección final del libro retoma ese tono profético y desgarrado que mezcla hedonismo, crueldad y piedad. Allí una secta de niños alucinados, como la de La cruzada de los niños —obra que Schwob escribió en 1896—guiados por una Monelle resurrecta, deambula por la tierra preconizando el olvido y la inocencia perpetua. La sección media del libro está ocupada por once cuentos protagonizados por niñas, donde Schwob, liberado del tañido de la voz profética de Monelle, hace gala de toda su sensibilidad, de su humor y de la sutileza de su prosa para retratar justamente lo efímero de esas niñas en las que toda la riqueza y la contradicción de lo humano están ya presentes. (...)
SHALÁMOV, VARLAM
Relatos de Kolimá
Editorial MINÚSCULA
Afortunadamente, las lágrimas no huelen, dice Varlam Shalámov en boca de uno de sus personajes de estos Relatos de Kolimá, lo que puestos en situación no carece de importancia, sin embargo, desde la privilegiada mirada de quien lee el Gulag, no de quien como Shalamov lo vivió, lo que es una fortuna que haya quien, como él, posee el secreto, la piedra filosofal que transforma las lágrimas, propias o ajenas, lloradas o no, en tinta. Porque estos Relatos de Kolimá son eso, la expresión literaria del dolor, el sortilegio que convierte en terriblemente hermoso lo trágico, en humanamente cálidas las solidificadas lágrimas que se desprenden de un alma humana helada.
Porque en el paisaje deshumanizado de estos relatos de Kolimá hace frío, “El frío helado, el mismo que convertía en hielo la saliva en vuelo, había alcanzado también el alma humana. Si se podían helar los huesos, si se podía congelar o embotarse el cerebro, también el alma podía quedarse helada. En medio del frío era imposible pensar en nada. Todo era sencillo”. Un frío que se siente en cada página, una sencillez que amplifica las sensaciones que transmite. Todo en este libro es sencillo, pequeño, hasta el formato que parece diseñado para poder llevarlo siempre encima, que es exactamente lo que sucede aunque el ejemplar esté a buen recaudo en la librería, todo excepto la inabordable realidad que retrata. Y la retrata a retazos, con relatos breves, con escenas de vida, y tal vez por eso es la pieza que faltaba en el puzzle literario del Gulag, ese archipiélago que muchos libros han pensado pero que este vive, y lo hace en pequeños detalles, detalles que en aquella realidad eran irrelevantes: las vidas de sus protagonistas.
La leyenda cuenta, y Varlam Shalámov así nos lo transmite, que Dios comenzó a crear el mundo por la Taiga, y que ésta es en realidad el resultado de sus primeros dibujos infantiles: trazos simples, pocos colores y cierta uniformidad. Después, con la práctica aprendió a dibujar bien, se cansó de ver sus esbozos infantiles, y decidió borrarlos cubriéndolos con una capa blanca de nieve. Ese paisaje es inseparable de estos relatos de Kolimá, el frío, la sencillez, la uniformidad y la nieve no son simples adornos, son personajes y sin entender esa naturaleza no es posible entender a la personas que pueblan estos relatos.
En este retrato de la humanidad en suspenso como requisito de supervivencia que es la obra de Varlam Shalámov, la humanidad no obstante se abre paso a gritos, no por susurrados menos sonoros. Habla el autor en varias ocasiones a lo largo de estos Relatos de Kolimá del stlánik, un curioso árbol, pariente del cedro siberiano, que anuncia la llegada de la nieve doblándose, acostándose sobre el terreno y dejándose cubrir por la nieve, aunque curiosamente sin perder nunca su verdor, que exhibe nuevamente erguido con la llegada de la primavera. Tiene la particularidad este curioso árbol de que se le puede engañar, si se enciende cerca de él una hoguera: esos indicios de calidez bastan para que se enderece y se muestre en su propia naturaleza de árbol. Tengo para mi que este árbol es una metáfora perfecta de lo que el autor nos pretende transmitir, de la transformación que sufre el alma humana en las condiciones tan inhumanas que le tocó vivir. 
Extractos tomados de LibrosyLiteratura.es

SHEPARD, SAM
Crónicas de motel
Editorial  ANAGRAMA
Las carreteras, los coches, la soledad y la aventura empapan estas Crónicas de motel, un libro de «historias rotas», fragmentos autobiográficos, relatos y poemas admirablemente servidos por una escritura rápida y escueta.
Crónicas de motel fue el punto de partida de París, Texas: «el film que yo había querido hacer en los Estados Unidos estaba ahí, en ese lenguaje, esas palabras, esa emoción americana. No como un guión, sino como una atmósfera, un sentido de la observación, una suerte de verdad» ha afirmado Wim Wenders.
El libro es una especie de mosaico en el que los fragmentos autobiográficos, los poemas y las historias se suceden sin más lógica que ayudar al lector a componer un trencadís despiadado, degradado y maravilloso de esa América alejada de las grandes ciudades por donde pululan predicadores de televisión, chicanos, indios y una variada e impredecible fauna que puebla los moteles desperdigados por las carreteras azules: el verdadero hilo de la memoria.
«Una precisión casi clínica que hace de este libro una autopsia del Sueño Americano... Un gran escritor» (Pierre Joris).
