sábado, 11 de noviembre de 2023

ALEX - de Pierre Lemaitre


Alex es una novela negra compuesta de varios espejos terribles que Lemaitre nos describe puntualmente para finalmente darlos la vuelta y descubrirnos la todavía más perversa realidad que esconden. Por ejemplo Alex no es el nombre de un chico, sino de una joven que es secuestrada y torturada. Pero esta víctima pronto se convertirá en un verdugo cuya ristra de asesinatos se nos acabará revelando como una extraña justicia. Menudo tour de force.

La novela es la segunda de la serie protagonizada por el comandante Camille Verhoeven que, en esta ocasión, se enfrenta a un desafío que lo implica personalmente. En la primera perdió a su mujer, Irène, que fue secuestrada y luego asesinada. Esa pérdida hundió a Camille hasta el punto de hacerlo ingresar en una clínica de reposo. En este nuevo caso la figura de Alex se superpone en su mente a la de Irène y ni sus compañeros, ni él mismo, saben si está preparado para afrontarlo. 

La tortura a la que es sometida Alex es brutal y revela un odio intensísimo. Su captor le dice "voy a mirar cómo revientas, puta", mientras la cuelga en una caja en la que no se puede estar ni sentado ni de pie. El adjunto Louis nos ilustra sobre el tormento.
"Es un suplicio ideado bajo el reinado de Luis XI para el obispo de Verdún, creo recordar. Lo tuvieron enjaulado durante 10 años. Es un tipo de tortura pasiva muy eficaz. Las articulaciones se sueldan y los músculos se atrofian...Y la víctima enloquece." pag. 97
El libro va alternando los capítulos en los que Alex nos desgrana su tortura en un almacén abandonado con los que narran la investigación y preocupaciones de Camille; toda una carrera contra reloj para evitar un fatal desenlace. La depravación de las torturas espeluzna mientras el comandante Verhoeven ve crecer de nuevo en él un sentimiento de culpa.

Todo cobra un nuevo giro cuando descubren quién es el secuestrador; pero al ir a detenerlo él prefiere suicidarse. En este callejón sin salida Camille ya empieza a albergar sospechas que le hacen girar el espejo del secuestro para descubrir la horrenda verdad que esconde. Además, cuando logran descubrir donde está la secuestrada, ésta ya ha logrado huir por sus propios medios demostrando una resiliencia encomiable. Los datos que Camille ha venido reuniendo respecto al secuestrador y la secuestrada le hacen sospechar que Alex no es realmente una víctima, sino una sospechosa de asesinato. 

La narración siempre es vibrante, como ese relato en paralelo de la investigación de la policía y del tormento de Alex que confluye en el mismo almacén lleno de ratas hambrientas. Eléctrico. O el cúmulo de asesinatos que se produce en una segunda parte de lo más sangrienta. Alex se nos muestra dura como el pedernal y Camille empieza a interesarse por su historial. Cuando encuentra la caja vacía en el almacén estamos en la mitad del libro y uno tiene la sensación de que ahora empieza lo bueno; porque cada vez que el comandante parece resolver el caso, éste se retuerce y se abisma en un misterio aún más profundo.

La novela se estructura en tres actos y en cada uno de ellos Lemaitre logra dar una vuelta de tuerca más a un historia de abusos, crímenes y perversiones. Para ello cuenta con un Verhoeven que es un tipo muy sagaz; siempre al acecho de un mapa que se recompone con cada nuevo asesinato. Él será el único que percibe que el secuestro no es más que un engranaje remoto de una historia sórdida y terrible, en la que los papeles de víctima y victimario se confunden.

Me gusta la perspicacia de Verhoeven, cómo razona y encuentra el hilo aún en las situaciones más vacuas. Cuando ocurre el secuestro no saben ni quién es el secuestrador ni quién la secuestrada, pero reflexiona que: Primero, no se rapta a alguien al azar, sino a alguien que se conoce aunque sea poco. Segundo, tiene que haberla seguido, busquemos algún indicio en la zona, etc. 

