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lunes, 31 de marzo de 2025

EL BARCO de TESEO - de J. J. Abrams y Doug Dorst



Esta novela no es una obra maestra de la literatura, pero sin duda es un libro fascinante que va más allá de su trama manifiesta para convertirse en un potente objeto metaliterario.

La novela relata la historia de S., un hombre amnésico que en la primera página aparece deambulando por una ciudad anónima y misteriosa. Ignorante de quién es y a dónde va es enrolado en un barco cuyos marineros tienen los labios cosidos. Le irán depositando, a lo largo de varias singladuras, en el Territorio, un espacio totémico que vive bajo el dominio de un déspota incógnito y omnipotente que gobierna con mano de hierro gracias a un ejército de Agentes que asesinan a todo oponente. Pronto S. deberá asumir que es el depositario de las últimas esperanzas de los sublevados, implicándose en distintas misiones y atentados. 

Aunque hay que aclarar que este resumen sólo afecta a la novela impresa, que se titula El barco de Teseo y es la última novela de un tal V. M. Straka, enigmático escritor de principios del siglo XX de quien nadie sabe nada y que se sospecha que murió asesinado en La Habana. 
Pero el volumen —presentado en una caja negra— es mucho más.



El ejemplar que tenemos entre manos se supone que es único y pertenece a la sección de préstamo de la Universidad. Al abrirlo descubrimos que los márgenes de sus páginas aparecen profusamente anotados a bolígrafo y que entre sus hojas se esconde un verdadero tesoro compuesto de postales, fotografías, cartas manuscritas, recortes de prensa, telegramas y hasta un mapa dibujado en una servilleta. Testimonios todos ellos de una conversación secreta mantenida durante años por dos personas obsesionadas con el misterio de Straka. Se trata de Jen, una universitaria a punto de graduarse en Literatura y Eric, un investigador de postgrado sobre la obra de Straka al que su director de tesis está manipulando mientras le roba las ideas. La biblioteca del campus esconde este precioso volumen que durante un tiempo fue su punto de encuentro. 

Las notas que han venido dejando en los márgenes nos permiten seguir la conversación encubierta que han mantenido durante años y conocer tanto sus vidas como las sospechas y teorías que albergan en torno al misterio Straka. Su precaución viene determinada porque alrededor de este enigmático autor se han producido muertes sospechosas y hasta se conjetura que estuvo implicado en sabotajes y asesinatos en varios países. Incluso durante el intercambio de anotaciones perciben la sombra de una confabulación: después de comentar en los márgenes el hallazgo de cartas, documentos u objetos de Straka comprueban que al poco tiempo éstos desaparecen o son robados. 
"El furor sobre la identidad de Straka viene espoleado también por los rumores sobre sus actividades y afiliaciones, repletos de historias sobre sabotaje, espionaje, conspiración, subversión, latrocinio y asesinato. Si existe alguna clase de maledicencia de la que no se lo haya acusado en la prensa popular (y en algunos artículos en lo que se tilda de "estudios eruditos"), la desconozco. Quizás era de esperar, ya que la propia obra de Straka a menudo incluía secretos, conspiraciones y sucesos tenebrosos." pág. vi de la Introducción del traductor.

Por supuesto que mi libro no es el original pero está compuesto con mimo y facsímiles tan virtuosos que lo parece; invitándote a una potente intriga. El volumen se presenta encuadernado en tela y con las páginas amarillentas típicas de un libro de biblioteca que pasa de mano en mano. Incluso en la guarda final aparecen los sellos que avisan de las fechas de devolución a sus usuarios. También se reproducen las notas manuscritas con las reconocibles caligrafías de estos dos fervientes lectores y el conglomerado de documentos que han venido intercalando en sus páginas durante su conversación. De modo que lo que tenemos entre manos no es un libro de lectura lineal, sino un artefacto literario cuyas lisas páginas esconden varios niveles de lectura que se entrecruzan y alimentan. Una auténtica osadía editorial. ¡¡Un libro-objeto para manosear y paladear en plena era digital!!.

El título alude a la paradoja de Teseo tal y como la presentó  Plutarco en el siglo I, en su obra "Vidas Paralelas". Allí refiere la historia de Teseo, el gran héroe de Atenas que luchó contra el Minotauro, las Amazonas, los Centauros y los Villanos. Teseo partió hacia Creta para matar al Minotauro y una vez que lo consiguió volvió a Atenas victorioso tras pasar diversas aventuras. Los atenienses conservaron el barco durante años como homenaje, sustituyendo las tablas estropeadas por otras nuevas. Esta sustitución paulatina provocó el debate entre los filósofos sobre la identidad de las cosas con el paso del tiempo: algunos opinaban que el barco continuaba siendo el mismo, mientras que otros defendían que no; porque llegado el momento ya no quedaba parte alguna del barco original. Cabe recordar que lo mismo pasa con el cuerpo humano cuyas células van muriendo, siendo sustituidas por otras nuevas a lo largo de los años. Incluso nuestras opiniones mutan con el tiempo, de modo que ¿seguimos siendo los mismos a través de los años?.

Esta es la Biblioteca Metropolitana Ervin Szabó de Budapest.
No tiene nada que ver con este libro; pero siendo una hermosa
 biblioteca que cuenta con esa escalera que se retuerce como 
una S me ha parecido pertinente incluirla.

