miércoles, 21 de diciembre de 2011

The Wire

creador David Simon y Ed Burns

Llevaba meses diciéndome, quiero escribir sobre The Wire. Pero la sensación de estar todo dicho se me imponía. Aun así -para mí mismo- quiero verbalizar mis sensaciones sobre esta extraordinaria serie.

Primero reconocer que después de ver dos capítulos estuve a punto de dejarlo. No me parecía nada del otro mundo. Y es que es una serie que no comienza con un staccato tipo Lost, sino que sus personajes, su ambiente, su forma de ser y de hacer te va ganando, hasta que te ves rodeado por un mundo creíble y absorvente.
No es una serie apabullante, sino cautivadora. No es una serie de acción. De hecho cuando montan una redada acaba en un fiasco y cuando intentan desarticular las bandas, el éxito es relativo. No es tanto la resolución de un crimen, como la vivencia de la droga y sus estratos, el retrato de una sociedad entera lo que capta tu interés.

Sus creadores son David Simon, cronista de homicidios en el Baltimore Sun y Ed Burns, veterano de Vietnam y detective en el departamento de Homicios de la misma ciudad.

Las dos columnas básicas de esta función son el tráfico de drogas en la ciudad y la policía que crea un grupo especial de "escucha" (The Wire) para desmontarlo. Pero alrededor de estos huesos hay mucha carne, muchos pulmones y muchos hígados.
David Simon reconoce que "lo que me inspiró fue la tragedia griega, donde el destino ha condenado de antemano a dioses y humanos, sin reparar en su heroísmo, fuerza de voluntad o sentido ético".
El brillo de un diamante se refleja en sus mil facetas. Del mismo modo esta serie nos ofrece las calles, las esquinas, el trapicheo, la adolescencia, el trabajo policial, la vida familiar del lumpen, el trabajo social y educativo, la corrupción política... el resumen sería Complejidad.  Los personajes y las tramas son complejos. La serie nos planta en medio de los barrios bajos de Baltimore, las "casas baratas" y vamos conociendo todo su funcionamiento, el día a día. Una radiografía de las vidas arrojadas al arroyo, de jóvenes sin futuro,de policías honestos que son arrinconados por un statuto quo corrupto. Un canto a la desolación.

Pero ¿Por qué tanto revuelo? ¿la mejor serie? ¿calidad al nivel del cine? Veamos.
Nos muestra un Ecosistema completo: desde la última esquina del barrio más marginal, hasta el propio despacho del alcalde con sus tejemanejes, pasando por las relaciones familiares o de amistad tanto entre traficantes como entre policías. O ámbitos enteros donde el arraiga el drama como el instituto del barrio o la vida del puerto con sus estibadores, sindicatos y mafiosos.
Posee un tono y guión modélicos. El tono es casi documental: hechos, hechos, hechos. El guión es sólido, sin fisuras. Sabe lo que quiere contar y lo hace. Sin artificios mezcla sabiamente drama, thriller, policíaco, política ficción.

Tiene una inmensa gama de  personajes carismáticos y creíbles: Una vez vista ya no olvidaremos a Omar, Stringer Bell, McNulty, Bubbles, Marlo, Kima o Frank Sobotka. Más de 100 personajes desfilan por sus 60 capítulos y todos poseen un perfil definido, un trazo firme.
La cuarta esquina de este cuadro sería "el juego". Los mecanismos, los hábitos, los ritos del trapicheo, las señas, los códigos, las esquinas,  la investigación, las alternativas siempre heroicas y sin respaldo quedan al descubierto. Omar  lo dice claramente "algunos utilizan un portafolios y otros una escopeta. Todo es un juego". 
Orson Welles decía que donde concebía sus películas era en la Sala de Montaje. En The Wire no sólo el guión o la puesta en escena son extraordinarios. Es en el montaje cruzado de sus mil historias y personajes donde finalmente cobra vida y fuerza el entramado entero de la ciudad. "Cojo el puto dinero de cualquiera, si lo está regalando" dice Namond en una esquina cuando Marlo reparte billetes entre la chavalería para asegurarse su fidelidad. En la escena siguiente escuchamos exactamente lo mismo en boca del jefe del Consejo Legislativo del Ayuntamiento y recaudador de la campaña del alcalde Royce.


Descarnado retrato de una sociedad corrupta lo es asimismo de las personas: no esconde el patetismo de las vidas destrozadas, la violencia brutal y gratuita de quien se sabe carne de cañón, las corruptelas policiales o políticas. Incluso se muestra audaz  a  la hora de retratar la sexualidad de sus personajes: la detective Kima es lesbiana y sufre con su pareja los inconvenientes propios de una profesión sin horarios. También Omar, traficante que va por libre es homosexual y tras el asesinato de su pareja cobra un aura trágica y desesperada.

