sábado, 29 de marzo de 2014

BYZANTIUM - de Neil Jordan

Reino Unido
2012








Una muy estimable película de un cineasta siempre inclinado a lo morboso. El reto no es menor, reinventar el mito del vampiro enfocado más a lo dramático que a lo terrorífico. 

Emparentada con su éxito de 1994, Entrevista con el vampiro, las dos figuras masculinas de aquella, son aquí femeninas; Clara (Gemma Arterton) y Eleanor (Saoirse Ronan). Madre e hija llevan doscientos años escondiendo su inmortalidad y huyendo de una misteriosa Hermandad a la que robaron su secreto.

La película se centra en la mirada de la joven Eleanor, harta de su azarosa vida y exhausta bajo el peso de su secreto: "quisiera contar mi historia y con ello ver los muros caer".
A la melancolía de los escenarios, que tan bien retrata Jordan, hay que añadir el poso de abatimiento que nos transmite una niña escribiendo una historia que no puede revelar. Cada vez que la concluye sus páginas son arrancadas y echadas al viento para volver a empezar.















La primera mitad resulta un poco plana, pero en la segunda, la historia cobra fuerza al entrelazar el relato actual con el del origen de su inmortalidad: el caballero que prostituye a la madre, el orfanato de la niña y el robo del mapa que habilita el viaje a la isla misteriosa para convertirse en sucuyan. Aquí no hay vampiro original, ni maldición divina; sino una secreta Hermandad y una gruta donde se ha de acudir a morir para renacer.

La cinta pretende acercarse al vampiro más allá del terror. Indaga en su inmortalidad, sus anhelos y frustraciones. De ciudad en ciudad, al final de su última huida, las dos mujeres recalan en un hotel decadente, al borde de la ruina, el Byzantium. Allí se fraguará el desenlace. Eleanor vuelve a escribir su historia, pero en vez de tirarla se la entrega a un muchacho del que se enamora. Ya un anciano que la reconoció como ser espectral, había sentenciado: "Llega un momento en la vida en que los secretos deben contarse".

Los aspectos novedosos no son solo la gruta y la ausencia de colmillos (es la uña del pulgar la que se afila ante el olor de la sangre), también lo es la Hermandad cuyas reglas ha roto Clara o la elección de sus víctimas. La sed de sangre no es acuciante ni empuja al crimen, sino que es una elección para comprar tiempo. De este modo, Clara elige a sus víctimas entre quienes abusan del poder, mientras Eleanor sólo dispondrá de las vidas de aquellos que están preparados para morir. Sus encuentros con las víctimas son luminosos, casi angélicos. Este es uno de los aspectos más atrayentes de la película, su contenido lirismo.

Otro de sus logros son las dos actrices protagonistas, así como los atisbos de esa Hermandad misteriosa y una ambientación de los más sugerente.


Neil Jordan ya es poseedor de una abundante filmografía. Huérfana, eso sí, de una obra maestra rotunda; contiene sin embargo un puñado de obras muy interesantes que hurgan siempre en la fragilidad. Mona Lisa cuenta con un estupendo Bob Hoskins encarnando a un tierno matón, Juego de Lágrimas (Crying Game) mezcla sorprendentemente terrorismo y transexualidad y en Desayuno en Plutón se alternan el cuento de hadas y la sordidez.

viernes, 28 de marzo de 2014

PostHUMAN - de Cole Drumb y Jennifer Wai-Yin Luk


















Como un cómic de ciencia ficción animado y vibrante, este corto te traslada a un futuro supertecnológico donde un hacker acompañado por su perro, ayuda en una evasión. 

Se tratar de rescatar a Benjamin, un joven retenido en un laboratorio secreto donde investigan sus habilidades sobrehumanas. De dibujo claro y diseño estilizado; los seis minutos que dura destilan adrenalina, son trepidantes y deliciosamente gores.  

Premiado en numerosos festivales, PostHuman, te sumerge en un mundo y una aventura perfectamente definidos con unas pocas pero muy precisas pinceladas. A disfrutar.



lunes, 24 de marzo de 2014

PUNTO de Fuga - de David Markson

-Vanishing Point-
2004, EEUU










Una olla bullente de ideas. Un cielo estrellado. El libro se compone de centenares de entradas. Fechas, anécdotas, evocaciones,  datos paradójicos, constataciones, opiniones mordaces, el eco de un nombre, el trazo de un pensamiento. Todo el conjunto parece erigido como ejemplo de la entrada que dice
                       Recuerdo de que el primer uso que se le dio a la escritura fue para hacer listas.
                       Para el comercio.
Alguien ha comparado acertadamente el libro con una pintura de Pollock.
A veces es la simple anotación de la ciudad donde está enterrado un artista.
  •                       Marsella, ciudad donde murió Rimbaud.
  •                       Amberes, donde murió Rubens.
O el apunte de un lugar o una fecha.
  •               Stratford-upon-Avon. Hora no registrada. 23de Abril de 1616
  •                     Madrid. Hora no registrada. Misma fecha.
En ocasiones se cita un simple nombre.
  •                    Callas.
  •                    Shakyamuni.
O la opinión mordaz de un escritor sobre otro.
              De una carta de Hemingway sobre T.S. Eliot: Buen poeta y crítico, el maldito;
                  pero como hombre puede besarme el trasero.
                 Sobre Scott Fitzgerald.
                 Un borracho mentiroso.
Braque - Harbor in Normandy
O la adicción de un dato meramente doméstico.
                Georg Trakl era farmacéutico
                    El padre de Braque era pintor de brocha gorda.
                    La misoginia de Degas.
Las teselas van componiendo una historia de la cultura muy sui generis, desde la trastienda: Homero, Liszt, Shakespeare, Aristóteles, Wallace Stevens, Pollock, Bret Harte. Si estaban casados o no, si su mujer era analfabeta, dónde estudiaron o con quién coincidieron todavía anónimos. 
El poder de evocación de un simple nombre se complementa con reflexiones sobre la vida artística y literaria.
                  Todo lo vital en el mundo viene de los neuróticos. Solos han fundado religiones y                           compuesto nuestras obras maestras. 
                   Dijo Proust.
O la filosofía,  ¡Cómo puedo decir qué pienso hasta que veo lo que digo?

