domingo, 25 de mayo de 2014

REDENCIÓN - de Steven Knight

-Hummingbird-
Reino Unido, 2013








Casi de rebote me encuentro en la sala viendo esta Redención, sin expectativas ni prejuicios. Hace años que dejé a Stathan en su círculo repetitivo de películas de acción, ¡Qué tiempos los de Lock and Stock o Snatch, Cerdos y Diamantes!. Aunque el trailer pretende darte lo que se espera de un tipo como él, buenas dosis de mamporros y acción; para alivio mío, la película es otra cosa. 

Un ex-soldado de las Fuerzas Especiales (Joey Jones), torturado por su pasado, vagabundea por las calles de Londres. Tiene una compañera con la que se cobija en los callejones y conoce a una monja de origen polaco (Agata Buzek) que reparte sopa caliente entre los indigentes. Unos matones les golpean y roban una noche y se llevan a su compañera. Hay demasiadas mafias en las calles, la china y la rusa, pero Joey se remendará las heridas para intentar rescatar a la chica y buscar así su redención. Le ayudará la monja que también busca la redención de un crimen pasado.

La propuesta es original. Una monja (Christina) y un soldado (Joey) en el submundo de Londres. El problema es que los dos personajes están dibujados superficialmente. Ella cometió un crimen para huir de las violaciones que sufría en el equipo de gimnasia. Él se vengó en inocentes tras una reyerta en Afganistán. Pero ahora volverá a ser de nuevo implacable. Para moverse con libertad ingresa en la nómina de la mafia china. Con él asistimos con estupor al mecanismo del tráfico de personas en pleno siglo XXI y en el corazón de Europa.


Steven Knight debuta como director después de una interesante carrera como guionista. Ya nos había guiado por el tráfico de personas y las calles menos glamurosas de Londres tanto en la atractiva  Negocios ocultos  (de Stephen Frears) como en la magistral Promesas del este (de David Cronenberg).

La película es un thriller con las hechuras de un drama.  En el plazo de un verano tanto Joey como Christina deberán reorganizar sus vidas. Fatalmente el 1 de octubre todo se desencadenará. Pese a esta arquitectura fatídica, se hecha en falta una mayor ambición tanto a la hora de trazar el halo trágico del personaje, como en el mezcla de los ingredientes que maneja. Traumas de guerra, violaciones de niños, trata de personas y mafias: todos ellos ilustran la  intriga pero sin mayor trascendencia.  Aún así la trama se sigue con interés y además, las imágenes de Londres que nos presenta el excelente director de fotografía Chris Menges son de lo más sugerente (con el regalo añadido de una exposición de fotografías de Robert Mapplethorpe). A través de ellas nos vemos inmersos en eso que le dice Joey al depravado de turno en una terraza de la city: "yo vengo de ahí abajo".

El título original, Hummingbird (colibrí), tiene que ver con las pesadillas que sufre Joey. Cuando le asaltan sus tormentos la habitación tiende a llenarse de colibríes azules. No es la única imagen expresiva de la película. En otra vemos a Joey dentro de un trailer-contenedor, entre dos torres de cajas de embalaje. De cada caja asoma un brazo. También es muy significativo que la textura de las imágenes de los drones en Afganistán coincidan con las de vigilancia que persiguen a Joey por las calles de Londres. 

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