martes, 1 de mayo de 2018

JEAN RAY


Mariano Buscaglia redactó en la revista AvAtares un completo perfil de Jean Ray, autor de culto en la literatura fantástica. He aquí unos extractos.










"Jean Ray es considerado con justicia un maestro del relato fantástico. Forma parte de ese crisol de escritores extraños que suelen compartir espacio en antologías exquisitas, hablo de autores como Bloch, Bierce, Machen, Blackwood, Lovecraft, William Hope Hogdson, etc. 

Raymundus Joannes de Kremer alias, John Flander, alias King Ray, alias Sailor John y alias Jean Ray, como lo llamaré de aquí en adelante, fue un escritor belga que gestó su obra en la mitad del siglo veinte. A pesar de tener una producción capaz de hacer sombra a los grandes maestros del relato fantástico anglosajón, Jean Ray es un escritor casi para exquisitos, su escasa difusión en nuestra lengua y en la lengua inglesa atentan contra su memoria.

Como todo escritor que se precie de tal, Jean Ray fue un eximio mentiroso, tuvieron que pasar décadas para que se esfumara - como esas nieblas que pueblan sus relatos de marineros borrachos -, el mito que el autor tejió alrededor de su vida. Una vida azarosa sobre las cubiertas de los barcos, traficando armas y alcohol durante la ley seca, peleando contra filibusteros o tentando la muerte en los burdeles más rancios del Asia donde ahogaba su existencia con enormes dosis de opio. Al igual que ese otro maestro de la narrativa (despreciado hasta el hartazgo) Emilio Salgari, Ray creó una vida de tintes aventureros y románticos para suplir la carencia casi total de ellos. Su existencia apócrifa, que pudo firmar Marcel Schwob en un cuento de su magistral Vidas Imaginarias, sostenía que por sus venas corría sangre Sioux proveniente de su abuela materna y que sus primeros cuentos los escribió a bordo de veleros piratas o sobre las mesas desvencijadas de tabernas, perdidas en los ignotos mares asiáticos. 
Nació en Gand, Bélgica, el 8 de julio de 1887. A los 36 años Jean Ray inicia su periplo de colaboraciones literarias para la revista l'Ami du Livre. En esa época comienza a mezclarse en negocios sinuosos de contrabando que lo hundirían en el futuro. En 1925 edita su célebre libro de relatos fantásticos: Los cuentos del Whisky, volumen que contiene gemas inolvidables como: Whisky Irlandés, El guardián del cementerio o Los extraños estudios del doctor Paukenschlager. En 1926 es condenado a seis años y seis meses de prisión por contrabando; pero es liberado con anticipación en 1929. A partir de entonces la producción del escritor se intensifica.

Desde 1931 hasta 1938 escribe ininterrumpidamente los fascículos policiales de Harry Dickson. Aceptó el encargo de traducir del neerlandés al francés una serie de novelitas alemanas que relataban las aventuras del inefable detective Harry Dickson (uno de los tantos clones de Sherlock Holmes que prosperaron a principios de siglo), donde la acción imperaba sobre la lógica del relato. Historias recargadas de truculencia, de monos homicidas o de asesinos célebres. Jean Ray consideró que él podía escribir mejores cosas que la basura que le daba el editor para traducir, le propuso su idea a la editorial y esta aceptó con la condición de que respetara el título y que la escena, que ilustraba la cubierta de los fascículos, debía figurar dentro del relato. Jean Ray aceptó gustoso el proyecto e inmortalizó a un personaje, mediocre en su origen, en más de cien novelitas inolvidables por sus climas góticos, crímenes fantásticos y de corte sobrenatural. El canto del vampiro o El templo de Hierro (donde mantiene al lector sobre ascuas con la caída de una nave espacial y su perverso tripulante suelto en la Inglaterra victoriana), son novelitas de lectura imprescindibles para cualquier amante del fantástico. 

A mitad de la década del 30, Jean Ray comienza a consagrarse como autor de relatos fantásticos y de terror al colaborar en la mítica revista estadounidense Weird Tales, revista que publicó por primera vez autores de la talla de Lovecraft, Robert E. Howard, Clark A. Smith, Kuttner, Bloch, etc. Como también en Terror Tales y en Dime Mysteries. Revistas de temática pulp donde la prosa de Jean Ray, aunque superior a la media, se ajustaba en sus atmósferas opresivas y tenebrosas. 

La Segunda Guerra estalla en Europa y las publicaciones en las que el autor colaboraba habitualmente se ven forzadas a cerrar, por lo que Ray considera conveniente encarar obras de más largo aliento. Publica El Gran Nocturno y El crucero de las sombras, antologías de relatos largos. 1944 es un año de capital importancia en la obra de Jean Ray, ya que publica sus dos novelas más importantes. La ciudad del miedo indecible, una novela de corte policial con profundos matices fantásticos y macabros que no alcanza las dosis de genio a que nos tiene habituados el autor y Malpertuis, su óbra maestra, libro considerado como la última novela gótica de la era moderna. Como en muchos relatos del autor, el escenario en sí es uno de los grandes protagonistas de la historia.

A principios de los 60, Jean Ray escribe su última novela: Saint-Judas-de-la-nuit. Por aquellos años comienza a ser considerado por la crítica francesa como un maestro del fantástico. Las ediciones comienzan a sucederse una tras otras y su obra se difunde en otras lenguas. Contribuye el hecho de haber publicado una antología que se conoció como Los veinticinco mejores relatos negros y fantásticos (recopiladas por el también escritor y amigo cercano de Ray, Henri Vernes) que reunía parte de la mejor obra de Jean Ray, cuentos como: La noche de Camberwell, El salterio de Maguncia, La callejuela tenebrosa, El cementerio de Marlyweck, son sencillamente inolvidables y perfectos en su ambientación tenebrosa.

El legado de Jean Ray a la literatura fantástica es tan desmedido como su obra. El viejo cuentista, hacedor de imágenes terribles, muere el 6 de noviembre de 1963 de un ataque cardíaco. Fue enterrado en el cementerio de Westerbegraafplaats, en Gand."

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.