jueves, 13 de agosto de 2020

El ENTENADO - de Juan José Saer




Novela elocuente y reveladora.
Su lectura diáfana nos traslada la crónica de Indias de una expedición española al Río de la Plata, a principios del siglo XVI. El narrador es un grumete que es capturado por los indios colastinés, mientras el resto de la partida de soldados primero es asesinada y posteriormente descuartizada, asada y comida en un festejo que deviene en un frenesí orgiástico. Inopinadamente el joven es respetado, pudiendo vivir libremente entre los indios que le proporcionan habitáculo y comida, pero ninguna instrucción.


Toda la primera parte de la novela está ocupada por ese relato casi antropológico de su vida en la tribu. Durante 10 años intentará comprender el idioma y las costumbres, tradiciones y rituales que le parecen ininteligibles; hasta que un día, inadvertidamente, los indios le colocan en una barca llena de víveres y lo liberan río abajo.






























Sólo años más tarde, después de varias aventuras por Europa y con el grumete convertido en un anciano que escribe su historia, comprenderá hasta qué punto aquella experiencia le provocó una nueva forma de percibir y habitar la realidad: “después de sesenta años esos indios ocupan, invencibles, mi memoria”.

Por ahí vienen las aguas subterráneas de esta novela y sus páginas más formidables. En el último tercio del libro la antropología inicial se convierte en una metafísica profunda. Como en Borges, el relato que ha comenzado desde el exterior de una peripecia de pronto se abisma más allá de la realidad, trascendiendo su simple apariencia. Analizando de nuevo el lenguaje de los indios y rememorando sus costumbres y su concepción del mundo, el "hijastro" (entenado) de aquellos indígenas se percata de que, en su cosmovisión, "ellos y el mundo eran una y la misma cosa". De hecho se consideraban a sí mismos como los únicos "hombres verdaderos"; estimando que todo lo demás, lo exterior a ellos mismos o a su aldea, es una niebla informe y carente de una consistencia real.





































Ya desde el principio el narrador nos había ofrecido indicios de que el viaje lo estaba conduciendo hacia el origen del mundo y de la realidad. 
"El olor de esos ríos es sin par sobre esta tierra. Es un olor a origen, a formación húmeda y trabajosa, a crecimiento. Salir del mar monótono y penetrar en ellos fue como bajar del limbo a la tierra. Casi nos parecía ver la vida rehaciéndose del musgo en putrefacción, el barro vegetal acunar millones de criaturas sin forma, minúsculas y ciegas." pág. 24
Incluso recordando aquella primera noche entre los indios, en la soledad desmesurada de su camastro, el anciano observa que "esa criatura que llora en un mundo desconocido asiste, sin saberlo, a su propio nacimiento. No se sabe nunca cuando se nace: el parto es una simple convención."pág 38 

El argumento va mucho más allá de contrastar lo civilizado y lo primitivo. El padre Quesada, que lo acogió y educó a su regreso a España, opinaba que los indios
"eran hijos de Adán, putativos sin duda, pero hijos de Adán, lo cual significaba para él que eran hombres. Yo, silencioso, pensé esa noche, me acuerdo bien ahora, que para mí no había más hombres sobre esta tierra que esos indios y que, desde el día en que me habían mandado de vuelta yo no había encontrado, aparte del padre Quesada, otra cosa que seres extraños y problemáticos a los cuales únicamente por costumbre o convención la palabra hombres podía aplicárseles. pág 120

El verdadero centro gravitacional del relato está en la exposición de la metafísica que rige el mundo de los indígenas: ¿que es la realidad? ¿somos reales o meras apariencias? ¿hay un ser que permanece inmutable? ¿Cuando abandono el río, éste sigue existiendo? Casi nada.

Efectivamente aquel decenio entre los indios se convierte en algo más que una simple aventura, para volverse una experiencia existencial. Poco a poco, con el paso de los años y contrastando su experiencia entre los indios con la vivida posteriormente en las ciudades y puertos de Europa, el narrador discierne el cambio que se ha producido en su percepción. Para los indígenas lo real está permanentemente amenazado por la informe nada y ellos son el único soporte de la realidad. Para ellos el universo es muy frágil, cada cosa amenaza con disolverse y debe ser forzada a permanecer a diario, a través del incesante sistema de rituales que exige la incertidumbre.

 


De ahí que sean tan organizados y no dejen que nada ni nadie se extravíe. De ahí que no se alejen nunca del único mundo real, su pequeña aldea. De ahí que en su idioma no exista palabra alguna equivalente a "ser" o "estar", y que la única más cercana signifique "parecer".

De ahí que una vez al año se vean arrastrados, contra su voluntad, por una fuerza oscura e inmemorial, a una orgía de antropofagia, sexo y alcohol. Un ritual que no tiene nada que ver con un salvajismo atávico, puesto que viven esas bajezas con poca satisfacción y mucha culpa; sino con el intento de estos "hombres verdaderos" por distinguirse de esa masa viscosa y sin sentido que es el mundo; un intento de eludir el acecho de la nada primigenia, la amenaza constante de no ser. Frente a esa exterioridad que se hunde en la nada, devorar a los otros, a lo exterior, supondrá afianzar su existencia: "de esa carne que devoraban, de esos huesos que roían y que chupaban con obstinación penosa iban sacando por un tiempo, hasta que se les gastara otra vez, su propio ser, endeble y pasajero".

Por su parte el entenado también se encuentra explorando su experiencia y su identidad, definitivamente anclada entre dos mundos.