Y sobre todo el papel de Autor. Sus referencias nos retratan su mente, qué busca, dónde se detiene. Desde la entrada inicial, "Autor por fin ha comenzado a darle forma a sus notas"; hasta
                  No lineal. Discontinuo. Como un collage. Un montaje.
                  Como ya es más que evidente.

Al final las listas elevan el vuelo. La última media docena de páginas producen un pequeño escalofrío. Después de preguntarse ¿Por qué Autor no puede distinguir si lo está imaginando o lo está recordando?, sospechamos la decrepitud de Autor y establecemos en él mismo, el punto de fuga del título. Comienza a hablarnos de la muerte: Henry James le pidió a su secretaria escuchar el sonido de su Remington, y a repetir algunas entradas, como un eco. O un umbral que sólo atraviesan las palabras. 
Estos últimos momentos nos acercan el hálito de un intelecto que se extingue y acaba con la palabra Selah (cuyo tañido nos acerca el libro).  En este soplo de melancolía por fin reconocemos que Autor está vivo y en trance de desaparecer. La ficción termina cobrando vida. Justo al contrario de la famosa cita de Picasso: 
        El arte no es verdad. Es una mentira que nos permite reconocer la verdad. 
        Dijo Picasso.


En modo alguno este puzzle es aleatorio. Autor "está casi seguro que la mayoría se encuentra en el orden correcto". Romperé ese orden agrupando algunas llamadas alrededor de ciertas líneas de fuerza. 
CREACIÓN
                   Un montón de espuma y cal. Dijo un crítico sobre una pintura de Turner, cuyo tema                        era una tormenta en el mar.
                   Me pregunto cómo se imaginan que es el mar, dijo Turner.
Turner - Tormenta de nieve sobre el mar

























                    Cuando Hölderlin hablaba consigo mismo, con frecuencia parecía un diálogo
               entre dos personalidades extraordinariamente diferentes.

               El caso de Wordsworth: la charla significaba que componía versos, los cuales
               completaba en su cabeza antes de pasarlos al papel.

              Leonardo explicó al duque de Milán cómo podía permanecer sentado frente a 
              La última cena por horas y no hacer ningún retoque:
              Los genios a menudo hacen más cuando trabajan menos.

              Cuando Chagall pinta no sabes si está dormido o despierto. En algún lugar, 
              tal vez dentro de su cabeza, debe haber un ángel.
               Dijo Picasso.

              Todas las penas pueden soportarse si las plasmas en una historia.
              Dijo Isak Dinesen.

ARTE Y REALIDAD
             El recuerdo de Anna Ajmátova, cincuenta y cuatro años después de su affair con
             Modigliani en 1911: en los jardines de Luxemburgo, sentados bajo la lluvia, cubiertos
             por una vieja sombrilla, recitándose a Verlaine, incapaces de darse nada mejor.

             Dostoievski escribió El Jugador en dieciséis días.
             Stephen Crane escribió La insignia roja del valor en diez.
             A los 21 años.
             Donizetti escribió L´elisir d´amore en una semana.
             Hay 16696 líneas en La Ilíada.

            Bessie Smith pudo haberse desangrado hasta la muerte después de un accidente 
            automovilístico a orillas del Mississippi, cuando una ambulancia se llevó primero a
            una mujer blanca con heridas menos graves.
            ¿O a lo mejor de camino hacia un segundo hospital porque no la admitieron en 
            el primero?

CRÍTICAS 
           Byron acerca de Sothey: tonterías.
           Acera de Wordsworth: boberías.
           Acerca de Keats: desóllenlo vivo.

           Como si hubiera escrito ilegalmente, por temor de la policía.
           Bertolt Brech dijo de la ficción de Kafka.
           Como hombre desnudo entre la gente vestida.
           Milena Jesenká así lo percibía.

          La teoría de que la mayoría de los editores son escritores frustrados.
          A lo que Eliot añadió: también lo son la mayoría de los escritores.

O TEMPORA, O MORES
         Tamerlán, en 1398, en busca de una justificación en el Corán para un ataque en Delhi, 
          recitó un verso de los dogmas del Islam: Oh, Profeta, haz la guerra sobre los infieles
          e  incrédulos, y trátalos con dureza.
           Y masacró cien mil prisioneros desarmados.

        Hasta 1203, había copias de todas las ahora perdidas obras de Sófocles y Eurípides en
       Constantinopla.
       Cuando se saqueaban e incendiaban indiscriminadamente iglesias y biblioteca en la 
       fracasada cuarta cruzada.

       Mientras escribo, seres humanos altamente civilizados vuelan sobre mi cabeza, tratan 
       de matarme.
       Así comienza un ensayo de Orwell fecha en 1941.

       Las ocasiones en que los nazis mandaron las cenizas de los prisioneros a sus familias.
       Vía postal.

       Los césares no podían ejecutar a una virgen. Por lo que tenía que ser desflorada antes 
       de su otra condena.

     La mujer que fue violada en Pakistán; y que la ley musulmana condenó por adulterio y                sentenció a morir lapidada.
     En el 2002.

PARADÓJICO O GROTESCO
     El dibujo de Jesús crucificado, vistiendo máscara de gas y botas de combate, y titulado 
     Shut up and carry out your orders, de George Grosz.
     Fechado en 1928.