Por supuesto el título del libro y su contenido son coherentes con su idea central, el dilema de la identidad. Esto afecta tanto al autor incógnito del libro, Straka, como al protagonista del mismo, S., que aparece de pronto, in media res, caminando hacia el puerto de una ciudad desconocida ignorando quien es, de dónde viene o qué tiene que hacer. S. cree que nuestra personalidad se sustenta en nuestros recuerdos, por lo que al perder la memoria ha perdido su identidad.
"En cada misión, S. tiene aliados, facilitadores, ayudas y cómplices, pero no sabe ni intenta saber nada sobre ellos o sus vidas, ni siquiera cómo los contactaron. Resulta más seguro ser una superficie de ignorancia lisa como el cristal, no ofrecer un agarre a quien lo busque, seguir inmanejable, peligroso, letal.
A su vez, quienes lo ayudan no saben nada de quién es él; solo saben lo que hace.
Quizás es un poco como el propio Vévoda: un hombre de presencia física intangible, al contrario que su dominio sobre el mundo, en sus fronteras, sus recursos, sus agonías y sus aspiraciones. Un hombre que ejerce su influencia desde su propiedad situada en el principado de Rumor, un lugar donde la luz se tuerce en ángulos antinaturales y una persona normal necesitaría lentes especiales para ver lo que de verdad hay allí." 
pág. 316

El problema de la identidad de Straka aparece en cada página ya que constantemente estos dos fans obsesivos subrayan frases o hechos del libro que suponen para ellos la confirmación de una conjetura o el descubrimiento de una clave nueva. Llegan a sospechar que esta última novela de Straka realmente es su biografía encubierta apuntalada por claves de todas sus anteriores novelas. Aunque también existe la sospecha de que el verdadero autor es su traductor de siempre, F. X. Caldeira. 

Como lectores llegamos a dudar hasta de la identidad de estos dos adeptos. En una ocasión se citan para un encuentro pero Eric no acude. ¿Quizás está manipulando a Jen? Él dice que lleva escribiendo en el libro desde hace 15 años (las notas más antiguas aparecen a lápiz) y la estudiante le comenta: "curioso ver a las cosas que respondías, es como un álbum de fotos de cuando eras más joven. Y lo diferente que puedes verlas ahora". A lo que el investigador le responde "no creo ser tan diferente. Todo soy yo". Lo que refleja de nuevo la paradoja del barco de Teseo.


En cuanto al autor, ¿Quién fue V. M. Straka? Ni tan siquiera está claro que sea el autor de los libros que se le atribuyen. Straka ha sido un escritor de éxito, pero nadie lo ha conocido. El misterio de su identidad recuerda al de Shakespeare u Homero. Así nos lo recuerda el traductor de todas sus obras en una sentida Introducción, en la que da cuenta de la cantidad de personajes a los que se ha atribuido ser Straka, incluidos una monja y un pirata. Algunos hasta llegan a plantear que dicho traductor, F. X. Caldeira, pudiera ser la tapadera del verdadero Straka. Lo que sí descubrirán Jen y Eric es que las notas a pie de página que ha incluido Caldeira están llenas de datos falsos que encubren códigos secretos.

La creación de un autor literario con su conjunto de obras debidamente articuladas y comentadas en las notas me parece fascinante. Más si cabe porque se aprecia claramente el paralelismo entre la vida de Straka —llena de conspiraciones, sabotajes y asesinatos— y la que imagina para su protagonista S., sumergido en una rebelión que le conduce a matar Agentes y cometer atentados. 


Uno de los códigos más elaborados que esconde el libro tiene que ver con La Rueda de Eötvös, una rueda codificada con diferentes puntos cardinales que, por supuesto, está presente entre las páginas del libro. Para usarla son fundamentales las notas a pie de página. Aunque muchos están resueltos por Jen y Eric, el aficionado a los puzzles que quiera seguir jugando más allá de la lectura podrá apoyarse en una web dedicada a explicar estos cifrados, aquí.  También hay toda una comunidad de lectores dedicada a desencriptar los enigmas y juegos de palabras que atesora la obra. Item más, en este blog elbarcodestraka.wordpress.com— encontrará toda una guía y análisis pormenorizados del strakaverso.

Una de las notas más conspiranoicas está en la página 27, cuando Jen escribe: "Eric, mira esto! Las letras primera y última de las notas al pie del capítulo dan [ER DA SS TO DO S 19 1900 H pm] ¿O sea, en el hotel Erdass, el de la calle 38, todos los días 19 a las 7 p.m. Mi teoría: Caldeira creía que Straka seguía vivo y le estaba diciendo dónde y cuándo podrían quedar". Uff.

En algún momento Jen se refiere al volumen que van construyendo como "un álbum de recortes", lo cual no hace sino describir la arquitectura de este libro tan provocador que debemos al concepto de J.J. Abrams  y a la escritura de Doug Dorst. Un libro que el lector deberá ir componiendo mientras ajusta sus piezas. J. J. Abrams es el urdidor de series tan enigmáticas como LostFringe además de director de los reboots cinematográficos de Star Wars y Star Trek o de la delicia ochentera Super 8. En una charla TED comentó que el mejor ejemplo para explicar el origen de su amor por el misterio es una caja que compró en una tienda de magia décadas atrás y que jamás ha abierto. La ve todos los días sobre una repisa en su despacho pero piensa que abrirla "supondría renunciar a la esperanza en el prodigio". Cree firmemente que cuanto más conozca los mecanismos de la caja menos fascinación le provocará. Pues bien con El barco de Teseo él ha creado una caja llena de claves y mecanismos secretos. Lo mejor de todo es que nos invita a abrirla y disfrutarla.  

