El nombre completo de Séra es Phoussera Ing y nació en Camboya en 1961, de madre francesa y padre camboyano. A partir de marzo de 1969 los EEUU habían extendido la guerra de Vietnam a Camboya y en abril de 1975, Será tuvo que huir de Phnom Penh tras la toma del poder por parte de los jemeres rojos. Esta guerrilla comunista aliada con Vietnam del Norte expulsó a los EEUU del país y supuso un cambio de paradigma brutal. Los jemeres rojos pretendían imponer una sociedad netamente agraria, autosuficiente y sin clases; despreciando las urbes, la educación y la técnica como símbolos de aburguesamiento. Por ello vaciaron las ciudades y sus residentes fueron forzados a trabajar en cooperativas rurales. Durante los cuatro años que duró el régimen liderado por Pol Pot se sometió a una gran parte de la población a trabajos forzados, detención y asesinatos en masa. El "genocidio camboyano" aniquiló a una cuarta parte de los habitantes de Camboya, cerca de dos millones de personas.
Estos hechos saltaron al gran público gracias a la película Los gritos del silencio (The killing fields, Roland Joffé, 1984) basada en las experiencias del periodista Sydney Schanberg y sobre todo las de su colaborador Haing S. Ngor, reportero local que se interpreta a sí mismo en la película huyendo a través de los "campos de la muerte".
Callejón rojo relata también esos días previos a la llegada de los jemeres rojos; pero desde un punto de vista muy distinto, evidentemente autobiográfico, menos narrativo y más íntimo y emotivo. Personificado el autor en el soldado Snaul las viñetas son inconexas y parecen reproducir la metralla de sus pesadillas. En este caso no hay análisis político o social de ese momento histórico. Sólo son recuerdos personales, imágenes de guerra grabadas a fuego, fragor de las bombas y olor de cadáveres...el conmovedor testimonio de un adolescente desgarrado por una guerra.
Realmente se puede decir que no existe trama en este cómic. Snaul, el joven protagonista, es un soldado a bordo de un blindado que es testigo de la descomposición del ejército gubernamental. En los tiempos muertos que le ofrecen las bombas se adormece recordando su infancia. Ante él se presenta la inminencia del nuevo régimen de los jemeres rojos, mientras que a su alrededor prima el horror, como diría el comandante Kutz de Apocalypse Now: explosiones, ejecuciones a sangre fría, deserciones, disparos delirantes contra la propia aviación.... No hay un desarrollo de los personajes, ni hay un hilo narrativo más allá de la constatación de esos terribles momentos.
Las viñetas se convierten en posters grabados a fuego en la memoria. Ahí está la fuerza de este álbum que llega hasta el momento en que van a llegar los jemeres rojos con su "liberación". Una de las últimas páginas es una casa abandonada sobre la que se coloca un texto espeluznante:
"Iban a aprender todos de sus nuevos señores que la ciudad es mala y el hombre debe aprender que nace del grano y del arroz.
Para los jemeres rojos el hombre viciado por un régimen corrupto no puede ser cambiado. Debe ser suprimido físicamente de la comunidad de los puros, hasta el último de su estirpe. Con cortar una mala planta no basta. Hay que arrancarla de raíz."
Siendo un álbum centrado en las emociones y los recuerdos, el autor lo enmarca con dos textos poéticos; uno al principio, un haiku del siglo XVIII; otro al final, un canto del tiempo de Angkor.
El espléndido trabajo gráfico es lo que da valor a este trabajo. Unas viñetas donde predominan los ocres rojizos de la sangre y el fuego. También el gris oscuro del fango. Séra nos lleva a pie de guerra para que comprobemos su desgarro y brutalidad, mientras recuerda con nostalgia a los familiares y amigos que no vivieron para contarlo.
Para estar más cerca de la realidad, ha realizado algunas viñetas a semejanza de unas cuantas fotografías icónicas de la época, que aparecieron en los periódicos de todo el mundo. Y también cuenta con un texto inicial sobre sus recuerdos, "Aún no tenía diez años cuando comenzó la guerra de Camboya" y un texto final sobre "La caída de Phnom Penh, Enero-Abril de 1975" con mapas de los distintos frentes y acciones bélicas.
Un hermoso y terrible testimonio de un sanguinaria guerra que conduciría al experimento político más despiadado y criminal de la historia reciente.
"Oficialmente la guerra causó algo más de medio millón de muertos, así como cientos de miles de mutilados y minusválidos.
(...)
Más de 3 millones de habitantes, la población de las "zonas liberadas", fueron considerados prisioneros de guerra, parias, reaccionarios, enemigos de clase, condenados al exterminio."
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