SHEPARD, SAM
El gran sueño del paraíso
Editorial  ANAGRAMA
Estos dieciocho relatos fulgurantes, certeros, magistrales, nos llevan una vez más a un territorio ya familiar para los lectores de Sam Shepard, una América que es un puro paisaje fronterizo, más allá del cual no hay adónde ir, o adónde huir. Sus historias aparecen recortadas por el diálogo de personajes sin nombre y, como verdaderos sketches dramáticos, obtienen toda su fuerza expresiva al ser arrojados sin preámbulos a la página en blanco.
A su proverbial plasticidad, añade en este libro matices y detalles reveladores, epifánicos, a la espera de un lector que los ilumine, inquietantes insinuaciones surgidas de una inteligente retórica del silencio, polisemias, frases intrascendentes sólo en apariencia ("oír el ruido de un Chevrolet perderse en la niebla") o certeras construcciones perifrásticas y digresivas, como en 'La puerta hacia las mujeres', la historia de un abuelo que no sabe cómo decirle a su nieto que cierta mujer bebe los vientos por él, mientras el nieto sonríe y "chuta una lata de cerveza aplastada" por la simple euforia que le produce pensar en ella, que ya es su amante. Esconden muchos de los relatos algo perturbador, desasosegante, que logran que los textos continúen más allá de su última letra. 
Otros constituyen impresionantes análisis psicológicos, es el caso del que da título al libro, brillante e irónica lectura trágica del tópico del carpe diem (dos viejos viudos ociosos, una camarera, ¿la última cana al aire o preservar la amistad?), o 'Los intereses de la compañía', el monólogo de una aterrorizada cajera de gasolinera que intuye que van a levantarle la tapa de los sesos para robar y piensa en qué será de su anciana mamá, que está viendo la televisión y comiendo galletitas Ritz, ajena al mundo. Y todos -incluso aquellos que no son sino diálogos que podrían llevarse a escena como el resto de sus piezas dramáticas, los más flojos- señalan con el dedo a quienes, adormecidos por el gran sueño del paraíso americano, sobrellevan en soledad la opacidad de sus vidas y, curiosa paradoja, el actor de Elegidos para la gloria escribe en El gran sueño del paraíso sobre quienes no fueron elegidos sino para el fracaso.     Extractos tomados de Javier Aparicio Maydey en ElPaís.com
SHEPARD, SAM
Cruzando el paraíso
Editorial ANAGRAMA
Se ha dicho de Sam Shepard que, aun siendo el cronista de la América más desolada y profunda, es uno de los últimos creadores de espíritu auténticamente renacentista: desde su debut, en 1964, con Cowboys, ha escrito más de cuarenta obras de teatro, y es considerado uno de los mejores dramaturgos americanos; es también un excelente actor, nominado para el Oscar por su papel en Elegidos para la gloria; ha escrito los guiones de películas tan definitivas como Zabriskie Point y París, Texas, y fue el líder de un grupo de rock, los Holy Modal Bounders. Ahora nos ofrece un libro seductor y enigmático, que se propone como ficción pero que puede leerse a contraluz como la novela de la vida de Shepard. Son más de cuarenta textos muy sugerentes, entre los que hay cuentos espléndidos, ficciones breves, diálogos enardecidos o desesperados entre amantes que se separan o son abandonados, confesiones, recuerdos de infancia y adolescencia, y fragmentos del diario de un actor que rueda en México una película de un director alemán. Y así, podemos presumir que los diarios de rodaje lo son de Voyager, la película de Volker Schlöndorf en la que Shepard interpretaba a un ingeniero trashumante; que Miedo al violín, una extraña y bellísima narración sobre la fascinación de la música y el carácter satánico que se le atribuía a este instrumento, refleja de algún modo sus aproximaciones y alejamientos de la música; que las historias de padres e hijos de Te veré en mis sueños y del espléndido relato que da nombre al libro en el que dos amigos van al motel donde el padre de uno de ellos murió abrasado cuando se le incendió el colchón y vuelven a encender una hoguera, no son sino historias verdaderas donde se filtra entre líneas la intensidad de lo vivido...Y quizá sea así como hay que leer este magnífico libro.
SHIEL, M. P.
La mujer de Hugenin
Editorial  REINO de REDONDA
Shiel se declara natural de Montserrat, en las Pequeñas Antillas; por encima de Montserrat se halla un islote llamado Redonda, del que, en un rapto de delirio de grandeza de su padre, un pastor metodista irlandés, M. P. Shiel fue proclamado rey el 21 de julio de 1880, a la edad de 15 años. Reinó con el nombre de Felipe I, le sucedió Juan I, al que sucedió Juan II, y éste abdicó en 1997 a favor del actual monarca Xavier I (Javier Marías).
Precisamente el escritor español atendiendo al mandato recibido de "mantener viva la memoria del reino, de los anteriores reyes y de la leyenda", creó la editorial Reino de Redonda que inició su andadura con este libro de un autor poco conocido en España. 

