sábado, 9 de febrero de 2013

MAMÁ - de Andrés Muschietti









Gran película de terror que sin presentar nada nuevo sabe aprovechar muy bien sus bazas para producirnos un puñado de sustos y algún escalofrío. El diseño de las escenas es muy elegante y medido. La película se eleva a través de pequeños movimientos de cámara y pequeños gestos (la niña siempre se quita las gafas cuando intuye a Mamá) que alumbran la inquietud, mientras atenaza tu atención con una ambientación muy opresiva. 

Comienza con unos formidables títulos de crédito realizados sobre dibujos infantiles en las paredes y un "Érase una vez..." que nos traslada a un aterrador cuento de hadas. Dos niñas son encontradas abandonadas en una cabaña del bosque. Han permanecido solas cinco años y nadie sabe cómo han podido sobrevivir. Presentan un estado lamentable, prácticamente semisalvaje. Cuando su tío Lucas (Nicholaj Coster-Waldau) las acoge, no sospecha que la presencia protectora que las amparó las sigue en su nueva vida. 

El juego morboso de una madre que abre los brazos para abrazarte y en cambio te provoca terror es la base de un guión realmente original. Las otras bazas fuertes de la película son una atmósfera muy conseguida  y una potencia visual impropia de un debutante. Esto a pesar de algunas escenas tan típicas como la del monstruo debajo de la cama o en el rincón del armario con susto a golpe de sonido. 

Después de una potente introducción, la narración evoluciona con destreza. El germen de la cinta fue un corto de sólo tres minutos que el director presentó en el Festival de Sitges. Guillermo del Toro quedó prendado y se ofreció a producirle un largo. En una entrevista el propio Muschietti reconocía la dificultad de este paso, ya que en el corto todo son sugerencias, sin explicaciones ni conclusión. "La mayor dificultad es tener que dar respuesta a las situaciones planteadas", decía. Después de verla, podemos decir que, junto a su hermana Bárbara y a Neil Cross (creador de la estupenda serie de la BBC, Luther),  lo ha conseguido. 


La cinta sabe ser a la vez sutil, terrorífica y hasta poética. Los espectaculares paisajes canadienses aportan ese bosque remoto y oscuro, los flashbacks que explican el origen del mal, cortos e intensos, tienen una textura ferruginosa que les dota de una enorme plasticidad.

La película profundiza con sensibilidad en el drama de estas dos niñas atormentadas. En sus imágenes se produce ese vínculo tan extraño que se da a veces entre el terror y la belleza. 
No en vano el director tenía pensado que Mamá apareciese únicamente en el desenlace,  pero actuando a lo largo de la segunda mitad del film se acentúa el componente dramático. De este modo podemos ver escenas donde juega con las niñas y otras mucho más terroríficas.

El mejor resumen de las calidades de la película lo redacta Beatriz Martínez en Sensacine:
"El director demuestra sus dotes de gran fabulador, y también su elegancia tras la cámara. El espacio físico vuelve a ser retratado con minuciosidad y gusto por el detalle, al mismo tiempo que destaca la capacidad del autor para trabajar la puesta en escena, las elipsis visuales y el fuera de campo para ir creando tensión y sugestión."

He de subrayar el trabajo de Jessica Chastain, sobre quien cae el peso de la función. En poco más de dos años se ha instalado en nuestra retina con un puñado de películas extraordinarias que demuestran su versatilidad. En 2011 La Deuda, El Arbol de la vida, Coriolanus, Criadas y señoras (The help) o Take Shelter y en 2012 la menos interesante Sin LeyZero Dark Thirty, por la que seguramente se llevará el Oscar. 

Aquí el cortometraje original presentado por Guillermo del Toro. En un solo plano secuencia -perfectamente integrado posteriormente en la película- Muschietti fue capaz de producir una descarga escalofriante.


P.D. La Mamá está interpretada por Javier Botet, actor que padece el síndrome de Marfan, articulaciones extremadamente largas. Su currículum y fotografías merecería un post pues incluye la saga Rec y QuarantineLas Brujas de Zarramundi, que es la próxima de Alex de la Iglesia o Su majestad Minor de Jean Jacques Annaud. Pero para eso podemos visitar su blog.

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