domingo, 11 de abril de 2021

LOS FAVORITOS de MIDAS - de Mateo Gil


Mateo Gil ya nos sorprendió gratamente filmando un thriller tan castizo y potente como Nadie conoce a nadie (1999) y -ahí es nada- la continuación del clásico Dos hombres y un destino, con el western crepuscular Blackthorne. Sin destino (2011), interpretado por Eduardo Noriega y el gran Sam Shepard. Ahora nos vuelve a sorprender con la adaptación de un relato tan magistral como clásico de Jack London, The minions of Midas (1901), y lo hace con inteligencia suma, penetrando en su significado y llevándolo incluso más allá. Porque mientras que el cuento acaba con el suicidio del protagonista, maniatado por una conspiración colosal, Mateo Gil se atreve a plantearnos otro tipo de confabulación global que nos ofrece una lectura muy provocadora sobre la sociedad de nuestros días. Un thriller en seis episodios que acumula grandes dosis de intriga y tensión.

La historia transcurre en un Madrid ligeramente distópico, con grandes rascacielos y continuas revueltas sociales en las calles, lo que en los telediarios internacionales aparece como la "revuelta española" (una violenta versión del 15-M). Los disturbios gritan el descontento social y denuncian el capitalismo feroz y la pérdida de derechos y oportunidades. Mientras tanto un empresario de éxito, Victor Genovés (Luis Tosar), es designado para dirigir un imperio empresarial y mediático, el Grupo Malvar, con un agonizante periódico como santo y seña, El Observador, que, a pesar de sus pérdidas, conserva su impronta como referente de independencia y veracidad. 

A las pocas semanas Genovés recibe una misiva con un extraño chantaje: Tiene que pagar 50 millones de euros a los autodenominados 'Favoritos de Midas' o matarán a una persona al azar, en un lugar y fecha previamente señalados. En caso de no pagar añadirán una nueva víctima cada cinco días hasta conseguir su objetivo. Lo que en un principio se toma como una broma, pronto adquiere un carácter trágico. Efectivamente, llegado el momento, una víctima anónima muere a la hora y en el lugar indicados. Una enorme carga moral acaba de precipitarse sobre Genovés. 


La serie aúna una densa intriga y un cierto debate moral: ¿son compatibles la conciencia social y el poder económico?. En principio Genovés es un hombre íntegro que ha accedido al puesto de CEO por expreso deseo del creador de la empresa recientemente fallecido, el cual admiraba su coraje y honestidad. Su primera decisión será si publicar o no un artículo de investigación donde se denuncian los negocios oscuros de un banco español con grupos terroristas. Contra la opinión del Consejo de Administración, Genovés se la juega y lo publica, en aras de la transparencia y la verdad. Consigue con ello un éxito rotundo, saliendo reforzado en su liderazgo. Pero al poco tiempo tiene que enfrentarse a una reprobación de su propio Consejo (el Banco de marras también es accionista del periódico) y a la extorsión de los "Favoritos de Midas".

El ejecutivo vuelve a estar en una encrucijada de lo más compleja, una críptica trama criminal donde contará con la ayuda del inspector Conte (Willy Toledo) y la periodista de investigación en plantilla Mónica Báez (Marta Belmonte), con quien acaba teniendo una relación amorosa. La trama y el desarrollo dramático se apoya en estos personajes muy bien caracterizados y brillantemente interpretados. El inspector Conte se cree la historia del ejecutivo a pesar de la ausencia de pruebas, ya que los crímenes anunciados y ejecutados acaban teniendo la apariencia de accidentes. Por su parte la periodista busca contrarreloj pistas y antecedentes de algo semejante. También aparece episódicamente Mª José "Jose" Alba (Marta Milans), superejecutiva de una multinacional que ofrece a Genovés un acuerdo para absorber su empresa y convertirlo a él en multimillonario... pero dejando caer al periódico comprometido. 
La redacción de El Observador


Estas dos mujeres poseen un gran magnetismo. Cada una representa a los dos ejércitos de esta partida de ajedrez: la periodista despliega toda su integridad y compromiso con la verdad; enfrente Jose representa el poder económico que busca de cualquier modo la máxima rentabilidad. Mientras tanto los asesinatos se van produciendo con una precisión angustiosa, a la vez que el Consejo de Administración se prepara para votar el relevo de un Genovés prisionero de una red abrumadora. ¿Hasta dónde llega su responsabilidad en esas muertes al azar? ¿Parando la primera habrá otras más?