    Hace una pausa para recordar la coincidencia de que la Declaración de la 
    Independencia se firmó el mismo año que La historia de la decadencia y caída 
    del Imperio Romano.

   Gracias a Dios, siempre he sido ateo.
   Dijo Luis Buñuel.

FILOSOFÍA
    Tenemos que creer en el libre albedrío. 
     No tenemos otra opción.
    Dijo Isaac Bashevis Singer.

   Lo más insignificante nos consuela, 
   lo más insignificante nos angustia.
   Dijo Pascal.

   En la tumba de Esteban Murillo en Sevilla. Vive moriturus.
   Vive como si fueras a morir.

Y no me resisto a poner una última:    Barrabás era reseñista.

viernes, 21 de marzo de 2014

DALLAS BUYERS Club - de Jean-Marc Vallée








Estamos en 1985, el SIDA nos ha explotado en la cara y muchas cosas van a cambiar. Sobre todo para el vividor Ron Woodroof (Matthew McConaughey), un paleto tejano aficionado a los rodeos, cocainómano y follador impenitente. Cuando su extrema debilidad termina llevándolo al hospital los análisis no dejan duda: tiene SIDA, la enfermedad que todo el mundo consideraba exclusiva de homosexuales, y le dan treinta días de vida. Pero Ron se rebela y comienza a informarse. Su lucha contra el reloj y contra la FDA (Food and Drug Administration) centrará su vida.

La desesperación inicial le llevará al mercado negro del AZT, único e incipiente medicamento aún sin contrastar. Intoxicado por dosis descontroladas es de nuevo hospitalizado. Recibe un soplo y busca nuevos horizontes en México. Un tratamiento alternativo y natural inesperadamente alarga su vida. Se plantea vender esos productos en Norteamérica, pero choca contra la FDA. Un resquicio legal le permite formar un Club de Compradores (Buyers Club): no compran una medicina, sino que son socios con derecho a productos y servicios. ¡Ja! Está claro que EEUU es tierra de emprendedores, sobretodo cuando tu sistema de salud te considera un simple pagano.

Mientras tanto su entorno le ha dado la espalda. En el trabajo, sus amigos y hasta su hermano lo consideran un apestado. Un homófobo como él terminará compartiendo su vida y su negocio con el transexual Rayon (impresionante Jared Leto). Él será quien le acerque a sus miles de clientes potenciales.














El problema de la película es que tratando un asunto tan desgarrador transmite poca emoción. La relación con la doctora que sigue su caso, Eve Saks (Jennifer Gardner), no está aprovechada. La amistad, cada vez más profunda y desesperada, entre Ron y Rayon apenas está apuntada. La fuerza de la escena donde ambos se encuentran con el hermano de Ron y éste le retuerce el brazo, para obligarle a chocar los cinco con su compañero, es un solitario hito.

La película se queda a mitad de camino en la épica de su lucha contra la industria farmacéutica y la FDA; y también en la lírica de un hombre que intenta forjar su destino.

Hay dos líneas de diálogo contundentes: el doctor que está implementando el tratamiento con AZT, reflexiona con un colega, "bueno, ya sabemos que esto es un negocio". Venenosa idea ésta, propia de liberales sin conciencia, ¡la Sanidad como negocio!.

La otra frase es de un juez. Debe sentenciar si un enfermo terminal tiene derecho a probar cualquier medicamento que estime oportuno. "La legalidad a veces es injusta y puede ir contra el sentido común". Tienes que morirte dentro del sistema, no eres libre.



Las interpretaciones de los dos protagonistas son antológicas. Su enorme esfuerzo físico obtiene el premio de una veracidad impactante. Pero este esfuerzo estaría huero sin un verdadero actor que lo encarne. Merecido Oscar para los dos.













La película está contada en clave realista, lejos de las cadencias oníricas del anterior trabajo de este realizador canadiense, Café de Flore. Quizás el hecho de que reproduzca una historia verdadera (true events) sea el handicap que ha impedido al director elevar el vuelo.

miércoles, 19 de marzo de 2014

El PUENTE


Bron / Broen
2011/2013










El puente de Øresund es una megaestructura que une Suecia y Dinamarca a través del estrecho del mismo nombre. Esta serie lo elige como emblema y centro neurálgico de sus tramas, tan absorbentes como intrigantes.
Justo en la raya que indica la frontera sobre el puente, aparece una noche el cadáver seccionado de una mujer. Vientre y piernas en Dinamarca, torso y cabeza en Suecia. Esta es la presentación. A partir de ahí se forma un grupo policial conjunto encabezado por una inspectora sueca, Saga Norén (Sofia Helin) y uno danés, Martin Rohde (Kim Bodnia).

La serie tiene sólo dos temporadas de diez capítulos cada una y son autoconclusivas. Los capítulos son verdaderas películas de 60 minutos y el grado de intriga y complejidad dramática que atesoran es muy elevado.

Se trata de una serie con criminal admonitorio al estilo de Seven. La primera temporada se centra en el TDV (el Terrorista De la Verdad, lo llaman en la red). Un verdadero psicópata que se plantea colocar a la sociedad de estos dos países nórdicos ante la cruda realidad de cinco problemas sociales: explotación infantil, periodismo corrupto, discriminación racial, pobreza, etc. Un crimen impactante situará el problema en todos los telediarios.
La segunda temporada se centra en un grupo de jóvenes que practican el eco-terrorismo justo en las semanas previas de una Cumbre mundial sobre el Medio-Ambiente.

