martes, 27 de diciembre de 2022

AVATAR 2: El Sentido del Agua - de James Cameron

EEUU,2022

Decepcionante.
Esa es la palabra que me surgió según concluía la película.
Estaba claro que la primera película de Avatar no era la primera, sino la única película pensada por James Cameron. Allí hay aventuras fascinantes y traiciones, un planeta y una civilización totalmente nuevos  (aunque recuerde a la conquista del Oeste contra los indios) y un punto de ecologismo para denunciar la constante actividad depredadora del ser humano. La película concluye con el malvado antagonista muriendo, así como una de las protagonistas. Punto final. 

El éxito tan enorme del film empujó a los productores y al director a diseñar una saga en torno al mundo de Pandora; pero han elegido el camino de volver a enfrentar a los mismos protagonistas, al marine Sully y al coronel Quaritch, pero añadiendo a los hijos de ambos que deambulan por ahí. Para ello han tenido que meter a martillazos la resurrección de Quaritch en un cuerpo na´vi. Cuestión que no añade nada a la saga y convierte a esta segunda parte en una simple copia con mucha menos tensión y entidad.  

La primera fue escrita por James Cameron en solitario mientras que esta segunda ha tenido que implicar a toda una batería de guionistas  
Guionistas: James Cameron, Rick Jaffa, Amanda Silver. 
Historia: J. Cameron, Rick Jaffa, Amanda Silver, Josh Friedman, Shane Salerno
cuyo brainstorming parece que no dio para más que para copiar la estructura de la original añadiendo una acción y unos conflictos muy pobres.

En la primera la civilización terrestre descubre Pandora sólo como un enorme recipiente del que extraer un mineral capaz de resolver los problemas energéticos de la humanidad. En esta segunda aparece (aunque de forma muy secundaria) la caza de unos maravillosos cetáceos para extraer de ellos un aceite que cura el envejecimiento de los humanos. 
En la primera el marine Sully acaba descubriendo la profunda cultura de los Omaticaya, el pueblo del bosque, y junto a él penetramos en sus costumbres, cosmovisión y formas de relacionarse con su entorno. En esta segunda Sully y su familia huyen hasta el mar para proteger a los Omaticayas del nuevo ataque de la "gente del cielo". Una vez allí tanto él como sus hijos deberán adaptarse de nuevo a una cultura ajena, la de los Metkayina, que viven plenamente integrados con el mar y sus criaturas.
 


Volvemos a encontrar pues, el aprendizaje de habilidades y costumbres, así como la hostilidad ante los extraños; también el "árbol de las almas" (bajo el agua, claro), que les sirve para contactar con su deidad Eywa; y también a un poderoso animal, epítome de su cultura, capaz por sí mismo de inclinar la balanza a su favor frente al invasor: en la primera era el "Jinete de la última sombra" Toruk Makto y aquí es un gran cetáceo de la especie "tulkun" llamado Payakan. 

Incluso vuelve a aparecer la figura del científico que critica el ardor extractivo de los humanos sin importarles destruir la civilización aborigen. Sin embargo el gran personaje que interpretaba Sigourney Weaver en la primera, se convierte en ésta en uno de cuarta fila que acompaña sumiso al cazador de tulkuns mientras reconoce que aplaca sus reparos éticos bebiendo.

Eso es Avatar 2, un simple espejo de la primera pero sin su intensidad, su épica y capacidad innovadora. Todo es muy pobre aquí: la aventura es de perfil bajo y el desarrollo de los personajes y de la cultura Metkayina es muy esquemático. Incluso la fuerza mística y el mensaje anticolonialista y de preservación del medio ambiente que tenía la primera se ha minimizado.

Las pocas ideas nuevas, por su parte, aparecen amontonadas y confusas. La película entera se articula como un intento de venganza de Quaritch (Stephen Lang) contra el marine Sully. Esto a pesar de que la comandante de la nueva base de operaciones Cabeza de Puente, le ha avisado de que la misión ha cambiado: ya no se pretende el enfrentamiento y la extracción, sino buscar la convivencia para una futura colonización de Pandora, dado que la Tierra perece. 


















James Cameron ha declarado que Quaritch será el malvado de las secuelas y que lo veremos vivir situaciones inéditas. ¿? Así lo refrenda esta secuela que no sólo lo revive sino que introduce el protagonismo de los hijos de estos dos marines enfrentados (ya con cuerpos de na´vi). Repetir duelos y venganzas entre los mismos protagonistas no me parece el mejor camino para la saga. No creo que Quaritch tenga el carisma y recorrido de un Darth Vader.

En esta continuación volvemos a Pandora para conocer a la familia de Jake Sully y Neytiri, compuesta por nada menos que cuatro hijos. Dado que el director ha rodado a la vez la 2ª, la 3ª y hasta la primera parte de la 4ª secuela para que los niños mantengan su edad biológica, está claro que estos hijos serán el origen de las nuevas tramas; lo que inclina la saga hacia un entorno marcadamente familiar. El plano final de esta secuela ya lo subraya, con Jake y Neytiri yaciendo junto a su prole mientras escuchamos el nuevo mantra: "tu familia es tu fortaleza". 



Todo lo dicho hasta aquí no es óbice para reconocer que he disfrutado con un espectáculo visual abrumador comenzando por una secuencias submarinas realmente espectaculares y unos detalles del 3D (expresividad facial y naturalidad de movimientos) inigualables. También con un último tercio de la cinta donde culmina el enfrentamiento guerrero en unas escenas de acción sensacionales. Pero no nos engañemos, muchos minutos de la película son puro exhibicionismo visual. ¡Si hasta los créditos finales se muestran sobre unos wallpapers subacuáticos apabullantes!.

Si tenemos en cuenta las preguntas que se hacía la crítica antes del estreno, ¿Es mejor que la original Avatar? La respuesta es NO.
Si en cambio la pregunta es ¿Merece la pena seguir explorando este universo? La respuesta es SI, aunque no de este modo repetitivo.

No soy quien para decirle nada a un visionario del talento de Mr. Cameron; pero yo creo que si lo mejor de la idea original era el descubrimiento de un mundo nuevo con los conflictos derivados de su colonización, ahí están todas las películas clásicas del Oeste para resetearlas en Pandora, sin necesidad de que en todas ellas encontremos siempre a John Wayne disparando al mismo pistolero.  Pensé que iba a ver algo de esto cuando apareció la secuencia en que los omaticaya asaltan y destruyen un tren de mercancías como en los más clásicos western. Pero no.






Quizás pueda ocurrir que esta segunda película sea simplemente de transición hacia nuevas y fabulosas aventuras. Habrá que esperar y ver qué nos propone el maestro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.