Las redes sociales han acabado siendo un invento del diablo.
Aparte de su innegable capacidad para comunicarnos de forma fácil e instantánea se han convertido en un indeseado altavoz para feroces odiadores y todo tipo de teorías conspiranoicas, incluidos mensajes mesiánicos, salvapatrias e ideas peregrinas de toda índole que antes no superaban la marginalidad; mientras que ahora -en ocasiones- ocupan el centro del debate social. Las teorías conspirativas siempre han existido pero parece que, tras la pandemia de la COVID, su impacto en la población ha aumentado. Ya no se trata de grupúsculos de ignorantes que sucumben a las más absurdas teorías sin base alguna; sino de verdaderas hordas que con su estrépito intentan amortiguar el verdadero pensamiento. La proliferación de grupos de extrema derecha, la comunidad QAnon y herramientas como los bots y la web profunda les hacen soñar con imponer su estrafalario relato.
Y es que la realidad puede llegar a ser caótica y azarosa por lo que para algunos es más fácil aceptar una teoría de la conspiración simple y quimérica que les evite la complejidad e incertidumbre que rige la vida. Las personas pueden ser propensas a creer estas teorías por tener un sentimiento de antagonismo y superioridad hacia los demás y estar en un estado de sospecha permanente sobre quién mueve los hilos, a lo que se suma nuestra necesidad neurológica de imponer una estructura al mundo. El miedo a perder el control sobre nuestras vidas y un mal uso de nuestra capacidad de reconocer pautas nos vuelve más suceptibles a ideologías conspirativas. Además, paradójicamente, nuestra era de la información ha derivado en una "sociedad de la ignorancia" donde la tecnología parece haber acelerado la expansión de bulos y teorías falaces.
Esto viene a cuento del tema de este cómic que bucea en los oscuros océanos de las conspiraciones, el estado profundo, la desinformación y la imposición de narrativas.
Uff.
-"Por qué creen eso según tú?
-Siempre...siempre es sobre el control. Eso es lo que creo.
Es un deseo de rechazar los aspectos de la vida que son demasiado complicados y abstractos. Y de construir una realidad más cómoda que puedan comprender.
Más que eso...es la sensación de...que si tienen razón, y si saben la verdad que ha permanecido oculta todo ese tiempo...Bueno, entonces son héroes ¿no es así?"
Este universo de creencias supone para muchos la Revelación Final. Asuntos como el terraplanismo, los antivacunas y la inoculación de microchips, el 5G, los reptilianos, el homosexualismo ideológico, la teoría del gran reemplazo, los negacionistas del cambio climático y tantos otros no sólo entretienen al personal, sino que les hace sentirse especiales por conocer una VERDAD (ficticia) que a los demás se nos escapa.
Para articular su cómic, el guionista Tynion IV plantea la existencia en EEUU de una agencia de seguridad ultrasecreta denominada El Departamento de la Verdad. Su objetivo, garantizar que las ideas conspiranoicas no invadan la realidad. Y aquí entra en juego el otro motor del espectáculo, el Tulpa, un concepto procedente del misticismo budista que identifica a un ser, objeto o creencia que logra tomar cuerpo a través de poderes mentales o espirituales. O sea que si un número suficientemente grande de personas llegan a creer a pies juntillas una teoría (el terraplanismo, el Bigfoot, el 5G, etc), ésta se puede convertir en realidad. Dicho de otro modo, si según Berger y Luckman la realidad es un constructo social, una mayoría suficiente de creyentes puede implementar una realidad alternativa. Así se lo explica, en el número 17 de este cómic, un asesor al presidente Nixon.
-Necesitamos una imagen nuestra plantando la bandera norteamericana en la luna, y esa imagen necesita sentirse tan clara y tan real que todo el mundo la crea.
Entonces lo que empezó como una mentira dejará de ser mentira. Habrá un hombre en la luna, el Apolo 11 nos llevará ahí. Todas las matemáticas que no pudieron descifrase serán retroactivamente descifradas. La mentira se convertirá en verdad.