A unas tramas principales, elaboradas y complejas, hay que añadir dos valores. Las tramas paralelas de un nutrido grupo de personajes que, en principio desconectados, confluyen en la resolución final. Y sobretodo, el dibujo de los dos policías protagonistas. Saga Norén es un brillantísimo hallazgo que permanecerá en nuestra memoria. Se trata de una inspectora con síndrome de Asperger que esconde un terrible y secreto pasado. (El Asperger es un trastorno del espectro autista que se caracteriza por falta de empatía con los compañeros y escasas habilidades para la interacción social, lo que lleva a respuestas brutales y muy directas o a interpretar ironías de forma literal. Sheldon Cooper (The Big Bang Theory), el Doctor House o el propio Sherlock Holmes son otros ejemplos de este tipo de personajes brillantes y detallistas pero inadaptados sociales). 
Martin por su parte es danés  y está en su tercer matrimonio. Es cálido en el trato y un poco mujeriego (allá arriba se conoce a los daneses como los latinos del norte). Complementa la mente analítica de Saga con brillantes intuiciones. La chispeante química entre ambos es uno de los grandes atractivos de la serie. Sus conversaciones en el coche o mientras toman café son geniales: hablan de la familia, del sexo y de las relaciones. El contraste entre sus caracteres provoca situaciones muy curiosas y hasta cómicas.

Cada temporada está partida en dos de modo que lo que en principio aparece como una conspiración, posteriormente adquiere un carácter más enfermizo y personal. En la primera temporada los datos estadísticos sobre la injusticia denunciada que acompañan cada crimen, dejan paso a una venganza personal que afecta al propio Martin Rohde. En la segunda, los cuatro jóvenes activistas que organizan los primeros atentados aparecen muertos en el 3º capítulo. 

El comienzo de esta segunda temporada no es menos impactante que la primera. Un barco con rumbo errático acaba chocando contra los pilares del puente. Al rescatarlo descubren en su interior seis cadáveres muertos por una peste.
El desarrollo de esta investigación es todavía más intenso y complejo que la anterior. El misterio y la expectación que genera es formidable. Además cuenta con las visitas carcelarias de Martin a Jens, el inteligentísimo asesino de la primera temporada. Estos encuentros tienen una enorme fuerza dramática y nos recuerdan un poco las visitas a Aníbal Lecter.
Los tres capítulos finales de cada temporada son muy potentes. El de la segunda  deja a los dos inspectores destrozados.
Es admirable la estructura narrativa, con multitud de tramas y personajes que enriquecen notablemente el relato. En la temporada uno está la concejal que busca desesperadamente un donante de corazón para su marido moribundo, el periodista que se convierte en vocero del asesino o un asistente social de métodos muy particulares. En la dos nos encontramos con una babysitter con síndrome de Munchausen y a Saga Norén conviviendo con un novio....¡Dios mío!

La gélida ambientación es otra seña de identidad: no hay calles ni personas, solo los policías y planos generales de una ciudad de hormigón y cristal. La atmósfera que se crea resulta verdaderamente especial. El ritmo y la intriga se benefician de una forma de presentar los hechos muy enigmática: un mendigo es capturado y sometido a una lenta exanguinación transmitida vía internet. Un chapa con el emblema de un sapo aparece en las escenas de envenenamiento. Cinco tíos con traje y máscaras de animales aparecen en la web con sus proclamas ecologistas. Alguno de los implicados de pronto son raptados y sometidos a mortales pruebas de laboratorio. 
Incluso la banda sonora destila intriga. La canción de los créditos es "Hollow Talk", obra del grupo danés Choir of Young Believers.

La intriga está construida magistralmente. En una entrevista con la responsable de la RadioTelevisión danesa decía que habían ido a EEUU a estudiar su método de producción y después habían construido el suyo. La diferencia estriba en que el método nórdico sitúa a los guionistas en la cumbre del sistema y eso se nota. Bron/Broen es el tercer producto de calidad indudable y éxito internacional después de The Killing y BorgenThe Killing tuvo un feliz remake norteamericano; pero con El Puente se han perpetrado dos infumables remakes, uno norteamericano The Bridge y uno anglofrancés, The Tunnel.

Hans Rosenfeldt es el reputado guionista sueco que está detrás. Ya en 2003 creó la serie de culto de ciencia ficción De Drabbade y en 2010 presentó a la televisión sueca la idea de Bron/Broen. La emisión en la BBC inglesa fue el espaldarazo definitivo multiplicado por el boca a boca. En Septiembre de 2013 se estrenó la segunda temporada y actualmente se rueda la tercera ¡Hurra! 



P.D. El puente de Øresund es uno de los más espectaculares del mundo. Fue construido en el 2.000, tiene una longitud total de 16 kilómetros y une Dinamarca con Suecia a través del estrecho del mismo nombre. Hasta entonces todo el tráfico se realizaba en ferry.
De hecho son tres puentes. Desde el extremo sueco hay uno de aproximación hasta el puente central, elevado más de 200 metros sobre el nivel del mar, que permite la circulación de barcos por el estrecho, y otro de aproximación a Dinamarca que muere en un isla artificial. Desde allí la autovía y el ferrocarril continúan por un subterráneo hasta Dinamarca.
La isla artificial (Peberholm) se construyó con parte de los materiales extraídos del estrecho a medida que se excavaba el tunel y los huecos para los pilares.

sábado, 15 de marzo de 2014

PUNTO de FUGA - de David Markson


Reproduzco las cuatro primeras páginas de este industrioso libro de Markson. Esto dará un idea del revoltijo de referencias, calamidades y absurdos que se acumulan en sus páginas.
Un Autor reúne miles de fichas con datos y anécdotas para escribir un libro. Finalmente le puede la desidia. Los zarandeos de su mente van del arte a la literatura y a la ciencia y a la historia. Parece arbitrario; pero yo creo que no lo es. En una entrada leemos: "Y otra vez, Autor no siente haber perdido tiempo sin mecanografíar, pues ya acomodó y cambió de lugar las fichas. Está casi seguro que la mayoría se encuentra en el orden correcto". Como esas fotos gigantescas compuestas de fotos menudas y únicas, todo este puzzle nos habla. Habitualmente dirige la mirada a las zapatillas de los grandes hombres, a los aspectos más comunes y rastreros de sus vidas. Vanidad y banalidad se cortejan ante algunas gestas de genio.
Su lectura posee un efecto extraño. No puedes dejar de leer. A veces parece como "un programa del corazón" habitado por infidelidades e inquinas; pero las más de las veces su mirada se dirige a lo grotesco, absurdo y hasta azaroso de la vida creativa.