A quién crea que será difícil leer un texto con tantos niveles le diré que no es para tanto. Las notas al margen comentan y abundan asuntos de la misma página donde se encuentran, así que leyéndolo todo a la vez no puedes perderte. Del mismo modo las cartas, planos y recortes están situados en la página donde se los cita, por lo que se pueden considerar una ilustración exenta del texto. La escritura es directa y nada críptica por lo que la dificultad estriba en mantener abierta la mente para seguir los dos discursos, el de la novela impresa, con su propia aventura, y el de las anotaciones que arrancan trozos de texto para incrustarlos en otra realidad. Además, siendo así que los dos lectores comentan como obsesos cada pequeño detalle del texto, exprimiendo su posible alcance, tú mismo acabas convirtiéndote en el tercer lector que salta y grita cuando ve aparecer una S o un número 19. 


El libro tiene tres niveles de lectura. Por un lado está el texto de la novela impresa, con los periplos de S. por el Territorio enemigo, siempre perseguido por los Agentes. Por otro están las anotaciones en los márgenes en las que estos dos fieles nos informan de su vida personal, es la más floja. Y finalmente están esas mismas glosas pero referidas al misterio Straka que, junto a las notas a pie de página del traductor Caldeira, nos van revelando todo un mundo de sorprendentes claves y confabulaciones. 

Aunque la novela impresa o los comentarios se pueden leer de forma autónoma o lineal, yo creo que es en la lectura conjunta cuando adquieren su máxima potencia. Por supuesto puedes elegir leer del tirón la novela impresa (aquí la reseño individualizada), ignorando toda la parafernalia de objetos y anotaciones. Te adelanto que es muy entretenida y enigmática. Pero te perderás un primoroso juego que te ha de convertir en un adepto más de este complot tejido en torno al enigma Straka .







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No puedo concluir este comentario sin valorar el trabajo de edición de este auténtico palimpsesto. Sin duda es una caja mágica para navegar por enigmas, islas y mares que desafía el trabajo puramente mecánico de imprimir un libro. Su composición laboriosa hace que parezca hecho a mano. ¿Hay mejor elogio?
El libro llega a tus manos manchado con su propia historia, más allá del texto impreso. El propio J.J. Abrams ha declarado que "esta obra es una celebración del libro como objeto físico, es intencionalmente tangible".
Desde su publicación original en el 2013 hubo que esperar diez años para que una editorial, Duomo, se lanzara a publicarlo en español. Enhorabuena. 

domingo, 14 de noviembre de 2021

SUEÑO de POLÍFILO - de Francesco Colonna




Hypnerotomachia Poliphili o Sueño de Polífilo, pasa por ser el libro más hermoso y enigmático del Renacimiento. Desde su publicación a finales del siglo XV se ha visto rodeado por un aura de esoterismo enfermizo. El volumen delata una rara hermosura y no oculta un apasionado anhelo de sabiduría y belleza absolutas, bajo el signo de Venus, la diosa del Amor. Salió de las prensas del gran Aldo Manuzio en Venecia en 1499, con el título de 

Hypnerotomachia Poliphili, ubi humana omnia non nisi somnium esse docet, atque obiter plurima scitu sane quam digna commemorat.

(Lucha de amor en sueños de Polifilo, donde se enseña que todo lo humano no es sino sueño y se evocan oportunamente muchas cosas dignísimas)

Manuzio fue un impresor legendario y un gran humanista que tradujo algunos clásicos que él mismo imprimió. Además propició el uso de la letra redonda o romana que sustituiría rápidamente a la letra gótica en los libros. Fue un trabajo atípico del impresor ya que es el único libro ilustrado que produjo. La obra cuenta con 171 grabados en madera (xilografía) y en el momento histórico en que se editó, la inclusión de ilustraciones de grabado era un fenómeno relativamente nuevo. El patrocinador de esta costosa y original edición fue el veronés Leonardo Grassi que se la dedicó a Guidobaldo de Montefeltro, Duque de Urbino. La composición del libro con hermosas letras capitulares, numerosos grabados y remates del texto en forma de pirámide invertida ha hecho, y sigue haciendo, las delicias de los amantes de los libros.



La obra se editó en formato gran folio, plagada de erratas y escrita en una lengua inventada, mezcla de latín arcaizante -el latín de los circuitos eruditos de la época- y vernáculo véneto, amén de términos hebreos, árabes y de escritura jeroglífica mucho antes de que Champolion desvelase la piedra Rosetta. Además se presenta adornada con magníficas xilografías de fuerte impronta pagana.

ARGUMENTO y ESTRUCTURA DE LA OBRA.
La Hypnerotomachia Poliphilii está dividida en dos partes bien diferenciadas. La primera tiene los rasgos de una novela alegórica y está distribuida en veinticuatro capítulos que dan cuenta del extraño periplo del protagonista. Bajo la apariencia de una aventura caballeresca relata el camino de ascensión espiritual de Polífilo desde el miedo inicial hasta el encuentro con su amada Polia, una misteriosa ninfa. El relato finaliza con la ruptura simbólica del velo de Venus por una flecha de oro de Cupido y el despertar del joven.