Shiel es un prosista muy cuidadoso y apegado a la gran tradición de la literatura inglesa. Su estilo es elegante y denota a un autor  cultivado. Su prosa tiene un marcado temperamento romántico que, en contraste, en relatos como Vaila, La mujer de Huguenin o El aciago sino de un tal Saul, tiende más a la precisión científica de un observador. Cuando Shiel se interna en los sentimientos y emociones del personaje, tiende a la descripción de corte romántico; cuando relata sus pensamientos, es un racionalista.
Los cuentos, fantásticos y terroríficos, desarrollan situaciones límite en las que la razón pende de hilos inconsistentes. Shiel sitúa a sus personajes en ámbitos heredados de la tradición gótica, aunque contaminados por lo que parecía ser una obsesión del autor, el agua. En casi todos los relatos su presencia se erige en agente de inquietud y en presagio del terror que se avecina.

SHIEL , M. P. 
El príncipe Zaleski
Editorial  EDHASA
M.P. Shiel fue el primer rey del Reino de Redonda y autor de una simpar novela de ciencia ficción alegórica, La nube púrpura. Fue un autor muy culto y bohemio, de gusto simbolista y decadente que, en El Príncipe Zaleski, nos regala un personaje de afiladísima mente deductiva a imagen de su contemporáneo Sherlock Holmes. Una delicia.
El volumen consta de tres historias escritas por M. P. Shiel: “La estirpe de los Orven”, “La piedra de los monjes de Edmundsbury” y “La S. E.”, que en inglés se convierte en “The S. S.” (por The Spartan Society). E incluye otras tres rescatadas (y retocadas) por su albacea literario John Gawsworth: El asesinato de Murena, Los abogados desaparecidos y La herencia de Hargen. En ellas es más que evidente el cambio de tono y estilo. Son menos exuberantes pero suficientemente ingeniosas como para entretener.
Zaleski permanece apartado del mundo, pero tan carcomido por el tedio vital que espera ansioso las noticias de su Watson particular: el propio Shiel, que actúa a título propio, como amigo y narrador
Al innegable atractivo de las historias, montadas como un intrincado acertijo demodé, se suma un estilo recargado y voluptuoso. Las páginas rebosan erudición, misticismo y un fantástico ingenio. Todo ello otorga a estos cuentos una peculiaridad que va más allá de lo meramente policíaco.
Reseña en este blog
SHUA, ANA MARÍA
Contra el tiempo
Editorial  PÁGINAS de ESPUMA
El libro es una antología de 16 cuentos canónicos preparada por Samanta Schweblin. Nos podemos encontrar cuentos realistas, fantásticos, oníricos...cuyo sustrato es que se dan en situaciones comunes que desembocan en lo ominoso o sobre las que flota una oscura amenaza.
Según José María Merino “El título del libro está justificado, pues en muchos relatos el tiempo hecho materia psicológica es un factor decisivo para el cumplimiento dramático de la historia que se nos narra: “La Sala del Piano” establece un contrapunto entre un personaje en la actualidad y muchos años antes, en ciertos juegos donde el miedo tenía decisivo protagonismo.”
Ya advirtió Hoffmann, como más tarde Freud, que a menudo lo siniestro reside en el espacio de lo familiar. Monstruos familiares, secretos vergonzosos, pueden surgir también en el recuerdo y gran fusión de planos de una fantasmal “Sala del piano”. Y a veces el mal reside en un bebé extraterrestre desactivado gradualmente por el amor, o en la negrura de una pesadilla, o en la tragedia irreparable de quien pierde un hijo (“La señora Luisa contra el tiempo”) o al querido padre (“Los días de pesca”), donde un homenaje de Shua a su progenitor nos sitúa ante el misterio infranqueable de que los seres queridos dejen repentinamente de existir. 
Según la antóloga, "Detrás de la aparente cotidianidad de estos cuentos, de sus personajes familiares o absurdos, una fuerza extraña late oculta tras la trama y deja una vega sensación de fracaso. No es la muerte –presente en muchos de sus cuentos–, ni la pérdida, ni el dolor. Es una amenaza mucho más alarmante: una fuerza extraña que late en los cuerpos”.
Ana María Shua nació en Buenos Aires en 1951. Sus cuatro libros de minificciones, género en el que ha obtenido amplio reconocimiento en el mundo de habla hispana, son La sueñera, Casa de geishas, Botánica del caos y Temporada de fantasmas (Páginas de Espuma, 2004), incluidos todos ellos en Cazadores de letras (Páginas de Espuma, 2009), además de Fenómenos de circo (Páginas de Espuma, 2011). También ha escrito varios libros de cuentos, reunidos en el volumen Que tengas una vida interesante, y antologados en Contra tiempo (Páginas de Espuma, 2013).
SOARES, NORBERTO
Gente que baile
Editorial  FONDO de CULTURA ECONÓMICA
Ricardo Piglia reedita este libro en su Serie del Recienvenido y escribe un prólogo afectuoso en el que señala: "Soares ayudó a muchos escritores en aquel tiempo y escribió asiduamente sobre ellos en las páginas culturales de los diarios y revistas de la época. Osvaldo Lamborghini, Antonio Dal Masetto, Osvaldo Soriano, Luis Gusmán le deben mucho a su entusiasmo, y sus amigos más cercanos -María Moreno, Jorge Di Paola, Miguel Briante- disfrutaban de su ironía ácida y de su resentida -o vengativa- generosidad".
