Su nombre real era Linebarger y se valió de la ciencia ficción como vehículo para transmitir una idea de humanidad profundamente moral. Era un pensador social y psicológico, cuya experiencia con diversas culturas le inspiraba ideas singulares y aparentemente contradictorias acerca de la naturaleza humana.
Por ejemplo, admiraba los valores samurai de la fantasía, la valentía y el honor, y manifestaba su apreciación del arte y la literatura oriental al decorar su hogar y adornar sus escritos. Pero se horrorizaba ante el tradicional fatalismo e indiferencia ante la vida humana que encontraba en Oriente, y llegó a obsesionarse con la santidad de la vida en todo sentido, como algo demasiado precioso para sacrificarlo a cualquier concepto del honor o la moralidad.
Mientras estaba en Corea, Linebarger logró que se rindieran miles de soldados chinos que consideraban vergonzoso entregar las armas. Redactó panfletos explicando que los soldados podían rendirse gritando las palabras chinas “amor”, “deber”, “humanidad” y “virtud”; palabras que pronunciadas en ese orden sonaban como I surrender (“Me rindo”) en inglés.
John J. Pierce
En la Introducción a "Los señores de la Instrumentalidad I" BYBLOS
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