Esta primera parte es el relato de un viaje lineal dentro de un sueño, del trayecto del amante por el plácido país de Venus hacia su seno, conducido eruditamente por su amada. La crítica ha señalado que esta primera parte constituye el núcleo principal de la obra y hasta puede tener una lectura exenta; mientras que el resto parece un añadido, no sólo por la diferencia temática sino también por el estilo literario en sí.

La segunda parte se extiende desde el capítulo veinticinco hasta el treinta y ocho y en ella es Polia quien refiere su historia. La trama es la misma en ambas partes, el encuentro de los dos amantes, pero en cada una varía el punto de vista y el protagonista. En esta parte Polia ya no aparece como ninfa sino como una joven real (Lucrezia Lelli) con grandes dudas entre ser virgen de Diana o amada de Polífilo. El realismo de esta parte se corresponde con los datos históricos de la peste de Treviso que asoló esa ciudad en aquella época.

El argumento está interrumpido por complejas historias mitológicas y descripciones de lugares fantásticos, arquitecturas extrañas y liturgias mistéricas. Se trata de una novela alegórica que pretexta un sueño fantástico donde se combina el viaje iniciático y amoroso de Polífilo con la descripción minuciosa de monumentos, figuras, relieves y sentencias hasta componer una abigarrada fantasía visual narrada con estilo moroso, elegante y recargado de alusiones mitológicas y motivos eróticos. 
Grabado con la efigie de Príapo bajo un dosel de verduras mientras los dioses
arrojan vasijas de leche, vino y sangre de un asno sacrificado (en primer plano)


El lenguaje críptico y la profusión de símbolos y jeroglíficos la convierten en un texto netamente hermético, fuente de una verdad que está velada, a la espera de aquellos que estén preparados para recibir y entender su enseñanza. Una actitud deliberada del autor que presenta su obra así:
“Estas no son cosas hechas para el vulgo ni para ser recitadas por las callejas, sino sacadas de la despensa de la Filosofía y de las fuentes de las Musas, adornadas por la novedad del lenguaje y dignas de la admiración de todos los ingenios”.
La obra sigue a Polífilo en su peregrinar laberíntico por jardines secretos anegados en un refinado simbolismo. En su recorrido onírico vislumbra restos de culturas pretéritas en forma de construcciones arquitectónicas e inscripciones en distintas lenguas. De ahí que su recorrido quimérico pueda verse como un viaje a la antigüedad; asunto muy en consonancia con la época en que se publica la obra, finales del siglo XV, en pleno Renacimiento. Pero esta antigüedad no es la canónica que se redescubre, sino unos vestigios extraños, fantásticos y en ocasiones indescifrables. Más que recordar el mundo perdido de la antigüedad, nos describe otros mundos posibles a través de potentes símbolos: ahí es donde radica la fuerza y atracción de la obra, ya que es una historia casi carente de acontecimientos e intriga. De hecho la abundancia y minuciosidad de sus descripciones puede llegar a convertir su lectura en algo farragoso que parece adoptar los modos de un tratado de arquitectura. 

FUENTES.
Muchos estudiosos se han dedicado a identificar la distintas fuentes de Colonna. Está aceptado que la Hypnerotomachia viene de tres ilustres antepasadas: la Divina Comedia, el Roman de la Rose y la Amorosa Visione de Boccaccio, la cual es también un Sueño de amor y una máquina alegórica. Comprende la elección del camino de la vida, triunfos «a l’antica», el jardín del amor, el hallazgo de la amada ideal y el despertar cuando el poeta va a poseerla. En el Prólogo, Pilar Pedraza nos informa que
"En su estudio de la Amorosa Visione, Branca señala que el recurso del sueño es el casi insoslayable canon introductorio a las fantasías literarias de este tipo, por medio del cual se intenta conferir cierta verosimilitud a lo que se cuenta. Sus raíces son muy antiguas. En la Edad Media sirvió de prólogo a casi todas las visiones amorosas, como el Roman de la Rose. Boccaccio lo empleó frecuentemente y de él lo tomó el autor del Sueño de Polífilo. En este último es, además, un recurso que permite que Polia muerta reviva en la imaginación del protagonista, que sólo puede amarla en sueños porque no es más que un recuerdo. Igualmente tópico es el recurso a las distintas puertas o senderos que el protagonista encuentra en su camino y entre los que debe escoger uno. En él se inscribe un ciclo de temas renacentistas, uno de los cuales es el del Sueño de Escipión."

Por su parte las descripciones de monumentos antiguos están tomadas de Plinio y de sus comentaristas italianos, mientras que la erudición mitológica proviene de las Metamorfosis de Ovidio. Para las descripciones de arquitectura el autor se apoyó en los tratados de Vitruvio y Alberti, pero su teoría estética difiere de ambos. Tanto Brunelleschi como Alberti habían estudiado durante mucho tiempo las ruinas de la Roma antigua para descubrir el aspecto original de los edificios; sin embargo, en el Sueño de Polífilo las ruinas son tan sólo el punto de apoyo para la imaginación. 

Dado que el libro toma la forma de un texto mistérico para iniciados, ese mundo fantástico simbolizaría una alternativa a la realidad y quizás una denuncia de la misma. Apoya este argumento el hecho de que el libro se vuelque con el carnaval, la alegría y lo grotesco, apuntando claves y conceptos que, efectivamente, invitarían a pensar en un mensaje oculto. Los especialistas han detectado en el libro contenidos críticos con la Iglesia y con la actuación de los poderosos, además de reflejar un deseo de libertad que rompía los esquemas de la época.










