viernes, 14 de noviembre de 2025

LOS DOMINGOS - de Alauda Ruiz de Azúa

España, 2025

Esta es una película radical. No cae en lugares comunes ni se conforma con una faena de aliño. Mira de frente a los conflictos humanos más cotidianos (como ya hizo la directora en Cinco Lobitos) y los retrata con sentimiento, valentía y desnudez.

Siempre he defendido que la ficción (la mentira) es uno de los mejores modos de contar una verdad; pero Alauda Ruiz de Azúa no debe opinar lo mismo. Es una radical. Quiere personajes de carne y hueso. De esos con los que nos podemos cruzar cualquier día. Muestra temas cotidianos que la interpelan y que, en su aparente sencillez son sumamente complejos, por lo que la directora aprovecha para retratarlos con una mirada apasionada y poliédrica. Problemas como afrontar la hipoteca, tu carrera profesional, la maternidad, el matrimonio o qué hacer con mi vida justo cuando voy a cumplir 18 luminosos años.

En esta última tesitura se encuentra Ainara (Blanca Soroa), una joven con una gran vida interior que está a punto de irse a la universidad. Pero el colegio religioso donde estudia y unas convivencias que acaba de hacer han hecho aflorar en ella una vocación que la impulsa a convertirse en monja de clausura; lo que desencadena un conflicto en su familia. 


Seguro que no es una situación muy común hoy en día, habida cuenta de lo vacíos que están monasterios y seminarios; pero Ruiz de Azúa ha visto aquí un conflicto muy humano y ha buceado en él para mostrárnoslo con hondura y total honestidad. Para ello plantea muchas situaciones incómodas, de las que cualquier familiar quisiera evitar. Hay que hablar con la niña sí, pero ¿se la apoya o reconviene? ¿Le habrán lavado el cerebro los religiosos? ¿Qué saben sus amigas? La directora y guionista nos muestra el asunto con una valentía y naturalidad desarmantes; dejando espacio para cada punto de vista y poniendo el foco en las relaciones familiares y el debate interno de los personajes.

En una entrevista hablaba de su forma de afrontar sus proyectos:
“Cuando me meto en universos desconocidos, intento ser muy rigurosa y muy analítica… casi como un poco antropóloga; me gusta esa perspectiva. Y luego trabajo con las sensaciones y el imaginario que eso me genera. Pero sí, el rigor me parece importante. En el amor al detalle, a lo meticuloso… sacas muchas cosas que hablan de nosotros”.

La directora no esconde su educación lacia y su condición de no creyente, pero se enteró de una historia muy semejante a esta que la empujó a tratar de plasmarlo en pantalla. En otra entrevista reconoció: "Cuando una chica cercana a mí ingresó en una orden religiosa, lo viví como una renuncia a la vida". Por eso hay dos grandes antagonistas en esta película. De un lado está la tía Mayte (Patricia López Arnáiz), que ejerce de madre de su sobrina huérfana, Ainara. No es creyente y cree que la joven todavía no ha vivido lo suficiente, así que luchará para convencerla de que retrase su decisión hasta acabar la universidad. Por otro lado está una Ainara que observa y calla, reflexiona y vacila. No solo se enfrenta a su padre y a su tía, sino también a sus propias dudas. En su interior se libra una ardua batalla (casi llega a acostarse con un chico) a la que asistimos conmovidos.



No cabe duda de que el estilo de Ruiz de Azúa para afrontar sus proyectos es inconformista y radical. Sus personajes siempre tienen los pies en el suelo y el conflicto se ilumina desde distintos ángulos, dando cabida al contraste de posiciones con absoluta naturalidad...y yo creo que eso llega al espectador, ávido de superar estos tiempos de polarización fanática. 

Alauda tiene la habilidad de hacer que sus escenas y diálogos siempre aporten algo nuevo y valioso al conflicto. El estupor de sus amigos, la conformidad del padre, la comprensión de la abuela, la resistencia de su tía Mayte, la orientación comprensiva de su director espiritual. Su mapa de la situación siempre es completo y complejo.
  


Precisamente me llama la atención la exquisita neutralidad que la directora logra mantener al mostrar asuntos de la Iglesia. Ante la confesión de Ainara sobre su relación con un chico, su orientador le dice "quizás Dios te está hablando a través de Mikel". Nada más. Ella sola tendrá que discernir si esa voz que parece escuchar le está invitando a abrazar la vida mundana o la contemplativa. 

Quiero subrayar la naturalidad que impera en la película. Tanto en los diálogos como en las interpretaciones de todo el elenco. Blanca Soroa realiza un digno trabajo de contención emocional y Patricia López Arnáiz sencillamente está soberbia, afrontando todo tipo de registros emocionales con gran solvencia. El retrato final resulta lacerantemente vivo y conmovedor. 










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Muchas escenas de la película tienen el fondo musical del coro en el que participa Ainara con sus amigos. El tema que cantan es Into my arms, de Nick Cave y, siendo un tema que está desde hace años en mi playlist particular, cualquier ocasión me parece buena para escucharlo.

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