Lo que deja entender Piglia en su prólogo (más allá de una filiación literaria específica) es que Soares no era solo una persona de oído afinado, sino que ejercía el oficio de crítico con rigurosidad, malicia y convicción: separando la literatura que vale la pena de la trivialidad industrial, y divulgando ese convencimiento en todos los medios a su alcance. Cuando sus amigos se habían acostumbrado a los argumentos que solía inventar y contar en voz alta, y ya nadie creía que esas ficciones realmente existieran, Soares sorprendió con los cuentos de Gente que baila, aparecidos en 1993. Estaba a punto de cumplir cincuenta años (una edad a la que otros escritores ya comienzan a disfrutar de cierto reconocimiento) y como él mismo debía suponer, nadie, salvo esos mismos amigos, prestó atención a aquel libro.
Tal vez el momento haya llegado recién ahora, veinte años después. Al fin y al cabo no cualquiera es capaz de adjetivar a la manera borgeana sin amedrentarse ni pasar vergüenza ("No bajó de un barco preciso en el puerto de Buenos Aires") , de sintetizar empáticamente a un personaje en una línea ("Toni era una confusa suma de necesidades: tenía hambre, un miedo feroz y sed de amor") o de definir a otro, de forma categórica, con una sola imagen ("Diré que él era una de las matrices originales con las que se fabrican los tipos de su tipo: un molde hueco de carne y hueso que se llena de mierda y se lo larga a pudrir el mundo"). Como también señala Piglia, los siete relatos de Gente que baila se empeñan en el desarrollo de la biografía de sus personajes más que en la narración de sus peripecias. Y esos personajes son, fundamentalmente, mujeres.

Podríamos agregar que estas historias, escritas con elegancia y destreza, y pobladas de inmigrantes, traficantes, estafadores y asesinos, tienen como marco de fondo una Buenos Aires reconocible y extraña a la vez. Que el peronismo y las reacciones suscitadas por ese movimiento se filtran en las hendijas de cada uno de ellos, de maneras diversas. Que el efecto es más contundente cuando los ambientes tétricos y oscuros de Soares tienden a la parodia ("Una historia de amor", "Casete") y no al drama ("Clausen"). Y sobre todo que "Luna Cassorla, naranjo en flor", el relato de cuarenta páginas que cierra el libro, condensa desde la literatura uno de los núcleos más incómodos de la vida política argentina: el entramado de dinero sucio, funcionarios corruptos y fuerzas represivas desde el cual se construye poder y se gobierna en vastas zonas de la provincia de Buenos Aires. Quien quiera comprender la afirmación acerca de la profunda verdad que toda buena ficción puede contener no tiene más que leer atentamente este relato.   
Extractos tomados del artículo de Maximiliano Tomas en LaNación
SOMERSET MAUGHAM, W.
Lluvia y otros cuentos
Editorial  ATALANTA
Al estilo de lo ocurrido con Stefan Zweig, se produce la recuperación de Maugham (1874-1965) tras décadas de olvido. El éxito popular de sus obras de teatro (llegó a tener en cartelera en Londres cuatro a la vez) y las múltiples adaptaciones al cine lo posicionaron como un simple narrador eficiente.  En los cuentos muestro un enorme talento:  a un amplio conocimiento de la vida mundana cosmopolita se unen sus enormes y minuciosas dotes de observación, salpicadas de aguda malevolencia.
.«El gran telón de fondo de la obra entera de Maugham es la soledad. Sus personajes están abocados a vivir solos. Las uniones de las que habla en sus relatos son utilitarias, resignadas, carentes de amor aunque haya afecto. Generan dolores insaciables. Cuanto más grandes son las heridas, más poéticas y amargas se vuelve las escenas descritas, rayanas a veces en la ensoñación.» Ahora
En la época de los grandes renovadores (Faulkner, Joyce, Virginia Woolf), Somerset Maugham siguió fiel al relato tradicional, con un estilo claro, directo y preciso. En sus historias sobresale el diálogo, la descripción psicológica y la síntesis narrativa.  
Como advierte Vicente Molina Foix en el prólogo, el cuento era para Maugham la narración de un solo acontecimiento, material o psicológico, del que eliminaba todo cuanto no fuera esencial para su propia elucidación y unidad dramática. Heredero de Flaubert y, sobre todo, de Maupassant, se oponía frontalmente a la moda de la época, rendida al mandamiento chejoviano de no acabar los cuentos con un «final» que otorgase todo el sentido dramático al argumento. Prefería huir de los excesos verbales para permanecer fiel al desarrollo lógico del relato, que debía concluir «con un punto final antes que con puntos suspensivos». Lo importante era «narrar hechos» con la mayor naturalidad y lucidez. 
Los relatos de este volumen expresan su visión del mundo: las convenciones se oponen a la vida, la máscara social oculta las auténticas pasiones. El matrimonio desemboca en el aburrimiento pero, en una sociedad hipócrita, el amor verdadero se considera algo indecente. En las relaciones humanas, la crueldad es inevitable. El egoísmo encuentra siempre excusas para justificarse. 