Pilar Pedraza es la editora y traductora del libro y en su documentado prólogo escribe: “El claro hilo alegórico está enmarañado por las minuciosísimas descripciones anticuarias y la morosidad en la exposición retórica de los sentimientos del protagonista, que confiere a la novela su peculiar aspecto de monstruoso pastiche de una antigüedad imaginaria y casi oriental.”

ITINERARIO INICIÁTICO.
El esquema de la obra se corresponde con un itinerario espiritual o iniciático que relata la búsqueda del amor por parte del protagonista. Comienza la obra con Polífilo atormentado por el insomnio que le produce su amor no correspondido por Polia. Cuando por fin se duerme accede a un bosque oscuro donde comienzan sus aventuras. Polífilo viaja a diversos y extraños lugares donde encuentra misteriosos monumentos, jardines y ruinas habitados por criaturas monstruosas y seres mitológicos. El propio autor resume la obra en las Palabras al Lector:
"Si deseas, lector, conocer brevemente lo que se contiene en esta obra, sabe que Polífilo cuenta en ella que vio en sueños cosas admirables y que la llama, con vocablo griego, Lucha de Amor en Sueños. En ella finge que ha visto muchas cosas propias de la Antigüedad y dignas de memoria. Y describe punto por punto, con palabras apropiadas y estilo elegante, todo lo que dice haber visto: pirámides, obeliscos, enormes ruinas de edificios, las distintas clases de columnas, su medida, los capiteles, basas, epístilos o arquitrabes rectos, arquitrabes curvos, zóforos o frisos y cornisas con sus ornamentos. Un gran caballo, un elefante tremendo, un coloso, una puerta magnífica con sus medidas y sus ornamentos, un espanto, los cinco sentidos en cinco ninfas, un baño egregio, fuentes, el palacio de la reina que es el libre albedrío, un banquete regio y superexcelente; la diversidad de joyas o piedras preciosas y su naturaleza; un juego de ajedrez a modo de baile con tres medidas de sonido. Tres jardines: uno de vidrio, uno de seda, uno en forma de laberinto, que es la vida humana. Un peristilo de ladrillo, en cuyo centro estaba representada la Trinidad en figuras jeroglíficas, es decir, sagrados relieves egipcios. Las tres puertas y en cuál de ellas se quedó, y cómo estaba vestida Polia y cuál era su talante. Polia le conduce a ver cuatro admirables triunfos de Júpiter y las amadas de los dioses, las de los poetas y el afecto y efecto de las diversas clases de amor..." pág. 69-70
Después del profuso recorrido por ruinas y jardines, unas ninfas conducen a Polífilo al palacio cosmológico de Eleuterilide y le piden que declare su amor por Polia. Luego, guiado por Thelemia −la Voluntad− y Logística −la Razón−, llega a una montaña en la que hay tres puertas entre las que debe elegir una. Sobre ellas están esculpidos tres epígrafes en hebreo, griego, latín y árabe.


En la de la izquierda puede leerse THEODOXIA ("Gloria de Dios"), en la de la derecha KOSMODOXIA ("Gloria del mundo") y en la del centro EROTOTROPHOS ("Madre del amor"). Cada puerta lleva a tres ámbitos de la realidad: el divino, el humano, dominado por el amor, y el cósmico. El viaje onírico de iniciación se consuma, simbólicamente, ante Venus, mediante los dos anillos que les regala la diosa y con las dos flechas doradas que les dispara Cupido. Parece que, después de sus muchas aventuras y pruebas, Polífilo se gana el corazón de Polia; pero entonces el canto de un ruiseñor lo despierta. Su sueño terminó. Todo lo ocurrido ha sido fruto de su fantasía. Tal y como reza el título, se demuestra que todo lo humano no es más que sueño.







La obra trasluce un anhelo totalizador y se muestra como un injerto entre poema alegórico de estirpe medieval y enciclopedia humanística donde abundan los conocimientos botánicos, gemológicos, arqueológicos, epigráficos, arquitectónicos, litúrgicos y hasta culinarios.

Los edificios descritos son de estilo antiguo, los monumentos están cubiertos de inscripciones latinas, griegas o jeroglíficas, y cada ceremonia está dedicada a un dios o una diosa clásica. En general, el peregrinar de Polífilo se produce bajo los designios de Venus, esa esquiva divinidad romana surgida del agua; nacida, como la griega Afrodita, de la inmersión en el océano del falo que Cronos le amputó a su padre, el caníbal y hambriento Urano.




ICONOGRAFÍA.
El Sueño de Polífilo es un libro de una gran belleza visual cargado de exuberantes elementos iconográficos que lo dotan de un aura esotérica. Su influencia e interpretaciones se pueden rastrear desde las obras arquitectónicas y escultóricas de su tiempo hasta pintores y artistas de los siglos XIX y XX, como lo demuestran varias obras de Salvador Dalí en las que aparecen obeliscos y elefantes sin duda inspirados en el Polífilo.

