martes, 3 de noviembre de 2020

EL INVIERNO del LOBO - de John Connolly




A pesar de ser la novela número 13 de la serie del detective Charlie Parker, esta obra podría representar la quintaesencia del estilo que Connolly ha venido desarrollando. Contiene todos los ejes y trazos que caracterizan la serie y están ejecutados con una precisión e intensidad encomiables. Por un lado Parker lleva a cabo una investigación en el que está implicado tan personalmente que hasta está a punto de morir y por otro la acción gira en torno a una comunidad cerrada con unas terroríficas rendijas por las que aflora una maldad sobrenatural. Todo ello sin abandonar el ecosistema tan particular que rodea al detective, la pareja de amigos y colaboradores Louis y Angel y la presencia, en este caso, de uno de los inicuos malvados que tienen continuidad en sus novelas, El Coleccionista.

Jude, un vagabundo que busca a su hija ex-yonki desaparecida, sigue el rastro de la joven hasta un pueblo retirado de Maine, Prosperous; donde percibe que le escamotean la verdad. Piensa en contratar a su amigo el detective Charlie Parker, pero antes de poder hacerlo aparece ahorcado en una nave abandonada. A Parker no le convence nada esta apariencia de suicidio e investiga qué estaba buscando su amigo y por qué se encontró con la muerte. También a él las pistas le conducen a Prosperous, un pueblo que alberga una comunidad cerrada con un terrible secreto. El pueblo fue fundado por una hermética secta religiosa que se remonta al siglo XVI y que practicaba un extraño culto en una iglesia que fue trasladada hasta allí, piedra a piedra, desde Northumberland, Inglaterra. Es un pueblo donde nunca parece ocurrir nada, que rehúye a los forasteros y cuya prosperidad parece no hallar obstáculo. 
"Los vecinos de Prosperous vivían con decencia, y en casi todos los aspectos de la vida se comportaban debidamente. Hacían donaciones benéficas. Cuidaban el medio ambiente. Toleraban —no, acogían— a gays y lesbianas. Tanto los conservadores a ultranza como los progresistas radicales encontraban su lugar en Prosperous. A cambio, el pueblo gozaba de una bendición: la buena fortuna.
Sólo que, a veces, el pueblo tenía que dar un empujoncito a la fortuna.
Pero si su marido hubiese prestado un poco más de atención a lo que se decía en los oficios, y leído la Biblia en lugar de elegir citas a bulto, tal vez habría recordado la segunda parte de ese versículo que tanto le gustaba esgrimir cuando ella empezaba a acariciarle el cuello con los labios a altas horas de la noche.
pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Era la voluntad de Prosperous la que debía hacerse." pág. 147
Parker tendrá que hurgar con sumo empeño y tocar todas las teclas -el jefe de policía Moreland, el pastor Warramer o ese Consejo Municipal con poderes tan extraordinarios- para encontrar la recóndita clave del misterio. 


Connolly ha llegado a crear un género propio dentro de la novela negra al introducir en sus tramas detectivescas el género del terror. Él mismo se describe como un "escritor de novelas de misterio". Aparentemente la fantasía casa mal con la lógica y la deducción que implica una investigación criminal; pero Connolly lo maneja con inteligencia, tratándolo como un asunto más de este mundo y sin introducir soluciones mágicas en la trama. 

Su detective, Charlie "Bird" Parker, es un hombre con hondas cicatrices en el alma que se mueve en general llevado por la compasión; pero también, en ocasiones, por la ira y el deseo de venganza. Desde su primera y magnífica novela, Todo lo que muere, se fijaron las características del personaje: tuvo un padre suicida y él tiene que vivir con el hecho de que mientras estaba de copas tras una discusión familiar, su mujer y su hija de tres años fueron brutalmente asesinadas. Charlie recorrió el camino de la autodestrucción y el alcoholismo y pasó por etapas de suma violencia hasta llegar a la compasión. Es un tipo que empatiza con el dolor ajeno, lo que le da un gran poso humano. Sus mejores amigos y colaboradores son una pareja homosexual: Ángel, un ladrón latino, y Louis, un asesino a sueldo retirado, negro, exquisito en el vestir y fervoroso de la música country. 

Charlie "Bird" Parker empezó su trayectoria 12 libros atrás y con cada uno de ellos ha venido revelando un campo de acción donde intervienen ángeles caídos y vengadores, siniestros dioses telúricos como El Dios Enterrado, El Dios de las Avispas o El Hombre Verde y sujetos tan malignos y misteriosos como el Patrocinador Principal o el Coleccionista. Todo un universo relacionado con la "radix omnium malorum, raiz de todo mal," como lo califica un profesor universitario con el que consulta Parker en esta novela.  
Aquí en concreto aparecen Los Creyentes y Los Patrocinadores, los cuales "se dedican al homicidio desde que hay en el mundo hombres a quienes matar. La sangre de Caín corre por sus venas." También aparecen viejos conocidos como Cambion o el Titiritero; aunque quien tiene mayor protagonismo es el temible Coleccionista, al que están a punto de atrapar Louis y Angel, llegando a mantener con él una electrizante entrevista. 

La narración sigue estos hilos narrativos en paralelo, la captura de el Coleccionista y la investigación en Prosperous; a los que se suman pequeños insertos relatando la lucha por sobrevivir de un lobo herido y hambriento, en los bosques helados cerca de Prosperous. Un lobo como metáfora y resorte de la acción. Connolly reúne y pule todas estas piezas como un relojero experimentado hasta encajarlas a la perfección en un cruce de ritos ancestrales, comunidades endogámicas y una lucha de poder que provocará chispas. Una máquina bien engrasada que se lee con interés y placer.

A pesar de que en los libros de Charlie Parker Connolly suele alternar el narrador subjetivo con el omnisciente; esta novela está escrita al completo en tercera persona, quizás para poder referir el destino de tantos personajes e historias remotas; aunque él mismo lo resume al esquema de un western: 
"Hay quien asegura que sólo hay dos tramas posibles en toda ficción: la del hombre que llega a un pueblo, o la del hombre que abandona ese pueblo. La novela de misterio siempre ha tenido una estructura de western. Quizá, en mi caso, este sea el western más claro que he escrito".

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