miércoles, 20 de septiembre de 2023

THE BEAR T2 - creada por Chr. Storer y J. Calo



Adiós a The Original Mr. Beef, bienvenido ¡Ay! The Bear.
Esta segunda temporada afronta el cambio radical desde el alboroto de The Beef al pulcro y refinado restaurante que aspira a ser The Bear. Las obras de reforma volverán a enfrentar a todos y Tina, Marcus e incluso Richie acudirán a otros centros para reciclarse y ponerse al nivel que requerirá The Bear.

El puñado de entrañables personajes que vimos trabajar y colisionar en la primera temporada nos invitan a seguirlos en este segunda... pero parece que no estaba previsto y las líneas argumentales que se plantean parecen un tanto inanes. Los cinco primeros episodios son deudores de esa reiterada práctica audiovisual de otorgar espesor a los personajes simplemente inyectando un trauma infantil o un drama familiar. Sidney con un padre emocionalmente seco y Marcus con su madre hospitalizada no aportan nada y hacen que estos cinco capítulos resulten insustanciales hasta que....
¡¡¡Boummm!!!
El sexto episodio explota en forma de una formidable minipelícula que expande y contextualiza de manera abrumadora el universo de The Bear.




Se trata de un largo flashback que rememora la última cena de Nochebuena con la familia Berzatto al completo; con Mikey ya metido en un pozo de desesperación, Carmy ajeno a lo que se le viene encima y, sobre todo, Donna Berzatto, una madre volcánica que implosiona en su cocina preparando la cena mientras se hunde en una marejada de neurosis. Tanto los preparativos en la cocina como la propia cena en el comedor, reeditan el caos y excitante ritmo que disfrutamos en la primera temporada; pero ahora centrado en los traumas y heridas sin cicatrizar que arrastra una familia en descomposición.

El episodio es deslumbrante, se titula Peces y son 67 minutos de puta locura alrededor de la Fiesta de los Siete Peces, una tradición italoamericana sobre la que cada personaje aporta su propia explicación. Uno la relaciona con los emigrantes que dejaron Italia trayéndose sus mejores siete cosas a su nuevo hogar. Otro apunta a la Biblia donde el siete define asuntos tan sustanciales como los sacramentos, las virtudes, los días y hasta los pecados capitales.

La preparación de la cena y Donna (una Jamie Lee Curtis apoteósica), son el epicentro de un escenario único y agobiante en el que se agolpan los gritos, las puyas y las alarmas de cocina. Donna es una olla a presión. Se encierra en la cocina preparando los platos de los Siete Peces mientras bebe sin parar y se queja de falta de ayuda a la vez que manda a tomar por culo a todo el que se aproxima. En segundos es capaz de pasar de la risa al llanto, de la celebración a la angustia, del abrazo a la intimidación. Un brutal retrato de la bipolaridad mientras suena a todo trapo Got my Mind Set on You, en versión de George Harrison. Una locura.





Curiosamente el otro episodio que brilla es el séptimo, pero con un ritmo contrapuesto lleno de silencios y charlas de orientación. Este episodio se centra en Richie y su redención. Carmy lo ha enviado a un restaurante de tres estrellas donde tendrá que enfrentarse a sí mismo, abandonar sus viejos hábitos e iniciar ese nuevo camino que lleva tiempo buscando. Una cura de humildad a sus 45 años en la que recibirá la ayuda de la chef Terry, interpretada por una Olivia Colman en plan maestra zen.

La temporada culmina con un capítulo que remeda el ritmo frenético y la amenaza de catástrofe que caracterizaba al The Original Beef de la primera temporada, pero en las renovadas cocinas y elegantes salones del nuevo The Bear. El problema es que ya lo hemos visto.

Parece que la temporada ha ahorrado esfuerzos de guión y dinero para concentrarlos en estos dos episodios y así entregar un drama profundo y unos intérpretes de altura entre los que se cuentan, aparte de las extraordinarias Curtis y Colman, Jonathan Bernthal, como Mikey, Sarah Paulson, Gillian Jacobs o Bob Odenkirk, como el tío Lee, con el que Mikey sostiene un duelo con tenedores de lo más virulento. 



Narrativamente me gusta mucho esta presencia/ausencia de Mikey. Su sombra planea sobre toda la serie y su recuerdo es traído puntualmente por quienes le conocieron, hasta hacernos componer una imagen tan compleja como contradictoria. Mikey tiene un carácter abierto y arrollador. Es el que vela por todos, especialmente por su hermano y por su madre, incluso cuando su vida se va al garete. Todo el mundo reconoce su carisma y que siempre se podía contar con él, pero también que era un capullo metiéndose en mil problemas y un puto desastre en los negocios. En este sentido la elección de Bernthal es genial. Mikey veía el desastre al que estaba abocado y quiso alejar a Carmy de la inminente debacle. Mientras se ahogaba todavía tuvo el impulso de un celoso guardián para dejar preparado un salvavidas para su hermano. 

En un momento dado, durante esa cena de los Siete Peces, Carmy le regala a Mikey un cuadro con el boceto de la fachada del restaurante que había pensado abrir con él. Es el mismo cuadro que aparece colgado en la cocina del The Beef en el primer episodio de la serie. Mike aprecia el entusiasmo de Carmy y esto le rompe el corazón.

Efectivamente lo que nos queda en la retina de esta temporada es esa cocina y ese comedor donde los creadores encierran a los Berzatto para que se cuezan en su propio jugo. El ritmo es frenético, el guión y el montaje atronador, la larguísima secuencia alrededor de la mesa de lo más angustioso.








El punto de ignición de Donna lo aporta su hija Sugar (Abby Elliot) que no deja de preguntarle de forma desesperante: “Mamá, ¿estás bien?”.
“¿Tú sabes cuánto odio que me hagan esa puta pregunta? ¿Le vas preguntando a todos los demás de la mesa si están bien? Entonces, ¿te parezco que estoy mal?”,

“¡Que os follen!”, grita justo antes de romper un plato contra el suelo y abandonar la mesa.
Pues eso, deliciosa.






BONUS TRACK__________________________________
Restaurante Avec, en River North -Chicago-
En la primera temporada priman las relaciones personales en la vorágine del restaurante. 
En esta segunda tienen más presencia los platos y su elaboración. Mientras Tina y Marcus son enviados a aprender alta cocina, Sidney prepara el nuevo menú al que va a denominar "Caos" (¡!). 
Saturada por las pruebas decide llevar a cabo un fabuloso periplo gastronómico por los más icónicos restaurantes de Chicago en busca de inspiración.
Esto ocurre en el episodio tres, titulado "Sundae", el cual tiene toda la pinta de una carta de amor a la escena gastronómica de Chicago por parte de la directora del episodio y co-showrunner de la serie Joanna Calo. Incluso hay un cameo del famoso restaurador Donnie Madia ofreciendo sus consejos a Sidney cuando lo visita en su restaurante Avec. Allí se pueden saborear clásicos como la focaccia trufada y dátiles rellenos de chorizo ​​envueltos en tocino.
Aquí tienes una breve guía de esos restaurantes por si pasas cerca de allí. 😀

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