Así es. Por falaces que sean esas teorías, a veces afectan a la realidad. La teoría del "reemplazo" empujó a un joven de 21 años a ejecutar la matanza de El Paso, Texas, en agosto de 2019. 22 personas murieron por su defensa del supremacismo blanco frente a los latinos. O también en la teoría del pizzagate, que derivó en que un hombre armado irrumpiese disparando en una pizzería de Washington, en diciembre de 2.016, porque pretendía liberar a los supuestos esclavos sexuales menores de edad que Hillary Clinton y sus secuaces escondían en los sótanos. Por absurdo que parezca hace solo unos meses, el 28 de noviembre de 2023, el nuevo mesías de la desinformación, Elon Musk, reactivó la teoría con un tweet aberrante sobre un experto que quería desenmascarar la conspiración y fue encarcelado por poseer imágenes que mostraban abusos sexuales a menores. Un bulo sobre un bulo. El mismo candidato Trump se apunta a cualquier quimera, por falsa que sea, con tal que le ayude a enardecer a sus masas y conseguir el poder.
Todo este conjunto de ideas nos indica que tenemos entre manos una narración adulta y compleja, con evidentes trazos políticos y conspiranoicos. Una reflexión muy particular sobre nuestra realidad, la manipulación y el poder de las historias... hasta tal punto que, en ocasiones, logra situarte al borde de un auténtico precipicio conceptual relacionado con la histeria colectiva, el autohipnotismo, la programación neurolinguística y el fanatismo ideológico. Así es como James Tynion IV, con la ayuda inapreciable de los lápices de Martin Simmonds, nos plantea un viaje hacia los confines de lo desconocido.
El recorrido lo haremos de la mano de Cole Turner, un joven agente del FBI que se dedica a estudiar a los grupos ultranacionalistas blancos en internet y su relación con las muchísimas teorías de la conspiración. Un día decide salir del despacho y presentarse en una conferencia de terraplanistas para comprobar cómo funciona el cotarro. Allí es descubierto y presentado a los Boulet, unos ricachones que financian proyectos y webs extremistas que le invitan a sumarse a un largo viaje en avión que le acaba depositando en un lugar remoto y helado donde ¡un muro de hielo recorre el borde del mundo!.
Tras esta experiencia Cole será reclutado por el Departamento de la Verdad donde llevará a cabo (y nosotros con él) un formación teórica y de campo inimaginable. Penetraremos en teorías netamente políticas y norteamericanas como el asesinato de los Kennedy, los "actores de crisis" o el pizzagate; y también fantásticas, como el Bigfoot, las profecías de Mothman (el hombre polilla) o el famoso aeropuerto de Denver con su trazado de esvástica, sus murales sobre el apocalipsis y su gigantesco búnker secreto.
Todo el relato está plagado de medias verdades y de historias que se solapan o imponen unas a otras. Frente al Departamento de la Verdad encontramos a la organización Sombrero Negro que, no sólo intenta implantar su verdad, sino que asegura que es el Departamento de la Verdad quien está manipulando la realidad a su conveniencia.
La obra se compone de 4 volúmenes donde se reúnen los 22 números publicados hasta ahora. Los volúmenes I y II contienen un arco narrativo completo, desde la captación de Cole y sus primeras misiones, hasta sus contactos con Sombrero Negro y su descubrimiento de la más siniestra verdad. Este arco representa todo un itinerario de aprendizaje o, también, un descenso a los infiernos de Cole Porter; primero guiado por la agente Ruby y luego por el inicuo Hawk Harrison, el auténtico "conseguidor", el sicario encargado de mover los hilos. Pero Cole no es sólo un agente, está implicado personalmente al haber participado de niño en un experimento sociológico que introdujo en la realidad el pánico satánico, un tulpa que pretendía identificar a los demócratas con cultos satánicos y canibalismo que tenían lugar en las guarderías. El más famoso fue el del Parvulario Mcmartin que derivó en un interminable juicio.
"Hubo una década, una década entera, donde se creía que el país estaba abarrotado de cultos satánicos violando y asesinando niños. (...) Los niños hablaban de caerse por los retretes y aparecer en profundos túneles secretos bajo la escuela. Sobre ver a su maestro flotar en el aire (…) Ahora sabemos más. Sabemos que estaban sugestionando a los testigos. Sabemos que los niños estaban imitando lo que veían en las noticias y lo que oían en las preguntas que les hacían."
