miércoles, 9 de noviembre de 2022

MANDERLEY EN VENTA y otros cuentos - de Patricia Esteban Erlés



Patricia Esteban Erlés está considerada como una de las damas de la narrativa fantástica más reciente y con razón. Ahí están sus libros para dar cuenta de ello. Manderley en venta fue su ópera prima, publicada en 2008 y recuperada con mucho gusto en 2019. Once años después Esteban Erlés se enfrascó de nuevo en su libro, descartó algunos relatos e incluyó otros de un segundo libro, “Abierto para fantoches”. El resultado es brillante y coherente. Se puede decir que en el volumen ya estaban presentes muchos de los asuntos que caracterizan su narrativa: los espacios domésticos opresivos, el juego gótico y fantasmal, la irrupción de lo insólito en lo cotidiano, los personajes y conflictos con una fuerte impronta femenina y los miedos e inseguridades que tienen que ver con la locura o el fracaso existencial. El terror psicológico prima en cualquier caso, así como los miedos de la infancia. Aspectos que tendrán continuidad en colecciones de cuentos posteriores como Azul ruso (2010), Casa de Muñecas (microrelatos, 2012) o el más reciente Ni aquí ni en ningún otro lugar (2021), una colección de cuentos que recrean los de tradición oral, con sus ogros, hadas y princesas, pero que son reinterpretados de forma actual y sorprendente. Una joya que cuenta, además, con las inquietantes ilustraciones de Alejandra Acosta. En 2017 ganó el Premio Dos Passos con su primera novela, Las madres negras, publicada por Galaxia Gutenberg.

Desde los inicios de su carrera literaria, Esteban Erlés ha empleado el género fantástico como medio “para explorar y representar todo aquello que se nos escapa de la realidad y de la compleja interioridad del ser humano”, según su propia expresión. En Manderley en venta se citan resortes clásicos de la literatura fantástica como el acecho de la locura, el horror de la suplantación, la amenaza de espectros familiares o la fascinación por lo irracional.

El Manderley del título nos remite a la mansión de “Rebeca”, relato de Daphne de Maurier que el maestro Hitchcock llevó a la pantalla. Y ese espacio físico y mental de Manderley, donde irrumpe una opresiva presencia fantasmal, podría ser el resumen de este grupo de relatos. De hecho, uno de ellos se puede considerar una adaptación de ese clásico, pero con una protagonista infantil, “Historia de una breve alma en pena”.





Esta narración toma el punto de vista de una niña para relatar la tortura psicológica a la que le somete su abuela, la cual perdió a una hija con la misma edad de la protagonista. El recuerdo de Monsita está presente en cada rincón del enorme caserón que habita la abuela, igual que aquella difunta Rebeca de Winter. Cada verano la trastornada abuela reclama a la niña para imponerle los vestidos y juegos de Monsita, en un intento por revivir a su hija aun a costa de perturbar la salud emocional de la nieta.

La propia autora menciona que esta composición condensa todos los argumentos del libro, “el deseo y la culpabilidad, los homenajes a la literatura y cine gótico, el poder de los fantasmas y las casas donde las vidas se nos muestran”.
“Sabía que la tía Monsita me vigilaba con sus ojos tristes desde el retrato de la pared, cada vez que entraba en la alcoba de mi abuela para desearle las buenas noches. Por eso procuraba no mirar hacia la cabecera de la cama y salía de allí cuanto antes, aunque sabía que en ningún rincón de la casa lograría librarme de su presencia. Era difícil no pensar en Monsita, sobre todo teniendo en cuenta que mi abuela insistía, verano tras verano, en que ocupara su habitación. Yo no me atrevía a decir nada, pero me daba mucho miedo dormir en la misma cama donde la tía había agonizado, cuarenta años atrás. Además, siempre encontraba frías las sábanas de hilo al acostarme.”
Menos mal que este mecanismo de posesión cesa automáticamente cuando la nieta da el estirón y ya no le vale la ropa de Monsita: sólo entonces el lazo fantasmal se rompe.

Es habitual que los protagonistas de estos cuentos sufran el acoso de seres que están más allá de lo real, más si tenemos en cuenta que suelen ser personajes un tanto quebradizos, aquejados por vivencias frustrantes que les dificulta su adaptación a la realidad circundante.

