La serie recrea el mito de Lupin, ladrón de guate blanco, concebido en 1907 por el escritor francés Maurice Leblanc, cuyas peripecias recorren 17 novelas y 39 cuentos. Lupin es todo un caballero, audaz y elegante, que sobresale por sus imaginativos y sorprendentes métodos para ejecutar los robos y por sus asombrosos métodos de huida.
No se trata de un actualización del personaje y sus aventuras al siglo XXI, tal como hizo magistralmente Sherlock, sino que el protagonista es un cabrioleur (ladrón) imitador al que su padre aficionó a los libros de Lupin, donde encuentra todo tipo de inspiración, tanto para planificar los atracos como para comportarse como un perfecto gentleman.
La serie es notable, muy entretenida y eficaz; pero le falta asumir un poco más de riesgo e imaginación para redondear este ameno juego del gato y ratón con aires de venganza y redención. En cambio cuenta con un protagonista que derrocha encanto y carisma, Omar Sy (como Assane Diop), así como varios tramos donde aflora el característico ingenio de Lupin. También hay que subrayar la incorporación de temas muy actuales como la inmigración, el racismo y la corrupción.
El comienzo es explosivo, como debe ser. Se va a subastar el Collar de la Reina María Antonietta en el mismísimo Museo del Louvre y Assane Diop lo tiene todo preparado para hacerse con él. El robo incluye trampas, sorpresas y juegos de manos como no podía ser menos dirigiendo el cotarro Louis Leterrier (Ahora me ves). Pero no se trata sólo del collar. La joya está relacionada con su padre, un inmigrante senegalés que trabajaba como choffeur para la familia Pellegrini y fue acusado de robarles dicho collar. Su progenitor acabó en la cárcel donde se suicidó mientras el collar permaneció desaparecido. Ahora los Pellegrini lo han recuperado y van a subastarlo. Tras el robo, Assane descubrirá la terrible verdad. Su padre era inocente y fue engañado por Monsieur Pellegrini (Hervé Pierre) que maquinó el engaño para poder cobrar el seguro y evitar la bancarrota de su empresa.
La serie se apoya en diversos flashback a través de los que conocemos la difícil infancia de Assane como huérfano y su relación con la hija de Pellegrini. También la historia del libro que le regaló su padre antes de suicidarse en la cárcel. En ese primer volumen de Arsenio Lupin, caballero ladrón, están escondidas algunas claves que dejó su padre para demostrar la inocencia. Esto obligará a Assane a realizar uno de sus retos más increíbles, entrar y salir de la cárcel a plena luz del día para investigar los contactos y lo que dejó allí su progenitor.
Reivindicar a su padre y destapar las corruptelas de Pellegrini es el fondo común por el que transitan estos primeros 5 episodios. Investigando el robo fingido y a la familia que hundió a su padre, Assane entra en contacto con dos personajes más. Una periodista cuya carrera fue hundida por querer publicar un reportaje con los trapos sucios de Pellegrini; y, por otro lado, el agente de policía que investigó aquel robo y que ahora, casualmente, después de ascender a comisario es el encargado de perseguirlo a él por el robo del mismo collar.
Comparada con el canon que ha impuesto Sherlock, Lupin se queda un peldaño más abajo por su menor ambición. Tampoco tiene la estructura narrativa de Sherlock, donde cada capítulo era una película trepidante y autoconclusiva de 90 minutos. Aquí nos encontramos una historia que se va desarrollando a través de distintos flashbacks mientras flamea, aunque sólo de vez en cuando, la chispa más ingeniosa de Lupin: el robo del collar en la subasta del Louvre, la entrada y salida de una cárcel, el secuestro e interrogatorio del comisario o la secuencia de un viaje en tren con un asesino pegado a la espalda.
La serie es mejor cuanto más se centra en el puro juego y entretenimiento. En cambio todo se ralentiza cuando pierde su ligereza. Por ejemplo cuando Lupin secuestra al comisario, vibramos con el engaño de toda la operación; pero aburre un poco el interrogatorio tan largo. No sólo el libro original de Maurice Leblanc aparece siempre en las manos del jovencito Assane, sino que la propia serie va sembrando referencias a los libros: la escapada de prisión enlaza con ‘La fuga de Arsenio Lupin’, mientras que el robo del collar lo hace con ‘El collar de la reina’. El último capítulo es el más referencial ya que Assane visita con su hijo y su exmujer la ciudad de Étretat, donde Maurice Leblanc llegó a tener una casa, Le Clos Arsène Lupin, y en cuyos famosos acantilados transcurre su novela ‘La aguja hueca’.
Arséne Lupin es un personaje universal que forma parte de la cultura popular. Desde los libros publicados por Leblanc a partir de 1907, el famoso ladrón de guante blanco ha saltado a multitud de películas, series, mangas y videojuegos. Ya en su segunda aventura no tuvo reparo en enfrentarse a un tal Herlock Sholmes, trasunto nada disimulado del famoso detective victoriano creado por Arthur Conan Doyle, de quien fue coetáneo.
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