"Autor por fin ha comenzado a darle forma a sus notas.

Cierta marina de Henri Matisse fue colgada de cabeza en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, y permaneció así durante mes y medio.

La aguja del velocímetro se inmovilizó en 145 kilómetros después del choque que mató a Albert Camus, algo así como noventa millas por hora.
 El conductor de otro vehículo dijo que el auto lo rebasó a mayor velocidad.

El padre de Leonardo da Vinci tuvo cuatro esposas.
Ninguna fue la madre de Leonardo.

En principio, Hector Berlioz sería médico.
Hasta que huyó de golpe por una de las ventanas del hospital en su primera disección.

Autor ha estado garabateando sus notas en fichas de tres por cinco pulgadas. Ya casi llena dos cajas de zapatos unidas con cinta adhesiva.

Bertrand Russell era veintiniún años mayor que Wilfred Owen.
Y viviría cincuenta y dos años después de que ametrallaran al segundo en Francia en la primera guerra mundial.

Tocan como marranos.
Así explicó Arturo Toscanini su negativa disculparse con los músicos de la Ópera metropolitana después de insultarlos en italiano.

Veinticioinco años después de que ella terminara con su relación, Charles Dickens tuvo una cita con Maria Beadnell, su aún recordado primer amor.
Y le pareció gorda, cursi y tonta.

De las primeras notas biográficas de Rembrandt: podía leer tan sólo el holandés más elemental , y con dificultad.

Rembrandt.

Werner Heisenberg tenía 31 años cuando ganó el Premio Nobel.
Y nueve años antes había obtenido C en su examen doctoral.

Según confiesa el propio William Butler Yeats, a sus 27 años no había besado todavía a ninguna mujer.

La Biblioteca bodleiana en Oxford, a mediado del siglo XVII, cambió un Primer folio de Shakespeare por un Tercero, con la idea de que estaba más completo.

En realidad, Autor pudo haber comenzado a escribir a máquina hace algunas semanas. Por alguna razón, lo ha postergado.

Karl Marx nunca visitó en su vida el interior de una fábrica.

En sus visitas a Mecenas en Roma, décadas antes del comienzo de nuestra era, Virgilio y Horacio disfrutaban de su piscina templada.

A los 37 años de edad, en Key West, Ernest Hemingway golpeó a Wallace Stevens en una pelea inexplicable.
Stevens tenía entonces 57 años de edad.

Ciento sesenta mil espectadores habían pasado frente a Le Bateau sin hacer ningún comentario del Matisse de cabeza, antes de que lo colgaran correctamente.
Le Bateau - Marisse  (al derecho y del revés)

A los 7 u 8 años, Sigmund Fredud se orinó a propósito en el piso de la recámara de sus padres.

Aaron Copland, al escuchar la Quinta sinfonía de Ralph Vaughan Williams:
Es como mirar a una vaca fijamente durante cuarenta y cinco minutos.

Mark Twain olvidó el nombre de Becky Thatcher en los ocho años que pasaron entre Tom Sawyer y Huckleberry Finn, donde la llamó Bessie Thatcher.

La anécdota de Thomas Hardy en la que busca una palabra en el diccionario de cuya existencia no está seguro y descubre que él es la única autoridad citada para su uso.

Al parecer, todo los amigos íntimos de Byron, Shelley, por ejemplo, debían dirigirse a él como my lord.

Corina derrotó a Píndaro cinco veces seguidas en los concursos de poesía en Tebas.
Píndaro la llamó cerda.

Emerson fue citado en un texto por criticar a Swinburne.
Swinburne lo llamó mandril chimuelo.

"Palabrería", así calificó Melville a Emerson.

En 1913, en Boston, mientras dirigía Don Giovanni, Felix Weingartner dejó de lado la batuta y se unió a la ovación después de Il mio tesoro de John McCormack.

A decir verdad, una de las causas que justifican el que Autor postergue es que, últimamente, parece no tener mucha energía.
Ni para el trabajo, ni para nada más.

A los 73 años de edad, Charles Ives ganó el Premio Pulitzer por su Tercera sinfonía.
Que escribió a los 30.

Keats. Preguntándose en voz alta dónde estaría Shakespeare sentado cuando escribió: Ser o no ser.

Editorial VerdeHalago
Una y otra vez, Picasso utilizó las paredes blancas de cal de las villas que rentaba para bosquejar. En cierta ocasión, uno de los caseros le pidió cincuenta francos por darle al muro una capa de pintura.
Picasso se divirtió durante años preguntándose si ese hombre sabía el valor que esos bosquejos tendrían. 

No puedo escuchar música muy seguido. Me hace decir estupideces agradables.
Dijo Lenin.

La leyenda de que, nueve meses después de su muerte, Dante se le apareció a uno de sus hijos en un sueño y le dijo dónde encontrar los últimos trece cantos de Paraíso, que hasta entonces se creía que no había escrito."

jueves, 13 de marzo de 2014

NOCTUARIO - de Thomas Ligotti







"Lo siniestro, lo terrible, jamás nos engaña: el estado que nos aporta es siempre un estado de lucidez. Y sólo ese estado de descarnado conocimiento nos permite una comprensión total del mundo que tenga en cuenta todas las cosas." 