Estos dos álbumes me parecen redondos y creo que es donde habita la historia original; porque giran en torno al aprendizaje de Cole y porque están dibujados por Martin Simmonds logrando una compenetración entre fondo y forma realmente admirable. En cambio el Vol. 3 titulado Un país libre es ya una colección de relatos sueltos y autoconclusivos en torno al mismo tema, pero dibujados por distintos artistas. A los lápices hay gente tan buena como John D. Pearson, David Romero o Jorge Fornés y, por supuesto, las historias interesan ya que también están escritas por Tynion IV; pero aportan muy poco.
La trama gira alrededor de sí misma sin avanzar.
Uno de los relatos profundiza en la historia de Hawk, otro en el ascenso de Lee Harvey Oswald hasta la cúpula de mando del Departamento. Otro vuelve a los ovnis y hasta hay uno con el tema de Mothman que resulta repetitivo y menos profundo que el del Bigfoot, desarrollado anteriormente. Que se trata de un recopilación de relatos sueltos se hace evidente cuando comprobamos que agrupa los números 6, 7, 14, 15, 16 y 17 originales.
Me quedaría con el número 17, dibujado en plan clásico por Jorge Fornés, por el interés de lo que cuenta: la intrahistoria del propio Dpto. de la Verdad, primero relacionado con los documentos secretos incautados a Hitler y luego con la decisión de un presidente tan alevoso como Nixon de encargar la dirección del Departamento a un Lee Harvey Oswald que es todo un hallazgo.
"Los cadáveres de Adolf Hitler y Eva Braun fueron encontrados calcinados. Un agente americano de la OSS, infiltrado en el Ejército Rojo, descubrió una biblioteca secreta en el búnker, parcialmente quemado. La biblioteca contenía documentos históricos que databan del Sacro Imperio Romano, en el primer milenio d.C. Los documentos confirmaban los rumores que el alto mando nazi creía que el mundo era maleable por creencias intensas. Que si suficientes personas creen que algo es verdad, entonces se vuelve verdad. El mundo se reescribe a sí mismo por esa creencia."
Finalmente el Vol. 4, titulado El Ministerio de la Mentira, está centrado en el Departamento espejo en la Unión Soviética: Verdad frente a Mentira. Aunque todos sabemos que la realidad no suele ser blanca o negra. La Guerra Fría fue una lucha secreta y encarnizada en la que todos manipulaban cuanto podían. Pero aquello terminó cuando Cole sólo era un niño, mientras que ahora ha de hacer frente a las tentativas de Sombrero Negro por hacerse con sus servicios. Todo ello con el hándicap del monstruo que lo atormenta desde su infancia... y que su marido está siendo atraído, subrepticiamente, a la siniestra organización del Sombrero Negro.
Este volumen lo vuelve a dibujar Martin Simmonds con el mismo estilo y acierto; pero ya no es lo mismo. De hecho hay textos de viñetas repetitivos. Dicen que Tinion IV se ha tomado un descanso para volver con más casos.
En cambio yo creo que lo mejor ya ha pasado.
Los dos volúmenes iniciales son un auténtico portento.
No dejaré de subrayar al acoplamiento tan íntimo que tienen guión y dibujo.
Martin Simmonds bebe de la escuela de Dave McKean y ese estilo rallado y distorsionado se adecúa perfectamente al misterio y secreto de lo narrado. Muchas viñetas semejan sombras o manchas, enfatizando lo confidencial del asunto, como esos documentos censurados por un rotulador. Las complejas composiciones de página, con multitud de viñetas abiertas y de doble página, nos traslada la amplitud y alcance del mundo conspiratorio.
Dada la envergadura de la trama, el cómic no puede eludir páginas completas dedicadas a la exposición de los orígenes y desarrollo de estas teorías. Pero no creo que aburran. Lo que cuentan tiene un interés palpitante: como esas carpetas que le llegan a un periodista (cap. 4. Los ojos en las paredes) con expedientes secretos firmados por un director del FBI fulminado. Allí se explican los movimientos del Estado profundo para poner y quitar presidentes de EEUU. Una invitación a ver desde otro prisma el asesinato de Kennedy y las presidencias de Reagan o de Obama.
