de Rupert Sanders
La película tiene unos efectos visuales espectaculares, aventura y fantasía; pero cuando acaba la empiezas a olvidar.
¿Quién es la más hermosa? Pues Charlize Theron, sin duda. Me quedo con su hermosura antes que con el perpetuo gesto de asco de la Stewart. Así que la película está al revés.
El guión apunta hacia un relato más adulto, con una malvada que reflexiona sobre su amargo destino de mujer. Pero es sólo eso, un apunte. Lo mismo que la épica. El guión se muestra ralo y sólo se anima cuando aparecen unos enanos con muy mala leche. Otro acierto visual el de los enanos interpretados por actores normales y tratados digitalmente. Ahí están unos lujosos secundarios del tipo de Ian McShane, Toby Jones o el gran Bob Hoskins.
El guión apunta hacia un relato más adulto, con una malvada que reflexiona sobre su amargo destino de mujer. Pero es sólo eso, un apunte. Lo mismo que la épica. El guión se muestra ralo y sólo se anima cuando aparecen unos enanos con muy mala leche. Otro acierto visual el de los enanos interpretados por actores normales y tratados digitalmente. Ahí están unos lujosos secundarios del tipo de Ian McShane, Toby Jones o el gran Bob Hoskins.
El añadido del cazador tiene su punto y hay que decir que Chris Hemsworth da la talla en su interpretación; pero el amigo de la infancia de Blancanieves cuyo padre liderará las tropas rebeldes es un florero que nada aporta .
La película se hace entretenida a fuerza de acumular escenas visualmente potentes e ideas de otras películas. Por allí aparece un bosque maléfico copiado de La Princesa Prometida, un troll perdido desde Willow, unas batallas espectaculares a imitación de Lord of Rings, y hasta se convoca al Espíritu del Bosque con el que el maestro Hayao Miyazaki nos dejó admirados en La Princesa Mononoke.
Pues eso.
Pues eso.
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