Así reflexiona el protagonista del cuento La Medusa y esa parece ser la aspiración de Thomas Ligotti, un conocimiento de la realidad que va más allá de los sentidos y hasta de los sueños. 
Para ello el autor nos hace transitar por unos territorios oscuros y apelmazados, cuya realidad es inconstante y donde los edificios y habitaciones palpitan y se deforman como si fuesen engendros del abismo. 
El estilo de Ligotti es elusivo y tortuoso; sus historias, perturbadas; y sus mundos se agitan en plena fermentación. "Los lugares deben verificar su existencia", llega a escribir. En sus páginas desaparece el tejido de la realidad para asomarse a espacios siniestros, plenos de desasosiego. 

Nocturario se divide en tres secciones. Las dos primeras contienen narraciones con personajes, mientras que la última, titulada Cuaderno de la noche, se compone de breves textos que alumbran fogonazos o atisbos de una mente delirante, clarividencias y descripciones de escenarios alucinados traspasados por un extraño lirismo.

Pareja zoomorphe en gestación - Max Ernst
Muchos personajes afrontan la febril búsqueda de un dios particular que los conduce a una torva inmolación. Así ocurre en La Medusa o El prodigio de los sueños. El ansia cósmica y los rituales lo emparentan directamente con H.P. Lovecraft.
"Por mucho que haya aprendido y viajado, esta no se encuentra entre las deidades de las que haya oído hablar, no está entre esas divinidades de las que haya podido reírse. Podría estar remotamente relacionada con esos númenes de los sistemas romanos de alcantarillado y pozos ciegos. Pero no es una simple Cloacina, ni un Mefitis o Robigo. Este dios es conocido por el nombre de Cynothoglys: el dios sin forma, el dios de los cambios y la confusión, el dios de la descomposición, el dios enterrador tanto de dioses como de hombres, el metaenterrador de todas las cosas." pág 82
Esta blasfemia inquisitoria, tan lovecraftiana, también la encontramos en El Tsalal, un largo cuento sobre el poblacho de Moxton, "una ciudad esqueleto", donde ha venido a parar un impío sacerdote con su hijo. 
"¿Recuerdas Andrew, las aventuras de un tal Arthur Pym en una tierra fantástica donde todo, sus gentes y el paisaje, es de una negrura perfecta: el país antártico de Tsalal? Era esta una de las mejores evocaciones que encontré sobre esa negrura que nadie había visto jamás, una revelación literaria de la existencia sin alma ni sustancia, sin signfiicado ni necesidad." pág. 121
El chivo expiatorio, el sacrificio ritual será la convocatoria para los habitantes de Moxton justo cuando "el misterio del caos" comience a actuar. Las imágenes de este pueblo perdido en medio de la Nada y la inconsciencia son formidables. Los habitantes son testigos de fenómenos grotescos y repugnantes, pero cuando van a referirlo "sus palabras se vuelven confusas. Habían visto algo y, sin embargo, no habían visto nada."

En Demente velada de expiación un científico desaparece para bucear en el plan maestro del Supremo Hacedor. "Lo único que tenía el Creador en mente era una atracción de feria de tercera categoría". Para ello creará una desventurada máquina, El Rayo Sagrado, el Ojo del Creador, con el que desvelará el misterio.
El Ojo del Silencio -  Max Ernst

Pero entre sus referentes también podemos citar a Walter de la Mare. Así en Conversaciones en una lengua muerta el autor repta por la mente de un pedófilo asesino, enclaustrado en su cubil, esperando la oportunidad que le brinda cada año el Halloween.
También en El ángel de la señora Rinaldi donde los sueños rastrean la perdición de un niño. "Aunque me privara del privilegio del descanso natural, quizás obtuviera algún beneficio: la terrible opulencia del sueño, un mundo rico y henchido alimentado de la extenuación de la carne. El mundo, de hecho, tal cual es." La madre lo lleva a la Sra. Rinaldi que posee un angelical remedio. Aunque los sueños son pertinaces.

El extraño diseño del maestro Rignolo es quizás la más clásica de las narraciones, donde encontramos a un pintor capaz de transponer esa verdadera realidad:  "Lo que quiero decir es que para habitar mis paisajes uno debe, y no en sentido figurado, transformarse en ellos."

El último cuento, La voz en los huesos, prácticamente carece de acción y podría considerarse el relato paradigmático de Ligotti. En él la realidad y el inconsciente se convierten en un magma negrísimo que se precipita al caos. 
"Comenzó a moverse de una habitación a otra en una laboriosa expedición y se convirtió en fugitivo en un mundo de retorcidas suposiciones. Una ventana permitía que penetrase alguna iluminación vidriosa, una luminiscencia cristalina, pero con frecuencia confundida debido a ciertas variaciones que percibía en los diseños de estas habitaciones. Forzado a doblar una esquina invisible, llegó hasta una pequeña puerta, y por el vano se divisaban finas líneas de luz que aparecían y desaparecían de forma intermitente en la oscuridad. Abrió la puerta. Al otro lado había un largo pasillo de techo bajo con una hilera de pequeños faroles que se apagaban y encendían al unísono a lo largo de ambas paredes. Se quedó quieto y observó. Y es que tuvo la impresión de que algo brotaba en el pasillo durante los intervalos de oscuridad, un enjambre de oscuras formas que apenas se dispersaban de forma imperfecta cuando volvía la luz, retorcidos espectros que de alguna manera pertenecían a las propias paredes y se extendían con deformes miembros. Se agachó y luego cruzó los brazos sobre el pecho para no tocar nada que no debiera ser tocado. Cuando la luz volvió a inundar el pasillo, echó a correr por él y se sintió lanzado hacia delante, extrañamente propulsado por una fuerza que no era la suya propia y que no podía controlar. Se quedó trabajo en una barandilla, lo cual evitó que se desplomarse por el hueco de una escalera que se perdía en las oscuras profundidades. " pág 173
Andrés Rabadán
No falta el carácter ritual de su protagonista entregándose a unos dioses terribles.
"El que había soñado sobre huesos y sombras -huesos y sombras mezcladas- hablaba con estas voces y conocía el verdadero nombre que llamaba a su poseedor hacia las sombras emvolviéndolo con pliegues de negrura y arropándole en su mortaja" pág 180.
Ligotti representa un terror filosófico, donde abunda el retrato de un ser humano alienado. En la presentación de sus relatos el mismo autor nos revela que
"La experiencia de lo extraño es un hecho fundamental e inexorable en nuestra vida. Existe un conocido relato en el que se cuenta lo que sigue: Un hombre se despierta en medio de la oscuridad y alarga el brazo para coger las gas de la mesilla. Alguien o algo coloca las gafas en su mano. (...)  Entonces, la propia mente del lector se llena de la oscuridad de aquel dormitorio en el que alguien, cualquiera persona, se despierta. Así pues, el interior del cráneo del lector se transforma en las paredes jalonadas de sombras de aquel dormitorio y todo el drama transcurre en un lugar del que no se puede escapar".
En estas palabras iniciales reflexiona sobre el fatalismo y lo enigmático de una realidad macabra. La que refleja en sus cuentos donde abundan habitaciones inconsistentes, ambiguos maniquíes, torres abominables de las que solo se puede huir hacia profundidades de locura y dioses atroces que apuntan al "desnudo horror de la Nada".