"Mientras me alejaba río abajo, sin destino conocido, sentía algo que recién esta noche, sesenta años más tarde, cuando ya no se desplega, frente a mí, casi ningún porvenir, me atrevo, sin estar sin embargo demasiado seguro, a formular: que no venía nadie, remando río abajo, en la canoa, que nadie existía ni había existido nunca, fuera de alguien que, durante diez años, había deambulado, incierto y confuso, en ese espacio de evidencia. Así hasta que un recodo del río borró, abrupto, la visión, y salí de ese sueño para siempre." pág. 103

Para los indígenas "lo exterior era su principal problema. No lograban, como hubiesen querido, verse desde afuera", porque en el exterior reina y amenaza la nada. 


De ahí que en cada expedición para hacer acopio de prisioneros que sacrificar en el ritual, siempre traían a uno vivo. Cada festín contaba con su entenado, que durante unas cuantas semanas era adoptado y alimentado hasta liberarlo unas semanas después, acompañado de todo tipo de vituallas y agasajos: 
"querían que de su pasaje por ese espejismo material quedase un testigo y un sobreviviente que fuese, ante el mundo, su narrador”. 

Al grumete le costó muchos años descubrir que él era el Otro, el ojo exterior que los indígenas requerían. Por eso no lo instruyeron, por eso preservaron su diferencia. El entenado se convertirá en el testimonio de su prodigiosa existencia.
























P.D. ⏩______________________________________________

No puedo acabar sin referirme al estilo de Saer, elegante y rítmico, caracterizado por unas largas oraciones que se subordinan y solapan en busca de precisión. Cualquier párrafo de los seleccionados más arriba puede servir de ejemplo, también estos:

“Era una lengua imprevisible, contradictoria, sin forma aparente. Cuando creía haber entendido el significado de una palabra, un poco más tarde me daba cuenta de que esa misma palabra significaba también lo contrario, y después de haber sabido esos dos significados, otros nuevos se me hacían evidentes, sin que yo comprendiese muy bien por qué razón el mismo vocablo designaba al mismo tiempo cosas tan dispares. Engui, por ejemplo, significaba los hombres, la gente, nosotros, yo, comer, aquí, mirar, adentro, uno, despertar, y muchas cosas más. (...)
En ese idioma, no hay ninguna palabra que equivalga a ser o estar. La más cercana significa parecer. Como tampoco tienen artículos, si quien decir que hay un árbol, o que un árbol es un árbol dicen parece árbol. Pero parece tiene menos el sentido de similitud que el de desconfianza. Es más un vocablo negativo que positivo. Implica más objeción que comparación. No es que emita a una imagen yua conocida sino que tiende, más bien, a desgastar la percepción y a restarle contundencia. La misma palabra que designa la apariencia, designa lo exterior, la mentira, los eclipses, el enemigo. El horizonte circular, que me había parecido al principio indiscutible y compacto, era en realidad, tal como lo designaba el idioma de esos indios, un almacén de supercherías y una máquina de engaños. En ese idioma, liso y rugoso se nombran de la misma manera. también una misma palabra, con variantes de pronunciación, nombra lo presente y lo ausente. Para los indios, todo parece y nada es." pág. 142

La novela fue publicada en 1983 y se basa en un par de hechos históricos. Por un lado Francisco del Puerto fue un joven grumete español embarcado en la expedición de Juan Díaz de Solís. El grumete fue hecho prisionero por una tribu de aborígenes durante diez años, después de los cuales le permitieron regresar a su tierra, siendo rescatado por Sebastián Caboto.
Por otro lado de los Colastiné apenas se sabe que habitaron en las inmediaciones del río Paraná y cuyos miembros eran originarios de lo que hoy es la región de Santiago del Estero.

Con esos pocos datos Saer teje una fascinante novela siguiendo su propia admonición: “Lo desconocido es una abstracción; lo conocido, un desierto; pero lo conocido a medias, lo vislumbrado, es el lugar perfecto para hacer ondular deseo y alucinación”.

lunes, 10 de agosto de 2020

LOS HOMBRES que MIRABAN FIJAMENTE a las CABRAS - de Grant Heslov

EEUU,2009


Veo por tercera o cuarta vez esta película y me provoca dos reflexiones.
Una. La comedia es una cosa muy seria. 
Aunque eso ya lo sabían Lubitch, Wilder, Berlanga o Woody Allen.  
No se trata de hacer payasadas. Aunque el humor físico y la parodia sean muy agradecidos, la mejor comedia es existencial y encuentra su punto exacto entre el absurdo y la verosimilitud. Esta película lo consigue en varios momentos de la primera parte. 

Otra. Si quieres contar una historia contemporánea de guerras preventivas y decisiones políticas desastrosas (para el mundo, no para ellos) como las tomadas por tipos tan psicóticos como Dick Cheney o tan estúpidos y peligrosos como George W. Bush o Trump ¿Qué hacer?. Quizás solo quede reproducir la estupidez con toda seriedad.

Así se lo plantea Lynn Cassady (George Clooney) al estupefacto periodista Bob Wilton (Ewan McGregor) cuando le descubre el pastel: EEUU ha creado el Ejército de la Nueva Tierra compuesto por un grupo de guerreros Jedi que practican nuevas tácticas de combate: guerra psicológica, paralizar al enemigo con la mente, atravesar paredes, practicar la invisibilidad e incluso matar cabras sólo con la mirada. Por supuesto Bob Wilton se queda con la boca abierta. Como nosotros los espectadores.