Poco a poco la investigación da sus frutos. Por un lado se insinúa que al predecesor de Genovés lo asesinaron y por eso designó, por sorpresa, a alguien bregado e íntegro. Por otro, Mónica encuentra a un empresario (Carmelo Gómez) que sufrió la misma extorsión, pero eligió pagar y retirarse de los negocios. La indiferencia de la Consejera de Interior por el caso y las amenazas que empieza a recibir Conte, les demuestra a todos que en este juego hasta sus vidas corren peligro.



En el cuento de London (aquí lo puedes leer en traducción de Borges), los Sicarios de Midas son una organización de proletarios intelectuales que ven la extorsión como el arma más eficaz para cambiar un sistema injusto. Mateo Gil y Miguel Barros dan al relato una vuelta de tuerca para presentar el chantaje no de abajo hacia arriba, sino entre los mismos poderosos que vigilan el mantenimiento del statu quo frente a los díscolos. Convierten así su relato en una metáfora sobre el capitalismo global como una poderosísima red de intereses  interconectados capaz de deshacerse de cualquier elemento que atente contra ellos. Como le dice el inspector Conte a un desconcertado Genovés: "¿Y si los favoritos de Midas fueran como un virus de la sociedad que puede contagiar a cualquiera, que se ha extendido por todos los órganos?" En este sentido, serán los favoritos de Midas quienes probarán el talante de Genovés al proveerle de munición (en forma de información privilegiada) para desbaratar la moción y mantenerse como presidente del Grupo Malvar. Lo cual le llevará a plantearse ¿prefiere mecerse en el elíseo de los dioses o luchar contra los elementos?.

Efectivamente, en el relato original el chantajeado elige suicidarse
"No hay sino un camino, en apariencia, como usted sin duda lo habrá descubierto. Pero queremos informarle que aún este único camino le está cerrado. Usted puede morir, pero reconociendo su fracaso. Tome nota de esto: Somos parte y porción de sus posesiones. Con sus millones pasamos a ser sus herederos y cesionarios para siempre. Somos lo inevitable. Somos la culminación de la injusticia industrial y social. Nos volvemos contra la sociedad que nos creó. Somos los fracasos triunfantes, los azotes de una civilización degradada".
Pero Genovés elegirá otra vía y ésta me parece la genialidad de Mateo Gil y Barros. Jack London era un utopista en un mundo mucho más pequeño; mientras que el mundo actual se ha lanzado ciegamente a una globalización aplastante, en la que los estados tienen cada vez menos poder para proteger a sus ciudadanos, cuando no se condena a la miseria (véase el mercado de futuros de los alimentos) a continentes enteros. Por eso me parece una lectura muy actual y solvente. 


Genovés está acostumbrado a luchar (y ganar), por eso cuando está depositando el maletín con los cincuenta millones en el punto acordado, y sospechando una guerra sin fin, encuentra una alternativa más provechosa para él... aunque sea a costa de sacrificar sus principios (y a su propia amante) e iniciar el descenso hacia la corrupción moral. Los dos últimos capítulos nos provocarán una estupefacción suprema, del mismo modo que la imagen final de la serie, con Genovés subiendo ufano a una limusina, nos da una bofetada en pleno rostro.  

Relato y serie comparten una funesta condena. En las educadísimas cartas que los sicarios de Midas envían al protagonista escriben, "somos lo inevitable".

Intensa y compleja. Muy buena.

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