Maugham nació en la embajada inglesa de París, vivió el período efervescente anterior a la Primera Guerra Mundial –durante la cual llevó a cabo una misión de espionaje en Rusia– y los brillantes años veinte en Londres, París y Nueva York, siempre en contacto con las personalidades culturales más relevantes de su tiempo. En 1928 compró la villa La Mauresque, en la Riviera francesa. El éxito inesperado de una de sus primeras novelas afianzó su vocación literaria. A partir de entonces, el ejercicio de las letras y el teatro le hizo rico y popular. Escribió veintiuna novelas y veinticuatro obras teatrales, varias biografías, ensayos y libros de viajes, así como alrededor de cien cuentos.

SOSEKI, NATSUME
Diez noches de sueños
Editorial  CHIDORI BOOKS
Se ha dicho que la fantasía japonesa empieza con estos cuentos de Natsume Soseki. Auténticas perlas engarzadas en el hilo onírico, los diez brevísimos relatos llevan al lector de la sorpresa al sombro, de la fascinación al gozo y de la sonrisa a la angustia. Soseki es un escritor polifacético. Sabe crear historias de dispar naturaleza y estilo: se mueve por el costumbrismo, por el romanticismo y también por la poesía. Pero pocos conocen su cara oculta, aquella a la que no llega su raciocinio. ‘Diez noches de sueños’ es casi una válvula de escape para la oscuridad que encierra el autor en forma de recopilación de relatos.
‘Diez noches de sueños’ incluye dicho número de relatos oníricos que en muchas ocasiones rozan el surrealismo, tantean miedos y arrepentimientos del autor. Son desgarradores relatos que no cuesta suponer que provienen de la pluma del autor justo después de despertar de un sueño duro y tormentoso. Fueron adaptados al cine en 2007 en la película del mismo nombre, en un impresionante despliegue audiovisual en el que se involucraron nada menos que once directores japoneses.
Las pretensiones de esta colección de obras no son comparables a las que podrían tener sus grandes novelas ‘Kokoro’, ‘Soy un gato’ o ‘Botchan’. Comparte con ellas muchas cosas: un estilo sofisticado, un ojo crítico para lo que le rodea. Dicho de otra manera: la huella de Soseki es inconfundible. Pero en este caso, el autor parece querer ahondar en su propio ser, en una individualidad atormentada que, lejos de expresarse por medio de otros personajes o historias, relata su propia vida.
Y acabados estos diez sueños, nos encontramos con un regalo de la editorial, y del propio autor. Una obra titulada El gorrión de Java, que lejos de invitar al sueño y al dejarse llevar como en los anteriores relatos, me ha conmocionado, me ha golpeado, y me ha traído del mundo de los sueños al mundo real. A este mundo en el que lo que más importa es uno mismo, o la contemplación de la belleza … mientras nos interesa, claro. 
La última parte del libro se titula Misceláneas primaverales, y podría parecer que aquí es donde aparece la parte más florida del libro, pero primaveral será sinónimo de dolor, soledad, desesperación, y una vez más, como todo lo que veo en la obra del autor, locura. Naturalmente tras estas lecturas he indagado en al vida del autor, y así todo encaja, la soledad que debió sentir en Londres; ¡tanta gente y tanta soledad! 
Así, ‘Diez noches de sueños’ contiene fragmentos de la lamentable vida londinense de Soseki, aunque también de experiencias con sus más cercanos y por supuesto, como el título indica, narraciones de sus sueños. Leer ‘Diez noches de sueños’ es como bucear en el subconsciente del célebre autor japonés, dejando mucho a la interpretación y poco a la racionalidad, siempre con un cierto tono de angustia que lo envuelve todo.
Editado por Chidori Books en una cuidada y muy agradecida versión digital, ‘Diez noches de sueños’ es una pequeña joya que nos permite acercarnos como nunca a una de las mentes más privilegiadas de la literatura japonesa.                  Extractos tomados de la web akimonogatari.es

STAMM, PETER
Los voladores
Editorial  ACANTILADO
  Los voladores es el tercer libro de relatos —después de Lluvia de hielo y En jardines ajenos— de este autor alemán experto en el dibujo de vidas grises enfrentadas a un momento decisivo de sus existencias. El estilo de Stamm reúne concisión, brevedad y laconismo expresivo. Peter Stamm ha sabido dibujar como nadie lo que nos distancia en nuestras relaciones humanas y sus afectos. La suerte huidiza e inalcanzable, lo inesperado que nos acecha en cada esquina y la melancolía por el amor perdido. En los doce relatos del libro destaca una rara precisión y una destilada economía de medios. Stamm es un creador de atmósferas. En estas páginas encontramos desde la expectativa surgida por la vida que lleva un vecino de piso con el que se comparte un amor fugaz, a un hombre que trabaja en la recepción de un lujoso hotel mientras espera por el resultado de un examen médico añorando poder mantener la vida que tiene, a un pintor impresionista que se cuestiona por lo que hace con su vida a partir de la pregunta que le hace un niño. Al leer cada una de estas doce historias tenemos la sensación de que algo se nos escapa o una intuición de algo que va a ocurrir. Sus historias aparentan ser simples bajo el manto de la cotidianeidad, pero en ellas palpita todo lo que suele perturbar a la naturaleza humana, el miedo a la muerte, la soledad, la culpa, la nostalgia, la resignación ante la suerte o lo que el destino nos ha deparado.