Pero ajustemos el foco. 
La película comienza con una afirmación: “Mucho más de lo que usted creería es cierto”, y así es. Jon Ronson escribió un best seller acerca de los experimentos paranormales llevados a cabo por el ejército estadounidense en los años 70. Tras la derrota de Vietnam, el ejército exploró todo tipo de posibilidades para impedir nuevos fracasos militares y el control mental fue una de ellas. Quizás el comienzo no fue muy distinto de lo que muestra la película en una conversación entre dos generales. 

-"¿Por qué empezaron los soviéticos estos experimentos?
-Bueno, señor. Parece ser que se enteraron de nuestro intento de comunicar telepáticamente con uno de nuestros submarinos nucleares, el Nautilus, cuando estaba bajo la capa polar.
-¿qué intento?
-No hubo tal intento. La historia fue un montaje de los franceses. Pero los rusos creen que la historia sobre la historia del montaje de los franceses era una historia sólida.
-¿Hicieron experimentos psíquicos creyendo que nosotros hacíamos experimentos psíquicos cuando en realidad no era así?
-Sí, señor. Pero ahora que están haciendo experimentos psíquicos vamos a tener que hacer experimentos psíquicos. No podemos permitir que los rusos nos adelanten en el campo de lo paranormal."

Esta escena, absurda y verosímil, hubiese encajado como un guante en el clásico de Kubrick, Teléfono rojo, volamos hacia Moscú

La película se articula en torno al periodista Bob Wilton cuando es enviado a Irak para realizar un reportaje sobre los combates. Allí se encuentra con Lynn Cassady, con el que intima y quien le pone en antecedentes de lo que fue la creación del Ejército de la Nueva Tierra. Un encargo del alto mando que llevó a cabo el fundador Bill Django (Jeff Bridges), hippie experto en yoga, sustancias psicotrópicas y alcohol. De hecho Cassady está en camino de encontrarse con su jefe fundador, quien le ha enviado una comunicación mental para que se reúna con él en un lugar indeterminado de Irak. Los flashback de la instrucción del Nuevo Ejército se van sucediendo mientras Wilton y Cassady se acercan a su destino. 

Parece una tontería pero el libro de Ronson documenta la presencia de estos guerreros jedi en Irak, Panamá (con Noriega), Abu Grahib y...Waco. Las páginas que explican el asedio a la secta de los Davidianos en Waco, en 1993, es insólita y brutal. Por su parte la película elige ilustrar otra de las tácticas más innovadoras, cuya absurda lógica la convierte en terrorífica: la utilización de música del programa infantil Barrio Sésamo, a todo volumen, como arma de tortura.

La película tiene los trazos de una de los Coen Bros., con su humor negro y personajes estrafalarios. Incluso el Django que interpreta el gran Jeff Bridges, como líder hippie de ese nuevo Ejército, parece una continuación del antológico personaje que encarnó en El Gran Lewoski, el Nota. 

La lástima es que la cinta tiene una primera parte vigorosa (a la escena de los dos generales hay que sumar un confuso tiroteo, en las calles de Irak, entre los mercenarios de dos contratistas americanos. Los muertos son varios pobres iraquíes a los que se les está regalando la libertad y la democracia). Pero en su segunda parte languidece y deriva hacia lo convencional. Hubiese necesitado una inyección más potente de vitriolo y mala leche para convertirse en una pequeña joya. 

Pese a ello, se nota que el elenco protagonista se lo toma en serio y convierten el aburdo asunto en una gozada. Algunos golpes son bestiales y te llevan directamente a la carcajada. 

Creo que a estas alturas ya se podría articular todo un subgénero cinematográfico titulado La Caída del Imperio Americano; en donde podríamos ver el reverso tenebroso del sueño americano: en lo militar, lo político, lo económico, o con lobbys tan ladinos como el del tabaco o la Asociación Nacional del Rifle, los frecuentes tiroteos indiscriminados, el racismo, la brutalidad policial....

La lista sería larga y nos aportaría una certera exploración de una sociedad con múltiples patologías en las que el lucro obsesivo es capaz de ocultar cualquier absurdo (siendo el 5 % de la población mundial atesoran el 48 % de las armas del mundo). Un país que lleva casi un siglo en estado de guerra permanente y cuyo eslogan más descriptivo es "puritanos en público y pervertidos en privado".

Ahí encontraríamos la reciente "Vice", de Adam McKay, retrato de un halcón como Dick Cheney, que convirtió en legal la tortura y el secuestro. La violentísima "Detroit" de Kathryn Bigelow, sobre los disturbios raciales de 1967; "La Gran Apuesta", (The Big short) de Adam McKay, sobre la crisis financiera de 2008; "Money Monster" de Jodie Foster; "El lobo de Wall Street" (2014) de Martin Scorsese; "Margin Call" (2011) de J. C. Chandor, sobre el derrumbe de Lehmann Brothers; "El caso Sloan" de John Madden, sobre la batalla judicial para el control de armas; "El Dilema", 1999, de Michael Mann, sobre el marketing engañoso de la industria del tabaco; "El Político", 1949, de Robert Rossen, sobre la refriega electoral; documentales como "Inside Job", 2008, de Charles Ferguson, sobre la sistemática corrupción de los EEUU por la industria de servicios financieros y sus consecuencias; o "Bowling for Columbine" de Michael Moore, sobre los tiroteos masivos y las facilidades para comprar armas en EEUU.

