miércoles, 13 de septiembre de 2023

HISTORIAS IMPOSIBLES - de Zoran Živković



No haré esperar a nadie por mi valoración. Este libro de cuentos es magnífico y prueba, además, que la teoría de la Gestalt es correcta: El todo es mucho más que las partes.

En realidad, el volumen es una antología que reúne cinco conjuntos de relatos escritos entre 1997 y 2004 a los que se ha añadido un cuento independiente a modo de Epílogo. Estos cinco tomos comparten una estructura juguetona y postomoderna: cada uno reúne un puñado de relatos plenamente independientes que acaban interrelacionados en una última historia que nos ofrece una vuelta de tuerca más en su interpretación.

El problema de la escritura y el universo de los libros y las bibliotecas aparecen ampliamente en el volumen, pero también otros temas clásicos de la literatura fantástica como son los pactos con el diablo, los viajes en el tiempo e incluso los encuentros con uno mismo y hasta con Dios.






El libro parece compuesto por un relojero maniático debido a la cantidad de relojes que aparecen en sus tramas. Y no todos marcan la hora. Siendo cada uno de los relatos absolutamente original, los de cada tomo comparten una idea matriz. Así en el primer conjunto titulado “Los regalos del tiempo” nos encontramos con una situación común, la visita que el diablo hace a una persona para proporcionarle un viaje en el tiempo –al pasado o al futuro- a través del cual podrá determinar el valor de su vida. Lo cual los emparenta con el clásico de Max Beerbohm, Enoch Soames. El segundo conjunto se titula “Encuentros imposibles” y aquí el visitante fantástico ya no será el diablo, sino Dios (que es a quien se encuentra en el tren un cauteloso vicepresidente de banco) y también uno mismo con más edad e incluso postmorten. En el extraordinario cuento “La librería” un librero y escritor de ciencia ficción llega a encontrarse con un habitante de uno de sus mundos inventados que le alecciona sobre la “quinta fuerza”, la imaginación.
“-Todos estos libros aquí no son más que prosa inventada, mientras que en mi mundo representarían documentos de cuya autenticidad nadie dudaría. Pero este concepto erróneo ya se corregirá cuando ustedes dominen la quinta fuerza, y no solo la utilicen de manera salvaje, incontrolada, como han hecho hasta ahora.
-Si lo he entendido bien, entonces ¿esto ya no sería una librería, sino alguna suerte de... archivo?
-Sí, un lugar donde se reúnen datos sobre otros mundos. Yo me dedico precisamente a eso. Utilizo la quinta fuerza para investigar mundos foráneos y catalogarlos. Así me he topado con la Tierra.”
El tercer tomo lleva por título “Siete contactos con la música” y nos plantea una serie de situaciones cotidianas en la que un leve aleteo de música es capaz de quebrar la realidad y revelar mundos fantásticos. Por ejemplo, en “El susurro”, un niño autista resuelve un legendario misterio matemático tras escuchar una obra de Chopin. 

El cuarto conjunto se titula “La Biblioteca” y en él encontramos tanto una infinita “Biblioteca virtual” en la que el tiempo no existe, como “La biblioteca del infierno” y “La Biblioteca nocturna”, una biblioteca especular de la abierta durante el día en la que el protagonista se pierde como si estuviese en una dimensión paralela. Los relatos de este epígrafe juegan con el vértigo de la totalidad o del infinito hasta causarnos asombro. Finalmente, el último grupo se titula “Pasos en la niebla” aludiendo a la niebla que oculta el futuro y en la que nos adentramos tan audaces como inconscientes.



Cada uno de estos tomos integra un último relato que asume y resume a todos los demás, estableciendo un hilo que los engarza y dota de un nuevo alcance. Genial.

Otras peculiaridades del volumen llaman mi atención. Una es el carácter puramente mental de la mayoría de los relatos y otra la condición de encrucijada o encuentro que comparten, hasta el punto de que el libro bien podría haberse titulado “Encuentros imposibles”; ya que la mayoría de relatos narran encuentros que para sus protagonistas son trascendentales. Lo cual me ha llevado a recordar durante toda la lectura el cuento XI del Conde Lucanor, “El deán de Santiago”, que el mismísimo Borges reescribió como “El brujo postergado” para incluirlo en su “Historia universal de la infamia”. No es el único nexo. Los cuentos de Živković nos hacen recordar otros relatos del escritor argentino como “El milagro secreto” donde el tiempo queda en suspenso cuando van a fusilar al escritor Hladík para que éste pueda concluir –mentalmente- su obra maestra.

