domingo, 26 de julio de 2020

PETER MATTHIESSEN, ESCRITOR



El escritor y naturalista Peter Matthiessen (1927-2014), escribió más de 30 obras a lo largo de su carrera. Su obra número 33, "In Paradise" se público justo después de morir y vuelve su mirada hacia el Holocausto para narrar el retiro de búsqueda y oración de un centenar de personas zen, en los tétricos barracones de un campo de exterminio nazi.

Fue el único escritor que ha ganado el Premio Nacional del Libro en EEUU en las dos categorías de Ficción y No Ficción. Éste último, en 1978, por un libro memorable, "El leopardo de las nieves", relato muy personal sobre una expedición al Himalaya que se convirtió en un viaje espiritual tras la muerte de su segunda esposa, Deborah Love. El Premio en Ficción llegaría más tarde, en 2008, por la monumental novela "País de sombras".


Matthiessen Nació en Manhattan en 1927 en una familia acomodada. Después de un período en la Marina, estudió en Yale, donde comenzó a escribir cuentos y fue reclutado para la CIA por uno de sus profesores. En París, en 1953, Matthiessen cofundó la que se convertiría en una de las revistas literarias más importantes del siglo XX, The Paris Review. Pero lo hizo como tapadera para sus actividades de la CIA, única aventura en su larga vida de la que declaró estar arrepentido.

Su forma de trabajar era inmiscuirse hasta las trancas en situaciones conflictivas o penosas que luego relataba. Durante toda su vida desarrolló un persistente trabajo como activista que quedó reflejado en libros como los que escribió sobre el sindicalista César Chávez, el Movimiento Indígena Americano o los pescadores desaparecidos en el este de Long Island. Así en 1954 pasó tres años trabajando como pescador comercial en la bahía de South Fork. La experiencia fue dura y peligrosa y la reflejó posteriormente en el libro "Vidas de los hombres" (Men´s Lives), una elegía por un estilo de vida que ya en esa época estaba desapareciendo.


Matthiessen viajó por África, Asia, el Himalaya, Australia, América del Sur y la Antártida. Ya desde su primer libro de no ficción definió los temas y el territorio que atravesarían su vida: la destrucción de la naturaleza y los pueblos indígenas a manos de la humanidad. 

"La vida silvestre en América" (Wildlife in America), publicado en 1959, es la primera historia del impacto del hombre en la extinción de especies animales y de aves en América del Norte.

"En el espíritu de Caballo Loco" (1983), se basa en una investigación rigurosa de los testimonios, pruebas y declaraciones juradas de los implicados en un tiroteo ocurrido en 1975 entre agentes del FBI y un grupo de indios americanos en una reserva próxima a Wounded Knee, Dakota del Sur. Su denuncia es tan contundente y clara que estuvo prohibido durante ocho años en los Estados Unidos tras ser demandado por un agente y el ex-gobernador de Dakota del Sur. La demanda finalmente se desestimó.

En la acción murieron dos agentes y un indio. Cuatro indios, todos ellos miembros del American Indian Movement (AIM) fueron acusados de asesinato. Sólo uno de ellos, Leonard Peltier, fue condenado. En 1993, precisamente el año declarado por la Naciones Unidas "de los pueblos indígenas", se confirmaron las dos sentencias a cadena perpetua contra Leonard Peltier. Matthiessen relató lo que ocurrió realmente y se mostró convencido de la inocencia de Peltier, demostrando su compromiso con la causa de los indios americanos y desenmascarando la hipocresía de la sociedad norteamericana en cuanto al genocidio de los pueblos indígenas. Matthiessen revela con nitidez los problemas de fondo que hay detrás del tiroteo de Pine Ridge: la discriminación sistemática de los indios por parte de las autoridades; la determinación de las grandes corporaciones industriales de explotar los yacimientos de uranio de las Black Hills —las montañas sagradas de los sioux—; el incumplimiento de los tratados; y la hostilidad del FBI hacia el AIM.



En 1962 cuando Truman Capote leyó "Al pie de la montaña", sobre la vida de una tribu de Nueva Guinea que, ajena a toda influencia, seguía viviendo en la Edad de Piedra, le atribuyó a Matthiessen la invención de lo que posteriormente se denominó literatura no ficción (desarrollar técnicas de ficción para relatar hechos reales), hallazgo que siempre se asigna a la obra "A sangre fría" del propio Capote. En este libro Peter Matthiessen relata, con agudeza y lirismo, la experiencia de vivir con estos contemporáneos prehistóricos hasta hacérnoslos entrañables.
La expedición Harvard-Peabody penetró en el valle de Baliem en 1961 y durante 6 meses convivió con la tribu de los Kurelu filmando y registrando sus guerras, rituales y vida diaria interfiriendo lo mínimo posible, a fin de poder conservar una imagen auténtica de una cultura de la Edad de Piedra.