Sin olvidar series recientes tan dramáticas como "Así nos ven" (When they see us), 2019, de Ava DuVernay; sobre el brutal racismo, omisiones y manipulación que llevó a cuatro adolescentes negros a pasar un calvario judicial y ser condenados por la violación de una abogada blanca. Ya en 1989 el venenoso Donald Trump estaba alimentando su discurso de racismo y odio: pagó una página de publicidad en cuatro periódicos, incluido The New York Times, para exigir mano dura contra estos jóvenes y que se recuperara la pena de muerte en Nueva York.

lunes, 27 de julio de 2020

En LA LAGUNA ESTIGIA y otros relatos - de Peter Matthiessen





Los cuentos de este volumen son realistas y bárbaros. En ellos prima la estupidez, la ignorancia y una violencia descarnada producto de un racismo recalcitrante.

Muchas veces ocurre. Parece que todo esté conectado. Con lo que está pasando en el mundo y el vibrante movimiento Black Matter Live ganando una fuerza increíble y justa, voy yo y abro este libro que contiene 3 relatos soberbios y brutales con el racismo campando a sus anchas.

El primero es el que da título a todo el volumen y nos presenta a un abogado de Washington que llega a unos cayos remotos en Florida para practicar la pesca del róbalo. Pero aquellos andurriales perdidos de la mano de Dios están bajo el férreo dominio de un juez corrupto y racista. El abogado intenta unas relaciones abiertas tanto con el juez como con su guía negro, pero el statu quo en esa comunidad es fiero y un pequeño robo le dará oportunidad al juez para demostrarle al abogado cómo hay que tratar a los negros. 

Los mosquitos, el motel destartalado, la injusticia y la humillación crearán un caldo de cultivo malsano y viciado. Los intentos de preservar la justicia y la presunción de inocencia acabarán provocando un cataclismo de intimidación y rabia. El abogado sentirá que su intento de defensa se vuelve contra su defendido. Hasta Dickie, su guía negro, despreciará sus intentos de justificarse: 

"-Usted se marcha -dijo con voz ahogada-, y nos deja que carguemos con el mochuelo." pág. 42

El segundo relato, "Viajero", relata minuciosamente la persecución y caza de un hombre negro por los manglares de Carolina del Sur. Yo lo hubiese titulado La Caza Humana. Se trata de un duelo a muerte, con la aureola del mito, entre un convicto fugitivo negro y un cazador furtivo blanco por enseñorearse de una isla deshabitada. A pesar de que en muchos momentos el fugitivo actúa como si se tratara de un juego, la historia muestra con desgarro la violencia intrínseca de esa sociedad y el papel de los marginados sociales.
"Debido a su ropa de presidiario, podían disparar contra él nada más verlo y sin que nadie hiciera preguntas." pág. 52.
Me pone los pelos de punta que por el simple hecho de haberse escapado de la cárcel, un hombre negro pueda ser tiroteado impunemente. Recientemente George Floyd fue arrestado de forma brutal hasta provocarle la asfixia por sospechar que había pasado ¡un billete falso de 20 dólares!. También en 2014, un oficial de policía arrestó a otro afroamericano desarmado, Eric Garner, usando una técnica de estrangulamiento que resultó mortal. Su aparente delito había sido vender cigarrillos por la calle sin licencia. Todo resulta fatalmente desproporcionado y delata un racismo letal y sin paliativos. "Nos están cazando" llegó a declarar Lebron James, jugador estrella de la NBA.


La última historia recogida en el libro también es compleja y extraordinaria, "Lumumba vive". En este caso Henry Harkness regresa a la que fue su Arcadia natal en el Valle del río Hudson. Viene de trabajar en África al servicio de la CIA y presumiblemente ha estado involucrado en el asesinato del presidente Patrice Lumumba

"Lleva jerez seco en la petaca de plata de su padre, un sandwich, una manzana y también un libro nuevo sobre la política actual en el antiguo Congo Belga escrito por uno de esos comunistas de pacotilla. Su nombre se menciona de pasada, pero con dureza. que se vayan al infierno. Hice lo que se me pidió que hiciera. Cumplí con mi deber. Tener el valor de ensuciarse las manos sin esperanza de gloria y con gran riesgo de ingratitud puede convertirse en el deber más sagrado para con el propio país; ¿no es cierto? pág. 203.
Esto es lo que deben de pensar todos los fanáticos y asesinos que muchas veces envuelven su odio en banderas esperando ser aclamados como grandes patriotas. No es su caso y su padre se lo advierte.
"Haz el favor de no confundir tus actividades en África con el servicio diplomático, ni tampoco con un verdadero servicio a tu país y menos aún con una carrera honorable capaz de dar prestigio a esta familia". pág. 206

Fracasado su sueño de recuperar su casa y su vida perdida emprende el rito de la caza del pato que le enseñó su padre. Pero cuando cobra la pieza y va a recogerla se cruza con un grupo de jóvenes negros en el que casualmente uno porta una camiseta con el lema "Lumumba vive". A pesar de dirigirse a él con bromas, el estrés postraumático por crímenes pasados y el odio y racismo instrínsecos provocarán un cóctel psicótico que le hace huir y camuflarse como cuando estaba en Vietnam.
"Le sonríen. Henry conoce a estos africanos; sabe lo bien que fingen sumisión y respeto cuando en realidad se están riendo de alguien a quien tienen a su merced." pág. 217
Al final, humillado, atormentado y lleno de ira espera emboscado a un terrible perseguidor que nunca aparece.

Los lugares donde transcurren la mayoría de los cuentos son remotos y desolados como las almas de los protagonistas: la laguna, el desierto, los manglares, un psiquiátrico.... Incluso en el territorio civilizado de Arcadia, los personajes de Matthiessen están en la jungla. Pero no se trata de una lucha del hombre contra la naturaleza. Lo que caracteriza estos relatos es la lucha del hombre contra el hombre, un combate ancestral donde el ejercicio de la violencia es la expresión del poder.

