lunes, 29 de diciembre de 2025

GOLPES - de Rafael Cobos

España,2025

La película se inicia con un prólogo dramático y directo, un hecho que condicionará la vida entera de dos niños. Todavía estamos en plena dictadura y un antifranquista vive escondido en un lugar remoto con sus dos hijos. Una noche llega la Guardia Civil con intención de apresarlo y entonces él esconde a sus hijos y huye corriendo por el olivar. Es de noche, los niños se temen lo peor y enseguida se oyen unos disparos.
Fundido a negro.

Migueli es uno de aquellos niños, ya es adulto, estamos al inicio de los ochenta y justo ahora sale de prisión. Es un delincuente común, sabe que su vida está echada a perder pero tiene un objetivo digno que la justifica: encontrar el cadáver de su padre y darlo cristiana sepultura. Para ello necesita mucho dinero y lo necesita rápido, porque los terrenos donde sospecha que está enterrado están a punto de urbanizarse. 
No tiene dudas sobre lo que tiene que hacer.  
Enseguida reúne a su antigua banda, y dan varios palos seguidos en sucursales bancarias y joyerías. Es una huida hacia adelante en toda regla. Pero no lo va a tener fácil. Está fichado y además la policía encarga el caso a su propio hermano, Sabino, que ha hecho carrera como "madero". Su jefe le coacciona prometiéndole la jubilación anticipada si atrapa a su hermano. A estas alturas Sabino ya es un poli experto, conoce bien lo tugurios de Sevilla y sus trapicheos... pero también conoce a Migueli y sabe que está dispuesto a todo con tal de llegar hasta el final.





Rafael Cobos se ha ganado un buen prestigio y dos Goya (por La isla mínima y El hombre de las mil caras) como guionista de cabecera de Alberto Rodríguez. Después de estrenarse como director con el drama intimista de la serie El hijo zurdo, debuta en el largometraje con este relato de quinquis en los ochenta; un “thriller de robos sobre los lazos de sangre y la memoria”, según su propia definición; aunque también señala las peculiaridades de su película: "Si el cine quinqui es frontal, explícito y habla de las cosas de un modo evidente y descarnado, Golpes es una fábula sutil que pretende hablar de un país en plena transición, contradictorio, desorientado e incapaz de ajustar cuentas con su pasado".



Creo que ahí está el desajuste que chirría al fondo de la película. En ella no hay "país en plena transición" ni "incapaz de ajustar cuentas con su pasado" por más que esto último sea dolorosamente verdad ya metidos en el siglo XXI. En cambio sí hay una potente historia entre dos hermanos enfrentados que habla de fatalidad y redención. Tras el asesinato de su padre, cada uno orientó su vida de forma dispar. Uno es incapaz de amar porque ha desactivado sus sentimientos (se insinúa que ese carácter esquivo está dando al traste con su matrimonio). El otro es un vividor y pendenciero, incapaz de perdonar a una sociedad que fue injusta con su padre y ahora lo es con él. 



El autor insiste en algunas referencias políticas e históricas, pero no son significativas respecto a la trama. Creo que la película hubiese ganado enteros profundizando más en el drama de estos dos hermanos fuertemente marcados por su pasado. Migueli no puede olvidar, lo que le empuja a una especie de fatalidad. Junto a su pareja emprende una huida hacia adelante que podría haber dado mucho más de sí. Sólo vemos las consecuencias: ella le descubre que está embarazada justo en el peor momento, cuando están rodeados y bajo un fuego intenso. 

La película no es redonda pero sí muy apreciable. La tensión se masca. Se aprecia un fatum. Los actores están convincentes. El enfrentamiento entre estos dos hermanos tiene fuerza, pero no creo que representen las dos Españas. Los dos están a punto de ser derrotados. El trasfondo de la transición política apenas está apuntado. 

Me gustan mucho las historias de Cobos. Tienen negrura y un muy pertinente contexto social; pero encuentro ésta un poco atropellada. Hay alguna elipsis forzada para poder llegar al paralelismo final.  Pero en cualquier caso la propuesta es muy cinematográfica.

La película adquiere verdadera densidad emocional según se va acercando el desenlace, cine puro, negro y vibrante. Migueli está acorralado y acaba refugiándose en la casucha del olivar donde vieron desaparecer a su padre. Los paralelismos son evidentes, pero la época es otra y enfrente está su propio hermano. 

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