de Daniel Barber
Rutinaria película en la que nos preguntamos lo mismo que uno de los polis: "entonces este caso es de bandas y drogas o es el del anciano con enfisema?"
En un barrio deprimido y deprimente, Harry Brown apura los últimos coletazos de su vida. Después de un largo coma, su mujer acaba de morir y las cervezas y el ajedrez del pub con su mejor amigo también. Una banda de drogatas que lo acosaba, finalmente lo ha acribillado .....así que toca ¡venganza!
La película no aporta nada nuevo ni en el tema, ni en la trama, ni en la situación social. La realización es superficial y ecléctica. La sucinta crítica al sistema -en la presentación de un superintendente egocéntrico- queda en un leve apunte. Ni tan siquiera la simpática Emily Mortimer logra poner en pie a la policía que interpreta con algún espesor.....así que siéntense y disfruten del gran Michael Caine. Alguien tenía que hacer algo y él ya no tiene nada que perder. Hay que limpiar el barrio y todavía recuerda su pasado en el ejército. Lo dicho, sólo él.
A pesar de su edad y de habernos ganado ya el corazón con su ternura, resulta creíble y duro.....incluso con el enfisema que lo manda al hospital.
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