Como se ha podido apreciar, en varias ocasiones el relato adopta la forma de la llegada de un extraño o su presencia en el lugar equivocado. Así ocurre con el abogado que llega a los cayos de Florida y también con el extraño que, en "Sadie", llega al estado sureño de Georgia para comprar perros de caza. De nuevo en la granja nos encontramos un ambiente enrarecido y brutal. Allí se da la circunstancia de que un cazador furtivo ha sido recogido por un terrateniente para domesticar y entrenar a sus perros. Pero en el fondo late también la "domesticación" de ese ser asilvestrado que demuestra una gran humanidad con los perros pero que también es capaz de transformarse en un animal por culpa del alcohol. 

En prácticamente todas las historias aflora un debate entre distintos códigos morales o directamente una lucha de poder. Muchos de los protagonistas son seres repugnantes y cobardes que ansían ejercer su potestad sobre otros hombres sojuzgándolos. También sobre los animales se ejerce la violencia e incluso la muerte gratuita. En "Fuera de temporada" la simple aparición de una tortuga gigante y majestuosa despierta los más bajos instintos de uno de los invitados que de forma ofuscada ansía dispararla.

Desierto de Sonora





























Lo mismo ocurre con los hermosos y solemnes lobos grises que son perseguidos hasta la muerte en el relato "Los lobos de águila". A pesar de que hace años que se han retirado tan lejos que ya no son una amenaza, los ganaderos blancos contratan a un indio navajo, cazador de lobos profesional, para perseguir sus últimos vestigios por el desierto de Sonora. Al indio le asaltan conflictos morales sobre su actuación y se ve reflejado en los lobos.
"No se le escapaba, aunque le costara reconocerlo, que cada ejecución no estrictamente planificada contribuía a la muerte de un trozo de naturaleza y de un modo de vida que, estaba convencido, era la patria que le quedaba." pág. 114
Finalmente reseñar una historia en un psiquiátrico titulada "Gris se vuelve la medianoche". En ella una terapeuta ocupacional se hace amigo de un recluso que está sano pero que tiene accesos de locura por un trozo de metralla incrustada en el cerebro. En su deseo de ayudarle y conseguirle la libertad provoca lo contrario ya que él se autolesiona y provoca un sangriento motín. El gris del título parece referirse a la complejidad del ser humano, al que no cabe estudiar sólo en blanco y negro.

Tanto los personajes como la escritura de Peter Matthiessen (Nueva York, 1927-2014) son enormemente vitales y siempre albergan una visión moral de la existencia. Su visión del mundo no es nada condescendiente. Fue un comprometido activista medioambiental que nunca dejó de escribir sobre las personas oprimidas, las desaparición de las culturas indígenas y la presión de la civilización sobre la vida salvaje. 

domingo, 26 de julio de 2020

PETER MATTHIESSEN, ESCRITOR



El escritor y naturalista Peter Matthiessen (1927-2014), escribió más de 30 obras a lo largo de su carrera. Su obra número 33, "In Paradise" se público justo después de morir y vuelve su mirada hacia el Holocausto para narrar el retiro de búsqueda y oración de un centenar de personas zen, en los tétricos barracones de un campo de exterminio nazi.

Fue el único escritor que ha ganado el Premio Nacional del Libro en EEUU en las dos categorías de Ficción y No Ficción. Éste último, en 1978, por un libro memorable, "El leopardo de las nieves", relato muy personal sobre una expedición al Himalaya que se convirtió en un viaje espiritual tras la muerte de su segunda esposa, Deborah Love. El Premio en Ficción llegaría más tarde, en 2008, por la monumental novela "País de sombras".


Matthiessen Nació en Manhattan en 1927 en una familia acomodada. Después de un período en la Marina, estudió en Yale, donde comenzó a escribir cuentos y fue reclutado para la CIA por uno de sus profesores. En París, en 1953, Matthiessen cofundó la que se convertiría en una de las revistas literarias más importantes del siglo XX, The Paris Review. Pero lo hizo como tapadera para sus actividades de la CIA, única aventura en su larga vida de la que declaró estar arrepentido.

Su forma de trabajar era inmiscuirse hasta las trancas en situaciones conflictivas o penosas que luego relataba. Durante toda su vida desarrolló un persistente trabajo como activista que quedó reflejado en libros como los que escribió sobre el sindicalista César Chávez, el Movimiento Indígena Americano o los pescadores desaparecidos en el este de Long Island. Así en 1954 pasó tres años trabajando como pescador comercial en la bahía de South Fork. La experiencia fue dura y peligrosa y la reflejó posteriormente en el libro "Vidas de los hombres" (Men´s Lives), una elegía por un estilo de vida que ya en esa época estaba desapareciendo.


Matthiessen viajó por África, Asia, el Himalaya, Australia, América del Sur y la Antártida. Ya desde su primer libro de no ficción definió los temas y el territorio que atravesarían su vida: la destrucción de la naturaleza y los pueblos indígenas a manos de la humanidad. 

"La vida silvestre en América" (Wildlife in America), publicado en 1959, es la primera historia del impacto del hombre en la extinción de especies animales y de aves en América del Norte.

"En el espíritu de Caballo Loco" (1983), se basa en una investigación rigurosa de los testimonios, pruebas y declaraciones juradas de los implicados en un tiroteo ocurrido en 1975 entre agentes del FBI y un grupo de indios americanos en una reserva próxima a Wounded Knee, Dakota del Sur. Su denuncia es tan contundente y clara que estuvo prohibido durante ocho años en los Estados Unidos tras ser demandado por un agente y el ex-gobernador de Dakota del Sur. La demanda finalmente se desestimó.