"El Astrónomo con vela" de Gerrit Dou  (1613-1675)


No menos destacables son estos dos asuntos: la metaficción y el carácter paradójico que aflora en muchos relatos. En varios de ellos los personajes van al encuentro con su autor o incluso el escritor es el protagonista, como en "El teléfono", relato que hace de Epílogo general del libro. En otros tantos se discuten las consecuencias de conocer el futuro o visitar el pasado. En este sentido en varios relatos (“El relojero”, “La ventana”, “Los gansos en la niebla”) se cita el famoso “efecto mariposa”, que refiere la posibilidad de que el batir de unas alas diminutas pueda desencadenar una serie de acciones potencialmente incalculables y calamitosas. 
“-Si le descubriera lo que le espera, lo privaría del principal punto de apoyo que hace posible la vida. Para él todo se volvería determinado, inevitable. Perdería no sólo la esperanza sino también el miedo. Y ¿acaso es posible vivir sin la esperanza y el miedo?
-Pero ¿qué ocurre si, por ejemplo, lo aguarda una gran desgracia, un sufrimiento que se pudiera fácilmente eludir estando advertido? ¿También dejaría de hacerlo en ese caso?
-Por supuesto.
-¿Y no es eso una crueldad hacía sí mismo?
-Quizás. Pero, en realidad, no hay elección. No se puede evitar lo que ya ha pasado, ¿no es así?”
Me gustan especialmente aquellos relatos que consiguen una atmósfera enrarecida y onírica. Como si el tiempo de pronto se hubiese detenido. Así es como el anciano relojero del relato homónimo llega a pensar “¿estaré soñando?”, cuando una figura oscura, con capa y sombrero, accede a su tienda desde la niebla de la calle para hacer que revise su extraño reloj, mientras entabla con él una conversación sobre el azar y el "río del tiempo". Del mismo modo la mazmorra donde está preso "El astrónomo" parece situarse fuera del espacio y del tiempo mientras el diablo debate con él sobre su destino. O esa estación de trenes fantasmagórica en cuya "Sala de Espera", la señorita Adela ve el futuro sangriento de sus compañeros cada vez que escucha la música del organillero. También en "El cono", "La paleolingüista", "El violinista", "La Biblioteca nocturna" o "Un agujero en la pared" encontramos este tipo de escenarios ilusorios en los que los protagonistas se enfrentan a sus más profundos anhelos y miedos.

La verdad es que cada uno de estos cuentos es una gema fantástica. "El rompecabezas" me hace recordar a "La Obra Maestra Desconocida" de Balzac, con un pintor a punto de captar unos insondables guiños del universo. Mientras que en "La biblioteca virtual" un escritor se asoma, aturdido, al infinito océano de la web donde encuentra todas las obras escritas y por escribir. En cuanto a “Desorden de la mente” una profesora delibera con las alumnas en torno a sus redacciones sobre sueños para acabar enredada en la niebla donde se confunden realidad y sueño.





Si tuviese que elegir el relato más fantástico me quedaría con el que es menos fantasioso; ya que no precisa de la presencia del diablo ni de viajes en el tiempo: “El Violinista” nos narra la iluminación que alcanza un músico al escuchar los acordes embrujados que un violinista desgrana desde una buhardilla. La melodía le lleva a percibir un atisbo de la armonía secreta del mundo. Encuentro que el autor logra expresar esta experiencia mística con total precisión, sin huecos lirismos.
"Pero, al menos, era consciente de que el mosaico existía, de que era intachable en su reducida y evidente noción de necesidad. La parecía, sin embargo, que no tenía derecho a esperar volver a verlo, peso a que ya sabía que dedicaría toda su vida posterior a buscarlo infatigablemente". 
Se podría decir que el libro versa sobre el Tiempo y la Muerte revelados a través de estos encuentros imposibles en los que la mayoría de personajes, ya de por sí excéntricos y solitarios, se encuentran en trance de muerte. También que es un libro tendente a autocontenerse porque continuamente se vuelve sobre sí mismo llegando a aparecer el mismísimo Escritor frente a sus personajes que llegan a visitarlo para salvarle de una muerte inminente. 










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Zoran Živković es un escritor, editor y traductor serbio. Autor de 23 libros de ficción y de 8 de no ficción, algunos han sido traducidos a 21 idiomas. En 1990 publicó una "Enciclopedia de Ciencia Ficción" desde una perspectiva europea, en dos volúmenes. Sus ficciones traspasan los límites entre lo fantástico y lo surrealista, alineándose claramente con el tipo de fantasía que proponen autores como Borges, Stanislaw Lem o Italo Calvino, caracterizadas por el bibliomisterio y la metaficción. Otros aspectos de su obra lo emparentan con Mijaíl Bulgákov y Franz Kafka.
Hasta su jubilación a finales de 2017, Živković fue profesor titular en la Facultad de Filología, donde impartió cursos de Escritura Creativa.

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