martes, 30 de abril de 2024

DAYTRIPPER - de Fábio Moon y Gabriel Bá


Esta novela gráfica te sorprenderá por su sencillez... y profundidad.
Es una historia fascinante y especial... aunque solo trata de la vida. 
Ni más ni menos.
Pero lo hace con emoción y verdad.
Tanta, que su lectura acabará inundándote de melancolía.

La obra relata -con absoluta naturalidad- las situaciones más triviales que jalonan nuestra vida y que, por eso mismo, resultan universales. Pocos habrá que no se sientan reflejados en este sincero y conmovedor relato sobre la magia que esconde el día a día de nuestras vidas.

Brás de Oliva Domingos es un tipo como cualquiera de nosotros. Al principio tiene 32 años, vive en Brasil y es redactor de necrológicas en un periódico, aunque su sueño es convertirse en escritor. Copiando el puzle de la vida -donde se mezclan momentos grávidos y banales-, la obra se compone de diez capítulos que recorren su vida de forma no lineal. Comienza con 32 años y en el siguiente episodio tiene 21, cuando se encuentra de viaje sabático antes de acudir a su primera entrevista de trabajo. En el siguiente tiene 28 y luego 41, momento en que afronta su primera paternidad. En el capítulo cinco Brás es un niño de 11 años que trastea en el universo feliz de la finca de sus abuelos. En el capítulo seis vuelve a tener 33 años y un accidente de avión inunda su escritorio de necrológicas pendientes. 

Cada uno de estos episodios está narrado con una frescura inigualable. Quién no recuerda con un halo de felicidad su infancia, el primer beso, el primer amor, el primer viaje con tu amigo veinteañero para sentirte el rey del mundo, la amistad perdurable. Y también la primera ruptura, la infausta sombra del padre, la frustración de un trabajo rutinario y las pérdidas irreparables... momentos cotidianos pero trascendentales en nuestro recorrido vital.  

Daytripper es un término inglés que designa a quien hace una excursión de un único día; aunque también tiene un uso despectivo equivalente a “dominguero”. Pero es evidente que aquí se refiere a la excursión vital que supone cada momento de nuestra vida. Así los capítulos van sumando capas y capas sobre la infancia, el amor, la amistad y el sentido de la vida sin que falte la acechanza de la muerte... Y es que al final de cada episodio Brás siempre muere ineludiblemente: de accidente de tráfico, de un ataque al corazón, de cáncer, en una reyerta de bar... En este recurso narrativo podemos encontrar la clave de este lúcido relato: la hermosura y a la vez la fragilidad de la vida. 

Aunque no me cabe duda de que también hay un componente irónico. Qué sería la vida sin humor. Cada vez que muere Brás la viñeta tiene un cartucho que en sí mismo es una necrológica. Como reconociendo que todos llevamos la nuestra cosida a la camisa. Cuando muere en el viaje sabático la cartela dice:
«Brás de Oliva Domingos visitaba Salvador de Bahía a tiempo para unirse a la celebración de Iemanjá, el día 2 de febrero. Junto a miles de personas fue a Rio Vermelho para ofrecer "regalos" a la reina del mar, pero esta vez ella pidió mucho más de lo que ofrecía.
Cada año, el número de víctimas por ahogamiento durante las festividades aumenta, al igual que el número de hijos concebidos en las arenas de Salvador, evidenciando que Iemanjá puede dar tanto como quita. Él tenía 21 años».
Una ironía que aparece constantemente. En el capítulo en el que tiene 28 años muere atropellado por correr tras una chica de la que se había prendado. 
«La vida de Brás de Oliva Domingos comenzó hace 28 años y terminó el viernes por la mañana, cuando fue atropellado por un camión mientras regresaba de tomar su café matutino. Él siempre estaba allí cuando sus amigos y familiares lo necesitaban, y él, como todos, trataba de encontrar el camino en el desierto de la vida, que le condujera al oasis que todos llamamos "Amor"».
Los gemelos Fábio Moon y Gabriel Bá logran que el dibujo y el guión funcionen como un todo, lo que sumado al uso del color que hace Dave Stewart (reforzando la idea de pasado, felicidad, esplendor o muerte) convierten a cada episodio en un álbum de emociones. Todo suma. 

La composición de las páginas es muy dinámica. Las hay con una, dos, tres u ocho viñetas según la situación o el diálogo necesite respirar más. Porque hay un uso muy preciso del sobreentendido y la elipsis. Con ello los autores permiten que el lector participe en el relato.
Y no quiero olvidarme de las portadas que tuvieron cada uno de los diez episodios. Geniales en su grafismo y síntesis.*


El cómic enseguida sintoniza con el corazón. Es realista pero tiene la textura de un cálido recuerdo. Dado que transcurre en Brasil podíamos pensar que todo esto tiene que ver con el realismo mágico. Pero yo creo que no. La magia que practica el álbum es la de recoger y hornear aquello que da sazón a la vida. Porque la vida es eso que se nos escapa... aunque estas páginas logran cristalizarlo. Creo que todas las veces que vemos morir a Brás -de niño, de joven, de adulto-, son la expresión cabal de la fragilidad. En cualquier momento podemos morir, parecen clamar... pero hemos de continuar. Así obra este cómic. Tras el fin de cada episodio hay una especie de reinicio cósmico en el que Brás vuelve a palpitar. Es como decir que cada día es un milagro que vuelve a comenzar.

De hecho así es como apodó su madre a Brás, "mi pequeño milagro"; porque durante el parto se fue la luz en toda la ciudad y volvió justo cuando él nació. Además tampoco podemos parar. La vida es acción y transcurre. Cosa que no entendió Jorge, el amigo de Brás. Queda totalmente impactado cuando pierde un avión y éste se estrella muriendo todo el pasaje. En ese momento siente todo el peso de la vida y la inmensidad de la muerte, así que suspende su vida y desaparece; no sin antes llamar a su amigo para decirle "Haz algo con tu vida. Algo relevante". Su trastorno le llevará a un trágico final.


La verdad es que la presencia de la muerte es constante en el libro y parecería que campa a sus anchas por estas páginas. 
Pero no es así. 
"La muerte es parte de la vida", leemos. 
Y es que esta novela gráfica 
es un himno a la vida, sincero y conmovedor. 

Durante su lectura te ilusionará 
y cuando llegues a su maravilloso capítulo final 
una garra te hará un nudo en la garganta. 
Seguro. 
Pura emoción.


Edición de 2022


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Fui de los que se resistió a comprar el volumen cuando lo editó Ecc cómics en 2016. Menos mal que lo reeditaron en 2022 en edición Absolute con papel e impresión de máxima calidad, además de un montón de extras. Lo merece esta obra  imprescindible.




* ALGUNAS PORTADAS






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