En la acción murieron dos agentes y un indio. Cuatro indios, todos ellos miembros del American Indian Movement (AIM) fueron acusados de asesinato. Sólo uno de ellos, Leonard Peltier, fue condenado. En 1993, precisamente el año declarado por la Naciones Unidas "de los pueblos indígenas", se confirmaron las dos sentencias a cadena perpetua contra Leonard Peltier. Matthiessen relató lo que ocurrió realmente y se mostró convencido de la inocencia de Peltier, demostrando su compromiso con la causa de los indios americanos y desenmascarando la hipocresía de la sociedad norteamericana en cuanto al genocidio de los pueblos indígenas. Matthiessen revela con nitidez los problemas de fondo que hay detrás del tiroteo de Pine Ridge: la discriminación sistemática de los indios por parte de las autoridades; la determinación de las grandes corporaciones industriales de explotar los yacimientos de uranio de las Black Hills —las montañas sagradas de los sioux—; el incumplimiento de los tratados; y la hostilidad del FBI hacia el AIM.



En 1962 cuando Truman Capote leyó "Al pie de la montaña", sobre la vida de una tribu de Nueva Guinea que, ajena a toda influencia, seguía viviendo en la Edad de Piedra, le atribuyó a Matthiessen la invención de lo que posteriormente se denominó literatura no ficción (desarrollar técnicas de ficción para relatar hechos reales), hallazgo que siempre se asigna a la obra "A sangre fría" del propio Capote. En este libro Peter Matthiessen relata, con agudeza y lirismo, la experiencia de vivir con estos contemporáneos prehistóricos hasta hacérnoslos entrañables.
La expedición Harvard-Peabody penetró en el valle de Baliem en 1961 y durante 6 meses convivió con la tribu de los Kurelu filmando y registrando sus guerras, rituales y vida diaria interfiriendo lo mínimo posible, a fin de poder conservar una imagen auténtica de una cultura de la Edad de Piedra.



Practicante comprometido y, finalmente ordenado sacerdote del budismo zen, Matthiessen fue un hombre de una integridad inspiradora. Tanto sus personajes como su escritura son enormemente vitales y siempre albergan una visión moral de la existencia. Las páginas de este naturalista y viajero navegan entre la antropología y la filosofía. Muchas de sus novelas están basadas en los documentadísimos viajes que llevó a cabo por todo el planeta. Su visión del mundo no es nada condescendiente. Fue un comprometido activista medioambiental que nunca dejó de escribir sobre las personas oprimidas, las desaparición de las culturas y la presión de la civilización sobre la vida salvaje. Defendió ardientemente tanto a culturas como a especies en peligro de extinción, así como a los nativos americanos y a trabajadores agrícolas latinos. Con los años esta defensa se fue modulando hasta alcanzar un tono irónico y elegíaco.

Es conocido que en la pared de su casa colgaba una frase de Albert Camus: "Debemos aceptar que resulta imposible evitar el dolor y que nuestra única justificación –si acaso tenemos alguna- reside en hablar en nombre de los que no pueden hacerlo”. Para él la frase era un recordatorio: "Creo en la responsabilidad social, en la capacidad de cada individuo para la resolución de situaciones injustas. Y me parece especialmente importante en el caso de los escritores."

Aparte de su libro de cuentos "En la laguna Estigia" reseñado aquí, entre sus obras destacan:
Jugando en los campos del Señor (At Play in the Fields of the Lord), obra con la que se dio a conocer en 1961 obteniendo un éxito resonante, fija su atención en la destrucción del Amazonas.

Después de que su avión se quedara sin combustible en una zona perdida del Amazonas, un par de exploradores reciben una oferta del oficial de policía local: bombardear a la tribu Niaruna para que se desplacen de su asentamiento y facilitar las minas de oro.
En paralelo un misionero junto con su esposa y su hijo llegan a la zona para unirse a otros dos con la pretensión de establecer una misión evangelizadora con los Niaruna. Por su parte uno de los exploradores, según va conociendo a los indígenas, más se va integrando en su vida y cultura. Los conflictos morales, las enfermedades, la muerte y los intereses económicos reviven el conflicto entre Naturaleza y civilización de una forma emotiva y perturbadora. Una historia con tintes conradianos que fue adaptada a la gran pantalla por Héctor Babenco en 1991, con el protagonismo de John Lithgow y Daryl Hannah. También sirvió de inspiración para Avatar, según declaró su director James Cameron.


El leopardo de las nieves (The Snow Leopard, 1978).
En otoño de 1973 Matthiessen y el zoólogo George Schaller emprendieron una expedición a la Montaña de Cristal, en la meseta del Tibet, para estudiar los hábitos de un animal no muy conocido: el bharal o cordero azul himalayo. Pero su auténtica esperanza era poder ver al más hermoso y raro de los grandes felinos, el leopardo de las nieves. Lo que comenzó como una búsqueda de un leopardo raro, venerado y emblema budista, se convirtió en una búsqueda del sentido del ser. Más todavía si tenemos en cuenta que Matthiessen lo afrontó muy afectado por la reciente muerte de su segunda esposa.

Para Matthiessen, adentrarse en la tierra de Dolpo significó mucho más que una expedición naturalista o una aventura: despojarse de las ventajas y las ataduras de la civilización, convivir con hombres y paisajes en su más elemental belleza, adentrarse en sí mismo por las vías que le proporcionaron el budismo o el zen.

