Los hombres vanos tienen "la mollera llena de paja", sus voces "son tranquilas y sin sentido" y van a tientas juntos evitando hablar. Solos y desorientados por el campo yermo apenas logramos atisbar una brizna de nuestro destino: "entre la idea y la realidad cae la sombra".
LOS HOMBRES VANOS (1925)UN PENIQUE PARA EL VIEJO GUY
Somos los hombres huecos
somos los hombres rellenos
apoyados uno en otro.
La mollera llena de paja ¡Ay!
Nuestras voces resecas, cuando
susurramos juntos,
son tranquilas y sin sentido
como viento en hierba seca
o patas de ratas sobre cristal roto
en el sótano seco de nuestra provisiones.
Figura sin forma, sombra sin color,
fuerza paralizada, gesto sin movimiento;
los que han cruzado
con mirada fija, al otro Reino de la muerte
nos recuerdan -si acaso nos recuerdan- no como
perdidas almas violentas, sino sólo
como hombres huecos,
los hombres rellenados.
II
Ojos que no me atrevo a encontrar en sueños
en el reino del sueño de la muerte
esos ojos no aparecen:
Allá, los ojos son
luz del sol en una columna rota
Allá, hay un árbol meciéndose
y las voces son
el canto del viento
más lejanas y más dolientes
que una estrella que se apaga.
No me acerque yo más
al Reino del sueño de la muerte
Revístame yo también
de tan deliberados disfraces:
pelaje de rata, piel de cuervo, palos cruzados
en un campo
obrando igual que el viento,
sin acercarme más...
No ese encuentro final
en el reino crepuscular.
III
Esta es la tierra muerta
esta es la tierra del cactus
aquí se elevan las imágenes
de piedra, aquí reciben
la súplica de la mano de un muerto
bajo el titilar de una estrella que se apaga.
Así es
en el otro reino de la muerte
despertar solo
a la hora en que
temblamos de ternura
labios que querrían besar
forman oraciones de piedra rota.
IV
Los ojos no están aquí
no hay ojos aquí
en este valle hueco
la quijada rota de nuestros reinos perdidos
en este, el último de los lugares del encuentro
vamos a tientas juntos
y evitamos hablar
reunidos en esta playa del crecido río.
Ciego, a no ser que
reaparezcan los ojos
como la estrella perpetua
rosa multifoliada
del crespuscular reino de la muerte
la esperanza solamente
de los hombres huecos.
Los ojos no están aquí
no hay ojos aquí
en este valle hueco
la quijada rota de nuestros reinos perdidos
en este, el último de los lugares del encuentro
vamos a tientas juntos
y evitamos hablar
reunidos en esta playa del crecido río.
Ciego, a no ser que
reaparezcan los ojos
como la estrella perpetua
rosa multifoliada
del crespuscular reino de la muerte
la esperanza solamente
de los hombres huecos.
V
Al corro del árbol del espino,
el árbol del espino, el árbol del espino
al corro del árbol del espino
a las cinco de la mañana.
Entre la idea
y la realidad
entre el movimiento
y el acto
cae la sombra.
Porque Tuyo es el Reino
Entre la concepción
y la creación
entre la emoción
y la respuesta
cae la sombra
Y la vida es muy larga.
Entre el deseo
y el espasmo
entre la potencia
y la existencia
entre la esencia
y el descenso
cae la sombra.
Pues Tuyo es el Reino
Pues Tuyo es
la Vida es
pues Tuyo es el
Así es como acaba el mundo
Así es como acaba el mundo
Así es como acaba el mundo
No con un estallido sino con un quejido.
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