miércoles, 28 de junio de 2023

BATMAN - UN MAL DÍA: EL ACERTIJO - de Tom King y Mitch Gerads



Batman es mi superhéroe favorito y es el único que me ha acompañado hasta ahora sin desmayo, lejos del hartazgo funambulista y repetitivo que me provocan muchos otros superhéroes. Me gusta su ética y estética, que sea un tipo sin superpoderes y atormentado por su rol de justiciero; lo que favorece un perfil más complejo donde igual cabe un enfrentamiento contra un supervillano, que un debate moral o una intriga policial.

El universo de Batman se ha venido actualizando de forma permanente tanto en cómics como en cine, ofreciendo en muchas ocasiones un producto de altura. Una de las últimas actualizaciones (2022 en origen, principios de 2023 en España) es el paquete One Bad Day (Un Mal Día) con el que DC ha lanzado diversos especiales autoconclusivos, cada uno centrado en un villano clásico del universo Batman, pero con las características especiales de "Un Mal Día". Hay un tomo para cada uno de los más famosos y carismáticos: El Acertijo, Dos Caras, El Pingüino, Frío, Catwoman, Bane, Ra´s al Ghul o Clayface.

El asunto en general y el formato de cada tomo replica el de uno de los mejores cómics de siempre, La Broma Asesina (The Killing Joke, 1988, Alan Moore y Brian Bolland); un álbum que retrataba a un Joker humanizado buceando en su origen para ratificar la premisa de que todo ser humano nace bueno por naturaleza y son el entorno y los avatares de la vida quienes lo empujan al lado oscuro de la maldad. Esta es la terrible conclusión a la que llegaba aquella historia clásica: "todo lo que se necesita es un mal día para reducir al hombre más cuerdo a la locura. Así de lejos está el mundo de donde yo estoy. Sólo un mal día." Ese punto de inflexión que te lleva hasta el límite es el que exploran estos tomos con cada villano.

La réplica del formato se extiende al número de páginas, en torno a 64, y a la tipografía del título de portada. La nómina de autores y dibujantes es de alto nivel e implican a gente como Tom King, Mariko Tamaki, John Ridley o Gerry Duggan en los guiones y al propio Gerads, Javier Fernández, Matteo Scalera o Ivan Reis en los lápices.

La primera historia publicada fue la de El Acertijo y comienza con un asesinato arbitrario y sin sentido. Un hombre sale de trabajar hacia su casa y antes de que coja un taxi E. Nigma se acerca a él y lo asesina fríamente. Pero nada parece encajar. No hay adivinanza ni incógnita alguna que explique el crimen. Tampoco Edward Nigma ha huido sino que se ha quedado allí, junto al cadáver y parado bajo la lluvia, hasta que ha llegado la policía. Una vez encerrado se muestra melancólico y sólo quiere ver a Batman, mientras se entretiene provocando el caos entre presos y carceleros.


Ya sabemos que El Acertijo es un genio de la lógica y las matemáticas que diseña charadas, rompecabezas y juegos mentales cuyas meticulosas reglas conducen a brutales asesinatos. Bloqueado hasta encontrar la clave del enigma, Batman suele ir un paso por detrás. Pero esta vez Enigma lo ha esperado. Quiere explicarle y dejarle recorrer juntos su última y taimada maquinación: la impunidad.

El album se desarrolla alternando tres líneas narrativas: De un lado el asesinato al azar de una persona común por parte de Enigma y su posterior estancia en la cárcel, donde se convierte en el terror de sus vecinos de celda y carceleros. De otro la rememoración de la adolescencia del verdoso villano: cuando sufre la severidad de su padre y la de un profesor hasta provocarle "un mal día". Finalmente, la investigación que sigue Batman, empujado por Enigma hasta un nuevo laberinto donde se encuentra con el padre del malvado más intelectual. El tipo está acabado y vive aislado y borracho; pero accede a hablarle de su hijo único y superdotado.

El guionista lleva a cabo una sobrecogedora caracterización del intrigante criminal a través de un ejercicio de deconstrucción en el que nos sumerge en su pasado como explicación de su presente. Allí descubriremos a Edward Tierney, un tierno adolescente con un elevado índice de inteligencia que será llevado hasta el límite, quebrantando su mente y convirtiéndolo en un villano despiadado.  
El apartado gráfico también se suma a este juego entre pasado y presente diferenciándolos con agudeza a través del color: en el presente predomina el verde, color fetiche de Enigma; mientras que las viñetas del pasado tienen esa pátina dorada -color sanguina- con que adornamos los recuerdos. 

En ese pasado de Edward Nigma se esconde el clic que lo convirtió en un demente asesino y Tom King lo identifica con algo muy ambiguo, del estilo de aquel refrán que dice "quien bien te quiere te hará llorar". Una forma de actuar muy arriesgada en la que la severidad de los adultos puede traspasar la línea de la exigencia para llegar al abuso. El joven Edward Tierney era un alumno superdotado y su padre le exigía la excelencia, sancionándole con castigos corporales cuando no lo conseguía. El padre era además el director de la elitista escuela a la que asistía y su actitud rigurosa fue replicada por un retorcido profesor que pretendía enseñarle tanto los prodigios de las matemáticas exactas como la incertidumbre que asola la vida. No quiere que memorice sino que desarrolle un pensamiento creativo.
"Cualquier imbécil puede meter mierda y vomitarla (...) pero no se trata sólo de regurgitación, sino de contextualización (...) Una vez que salgas de estos cacareados salones, Eddie, vas a ver que hay muchas preguntas. Sólo preguntas (...) Y ahí, al final del día no hay nadie que pueda responderlas, excepto tú. Eso es lo feo y lo bonito de todo"
El asunto no es baladí y, además, King en ningún momento se muestra maniqueo. El objetivo educativo es loable, "los acertijos están ahí para que puedas enfrentar un obstáculo, frustrarte por él y luego superarlo"; pero la arbitrariedad y el sufrimiento puede ser tan grande que le mente acabe quebrándose...

La ambientación es digna de un relato policíaco tan sombrío como Se7en, con el protagonista a menudo bajo una intensa lluvia y viñetas donde prima un verde metálico y sucio. De hecho, Batman siempre es una sombra, sin rostro. Sólo aparece bien definido como Bruce Wayne en el entierro de la persona común asesinada. 

No es el único acierto del ilustrador. Mitch Gerads consigue en una sola viñeta a doble página el resumen icónico de todo el volumen: Vemos una cancha completa de baloncesto cuya parte izquierda está en color sanguina y en ella aparece Edward justo cuando deja de ser Tierney y ejecuta su primera acción criminal; mientras que la derecha está en color verde y allí se enfrentan Batman y Enigma. El nexo de unión entre pasado y presente es una adivinanza que plantea el joven Edward Tierney ("si me muerdes después te morderán a tí ¿qué soy?") y que es respondida por Batman en el presente. Un duelo de inteligencias que determinará el desenlace. 

La secuenciación juega con múltiples detalles mientras la voz en off de Enigma funciona como una salmodia que se te cuela en la mente: "Una persona también puede ser un acertijo". Muy bueno.
 







_____________________________________________________
Tom King y Mitch Gerads, son un dúo muy compenetrado, autores de Mister Miracle, The Sheriff of Babylon y Strange Adventures. Ambos han ganado el Premio Eisner.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.