lunes, 15 de octubre de 2012

Salvajes


de Oliver Stone




Un joven botánico junto a su amigo y una novia que comparten, tiene montado un negocio medio legal de marihuana en California. La "madrina" Elena, jefa de un cartel mejicano ve en ellos la perfecta joint venture para ampliar su negocio y permeabilizar la frontera. 

Una buena historia proveniente de la sabia mano de Don Winslow cuyo desarrollo se ve entorpecido por un director pretencioso en las formas y rutinario en su objetivo.

La historia interesa y en modo alguno aburre. El pulso entre el cartel con sus sicarios y el trío de jóvenes tiene enjundia y mantiene la tensión, pero el problema es que no logra implicarnos. La película alberga aciertos, como las escenas de acción (véase el asalto de los californianos al almacén secreto de los narcos o el falso final con el intercambio de rehenes). También  el triángulo entre Ben, Chon y Ophelia; aunque ellos mismos -de un modo grosero- se encargan de recordarnos que emula el de Katherine Ross, Paul Newman y Robert Redford en "Dos hombres y un destino" de George Roy Hill. Lo que ocurre es que la distancia entre las dos películas y los propios actores es enorme.


El otro aspecto es la "madrina" como la llama Lado (su sanginario cancerbero estupendamente interpretado por Benicio del Toro, quien por ciento, siendo secundario, polariza con su magnetismo todo el metraje). La droga en México es machista, por lo que interpretar a la jefa de un cartel atrajo sin remedio a Salma Hayek:
"El aspecto político de la historia también me sedujo. Soy mejicana. Viví diferentes aspectos de la historia de Elena. Esto forma también parte de la historia de mi país, pero no es solo un problema mejicano. Es un problema que compartimos América y México, compañeras en el narcotráfico. Un país vende y el otro compra".


La película entretiene y la historia me gusta. Además el agente del FBI (John Travolta) juega a varios bandos y dota al desenlace del suspense necesario. Pero al problema general de una dirección que escarba poco la superficie, se añaden dos cuestiones. Una es el final doble que nos presenta, totalmente artificioso y gratuito. Otra la voz en off de la chica que nos va relatando la película. No tiene ninguna entidad y además es tramposa, proponiendo un estéril juego sobre la posibilidad de un trágico final.

Quizá como novela es demasiado esquemática y visual. De hecho el propio Don Winslow ha reconocido que siempre vio esta historia más como guión cinematográfico que como novela.

De todos modos, para quien conozca la novelística de Winslow,  esta cinta no será sino un preliminar del gran fresco sobre el narcotráfico en la frontera mejicana que es "El poder del perro". Se rumorea insistentemente que será una miniserie....Fiasco para mí. Creo que la obra tiene el potencial de una gran película. Los ingredientes están ahí, carteles, mafias irlandesas, agentes dobles y triples, business globales con el sudeste asiático y hasta la iglesia. Quedamos a la espera.

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