lunes, 16 de noviembre de 2020

GOLIATH T1 - creada por David E. Kelley y J. Shapiro

Amazon Prime - T1, 2016



Una de abogados. Uno de mis placeres.
Me gusta la pelea, la dialéctica, los trucos legales, las trampas, el corsé de la ley, los alegatos y las traiciones. Dicen que lo que hace grande al ajedrez es porque en esa batalla entre 2 reyes y 2 ejércitos sobre un tablero está representado el mundo y toda su historia. Creo que podría decirse lo mismo de una buena película o serie de abogados. Ahí está todo el género humano con sus fortalezas y debilidades, con el ánimo civilizatorio representado por la ley y el espíritu torticero del ser humano que busca ventaja para sus intereses. Todo un ritual condicionado por el carácter y las interpretaciones de jueces y abogados y por el fuego cruzado de testigos y argumentos.  

Encima los creadores de esta serie son dos guionistas fabulosos que conocen muy bien el percal. David E. Kelly era ya un abogado que bajo la tutela de Steven Bochco aprendió el oficio en la ya clásica "La Ley de Los Ángeles". Posteriormente ha creado series tan reconocibles como "Picket Fences" o "Ally McBeal". Por su parte Jonathan Shapiro también es abogado y de hecho ejerció durante muchos años, llegando a ser ayudante del fiscal federal en California. En 2000 Kelley le invitó a curtirse como guionista en su serie "El abogado" y posteriormente han colaborado en "Boston Legal". 

David E. Kelley es un guionista y creador de series formidable. Ahí están Ally McBeal, Mr. Mercedes y Big Little Lies para demostrarlo. Sus personajes son creíbles, afrontan todo tipo de problemas legales y morales, sin eludir sus contradicciones y debilidades. Sus diálogos son rápidos y directos. Sus tramas suelen recorrer situaciones muy actuales revelando sus luces y sombras. En sus dramatizaciones caben lo más crudo y avieso del juego político, la emigración, el racismo o la violencia de género. Ver sus series no sólo entretiene sino que también nos ilustra sobre nuestro enfangado mundo actual. 























En Goliath sus dos creadores se centran en la figura de un abogado brillantísimo, Billy McBride (Billy Bob Thorton), que llegó a crear junto a su socio uno de los bufetes más poderosos de Los Angeles; pero que, por un problema de conciencia, entró en barrena y terminó alcohólico, despachando sus asuntillos de tres al cuarto en la barra del bar donde prácticamente vive. 

Un día se cruza con una abogada de pequeños asuntos que le propone llevar un caso de muerte imprudente de un trabajador. El reto es mayúsculo. La empresa demandada es Borns Technologies, una poderosa corporación que fabrica material armamentístico para el Gobierno, y su bufete defensor es el que él mismo creó, "Cooperman&McBride", dirigido por su antiguo socio y hoy enemigo, Donald Cooperman (William Hurt). Un David contra Goliath en toda regla que reactiva sus viejos instintos legales.

Billy no busca la redención, para él es imposible. En su brillante ejercicio de letrado libró a un asesino de ir a la cárcel. A los pocos meses volvió a asesinar, en este caso a una familia entera. Billy no pudo soportarlo. Su particular descenso a los infiernos le ha llevado a una vida anegada en alcohol y a la ruptura con su mujer Michelle (María Bello) que se quedó en el bufete como socia y mantiene las distancias, mientras su hija intenta rescatarlo sin mucha suerte. El único colega que le aguanta es su Ford Mustang de 1966 color Candyapple Red *, un coche de coleccionista que sufre junto al abogado todas las tropelías y amenazas (en una ocasión lo llenan de cabezas de pescado y sangre)  que le lanza el amenazante Goliath.



Yo diría que la serie se apoya en tres personajes muy característicos. Por supuesto el abogado cínico y alcoholizado que nos transmite credibilidad y empatía; pero su socio y enemigo no le va a la zaga en claroscuros. Cooperman es un tipo turbio y enigmático que exuda poder. Vive enclaustrado y prácticamente a oscuras en la última planta de su bufete, vigilando por circuito cerrado todo lo que es de su interés. Desde allí vigila a cada abogado, reunión y despacho; desde allí sigue los juicios en directo y desde allí mueve los hilos de un emporio que esconde una enorme sentina. 

En tercer lugar colocaría a Patty Solís-Papagian (una gran Nina Arianda), la abogada que engancha a Billy al caso y que, pese a su escasa experiencia legal, demuestra un desparpajo entre vulgar y callejero que la convierte en una fuerza imparable. Ella no se corta ante nada ni nadie y será el pegamento del peculiar equipo de Billy que incluye a una joven administrativa, Brittany Gold (Tania Raymonde) que ejerce esporádicamente la prostitución porque de Billy saca poco. 

A pesar de que los dos gallos de la función son masculinos, el elenco abunda en personajes femeninos modernos, independientes y muy bien desarrollados. No solo está la mujer de Billy que lidia entre dos fieras, también está Callie (Mollie Parker), la mejor leona del bufete, que sale a la caza de Billy con la ayuda de una joven arribista (Olivia Thirlby) que está echando todas las horas del mundo en la preparación del caso y si es necesario en la cama del jefazo.


A pesar de que Patty busca una indemnización rápida y segura, Billy se percata desde el principio de que el asunto tiene una gran envergadura. Sus pequeñas victorias iniciales le ratificarán que la causa que han abierto puede ser letal. Ni la Corporación, ni Cooperman, ni tan siquiera el juez le van a dar ningún cuartel.... y ahí es donde más brilla el desahuciado Billy. El juego legal es lo suyo. Él sabe aprovechar cada recoveco de la ley y sus trámites... si vive para contarlo. 

En ocasiones se percibe que la pelea va del que busca la Justicia con mayúsculas contra los que la utilizan como negocio y están dispuestos a lo que sea por ganar. De hecho ése fue el germen de la serie. Cuando Kelley y Shapiro colaboraban en “Boston Legal”, empezaron a barajar la idea de una serie sobre el gigantismo desproporcionado de algunos bufetes que acababan convertidos en verdaderos lobbys de poder. De ahí que más allá de lo predecible que tiene la serie, un abogado fracasado pero carismático y una vasta conspiración, el título remite a esas grandes firmas de abogados que arrasan con cualquier debate ético que se cruce con sus intereses económicos y corporativos. 

Finalmente subrayar la estructura de Goliath. Del mismo modo que en la serie Unforgotten, un único caso ocupa toda la temporada, lo que nos permite profundizar y disfrutar de los detalles y procedimientos que pone en juego cada bando.

 



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*Candyapple Red es un nombre/código que los fabricantes de autos utilizan para definir un tono rojo similar a las manzanas cubiertas de dulce

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