martes, 13 de abril de 2021

O. HENRY, escritor de cuentos

                     


O. Henry fue el seudónimo con el que escribió William Sydney Porter, nacido el 11 de septiembre de 1862 en Greensboro, Carolina del Norte, y muerto en Nueva York, el escenario de muchos de sus cuentos, el 5 de junio de 1910, a los 47 años, minado por el alcoholismo crónico y los problemas económicos. Fue uno de los precursores del «cuento corto» (Short Story) estadounidense junto a Bret Harte y Edgar Allan Poe, dejando escritos unos 600 relatos que en muchas ocasiones escribió presionado por la pura necesidad económica.

Como muchos escritores norteamericanos O. Henry desempeñó múltiples profesiones antes de dedicarse por completo a la literatura. Trabajó como músico (tocaba la guitarra y la mandolina), pastor, delineante en la Oficina General de Tierras de Texas, empleado de banca, dibujante y periodista. A los quince años dejó la escuela para comenzar a trabajar en la droguería de su tío, gracias a lo cual obtuvo su licencia de farmacéutico a los 19 años. En 1882, con 20 años, se mudó a Texas buscando un clima favorable para sus problemas pulmonares. Allí encauzó su vida contrayendo un feliz matrimonio e ingresando como cajero y tenedor de libros en el First National Bank de Austin. En 1895 se muda a Houston, donde comienza a escribir un artículo diario para el Daily Post. 
Sin embargo al año siguiente tuvo que escapar de la justicia, huyendo a Honduras, al descubrirse una malversación de fondos que hizo en el banco. Allí, en un hotel de la ciudad de Trujillo, O. Henry escribió Cabbages and Kings, en el que acuñó el término “república bananera” para calificar al país, expresión que cuajó para referirse a estados inestables y corruptos. Apenas siete meses después regresó a EEUU para estar presente en el lecho de muerte de su esposa. Finalmente es condenado a 5 años de cárcel que son reducidos a poco más de 3 por buena conducta. Mientras estaba en prisión publicó 14 historias bajo distintos seudónimos para conseguir algún dinero con que mantener a su hija. Un amigo los enviaba a los editores para que no supiesen que el autor estaba en la cárcel.

Tras su liberación en 1902 y ya con el seudónimo de O. Henry se traslada a Nueva York. Desde diciembre de 1903 hasta enero de 1906, produjo un relato a la semana para la revista New York Sunday World. Eran narraciones donde exploraba las vidas y anhelos de la gente corriente que habitaba Nueva York. Su obra más conocida, Los cuatro millones, hace referencia al número de habitantes que dicha ciudad tenía a principios del s. XX. Para él cada uno de sus habitantes constituía "una historia digna de ser contada". 

En Nueva York vivió su época más prolífica, allí escribió 381 cuentos. En 1904 publicó su primer libro de relatos Cabbages and Kings, que incluía su famoso relato El cuarto amueblado. En 1906 publicó el que sería considerado su mejor libro de cuentos, The Four Million. En este aparecen sus relatos más conocidos, como El Regalo de los Reyes Magos, Veinte años después, El cuarto del tragaluz, Between Rounds, El policía y el himno y El cuarto amueblado. Más tarde aparecen Heart of the West (1907), The Voice of the City (1908) y Roads of Destiny (1909).

Los cuentos de O. Henry se han hecho justamente famosos por sus finas semblanzas de personajes y ambientes, su estilo directo (que nos refiere hechos insólitos ocurridos a gente común) y su humor paradójico donde no faltan los juegos de palabras; pero sobre todo por su admirable técnica narrativa en los finales. Sus relatos se convirtieron en ejemplo de construcción circular con un remate final sorpresivo y teatral. Jorge Luis Borges, que lo admiraba profundamente, dijo de él: «Edgar Allan Poe sostenía que todo cuento debe redactarse en función de su desenlace; O. Henry exageró esta doctrina y llegó así al trick story, al relato en cuya línea final acecha una sorpresa». 


O. Henry siempre se ganó la vida a duras penas. Se cuenta que cuando murió apenas era dueño de 23 centavos. Escribía acuciado por la necesidad y casi siempre acompañado de la botella tal y como ilustra la anécdota sobre la creación de su cuento más famoso, El regalo de los Reyes Magos. Comprometido para entregar un relato semanal a la revista New York World se estaba retrasando por enésima vez. Dado que el relato siempre iba acompañado por una ilustración, el editor le envió al dibujante para que le resumiera el cuento y así ir adelantando el trabajo. O. Henry no tenía ninguna idea y sí alguna copa de más de modo que para salir del paso se le ocurrió que la ilustración debía representar a dos jóvenes enamorados, sentados en una habitación modesta, ella con una espléndida cabellera, él con un lujoso reloj en las manos.
En tres horas y media, partiendo de esta imagen y con la ayuda de una botella de whisky, escribió El regalo de los Reyes Magos, probablemente el relato que le proporcionó mayor fama, y que ha sido llevado al cine en varias ocasiones.




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