De forma evocadora y con una gran carga de reflexión escribió sobre un viaje espiritual en el que acepta la imposibilidad de capturar la experiencia con palabras:
"El secreto de las montañas es que existen, igual que yo, pero se limitan a existir, cosa que yo no hago. Las montañas no tienen significado, son significado; las montañas son. El sol es redondo. Yo vibro con la vida y las montañas vibran y, si soy capaz de oírlas, hay una vibración que compartimos. Entiendo todo esto, no con la cabeza, sino con el corazón, sabiendo cuán absurdo es tratar de captar lo que no se puede expresar, sabiendo que otro día, cuando vuelva a leer esto, sólo quedarán las palabras." 

"Sobre el camino, en el brillo de la mica y de extrañas piedras resplandecientes, yace la pluma amarilla y gris azulada de un pájaro desconocido. Y acto seguido llega una intuición penetrante, en modo alguno entendida, de que en esta pluma sobre la senda plateada, en este ritmo de sonidos de madera y cuero, respiración, sol y viento e ímpetu de río, en este paisaje sin tiempo pasado o futuro, en este instante, en todos los instantes, transitoriedad y eternidad, muerte y vida son una y la misma cosa."

Far Tortuga, escrita en 1975 está considerada una novela de culto. A pesar de ello hubo que esperar a 2012 para poder leerla en español. Far Tortuga es una de los trabajos fundamentales de Matthiessen y, según declaró, su novela favorita. Sin duda es su obra de ficción más inventiva y experimental. 
Estamos en abril a mediados de los 60, época de pesca de tortugas en los bancos y arrecifes del Caribe. La destartalada goleta Lillias Eden abandona Gran Caimán con una tripulación mestiza de 9 marineros que representan todos los matices del Caribe blanco y negro. La novela relata ese viaje y su simplicidad narrativa contrasta con la profundidad que aporta cada personaje con su voz, ya que la novela está compuesta principalmente por diálogos sin identificar al hablante, pero impresos con diferente tipografía para orientarnos. En sus páginas no sólo caben palabras. Se reproduce el manifiesto del barco así como un diagrama del mismo en lugar de una descripción verbal. Del mismo modo, los días y la hora del día se muestran mediante una representación gráfica del sol y la luna. Todo ello hace que su lectura sea una experiencia singular y evocadora. Sus diálogos capturan los momentos de un modo cósmico y resuenan con una claridad que impacta en el teatro gigantesco del mar.

Las páginas están inusualmente organizadas jugando con le texto y frecuentes espacios en blanco. Siendo un budista Zen practicante, para Matthiessen los espacios en blanco juegan un papel importante en la narración, llegando a escribir cada palabra como si fuera una meditación.

La narración está radicalmente separada del diálogo, no ofrece comentarios y solo proporciona unos escasos pasajes descriptivos. El lector navega a través de las páginas dejándose llevar por la voz narrativa de cada personaje, conformando una aventura vital difícil de olvidar.

De los pescadores no sabemos nada más que lo dicen o hacen. Los tripulantes relatan aventuras de pesca pasadas y recuerdos de capitanes, singladuras y tormentas que vivieron. De vez en cuando se encuentran con otros barcos y tripulaciones. El capitán del barco está decidido a mantener las tradiciones, aunque la industria está cambiando y, con las nuevas leyes, amenazando esa forma de vida. Sus obsesiones juegan un papel crítico en el resultado del viaje. 

Los nueve hombres a bordo hacen lo que deben porque es todo lo que saben hacer. No son muy diferentes de las tortugas. Nacen, viven, trabajan, comen, se reproducen y mueren. Apenas perciben un chispazo alentador en su existencia. Solo tienen el mundo en el que habitan, y los está desahuciando. El simbolismo de este impresionante relato sobre las relaciones entre el hombre y la naturaleza adquiere un tono elegíaco cuando enfrenta una forma de vida abocada a desaparecer.

País de sombras, (Shadow country, 2008) es una obra de madurez, una novela épica y trágica que consagró a Matthiessen. La obra definitiva surge de la reescritura de tres obras anteriores publicadas durante los años 90 e inspiradas en los años fronterizos de Florida del Sur y la muerte del dueño de la plantación Edgar J. Watson poco después del Huracán de Florida Sudoeste de 1910: Matanza del Sr. Watson (1990), el Río del Hombre Perdido (1997) y Hueso por Hueso (1999).


En esta verdadera epopeya, Matthiessen revisa una leyenda y cuenta a través de diferentes voces la ascensión y caída de E.J. Watson, terrateniente de las plantaciones azucareras en los Everglades, personaje mítico que impuso su violento sentido de la justicia y el orden en una tierra plagada de miseria, caimanes y racismo. Watson cometió múltiples asesinatos y murió a manos de sus vecinos en 1910.

En la primera parte, a lo largo de varios monólogos breves, numerosos personajes cuentan su versión de los hechos. La narración engancha en seguida y recuerda mucho a Mientras agonizo, de William Faulkner. La leyenda erigida en torno a esta figura siniestra le sirve para hablarnos de la historia de su país entre finales del siglo XIX y principios del XX, y de cómo los EE.UU. hunden sus raíces en el racismo, la explotación de los recursos, las injusticias cometidas contra los pobres, indios y negros, y la obsesión por la propiedad.

Una crónica sobre una Florida pantanosa y profunda que se devora a si misma. Matthiessen realiza una descripción estremecedora del deterioro de una naturaleza virgen, y del carácter sureño, una “gente anticuada que venía de las montañas con una bolsita alrededor del cuello que contenía un pedazo de su propia mierda para mantener a raya al mal y también a la gente honrada”.

lunes, 20 de julio de 2020

THE TALE - de Jennifer Fox

EEUU, 2018


Una niña de 13 años siente que es invisible en la vida, tanto en el colegio como en su familia. Un hombre adulto, divorciado, logra que se sienta especial. Cultiva sus ganas de ser independiente, sentirse mujer y ser querida. Embauca a la niña que le consiente todo hasta llegar a la copulación.