Dalí - Las tentaciones de San Antonio-





















También podemos encontrar la huella de la Hypnerotomaquia en detalles de libros, muebles y pinturas de los artistas ingleses de la Hermandad Prerrafaelita, en la segunda parte del siglo XIX; como John Ruskin, William Morris, Burne-Jones y Dante Gabriel Rosetti. Todos ellos se sintieron fascinados por una obra que sintonizaba con sus planteamientos estéticos y por la belleza del libro como obra de arte. El ilustrador Aubrey Beardsley no sólo se interesó por los grabados sino también por el estilo de la obra cuya influencia reflejó en su Venus y Tannhäuser




El libro entronca no sólo con la tradición del sueño literario, fórmula de éxito desde el medievo hasta el barroco; sino también con la tradición del libro como objeto sagrado, portador de conocimientos esotéricos y ocultos. Un misterioso conciliábulo del siglo XIX, la Sociedad de la Niebla, a la que pertenecieron escritores y artistas como Dumas, Gerard de Nerval, Julio Verne, Delacroix o Poussin; lo tuvo como libro de cabecera. Algunos investigadores traducen al Phileas Fogg de la Vuelta al mundo en 80 días, como "El hijo de la niebla" ("fog" = niebla, en inglés). 

Las huellas del Polífilo se pueden rastrear en las obras de Rabelais y Cervantes y llegan hasta nuestros días cuando aparece citado en la novela El Club Dumas (1993) de Arturo Pérez-Reverte. Incluso los elementos crípticos e iconográficos del Polífilo son el asunto central de la novela El enigma del cuatro (The Rule of Four, 1999) de I. Caldwell y D. Thomason, una novela de misterio ambientada en la Universidad de Princeton.

Desde su aparición se lo ha considerado como un libro enigmático, fantástico y hermético provocando el interés de críticos tan prestigiosos como M. Praz, C. Popelin, Branca, B. Croce, E. Grombrich o E. Panowsky. Aunque también cuenta con furibundos detractores que lo tildan de pedante, informe y pesado. La obra ha sido analizada desde principios del siglo XIX por lingüistas, filósofos, historiadores y arquitectos; pero también por todo tipo de artistas, místicos, tipógrafos, alquimistas, gemólogos, poetas, iconólogos y nigromantes.


Su iconografía está presente en innumerables expresiones artísticas que se pueden reconocer en los siglos posteriores. El elefante con el menhir tiene varias réplicas en Italia, como por ejemplo el llamado "Pulcin della Minerva" que está en Roma (muy cerca del Panteón) y fue diseñado por Bernini

No sólo el elefante sino todo el concepto de jardín de maravillas fue lo que ordenó construir el conde Pier Francesco Orsini en Bomarzo quien, desde 1552 y hasta su muerte en 1584, se dedicó en cuerpo y alma a la construcción de su Sacro Bosque o Parque de los Monstruos. El boschetto alivió su carácter melancólico y también sus pérdidas amorosas. Si recorremos este Bosque desde la perspectiva esotérica del Polífilo, partiendo del nivel más bajo, nos iremos encontrando con diferentes monstruos y monumentos que nos han de proporcionar el conocimiento necesario para alcanzar la iluminación.







Asimismo en ciertas zonas de los famosos jardines de Aranjuez y Versalles se puede apreciar la inspiración procedente del Polífilo. Mientras que si paseamos por el Claustro de la Universidad de Salamanca (abajo) podremos ver en sus paredes relieves que reproducen con fidelidad algunos de los grabados de este libro.





AUTORÍA.
En la primera edición de la Hypnerotomachia Poliphili no constaba el autor o autores del libro. El lenguaje cifrado y el simbolismo de las ilustraciones invitaban a pensar que sus páginas escondían un supuesto mensaje subversivo, de cariz político, dirigido a la élite intelectual de la época. En este sentido cabe recordar que la dedicatoria del libro dice que “no es para el vulgo”.

Parece que el autor, de algún modo, estaba vinculado a la llamada Neoaccademia de Venecia, un cónclave de eruditos donde se debatía con absoluta libertad tanto de lo divino como de lo humano. Estas reuniones eran frecuentadas por toda la intelectualidad de la época: Erasmo de Rotterdam, Pico della Mirandolla, Pietro Bembo, etc.

Aunque también cabe pensar que dicho anonimato escondía un juego muy frecuente en la época, esconder la clave en un acróstico que se formaba juntando la primera letra de cada capítulo. Efectivamente, juntando las treinta y ocho letras capitulares hermosamente decoradas, podemos leer:

- “Poliam frater Franciscus Columna peramavit” –
- “El hermano Francisco Colonna adoró a Polia” –

Esto ha llevado a muchos a pensar que el acróstico quizás fue más un ornato añadido que un verdadero intento de anonimato.
Sobre la identidad de Francesco Colonna existen dos tesis, la “veneciana” y la “romana”. La primera considera que, efectivamente, existió un fraile con ese nombre, que vivió entre 1433 y 1527 y estuvo enamorado de una sobrina del Obispo Lelli -cuya diócesis se encontraba en Treviso- fallecida a causa de la peste en 1466, Hipólita Lelli, de donde habría tomado el nombre de Polia y a cuyo amor no consumado estaría dedicada la obra.

Mauricio Calvesi en cambio impulsa la tesis romana que identifica al autor como miembro de la noble familia romana de los Colonna, nacido en 1453 y muerto alrededor de 1503, poco después de dar a conocer la obra, casado con Lucrecia Orsini y señor de Palestrina. La razón por la que habría querido ocultar su nombre, como en el caso anterior, habría que buscarla en los contenidos paganos de la Hypnerotomachia Poliphili, que podría buscarle al autor más de un disgusto con la Iglesia.