Otras exposiciones son más historiográficas y nos hablan del origen pagano de la humanidad que fue tamizado por el cristianismo y desembocó en sociedades secretas como los masones, rosacruces y Órdenes Herméticas como la Golden Down. Por supuesto no faltan referencias a Madame Blavatsky, Alisteir Crowley y hasta los sabios de los protocolos de Sión.
Que Lee Harvey Oswald aparezca como jefazo del Departamento de la Verdad ya nos descoloca y su historia no es manca; pero yo me quedaría con el conseguidor Hawk Harrison, vaya tipo. Él es el verdadero mentor de Cole, el que le guía por los nueve círculos del infierno... hasta mostrarle una posible y arriesgada salida.
Hawk se llama a sí mismo "el hombre mágico". Lleva décadas moviendo los hilos entre las sombras para provocar lo que América necesita; porque al final se trata simplemente de eso, de poder. Llegamos a leer "hay que anteponer el bien del país"; lo que quiere decir, hemos de ser los dueños del relato.
"Lo que digo es que todo está conectado con todo. Es un continuo de conocimiento y de símbolos con poder, y si te apoyas en ese poder puedes cambiar el mundo. Me llamo a mí mismo mago, pero soy más bien un sicario. Conozco la historia, conozco los símbolos y los uso para hacer mi trabajo." le dice Hawk a Cole.
Acabaremos conociendo bien a Hawk, un verdadero fontanero de las cloacas del estado; pero sin duda el personaje más sugerente y misterioso es "la dama escarlata". Oooh.
Ella es la amenaza que se esconde tras la niebla, incluso por encima de Martin Baker, el jefazo del Sombrero Negro que está intentando atraer a Cole al lado oscuro. Este papel central de Cole se lo explica el propio Hawk:
"Lee cree en una mujer escarlata que trata de iniciar una nueva era. Creo que por eso ha decidido que tú eres especial. ¿sabes? entre los cientos de personas que hay en el Departamento de la Verdad, sólo tres han visto a la mujer de escarlata. Tú, Lee y Ruby".
Mis capítulos preferidos son el 3, sobre los "actores de crisis"; el 7 por la exposición esotérica que hace Hawk, y el 8 por narrar de manera formidable unos de los casos más fantásticos, el del Bigfoot.
El capitulo 3 se titula Blanco y negro y es el que más me pone los pelos de punta, porque narra una manipulación de la realidad tan factible y salvaje que resulta escalofriante: aquí no se trata de bulos o ideas abstractas sino de cómo unos tipejos conchabados con políticos y medios de comunicación espurios llegan a acusar a una madre ––que ha perdido a un hijo en un tiroteo–– de que es "una actriz de crisis", que su interpretación está pagada por los demócratas que quieren quitar las armas a los hombres de bien. Puaj.
El acoso es monumental a través de vigilancias, noticias falsas, llamadas y mensajes. Llegan a crear videos de ella y su hijo siguiendo clases de interpretación. Toda una batería de infundios que le empujan a la enajenación y hasta hacerle dudar de su vivencia.
En el capítulo 7, titulado El trabajo de Denver, Hawk le da una clase magistral a Cole (y a nosotros) sobre la historia de la humanidad desde el punto de vista de las conspiraciones y sus magos.
Por su parte el capítulo 8 se titula Diario de un cazador y está dividido en dos partes porque desarrolla una historia potente y autónoma. Básicamente es la carta de un padre a su hijo relatándole su obsesión por el Bigfoot. Esta carta adopta la forma de un cuaderno de campo con anotaciones y bosquejos de todo lo que ocurrió. Son páginas gourmet de técnica gráfica y narrativa.
Este relato tiene entidad propia dentro del volumen, no sólo por su particular técnica narrativa, sino por contar con su propio personaje narrador, el hombre que traslada su obsesión a su hijo hasta destrozarle la vida. Además Cole conoce la Oficina de Campo, la "rama Criptozoológica del Departamento de la Verdad", dedicada a matar y hacer desaparecer las ficciones salvajes que un gran puñado de gilipollas logran hacer realidad del tipo bigfoot, yeti, ángeles, alienígenas, fantasmas, etc. Vaya melopea.
Aquí hay un filón para próximos episodios.
Ni que decir tiene que el capítulo 10, con el que acaba el segundo volumen —El Infierno de Hawk— te hará asomarte al abismo de hasta dónde los Tulpas están ocupando la realidad.
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