Estos son los hechos desnudos y ponen los pelos de punta. Pero si sólo fuese eso, la película no valdría más que una noticia de abuso de menores, de las muchas que lamentablemente se repiten sin cesar. Además, seguramente, yo no la habría visto. Me repugna el abuso. Odio a esos cabrones. 

Pero me llamó la atención que la historia estuviese escrita y dirigida por la protagonista que sufrió el abuso, ¡Qué valiente!. Además, cuando acabé el visionado, no pude dejar de pensar ¡qué bien lo ha contado!. Sin caer en el melodrama, la carnaza o el fácil escándalo. Jennifer Fox es hoy una documentalista de prestigio y ejerce de profesora en una universidad. Durante diez años ha dado vueltas a su relato hasta encontrar una estructura narrativa sutil y compleja que ayuda enormemente a acercarnos a una verdad llena de aristas. 

El caso es que después de 30 años dirigiendo documentales para exponer la realidad, y en pleno rodaje de su trabajo Flying: Confessions of a Free Woman; se dio cuenta de que estaba escuchando historias de abusos que sonaban como lo que ella vivió en su infancia...aunque ella lo recordaba como un romance. ¿se había estado engañando a sí misma desde que su entrenador de 40 años se apropió de su virginidad cuando ella tenía 13?.

Hay que elogiar sin paliativos la sinceridad de que hace gala la cineasta, que pone en imágenes su propia indagación del pasado: "Mi objetivo era comprender cómo y por qué sucedió para ayudar a otras personas y al mundo a entender lo complejo y los matices de este tipo de experiencias". 

El arranque de la historia se produce cuando la madre (Ellen Burstyn) de la autora descubre un relato (The Tale) de su hija entre los papeles del instituto. Alarmada por su contenido y sospechando que lo que allí se cuenta realmente ocurrió, la presiona para que revise sus recuerdos y le cuente esa oculta verdad de sus vivencias en un campamento de equitación. Al leer su propio relato, la autora (interpretada con una gran profundidad dramática por Laura Dern) debe afrontar que sus recuerdos están enmarañados y edulcorados. Congeló aquella historia y la guardó en el desván de tal modo que, al visitar ahora ese texto, parece la historia de otra persona.






















De ahí que la película tenga los trazos de una indagación histórica con su búsqueda de testigos y todo. Pero evidentemente la mejor entrevista que puede hacer para aclarar los hechos es a la niña de 13 años que los vivió. De este modo la película se acerca al abuso sexual desde dos puntos de vista, el de la víctima de 13 años que lo vivió como un triunfo y la mujer adulta que lo dejó enterrado en su memoria. 


En el pasado la cineasta revela, paso a paso, la estrategia de un depredador sexual, cómo embauca a la niña con halagos y teorías: eres especial, más madura que otras niñas, nuestra relación es algo único que nadie puede entender; todos viven en el convencionalismo, pero tú eres valiente, eres capaz de tomar tus propias decisiones.... Mientras que en el presente Jennifer tiene que despojar a sus recuerdos de un halo dulcificado que los presenta como el éxito de una madurez anticipada.

"The tale" se despliega así entre escenas del presente y del pasado que fluyen de un forma increíble y que llegan incluso a contrastarse cuando la niña responde a las preguntas de la Jennifer adulta.

-"Me mentiste. Todos estos años me dijiste que fue algo bueno.
-Y lo fue. Saqué un 10 (con la redacción de "la historia").
-Un 10...¿crees que eso importa? Eso no hace que esté bien.
-¿Prefieres que sea una víctima patética? Pero ¿sabes qué? No lo soy. Tengo algo que nadie más tiene. Ahora soy la maestra, no una niña invisible."
Esta estructura nos permite adentrarnos en el drama de un modo que muchas veces es desconcertante y siempre desgarrador. Porque la niña lo cataloga como un triunfo: evidentemente la niña fue manipulada por su entrenador pero también por su propia mente.
Jennifer portando su sobresaliente.


























El tema principal es espeluznante; pero ello no debe hacernos olvidar la estructura narrativa tan maravillosamente trenzada por la directora para contar su historia y enfrentarse a sus propios fantasmas. De hecho Jennifer se ve, en principio, como una adolescente de 15 años, y así aparece representada por Jessica Sarah Flaum durante varias escenas. Pero cuando su madre le enseña su foto de aquella época, con sólo 13 años, debe aceptar que era una simple niña (y así aparece interpretada ya definitivamente por Isabelle Nélisse), inmadura, sin criterio y con una escasa formación moral.


En definitiva la película desarrolla la indagación de un trauma y el esfuerzo por revelar los mecanismos de la mente humana para salir indemne. Jennifer Fox se va quitando las vendas con gran valentía y nos muestra unas cicatrices que ella misma desconocía. 
"Nuestra perspectiva y las historias que nos contamos cambian todo el tiempo y se nos enseña que una historia borra la siguiente en un embudo que cambia constantemente  hacia esta cosa llamada 'verdad'. Esa es la ideología occidental, me atrevo a decir que es la esencia de los conceptos freudianos. Pero a medida que envejezco, me doy cuenta de que la verdad tiene muchas historias paralelas que conviven simultáneamente en nuestras vidas como las capas de un pastel. Para cuidar realmente el alma, tenemos que permitir aflorar la verdad completa en toda su complejidad y honrar las contradicciones."