La guerra entre Israel y Hamás se está llevando por delante la credibilidad de los gobiernos del mundo, así como las instituciones y la legalidad internacional. Cualquier persona decente estará horrorizada por los vídeos virales de estos últimos días en los que se ven tiendas de refugiados palestinos con personas quemadas dentro. Muchas de ellas niños.
ESTO ES UNA VERGÜENZA PARA TODO
EL MUNDO Y HAY QUE PARARLO YA
El pasado día 24 de mayo, la Corte Internacional de Justicia, máximo tribunal de las Naciones Unidas, ordenó a Israel el cese "inmediato" de sus operaciones militares en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza. Tras cerca de nueve meses de guerra en los que la población gazatí ha sufrido cerco por hambre y ataques indiscriminados, la cifra de fallecidos palestinos supera ya las 35.000 personas.
Israel ha hecho caso omiso del requerimiento de la CIJ. Con una infamia vesánica ha continuado lanzando ataques contra los refugiados en Rafah.
Sin ir más lejos este mismo domingo 25 de mayo el ejército israelí atacó un campamento de palestinos en Rafah causando 45 muertos, más de la mitad de ellos mujeres y niños, además de 200 heridos.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA, en inglés) calcula que cerca de un millón de personas han huido ya de Rafah ante la ofensiva israelí. “Esto ha ocurrido sin ningún lugar seguro al que ir y en medio de bombardeos, falta de alimentos y agua, montones de residuos y condiciones de vida inadecuadas”, ha denunciado la organización.
Israel está masacrando a los palestinos.
Y lo peor de todo es que lo está haciendo con el apoyo moral y armamentístico de Estados Unidos, cuyo veto permite a Israel cometer todo tipo de atrocidades que escandalizan al mundo entero.
La Unión Europea tampoco está haciendo mucho. Se apresuró a imponer sanciones a Rusia por incumplir la sentencia de la Corte Internacional de Justicia que ordenaba a Rusia suspender con carácter inmediato sus operaciones militares en Ucrania; pero en el caso de Israel sólo tienen dudas y silencios. La valiente postura del Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, exigiendo el alto el fuego tanto a Israel como a Hamás, parece demasiado solitaria.
Israel ha hecho caso omiso del requerimiento de la CIJ. Con una infamia vesánica ha continuado lanzando ataques contra los refugiados en Rafah.
Sin ir más lejos este mismo domingo 25 de mayo el ejército israelí atacó un campamento de palestinos en Rafah causando 45 muertos, más de la mitad de ellos mujeres y niños, además de 200 heridos.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA, en inglés) calcula que cerca de un millón de personas han huido ya de Rafah ante la ofensiva israelí. “Esto ha ocurrido sin ningún lugar seguro al que ir y en medio de bombardeos, falta de alimentos y agua, montones de residuos y condiciones de vida inadecuadas”, ha denunciado la organización.
Israel está masacrando a los palestinos.
Y lo peor de todo es que lo está haciendo con el apoyo moral y armamentístico de Estados Unidos, cuyo veto permite a Israel cometer todo tipo de atrocidades que escandalizan al mundo entero.
La Corte Penal Internacional ha cursado orden de arresto contra Netanyahu, su ministro de Defensa y 3 líderes de Hamás.
El fiscal de la Corte Penal Internacional ha pedido que se dicten órdenes de detención contra el líder de Israel, Benjamín Netanyahu, su ministro de defensa, Yoav Gallant, y los líderes de Hamás Yahya Sinwar, Mohammed Diab Ibrahim Al-Masri (Deif) e Ismail Haniyeh por presuntos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad relacionados con la guerra de Gaza.
Esta guerra aniquiladora se inició el pasado 7 de Octubre cuando Hamás dirigió distintos ataques contra Israel que dejaron 1.250 muertos y más de 250 personas capturadas como rehenes. Desde entonces, según las autoridades sanitarias de Gaza, al menos 35.300 gazatíes han muerto y más de 79.260 han resultado heridos por los bombardeos israelíes.
Todo el mundo occidental apoyó el derecho de Israel a defenderse.
Pero la guerra sólo ha añadido víctimas y un odio visceral muto que hace desear la aniquilación total del enemigo.
Sin embargo
ni Hamás podrá conseguir hacer desaparecer del mapa a Israel,
ni Israel podrá asesinar a todos los palestinos que, en mayor o menor medida, considera miembros de Hamás.
Hamás son unos terroristas y criminales.
Netanyahu y Gallant son unos criminales de guerra.
A todos ellos hay que detenerlos y juzgarlos.
La relatora de la ONU para los Derechos Humanos ha afirmado esta semana que considera que hay "motivos razonables" para creer que se ha alcanzado el umbral que indica la comisión del delito de genocidio contra los palestinos como grupo en Gaza. Francesca Albanese afirmó que negar la realidad y mantener la impunidad y el excepcionalismo de Israel ya no es viable.
“Cuando la intención genocida es tan conspicua, tan ostentosa, como lo es en Gaza, no podemos apartar la vista, debemos hacer frente al genocidio; debemos prevenirlo y debemos castigarlo”.
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