Drew Goddard se estrenó como guionista con la película Cloverfield (aquí Monstruoso, 2008), luego dirigió La cabaña en el bosque (2.012) y posteriormente escribió los guiones de War World Z y The Martian, hasta hacerse cargo como creador de esa maravilla que es la serie Daredevil.
Matt Reeves fue el director de Monstruoso y del perfecto remake Déjame entrar (Let me in), antes de entregarnos las dos estupendas continuaciones de El Planeta de los Simios (El amanecer del Planeta de los Simios y La Guerra del Planeta de los Simios)
J. J. Abrahams, es él, quien todo el mundo sabe, el perejil de todas las salsas de Hollywood. Creador de la serie de culto Lost, director de Super 8 y los reboot de Star Trek y Star Wars (me parece antinatural estar en las dos sagas), etc, etc, etc.
Estos tres tipos se conocieron en sus comienzos y nunca han dejado de reunirse alrededor de la marmita mágica donde mezclar pócimas y crear nuevos proyectos. En la original Cloverfield encontramos a uno en el guión, a otro en la dirección y a otro como productor ejecutivo lanzando una campaña viral cuando esto ni se sabía qué era. Antes del título oficial, la película se comercializó como 18/01/08, tipografía de fechas que hacía pensar en un material de archivo encontrado.
Desde entonces los tres mantienen el ecosistema Cloverfield como un jardín particular (terror, monstruos, ciencia ficción y cruce de dimensiones paralelas) en el que explorar ideas y divertimentos. Se podría decir que la trilogía secreta Cloverfield es una trilogía de colegas, como Indiana Jones lo fue de dos niños grandes llamados Georges Lucas y Steven Spielberg.
En la red se suele hablar de trilogía secreta (otros la tildan de improvisada), pero lo cierto es que tenemos en ciernes una saga que a estas alturas acaba de estrenar en Netflix su tercera propuesta (Cloverfield Paradox), mientras se anuncia que ya está rodada la cuarta, Overlord (con nazis traspasando las líneas del espacio-tiempo).
Cuando se estrenó la segunda película de la serie, 10 Cloverfield Lane, fuimos muchos los que nos quedamos sorprendidos. Una película de terror psicológico, con un John Goodman perturbador, que mantiene encerrados a un chico y una chica en un refugio antinuclear, con la excusa de una devastación. La película juega con la obsesión enfermiza del hospedero y la ignorancia de lo que de verdad está pasando fuera. Pero cuando por fin la chica escapa, nos encontramos con un desenlace en el que intervienen unos alienígenas.... Oops. Desconcierto total.
Sin embargo, el trío de colegas parecía gritarnos: ¡¡es el universo Cloverfield, tío!!.
Fue después del éxito de la primera cuando empezaron a pensar en realizar películas que, aunque desarrollasen un estilo y una ambientación muy distintos, mantuviesen un punto de anclaje entre ellas: ese momento apocalíptico en que el tejido del espacio-tiempo es rasgado... y ya se sabe que cuando las dimensiones se cruzan, producen monstruos.
Este planteamiento tiene la virtud de que es tan abierto que puede producir secuelas infinitas, ya que sus conexiones pueden ser tan sutiles o secundarias que sólo en el último momento descubriremos el enlace con la saga. Un verdadero juego para el aficionado.
Este planteamiento tiene la virtud de que es tan abierto que puede producir secuelas infinitas, ya que sus conexiones pueden ser tan sutiles o secundarias que sólo en el último momento descubriremos el enlace con la saga. Un verdadero juego para el aficionado.
Sin imponerse cortapisas temáticas ni de estilo; las tres películas estrenadas hasta ahora son totalmente distintas y autónomas. Cloverfield (Monstruoso) es una mezcla de terror y ciencia ficción, con el estilo de metraje encontrado (found footage), que gira alrededor de una misteriosa criatura que está destruyendo Nueva York. 10 Cloverfield Lane, en cambio, es una película intimista de puro terror psicológico; mientras que la recién estrenada Cloverfield Paradox es ciencia ficción estrictamente espacial.
Cada uno tendrá su preferida.
