jueves, 1 de mayo de 2025

LOS PECADORES - de Ryan Coogler



Esta es una película de vampiros en territorio del gótico sureño atravesada por un potente retrato del racismo en EEUU y una apasionante oda a la espiritualidad de la música y al poder evocador del blues. ¿Qué tipo de audacia se necesita para integrar tan distintos asuntos y conseguir una gran película? Pues la que tiene Ryan Coogler sin duda, porque aquí lo ha logrado y a nosotros sólo nos queda disfrutarlo.  

Los pecadores” cuenta la historia de los gemelos Smoke y Stack (ambos interpretados por Michael B. Jordan) que, tras sobrevivir a las trincheras de la Primera Guerra mundial y al mundo del hampa en Chicago, regresan al Delta del Mississippi, en 1932, para montar un tugurio de blues y alcohol destinado a la comunidad negra. Pronto descubrirán que algo peor que la guerra, el racismo o la violencia los está acechando. 



La película comienza con un retrato evocador de la vida en el Sur segregado. Los dos hermanos gemelos vuelven a la tierra de su juventud, donde incluso encontrarán los rescoldos de amores pasados. Sus elegantes trajes de ciudad contrastan con la pobreza circundante; pero creen que el club de blues será un buen negocio y una vía de escape para sus sufridos hermanos. Para la inauguración cuentan con Sammie, el hijo del predicador, un muchacho especialmente dotado para la música. 

La película se articula con esta primera parte más sociológica y una segunda que desarrolla el asedio de los vampiros al galpón donde los braceros beben y bailan. Las dos partes están rodadas con una gran madurez y tersura por parte del director y guionista. En el molde de una película de género vampírico, Coogler habla de miseria y de racismo sin que chirríen; pero también de creencias y tradiciones y, sobre todo, del vínculo esencial que los personajes tienen con la música. Más que perseguir sustos, el director nos acerca a sus personajes con una gran intensidad emocional y, a través de ellos, a la historia de su comunidad. 



Pero la cumbre de la película está en la secuencia que hace de bisagra entre ambas partes. 
Pura magia. 
La película se inicia con una voz en off evocando la leyenda de una música tan auténtica y verdadera que es capaz de sanar comunidades y convocar a espíritus más allá de la barrera del tiempo... pero también de atraer al mal. Una música con la fuerza mística de los ancestros que se remonta al África Occidental y a la Irlanda precolonial. 

Y esto es lo que es capaz de plasmar en imágenes el director. Cuando el gemelo Stack invita al joven Sammie a mostrar sus talentos al ritmo de la canción "I Lied to You" (original de Göransson y Raphael Saadiq), lo que ocurre es un auténtico hechizo. Mientras la cámara recorre los cuerpos cimbreantes del presente se cruza con bailarines ceremoniales del África inmemorial y figuras del hip-hop de un futuro inexplorado, fusionándose en un momento tan deslumbrante como embriagador. A medida que la música va ocupando todo el espacio del viejo molino logra traspasar todo tipo de fronteras metafísicas y temporales. La guitarra de Sammie y su voz conmovedora se erigen en el faro de ese poder trascendental que el pastor ya fue capaz de intuir, cuando le advertía a su hijo, "Si sigues bailando con el diablo, un día te seguirá a casa"















Ryan Coogler causó sensación en 2013 con su debut, Fruitvale Station, un relato desgarrador sobre un tiroteo que presagió el auge del movimiento Black Lives Matter. A continuación visitó el universo de Rocky de forma inteligente y emotiva con la historia de Creed, el hijo de uno de sus antiguos rivales. Posteriormente dirigió la película con más conciencia social del universo Marvel, Black Panther, así como su secuela, un sentido homenaje al fallecido Chadwick Boseman

Esa vena social y comunitaria que está presente en sus películas aquí se hace más que evidente al retratar el racismo. Uno de los gemelos le dice a su antigua novia convertida ahora en hechicera: "he estado en guerras, he estado en Chicago, he visto muchas muertes y de más maneras de las que podría imaginar; pero en ningún caso he visto magia, siempre se trataba del poder." Esto lo ratificará el vampiro que va infectando a toda la comunidad. Él también proviene de una tierra expoliada, Irlanda, y su ansia es poseer las capacidades míticas del joven Sammie para insertarse en el cálido flujo de sus ancestros. 



Lo que me lleva a pensar que la película podría verse como un relato sobre la vampirización de la música negra por los blancos. Justo antes de su debut, el viejo pianista que acompañará a Sammie le dice al joven talento, "al hombre blanco le gusta el blues, lo que no le gusta es quien lo toca". 
Muy buena.



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