Practicante comprometido y, finalmente ordenado sacerdote del budismo zen, Matthiessen fue un hombre de una integridad inspiradora. Tanto sus personajes como su escritura son enormemente vitales y siempre albergan una visión moral de la existencia. Las páginas de este naturalista y viajero navegan entre la antropología y la filosofía. Muchas de sus novelas están basadas en los documentadísimos viajes que llevó a cabo por todo el planeta. Su visión del mundo no es nada condescendiente. Fue un comprometido activista medioambiental que nunca dejó de escribir sobre las personas oprimidas, las desaparición de las culturas y la presión de la civilización sobre la vida salvaje. Defendió ardientemente tanto a culturas como a especies en peligro de extinción, así como a los nativos americanos y a trabajadores agrícolas latinos. Con los años esta defensa se fue modulando hasta alcanzar un tono irónico y elegíaco.

Es conocido que en la pared de su casa colgaba una frase de Albert Camus: "Debemos aceptar que resulta imposible evitar el dolor y que nuestra única justificación –si acaso tenemos alguna- reside en hablar en nombre de los que no pueden hacerlo”. Para él la frase era un recordatorio: "Creo en la responsabilidad social, en la capacidad de cada individuo para la resolución de situaciones injustas. Y me parece especialmente importante en el caso de los escritores."

Aparte de su libro de cuentos "En la laguna Estigia" reseñado aquí, entre sus obras destacan:
Jugando en los campos del Señor (At Play in the Fields of the Lord), obra con la que se dio a conocer en 1961 obteniendo un éxito resonante, fija su atención en la destrucción del Amazonas.

Después de que su avión se quedara sin combustible en una zona perdida del Amazonas, un par de exploradores reciben una oferta del oficial de policía local: bombardear a la tribu Niaruna para que se desplacen de su asentamiento y facilitar las minas de oro.
En paralelo un misionero junto con su esposa y su hijo llegan a la zona para unirse a otros dos con la pretensión de establecer una misión evangelizadora con los Niaruna. Por su parte uno de los exploradores, según va conociendo a los indígenas, más se va integrando en su vida y cultura. Los conflictos morales, las enfermedades, la muerte y los intereses económicos reviven el conflicto entre Naturaleza y civilización de una forma emotiva y perturbadora. Una historia con tintes conradianos que fue adaptada a la gran pantalla por Héctor Babenco en 1991, con el protagonismo de John Lithgow y Daryl Hannah. También sirvió de inspiración para Avatar, según declaró su director James Cameron.


El leopardo de las nieves (The Snow Leopard, 1978).
En otoño de 1973 Matthiessen y el zoólogo George Schaller emprendieron una expedición a la Montaña de Cristal, en la meseta del Tibet, para estudiar los hábitos de un animal no muy conocido: el bharal o cordero azul himalayo. Pero su auténtica esperanza era poder ver al más hermoso y raro de los grandes felinos, el leopardo de las nieves. Lo que comenzó como una búsqueda de un leopardo raro, venerado y emblema budista, se convirtió en una búsqueda del sentido del ser. Más todavía si tenemos en cuenta que Matthiessen lo afrontó muy afectado por la reciente muerte de su segunda esposa.

Para Matthiessen, adentrarse en la tierra de Dolpo significó mucho más que una expedición naturalista o una aventura: despojarse de las ventajas y las ataduras de la civilización, convivir con hombres y paisajes en su más elemental belleza, adentrarse en sí mismo por las vías que le proporcionaron el budismo o el zen.

De forma evocadora y con una gran carga de reflexión escribió sobre un viaje espiritual en el que acepta la imposibilidad de capturar la experiencia con palabras:
"El secreto de las montañas es que existen, igual que yo, pero se limitan a existir, cosa que yo no hago. Las montañas no tienen significado, son significado; las montañas son. El sol es redondo. Yo vibro con la vida y las montañas vibran y, si soy capaz de oírlas, hay una vibración que compartimos. Entiendo todo esto, no con la cabeza, sino con el corazón, sabiendo cuán absurdo es tratar de captar lo que no se puede expresar, sabiendo que otro día, cuando vuelva a leer esto, sólo quedarán las palabras." 

"Sobre el camino, en el brillo de la mica y de extrañas piedras resplandecientes, yace la pluma amarilla y gris azulada de un pájaro desconocido. Y acto seguido llega una intuición penetrante, en modo alguno entendida, de que en esta pluma sobre la senda plateada, en este ritmo de sonidos de madera y cuero, respiración, sol y viento e ímpetu de río, en este paisaje sin tiempo pasado o futuro, en este instante, en todos los instantes, transitoriedad y eternidad, muerte y vida son una y la misma cosa."