Por el prólogo de Jesús Palacios conocemos que Ligotti sufrió durante años una profunda depresión. También que es un autor reticente y poco dado a la publicidad que, según confiesa, dedica la mayor parte del tiempo a ver en su casa telebasura.

martes, 11 de marzo de 2014

La CICATRIZ - de Marco Denevi





Según Gustav Büscher (El libro de los misterios, Barcelona, 1961) el arqueólogo alemán Hilprecht descifró los caracteres cuneiformes inscriptos en dos piedras que desenterró de las ruinas de Nippur, Babilonia, gracias a un sueño revelador: en ese sueño, un sacerdote, luego de aclararle que las piedras eran las dos mitades de una tabla votiva, le explicó el contenido de la inscripción. Al día siguiente Hilprecht pudo descifrar la escritura sin ninguna dificultad. Conozco un caso todavía más extraordinario de sueño revelador. Ascanio Baielli leía todos los domingos de 1960, por el servicio de la Radiodifusión Italiana (RAI), una serie de relatos ya imaginarios, ya históricos, agrupados bajo el título de Storie per la sera della domenica (Cuentos para le velada del domingo). "La anunciación del traidor", incluido en la presente antología, es uno de esos relatos.
Pues bien: un sábado Baielli preparaba el material para la audición del domingo siguiente. Ninguno de los dos o tres textos que había escrito (más bien que había esbozado) lo satisfacía. A la madrugada, vencido por la fatiga, se durmió. Soñó que él era un muchachito de no más de doce años. Se veía a sí mismo vestido como un humilde mancebo del Quinientos, flaco, débil y esmirriado. Otros pilluelos lo perseguían, le arrojaban piedras, lo cubrían de burlas y de insultos. Y él corría, corría por las callejuelas enredadas y sombrías de una ciudad de aspecto medieval, llegaba a las afueras, se escondía entre unos matorrales, temblaba de miedo, lloraba de rabia, jurando vengarse de sus perseguidores.
Desde su escondite veía pasar una columna de soldados. Al frente iba un condottiero. Él admiraba los trajes, las armas, las plumas, los estandartes, las gualdrapas, los arneses. Pero lo que más admiraba era la larga cicatriz que el condottiero lucía en su rostro. Larga y temblona, nacía en el párpado derecho para morir en el centro del mentón, después de atravesar, como un río lento, la llanura de la mejilla. El condottiero cabalgaba medio adormilado, la vista perdida en la torva cavilación y en el ensueño. Pero la cicatriz miraba por él, hablaba por él, lo volvía despierto y terrible. La cicatriz avanzaba por el camino como una bandera de guerra, atronaba la tarde como la deflagración de la pólvora, como una fanfarria de bronces marciales. La cicatriz pasaba y todos los demás rostros parecían palidecer, como bajo la luz del sol en un eclipse. Hasta que el cortejo se perdía entre la bruma y el polvo.
Entonces el muchachito se dirigía a una casa solitaria, y en un cuarto atiborrado de retortas, probetas y manojos de hierbas, un viejo con facha de brujo le tatuaba en la cara una cicatriz igual a la del condottiero. Precedido y seguido por la cicatriz como por un aullido, él caminaba otra vez por la ciudad de callejuelas siniestras, las gentes lo miraban y se apartaban, los granujas que lo habían vejado se escondían en sus casas, el muchachito ahora marchaba erguido y desafiante.
Paolo Uccello  -  La Batalla de San Romano