Esa irrupción fantasmal que influye perturbadoramente en la vida del protagonista, e incluso amenaza con suplantarlo, es un asunto repetido en varios relatos. En “El Juego” una hermana gemela muerta persiste en su presencia junto a su hermana viva para atormentarla ordenándole cometer actos atroces. También en “Habitante”, la protagonista es invadida por el fantasma de la antigua propietaria de su piso justo cuando se pone una de sus prendas. Mientras que en “Línea 40” un doctor que acaba de saber que tiene cáncer se encuentra con una antigua compañera de estudios, lo que le hace desear poder cambiar su vida por la de ella... olvidando que hay que tener cuidado con lo que se desea. 
"La verdad es que en los últimos tiempos Laurita está muy pesada, pero mi padre no cree una palabra de lo que digo, y mamá se echa a llorar cuando acuso a Laurita de obligarme a hacer cosas. Claro, ellos no tienen que aguantar el juego de la muertita, si no también harían todo lo que ella les pidiera".
Otro de los territorios que los cuentos de Esteban Erlés visitan con más frecuencia son la infancia y el espacio doméstico: “Me ha interesado siempre la casa al modo de Shirley Jackson, entendiéndola como una jaula, como un espacio supuestamente amable para la mujer, pero que muchas veces puede ser cueva del terror, puede ser jaula y campo de concentración. Me interesa eso: que el lugar donde más segura te sientes sea justamente el que te impide crecer, el que te apresa”.

Todo ello está sin duda relacionado con la fuerte presencia femenina que se da tanto en las protagonistas de los relatos como en las amenazas que les acechan. En “Celebración” hay una poderosa madre castradora que impone un turbador ritual culinario a todas las novias de su hijo. Mientras que en “Una y otra” asistimos al enfrentamiento espectral entre dos mujeres de gran voracidad sexual que nunca se ven, pero sospechan su presencia y batallan sobre un hombre y su apartamento que comparten. Otro enfrentamiento quimérico entre dos mujeres se da en “Ada Neuman”, donde la protagonista ve amenazada su estabilidad emocional y familiar por la irrupción etérea de una enigmática mujer en su mismo bloque de viviendas.


Percibo en los relatos una especie de exploración para saber quién de verdad somos, indagando en nuestros miedos e inseguridades; pero también un cuestionamiento de nuestra percepción de lo real. Véase por ejemplo “Una y otra”, “Ada Neuman” o “Línea 40”; pero sobre todo lo apreciamos en "Cantalobos" donde un joven se hace pasar por loco para entrar en el psiquiátrico de Cantalobos y mantenerse junto a su amada recién ingresada... para acabar descubriendo allí sus propios demonios. 

El fantástico que nos ofrece Erlés es muy contemporáneo, no proviene de castillos encantados, ni fantasmas remotos. La amenaza se desencadena en un mundo moderno y cotidiano donde, sin previo aviso, irrumpe lo macabro para lograr un terror de índole psicológico, centrado en sobre todo en los propios miedos. 

La lectura de este libro me ha proporcionado unos cuantos momentos inquietantes. Me han gustado especialmente Historia de una breve alma en pena, Habitante, Línea 40 y El Juego, todos ellos bajo la amenaza de un sobrecogedor anfitrión. También me parecen excelentes Cantalobos y Me puedo hacer verdad  que, con gran lirismo, transitan por la fina línea que separa el amor de la locura. 






















Pero tengo que apuntar dos reticencias. Una tiene que ver con los cuentos netamente fantásticos que son de los que más he hablado aquí. Siendo inquietantes los encuentro un poco amables, echo en falta una mayor oscuridad y vitriolo. Quizá se trata de lo que la autora misma ha señalado: “En Manderley en venta y otros cuentos el mal se intuye, pero no se encara: la inquietud muchas veces es el paso previo al terror”. 

La otra reticencia es respecto al otro grupo de cuentos que no pertenecen al género fantástico, para mí menos interesantes, y que narran, en general, situaciones de pareja tan contemporáneas como las citas on line que consiguen tres amigos en "La más guapa del baile". También entran en este apartado "De culos y manzanas", "Vania" y, en el sentido que indicaré, "Una y otra" y "Celebración". Los encuentro un tanto impostados. Aquí el amor se vulgariza en ligue y detecto en ellos una especie de postureo en cuanto al sexo y las relaciones personales para subrayar su modernidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.