Debido a su carácter onírico y visionario El Sueño de Polífilo ha estado sometido a todo tipo de interpretaciones sin excluir las más extravagantes y arriesgadas. El hermetismo de su lenguaje, los rituales paganos, la excentricidad de sus imágenes y su simbolismo extremo sin duda lo han propiciado. En los grabados del Polífilo no hay ningún objeto o cita inocente. Todo alberga una clave o significado. Todo constituye una metáfora dentro de una gran alegoría hermética.

LECTURA ONÍRICA y HERMÉTICA.
Para concluir quisiera resaltar dos de sus lecturas. 
Una como relato onírico que bebe de la tradición clásica establecida por Artemidoro en su obra Oneirokritiká (siglo II a.C.) y que tiene continuidad en el famoso Sueño de Escipión narrado en el libro VI de la De Re Publica de Marco Tulio Cicerón

La textura del sueño impregna lo fragmentario del relato, así como los saltos en el tiempo e incluso la comprensión instantánea que asalta a Polífilo cuando se enfrenta a la gran pirámide coronada por un obelisco y sabe instantáneamente cuántos escalones la componen y sus medidas exactas. Todo ello sin olvidar la fantasía casi irreal que es capaz de engendrar jardines de cristal, fuentes andantes, edificios gigantescos con forma de elefantes o puertas interdimensionales.



La segunda lectura tiene que ver con la gnosis o el conocimiento hermético. En esta concepción del libro podemos ver a Polífilo como un peregrino que inicia un viaje o una búsqueda que en lo más íntimo está relacionada con el amor, pero que no elude el acceso a un conocimiento superior de la vida y del mundo. Esta búsqueda en pleno siglo XV se orientó hacia la sabiduría antigua tal y como ha estudiado la investigadora Sandra Álvarez Hernández, que nos acerca a ese momento histórico:
"Durante el Renacimiento textos de sabiduría antiquísima cobraron relevancia en los grandes movimientos progresistas de la época, como fue el caso del Pimander y el Asclepius. En 1460 llegaron a Florencia una serie de manuscritos griegos en manos de los doctores bizantinos, como Gemisto Pletón, que asistían al Concilio festejado en esa ciudad. Entre estos documentos se encontraba una versión incompleta del Pimander, y por orden de Cosme de Medici, Marsilio Ficino se dio a la tarea de traducirlos inmediatamente, posponiendo así su trabajo en la obra platónica. Esta nueva traducción de los textos del tres veces grande (Trimegisto) dio inicio a una larga tradición hermética. Los humanistas que se acercaban a estos textos lo hacían convencidos de que se trataba de textos escritos por la mano de Hermes en épocas remotas; y además, resultaban un medio útil para conciliar el viejo paganismo con el cristianismo, a causa de su contenido sincrético. Su importancia fue tal que inspiraron nuevas formas de pensamiento y modos de explicar la vida, el mundo y el cosmos entero."
"Así como diversos estudiosos han dado en afirmar que la Divina Comedia no trata de Dante en busca de su amada Beatriz, sino que, bajo esta pantalla, debemos entender al hombre en su camino a la teología; debemos buscar al verdadero Polífilo en una peregrinación de mayores alcances. Tendríamos que sumar también a esto el hecho de que así como a Polífilo le será develada en su sueño una serie de principios, también a Hermes se le anunció la verdad mientras dormía."

UNA VISIÓN de POLÍFILO







Reproduzco a continuación una de las visiones de Polífilo en su viaje onírico en busca del amor de Polia, tal como aparece en la Hypnerotomachia Poliphili. En ella se pueden apreciar muchas de las características de este hermoso y críptico libro: descripción minuciosa de esculturas de la antigüedad, profusa simbología, jeroglíficos y un hermetismo en este caso revelado por la ninfa Logística.

 


[X]

POLÍFILO SIGUE CONTANDO QUE DESPUÉS DEL GRAN BANQUETE HUBO UN ELEGANTÍSIMO BAILE QUE FUE UN JUEGO, Y QUE LA REINA LE ENCOMENDÓ A DOS DISTINGUIDAS MUCHACHAS, QUE LE CONDUJERON A QUE ADMIRARA COSAS DELICIOSAS Y GRANDES. Y, HABLANDO CLARAMENTE, DISIPARON ALGUNAS DE SUS DUDAS. FINALMENTE, LLEGARON ANTE LAS TRES PUERTAS Y ÉL SE QUEDÓ EN LA DE EN MEDIO, ENTRE LAS AMOROSAS NINFAS.


(...)


