¡Genial!
Qué más se le puede pedir a una película: acción, drama, humor, tensión y una gran carga emocional plena de naturalidad y sin sentimentalismos.
Javier Fesser dedica la primera secuencia a enlazar con la anterior historia de baloncesto para rematar esa línea narrativa y a continuación romper con todo aquello para armar una aventura totalmente nueva, con asuntos y personajes nuevos. Efectivamente los guionistas no se dedican a estirar el chicle del primer éxito, sino que trazan una historia absolutamente original tomando de la primera únicamente su carismático elenco y su espíritu gamberro, reivindicativo y vitalista.
Los añadidos de esta nueva aventura son una entrenadora que arrastra fama de ser gafe y un gamer en silla de ruedas. Ambos darán mucho juego en las alocadas situaciones a las que el club de “Los Amigos” se verá abocado.
A pesar de ser una secuela la cinta se desarrolla por nuevos derroteros. Después de una suspensión de dos años, el club “Los Amigos” logra inscribirse en un campeonato... ¡de atletismo! debido a una fatalidad. También hay cambio de entrenador. Ahora es Cecilia (Elisa Hipólito) la entrenadora en prácticas que asume el reto de conducir al equipo a la gloria... o al desastre; porque arrastra una sorprendente capacidad para atraer todo tipo de calamidades. Pero el nuevo ingrediente que acaba definiendo el film es Brianeitor (Brian Albacete) un gamer y streamer con casi tres millones de seguidores en redes sociales que padece atrofia muscular degenerativa con espina bífida.
En el guión inicial este personaje era femenino, pero la personalidad arrolladora de Brian y su humor negro acabó conquistando al equipo. Su propia historia de superación inspira a su personaje y es capaz de trasladar a nuestros locos baloncestistas al mundo virtual de los gamers y las nuevas formas de entretenimiento. Efectivamente Brian se muestra tal cual es, interpretándose a sí mismo, tal como explicaba Fesser en la presentación de la película: “Se reescribió el guion, como ocurrió con el resto de campeones en la anterior película, para utilizar todo lo que Brian era capaz de expresar desde su realidad”.
Brianeitor tiene tan solo 21 años y lleva poco más de dos en la redes sociales; pero gracias a su carisma y sentido del humor se ha convertido en uno de los gamer y streamer del momento. Su popularidad estalló hace menos de un año, tras fichar por el Team Heretics, el organismo de competición e-sport más importante de España, tras demostrar su destreza en el videojuego online Fall Guys, una especie de Humor Amarillo virtual.
Destacan sobremanera el guión y la realización. Javier Fesser ya nos colocó a los “normales” ante el espejo de nuestras discapacidades en su anterior película. Ahora abunda un poco más en los prejuicios que la sociedad y las propias familias mantienen con estas personas “con capacidades distintas”. La escena definitoria es cuando la hermana de Brianeitor y su marido vienen desde Londres para hacerse cargo de él. Su intención es cuidarlo y meterlo en una burbuja sobreprotectora; pero cuando llegan al Centro comprueban con sorpresa que Brianeitor no está allí. Ha salido con su pandilla a entrenar atletismo. Ambos se alarman y echan la bronca a la supervisora.
¡¿Pero no ve que puede pasarle algo!? Le espetan.
A lo que ella responde: Eso es precisamente lo que Brian quiere, vivir y que le pasen cosas.
Javier Fesser lo tiene claro y así lo declaraba en una entrevista: “nos encanta presumir de que somos diferentes y, sin embargo luego, en la práctica, nos da mucho miedo la diferencia”.
El director ha coescrito el guión junto a David Arqués como en la primera y además ha contado con la colaboración e ideas de Athenea Mata, que interpretaba a la esposa del entrenador en la cinta original. Me gusta especialmente el modo en que Fesser dibuja a los personajes, con sólo un par de trazos. En la primera esos trazos se referían a cómo afrontaban el reto de vivir autónomamente su vida diaria en un piso o en el trabajo. Aquí tienen que ver con los sueños que alberga cada uno de ellos. “Yo quiero salir corriendo”, dice con mucho desparpajo Brianator cuando la monitora le pregunta.
Esta carrera de obstáculos que es la vida será lo que nos ofrezcan con mucho humor y desenfado esta banda de discapacitados que tienen muy claro qué hacer para afrontarla. Creo que uno de los valores de la película es que está escrita desde su punto de vista; así es como logra que nos riamos a carcajadas “con” ellos; porque su forma de entender la realidad es a través de un prisma propio que les permite partirse de risa para honrar la muerte de su mejor amigo. Tal y como dice el director, “la diversidad es una capacidad para aproximarse a los retos de la vida desde un lugar distinto”.
Finalmente quisiera poner en valor la forma de rodar y montar de Fesser, imprimiendo un gran ritmo de planos para lograr una narración muy dinámica y puramente cinematográfica; muy alejada del ritmo lento y teatral de otras muchas producciones.
Muchas críticas subrayan la falta de frescura de la cinta toda vez que se trata de una secuela. Evidentemente se pierde la sorpresa de ver por primera vez a la terremoto Collantes o al osito de peluche Manuel; pero prefiero valorar sus logros, incorporando tramas y personajes novedosos mientras mantiene una elevado tono vital de naturalidad y emoción.
Muy Divertida.
Derrochando humanidad.
Exitazo.
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