Monstruoso me aburrió a partir del minuto 20, mientras 10 Cloverfield Lane me mantuvo intrigado hasta el final. Cloverfield Paradox, por su parte, tiene la virtud de hacer mejores retroactivamente a sus dos predecesoras. La serie tiene ese punto bizarro de genuina serie B: cine hecho entre colegas con el único objetivo del divertimento. Yo me apunto.
Monstruoso me aburrió a partir del minuto 20, mientras 10 Cloverfield Lane me mantuvo intrigado hasta el final. Cloverfield Paradox, por su parte, tiene la virtud de hacer mejores retroactivamente a sus dos predecesoras. La serie tiene ese punto bizarro de genuina serie B: cine hecho entre colegas con el único objetivo del divertimento. Yo me apunto.
La trama de Monstruoso comienza con un grupo de jóvenes en plena fiesta mientras uno lo graba en vídeo. Esta cámara de vídeo irá saltando de mano en mano durante toda la película y constituirá el punto de vista subjetivo del espectador: devastación apocalíptica, fuego cruzado entre el ejército y unas misteriosas criaturas, los edificios y hasta la propia cabeza de la Estatua de la Libertad rodando por las calles… A través de la cámara seremos testigos del caos y los escombros que se enseñorean de Nueva York.
Tras esta película de catástrofes y efectos especiales, la serie se recata y encierra en un refugio subterráneo.
10 Cloverfiel Lane es una película claustrofóbica que transcurre en un pequeño espacio cerrado, mientras hurga en las entrañas del suspense y el terror. El trío protagonista ignora lo que está sucediendo fuera. La duda va germinando en los dos jóvenes ¿prisioneros?, que no saben si en el exterior se ha desatado el apocalipsis o realmente son rehenes del típico fanático. Hay que decir que en el guión de esta cinta encontramos a Damien Chazelle, escritor y director de las fantásticas Whiplash y La La Land. Su director es Dan Trachtenberg, cuyo delirante corto Portal: No Escape puedes ver más abajo.
La franquicia se caracteriza por sus innovadoras estrategias de marketing. La primera se estrenó tras una campaña viral que hizo pasar algunas de sus imágenes por reales; mientras que la segunda fue una sorpresa total, apareciendo de golpe y sin más noticias, después de ocho años. Esta tercera volvió al secreto. Durante meses sólo había rumores de un título evocador, La partícula de Dios (The God particle), y de un accidente con un acelerador de partículas que provocaría un cataclismo interdimensional. Finalmente la película hizo su aparición estelar en plena Super Bowl, anunciando su cobijo en Netflix; lo que obligó a muchos a irse corriendo a casa para poder descubrirla.
Sobre Cloverfield Paradox he leído bastantes críticas negativas. Unas dicen que nada tiene que ver con la original. Otras que es una colección de lugares comunes. Y aún otras señalan errores monstruosos en el timeline de la trilogía. Esta paradoja espacial transcurre antes, durante y después de los hechos mostrados en la original Cloverfield. La paradoja es que no hay que verla como una trilogía coherente, sino como facetas distintas de un mismo cristal. La otra paradoja es que siendo la menos original de las tres, hace mejores a las
otras dos; porque las redimensiona. Pura Gestalt.
Cloverfield Paradox trancurre en 2028 y nos cuenta el proyecto desesperado de llevar un acelerador de partículas al espacio, para conseguir ponerlo en marcha y solucionar la desesperada situación energética de la Tierra.
En un momento dado los astronautas ven las noticias en la tv donde aparece un científico que avisa de los peligros:
Pues eso.“Ese acelerador es mil veces más potente que cualquiera que se haya construido antes. Cada vez que lo prueban, corren el riesgo de abrir la membrana del espacio-tiempo; rompiendo múltiples dimensiones y destrozando la realidad. Y no solo en esa estación, sino en todas partes.Este experimento podría desatar un caos como nunca antes hemos visto. Con monstruos, demonios, bestias del mar … Y no solo aquí y ahora. En el pasado, en el futuro, en otras dimensiones.”
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P.D.
Para abundar en los rumores que tan bien ha sabido instrumentalizar esta saga, hay que anotar que según todas las noticias, la cuarta entrega ya se ha filmado. El nombre de producción es Overlord y tratará sobre un grupo de paracaidistas estadounidenses que en el Día D en Normandía, cruzan las líneas enemigas nazis para descubrir que tienen que enfrentarse a una fuerza
sobrenatural, producto de un experimento alemán.
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