STENDHAL
Crónicas italianas
Editorial  VALDEMAR
La pasión por Italia, por su historia y sus gentes, mueve a Stendhal a escribir estas Crónicas italianas, «halladas» en realidad, según su autor, entre los legajos de viejos archivos romanos, ya en los últimos años de su vida, cuando era cónsul francés en Civitavecchia. 
Stendhal lee sin descanso casi una docena de volúmenes de procesos judiciales que tuvieron lugar en las postrimerías del Renacimiento, en busca de los crímenes que mejor retrataran las vidas apasionadas y trágicas de los ciudadanos y nobles que vivieron en Roma a finales del siglo XVI. Stendhal selecciona ocho entre los distintos casos criminales (una de sus grandes obras, La cartuja de Parma, tiene también su origen en estos legajos), aquellos cuyos móviles fueron la expresión de espíritus nobles y elevados, en especial el honor y el amor. Y así, sumergido en las vidas y los sentimientos de otro tiempo, Stendhal «traduce», reescribe y redacta estas «crónicas» de crímenes pasionales. Más que el valor histórico, a Stendhal le interesaban las pasiones desbordantes, los amores desenfrenados y traicionados, las venganzas por ofensas al honor. .
Era una moda entre los escritores románticos hurgar en viejos archivos judiciales como joyeros en busca del arte sublime y espontáneo de los grandes crímenes pasionales de la antigüedad: por aquellas fechas (1840) aparece una antología similar de Alejandro Dumas, Crímenes Célebres. 
En este libro se encuentra el Renacimento italiano en estado puro, tal como lo veía el autor: crímenes, adulterios, torturas, conspiraciones, ambición, venganza… Narrado todo con la crudeza y precisión de un proceso judicial, con la indiferencia postiza de quien ya ha visto demasiado, con la ternura infinita y el lirismo del libertino que ve morir a la más hermosa de las mujeres: «La abadesa de Castro», «Vittoria Accoramboni», «Los Cenci», «La duquesa de Palliano», «San Francesco a Ripa», «Vanina Vanini», «Favores que matan» y «Suora Scolastica».

La Abadesa de Castro, el primer cuento, es un joya. Stendhal arranca con una suerte de prólogo sobre el siglo XVI y la mentalidad de los florentinos. De repente el tono cambia y se moderniza para narrar un amor imposible entre un bandido bueno y una joven noble. La historia adquiere profundidad psicológica, pasa de lo pintoresco a lo dramático. Los personajes cometen errores, son egoístas y extremadamente crueles, acciones que se justifican en nombre de ese sentimiento desproporcionado que es el amor en la Italia renacentista.
Stendhal es un escritor desprejuiciado, con una visión realista del género humano y sin embargo también es un romántico.  Más que cuentos Stendhal escribe novelas en miniatura. Los personajes envejecen, pierden la inocencia, viajan, se confunden y se ven atrapados en las contradicciones de su época; viven veinte años en veinte páginas.
Stendhal, nom de plume de Henri Beyle, fue escritor, soldado, cónsul, republicano, jacobino y anticlerical. En 1801 participó en la Campaña de Italia con las tropas napoleónicas. En 1815, ya letraherido, se muda a Milán, y poco después publica Roma, Nápoles y Florencia, toda una declaración de amor por Italia, y en donde se describe el famoso Síndrome de Stendhal, un éxtasis mareante que se produce cuando se contempla una acumulación de arte y belleza en poco espacio y tiempo. Stendhal murió en marzo de 1842, de una apoplejía.
STEVENSON, R. L.
Cuentos Completos
Editorial  VALDEMAR 
Robert Louis Stevenson (Edimburgo, 1850 - Samoa, 1894), autor de obras inmortales como La isla del tesoro (1883) o El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde (1886), es el cuentista por antonomasia de la literatura anglosajona.
Esta edición de Cuentos completos reúne por vez primera en nuestro país todos los relatos de Stevenson que se han conservado, a excepción de aquellos que quedaron sin concluir a su muerte, e incluye alguna historia inédita en castellano, como “Cuando el diablo se restablece”, y otras poco conocidas, como “El sótano de la peste”, “La hechicera” o “La mujer errante”. Aunque suelen calificarse como novelas, el volumen incluye El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde, porque es ya una tradición integrarla en las ediciones de cuentos completos de Stevenson, y El dinamitero, dado que, más que una novela, se trata de una colección de cuentos relacionados entre sí –esquema favorito de Stevenson–, como en El club de los suicidas o en El diamante del rajá
Los relatos de Stevenson tienen, según Marcel Schwob, «esa intensidad particular que te impide dejar un libro suyo una vez que lo tienes en las manos… El secreto de este poder se ha transmitido de Daniel Defoe a Edgar Poe y a Stevenson». La concisión verbal de Stevenson, su acierto en la elección de la palabra exacta e insustituible, su fina capacidad de observación y su colorista sentido del ambiente descrito dan lugar a una elegante y fecunda prosa rítmica. Como dijo Borges, «el descubrimiento de Stevenson es una de las perdurables felicidades que puede deparar la literatura». 
Esta edición, la más completa hasta la fecha en nuestro país, incluye abundantes notas a cargo de Juan Antonio Molina Foix.
