de Peter Mulan
No Educados - DelincuenteS, reza el título y como un bisturí, Peter Mulan abre una rendija por la que nos asomamos a un instituto de los años 80 en el Reino Unido. Nos hace sentarnos en esos rincones escondidos de los parques, junto a las pandillas que chapotean en su nihilismo esperando con fruición el subidón de violencia.
De la mano de un niño inteligente y formal a punto de ingresar en el Instituto, nos adentramos en una juventud sin futuro. "Juventud sin Dios" novela de Ödon von Horvath me viene a la memoria, con sus jóvenes cachorros nazis, asomándose al abismo de la violencia y el racismo.
El niño se convierte en joven y su camino se tuerce. La vida en el instituto resulta agobiante, los profesores humillan, aún utilizan el castigo físico. En casa su padre se emborracha todas las semanas y maltrata a su madre. Y un día, escondido mientras se produce una trifulca, se hace con un cuchillo olvidado . A solas, ante el espejo y con el cuchillo en el cinto atisba su futuro. Se siente seguro, se integra en la pandilla, reniega de los estudios. Hasta encara a su violento padre.
La película resulta de una veracidad pasmosa: El lenguaje agresivo, las amenzas constantes, la violencia gratuita (como la paliza que propina años después a quien le amenazó por vez primera en el instituto), la vida en pandilla reforzada hacia dentro y enfrentada a los demás. Todo ello conforma un paisaje helador.
Pero todo tiene consecuencias. El jovencito acaba durmiendo en el cuarto de calderas de un edificio y finalmente en la calle, al pie de una cruz. Una noche sueña que se pelea con el mismísimo Jesucisto apeado de la cruz. La escena final también es casi onírica: quedan solos un tarado (aquel a quien propinó una tremenda paliza) y él en medio de un zoológico a campo abierto. Sin saber qué hacer, de la mano caminan entre los leones que ni se inmutan a su paso. ¿Hienas entre leones?
En los últimos años no faltan eso que suena tan mal como "peliculas educativas". El cine americano es pródigo en los extremos de presentar dramas lacrimógenos o películas muy violentas. Muy buena es "American histoy X" con un gran actor como es Edward Norton. Entrañable y con un barniz europeo está la estupenda "El club de los poetas muertos" de Peter Weir. En Inglaterra son un clásico las vidas de estudiantes, desde la mítica "If..." de Michael Anderson que hace pocos días recordaba Malcolm McDowell, mientras asistía al cumpleaños de "La naranja mecánica". También el cine francés nos ha regalado recientemente dos notables películas sobre el tema: "Hoy empieza todo" del gran Bertrand Tavernier y La clase de Laurent Cantet.
No Educados - DelincuenteS, reza el título y como un bisturí, Peter Mulan abre una rendija por la que nos asomamos a un instituto de los años 80 en el Reino Unido. Nos hace sentarnos en esos rincones escondidos de los parques, junto a las pandillas que chapotean en su nihilismo esperando con fruición el subidón de violencia.
De la mano de un niño inteligente y formal a punto de ingresar en el Instituto, nos adentramos en una juventud sin futuro. "Juventud sin Dios" novela de Ödon von Horvath me viene a la memoria, con sus jóvenes cachorros nazis, asomándose al abismo de la violencia y el racismo.
El niño se convierte en joven y su camino se tuerce. La vida en el instituto resulta agobiante, los profesores humillan, aún utilizan el castigo físico. En casa su padre se emborracha todas las semanas y maltrata a su madre. Y un día, escondido mientras se produce una trifulca, se hace con un cuchillo olvidado . A solas, ante el espejo y con el cuchillo en el cinto atisba su futuro. Se siente seguro, se integra en la pandilla, reniega de los estudios. Hasta encara a su violento padre.
La película resulta de una veracidad pasmosa: El lenguaje agresivo, las amenzas constantes, la violencia gratuita (como la paliza que propina años después a quien le amenazó por vez primera en el instituto), la vida en pandilla reforzada hacia dentro y enfrentada a los demás. Todo ello conforma un paisaje helador.
En un momento dado, el padre , clarividente en el fracaso, termina rogándole "Acaba conmigo". La película resulta descorazonadora.
Pero todo tiene consecuencias. El jovencito acaba durmiendo en el cuarto de calderas de un edificio y finalmente en la calle, al pie de una cruz. Una noche sueña que se pelea con el mismísimo Jesucisto apeado de la cruz. La escena final también es casi onírica: quedan solos un tarado (aquel a quien propinó una tremenda paliza) y él en medio de un zoológico a campo abierto. Sin saber qué hacer, de la mano caminan entre los leones que ni se inmutan a su paso. ¿Hienas entre leones?
En los últimos años no faltan eso que suena tan mal como "peliculas educativas". El cine americano es pródigo en los extremos de presentar dramas lacrimógenos o películas muy violentas. Muy buena es "American histoy X" con un gran actor como es Edward Norton. Entrañable y con un barniz europeo está la estupenda "El club de los poetas muertos" de Peter Weir. En Inglaterra son un clásico las vidas de estudiantes, desde la mítica "If..." de Michael Anderson que hace pocos días recordaba Malcolm McDowell, mientras asistía al cumpleaños de "La naranja mecánica". También el cine francés nos ha regalado recientemente dos notables películas sobre el tema: "Hoy empieza todo" del gran Bertrand Tavernier y La clase de Laurent Cantet.
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