Voltaire y Swift viajan a otros mundos.-
Lem es el reverso de Kafka en la ciencia-ficción. Sus especulaciones muchas veces son cómicas y siempre encuentra las grietas por donde llegar al meollo del hombre y la sociedad.
En la estela de Voltaire o Swift, Lem nos regala un libro de relatos filosóficos poniendo planetas, robots y viajes interestelares donde aquellos ponían veleros y tierras vírgenes o el fulgor del Oriente. La búsqueda de la felicidad, de la riqueza, de la inmortalidad e incluso del Conocimiento, cobran forma en estos relatos de aventuras donde Clapaucio y Trurl, dos "constructores con Diploma de Omnipotencia Perpetua con nota sobresaliente", recorren el universo ofreciendo sus habilidades. En su primera aventura aterrizan en un planeta dividido en dos reinos. Cada uno acude a un rey sabiendo que les requerirán para armas y artilugios de conquista...pero ellos han estudiado las teorías de Garganciano...
La obra está repleta de reyezuelos y tiranos a los que estos ocurrentes ingenieros dan la vuelta como un calcetín para mostrarnos sus miserias.
La obra está repleta de reyezuelos y tiranos a los que estos ocurrentes ingenieros dan la vuelta como un calcetín para mostrarnos sus miserias.
"El sabio monarca mantenía una teoría que llevaba a la práctica: la de la felicidad universal. Es bien sabido que el hombre no ríe porque está alegre, sino que está alegre porque ríe. Cuando todos dicen que las cosas van perfectamente bien, el ambiente mejora enseguida. Los súbditos de Monstropito tenían, pues, la obligación de repetir en voz alta, naturalmente por su propio bien, que todo les iba a pedir de boca." p. 11
En la primera parte del libro, las expediciones entrañan asuntos más sociológicos y juguetones, al estilo de Swift. En la última parte, sobre todo en la séptima singladura, nos muestra un derrotero más personal e incluso metafísico.
La obra hace cumbre con relatos tan quiméricos como Expedición Tercera, o los dragones de la probabilidad.
La obra hace cumbre con relatos tan quiméricos como Expedición Tercera, o los dragones de la probabilidad.
"Trurl y Clapaucio (demostraron) que el dragón era termodinámicamente imposible sólo en el sentido estadístico, al igual que los elfos, duendes, gnomos, hadas , etc. Los dos científicos calcularon en base a la fórmula general de la improbabilidad los coeficientes del duendismo, de la elfiación, etc. La misma fórmula demuestra que para presenciar la manifestacion espontánea de un dragón habría que esperar dieciséis quintocuatrillones de heptillones de años más o menos. No cabe duda de que el problema hubiera quedado como un simple curiosum matemático, si no fuera por la conocida pasión constructora de Trurl, quien decidió investigar la cuestión empíricamente. Y puesto que se trataba de fenómenos improbables, inventó un amplificador de la probabilidad y lo comprobó." p. 70
Teoría de Probabilidades, Metafísica, Ontología, tiranía, avaricia, insolidaridad...e incluso computadoras demasiado inteligentes como para ser útiles. Con un estilo desenfadado e invenciones de apariencia ligeras, Lem mordiquea las miserias del ser humano.
Las tres máquinas fabulistas del Rey Genialón son un conjunto de relatos que parodian Las Mil y una Noches, con sus cuentos dentro de otros cuentos, sus sueños, apariciones y amores con princesas. Una de las historias es un trasunto de Schopenhauer, donde un sabio cascarrabias nos refiere colérico el nulo éxito de sus tratados sobre la Razón y el Cosmos en "cuarenta y cuatro volúmenes con parergones y paralipómenos".
En la Expedición Sexta, aparece Ignorato, "un bandido-mago que en su propio castillo vive, de negra gravitación construido, que de fosa le sirven eternas tempestades, de muros, el no ser, y que sus ventanas son ciegas y sus puertas, sordas." Ignorato asalta naves y caravanas en pos del saber; pero confunde información con conocimiento y la máquina que construye Trurl emite tanta que acaba enterrado en ella.
La Expedición Quinta A, o la consulta de Trulr, es una sinfonía cósmica sobre la burocracia. Su redacción es excelsa y sus reiteraciones de frases y fórmulas sintácticas lo convierten en una ópera bufa donde la forma y el fondo confluyen en un sarcasmo genial.
Altruicina, o una historia verdadera donde se cuenta cómo el ermitaño Bonifacio quiso hacer feliz al Cosmos y cuales fueron los resultados, tiene la textura del más ácido Voltaire (Cándido, pero también Micromegas o Zadig). La altruicina, un regalo de los Seres de la Fase Suprema del Desarrollo, amplifica nuestra empatía hacia los demás, pero la naturaleza humana convierte todo en alevosía.
Lem era un socialista convencido y estudiaba medicina en la Universidad de Cracovia cuando los alemanes invadieron su Polonia natal. Durante la guerra trabajó como soldador y mecánico mientras colaboraba con la resistencia polaca.
Al terminar la guerra regresó a la Universidad. Allí se enteró de que el biólogo soviético Trofim D. Lysenko, apoyado por el aparato estalinista había estado expandiendo sus teorías pseudocientíficas (proclamaba la heredabilidad de las características adquiridas (como por ejemplo que los ratones a los que se les cortaba la cola tendrían hijos sin cola); también satanizó los estudios genéticos. Lem se rebeló negándose a sus exámenes finales. Nunca se licenció como médico.
Al terminar la guerra regresó a la Universidad. Allí se enteró de que el biólogo soviético Trofim D. Lysenko, apoyado por el aparato estalinista había estado expandiendo sus teorías pseudocientíficas (proclamaba la heredabilidad de las características adquiridas (como por ejemplo que los ratones a los que se les cortaba la cola tendrían hijos sin cola); también satanizó los estudios genéticos. Lem se rebeló negándose a sus exámenes finales. Nunca se licenció como médico.
"Eden" es la primera obra de ciencia ficción de la que no renegó. Fue publicada en 1.959 y habla de la manipulación y el control de los seres humanos por medio de la química.
Tardó mucho tiempo en tener contacto con la ciencia ficción del otro lado del "telón de acero"; pero al hacerlo se dedicó a escribir un montón de artículos criticándola por su pobreza intelectual. De los autores norteamericanos deploraba su ignorancia técnica, torpeza literaria e ingenuidad sociológica. Philip K. Dick fue de los escasos autores que le causaron admiración. Esta controversia le granjeó la enemistad de la Science Fiction and Fantasy Writers of America, haciendo que ¡el mismísimo Philip K. Dick -miembro de dicha Asociación- le acusase de ser un comisario comunista!
Magnífico Lem. Genio y figura.
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