STEVENSON, R. L.
La Hechicera y otros relatos mágicas de las islas del Sur
Editorial  VALDEMAR -Colección Avatares-
En el marco incomparable de aquellas islas, Stevenson escribió, entre 1889 y 1993, sus últimos cinco cuentos, historias que conforman la presente antología, incluída La hechicera –relato autobiográfico sobre la relación de un joven romántico y bohemio con una mujer de carácter, autoritaria, decidida y perspicaz--, que se traduce por primera vez al castellano. Tres de ellos aluden específicamente a temas y personajes de aquellos lugares primitivos y exóticos, y todos comparten la fascinación por el poder de la magia, ya sea el engatusamiento en una relación amorosa, La hechicera, el pacto con el diablo, El diablo en la botella, los hechizos tanto fingidos como reales La playa de Falesá y La isla de las voces o un maleficio inexorable y fatal La mujer errante. 
STEVENSON, R. L. 
El club de los suicidas; El diamante del rajá
Editorial  VALDEMAR -Colección Diógenes-
  En 1877 toda la obra de Stevenson se limitaba a unos pocos artículos, hasta que en un viaje a Francia conoció a Fanny van der Grift, que poco después se convertiría en su esposa. Fue a partir de este encuentro cuando comienza a escribir, entre 1877 y 1880, sus primeros relatos, que envía al London Magazine, al Cornhill Magazine y al Temple Bar, donde aparecen por entregas. En 1878 Stevenson publica El Club de los suicidas y El diamante del rajá en The London Magazine, bajo el título Latter-Day Arabian Nights. Posteriormente retoca en profundidad estos dos cuentos y los reúne junto con otros relatos en un volumen titulado Las nuevas noches árabes (1882) –Avatares nº 49– del que se han extraído para la presente edición. Su carácter fragmentario no impide que la obra pueda leerse como una novela, pues las historias se entrelazan, al estilo de Las mil y una noches, bajo un denominador común: la aventura de la supervivencia en un medio hostil. El hilo conductor de estas historias es el príncipe Florizel, personaje posiblemente inspirado en un hijo de María Teresa y José II de Bohemia. El Club de los suicidas nos descubre la existencia de un excéntrico club clandestino destinado a facilitar el paso a la otra vida a sus socios, y El diamante del rajá relata el robo y las posteriores peripecias de una magnífica joya, un diamante precedido de una nefasta historia de traiciones y crímenes.
STEVENSON, R. L. 
Historias Escocesas
Editorial  VALDEMAR -Colección Diógenes-
Se presentan en este volumen cinco historias que tienen como escenario dramático las sombrías tierras de Escocia, patria del más emblemático escritor de aventuras del mundo anglosajón. El ladrón de cadáveres se centra en los sórdidos días del desarrollo de la Anatomía como ciencia, cuando las aulas debían estar bien abastecidas de cadáveres, y criminales sin escrúpulos se las ingeniaban para saquear cementerios e incluso suministrar carne «más fresca». Janet la torcida es una historia de brujería y posesión, y narra el acoso a que es sometido un severo párroco de un pueblo de Escocia anclado en las viejas supersticiones. En Los Hombres Dichosos, Stevenson sitúa la acción en las escabrosas costas del norte de Escocia, y nos cuenta la búsqueda del tesoro de un galeón español naufragado, cuyo guardián es ahora el proceloso mar, que aparece aquí como verdadera fuerza del infierno. El sótano de la plaga transcurre en los años de la insurrección de los «covenanters» escoceses, en una atmósfera opresiva que nos lleva hasta un sótano donde habita un mal de naturaleza innombrable. Por último, en El pabellón de los Links nos hace asistir al asedio de una mansión en la cual se ha refugiado un comerciante perseguido por los carbonari italianos, que le reclaman una cuantiosa suma.
SUEIRO, DANIEL 
Los conspiradores
Editorial MENOSCUARTO
Los conspiradores, Premio Nacional de Literatura en 1959, es uno de los libros más representativos de la estética neorrealista y de los mejores volúmenes de cuentos españoles del siglo XX. Entre sus mayores atractivos, se halla un planteamiento estético heterodoxo proveniente de la convivencia de diversos registros que van de un realismo social al uso a las más sugestivas poéticas cercanas al absurdo. Sueiro comentó que aspiraba a que todas las piezas y personajes conspiraran para crear una impresión o una conciencia de intranquilidad, reivindicativa; más que de tipo estético, social o puramente humano. Cuando se han cumplido cuarenta años de la aparición de este volumen, textos como "Mi asiento en el tranvía" o "El hombre que esperaba una llamada", deberían figurar en cualquiera de las antologías más exigentes dedicadas al género.
Sueiro fue periodista y guionista con directores como Mario Camus, Martín Patino, Juan Antonio Bardem o Carlos Saura. Habitualmente se le incluye en la generación del mediosiglo, si bien no es un autor demasiado conocido, pese a haber ganado el Premio Nacional de Literatura.