De pronto se veía un hombre hecho y derecho, al frente de una tropa de mercenarios. Atravesaba ciudades, campos, viñedos. Un silencio de pasmo y de terror los flanqueaba. Oía a sus espaldas el temeroso bisbiseo de la villanía: Ecco l'Impunito, ecco l'Impunito! Con secreto regocijo, con secreta angustia, pensaba que todo se lo debía a su feroz cicatriz, pero que si el engaño era descubierto lo aguardaba un destino ominoso, las befas, el desprecio, sin duda la muerte. A ratos sentía la tentación de espiar hacia uno y otro costado a ver si entre la turba de campesinos o semioculto detrás de un árbol algún débil muchachito lo estaba mirando. Entonces lo habría llamado, le habría revelado, a él solo, sin que nadie lo oyese, la verdad de la mentira de su cicatriz, le habría dicho: Ve, hazte tatuar una herida como la mía y estarás a salvo. Pero enseguida se arrepentía y seguía adelante sin volver la cabeza, porque no podía defraudar a ese muchachito, si en verdad existía y estaba allí, porque él debía ser, para el muchachito, la misma figura implacable y abismal, que no condesciende siquiera a una mirada de soslayo, que el condottiero había sido para él.
Después llegaba con sus mercenarios a un pequeño valle surcado por un río. Y de golpe, entre los árboles, brotaban soldados como hormigas, y él experimentaba una angustia tan intensa que Ascanio Baielli despertó.
L'Impunito. ¿Dónde había oído antes, dónde había leído ese nombre? Consultó diccionarios, enciclopedias, libros de historia. En los Saggi sopra il secolo XVI, de César Cantú, halló este párrafo: "En 1587 el grueso de las tropas papistas fue diezmado por los imperiales en una emboscada que le tendieron en los alrededores de Valderrosa. Pero más que la sorpresa, lo que desconcertó a los soldados de Adriano VII fue la increíble conducta de su jefe, Giambattista Crispi, llamado l'Impunito, que sin oponer la menor resistencia se dejó matar por un oscuro condottiero enemigo, un viejo que a la sazón contaba más de setenta años. El Papa, rabioso, atribuyó el inexplicable hecho a una brujería, en tanto que los partidarios del Emperador de Alemania escupieron sobre el nombre de un cobarde, lo que, frente a los antecedentes de l'Impunito, pareció una fanfarronada injuriosa".

La noche del domingo, Ascanio Baielli terminó su relato con estas palabras: "Tal vez nosotros podamos conjeturar la verdad. El condottiero y Giambattista Crispi se encontraron, se miraron. Cicatrices idénticas refulgían en sus rostros. Pero el condottiero debió comprender enseguida que aquellas dos cicatrices no podían ser reales, que una tenía que ser falsa, la copia de la verdadera. O habrá sido l'Impunito el que sintió la vergüenza de esa confrontación, el que entendió que su valor, como su cicatriz, podía engañar a los demás pero no podía engañar al condottiero. Y convertido otra vez en un muchachito débil y pusilánime, se habrá dejado matar por el único hombre que podía matarlo. Y quien sepa hacerlo, que extraiga de esta historia la moraleja que yo no me atrevo a añadirle".




Marco Denevi nos es presentado por Fernando Sorrentino de este modo tan luminoso: "Marco Denevi, prodigioso inventor de mundos ficticios".


(...)

El perfecto mecanismo de relojería

Según se sabe, Rosaura a las diez es una novela estructurada en cinco partes. En cada una de ellas, distintos narradores aportan diversas informaciones sobre los extrañísimos sucesos que tienen como protagonista al inolvidable Camilo Canegato, uno de los personajes -creo yo- física y psicológicamente mejor logrados de la literatura mundial.
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El lector, después de haber examinado los cinco “documentos” que el autor aportó absteniéndose del mínimo comentario, ahora y sólo ahora (en las últimas líneas), se halla en posesión de toda la información necesaria para saber qué había ocurrido realmente.
(...)
Es verdad que la estructura narrativa de Rosaura es ingeniosa y brillante. Pero, en realidad, este hecho -puramente técnico- reviste una importancia menor. Lo maravilloso de la novela estriba en que todo lo que se narra en ella resulta, todo el tiempo y a lo largo de todo el libro, sencillamente fascinante.
Como en la vida misma, se alternan los niveles de lengua y cada personaje habla exactamente como debe hablar; un rasgo patético nos angustia y los enigmas nos intrigan; de pronto el mejor humorismo nos hace reír de buena gana; las sorpresas y las continuas vueltas de tuerca nos recuerdan, una y otra vez, que la realidad puede tener (y, de hecho, tiene) infinitos rostros, y que ninguna cosa es, en rigor, siempre lo que parece ser.

Los hermanos de Rosaura
Pero la obra de Denevi no termina en Rosaura a las diez.
Vemos en sus narraciones predilección por los personajes anacrónicos, los ámbitos cerrados, los ambientes atemorizadores, el misterio que suele latir tras las apariencias cotidianas.
Y hay un tema que aparece con una forma y luego regresa, con otro aspecto algo distinto, una y otra vez. Y es el tema de la sustitución de la personalidad. El motivo es central en Rosaura a las diez.

Unos años más tarde, Denevi vuelve a ganar un concurso literario importantísimo: el de la revista Life, abierto a todos los escritores hispanoamericanos. Su novela -relativamente breve- se titula Ceremonia secreta y se publica en 1961. Es una narración con misterios, con alguna reminiscencia gótica de “The Fall of the House of Usher”, de Poe, y con derivaciones policiales; todo esto, en el habitual clima de verosimilitud psicológica y con el exacto final al modo de un teorema. Tampoco aquí las cosas son lo que parecen ser, y hasta se confunden los planos de la vida y de la muerte: una mujer, para todos fallecida, permanece, sin embargo, viva en la mente de su hija.
(...)
Denevi es también un maestro del cuento corto y de las recreaciones literarias. Su libro Falsificaciones (1966) constituye una fiesta de la imaginación, el ingenio y el buen gusto: en estos textos breves arroja una insospechada e insólita luz sobre hechos históricos o literarios que parecían definitivamente fijados.
Hace poco releí el volumen Hierba del cielo (1973). Desde luego, ya no soy la persona que fui durante la primera lectura, realizada hace tantos años. Todo el libro es excelente, pero hubo tres cuentos que me dejaron casi temblando de emoción estética, tres cuentos prácticamente perfectos: “Charlie”, “Michel” y “Hierba del cielo”. No pude no decir: “¡Ojalá los hubiera escrito yo…!”.