Far Tortuga, escrita en 1975 está considerada una novela de culto. A pesar de ello hubo que esperar a 2012 para poder leerla en español. Far Tortuga es una de los trabajos fundamentales de Matthiessen y, según declaró, su novela favorita. Sin duda es su obra de ficción más inventiva y experimental. 
Estamos en abril a mediados de los 60, época de pesca de tortugas en los bancos y arrecifes del Caribe. La destartalada goleta Lillias Eden abandona Gran Caimán con una tripulación mestiza de 9 marineros que representan todos los matices del Caribe blanco y negro. La novela relata ese viaje y su simplicidad narrativa contrasta con la profundidad que aporta cada personaje con su voz, ya que la novela está compuesta principalmente por diálogos sin identificar al hablante, pero impresos con diferente tipografía para orientarnos. En sus páginas no sólo caben palabras. Se reproduce el manifiesto del barco así como un diagrama del mismo en lugar de una descripción verbal. Del mismo modo, los días y la hora del día se muestran mediante una representación gráfica del sol y la luna. Todo ello hace que su lectura sea una experiencia singular y evocadora. Sus diálogos capturan los momentos de un modo cósmico y resuenan con una claridad que impacta en el teatro gigantesco del mar.

Las páginas están inusualmente organizadas jugando con le texto y frecuentes espacios en blanco. Siendo un budista Zen practicante, para Matthiessen los espacios en blanco juegan un papel importante en la narración, llegando a escribir cada palabra como si fuera una meditación.

La narración está radicalmente separada del diálogo, no ofrece comentarios y solo proporciona unos escasos pasajes descriptivos. El lector navega a través de las páginas dejándose llevar por la voz narrativa de cada personaje, conformando una aventura vital difícil de olvidar.

De los pescadores no sabemos nada más que lo dicen o hacen. Los tripulantes relatan aventuras de pesca pasadas y recuerdos de capitanes, singladuras y tormentas que vivieron. De vez en cuando se encuentran con otros barcos y tripulaciones. El capitán del barco está decidido a mantener las tradiciones, aunque la industria está cambiando y, con las nuevas leyes, amenazando esa forma de vida. Sus obsesiones juegan un papel crítico en el resultado del viaje. 

Los nueve hombres a bordo hacen lo que deben porque es todo lo que saben hacer. No son muy diferentes de las tortugas. Nacen, viven, trabajan, comen, se reproducen y mueren. Apenas perciben un chispazo alentador en su existencia. Solo tienen el mundo en el que habitan, y los está desahuciando. El simbolismo de este impresionante relato sobre las relaciones entre el hombre y la naturaleza adquiere un tono elegíaco cuando enfrenta una forma de vida abocada a desaparecer.

País de sombras, (Shadow country, 2008) es una obra de madurez, una novela épica y trágica que consagró a Matthiessen. La obra definitiva surge de la reescritura de tres obras anteriores publicadas durante los años 90 e inspiradas en los años fronterizos de Florida del Sur y la muerte del dueño de la plantación Edgar J. Watson poco después del Huracán de Florida Sudoeste de 1910: Matanza del Sr. Watson (1990), el Río del Hombre Perdido (1997) y Hueso por Hueso (1999).


En esta verdadera epopeya, Matthiessen revisa una leyenda y cuenta a través de diferentes voces la ascensión y caída de E.J. Watson, terrateniente de las plantaciones azucareras en los Everglades, personaje mítico que impuso su violento sentido de la justicia y el orden en una tierra plagada de miseria, caimanes y racismo. Watson cometió múltiples asesinatos y murió a manos de sus vecinos en 1910.

En la primera parte, a lo largo de varios monólogos breves, numerosos personajes cuentan su versión de los hechos. La narración engancha en seguida y recuerda mucho a Mientras agonizo, de William Faulkner. La leyenda erigida en torno a esta figura siniestra le sirve para hablarnos de la historia de su país entre finales del siglo XIX y principios del XX, y de cómo los EE.UU. hunden sus raíces en el racismo, la explotación de los recursos, las injusticias cometidas contra los pobres, indios y negros, y la obsesión por la propiedad.

Una crónica sobre una Florida pantanosa y profunda que se devora a si misma. Matthiessen realiza una descripción estremecedora del deterioro de una naturaleza virgen, y del carácter sureño, una “gente anticuada que venía de las montañas con una bolsita alrededor del cuello que contenía un pedazo de su propia mierda para mantener a raya al mal y también a la gente honrada”.

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