La primera temporada es la más netamente policíaca. Se monta el grupo especial de escuchas que persigue a la banda de Avon Barksdale y Stringer Bell.
La segunda se centra en el tráfico en el puerto, con la irrupción de Frank Sobotka jefe del sindicato de estibadores y la mafia griega. Su último capítulo es magistral y posee un tono trágico que recuerda a las mejores películas de gánsters.
En la tercera volvemos a las casas baratas. Stringer Bell intenta colarse en el mundo de los negocios y penetramos definitivamente en los tejemanejes del ayuntamiento. En esta temporada el jefe de policía "Buny" Colvin pone en práctica Hamsterdam: zona de bloques abandonados para que se dé allí el trapicheo de forma limpia y controlada: la violencia callejera disminuye, la ciudadanía recupera las calles y las esquinas, pero esto es un escándalo....¡es la legalización de la droga! y el alcalde está más preocupado en mantener el status quo, la hipocresía y el relato pecaminoso que en resolver ningún problema.
En un momento dado, en una reunión, el alcalde espeta a todo su equipo, "vamos a tener que resolver esto sino queremos volver a un trabajo de verdad". Todos se miran unos segundos y sueltan una carcajada.
La cuarta temporada quizás sea la más brillante y a la vez la más amarga. Seguimos a cuatro adolescentes abandonados a su suerte. El eje dramático bascula entre la campaña del concejal  Tommy Carcetti y la situación educativa, la vida de los chavales en el instituto. 
En la quinta temporada emerge una nueva gorgona, la prensa.

Personajes.
McNulty es el policía solitario, justiciero e insobornable que sirve de hilo conductor a toda la serie.
Omar, es un personaje magnífico, brillante y contradictorio. Homosexual de raza negra enfrentado  al stablishment de la droga, su enfrentamiento con un asesino proveniente de N. York es antológico; ejemplo de dos enemigos a muerte que se respetan y admiran. Ese fulgor trágico y desapasionado les lleva a descubrir la verdad, que ambos están siendo utilizados.
Bubbles, yonki. El trapicheo en persona. Entrañable. Colabora con la policía. Ha intentando mil veces desengancharse. Siempre tiene un colega al que ayuda y demuestra un sentido de la amistad a la vieja usanza. Cuando se intenta desenganchar pide ayuda a su hermana y ésta le deja vivir en su sótano. Al final consigue desengancharse y sube las escaleras del sótano habiéndose ganado el derecho a sentarse a cenar con ella. Emocionante.
Stringer Bell, lugarteniente del capo Avon Barksdale. Es elegante, educado, tiene como tapadera un negocio de copistería y ....¡estudia Empresariales! Su destino es paradójico. Quiere escapar de la droga después de haberla usado para su ascenso económico; pero cuando quiere incorporarse a los negocios legales (¡aunque corruptos!) de las concesiones municipales resulta engañado y timado. Su muerte cierra una especie de ciclo que abarca las tres primeras temporadas.
En la cuarta temporada aparece Snoop, una chica adolescente de imponente presencia. Su frialdad en el asesinato te quita el aliento. Hace pareja con un tiarrón llamado Mike y ejecutan a todo el que ordena el nuevo capo Marlo. Las imágenes de estos dos después de un crimen, caminando a la luz de un farol sobre el fondo de las casas abandonadas, poseen un belleza mórbida, como si estuviésemos asomándonos a las puertas del mismísimo infierno.
Las vidas de los chavales Randy o Dukie nos pueden sumir en la desesperanza. Buenos chicos carentes de oportunidad, abocados a un terrible destino. 

Cada arco argumental posee un contrapunto en los personajes. En el puerto es Ziggy Sobotka, hijo del gran Frank Sobotka jefe del sindicato; pero que no la talla. D´Angelo Barksdale, sobrino de Avon, controla las torres, pero sabe en el fondo que esto no es lo suyo. 

El realismo nunca me ha parecido gran cosa como estilo pero en esta serie la veracidad comporta una ética; de tal modo que algunos adictos y delincuentes reales se convirtieron en personajes de la serie. La más notoria es Felicia "Snoop" Pearson, que había sido condenada por asesinato de segundo grado, que incluso conserva en la serie su nombre real. Melvin Williams, que interpreta a un diácono en la serie, fue un antiguo gánster.
El otro aspecto que subraya la verosimilitud es el lenguaje. He leído que en Inglaterra han de subtitular muchos diálogos porque la jerga que usan se torna incomprensible.

La música está muy cuidada y también los melómanos obtienen premio en The Wire. Cada capítulo es encabezado por la canción "Way down in the hole" de Tom Waits, aunque durante la primera temporada está interpretada por The Blind Boy of Alabama (un grupo de gospel clásico formado por ciegos). En la segunda ya lo interpreta el maestro Tom Waits y en la tercera The Neville Brothers. En la cuarta lo hace un grupo de críos (coherentemente con el desarrollo de la misma) y en la quinta Steve Earle.
Toda la música que suena está integrada en la acción -radio, bar, etc-. Ahora bien, del mismo modo que la canción inicial es un sello, las escenas finales de cada temporada están montadas como un clip donde imagen y música se funden magistralmente. En esos montajes encontramos Fast Train por Solomon Burke, Efuge Efuge de Stelios Kazantzidis, y The Body of an American de los Pogues.
Otro sello de identidad es la frase que aparece al inicio de cada capítulo. Es una línea de diálogo extraída del mismo y suele fijar la filosofía, la moral o el estado de ánimo de lo que sigue, como por ejemplo:
-¿Quién gana?
-Nadie, todos pierden, sólo que unos más lentamente que otros.
Efectivamente, una obra mayor.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.