Esta película se basa en el libro de no ficción "La Hermandad Silenciosa" de Kevin Glynn y Gary Gerhardt y retrata hechos verídicos sucedidos entre 1983 y 1984 en una región de Ohio, cuando el extremista estadounidense Bob Mathews (interpretado aquí por Nicolas Hoult) creó una organización terrorista para la supremacía blanca -La Orden- con el objetivo de derrocar al Gobierno Federal y provocar una guerra racial que culminase con el exterminio de los no blancos y los judíos. Para empezar, esta grupo cometió numerosos robos para financiar su lucha y asesinó a tres personas.
Estrenada en estos tiempos oscuros que vivimos la película tiene una lectura muy actual y llega a espeluznar. Bob Mathews es un tipo amable y carismático que encarna el caldo de cultivo presente en muchas comunidades rurales estadounidenses, una tierra prometida para el supremacismo y el nacionalismo cristiano. "Estamos en plena guerra" dice Mathews en la iglesia de su congregación, harto de la palabrería que su predicador del odio, el reverendo Richard Butler, suelta desde el púlpito. Su intención es forjar una milicia que pase a la acción aunque muera en el intento. Porque él lo tiene claro: "Una cosa que nunca muere es la fama de las hazañas de un muerto".
Sus robos a bancos, atracos a furgones blindados y atentados con bomba pronto llaman la atención de un agente del FBI experto en mafias y Ku Klux Klan, el agente Terry Husk (Jude Law). Sospecha que detrás de todo esto algo grande se está fraguando.
La película es un thriller muy efectivo aunque no llega a brillar con todo el esplendor que destila, por ejemplo, el clásico Arde Mississippi (Alan Parker, 1988). Aún así las potentes interpretaciones de sus dos protagonistas logran elevar su perfil y convertirla en un inquietante cuento cuya moraleja se derrama sobre nuestra actualidad. En una arenga Mathews llega a decir: “En 10 años tendremos miembros en el Congreso y el Senado. Así se hacen los cambios, pero lleva tiempo”.
¡Ostras! No se equivocaba.
Estamos en 2025 y los supremacistas, xenófobos, racistas y negacionistas seguidores del Emperador Pollo tienen mayoría en el Congreso y en el Senado. En 1984 el agente Terry Husk logró desmantelar la banda... pero hoy en día sería despedido por el presidente delincuente Trump que, además, excarcelaría a los terroristas como ya ha hecho con los que asaltaron el Capitolio el 6 de enero de 2021.
Los que hace poco eran minorías clandestinas, hoy dictan leyes y decretos.
La vida al revés.
Me llama la atención el hecho de que estos grupos extremistas racistas tengan su propia biblia, 'Los diarios de Turner', de William Luther Pierce; libro que aparece en la cabecera de toda casa respetable de la congregación del reverendo Butler. De hecho este libro ha sido vinculado a eventos reales como el atentado de Oklahoma City, que ocasionó 168 muertos el 19 de abril de 1995, y otros ataques de la extrema derecha. Recordemos que el saludo nazi y la bandera con la esvástica están avalados por la Corte Suprema en EEUU desde 1978, cuando un grupo neonazi quiso organizar una marcha por Skokie, un barrio de Chicago habitado en su mayoría por supervivientes del Holocausto. La sentencia considera constitucionales esas acciones en base a la libertad de expresión consagrada en la Primera Enmienda; lo cual abrió las calles norteamericanas a todo tipo de grupos neonazis.
"Los diarios de Turner" son en realidad una novela de anticipación que describe cómo un grupo supremacista logra derrocar al gobierno de EEUU que según ellos está controlado por negros y judíos. Esos diarios registran detalladamente las etapas de lucha que se sucedieron durante años hasta la culminación de la Revolución aria. De ahí que esas etapas sean comentadas y memorizadas por todo buen supremacista, tal como ilustra la película.
Bob Mathews por supuesto sigue a rajatabla el plan de seis pasos delineados en la novela anhelando llegar al último, "El Día de la Soga", cuando se ahorcará a todos los traidores a la raza blanca; cuestión que se confirma en la película con el asesinato de Alan Berg (Marc Maron), un locutor de radio judío que se enfrentaba desde las ondas a los extremistas. Esta expectativa de justiciero supremacista me trajo a la memoria al siniestro personaje que Jesse Plemons interpreta en la reciente Civil War (Alex Garland) cuando, pertrechado con un fusil y unas gafas de sol de plástico rojo, pregunta a un grupo de detenidos "¿qué clase de estadounidense eres?"; convirtiéndose en juez y verdugo en cuanto a la pureza de raza.
El personaje de Mathews está sutilmente perfilado. Es un tipo común e insidiosamente espeluznante. Amante de la naturaleza y padre de familia que educa con amor a su hijo de cinco años... incluso enseñándole a disparar armas reales. En las escenas familiares cotidianas, en reuniones con vecinos y en las barbacoas de fin de semana es donde se revela lo aterrador de esta mentalidad enfermiza. La gama cromática de su moralidad va desde entrañable padre a intransigente, pasando por racista hasta llegar a supremacista blanco cristiano. Toda una gama obsesivo-extremista de sentimientos irracionales de superioridad sobre otras personas sea por motivos de raza, color de piel o religión.
En cambio el personaje del agente Husk lamentablemente resulta plano y no llega a desarrollar aspectos que se sugieren. Se nos deja entrever que está divorciado y entregado a su trabajo. Porta la cicatriz de una operación de corazón pero eso no le impide acelerar y meterse en la boca del lobo cuando surge la ocasión. Llega a mencionar un caso anterior en el que una informante fue asesinada brutalmente, como señalando a sus compañeros, la agente Carney (Jurnee Smollett) y el policía local Jamie Bowen (Ty Sheridan), que sus decisiones suelen ser viscerales y van acompañadas de tragedia.
Última y perturbadora reflexión:
* Hace 85 años los nazis alemanes aterrorizaron al mundo y exterminaron a más de 6 millones de judíos.
* Hoy, en 2025, aquella Norteamérica que resultó crucial para derrotar el III Reich está cavando con ahínco un foso aislacionista mientras los grupos supremacistas y neonazis pasean la esvástica por sus calles.
* También hoy y desde 2023 cuando Hamás llevó a cabo sus viles atentados terroristas el 7 de octubre, el estado de Israel está empeñado en llevar a cabo un segundo holocausto; pero no como víctima, sino como victimario: acometiendo el genocidio del pueblo palestino por el más ruin de los motivos, expulsarlos de sus tierras para apropiarse de ellas.
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Justin Kurzel es un cineasta australiano que se presentó con Los asesinos de Snowtown (2011), el espeluznante retrato de un asesino en serie de Australia y posteriormente dirigió entre otras, una sombría y brutal adaptación de Macbeth (2015) y La verdadera historia de la banda de Kelly (2019), un sugerente y violento western con un envidiable concepto visual.
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