miércoles, 11 de marzo de 2015

NIGHTCRAWLER - de Dan Gilroy

Inquietante película de excesos; pero de aquellos que vemos cada día en el telediario. La obsesión por la información más inmediata y si es posible en formato de reality, mejor. Si además invade la intimidad, contiene víctimas o imágenes morbosas, perfecto.
Louis Bloom: ¿Sólo crímenes?
Nina: No, accidentes con automóviles, autobuses, trenes, aviones... Y así sucesivamente.
Louis Bloom: Sangrientos.
Nina: Bueno... Gráficos. La forma más clara para ilustrarte esto, Lou, la que capta el espíritu de quienes somos es... piensa en nuestro telediario como una mujer gritando... corriendo por la calle con la garganta cortada.
Louis Bloom (Jake Gyllenhaal) es un merodeador nocturno (nightcrawler), un tipo mediocre y desalmado que busca su lugar en el mundo. Lo termina encontrando como buscador de carroña para las televisiones locales. Es un tipo solitario, con un autocontrol que da miedo. Recorre la ciudad, siempre de noche, olfateando su oportunidad. Tiene llena su alforja de frases hechas recolectadas en webs de autoayuda y economía para tontos. Soy un autodidacta, declara ufano, soltándose el rollo de "gran emprendedor".
Lou Bloom: Estoy en mi ordenador todo el día. Sé que no tuve una educación muy formal... pero puedo encontrar casi cualquier cosa, si busco con empeño. El año pasado seguí un curso de negocios en línea, por ejemplo. Allí aprendí que tienes que tener un plan de negocios, antes de comenzar. También que la razón por la que perseguimos algo... es tan importante como lo que perseguimos. Además, nos aconsejan responder a la siguiente pregunta, antes de decidir hacía dónde enfocar nuestras habilidades. La pregunta era... "¿Que me gusta hacer?". Después sugieren que hagamos una lista de nuestros puntos fuertes y débiles. "¿En qué soy bueno, en que soy menos bueno?”. Es posible que desee desarrollar áreas en las que ya estoy bien, o quizás prefiera fortalecer mis debilidades. Rehíce mi lista recientemente. Y estoy pensando que los telediarios pueden ser mi elección.
Y también 
Lo que creo, señor... Es que las cosas buenas les pasan a los que se matan trabajando. Y gente como usted, que han llegado a la cima de la montaña... no llegaron ahí porque sí. Mi lema es: Si quieres ganar la lotería, tienes que tener el dinero para comprar el boleto."
En el fondo, toda la película es un amargo trago de vitriolo que cae sobre el dulzón sueño americano. A lo largo del metraje vemos nacer, desarrollarse y triunfar a un verdadero depredador freelance. Enseguida identifica su filón más rentable, el que alimenta los más bajos instintos de la audiencia.
"Me enteré hace poco que la mayoría de los estadounidenses ven noticias locales para mantenerse informados y también aprendí que la media hora de promedio de noticias ofrece una visión general de la realidad política local, incluyendo las fuerzas de la ley, el presupuesto, el transporte, la educación y la inmigración. En 22 segundos. Los crímenes locales no sólo abren las noticias, sino que llenan 14 veces más más la transmisión, con una duración de 5:07 minutos."
La película se configura como un documental sobre un carroñero en la sabana angelina. Los Angeles aparece como una ciudad indiferente, sin glamour. Las carreras son las de los reporteros por llegar a la escena del crimen o del accidente con la sangre aún caliente. En el colmo de la intrusión llegaremos a ver a Louis Bloom en plena persecución, conduciendo su coche intercalado entre los criminales y la policía.

La fuerza de la cinta está en la descripción, el ritmo y una excelsa fotografía de Robert Elswit. Más que thriller o crítica, hay un documento frío, carente de emociones que, como espectadores, nos incomoda.

El nervio que mantiene la película se tensa entre un descarnado guión que dibuja las situaciones sin pudor alguno (Lou no duda en retocar el escenario de accidentes con tal de que los planos sean más impactantes) y el enteco personaje de Louis Bloom, una magistral composición de Jake Gyllenhaal. Me desasosiega su extrema delgadez, esos ojos como platos que todo lo avizoran, esa contenida expresión corporal que esconde una tensión enorme, una decisión fiera. Es un tipo solitario, inquietante. No sociópata, pero sí un extraño a la humanidad, alguien ajeno a ella, que la observa como un entomólogo. Un tipo carente de cualquier empatía.
Richard.-Tienes que tratar a la gente como seres humanos...
....
Richard:- Realmente observas las cosas de un modo extraño. Lo sabes. Tu problema es que ni siquiera entiendes a la maldita gente.
...
Lou.-¿Qué pasa si mi problema no es que no entienda a la gente, sino el hecho de que no me agradan? 
De estos bichos raros desafectos ya hemos visto alguno en la pantalla. Este nightcrawler nos recordará indefectiblemente al Travis Brickle de 'Taxi Driver', ejemplares nocturnos ambos, desquiciados por la soledad y la alienación. Incluso Ripley, el turbio personaje de Patricia Highsmith, dispuesto a ordenar el mundo a su conveniencia. Tipos egocéntricos, implacables y desalmados. 

El personaje derrocha arrogancia e insolencia. A cada momento nos parece amable y odioso. Nos sentimos como con un cable en la mano que en cualquier momento nos puede dar una descarga. 


En la vertiente extrema de los medios de comunicación (manipulación, falta de ética), también nos hará recordar Network, un mundo implacable, o al despiadado Walter Burns -director del periódico- de la maravillosa y amarga Primera Plana (Billy Wilder), o incluso al fotógrafo Leon Bernstein ("que la realidad no te estropee una buena foto”) en la apreciable El Ojo Público

La conclusión es amarga. El periodismo zafio se impone transformándose en pornografía. Un tipo mediocre y sin escrúpulos puede triunfar si ofrece suficiente carnaza. La película termina mostrándose como una cruel moraleja sobre el self made man, el triunfador hecho a sí mismo. 

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