Al atractivo de una trama brutal y absorbente hay que añadir dos aspectos que resultan convincentes. La situación personal de Camille Verhoeven enfrentándose a un caso idéntico al que supuso la pérdida de su mujer. Irène siempre está presente en su mente. Se imagina a la chica secuestrada con sus rasgos y vive las horas del rapto con la misma desesperación con que vivió el de su mujer. El comisario jefe es un buen amigo, ¿le habrá impuesto este caso como terapia de choque?. El propio Camille acabará sospechando que lo necesita de verdad para exorcizar la muerte de Irène. 

El otro asunto destacable son los personajes. Están magníficamente caracterizados y comparten un pasado en común, lo que provoca unos "cara a cara" llenos de ingenio e ironía. Como las conversaciones de Verhoeven con su jefe, llenas de sobreentendidos y disputas que a otros no aguantarían. O la complicidad que demuestra con su adjunto, el inspector Louis Mariani. O la ratería del agente Armand, siempre gorroneando cigarrillos y bocatas como un hurón insaciable. Todos ellos cobran vida a través de sus peculiaridades y rarezas. 


La caracterización de Camille es formidable. Sólo mide un metro cuarenta y cinco, pero es muy capaz de imponer su presencia. Es tan brillante resolviendo casos como irritante para sus superiores. Sabe dibujar muy bien porque su madre alcanzó un cierto status como pintora y acabará dibujando docenas de bocetos de una desconocida Alex...a la que pinta siempre con los rasgos de Irène. Camille es de los que nunca se rinde, es ese tipo de personas "capaces de empecinarse en un error hasta que los hechos le den la razón". Tiene carácter y es muy decidido. Se le describe como "un individuo no violento capaz de cometer brutalidades". 
"Camille Verhoeven nunca grita. Muy raras veces. Es un hombre de autoridad. Es bajito, calvo y ligero pero, como todo el mundo sabe, también astuto e ingenioso." pág. 21
Por su parte el adjunto Louis es un hombre de elevada cultura y además muy rico. Es un tipo que sabe estar y siempre respalda a Camille.
"Le Guen intenta que Louis medie en la conversación. Es una situación embarazosa, pero Louis es un chico de buena familia. Se ha educado en las mejores escuelas, tiene un tío arzobispo y otro que es diputado de extrema derecha, es decir, que desde muy joven ha aprendido a sopesar las cosas a la luz de lo moral y lo práctico. Y estudiado con los jesuitas. En cuestiones de duplicidad, cuenta con un buen entrenamiento." pag. 152
Lemaitre siempre alumbra tramas enfermizas de una gran intensidad psicológica. En este sentido me maravilló su novela Vestido de novia. Aquí es la joven Alex y su espantosa historia la que nos va a conducir de cabeza a un pozo lleno de mierda, abusos y cadáveres. Ante uno de ellos Verhoeven piensa que, como con Irène, siempre llega tarde, lo que le hace recordar un famoso cuadro, éste:


Fernand Pelez, La victime ou l´asphyxiée -1886- Musée d´Art et d´Archéologie, Senlis





















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Pierre Lemaitre (París, 1951) es escritor y guionista. Es un autor tardío que estudió Psicología e impartió clases de literatura. Hasta 2006 no publicó su primera novela, Irène, con la que inició la serie protagonizada por el comandante Camille Verhoeven. Le siguieron Alex (2011), Rosy & John (2011) y Camille (2012), proporcionándole un enorme reconocimiento internacional. Consagrado como uno de los escritores más populares, su carrera literaria dio un vuelco asombroso con la aparición de Nos vemos allá arriba (Premio Goncourt 2013 entre otros), primer volumen de su aclamada trilogía sobre el período de entreguerras titulada «Los hijos del desastre». Los otros dos volúmenes son Los colores del incendio (2018) y El espejo de nuestras penas (2020). Completan su obra las novelas Vestido de novia (2014), Tres días y una vida (2016), Recursos inhumanos (2017), La gran serpiente (2022) y El ancho mundo (Salamandra, 2023), primera entrega de una nueva saga titulada «Los años gloriosos».

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