Sus relatos describen una España negra, negrísima por momentos, que el lector enseguida reconocerá. Según el autor, en todos estos cuentos hay una especie de conspiración para provocar una sensación de desasosiego en el lector.  Sueiro desliza su bisturí afilado, denunciando ciertas situaciones, despellejando personajes reconocibles, desplegando todo su humor, su ironía, su infinita mala leche, para ridiculizarlos. Es también notable el uso que hace de los diálogos, su capacidad para reproducir la manera de hablar de la calle. No es de extrañar que la censura se cebara con el autor gallego durante toda su carrera.

Mi asiento en el tranvía está narrado en primera persona y nos habla de algo tan aparentemente vulgar como puede ser un viaje en el tranvía que el joven protagonista toma todos los días para ir y venir al trabajo. Una situación tan anodina no tarda en convertirse en toda una lucha de poder, en la pugna por hacerse con un asiento, algo que el rebelde personaje considera irrenunciable debido a su madrugón diario por hacerse con él. Sus oponentes son miembros de la sociedad biempensante, personas como Dios manda que no dudan en criticarle abiertamente. El desenlace es sorprendente.
“No me voy a mover de aquí en toda la mañana, espero una llamada”, asegura don Luis, el personaje principal de El hombre que esperaba una llamada, al instalarse en el bar de Cándido. Don Luis, siguiendo la estela de aquel Bartleby, se mantendrá tozudo en su propósito en esta narración que recuerda al becketiano Esperando a Godot, y que es todo un fresco de los usos y costumbres de la vida en los bares. Desde mi punto de vista, es uno de los mejores relatos del libro.
El regreso de Frank Loureiro podría considerarse una novela corta. En sus 54 páginas se narra el retorno, procedente de Nueva York, del emigrante gallego-americano Frank Loureiro a Santa Marta, su tierra natal en Galicia. Poco a poco iremos conociendo su oscuro pasado y su no menos sombrío presente, donde todo ha cambiado y él no es el Frank rico, cargado de dólares que había soñado ser.
Al fondo del pozo es otro de los grandes relatos de Los conspiradores. De clara inspiración kafkiana, esta vez se trata de un día de cobro para escritores, intelectuales y plumíferos que se dedican a hacer colaboraciones para el régimen, “todos agradecidos, porque aunque sea una mierda y estemos perdidos para siempre, hoy es día de cobro, hoy pagan”. No queda títere con cabeza en este zoo de las letras, donde todos (incluido el protagonista narrador), en mayor o menor medida, han prostituido su vocación.
Fue muy activo y crítico contra la pena de muerte, en contra de la cual escribió varios libros. El libro incluye un Apéndice con dos piezas: Autorretrato, donde Sueiro se despelleja amablemente a sí mismo, y Mis divagaciones sobre el cuento, donde habla sobre su modo de entender el relato.
Extractos tomados del artículo de Javier Serrano en LaRepúblicaCultural.es
SUNG-LING, P´U 
El invitado tigre
Editorial  SIRUELA 
P'sung Ling (5 de junio de 1640 - 25 de febrero de 1715) es un escritor chino de la dinastía Qing. Era oriundo de la provincia Shantung, en la China del este, tierra de rica y larga tradición cultural y literaria, patria, entre otros famosos, de Confucio, Mencio y Sun-zu. Nació en una familia de comerciantes y, al no haber obtenido demasiado éxito en los exámenes oficiales, dedicó toda su vida a la enseñanza como preceptor particular. Pu Songling escribió muchas obras, entre ellas la colección de leyendas de fantasmas, seres sobrenaturales y aventuras de la mitología china, Liao Zhai Zhi Yi ("Los extraños cuentos de Liaozhai"), que es su obra más representativa.
La obra contiene 431 cuentos, en los cuales destaca la combinación de realismo y fantasía y la vitalidad de sus personajes. Los cortos abarcan 200 o 300 caracteres, y los largos, miles. Esta obra critica las ataduras del feudalismo, el duro destino de las mujeres, el sistema decadente de exámenes imperiales y la fosilización de la ética feudal, mientras que muestra sus simpatías por los sufrimientos del pueblo y exalta el verdadero amor y el desprecio a las convenciones, abogando por la liberación de la personalidad. Los cuentos sobre el amor entre humano y lo divino han sido los más populares y muestran su deseo de romper con la ética feudal.
Pu Songling también escribió otra obra muy reconocida, El cadáver bebedor, en la que refleja las creencias chinas sobre tener dos almas: la superior y la inferior.
En el Prólogo de Borges: "Las historias elegidas para este libro pertenecen en su mayoría al Liao-Chai de P'u Sung-Ling. Datan del siglo XVII. De P'u Sung-Ling se sabe muy poco salvo que fue aplazado en el examen del doctorado de letras hacia 1651. A ese -afortunado fracaso debemos su entera dedicación al ejercicio de la Litetatura y, por consiguiente, la redacción del libro que lo haría famoso. En la China, el Liao-Chai ocupa el lugar que en el Occidente ocupa el libro de Las Mil y Una Noches. A los relatos de P'u Sung-Ling hemos agregado dos no menos asombrosos que son una parte de la casi infinita novela Sueño del Aposento Rojo.
-Nada hay más característico de un país que sus imaginaciones. En sus pocas páginas este libro deja entrever una de las culturas más antiguas del orbe y a la vez, uno de los más insólitos acercamientos a la ficción fantástica." 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.