domingo, 25 de febrero de 2024

BRIGHT MINDS - de Laurent Burtin, Alexandre de Seguins y Denis Alamercery

 






















Serie TV
Policiaca
2019, Francia
4 Temp.



Entre la nadería vocinglera de la televisión generalista, que suelo evitar, me he enganchado en A3Series a este policial verdaderamente disfrutable. Como en muchas obras desde Sherlock y Watson los detectives son una pareja, en este caso mujeres ambas y muy diferentes, tanto, que acaban siendo complementarias. La cabeza visible de esta insólita pareja es la comandante de la policía criminal Raphaëlle Coste (Lola Deweare), que encuentra a su inestimable colaboradora en los archivos criminales de la policía. Porque allí es donde trabaja como documentalista Astrid Nielsen (Sara Mortensen) una brillante y metódica joven de 30 años con síndrome de Asperger, trastorno que se incluye dentro del espectro autista.

Tanto ellas mismas como los casos que afrontan son de lo menos convencional. En principio no podríamos encontrar dos personas más dispares ya que Raphaëlle es impulsiva y caótica mientras que Astrid es metódica y ordenada hasta la compulsión. Pero ambas sabrán sacar partido de sus diferencias y combinando sus habilidades resolver casos de lo más extraño.

"Me gustan las adivinanzas, me gustan los acertijos", reconoce Astrid que es muy aficionada a los clásicos rompecabezas, tanto metálicos como de madera (es una delicia verla resolverlos), y de ahí extrae uno de los resortes mentales a los que recurre para afrontar los casos: "hay que analizar estas circunstancias desde otro punto de vista", suele repetir, buscando enfoques más creativos y originales. Pero éste no es más que uno de los atractivos de Astrid, auténtica protagonista de esta historia. Su trabajo de archivera de documentación criminal la convierte en una verdadera biblioteca andante con capacidad para relacionar casos y modus operandi que a cualquier otro se le escaparían. Y eso por no hablar de su capacidad analítica en la escena del crimen, en donde es capaz de captar detalles tan nimios (pero significativos) que acaban conduciéndola a una cómica competición con el forense de la brigada.  

La serie cautiva por la química evidente entre las dos actrices, la naturalidad de sus interpretaciones y un acertado toque de humor. Pero para mí son determinantes otros dos aspectos: la originalidad de los casos con que se topan y la profundización en el día a día de una persona con Asperguer.


Como se sabe un orden estricto, rígidos hábitos y mucha previsibilidad son los elementos imprescindibles para que estas personas puedan afrontar el caos de la vida diaria sin entrar en pánico. También han de vencer las enormes dificultades que tienen para las relaciones interpersonales y un alto grado de inflexibilidad en su comportamiento; pero el roce con la extrovertida Raphaëlle hará que Astrid pueda abrirse lo suficiente al mundo como para vivirlo con una nueva plenitud. Emociona ver cómo profundizan en su amistad así como apreciar los detalles que van evidenciando la influencia mutua que se ejercen. También es muy interesante el Taller de Habilidades Sociales al que acude periódicamente Astrid. Son un grupo de autistas que intercambian experiencias y quejas sobre sus relaciones con la gente normal, a los que ellos llaman "neurotípicos".

En realidad son las dos las que tienen dificultades para relacionarse con los demás; pero es porque son mujeres cabezotas y empoderadas: "estoy cualificada" le espeta Astrid a cualquiera que se extrañe de su presencia en una investigación. Lo bueno es apreciar cómo se van amaestrando la una a la otra. Astrid le enseña a Raphaëlle a ser menos caótica y Raphaëlle le enseña a Astrid a ser más flexible y aceptar la informalidad. Ni que decir tiene que las interpretaciones de Lola Deweare y Sara Mortensen destilan encanto y crisma por los cuatro costados.


El otro aspecto gozoso de la serie es la originalidad de sus enigmas criminales, que a menudo se presentan como inexplicables. Por ejemplo, una mujer es hallada muerta en la sala de Paleontología del Museo de Historia Natural. La causa de la muerte es ahogamiento (tiene los pulmones encharcados); pero no hay agua ni fugas por ningún lado. Otro. Un músico aparece muerto en un lugar casi inaccesible, entre los tubos de un órgano. Además no tiene ninguna herida ni golpe visible. El caso se complica cuando un profesor de piano muere en el Auditórium mientras alguien hace sonar un tema con el que está obsesionado, la Tocata y fuga en Re menor de Bach. Otro más. Un médico retira 8.000 euros del banco y se dirige a un parking donde introduce el dinero en una papelera y a continuación se baña en gasolina quemándose a lo bonzo.

Los crímenes siempre están relacionados con singulares motivos culturales como la Inteligencia Artificial, las brujas, los fenómenos paranormales, las teorías de la conspiración e incluso hay un asesinato relacionado con la Kábala (un judío parece haber sido asesinado por un golem). Aunque el ranking de curiosidades culturales es muy amplio y se nos presentan casos relacionados con la masonería y Hermes Trismegisto, la paleontología, y hasta la abducción extraterrestre; pasando por un asesinato relacionado con un maquiavélico juego de ajedrez o con el virtuosismo de Bach (al que Astrid es muy aficionada y cuyas explicaciones a Raphäelle posibilitan un intercambio de mensajes cifrados cuando una de ellas está secuestrada). 


Aviso: Lo que resulta cansino son los siete minutos de publicidad que la cadena mete cada veinte minutos. 

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