Tensión e intriga en una investigación criminal que se desarrolla en las tripas claustrofóbicas de un submarino nuclear.
La miniserie consta de seis episodios y arranca con dos trágicos eventos sin aparente relación: el hundimiento de un pesquero escocés en alta mar, arrastrado al fondo con toda su tripulación por una fuerza misteriosa, y la muerte sospechosa de un tripulante a bordo del submarino HMS Vigil. Oficialmente se achaca a una sobredosis, pero muchos indicios delatan un crimen. Dado que el asesinato ha ocurrido en aguas escocesas la ley obliga a que sea investigado por la policía escocesa, lo cual supone todo un reto puesto que los submarinos nucleares son como los tiburones, no paran ni duermen, patrullando constantemente los mares por rutas secretas. El sigilo es fundamental y durante muchos días ni tan siquiera el almirantazgo llega a saber dónde están.
Dado el secretismo de su misión, ni la investigación de un crimen puede cambiar su proceder; de ahí que la detective Amy Silva (Suranne Jones) tenga que subir a bordo en alta mar y sumarse a un estado de alarma permanente, con comunicaciones escuetas y cifradas y un ambiente claustrofóbico que amenaza su estabilidad mental. Cuando la escotilla se cierra sobre la cabeza de la detective Silva se activa una olla a presión que hará aflorar sus peores miedos y traumas.
La acción se plantea tanto dentro del submarino como fuera, ya que otra detective, Kirsten Longacre (Rose Leslie), investiga los antecedentes de la tripulación del submarino y la posible implicación de un grupo de manifestantes contra el programa de disuasión nuclear conocido como Trident. El pasado de ambas detectives y el de los propios tripulantes esconde alguna tragedia que arrojará luz sobre las circunstancias actuales.
La situación es muy volátil y las detectives no encuentran toda la ayuda que precisan de las jerarquías machistas de la marina. Además, a bordo impera una especie de ley del silencio que parece estar tapando algún tipo de secreto. Con la mismísima Royal Navy bajo sospecha y el Vigil cerrando sus comunicaciones, las dos compañeras han de enviarse notas con mensajes en clave para avisarse de sus descubrimientos. Por si fuera poco, también los rusos acechan para destapar al submarino cuando un gas tóxico letal obliga a sellar tanto la reserva de alimentos como la sala de misiles: la operatividad del Vigil está comprometida. Si continúa el sabotaje podría inutilizar el submarino hasta dejarlo a la deriva con un montón de cadáveres en su interior.
Será la detective Longacre quien comience a atar cabos investigando al asesinado telegrafista Craig Burke (Martin Compston) y sus contactos con la activista Jade Antoniak (Lauren Lyle) que de pronto aparece muerta. Tanto su ordenador como una memoria USB que le había entregado Burke han desaparecido y parecen contener la clave de una misión anterior del Vigil, en la que se produjeron dos muertos en medio de un escándalo con sexo y drogas. Pero también en el interior la investigación avanza. El experto en telecomunicaciones descubre que un tripulante del Vigil estuvo intercambiando mensajes codificados a través de un "inocente" foro de pesca hasta el mismísimo momento de la salida del Vigil. Poco a poco parece cobrar cuerpo la idea de un traidor a bordo.
La investigación en dos escenarios, interior y exterior, mas la información nueva que va surgiendo en cada episodio hacen que la trama se complique hasta resultar absorbente. Si a eso le sumamos el aislamiento de la detective y el claustrofóbico ambiente del submarino donde cualquier fallo puede ser letal, la angustia está asegurada.
La serie cuenta con una trama densa y vertiginosa que se desarrolla con giros constantes y sorprendentes, además de una impecable puesta en escena. Una amplia batería de personajes complejos hace el resto; ya que la historia de espionaje de altos vuelos, con el MI5, los rusos y los americanos implicados, encuentra su perfecto contrapunto en los conflictos personales de todos ellos.
La BBC se basó en puntuales eventos históricos referidos al submarino británico HMS Vigilant y a las protestas contra el programa Trident para montar este policial tan adictivo como lleno de recovecos.
Otro acierto de World Productions, la misma productora de series tan excitantes como Line of Duty y Bodyguard.
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