jueves, 7 de marzo de 2019

BORDER - de Ali Abbasi

Suecia,2018


Hay que agradecer al escritor John Ajvide Lindqvist, autor de la novela que inspira esta película y también de la que salió Dejame entrar; la adopción de un punto de vista tan personal e inclasificable: presentarnos a los que hasta ayer mismo eran monstruos del género del terror, como personas que viven en nuestra sociedad. Sean vampiros o trolls. Por ese hilo narrativo se cuelan, además, aspectos tan contemporáneos como la integración versus xenofobia, la limpieza étnica o el bullying. La carga de profundidad que lleva este tratamiento acaba dotando al relato de un alto grado de verosimilitud.

Así, en Border tenemos a Tina (Eva Melander), una agente de aduanas de una fealdad impactante pero con un olfato exquisito para detectar la maldad o el pecado. Simplemente situándose en el pasillo por donde cruzan los pasajeros detectará si es culpable, sea por alcohol, drogas, pederastia o cualquier otro delito. Unas veces será el propio equipaje quien delatará al criminal, otras su propio olor (¡!) a culpabilidad.

Border no significa tanto las tareas de Tina en la aduana, como la investigación vital de una persona que se encuentra en la frontera entre dos mundos. La película nos muestra una sorprendente reflexión sobre la identidad, la pertenencia a un grupo y el atisbo de ciertos cadáveres que la sociedad sueca todavía tiene escondidos. Como se puede ver, una película radical y rabiosamente moderna.

La historia, igual que en la novela, no va de aventuras míticas, ni superpoderes; sino que sigue a Tina en su vida diaria y nos muestra lo aislada que está. El mundo para ella es como una enorme oquedad en la que no hay un semejante. Visita a su padre adoptivo en el asilo, sólo para certificar la distancia que los separa. Comparte casa con un joven con el que no comparte nada. Está sola y lo peor es que no sabe ni quién es, ni cuál es su lugar en el mundo.

Sus emociones más intensas se producen cuando sale descalza desde su cabaña al bosque, se tumba sobre los líquenes o se zambulle desnuda en las frías aguas del lago. La naturaleza salvaje la llama.

En una entrevista, el autor de la novela declaraba:
"Es cierto que tiendo a construir personajes solitarios, gente que espera desesperadamente que ocurra algo que cambie sus vidas por completo, no importa en qué manera. Cuanto más abiertos están a escuchar, más posibilidades tienen de encontrar respuestas asombrosas. A veces ni siquiera son niños, son adultos que no tienen amigos, o que han perdido su trabajo, fracasados que necesitan agarrarse a cualquier cosa que los saque de esa espiral. El destino de los personajes solitarios de mis historias, en realidad, no viene marcado tanto por la negligencia de los padres como por una predisposición a explorar escenarios insólitos."
Hay un contraste enorme entre el desagrado que produce mirar a Tina y su actitud sensible y educada. Empezamos a vislumbrar lo que esconde su deforme cuerpo cuando se encuentra con un espécimen semejante a ella, Vore (Eero Milonoff). Éste la reta e interpela. La empuja a un viaje de autoconocimiento que comienza por una misteriosa cicatriz por encima del trasero y llega hasta descubrir una sexualidad turbadora y salvaje.

Podemos establecer un paralelismo con los personajes de Déjame entrar. Allí, la niña vampira Eli llega a la vida del niño maltratado Oskar para ayudarle a rescatarse a sí mismo. Eli es un monstruo que necesita sangre para perpetuarse, pero también es un ángel protector (y un confidente) de un niño candoroso. Del mismo modo cuando en Border conocemos a Vore nos da miedo y asco; pero se convertirá en un ángel salvador para Tina, dotando a su vida de sentido. Como una sonámbula, la película integra monstruosidad y redención en el mismo cuerpo. Altas cumbres por las que nos hace transitar el gran John Ajvide Lindqvist.

Con tan extraordinario material el director Ali Abbasi (de origen iraní pero afincado en Suecia) sólo tiene que poner el ritmo y esa sensibilidad que nos haga vencer el inicial rechazo. En esta subversiva película el previsible terror que debe imponer el monstruo se convierte en un drama íntimo y visceral. Abbasi nos va acercando al engendro hasta verlo sólo como un foráneo; confecciona así una elaborada metáfora política y existencial sobre la convivencia entre razas, lo extraño y lo que entendemos como normal. 



John Ajvide Lindqvist ha escrito trece libros desde su éxito inicial con Déjame entrar. A éste lo siguió Descansa en paz, su aportación al mito zombi y poco después dio a la imprenta una colección de cuentos titulada Paredes de Papel. Con su siguiente novela, Puerto humano, se consagró definitivamente como maestro del terror, poseedor de un inquietante

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