Después de cantado el divino poema, Logística, la amada por Dios, me tomó de la mano y me condujo fuera de aquel lugar, diciendo: «Polífilo, quiero que sepas que son más placenteras las cosas propias del intelecto que las que sólo atañen a los sentidos. Por eso, entramos aquí a satisfacer las dos operaciones del conocimiento».
Y me acompañó noblemente a un jardín cercano a este, cerrado por una arquería areóstila de cien arcos, que medía cinco cuartos desde el suelo hasta la clave superior y tenía tres de luz. Todo era de ladrillo, bellísimamente cubierto de verde yedra, de modo que no estaba a la vista el menor vestigio de las paredes. Bajo cada uno de los arcos había una peana de pórfido rojizo óptimamente moldurada, que sostenía la estatua de oro de una ninfa bajo la forma de diosa, con los vestidos y los tocados diferentes, y todas las vueltas con gesto reverente hacia la parte central del jardín.[103] En su centro descansaba misteriosamente un pedestal de calcedonia diáfana la forma cúbica y sobre él un cilindro de dos pies de altura y de paso un medio de diámetro, de jaspe intensamente rojo.
Encima de él se alzaba un prisma triangular de piedra negrísima de un paso y medio de altura, cuyos ángulos no sobrepasaban sus bordes. En cada una de sus pulidas caras había una bellísima imagen de aspecto divino, grave y venerable, con los pies sobre la parte libre entre el prisma triangular y el cilindro, de la misma altura que la piedra negra, a la que estaban unidas por la espalda. Con los brazos extendidos a derecha e izquierda hacia los ángulos, sostenían una cornucopia fijada a ellos; sus dedos estaban situados a una altura de un pie y un sexto; tenían las manos envueltas en cintas desatadas que volaban por la superficie de la piedra e iban vestidas de ninfas; las cornucopias, ataduras y estatuas eran de oro purísimo y resplandeciente: obra no humana, sino divina. Por eso, el sepulcro de Tarina, reina de los Saces, no tenía comparación con ella.
En la figura de abajo, en cada uno de los lados cuadrados, estaban inscritas letras griegas, tres, una, dos y tres, con este orden: ΔYΣ. A. 𝛬O. TOΣ.[104] En el cilindro vi tres caracteres jeroglíficos bajo los pies de cada imagen: primero estaba impresa la forma del sol; luego, bajo la otra, un antiguo timón; por último aparecía un platillo con una llama dentro.
Sobre cada ángulo de la piedra oscura vi que yacía un monstruo egipcio cuadrúpedo de oro; uno de ellos tenía el rostro completamente humano, otro semihumano y semianimal, y el tercero completamente bestial. Llevaban la frente ceñida con una cinta, con dos lemniscos tapando las orejas y pendiendo por el cuello y el pecho, y otro descendiendo por la espalda. Sus cuerpos eran de leona y sus rostros miraban hacia adelante.
Apoyada en sus lomos, ascendía una pirámide triangular de oro macizo de una altura de cinco diámetros de la cara inferior. En cada uno de sus frentes estaba esculpido un círculo y encima de él la letra griega O; en la otra cara, un círculo y encima la letra O; en la tercera, un círculo y sobre él la letra N.[105]
Comenzó aquí Logística, la inspirada por Dios, a decir: «En estas figuras se encierra la armonía celeste. Advierte, Polífilo, que en ellas, con perpetua afinidad y conjunción, hay nobilísimos monumentos antiguos y jeroglíficos egipcios que quieren decir: “Divinae infinitaeqve trinitati vnivs essentiae”.[106] La figura de abajo está consagrada a la divinidad, porque es producida por la unidad y es igual por todos los lados y origen primario de cualquiera otra figura y su base constante y permanente. La circular puesta encima está libre de principio y fin. En su superficie se contienen, directamente debajo de cada una de las imágenes, los tres símbolos que se atribuyen a la divinidad por sus propiedades: el sol todo lo puede con su alegre luz, y su naturaleza es atributo de dios; el segundo es el timón, que expresa el prudente gobierno del universo con su infinita sabiduría; el tercero es el vaso de fuego, símbolo de la participación en el amor. Aunque las tres imágenes sean distintas, contienen sin embargo una sola cosa que está eternamente unida y comunican benignamente su bien, como se expresa en las cornucopias que están en los ángulos de la figura superior».
Y continuando su discurso Logística, la que es capaz de predecir el futuro, siguió diciendo: «Date cuenta de que en la imagen del sol está la palabra griega AΔI𝛤HGHTOΣ; en la del timón AΔIAKOPIΣTOΣ; y en la del vaso de fuego está escrito AΔIEPEYNHΣ.[107] Debajo del obelisco de oro se hallan aquellos tres animales, que son tres máximas y célebres opiniones de aquellas figuras; y así como la figura humana supera notablemente a las otras, así, ni más ni menos, su opinión. En la pirámide hay tres lados con tres círculos que significan cada uno un tiempo: pasado, presente y futuro. Date cuenta de que ninguna otra figura puede contener estos tres círculos invariables sino ellas; y que ninguno de los mortales es capaz de distinguir perfectamente y ver juntos dos lados de esta figura, sino sólo uno íntegramente, que es el presente; y por eso fueron grabados con gran sabiduría aquellos tres caracteres: OON. Por esto, Polífilo, no me acuses de prolija en mí narración, sino más bien de demasiado concisa, y sabe que la primera figura de la base puede ser sólo conocida por sí misma y, aunque diáfana, para nosotros no resulta totalmente clara. Aquel que está dotado de genio sube más arriba y considera profundamente el color de la figura superior. Investigando más, asciende a la tercera figura, que es de color oscuro y está cerrada y rodeada por aquellas tres imágenes de oro. Por último subiendo más arriba, considera una figura de aspecto trino, y, contemplando el adelgazamiento hacia el vértice, aunque sea instruidísimo, no percibe más que lo que se ve, pero permanece ignorante sobre su naturaleza, impotente para comprenderla y estupefacto».







págs. 250-51-52
de la edición de Pilar Pedraza en 
Editorial Acantilado








Notas--------------------------------------------------------------------------------------
103.-Representan tal vez los distintos dioses paganos como aspectos diversos 
        de una sola divinidad, simbolizada por el obelisco central.
104.- «Incomprensible» o «difícil de comprender».
105.- «El Ser»
106.- «A la divina e infinita Trinidad de una sola esencia»
107.-  «Indecible», «Inseparable», «Inescrutable».